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Actividad para realizar después de la lectura del texto de Freud.

Actividad.  A)

Complete las palabras faltantes desde el texto de Freud “El chiste y su relación con el inconsciente”

En el texto del chiste Freud afirma que el carácter del chiste famillionario no adhiere al pensamiento, sino
que se lo ha de buscar en la forma, en el texto de su expresión.

Así, pues, lo que ha de designarse como la técnica en las palabras, o expresiva, del chiste, y que por fuerza ha
de vincularse íntimamente a la esencia del chiste, pues tanto su carácter como su efecto de tal desaparecen
si se sustituye aquel modo por otro.

En el chiste famillionario, Freud sostiene que podemos describir la formación del chiste, y por lo tanto la
técnica del chiste en este caso, como una condensación con formación sustitutiva.

Actividad . B)

Freud en la primera carilla de Pulsiones y destinos de pulsión nos da una clase magistral de epistemología
enseñándonos que ninguna ciencia parte de conceptos acabados, tallados cabalmente. Por el contrario, el
progreso de la ciencia no tolera rigidez alguna, tampoco en las definiciones. 

Y justamente, de entrada, lejos de presentar la definición, introduce el concepto de pulsión diciéndonos lo


que no es ¿Como va a presentar el concepto de pulsión? ¿Por qué el estímulo pulsional hay que diferenciarlo
de otros tipos de estímulos que influyen sobre lo psíquico?

¿Cuáles son sus elementos y por qué se vuelve central la articulación fuente y meta?  ¿Por qué el concepto
de pulsión rompe con el concepto de instinto?  ¿Qué estatuto particular toma el objeto en la satisfacción de
la pulsión? 

Responda a las preguntas del punto B en una breve síntesis expositiva de media carilla
(aproximadamente).

Freud va a presentar a la pulsión como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático; como un
representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma; como una
medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con lo
corporal. Ella actúa con una fuerza constante y ataca desde el interior. Por un lado se podría decir que son
estímulos para lo psíquico, pero no es suficiente, también lo diferencia de estímulos para lo psíquico ya que
dice que estos últimos se comportan de manera muy parecida a los fisiológicos; es decir, frente a estos
estímulos, que suelen operar de un solo golpe, actúan como una fuerza de choque momentánea y podemos
cancelarlos, despacharlos, tramitarlos mediante una acción adecuada, como, por ejemplo, la huida motriz;
este tipo de estímulos también puede repetirse y sumarse, pero esto no modifica la concepción del hecho ni
las condiciones que presiden la supresión del estímulo, como si ocurriría en la pulsión.

Los elementos de la pulsión son: esfuerzo, objeto, meta y fuente. Con respecto a esta última, el autor
menciona algo que es central: es aquel proceso somático, interior a un órgano o una parte del cuerpo, cuyo
estimulo es representado en la vida anímica, justamente, por la pulsión. Y dice que, aunque para la pulsión,
lo absolutamente decisivo es su origen en la fuente somática, dentro de la vida anímica no nos es conocida
de otro modo que por sus metas, que serían la satisfacción que solo puede alcanzarse cancelando ese estado
de estimulación de la fuente de la pulsión y permanece invariable (y muchas veces para una misma pulsión
pueden presentarse múltiples metas próximas o intermediarias, los caminos que llevan a ella pueden ser
diversos, y estas pueden combinarse o intercambiarse); jamás podría cancelarse o evitarse un estimulo de
este estilo apelando a la huida como sucede en el caso de otros estímulos.

Freud va a exponer que el estímulo pulsional rompe con el concepto de instinto. Este último concepto
“instinto” tiene que ver con la idea Darwiniana, que viene a representar la supervivencia, las respuestas de la
especie ante las exigencias del mundo exterior, que generalmente apelan a lo físico para ser superadas, para
poder adaptarse a ellas (y de esta forma pueden transmitirse de forma hereditaria). En cambio, en la pulsión
la exigencia es interna y de la cual el sujeto no puede huir, es más parecida a una “necesidad”, que podría
ser cancelada con la “satisfacción”.

Al hablar de “objeto”, Freud le va a conceder un lugar especial al momento de explicar la pulsión. Lo va a


caracterizar como aquello más variable dentro de lo que la compone, es aquello a través de lo cual puede
llegar a la meta; es decir, no esta enlazado originariamente con esta, sino que se coordina solo a
consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfacción. Es variable porque puede ser cualquier objeto
mientras que cumpla con la meta y la satisfacción del estimulo pulsional, incluso, el autor menciona, puede
ser tanto un objeto ajeno como una parte del propio cuerpo, puede haber, también, “cambio de vía”. A su
vez, puede ocurrir que el mismo objeto sirva simultáneamente a la satisfacción de varias pulsiones.

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