La historia del turrón

de Doña Pepa
Durante la
época colonial,
en el valle de
Cañete vivía como
una mujer llamada
Josefa Marmanillo. Ella vivía en
condiciones de esclavitud, trabajaba en
la cocina y era reconocida por ser una
gran cocinera.

Un día ella comenzó a percatarse Josefa decidió viajar a Lima para

de que se le paralizaban sus brazos
y manos, hasta que esto le impidió
trabajar por completo. Fue así, como
ella fue liberada de su condición de
esclava, esto fue una buena noticia
para ella. Pero, ¿de qué le servía
ser libre si estaba enferma y no
podía trabajar?
Muy angustiada, se encomendó al
Señor de Pachacamilla para que
la sanara y le permitiera volver
a trabajar como cocinera. Sus
plegarias fueron atendidas y un día,
repentinamente, se le cumplió su deseo
y recuperó el movimiento de sus brazos
y la capacidad de volver a trabajar.
agradecer al Señor de los Milagros
que le había curado cuerpo y
alma. Durante el viaje ella iba
pensando, ¿qué podría decirle al
Señor para agradecerle ese generoso
milagro? Cuando llegó al barrio de
Pachacamilla ella quedó asombrada
por la cantidad de personas que
asistían a la Procesión. Vio las
cuadrillas de cargadores con sus
hábitos morados, las ahumadoras
aromatizando todo, las cantoras y
músicos emocionados cantando, los
faroleros portando sus luminarias
y las vivanderas ofreciendo
muchísima comida.

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 La historia del turrón de Doña Pepa
Josefa decidió viajar a Lima para agradecer al Señor de los Milagros que
le había curado cuerpo y alma. Durante el viaje ella iba pensando, ¿qué
podría decirle al Señor para agradecerle ese generoso milagro? Cuando
llegó al barrio de Pachacamilla ella quedó asombrada por la cantidad de
personas que asistían a la Procesión. Vio las cuadrillas de cargadores con
sus hábitos morados, las ahumadoras aromatizando todo, las cantoras y
músicos emocionados cantando, los faroleros portando sus luminarias y las
vivanderas ofreciendo muchísima comida.

Josefa regresó a casa y decidió que lo mejor que podía hacer

para agradecer el milagro del Señor era usar sus habilidades
en la cocina para crear un postre especial. Algunos dicen que
esa noche soñó con el Cristo Moreno y este le contó la receta,
otros dicen que a Josefa se le ocurrió la receta sola y cuando
llevó el turrón a la siguiente procesión, vio cómo el Señor
volteó y sonrió.

No importa cuál sea la historia, lo cierto es que desde ese

momento, Josefa se propuso viajar todos los años durante el
mes de octubre a ofrecer su postre al Señor y esa costumbre
se mantuvo viva hasta el día de hoy.

¿Qué es el turrón de Doñaa Pepa?

Al turrón creado por Josefa, se le conoce el día de
hoy como “Turrón de Doña Pepa” ya que se dice
que “Pepa” era el apodo cariñoso que tenía.
La masa del Turrón de doña pepa se hace con
harina de trigo, manteca, leche y huevos. Se
forman unas varillas largas que se hornean. Una
vez horneadas, se arma el postre intercalando
capas de la masa con miel de chancaca y se
decora con grajeas de colores.

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