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EL CONTRATO SOCIAL EN LA FILOSOFIA POLITICA MODERNA : VNWAGOW VOILITOd VIAOSOTIA V1 Ni TVIOOS OLVYLNOO 14 La eaducin de esta obra a ido inns pore Ser s) =a ‘Via Val D'Apoata7 40123 Bologna tia Tel: +39 081 271992, sofia politica moderna eso por Alea Bilan Cave, GiaseppeD acaas, Olive Manca, Frans libro forma parte de 1 clecciéndiigda por Alessandro Bind, Giuseppe Duso, Rebeno Esta segunda ein de Franco Angeli incluye una evsin y actaizcio de a bibigrafla de Is primera etn, realizadporl Milne en 198 ‘Traduecn: Mata Rivero ‘Revsada por Antolo very Jo L. Vilacabas (© 1998 por Franco Angel. Est pohbida a repreduccién ttl o paca, efectada con cul «ier tip de meio, compen Infotec, ncnsa de so interne no uorizago (© BA Leserwelt Artes grificas, #46010 VALENCIA ISBN: 84-95841-002 Du: ¥2.378-2002 Imprime:Grafsom SL Arts Grfigues, 38 46200 PAIPORTA (SPAIN) {NDICE Introduccién: Pacto social y forma politica Giuseppe Duso Hobbes: la sociedad sin gobierno Alessandro Biral Derecho natural y poder civil en Samuel Pufendort oli La teoria contractual en los Tr de Locke Adriana Cavarero dos sobre el gobierno Rousseau: la sociedad sin soberano Alessandro Biral Contrato en Kant: del Liberalismo al Republicanism José Luis Villacafias Berlanga Libertad y Estado en Fichte: la teorfa del contrato social Giuseppe Duso, La critica hegeliana del iusnaturalismo en el periodo de Jena Giuseppe Duso Bibliografia ‘Maurizio Merlo y Mario Piccinini 109 153 193 2a am au 367 Introduccién: Pacto social y forma politica Giuseppe Duso origen jemente podria localizarse entre Ia iedad y Ia Edad Media." Sin embargo, slo durante los siglos xv nguaje juridico y politico, e ‘as, cuerpo politico, persona 0 representacién, emergen dentro de Ia Grbita del ccontrato social, el cual se convierte en una figura emblemética que apunta a tuna fundaci6n racional y originaria de la esfera politica? nes di com de tos Geschichliche Grandbeprife ir poltisch-ssialen Sprache in Dentseand, bajo el euidao de O, Baan, W. Con vF, Kostzece, Sturt, Est Kh iniciada en 1971. De R. Koseuisce vase Begriigeichichte and Seialgeschiche, eh Socalgeschiote, Aspete wd Prolene, aero especial el fir Socologie, x a Begifgechichte con Is dR. Kose, ,Feibug-Mlzchen, Ka argues, Madi ip 1965) Aber, 1959 [Cron y eid Giuseppe Duso En contraste con otros contextos teéricos, para la nueva ciencia politica rollada a partir de Hobbes, la figura del contrato social ni ra de derechos innatos que regulen o moderen el uso de Ia fuerza, ni da Iugar a un sistema de equilibrio y acuerdo entre los distintos poderes; sino que ds bien, en contraposicién a lo histGricamente configurado y a todo tipo de poder previo, tiene la funciGn de forjar ex novo la forma politica mediante una raz6n de claridad geomeétrica. Ahora bien, una vez descartada cualquier dife- rencia entre fos hombres a causa de su igualdad originaria, y una vez refuta- {da la naturalidad de 1a dominacién y la legitimidad de las maltiples mods ddades de dependencia entre los hombres, todavia queda hallar el fundamento del nacimiento mismo del cuerpo politico y de su poder. Este poder pol be ser concebido de tal modo que no implique esclavitud o subordinacién entre los individuos. Por el contrario, debe fundarse en la voluntad de todos pata que cada uno obedezca de alguna manera a su propia voluntad, Asi, por un lado, subordinacién total, pero no con respecto a un igual, sino con respecto al cuerpo comin que cada uno ha dado vida por medio del ccontrato; y, por otro ado, soberanfa en el sentido de un poder que, ademés de anular las diferencias, instaura la igualded gracias a su carécter irresistible. Estos, pues, son los elementos centrales de la forma politica, el contrato social, que caracteriza a la época de oro 0 clésica de la teorfa politica, Pero tales elementos suclen ser relegados a un segundo plano en aquellos estudios sobre el contrato social que, o bien se centran en el derecho natural, al cual reconducen todo el derecho positivo,o bien enfatizan las diferentes formas de entender el contrato. Por esta raz6n se considera a menudo que las teorfas de Hobbes, Pufendorf, Locke 0 Rousseau pertenecen a la larga historia del ccontrato dentro de la esfera politica; historia que abarea, de manera més 0 menos homogénea, el espacio temporal que va desde Ia antigtiedad hasta la €poca contempornea Si nos centramos exclusivamente en la distincién 2 ‘Sobre ia posblidad de abode lisnatualismo moder como un todo homoeéneo, a sar de Ins diferencias de pensamiente dels dives autre, cf, N. Bows0 1! giusaturei mmo, ea Storia delle Idee police, economichee scl, oocdinadn por L, Papo. vo IV. 1 ‘Turin, UTET, 1980, pp. 491-35, que deca particular snc a la tematea contac: Bontio, M. Hovsko, Soied «Star nla flsofapolica moderna, Mild, I Sggitore, 197. demas del ib de Ager, se pueden consideer como etios generates sobre el eotrato sca ©, vow Grains, Johannes Althasus und dle Envlllung der naurecichen Staattheoren, Breslay, 1890 (para el marco tetrco de ete texto para ands ampliaeeonstvceign hse, eas del mismo Gerke la obva fundamental Das dewache Genasenschafsrect,etwalnene en Graz, Akademische Dock und Veruganstal 1954) G Du. Vc, Su le tora del eontatte sociale, Bologna, Zaichelli, 1906: Ca . VAUGHAN, Stade in the history of pla philosophy Deore wd after Rousseau, (1923 ed), Manchester, Univesity Press, 139% 1.