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fertile eaBLUesd Sanacion de las Heridas del Hogar éEs tu hogar, hoguera de amor, oasis de paz y refugio para tu role (ie ‘aces econ pubicada en Colombia por AMS. Sepimtre de 2014-1800 gomplres Primera edcin- Septiembre de 2012 Diagramacion: Stock Diseto {ida Naas Hemera Gomez Disco de atl: Giana Tors ‘extoe Biblio tomador dela Biblia Latinoamercanay Dios habla toy Derecho esernos ‘Asoclaiin Mara Satieadoa ‘ados los derechos extn grote pr lye internacionales de Derecho de Astor Los contenis yeast po pueden sr ero ‘dos wot al pariaimence por stemas de impresion,audiowsuales, ‘abaciones o cualgir oo medi creado o por ears waducios {Tinga oma. sn permiso dea Casa Eat, ISBN STE ISEB 96 Pedidos 'ASOCIACION MARIA SANTIF (Carers St No. 1035.84 PBK: (71)286 1447 Fax. (671) 218 3130 Visteos en aves web: wareams or. Conn decronio: mereadeoyenasZAms.o7 co mayorstsaams.orgco| Bogoti, DC. Colombia Imre por: Nucias Ediciones SA rmpres en Colombia Pred Coombs Contenido I Prdlogo..... jEs tu hogar, hoguera de amor, oasis de paz y refugio para tu cényuge? wnnn Sanacién de las heridas del hogar.. 3Quiere Dios la felicidad de! hombre: 1, Causas de las heridas més frecuentes producidas en el hogar.. Maltrato fisico.. Maltrato verbal Maltrato psicolégico o emocional. Maltrato econé: 2. Qué consecuencias dejan las heridas producidas en el hogar? 7 Suicidio. 17 Falta de perdén Miedo y temor.. Adulterio. Odio, amargura Divorcio, separacién é 2 3, sCémo tratar y sanar las heridas del Prdlogo l hogar? Es tu hogar, hoguera de amor, oasis de paz y refugio para tu cényuge? La Asociacién Maria Santificadora cons- ciente de la importancia de hogares plenos, es decir, cSmyuges sanos espiritualmente e hijos bendecidos, pone en tus manos esta obra sencilla, titulada Sanacién de las he- ridas del hogar que te lleva a reflexionar, y a darte herramientas espirituales para ayudar a sanar las heridas profundas que se producen en el hogar. Estas lineas Ilenas de amor y esperanza, llevan la fuerza de la Palabra de Dios, con una fe profunda, aquella de la que habla =O) $$ el Sefior en Mateo 21, 21-22. “Jestis les con- testé: es aseguro que si tienen fe y no dudan, nno solamente podrén hacer esto que hice a la hhiguera, sino que atin si a este cerro le dicen: Quitate de ahi y arréjate al mar, ast sucederd ¥ todo lo que ustedes, al orar pidan con fe, lo recibirin”. La invitacion para ustedes queridas fa- milias la presenta Pablo cuando aconse- ja arrancar de raiz disgustos, gritos, ofensas y toda clase de mal, perdondndose mutuamente”. Efesios 4, 31-32. El objetivo es llevar vida en abundancia a cada una de las parejas que se encuentran heridas, enfermas del alma, desanimadas y tristes. Es un regalo que Dios ha puesto en tus manos. Disfritalo. Que la Gracia y la Misericordia de Dios esté siempre en tu hogar. es SanaciOn de las heridas del hogar Cuando se habla de las heridas que se pro- ducen en el hogar, es facil recordar las he- ridas fisicas, bien sean leves 0 graves, las cuales en algunas circunstancias requieren de una intervencién quirirgica y ain asi, es necesario tener en cuenta las secuelas en la persona, que contribuyeron a dismi- nuir su calidad de vida y en no pocas oca- siones, a privarle del don maravilloso de la existencia, Quizas éste no sea tu caso, y si hayas sido victima de otro tipo de heridas, atin mas graves, que lesionaron profundamente tu alma, como son las heridas ocasionadas por el maltrato verbal, psicolgico, emo- cional, 0 econémico y debes pensar que Jo mas doloroso de todo esto, es que fue- ron producidas por aquel ser que un dia te dijo que te amaba y decidié unirse a ti para siempre por medio del Sacramento #4 Seer del