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La soledad.. .

La felicidad surge de las relaciones personales ricas"


Louise HawkJey, doctora en Psicología y en Neyrociencias Sociales, investiga la soledad.

Estudiando la soledad hemos podido comprender la lo negativo capta más su atención.


naturaleza del ser humano. Sí, y eso hace que de forma inconsciente se comporten
¿Y en qué consiste? como si estuvieran haciendo un barrido de su entorno
En vivir en comunidad. La soledad es como el hambre o para detectar fo que puede volverse en su contra, io
la sed, un estado de carencia. que a su vez provoca que los otros los eviten.
Lleva 20 años Investigando. ¿la soledad se contagia?
Sí, y sabemos que la soledad afecta al sistema Sí, cuanto más proporción de gente en mi red de ami-
cardiovascular porque cuando la gente se siente aislada gos se siente sola, más solo me siento yo. Es conta-
se siente insegura, y no necesariamente de forma gioso hasta con tres grados de separación. Descon-
consciente. Eso hace que la presión sanguínea se eleve fianza llama a desconfianza.
y aumente el nivel de cortisol... También hemos visto
¿Cómo salir de ahí?
que las personas .solitarias tienen más activación de los
Hicimos un estudio sobre iniciativas para reducir la
genes que desempeñan un papel en ios procesos
soledad y la más efectiva es la formación cognitiva
inflamatorios, relacionados con arteriesclerosis, idus,
social: una reformación cerebral para cambiar la per-
diabetes.
cepción.
En perro flaco todos son pulgas.
Y también tienen desadivados los genes que trabajan Volvemos al poder del pensamiento.
en la modulación de la inflamación. Así que potencial- Hay tanta interconedividad en el cerebro que no se
mente su salud es peor; de hecho, se mueren antes. puede tener ninguna experiencia que quede aislada en
un circuito; afecta de hecho a todo el cuerpo, Y el
Pero la soledad es una percepción subjetiva, un senti-
cuerpo también alimenta lo que el cerebro procesa.
miento.
Sí, está provocada por eí cerebro, que a su vez provoca El médico tibetano del Dalái lama me di{o que había
los sentimientos y los pensamientos. Si te sientes solo y que sonreír sin ganas hasta que llegaran las ganas.
feliz, no tienes ningún problema. Pues sí, señor, cuerpo y mente están conectados, y
iguoi es que no nos han enseñado a estar solos. Somos además la respuesta que se obtiene de los otros tam-
un animal tan social que en nuestro cerebro hay una bién cambia y nos transforma, pero hay que insistir.
señal que nos dice que tenemos que encontrar gente. Muchos- temen a la jubilación porqué temen a la
La soledad no deseada es literalmente como ei dolor soledad, -=
físico... Con el sentimiento de soledad y de rechazo' se Según un estudio realizado con población norteameri-
activan los mismos circuitos cerebrales que con el dolor cana, ios jubilados sufren menos de soledad que los
físico. que están en adivo. Oso que se debe a que pueden
¿Los ancianos son y seremos (si llegamos) los más escoger su red social: sólo mantienen relaaones
solitarios del planeta? positivas.
ios Jóvenes de entre 18 y 30 años suelen ser los que se (¿Qué hacer?!
sienten más solos porque no acaban de saber quiénes Hay que valorar a los ancianos y enseñar a los niños
son ni dónde encajan. Luego esa percepción de soledad que las relaciones sociales son cruciales. El acoso esco-
cae, y vuelve a subir a partir de los 85 años. lar es un tema muy grave que debe abordarse con
¿Cuál es el problema? ¿ tolerancia cero. Si el niño se percibe de forma negativa
Ei cerebro los secuestra, empiezan a percibir su entorno adopta esa identidad....La sociedad nos empuja a bus-
social de manera negativa y eso perpetúa la soledad. Si car bienes materiales, experiencias..., y sabemos que
escaneamos ei cerebro a las personas mientras les esa búsqueda te hace sentir más solo e infeliz, la felici-
mostramos imágenes de estímulos sociales positivos -— dad es un epifenómeno, surge de las relaciones perso-
como un bebé que sonríe— o negativos —alguien que nales ricas. i
llora—, los solitarios prestan más atención a los
estímulos sociales negativos. IMA SANCHÍS La Vanguardia,
21/12/2011

leer, reieer. orar v difundir


REFLEXIONES... _
RELECTURA DE MI VIDA A LOS SETENTA AÑOS (L. Bofi)... VIEJO...