¥. Gv, Te Social Contract. Aerial Study ofits development, Oxford, Clagendon Press, 1936 (ed modi Sada de 1956) G. Sots Filosofia del dito privat | Inivduaiama edit privat, Tain, Gisppcheli, 1959 a primera ein, con un tial dso, dat Je 1911); E Bante, The Theory ofthe Social Contract in Locke, Roustau and Hue, en Essays on Goverment, de perder de vista que el v radical politica, Pt precisa del elemento asociativo para constituir un solo cuerpo comin, pero {también precisa del elemento de Ia subordinacidn, no tanto con respecto a un solo hombre, el principe, sino con respecto a la totalidad del cuerpo politico fundado sobre la voluntad de todos. EI lugar central que esta forma politica adquitié en el iusnaturalismo maderno parece ser olvidado por la reciente interpretacién del contractualismo clisico, cuyo objetivo consists en legitimar de nuevo al Estado. En el neocon troctwalismo contempordneo se pret vés de una especie de experimento mental, aquellasituaci6n originaria en a y la constituciGn de la forma polities. Tal 1s encargadas de regular la sociedad ididas desde el espac ciones racionales o conscientes de los individuos, El s Esta, no te ende reconstruir de manera imaginaria, a {de los arcana impe- rato resurg asf como una Kantian idea regulad ara jugar sttucional, para determi tnidad con respect lo que es justo y, por timo, para concebir formas nuevas , ls cuales ra, © como una piedra de nalizar el espacio de Ia cooperacién social y de la esfera esttal, es consider: alos individuos como sujetos dotados de raz6n, voluntad y capacidad de libre cleccién, Tales individuos constituyen el punto de pariida sin el que no se jenden las reglas de juego de la asociaci6n politica, las cuales, en tanto pro- dducto de fa Voluntad y de la ra76n, también son determinables y modificables.* Cambvidge, CPU, 1957 (Led, 1947, pp. 86-119; R. Denar, Jeenlocgues Rowseau tl science polique de on temps, Pris (19501 el), Vein, 979% M.D’ ABDI ides del contrat to sociale disp ala forme “De Principat” i Mario Selomonia, isn, Gute, 1956; RScaorney, Untersuchungen ar Geshicve der easphiasophisehenVertrgsthearie in 17 und 18 Jalhunder (Hobbes, Locke, Rowseas Fiche), Disser., Manehen 1962. 4 ‘Sobre el contato como constrccin hipettica ea Kat}, Rats, Theory of ute, ‘Cambridge, Mass, The Belknap Pres of Harvard Univerty Press, 1971 (Teoria dela asta, México, PCE, 1985), Pa esta nuova intepretcion contemporinea del emdca cootacl, er en decid dives dela do Ral ef. JM. BUCHANAR, Freedom in Contiutional Convact, College Station, Texas University ess, 197; R Nock Anarchy State and Uropi, Inc, Basie Books, 197 VAnagufa, estado ywopt, México, FC, 1990) Para a ele eae Ta trtiea del contrat teil y i forma politica contemporines, ef. N. Bow, If contrato social og Népoes, Guia, 1980, Sobre el neocontactaismo, ef S, Wea, La Soci gusta, ‘Argoment per i conrauaono, Nii, I Sapgiatre, 1981 ‘5 Sobre el lugar central de individ pas Ia eonsrucién pole, véase lo que airma R Dannanonr en La soced che cambiz, Bas, Later, 1981; aor qe coined en verge dos con las intepretacionescontemporinss del pensamiento contractual 7a pierde el c esto es, en poder que act en Ia voluntad de dda.en que expres tipo de sumisién. separacién entre 1a voluntad general, en ta cual todos participan en cu ciudadanos, y Ia voluntad privada de los individuos, En realidad, todos deben obedecer a la voluntad general soberana, Mas el hecho de que cada ciudadano sea también soberano no hace sino interiorizar esa diferencia o escisién que caracteriza a la subjetividad politica moderna, ‘Sin embargo, al diferencia, como ya se ha dicho, por no ser originara, se basa en la forma de la identidaad. Es decir, se funda en la volun que, una vez. estipulado el pacto, acaban siendo ex: Taeotded del cuerp Con objeto de comprender por qué a ps miento iusnaturalista sobre el contrato soc respecto a la tradici tas modernas. Téngase presente el autorizado trabajo de Ot von Gierke, quien reconoce precisamente en el pensamiento de Althusi tigen del desarrollo de las teorfas modemnas, una de cuyas maximas y sign ficativas expresiones se encuentra en Ia idea de soberanfa popular de bien es cierto que en los planteamientos de los monareémacos, 1 problema di términos propios 4 el de soberat n pol wmbre, a difer cia de la naturaleza solitaria de los animales, se caracteriza por ser “animal gregabile ad socletetem cum aliis hominibus colende ndo de esta base, describe en su Poli del cuerpo asociado, iduos, el gobernante del cuerpo se trata de una corporsci6n, n importar asociado, -2 un sistema compl que culmina en por el contra aan porque sus miembros no son in jaciones auténoms y con val para el reino 0 consociatio symbiotica s6lo son ciudades y provincias, sino también las aso. 3¢ érdenes estamentos (ordines, status). Por tanto, el reino presupone Ia existencia anterior de esa ire comprender los fundamentos del gobierno del reino, fines particulares."* En este aspecto, Althusius retoma toda ‘como un acuerdo técito causa de su misma naturale- } za, se agrupan y indo-obediencia que tambi } caracteriza a las més esponténeas formas naturales de asociacién. De est | ‘manera, més que inferir la funcién de dominacién y gobiemo a partir de la | forma politica, s Elem = eso I5CE Biden, TV, 10. Convene tenes presente el corcepto de universas de Bat Herbom, eancebida _Ybrofans, Madrid, Cee de Estudio Constacionaes, 19 Nose tra aqut de desconocer la importancia el elemento ascitvo paral histra de tA, Dalla conceirasion dl pore 1,7 ste fragmento seers» as corpomcioes, pero vale a consoiacin | se hace referencia al individuos que 26. reich opaque CE inraduccion 0p. Xl nto, es decir, a todo el cuerpo ase del gobierno en el conse En dicho contexto te6rico acupa | concepto de pacto. Las modalidades del pacto son dos. La primera atafle ala formacién de una aso- j6n de cualquier tipo. Aunque dicha asociacién sea natural, no se produce derechos det cuerpo politico, resulta ‘con el cual se conoce a este administrador en Ia dot dicho término pone de manifiesto que la ms alta autoridad potestas ajena o pertencciente al reino El magistrado supremo se cor mediante un verdadero y particular contrazo, en el lervienen dos partes contraxantes: el pueblo y el magistrado supremo. Aunque ambas pares estin as a la observancia de las cliusulas del pacto,el superior es el derecho que Jina por medio de tal pacto, yal cual se someten dichas partes. undo pacto no 10. En. contraste ‘mas que tener un poder ‘magistrado supremo tiene un sable. Haciendo referencia ala sel poder de los realizada de acuerdo con las reglas impuestas en el los foros representan al pueblo porque incorporan y hacen pre- a realidad simbistica de los cuerpos y de los miembros del , en idad, permanece como dnica depositaria del ya constituidos, s6lo alcanza su verdadero sentido bajo la forma de mandato imperativo, el cual supone la imposicisn de el poder soberan Por eso se puede comprender que el pueblo sea capaz de rect somo depositario del poder eject el pueblo no cl pensamiento de los 2 1 del pueblo, el derecho de resi el principe, La figura 1do que ps sn recibe el mandato debe tuyente precede y es supe- 1e ademas ha sido sostenida permanente y obsesi- responder de su cum juien, después del contrato, nad en polémica con Jean Bodin, revela el segundo y més desu potestad suprema.