matrimonio. Sabemos muy bien, que cualquier tipo de violencia doméstica destroza la dignidad, la autoestima, la se- guridad y la integridad del ser humano, causando dafios irreparables tanto al vic- timario como a la victima. Asi que sola- mente la intervencién de Dios puede sa- nar estas heridas, porque para El nada es imposible. Surge entonces la pregunta: {Qué causas han originado esta violencia entre mi es- oso (a) y yo, que no solamente me estan afectando, sino que perjudican mi entorno familiar? {Qué factores han contribuido a resquebrajar nuestra relacion de pareja y ambos estemos llenos de odio, amargura y de heridas profundas? Estas causas y consecuencias, asi como Ia forma de tratarlas te la presentamos en estas cortas paginas, para que recurras a las valiosas herramientas de la Gracia y la Palabra de Dios, las cuales te ayudaran 12 a fortalecer tu vida espiritual, a salvaguar- dar la relacién con tu pareja y por ende a afianzar la estabilidad de tu hogar. éQuiere Dios la felicidad del hombre? Primero que todo debes tener la certeza de que Dios quiere la felicidad del ser hu- mano, tu felicidad. De hecho, el hombre y la mujer fueron creados por Dios a su imagen y semejanza, como producto de su amor, “Dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza. ¥ creb Dios el hombre a ‘su imagen. A imagen de Dios lo cre6. Macho y hembra los creé. Génesis 2, 26-27. “Dios es amor” nos dice 1 Juan 4, 8b, por lo tanto, si fuiste creado (a) imagen de Dios, es claro que ese maravilloso amor de Dios esta en ti. ¥ Dios los bendijo, diciéndoles: =r) a See “Sean fecundos y multipliquense. Llemen la tie- ray sométanla”. Génesis 1, 28 a. Sin embargo, este amor y bendicién de Dios para los esposos se vieron interrum- pidos por el primer pecado del hombre y la mujer: La desobediencia. Cayeron en ella por aceptar la tentacién que les offeci6 Satands, el enemigo de nuestra salvaci6n, de “llegar a ser como Dios”. Esto caus6 la ruptura con Dios y el rompimiento de a comunién entre el hombre y la mujer. Sus relaciones quedaron distorsionadas por agravios reciprocos: “La mujer que me diste por compaiiera me dio del érbol y comi”. Génesis 3, 12. Ninguno de los dos acept6 Ja culpa, sino que buscaron a quién sefia- lar como responsable. Su atractivo mutuo, don propio del Creador, Génesis 2,22, se cambié en relaciones de dominio y concu- piscencia, Génesis 3,16. Asi mismo, la vocacién del hombre de ser fecundos, de multiplicarse y someter Loo la tierra quedé supeditada a los dolores de arto en la mujer y los esfuerzos de ganar el pan con el sudor de la frente en el hombre. Gé- nesis 3, 16-19. C.1LC Numeral 1607. Como puedes ver, el primer pecado trajo consecuencias funestas, como las trae hoy, el desobedecer los mandamientos de Dios y su Palabra, conducta que te aleja de El y te lleva a fabricar tus propios dioses; uno de ellos es el egoismo, opuesto al amor, el cual te tiene a ti o a tu cOnyuge como centro de si mismo (a) y todo lo hacen bus- cando su propio interés. Por esto, la unin del hombre y la mujer vive amenazada por discordias, infidelidades, maltrato fisi- co, verbal, orgullo, egoismo, machismo o feminismo exagerado. Esto es contrario a la entrega mutua, al verdadero amor, in- grediente necesario para un matrimonio sélido. No obstante, a pesar de la caida del hom- bre, el plan original de Dios se cumple por u ee medio de la redencién de Cristo, quien dio su vida por nuestro rescate, pero es ne- cesario que nosotros nos esforcemos por conocer y vivir sus mandamientos, como dice San Agustin: “Dios que te cre6 sin ti, no te salvara sin ti” 1, Causas de las heridas mas frecuentes producidas en el hogar Maltrato fisico. Cuando los conyuges han recurrido a los