Eri , primer lugar debo decir y reconocer que estoy viejo. Para los parámetros brasileños soy oficialmente viejo. No quiero,
sin embargo, entender el ser viejo meramente según la óptica biológica. Es verdad que hay en el viejo una pérdida
irrefrenable del capital vital y un lento colapso de los sentidos, pero la vejez es mucho más que su dimensión biológica. Es
la última etapa de la vida, la oportunidad última que la vida nos ofrece para continuar creciendo, llegar a madurar y, por
fin, acabar de nacer.

Si nos fijamos bien, comenzamos a nacer un día, pero todavía no hemos ter minado de nacer porque - aún no estamos
acabados. Estamos siempre en la génesis de nosotros mismos, trabajando, sufriendo, alegrándonos, frustrándonos,
estableciendo relaciones, amando y creando sentidos para nuestro corto paso por este pequeño planeta. Vamos naciendo
lentamente, por etapas, hasta acabar de nacer.
La vejez es la última oportunidad de dar el toque final a la estatua que hemos ido tallando de nosotros mismos.
i

La vejez tiene sus ventajas. No se necesita usar las máscaras que la vida impone en cada momento, pues la vida es como
un teatro en el que cada cual está llamado a representar varios papeles. Uno viste la máscara de hombre, de fraile, de
cura, de teólogo, de escritor, de conferenciante, de antiguo hincha del Canto do Rio y después del América y de no sé
qué más. Ahora, como viejo, uno tiene el derecho y el privilegio de ser uno mismo y de librarse de las máscaras.
No es un momento fácil porque frecuentemente nos identificamos con las máscaras. Pero cuando desaparecen, irrumpe
uno mismo en su identidad. Entonces surgen preguntas que asustan: ¿A fin de cuentas, quién eres tú? ¿Cuáles son tus
sueños fundamentales? ¿Qué demonios te atormentan? ¿Cuál es tu fugar en erdesignio del Misterio? ~
En este momento dejamos atrás a nuestros compañeros. Estamos solos con nuestra soledad. Y no hay ya cómo
esconderse tras las máscaras y roles. Ego factus sum quaestío magna ,dice san Agustín: «me he vuelto la gran pregunta
para mí mismo».
La vida en la vejez impone esta exigencia: que nos enfrentemos, con temor y temblor, a las preguntas últimas e
inaplazables. Entonces es cuando podemos madurar, ganar gravedad y acabar de nacer.
Es la oportunidad de volvemos sabios. Es iluso pensar que la sabiduría llega con los muchos años de la vejez. No es así.
Es el espíritu, el coraje con el cual nos enfrentamos a estas cuestiones inevitables lo que puede hacemos sabios. Entonces
habremos concluido la tarea de nuestra vida. Salimos de escena. Entramos en el silencio. Morimos. Si no cargados de días
por lo menos cargados de experiencia y, tal vez, de sabiduría.
He llegado, pues, a esta última fase de la vida. No llegó mi padre, que murió a los 54 años, ni mi madre que falleció con
64, ni mi queridísima herma na Claudia, que se transfiguró a los 33 años.
Yo llegué y esto es gracia de Dios.
Por eso, para atender a estas preguntas tendré que tomar tiempo, renunciar a tantas andanzas, hablar menos,
meditar más y llevar adelante el viaje más largo de la vida, rumbo al propio corazón. Y preparar así el Gran Encuentro.
Bajar como Cristo hasta el corazón del universo, allí donde el corazón de la piedra,- el corazón de la flor, el corazón de
todo lo viviente, el corazón del ser humano y el corazón del universo son un sólo corazón. Y encontrar a Dios, el
Corazón de corazones, la Fuente originaria de todo ser, de toda bondad, de todo amor, de toda ternura y de toda
compasión.
Si ser viejo es poder vivenciar este proceso, entonces bienvenida sea la vejez, bendita sea la vejez. No es castigo, sino
gracia sobre gracia. Ella nos permite experimentar lo que nos dice san Pablo: «En la medida en que decae el hombre
exterior, se rejuvenece el hombre interior» (2Cor 4,16).
Por lo tanto, soy un viejo rumbo a la Fuente de la perenne juventud que es Dios.

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