* Este hecho, ademés dei Inexistencia de dos tesa la porestas del gobernante: sujetos politicos, supone que el pueblo no sea entendido como u ato. Si bien es cierto que, una vez Ge individuos singulares, ya que éstos son transformados en st jén a los magistrados, cada los individues pacto, y los stibditos no pueden sublevarse contra la autoridad constituida. transforma en ), tambien es cierto que ‘Todo ello resulta evidente para los monareémacos, 1 pueblo, considerado como un conjunto de miembros del reino desde el conscientes de que el pueblo no coincide con una deserita por las Vindi ‘ontrapone la delopaign a mandate. como los éfa equilibrio de poderss, dado que si bien los éforos ‘magistrado supremo, también este dltimo vigi sen de su poder en peri lan el proceder det alos éforos para que no abu- embargo, esta concepeién del pueblo, tinico depositario se observ6 anteriormente, dichs o como realidad materializada en los éforos, los cuales repre- famentos y se expresan en los del poder de éstey de lami También en este caso el contrato entre principe y pueblo es un contrato de tmandato, De ello se deduce que el mandatario esta sujeto a ciertos limites y ue asume los tipicos rasgos del istra un poder del cual no es propietarin, ie su fundamento en el pueblo, De nuevo encontrames a oder monérquico, por cuanto nila civitas se ‘espoja del poder politico, ni el pueblo equivale a una multitud de indiviuos 35 Sobre el pueblo como eatdad organiza y sobre clement aris x, véase H, HORAN, Repisemation bei den rans bis auf inf Reusseny, Leipzig Vi fa del puto, propia de los mooaemacas, a sberanta del Lehre vom Herrscheveriag, ea 8 mas que un poder derivado del que debe rendir cuentas 3, LA GENESIS DEL CUERPO POLITICO ¥ LA IDEA DEL ESTADO DE NATURALIZA Un ese cas que, de Hobbes Ia sociedad ‘area ciencias matemé de as dis legios propios de u Est do natura, lac io radicalmente nuevo se observe a p nte, consideran al pacto social como el origen de 88, ¥ que sea capaz de jus ia diferencia abierta entre saberano y sibdito.® cia se basa precisamente en la igualdad natural de todas los hombres, més estado en que vivirian los hombres de las teorfas polit jento se impone la como modelo las fuera de igdten Bundes and dle Lele vom es fmoderen Saat Beri, Danke & Humble, 1969, nto reefproco entre los hombres,” precisarnente en el ‘momento en que dete explicar el paso hacia el Estado, En otros términos, para todos estos autores, ol orden no es algo natural e inmediato sino que debe ser itwido. Bs justamente el desorden, real o posible dentro del estado de natu- raleza, Jo que hace necesario al Estado, el cual aparece como una forma éstable y, por to tanto, capaz de oftecer las condiciones necesarias para climinar el conflicto entre los asoci De acuerdo con esta reconstruccién genética, se puede afirmar si a Hegel que, en realidad, et estado natural no es el primum de ‘rica, sino més bien un derivado, un producto; el verdader la societas civilis que se quiere fundat: El estado ina parte, resta | politica producida resulta ils, que se pr razén y con indepen: 5» ¥ con respecto a la lebe surgir de un acto v e elabora la rio y racional; acto SSTACION DE UN, ‘Cuando por medic de la ividuos de las relaciones histéricas que les ha tocado vivir, caracterizadas miltiptes formas ce dependencia reefproca, de organizacién, de derechos Y libertades, nos encontramos ante unos individuos dispuestos a fundar un orden racional a partic de la manifestacién de su propia voz y vol jento natural permite abrir un espacio donde I ituacién de perfecta igualdad. uede ser frato del desarrollo natural o de un proceso hist6rico, sino del célculo racional y de la expresiGn otenschaislere, ‘ooedinad por R. Lath 966 y 1970, 1,3 pp E.G. Hoa, Cher die wssenschalichen Behandlungsaren des Naturrecht, seine erhatns zu den posvenRechswissenschaf I, Jenaer Kitch Schrife, coor. por. Basiner 0, Poggter, Hamburg Felis Meine 1568, p41, iwi oso para la paz y ta ‘a partir del cual se esta uiversitas, ‘mis bien de un acto por medio del cual se puede olectiva y erear una sociedad, Como el soberano , munca pode modo més be e pacto no , pueblo o ebantarl. El acuerdo enze los hombres expr ye alana . fuerza a un solo hombre 0 a una asamblea. Unicamente (odos. Pues bien, esa voluntad presente en dotacia de fuerza y efi gma seguridad exigda por ns dos soerién esl imprescin- meres eyes natures en ot palabras, seri rela ip Fl para que enel preciso momento de ede los propio derechos, sa posble teder hacia la pa en conformiad con la rz, Por esta casa, la fren Concent en el soberano, apart dese drvada del pat, garni Ia ny esbiiad de est acuerdo, ee oli ela ees pos, coe a inema del progesvo vaciamiento de la tema contact, por lo menos en sentido de qu el conta equee I efeivaexpeson def volntad i wnt pe Spine ach ei ol el in 20 politico se halle cign de las voluntades indi queda relegada a un segundo pl Ja realidad estatal, aun cuando permanezcan al legia la descripcisn de nos elementos, elativos a la mo Fichte, quien, al menos en sus primeros estcitos, pareceria exacerbar los aspectos individualistas det el momento de plantear el problema del origen del Estado, se refie- rea aquel voluntad donde coinciden las voluntades de todos, donde cada luno, al querer conservar su propia voluntad y derecho, desea aquella seguridad que protege simultéreamente Ia voluntad y los derechos de tod aqut es nica la votuat representacién del poder ejec reducir a febe ser garantizado por una forma politica basada en la voluntad de Ios depositarios del poder politico, los cuales encarnan la comin, En suma, al enfatizar Ia voluntad origina el Staasbirger-Vertrag, co de una misma construccién teérica 5, SOHERANIA Y DERECHO DE RESISTENCIA ‘contrato adquieren teérico precedent reamente pueblo y soberano, Antes del pacto, no existe el puel lo después de él se forma un cuerpo una persona; mas siempre a condicién de que al tanto, sea capaz de manifestar la volunad de esa persona y ja ley alcanza su momento decisive en la manifestacién de la