golpes, empujones, pufetazos, u otro tipo de maltrato fisico con el fin de someter a su pareja u obli- garla a hacer lo que él (ella) quiere, se han ocasionado lesiones graves atin con objetos materiales o cortopunzantes, sin medir las consecuencias de lo que esto implica, hasta el punto de terminar el abusador en una carcel y la victima en un hospital. En la 1? carta de Pablo a os Corintios, versiculos 6, 19 dice: "No saben que su cuerpo es templo del Espiritu Lae Santo, que Dios mismo puso en ustedes?” Te exhorta también el Seftor a no dejar- te llevar por la ira que conduce a perder el control, el dominio de si mismo (a) y te enceguece de tal forma, que terminas dando golpes a la otra persona, sin nin- guna consideracién. “El amor... no actia con bajeza, ni busca su propio interés. El amor no se deja llevar por la ira, sino que olvida las ofensas y perdona”. 1 Corintios 13, 5. Maltrato Verbal. Generalmente, a par- tir del egoismo, las heridas empiezan por reclamos donde cada uno cree tener la raz6n; ta, culpas a tu cényuge por algin hecho desagradable ocurrido, o viceversa yel reclamo se convierte en altercado, gri- tos, ofensas, amenazas, insultos, palabras humillantes que hieren lo més profundo del corazén. La palabra agresiva es como echar lefia al fuego, por ello el Sefior nos exhorta con su Palabra: “Basta una llama pequetia para incendiar un bosque inmenso. La lengua también es un fuego. Es un mundo 13 SS de maldad nuestra lengua; mancha a toda la persona y comunica el fuego del infierno a toda nuestra vida”, Santiago 3, 5b y 6. Asi que, el amor que una vez florecié es herido de muerte, y el dafio tan grave, que va car- comiendo el alma de los esposos y de los hijos. Este ambiente de discusion engendra: ira, humillacion y desprecio por el conyuge y muchas veces, los esposos no tienen en cuenta la presencia de los hijos, quienes re- ciben directamente el mal ejemplo de sus padres y en un futuro no lejano, repetirén la historia de la escena que vivieron, atin contra sus propios padres, desconociendo su autoridad y manipulandolos. En la car- ta a los Efesios 4, 31a y 32b, dice Pablo: “Arranquen de raiz.. disgustos, gritos, ofensas. Perdondndose mutuamente como Dios los per- doné en Cristo". Maltrato Psicolégico 0 emocional. Pue- de ser que estés viviendo el dolor de un Lu comportamiento ofensivo de tu cényuge, como ridiculizarte, ponerte apodos, infan- tilizar tus actitudes, o usar palabras obsce- nas, con el fin de disminuir tu dignidad y tu valor, afectando de esta manera tu sentido de identidad de manera degradante. No te permite tomar decisiones, te humilla y des- precia piblicamente o te etiqueta con pala- bras como: bruto (a), no sirves para nada. En este punto podemos hacer alusién a la intromisién de la familia de los cOnyuges, a. quienes involucran en los problemas y se hacen comparaciones menospreciando al esposo (a). Con mucha razén el Sefior te dice en Génesis 2, 24: “Por eso el hombre deja «asus padres para unirse a una mujer y son los dos una sola carne”. jQué heridas tan profundas se ocasionan con esta clase de maltrato emocional! Dice la Palabra de Dios: “Em cuanto a us- tedes que cada uno ame a su esposa como asi ‘mismo, y que la mujer, a su vez, respete a su marido”. Efesios 5, 3. 18 Nos referimos aqui también a la indiferen- cia emocional. Ta puedes indagar si has interactuado con tu conyuge solamente cuando es necesario, y escasamente con monosilabos, 0 lo (a) has tratado como si fuera un objeto, o algo que no vale la pena. Examinate a conciencia. Maltrato econémico. Tu conyuge o tt, en repetidas ocasiones, han hecho uso del po- der econdmico para dominar al otro. De esta manera se controlan, limitan o niegan recursos monetarios, de tal forma que la pareja depende completamente de la vo- luntad del esposo (a) hasta para las mas elementales necesidades. Si uno de los dos esta sin empleo, quien afronta la carga econémica, se siente con derecho de hu- millar y manipular. Esto crea dependencia de quien tiene el poder. {Es éste tu caso? Ls 2. 