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Los sofistas

Maestros de la Areté en la Paideia griega

El movimiento sofistico en el siglo V a. C. en Grecia significo una verdadera ilustración


griega, en donde las dimensiones ética y política desplazaron las preguntas sobre el
mundo físico de los autores presocráticos. Este cambio de paradigma significo el auge
de la democracia en Atenas, pues con la participación y acción directa de los
ciudadanos se modificó el destino de la polis griega.

Además, con el surgimiento de la democracia, los ciudadanos necesitaban otro tipo de


educación, la cual encontró en los sofistas sus más grandes representantes, pues este
tipo de educación debía de ser más humanista. Es así que, ilustración y humanismo
van de la mano. La ilustración debe ser entendida como el predominio de la razón en
los asuntos públicos. En donde se abandona poco a poco el pensamiento mágico y
religioso. No obstante, a la sofistica le siguieron tres cambios intelectuales
fundamentales que hicieron posible su origen:

1. La medicina que se inicia con Hipócrates y que reacciona contra la


superstición dando paso a un tratamiento racional del cuerpo.
2. La tragedia que da paso a una discusión y reflexión sobre la justicia y
responsabilidades humanas, Eurípides será quien la evolucione hacia el
hombre y la razón.
3. Y por último, la historia que empezará a interesarse por los hechos humanos y
bajo esa óptica abandonara la visión del mundo legendario.

Estos tres movimientos intelectuales darán paso a la democracia ateniense y con ello a
la aparición de la figura de Pericles quien se caracterizó por el espíritu de libertad y fue
amigo de los sofistas. Además, de proteges a los intelectuales, el pensamiento y el
arte.

Sin embargo, con el surgimiento de la democracia el panorama político y educativo de


la Grecia clásica cambió drásticamente, pues ahora era necesaria un tipo de educación
especial. Este tipo de educación fue la que llevaron a cabo los sofista. Y la cual incluía
diversas disciplinas para los jóvenes. Esto debido a que la participación política de la
democracia ateniense era directa por lo que todos los ciudadanos podía expresarse
libremente. Es decir, era la democracia del ágora. Entre estas nuevas disciplinas era
fundamental que los jóvenes dominarán el arte de la palabra, la retórica, la discusión, el
debate, la persuasión, etc.

Esta nueva técnica propiciada por los sofistas permitía la discusión de temas como la
ética, la política, la guerra, la paz y el derecho. Esta renovación espiritual y política fue
posible gracias a cuatro características:

1. Separación del saber mítico y religioso.


2. Giro del enfoque en problemas intelectuales a partir de la razón.
3. Cambio de educación más intelectual.
4. La conciencia que adquiere el sofista de su profesión.

En ese último sentido la doctrina enseñada por Protágoras era una doctrina coherente,
pues sus máximas son interdependientes entre sí. La máximas protágoricas son las
siguientes:

1. Las antilogías
2. El homo mesura
3. Y hacer fuerte el argumento débil.

Las antilogías consisten en que dos argumentos contrarios pueden verdaderos al


mismo tiempo, esto no se debe al hecho del argumento, sino a la forma de verlo. Es
decir, desde un juicio de valor del mismo hombre. Es así que la siguiente frase lo
resume muy bien: una misma cosa es justa e injusta. Esta frase no estaría violando el
principio de contradicción tal como lo señalan Platón y Aristóteles, pues no se refiere a

la cosa en sí. Sino al juicio sobre la cosa. La cual depende de la mirada del espectador,
por lo que termina siendo algo relativo.
El homo mesura, significa que el el hombre es la medida de todas las cosas. Este
argumento va de la manos del anterior, pues si el hombre es la medida de todas las
cosas depende de sus juicios. No sólo del ser individual.

Por último, hacer el argumento más fuerte consiste en darle importancia al argumento
débil para poder debatir sobre los fenómenos importantes de la polis griega.

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