soberana que, sin ninguna duda, no puede ser objeto o fruto del SRE T Hoanes, Levathn, XVI ue, tras el pacto, reconocen como suyas las acc tario del poder supremo. En otras 8 al poder politico, Para las interpreiaciones que admiten Ia hipétesis de dos momentos con- tractuales, esto es, un pacto de as lunen y un segundo pacto de subordinacién por el que se ins tampoco se da tina situacién dual como la planteada por En realidad, la sociedad formada a partir del umeate, pues el jeto capaz.de mansfestar una voluntad y rea Ja voluntad y la accisn de toda del pacto se logra con el ws reaparece en los momentos de vaefo de poder, tts, sin eyes impucsta 9 no ST Hoon ed. Cambedge, Combrge iy polio, Madrid, Cents de Est en aparece como un cuerpo sin alma. is mayores diferencias que de ordinario se atribuyen a los con- se trata de derechos que fensa, De igual form: a nnecesario para constituir la sociedad, lo cual significa ceder poder de conservar y defender Ia vida, el de juzgar y castigar a los delin- 1, después del pacto, duos la més minima posi el modo como deben ser tuteladas las personas y las ira en manos del sujeto autorizado para actuar pol ivo que la renuncia del derecho 10 sea defendida por ese sector del pensamiento alemn qu siglo xvu, demost un gran afin por t \Viduos y a sus derech Te 4s significativo resulta que esto emerja cuando se contempla Ia necesidad de oponerse a Ja soberanta absoluta de Hobbes. El mismo Kant, en SSE B. Senaca, Th S56... Lock, To Tie 32 las pAginas donde de que éste cometa alguna ‘mente la posibilidad de g supremo, y asuma ana posicién contraria a la trad aca !aduciendo el pretexto de abuso de poder, concebfa la posibilidad de a contra Ia persona y la vida del depositario del poder supremo (monarcomia chismus sub specie ryrannicidi), tencia sigue siendo ana de las peculiaridades del pensamiento ‘Aceste respecto no s6lo conviene recordar a Achenwall, quien es citado y ticado en las mismas péginas kantianas, sino también a Pufendort, quien pla tea una posicién, In de distanciarse de Hobbes y de su concepto de soberania absoluta, que seré determinante para la evolucidn de las doctrinas del derecho natural. La misma separacién entre el pacto de asociacién y el de dominacién afectaba a los limites de la potestas soberana, En efecto, en el con dominacién el deteniador del sunmum imperium aparece respetar dicha forma contractual. Sin embargo, el coetus de Aetenta un poder similar al del soberano de modo que pudiéramos hi un equilibrio de poderes, sino que se limita a representar la permanencia de la ‘agrupacién para que, en caso de vacto de poder, se pueda transfert la sobera~ nfa a otras manos.” Ciertamente, se habla del concilium como 6igano de ‘control y, por tanto, de un imperiuo limitado, mas Ia forma negativa de ope- tar de este consejo le impide convertirse en un verdadero contrapeso del ‘summus imperans donde se deposita la instancia suprema. De esta manera, empieza a surgir un tema, el del control de la autoridad soberana, que después de Hobbes tendré una gran repercusiGn, El control del soberano resulta contadictorio con el concepto de soberania porque implica un poder superior al magistrado supremo y, por lo tanto, la no soberanta del sobe- ano. Este problema la sido desvelado por Kant al hilo de su argumentacién en 57.CE 1 Kao, Ober den Gemelnsprach: da mag in der Deore sckig nigh fr die Pras, Ak Aus, VI, pp 299.300 (Teoria y Price, Mati, Tec 38 Ck. MetaphysischeAnfangsgrinde der Rechutehe, Ak Aus, Vp. 320 ha, 19 en el pensaieno de Pufendor, pos lida del Estado. Cf. Aldasius. op. 86. | i i i Introduccin: Pacto st contra de pabfa anticipado al proce No obstante, el pens 4 superar las dificul- far la reflexién de del soberano que un ord positiva comporta que el sibd magistrado supremo, 1 del poder sélo tenga enfrente a sibditas obedi © antagonicos. Toda su investigacién versa sob jonales que permitan la suspensiGn de ese poder, y sobre la inmedia- aque para estas doct viene recordar, a propésito epositario del poder pol derecho de resistencia, que el control 0 se produce sin necesidad de una duslidad de dos. Tampoco debemos olvidar que, segin la ju iin, al -aparicién junto a la socer un juez comdn, al cual todos estén igualmente sometidos, produce un status ordenado y seguro. GOCE BALA. Fusnoac, Ant-Habbes, oder Uber die Grenzen der Hochten Gea and 34 Giuseppe Duso Por tanto, el verdadero problema, origen de situaciones de dificil coherencia torn al quis judicabie? de Locke, la guerra entre el pueblo y los gobernantes que han trai- confianzz genera una situacidn en ciesto sentido parecida a la del estado natural, pues en ese escenario, al no haber un juez comin, tan s6lo queda apelar alos celos. A pesar de que ese tiempo rev objetivo el restablecimiento del orden y de la razén tes, todo cuestionamiento de Ia leg juicio pone en peligro la maquins uestion del quién juzgard y, por consiguiente, de quién puede sit por encima del soberano sin necesidad de ejecitar el poder supremo, comy a y confunde la nfida exposicién de Feuerbach, Asit permite detectar una de las aporias fundamentales del pensamiento de Fichte, pues el alemin, aparte de conceder al pueblo el derecho de j 808 y de equilibrio de poderes, sino en sder la separacign entre quien detenta soberano se comport ‘cumple la funcién por rgado el poder supremo, lade pro- teger y custodiar la rex publica. S6lo entonces queda anulado el pacto en del cual se constiufa el poder supremo, Segin Feuerbach, «que con su poder absoluto puede elegir y hacer uso de todos los medios nevesarios para alcanzar el objetivo del Estado, no puede ser juzgado o casti- ¢gado. Ahora bien, como dicha soberania no se identifica con Ia persona fis del gobemante supremo,” éste s6lo puede disponer de! poder soberano si actin de acuerdo con la voluntad general ‘Tampoco debemos olvidar que, para el tun juez, fuera de Dios, capaz de juzgar y controlar al soberan cierto que el soberano ha sido autorizado para detentar el poder supremo con la condicisn de ofrecer proteccién a los ciudadanos, y brindares esa seguri- dad sin la cual no pueden perseguir su pendencia y libertad reciproca. La ob contrafda por los stlbitas con {3 Sobel pecsisteci del conflict en cl sites politico lckiano, ef Pascua, 1 dela