6Qué consecuencias dejan las heridas producidas en el hogar? Toda enfermedad deja sus secuelas, 0 al menos las cicatrices que recuerdan su paso. En el area espiritual sucede lo mismo cuando estamos lejos de Dios. Veamos: Suicidio: El maltrato doméstico reiterado, de cualquier indole, puede conducirte a la muerte ya que es tanta la desesperacion, gue no ves ninguna salida y puedes entrar en una tristeza y depresion tal, que empie- zas a pensar en quitarte la vida para poner fin a tus sufrimientos. Falta de Perd6n. Las agresiones verbales te dejan marcas indelebles en el corazon y la mente y causan el “efecto ostra”, es decir, un cerramiento total al didlogo o a cualquier tipo de comunicacién con Ia otra persona. Al romperse el didlogo entre tu y tu conyuge, aparece una gran w nc nena muralla: 1a del resentimiento mutuo; cada uno cree que ha sido violentado por el otro y se lena de motivos para en- cerrarse en si mismo. El enojo perdura por semanas, dias y hasta meses. Td 0 tu cOnyuge estan esperando el momen- to oportuno para la venganza, negando todo espacio propicio para el perdon. Miedo y temor. Por los malos tratos, te vuelves temeroso (a), apocado (a), pierdes tu autoestima, tienes ldstima de ti mismo (a) y buscas que los demas también te mi- ren con lastima. Sientes mucho miedo al acercarse la hora de la llegada de tu esposo (@)ala casa. Este miedo lo transmites a tus hijos, quienes prefieren esconderse para no ver a su papé o mamé. Es tan nocivo el sentimiento de provocar lastima, sentirte victima, como el de ser prepotente y creer que no necesitas de nadie. Adulterio: Al sentirte rechazado (a), bus- cas de manera equivocada la aceptacion de otra persona y caes facilmente en el adulterio. O, puedes dedicarte a los vicios yadiciones como el alcohol, las drogas, la pornografia, el homosexualismo o el les- bianismo y el juego. En otras ocasiones, recurres a adivinos, brujos, espiritismo u otro tipo de ocultismo, que lejos de reme- diar el problema lo agravan mas. Muy cla- 10 lo dice el Sefior en Deuteronomio 18, 10-13: “Que no haya en medio de ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego; que no haya adivinos, ni nadie que consulte a los astros, ni hechiceros, que no se halle a nadie (que practique encantamientos o consulte los es- iritus; que no se halle ningtin adivino 0 quien ‘pregunte a los muertos. Porque Yavé aborrece a dos que hacen estas cosas y precisamente por esa raz6n los expulsa delante de i. Te portaris bien en todo con Yavé, tu Dios”. Odio, amargura. Pablo en su carta a los Romanos 3, 14 dice: “Y su boca esté lena de maldicién y amargura”. Las heridas causa- das por el odio y la amargura son heridas 1 | graves, las cuales quedan abiertas, sangran- do y poco a poco se convierten en llagas incurables, infectadas por el odio. Las he- ridas no te permiten ver al esposo (a) con el amor de Cristo Jesis, sino con odio, con deseos de no volverlo (a) a ver. Divorcio, separacién, Todo el dolor pro- ducido por cualquiera de las clases de maltrato doméstico enunciadas, lleva a dos situaciones: O los cényuges conviven como dos fieras amarradas haciéndose dafio mutuamente o el maltrato va cre- ciendo, convirtiéndose en el combustible apropiado que activa la bomba de tiem- po llamada divorcio, separacién. De este modo se le abre la puerta al enemigo para que Ileve a cabo su obra destructora de la familia, y lo mas triste es que, en ambos casos, las