polite. Lo sat dinatara ridad. La subordinacién de todos al soberano suprime la subor- iduo a otro, y hace finalmente pos Después de Hobbes, el problema del control es siempre presente, de que el soberano lidad de que su persona nats persona pil 6, LA LOGICA DE LA REPRESENTACION La manera en que, de Hobbes en adelante, se ha entendido Ja soberania std estrechamente ligada al concepto de representacién. EI mismo vinculo entre soberania y forma representativa puede causar cierta sorpresa, sobre {odo si tenemos en cuenta que parte de la cienciz politica contemporsinea apli- a el concepto de representacién a las insttuciones legislativas fundamen- fadas en 1a voluntad del pueblo y controladas por este mismo pueblo por medio del voto. Pero el andlisis de los autores del moderno iusnaturalismo ‘demuestra de forma inequivoca aquella relacién, hasta el punto de que, por Jado, ven en el elemento representativo la principal garantia para imped riedad de la voluntad soberana, y, por otro, consideran que resulta ‘imposible liberarse de ella, es decir, no se pucde descubrir la realidad y la representados fuera de esa voluntad soberans, icativo que, en el Leviaidn de Hobbes, el capitulo relative al lcado a la definiciGn y origen del cuerpo politico. Asf como este timo s6lo puede ser pensado a partir del concepto parece igualmente dificil hablar de persona en el estado natural, serie de movimientos internos de la psique. Hobbes incluye dos elementos en su definicisa y etimologfa del término persona. El primero afecta al sentido fnsoco de la mista etimologia lating, segtin la cual per con el disfraz 0 la méscara utilizada por el actor en la representacié Desde este punto de vista, personificar equivale a interpreta, arepresentar Hobbes emplea el concepto de persona para mostrar los resultados de un acto que, lejos de reducirse al consentimiento y la concord “unidad real de todos los individuos en una hecho de que esta persona sea 1 no significa que una vez.constituida ne existe ninguna po del cuerpo politico, La persona ficta del cuerpo ccuya ela requerido un a se atribuye a , a la. universtas, las caracteristicas y cualidades ji Personas fisicas. Dentco del Ambito de la teoria de las con sobre todo, ‘ones desarro- atores, se ela bya awe en uricos. No ohstane, el coneeplo de person, jo “pertona mo 2 (1982-89), inerar modern della person gure, vo, mente pp. 80 y ss argo, s persona juridica excede la realidad de los individuos, sen todos sus miembros, ella no experi significado de este concepto, “orgénico otorgado por la teorfa de la persona ficta 0 repre- indica que un cuerpo creado attficialmente sél> puede actuar papel de representarla. Al earecer de reali 6n del representante para expresar y dar ejos de coincidir con ta voluntad dado que no s6lo resulta i representacién, sino que tampoco existe previamente o al margen de esa accién ntativa ninguna realidad o Voluntad expresa de cardcter polit no existe ni cuerpo politico, ni persona, in de Ia accién del lidad politica. Por eso, Hobbes puede decir que el pueblo, en cuanto deja de Ser una mera multitud, manda siempre a través de su representante. Asi suce- deen una monarquia, donde también el rey es e pueblo, y donde la voluntad del pueblo coincide, de acuerdo con la I6gica de. pacto, con la expresada por el monarca.” 73 Vease el eter passe reordado co I ota 15 prtancia dl conspto do repeeenaciin en Hobs, incu en ese volamen. Pars comprende la cele- Vanci eis y a esuuctara dl principio de la repeesntacin es peciaatender J flexion relzaa en la Alemania de los aos vente, en patel a ls obra de G. Lemotz. Des Wesen ase ef ensayo de A. Bra. sobre ner Kathliins und place Form, Munchen, Tete ed. 1923), sobre todo ls pp. 29y s.En nas brass ala quel eacin 38 Giuseppe Duso cexisten Voluntades privadas, Fuera de ella no se puede rer del pueblo, Esta misma coherencia se observa en la negativa de Kant a admitir un derecho de resistencia contra el soberano. Ello se debe, una vez mas, pueblo slo puede juzgar ‘masion del coneeno di roppresentan, 0. PP. 12S. T6CE T Hows, Levedn, XIX, dn: Pacto social y forma los, nicamente puede expresarse yperans). Puera de ‘pueblo aparece como un conjunto de si EI hecho reconocido por Hobbes de que el representante es tambi persons natural con sus pasiones particulars, coastituye generalmente, como sostiene el pensamiento posterior, la rafz de la comrupcién politica. El soberano olvida Ia exencia de Ia representacion y 1a causa de su constituci6n, ‘paz, Ia seguridad y la independencia de los individuos, cuando subordina voluntad i lereses particulares de su persona privada. Esta icién se halla en el fondo del intento fichteano de pensar en un orden cons- tirucional donde sea posible la presencia de un pueblo que, sin embargo, cuan- do el Estado ya esta constituido no interviene en la representaci6n legal y, por tanto, se encuentra disuelto en un conjunto de stbditos. No obstante, 1a bis- {queda de una nueva via que permita reanimar a ls comunidad, incluso al mar- zen de Ia legalidad mediante una representacién existencial, siempre supone una grieta en el Estado formal de derecho. El infento de replantear, como ya habfa intensado Locke, el rfgido soporte te6rico de Ia representacién, no se puede comprender a fines del siglo Xvut si ‘antes po tenemos en cuenta las criticas més radicales efectuadas por el Social de Rousseau y por la Revolucién francesa, cuya ruptura con icin y voluntad nacional. 7.LA CRETICA DE LA REPRESENTACION La insistencia iusnaturalistaen los dos contratcs,en el de asociacién y dor solo gobernante, pro- un cugndo tiene un origen contractual y se funda en Ta voluntad de todos o del pueblo, const ‘una forma de esclavitud. Carece de validez.y de fundamento racional porque condicién de subdito y de esclavo resulta contraria a la pendiente del hombre: “renunciar escribe Rowsseau~ a ‘su cualidad de hombre”, y, por consig anteriores teorias contractuales, un acto cont I De una forma més radical que en otros autores, Rousseau ve en los pri au Giuseppe Duso cl objetivo final del cuerpo politico. Ahora bien, no se puede propon ‘mente Ia vuelta a ese estado de naturaleza porque ya ha sido defini perdido. La nica cconsiste en recurs al pacto social con el pro ‘o de fundar una socizdad justa basada en aquellos principios racionales. Sélo dentro de ese cuerpo politico nacido tras el pacto se puede hacer realidad en su forma més elevad bertad civil sobre la natural.” El mayor problema consiste en consttuir un cuerpo politico que suprima la dependencia entre los hombres y la condicién de sifbdito. Por eso, el pacto '8e concibe como una aportacién que toda persona realiza al alienar sus dere. chos en favor de Ia comunidad entera.