graves consecuencias son asu- midas directamente por los hijos. Ya se ha hecho un breve anilisis del origen, causas y consecuencias de las heridas que 120 se producen en el hogar. Ahora es tiempo de levantar el animo; ti no estis solo (a), es- pera en Dios y verds “oimo se te renuevan tus _fuerzas y te crecen alas como de dguilas. Correris sin fatigarte y andaris sin cansarte”. Isaias 40, 31. Con la Gracia Divina ta encontraris sa- naci6n de fas heridas producidas en el ho- gar, viviendo la Palabra de Dios. 3. mo tratar y sanar las heridas del hogar? Cuando tienes una herida fisica, no te quedas mirando cémo te desangras 0 contemplando triste y acongojado (a) el proceso invasivo de una infeccién, ni mu- cho menos corriendo por el vecindario para mostrar tu herida con el fin de pro- ducir lastima, sin buscar la cura. Normal- mente tu primer paso, es buscar al médico para que te atienda; de igual manera, en el aso que nos ocupa, la oracién, basada en la Palabra de Dios y de manera constan- te, es el remedio mas efectivo para salvar al EEE EEEttEItISnE EEE tu hogar. Es urgente creer en la Palabra de Dios! Asi que frente a un problema, re- curre a este pequefio manual de emergen- cia espiritual, con fe. De algo puedes estar seguro (a): si funciona. Imaginate con los ojos de la fea Jest, esta junto a tu puerta, escucha su voz que te llama, El espera que Ie abras la puerta porque quiere cenar contigo y ademas sanar todas tus heridas. Apocalipsis 3,20. Oremos con Ia Palabra de Dios: EI Sefior quiere sanar las heridas produ- ccidas por la violencia familiar Amado Sefior Jesis, estoy ante Ti agobia- do (a), cansado (a) de malos tratos, dis- gustos, humillaciones y violencia que he recibido de mi esposo (a), pero a su vez yo también los he ocasionado. Llego ante Ti con una gran confianza en esa bella pro- mesa en la que dices: “Vengan a mi los que se sienten cargados y agobiados, porque yo los Le aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de ‘mi que soy paciente de corazén y humilde, y sus almas encontrarén alivio. Pues mi yugo es bue- no, y mi carga liviana”, Mateo 11, 28-30. Te entrego Sefior esta carga de rabia, saca de ‘mi corazén la ira que me consume como el fuego. Déjame contemplarte cuando los verdugos golpeaban tu rostro Santisimo, arrancaban tu barba, te escupian y se bur- laban de Ti. Cuando te agredian con blas- femias y te arrastraban con una soga, solo asi Seftor mis heridas sanaran. Aplicame Sefior como aplacaste la tem- pestad, permiteme descansar en tu cora- 26n. Me rindo a Ti mi Seftor y te doy ple- na libertad para que acties en mi, Asi es mi deseo Sefior, gracias. Sanacién del miedo producido por agre- siones fisicas “Seiior mi Dios, en Ti busco proteccién, silva- ‘me de todos los que me persiguen. Librame pues 23 | son como leones, no sea que me despedacen y no haya quien me salve’. Salmo 7, 2-3. Me sien- to acorralado (a) por mi conyuge, le tengo terror y corro angustiado (a) cuando me golpea por cualquier cosa, especialmente siesta bajo los efectos del licor. Este miedo lo he transmitido a mis hijos, no hay paz en mi coraz6n, mi hogar es un infierno. “Setior estoy temblando de miedo. ¥ Ti Se- fior cuéndo vendras?”. Salmo 6, 4. Mira Seftor, “estoy cansado (a) de Morar, noche tras noche lloro tanto que inundo de lagrimas mi almohada”. Salmo 6,7. “Seftor, Rey mio y Dios mio, escucha mis pa- labras atiende a mis gemidos, oye mis siplicas ‘pues a ti elevo mi oracién”. Salmo 5, 2-4. ‘Amado Jestis, hoy quiero colocar en lo profundo de la llaga de tu costado, todas las veces que mi pareja me ha golpeado sin motivo, también las veces que me he ven- gado de él (ella). Le Sefiora Ti vuelvo mis ojos. “Cuidame como @ la nifia de tus ojos protégeme bajo la sombra de tus alas, de los matvados que me atacan, de oS aoe ‘mortales que me rodean”. Salmo 17, 8-9. “A quién irta Seftor si solo Ti tienes palabras de vida eterna”. Juan 6, 68. Gracias Sefior, por sanar estas heridas a través de las tuyas, pues “por tus llagas he- ‘mos sido sanados”. Isaias 53, 5. Sanacién de la depresion y la ansiedad Amado Jesiis, en mi hogar no sélo se aca- 6 el vino, también el agua y las tinajas estdn rotas. Rotas por tantas peleas, gritos, golpes, reclamos injustos. Ya con mi espo- 80 (a) no nos miramos a los ojos, como en ‘otros tiempos, con ternura, sinceridad y respeto. Hoy son miradas de odio, rencor y deseos de venganza, Nuestras manos no se enlazan con carifio. Se levantan para 25 | golpear en la cara, para manotear, golpear en la mesa y estrujar con rabia. Tenemos heridas mutuas, como esposa (0) no le encuentro sentido a la vida, vivo triste, afligido (a) angustiado (a), no puedo dormir en paz. “Dios mio, Dios, mio zpor qué ‘me has abandonado? Lejos de mi salvacién la voz de mis rugidos. Dios mio, de dia clamo, y ‘no respondes, también de noche, no hay descan- so para mi”. Salmo 22, 1-3. Yo sé Sefior, “que aunque pase por un valle tenebroso, ningiin mal temeré, porque Tit vas conmigo”. Salmo 23. Sefior cuando llega la tormenta, que me produce depresi6n, ansiedad por el maltrato y agresividad, veo la noche més oscura y entonces me es dificil no temer. “Por eso a Ti Yave levanto mi alma, Oh Dios mio, en Ti confio no sea confuundido (a), no triunfen de mi mis enemi- gos”, Salmo 25,1-2. [26 En medio de la tempestad pensaba que me habias abandonado y te habias olvida- do de mi, pero hoy me acojo a tu promesa que dice: pero “jacaso una madre olvida 0 deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella Jo olvide, yo no te olvidaré. Yo te tengo grabada en mis manos, siempre tengo presente tus mu- rallas’. Tsaias 49,15-16. Esta Palabra me fortalece Sefior, porque aunque mi espo- so (a) me haya dejado de amar, Ti no te olvidas de mi y hoy seré sanado (a) de la depresion y ansiedad que me ataba y me impedia ser feliz en mi matrimonio. ‘Gracias Seftor, porque hoy como en Cand, lle- mas de agua las tinajas y me das a beber el vino del ‘emor Juan 2,1-12. Gracias porque te llevas mi ansiedad y mi depresi6n para siempre. El Seftor sana la falta de perdén Amado Jesiss, para mi es imposible perdo- ‘nar, pues las ofensas son una cadena inter- ‘minable de heridas en mi hogar. ary Hoy me postro ante ti y grito como el cie- 20: “Jestis hijo de David, ten compasién de mi”, Marcos 10, 47, Sefior permiteme re- cobrar la vista espiritual para ver con tus ‘ojos a mi esposo (a) cuando me ofende para perdonarlo (a) de coraz6n. Saname Sefior para no responder con insultos. Esta es una de-mis debilidades, no puedo callarme cuando me gritan, o me hablan con desprecio, me falta dominio propio y rompo la armonia. Tu palabra es sabia y sanadora cuando me exhortas: “‘No de- yuelvan mal por mal, ni insulto por insulto. Al contrario devuelvan bendicién, pues Dios los ha Wamado a recibir bendicién”. 1Pedro 3, 9. Por la unci6n de esta palabra siname Sefior. Padre Amado mi temperamento es muy fuerte, reacciono con violencia porque las ofensas son repetidas y no puedo perdo- nar, ayidame a perdonar siempre. Tocame Sefior, coloca tu mano sobre mi y aquiéta- me. A veces me identifico con Pedro tu dis cipulo cuando te pregunté: “Sefior gcudntas 28 veces debo perdonar las ofensas de mi hermano? Hasta siete veces? Jesis le contesté: no digas siete veces, sino hasta setenta veces siete". Ma- teo 18, 21-22. Hoy te abro las puertas de mi corazon para que entres y te quedes conmigo, en el nombre Santisimo de Jess tomo la decision de perdonar a mi esposo (a) por