® Ciertamente, en este acto cada uno 30 tierapo, se yy forme parte de Ia voluntad soberana, No se supri- be ser total y sin reservas para que Ia unién sea cede a un hombre o auna asamblea a tica. Los asociados siguen siendo ley Estado; pero, como ciudadanas, también son soberanos 0 participes de la in de mando y obediencia generada a partir del pacto no convierte alos individuos en esclavos de otro hombre, sino ‘que los hace dependientes de una ley creada por ellos mismos en cuanto sobe- anos, ‘Naturalmente, Rotsseau no suprime la diferencia inherente {de mando y obediencia, pues sin la capacidad para mandar a todos los sib tos que cumpian sus obi quien rehusa obedecer la voluntad general, no de seguridad que, a juicio de todos los contract resulta indispensable ‘en Ia sociedad civil. La coaccién no se puede explicar si no reconocemos que en cada individuo se puede dar un conflicto entre su volunted individual y la voluntad general: “su interés particular puede hablare de forma muy distinta ue el interés comtin”” Sin embargo, ese conflicto no tiene lugar entre su 80.CE idem 16. 81 Ibidem. No se poede amar qu a alienacn de los derechos sea una isin © un mero pio metodldgico, como dice Det Veccito en Sula tora del contrat soca, ‘uo en so tla, no con lade uno soo do ss miembros, con a de oda Is voltae epics ue mer de ono con asa de fdr as ol Stan Una vee msn von pen no pode sr comparada con as nds prtclares porque rca, Por nt, ni podenoeeogonar soi contend pllco ena volun prva de os inidos, ni eit un i jembro de Ia sociedad capaz de expresar dicha voluntad, a od rasgos propias del absc fico es un hecho pov yearns de : Iino perfecto, pes, det de cliinarse od desguldd, loge fs complet ldenifcatn ente an negativo la necesidad de subordinarse al soberano. Es j tipica de Hobbes, jendo bastante consciente de los concupiscencia y de las pasiones de 1a persona natural del soberano, no pro- ponfs la subordinacién al soberano como bien supremo, sino como un mal ie los males derivados de tales defectos eran mucho més ‘miserias y horrores que acompain a toda guerra civi “esa disoluts condicién en la que se hallan los hombres cuando no hay auto- n alas leyes, y donde falta un poder coercitivo que les ate las trata de una persona \dad de Ios individuos que 1 instituyeron en el pacto, no supremo. El deber ser se confunde con el soberano, por el solo hecho de serlo, cearfcter absoluto de este sujeto per vertimos que no se puede imponer ninguna ley fundamental al puet era el contrato social”.* 15°F Hones, Levioun, XVI, p 154, 61.1, ROUSSEAU, Del contrat oc, 1,7. 85 biden 1,7 42 Giuseppe Duso ue para Hobbes tampoco exi lienacidn se realiza en favor del cuerp tre Rousseau y sus predecesores radica en el hecho de que, carece de voluntad mientras no sea representado por alguien capaz de expresar el querer undnime de! pueblo, Para Rousseau, en cambi necesidad de un repres te: siendo el soberano ~sefiala Rousseau un ente colectivo, “no puede ser representado més que por s{ mismo”. La efectiva voluntad general no puede ser transferida como si fuera una simple facultad para realizar alguna accién. Aunque resulta posible un acuerdo entre una Yoluntad especffica y la voluntad general, ni puede garantizar que la blea sea capaz, acuerdo ni puede ser inmutable a de un hombre o de una asamm- represent decir, la sabeta In acci6n leg la voluntad general Cuando Rousseau afirma que la representacién s6lo se da cutive." comprendemos 2erfectamente que este concepto un sig cado muy distinto al utlizado por esa tradicin iusnaturalista crticada por el ‘ginebrino, Para este autor, el problema de la representaciGn no consiste en ‘manifestar a voluntad cel cuerpo comin, sino en hacer que se ejecute esa voluntad, una vez expresida. Por eso, la aciuacién del ejecutivo comporta actos ‘concretas que, en cuante tales, no son propios de la voluntad general. Esta necesaria concrecién del poder ejecutivo alimenta una I6gica perversa: por ‘materializar la voluntad general “el gobierno hace un continuo esfuerzo contra Ja soberanfa”, Jo cual se convient «1 nacimiento del cuerpo politica tiende sin tregua a des Junto a este problem, surge, si seguimos hasta el fi sentaci6n, el de Ia radical negacién de la confianza. Ciertamente, “lav voluntad general siempre es recta”, pero, sin embargo, ésta no coincide con idad del cuerpo politico expresa pm 5p 9.9, Sober ace Rose hopes, sme ne eco cs on alt) 2, especialmente pp. 37-38, ae progia de diose hhumanas. En efecto, sobrehumana es la obra del fundador de Estados, de fuerzas naturales por las sociales y adquiridas. El carécter divi del legislador también afecta a quien acepta ser guido por 10do, la fe, que habfa sido desterrada Ta representacién, regresa con y areconocerse, sin ‘entaci6n, dentro del debate politico y de ta m: in con el principio representativo cuando bablaba de “voluntad comin, representativa".” Precisamente, si algo caracteriza al episodio revolucion: y ala posterior historia de las democracias modernas es el intento de armoni- zar Ia soberan{a popular y 1a voluntad general con el principio representativo. ‘También en el debate alemén de finales del siglo xvi se observa dicha fusién. El pueblo, en su totalidad, aparece como 2 sujeto soberano porque, de acuerdo con el nuevo concepto rousseauniano, no hay libertad sin autonomia. Lalibertad exige la identidad entre sabdito y soterano, es decir, que el sibdi- to obedezca las leyes y, ala vez, contribuya a formar la voluntad comin. Los ‘miembros de una sociedad civil o Estado conservan la dignidad de ciudada- ‘nos porque se les contiere libertad legal; o en ots palabras, porque s6lo obe- ‘decen la ley a a que ellos mismos decidieron someterse en el acto originario del pacto." Tal concepto de libertad, entendida como autonomfa, se encuentra de nuevo en el pensamiento de Kant y Fichte. E’ principio, en virtud del cual cl poder legislativo comesponde a la voluntad colectiva del pueblo, ya no est sujeto a discusién. Se admite que sélo dicha totalidad resulta incapaz de cometer injusticias contra sus partes. Por eso, el funelamento del poder no puede asentarse en una parte de la colectividad sin caer en la injusticia. En 90°C idem. 3 81 CE. idem, 7. ‘92 Sobre a Von commune rp ure een coed por R. Zapper Madi, Alianza, 1989). ‘93 CL. Kas, Meaphyssce Anfangorinde der Rechisehre, Ak. Au, VI $46, p 314 BJ. Sivis, Oeste que ees le Tiers 2 1970p 179 [2Qud 2 el Teeer Estado, Giuseppe Duso A ppesar de que In scberanfa del pueblo consttuye un principio indi ble, el peso adquirido por el principio formal en fa filosofia de Ki ros aleja de Rousseau. Ciertamente, la totalidad, si 1o es, no tien ‘mas, precisamente por ideterminada y sin forma precisa. Para el ‘mismo Rousseau, e cl origen de toda determinacién 0 de todo status, pero él mismo permanecfa indeterminado: ni estaba constituido ni disponia de alguna forma. Pues bien, segtin Kant, resulta inherente a la forma de gobierno (forma regi -publicana, segtin 1a cual el stbdito se convierte en ciudadano y el gobernante, en lugar de ser ‘un déspota, considera al Estado como wn asunto comin o, para ser més exac- tos, una res publica. “Toda forma de gobiemo -escribiaa este respecto el fil6- a representativa es en propiedad una no-forma.”™ La 2 tanto, una forma que, en cuanto tal, se apone & iada e iresponsable de esa democracia radical que, ce como la més perfecta encanacién del gobiemo ‘Segiin el principio representativo, a persona que detenta de facto el poder fo To ejerce como si fuera suyo, pues, en el fondo, pertenece a Ia voluntad ‘general representada. Ello significa que tal gobernante es responsable y debe ‘justar su conducta a la racional voluntad comntn, la cual no equivale a la sim- ple expresién empirica de una asamblea, por muy grande o pequefia que sea, Parad6jicamente, Kant asevera que cuanto mayor sea la proporci tepresentante y el nimero de representados, mayor es la represen quienes detenian el poder politico y, en consecuencis, su respons acrecienta.” Pero aqui el principal problema no radica en la eecucién por el representante de la voluntad particular de los representados, como podria esperarse de un concepto todavia stdndisch de representacién, sino més bien en definiro identificar, por parte de quien detenta el poder efectivo, el conte- nido de aquella voluntad general en donde reside el poder soberano. ‘También, para el prozio Fichte, el principio representativo resulta funda- ‘mental y afecta a toda su teorfa polities; aunque, tna vez més, no en el senti- do de que el representante dependa de una voluntad manifestada previamen- tey al margen de la representaciGn, Por esta razén, atribuye la interpretacién ima de la voluntad comin al poder ejecutivo: y distingue, ademés, esta ‘oluntad racional, que se supone comiin a todos, de las particulares volunta- des de los individuos. wn igen Frieden, Ak Aus, VII 9.352. kann daher sen je Kleiner das Pecsonle der Stssgewalt (die Zsht der Herscher), je. erbser dagegen die Reprisentaion denelben, desio mehr stim die Statverfassimg zur Moglichket des Republikanism" Introduccidn: Pacto social y forma politica 45 ‘yoluatad come mediante la diferencia entre gobemantes y gobernados, contenida en el prin- cipio representativo, se puede establecer ia idensidad del pueblo. 8, HOMOGENEIDAD E IGUALDAD: EL. PROBLEMA DE LOS CUERPOS PARTICULARES Si bien el pacto socal permite la fandamentacién racional del concep de soberaniay, portant, la determinacin de un poder supremo que se sii en un plano completamente distnto al de ls indviduos, este monopolio del poder se basa en la idea dela igualdad. El usnatualismo modern critical relacinnatu- ral de dominacién, en virtd de la cual pueden exstir hombres subordinados a izes hombres. El atifcio ldgco del estado natral sive as{ para denuncer Ia fata de fundamento racional de todas esa relaciones de dependencia desaro- lindas en el eno de una sociedad pluralista que tedavia noes justa. En el estado satura, los hombres se caracterizan por ser igules, ms allé de que sea una jgusldad de hecho, como defiende Hobbes?" c de derecho, como defiende Locke, para quien los hombres son criatura de Dios dela misma especie y valor, por tanto libres de toda dominacin y subordinacin reciproca.” La subordinacién, en sus diversas modalidades histricas de sujecion a una autridad, debe ser suprimida porque, desde el punto de vista natural, no exist nada que justfiqu, de hecho o de derecho, lasubordinacién entre los, ‘hombres. Tanbign para Hobbes, como observaros més ariba, este problema politico no se reducia al simple acatamiento de la voluntad de un hombre, pues a autorfa de las acciones del soberano todos los miembros del ‘euerpo politico. Se tataba de una subordinacién muy peculiar, pues hace igualdad cuando neutraliza las diferecias de fuerza y de poder fisi- lectual que podrfan generar una subortnacién reefproca. igualdad generada en Ia sociedad civil por el poder supremo del sobe- ano, el nico que puede reatizarla, determina una estructura social donde las ‘organizaciones y las asociaciones privadas ceben necesariamente perder influencia 0, por lo menos, nftuenciapoltica en el sentido al que nos est mos refiiendo, En realidad, tales organizaciones siguen estableciendo diferencias y relaciones de dependencia que impiden erear una situacin de ‘Hones, Leviathan, XIN Locke, Segundo tata sobre gobierno, I, 4. 