Jas veces que me ha hecho reclamos in- justos, por discriminarme y humillarme al no aportar dinero, por los celos enfermi- 208, por el vocabulario grosero y la forma como se dirige a mi, por el maltrato fisico que me ha dado y por todo aquello que ha destrozado mi corazén. Hoy quiero pre- sentarle la mejilla de la comprensi6n, del amor, la amabilidad, el respeto, el perdén, el buen genio, y el servicio. Lo perdono de toda culpa en mi contra, lo declaro inocente y uno mi perdén al per- én que Jesiss proclamé en la cruz cuando dijo: “Padre perdénalos porque no saben lo que zo | hacen”, Lucas 23, 34. Hoy me declaro libre de toda atadura por la falta de perdon en el nombre de Jesiis. Amén. Sanaci6n de la infidelidad ‘Amado Padre Celestial, en el nombre de Tu amado Hijo Jestis, dame la gracia de respetar el Sacramento del matrimonio y mantener la pureza en las relaciones matrimoniales. Te pido que no me dejes caer en inmo- ralidades sexuales, ni llegar al adulterio. Hebreos 13,4; perdéname Seftor si he sido infiel. Dame la gracia de perdonar a mies- poso (a) la infidelidad con fulano (a) como Jesiis perdoné a la mujer adiiltera sorpren- dida en infidelidad. Juan 8, 1-11. No permitas que siga apedreando a mi es- oso (a), ayiidame a reconocer mi peca- do que lo (a) ha herido con esta situacién (cantaleta, abandono, rechazo, mal trato de palabra y otros). Ls0 Tinos exhortas a no darle oportunidad al diablo ni a abrirle las puertas al enemigo de Dios, como ir a consultar adivinos para solucionar el problema. Levitico 19, 31 No necesito fuerzas oscuras para solucio- nar los problemas de mi hogar, sino de “Ti que eres la luz del mundo”. Juan 8, 12; con- cédeme la Gracia de no caminar en las tinieblas. Saname amado Jesis y permiteme tomar el buen vino del amor con mi esposo (a). Sanacién frente al enojo Amado Sefior Jesiss, me encuentro fuerte- mente enojado (a) por esto que mi esposo (@) ha hecho conmigo (me humillé, insul- %6, calumni6, mintié, golped, estuvo con otro (a) ). No quiero hablar con él (ella). Aytidame a deshacer este enojo, ya que me dura mucho tiempo. Sefior me apoyo en tu Palabra cuando dices: “Te basta mi 31 ‘gracia; mi mayor fuerza se manifiesta en la de- bilidad”. 2 Corintios 12, 9. Con tu gracia, rechazo todo sentimiento de ira, malas in- tenciones y ofensas. . Gracias Seftor, porque este enojo se disi- para, como se disipan las tinieblas frente al sol. Dame la gracia de acostarme en paz, sin enojo y poder descansar junto a mi espo- so (a), de apoyarme en “Ti que me das segu- ridad”, Salmo 4, 9. Asi sea. Sanacién de la intromisién de la familia en la vida de la pareja Padre Amoroso y Dios Creador, uniste nuestras vidas en el Sacramento del matri- monio, dandonos a la vez un consejo muy sabio: “dejar a padre y madre para unirse al esposo (a) y llegar a ser como una sola persona, en un mismo sentir”, Génesis 2, 24. Dame la gracia de desprenderme de mis padres, de no depender de ellos, y mucho menos de permitir su intromisién en mi hogar. Sefior que escuche sus consejos, acepte su visita como un huésped agra. Sable, con voz para dialogar pero sin voto para decidir en mi hogar. Ayiidame a amar a mis suegros, a recono- er su trabajo formador en la persona de mi esposo (a), que los mire con gratitud, sin rechazo pero con independencia. Asi sea. Sanacién de la competencia y dificulta- des econémicas en el hogar Amado Jesus médico del alma, mi hogar s= ha convertido en un campo de compe- tencia econdmica. Cada quincena compa- ‘amos ingresos y nos insultamos. Aytidame Sefior Jesiis a dejar de ver a mi speso (a) como un rival en la economia Limpiame de la envidia que siento cuan- do él (ella) me cuenta de un ascenso, de un viaje a algiin evento dela empresa para capacitarse. Tu Palabra nos dice que “Ia envidia es carco- ‘ma de los huesos”. Proverbios 14, 30, no per- maitas que este pecado dafie nuestro hogar. Librame del egoismo con mis finanzas, rompe la barrera de la avaricia que hay en mi coraz6n, pues tu Palabra nos invita a “cuidarnos de toda avaricia; porque la vida nno depende de poseer muchas cosas”. Lucas 12, 15. Permiteme compartir con alegria, el fruto de mi trabajo, dame un corazén generoso el dia que me toque responder solo por el ‘hogar, que nunca vuelva a humillar a mi esposo (a) cuando no tenga empleo. Dame la Gracia de aprender a confiar en Ti, especialmente en tiempos de escasez 0 Ls cuando tenemos dificultades econémicas originadas por la falta de empleo u otras sircunstancias. Hoy me apoyo en tu Pala- bra en la que prometes “darnos todo lo que ‘nos falte, conforme a las riquezas y generosidad 2 Cristo Jess”. Filipenses 4, 19, De hoy en adelante confiaré en tu Prome- $2 de que “nada nos faltaré porque Ti: eres suestro Pastor, que llevas a fescas aguas y ver- 42s pastos”. Salmo 23, 1 Desarmo mi mente y actitudes egoistas frente a Ti, para que sanes toda herida producida en el area financiera. Gracias Amado Pastor. ‘Sanacién de las heridas por las dificulta- és con los hijos Amado Padre Celestial, “Los hijos que nos sscer son ricas bendiciones del Seftor”. Sal- mo 128, 3. Yo como padre (madre) quiero conservarias. se J Dame la sabiduria para ensefiar a mis sea tiempo y desviar las llamadas cuando hijos tus mandamientos, no importa que _ S€ van a las fiestas, por ignorarme frente vaya contra la corriente del mundo. No __ 28uS amigos, por no pedir perdén por las Permitas que mis hijos se desvien, nia la ‘ofensas, por las malas respuestas. En fin derecha ni a la izquierda. “Haz que sigan ef ‘Sefior, por todas las espinas que han clava- camino que Ti has marcado y asi vivirin fel. doen mi corazén, ces”. Deuteronomio 5, 32-33. Concédeme el sano equilibrio para “no exasperarlos 0 desanimarlos”. Colosenses 3, 21, sin perder la autoridad. ie palabras hirientes y en mento de ira hasta los maldije. Sélo cuantas heridas les produje por de actuar, En Ti Oh Amado Dios, deposito todas mis preocupaciones pues Tui cuidas de mis hijos”. | Pedro 5, 7, donde estén: estudio, trabajo, con amigos, sitios de diversion o quizés haciendo algo que no apruebas. Toma sus debilidades, inmadurez, rebel. dia, adicciones, libertinaje, falta de fe, mo- das y gustos exagerados. Te entrego todo el dolor que mis hijos me han producido por su falta de respeto, amor, por los desvelos, por no comunicar. PARA RECORDAR Primeros Auxilios para sanar las heridas producidas en el hogar + Busca la Palabra de Dios de acuerdo con tu necesidad y proclamala, persona- lizdndola. Libro: “Palabra de Dios para cada una de tus necesidades”. Editorial AMS. + No hagas a tu pareja lo que a ti no te gusta que te hagan. + Aleja de ti todo disgusto, dialoga, conci- lia. + Cuando recibas una herida no la dejes infectar, de inmediato busca la curacion ena Palabra de Dios. + No acumules motivos de resentimiento. + Coloca la otra mejilla: comprende, per- dona, olvida la falta, alégrate y sonrie. + Ten a mano el teléfono de urgencias para con Dios: la oracién. «= Acércate a Dios y El se acercard a ti. Lse ‘Queridos matrimonios: luchen por sus fami- lias, no permitan que el enemigo de Dios las destruya. Jest les contests: les aseguro que si tienen fe y no dudan, no solamente ee Coren Tras ee ee eee re Rae ee eRe Pee cis Mo eee Me ou Cee Neue mee ny ome ha ee Cee kus ct Pern eee ote es Dee ea See Kee Mace y la Palabra de Dios que te pee eee ae eer wei a hr) Cee ee Ce Ct ea ee Ceres Relea CCA LCL Coe Gericite wy

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