2 Giuseppe Duso ‘gueldad. En este sentido, si bien Hobbes reflexiona agudamente sobre el pro- sma de los sistemas de per res y las compara con las pertes del cuerpo obstante, innegable que carecen de relevancia politica, mas solamente puede ser regulares si tienen un represen tante, se trata de un concepto de representacién muy distinto al que ha alum. brado al Leviatdn. Pues nadie puede representar a una sola parte de tos sibditos, cuando todos ellos son los autores del soberano y se encuentran representades por éste de los cuerpos particu- lares es distnta, mas liitada y se encuentra sometida alas leyes y érdenes del soberano. Si se ajusta a estos limites, el repres ‘cuerpo particular ‘Tepresenta realmente sus miembros, dado que los autores de sus actos son los ‘miembros del cuerpo. Ahora bien, ello s6lo es posible porque el soberano ha Prescrito con anterioridad que el representante del cuerpo cumpla con las rdenes recibidas, Tales cuerpos no son reaidades autGnomas que tengan relevancia politica o que puedan realizar acciones poltticas, expresar ‘una voluntad propia o dar su consentimiento al soberano. Individuo y totalided del son dos polos de It mis con Rousseau, pero con la diferencia de que para representable, Sila voluntad general surge iculares, tras Ia mutua neutralizaci6n de los intereses meraiment viduales contenidos en ella, se debe a que los individuos, y no I los grupos o las corporaciones, son quienes expresan su voluntad, De lo ot trario, en lugar de existe inmum ncias entre las voluntades indi viduales que se compensax entre sf, tales diferencias y terminaria imponigndose sobre la comunidad ita del més fuerte, el cual, en el fondo, es tan s6lo un punto de Y no la voluntad general.” Esta unién de lo generel con lo no con las agrupaciones par ticutares, da ugar a ese concepto de tepresentacicn que se ha ido gestando en Ja teorfa iusnaturalista y que culmina con la RevoluciGn francesa, En el texto, de tanta influencia sobre e! debate revolucionatio, ;Qué es el ercer estado? de Siey@s, la representaciéa moderna aparece completamente fundada en esta bipolaridad. Solo el interés comin y el individual son represeatables, mien. tras que los euerpos con fies particulars generan un poder y unos objetivos 98 CET Hoaxes, Leviathan, XXL 99.06 3). Roussea, Del conrat social 1,3 Inroducci6n: Pacto social y forma politica a fe ae negra un parce grip etl di Sd ene tl vant I tenia de os cerpos pater quedsrlegnda au sept Sepancta esd pt rly eB ssi Martiba vinos que, para Kant lhe, en ta a represetaign ocpaba tn nga cena enw tora dl Estado el elemento eamental dsb de teen ppl elvan en a funda racoal el Bid de derecho yen Ievelacin stbdhowoberano,Uniamente pare Hegel relaciGn individuo-Estado defendida por esta corriente de pensamiento. WE LA TEORIA DEL CONTRATO 9, BL FINAl no ya eh dco, lwo dea igura el onto para expla l ot sony necro de nsec police etn mo ali el prod al fonderad, Por nt pre, el examen de as tos cot fas ange por oa algunos stn In ceded testa epee la hpi contract Noob En aquel petiodo el co lores que lo at garon a tomologr sus pune de vist, rest negate qu concern en algunos Por nei, desl eee, cee resents come el orgen de una soln * tere sobre ln igulda ya homogsnededy por exes través del nitro pode cberano (et Exadomodemo) tee bese ata eom el tsi Jl siglo mt al sil x= we Vasefa comand ura paride Rouen, se pede blade lana manera de clansura de I tora del contro, Una ver descent el sj poltico abso erect, es dei, tras dscine Ia volta genera el pueblo, propia dl cuerpo pln ens tliad ya 0 supe ing pro Blema jsficar le suberdaaln plies de lor dbioelsberno, Aor tetra mdr le de encontrar el mod de expres de tl sito y de arde tr In realidad pole; ex devin en exe momento pene lgrr Paraéjiaments,C-E. Vavonn (Suds inthe higoryof pla! pilsophy 0. 1 ala que con A contrat scll de Rousseau puree terminal dctna del cones. “ Giuseppe Duso constitucién justa del Estado que ga al pueblo como fundamento, La Revolucin francesa pla lemas de quién hace la Constitucién, de I Tercer Estado, con frecuencia identi- stado, Desde entonces el problema histéria sino también en Ia teotia. de las teorias contractuales se deba ficado con toda la nac constitucional aparec Probablemente, la cgusa del dect ‘més a la emergencia expl lo racional y abstracto del ¥ dialéotico. La doctrina Problema resuelto definiivamente por el temporal conttato eriginario, mds bien como un problema que debe resolverse mediante una efective Cons en donde se hace referencia al poder cor c6mo debe ser Ia difererciada y articulada ofgenizacién finalmente, se estipulan las garantias que salvaguardan al ciudadano de log abusos det poder. dor no le debemos tanto ontexto de pensamicnto de su l6gica interna y de onen en movi- proceso concreto por cl cual se constituyen las teorfas contractusles, la razén de la ineficacia de Ia figura del contrato para explicar el origen y la esencia del Estado, Ante todo, Hegel aclara que el estado natural no es un momento orgi- nario, sino una ficcién creada en funciGn del estado civil que se desea funda © en otras palabras, no consttuye un primum, sino un producto de ese raze, namienio genético al cual nos hemos referido més ariba, Hegel pretende ‘contestar a esa pregunta ausente en las construcciones conceptuales lusnati, ralistas, y que lentamente iba haciéndose explicita y consciente: uiere saber e6mo las diversas voluntades se pueden expresar al mismo lien Po y en un dnico pacto. Si bien la respuesta se encuentra en la voluntad sal presente en todos (y no en el acuerdo de las diversas voluntades par 10 €s menos ciero que, en cuanto las voluntades son entendidas en Se particuaridad, el acuerdo acaba teniendo un cardcter accidental porque, in, Ios individuos quieren cosas diferentes. Desde este punto de 4a voluntad universal a euya formacién han conttibuido los individuos se comprende como alteridad, como un poder exterior, del cual han nacido Inrroduccién: Pacto social y forma politica tos Estados. El soberano aparece aqut no s6lo com ‘como condicién del pacto; razén por la cual no del contrato social, una mers ex; gine Ee ee a figura del contrato encuentra su lugar mds apropiado en el cto del. reco modem So pivado yen rlacén que Hegel exablce ened $-Somnin pica. En el itp ons dl con y a “ne quem indi prsaprenneistic el xins Jose itr ory coo opus i car el orien y ln snc del Estado, La insein el paca, fencid parHgal a un mo concep do dsc pad dente dl {reco plone Ia principal causa dela eonsin del maentendiso Soe arlene Bad" = "para icamente, este resultado ya habia sido apuntado por las teorf dou ldo, qu ex jing espacio par un asevo pac 3 9 ene stad forma vida y eed ; : sues individ exesan nel context dela eof heels, toe ue ee co tds su singaliad pero ya no puden conetive en fndamento de Edo, ues dejan de se onc § slamente dentro de la compleja reali n recedente y tao slose concen ome esd I y lo politico que es la Verfassung (Coc, ono seit mis amp elnlig del trin) del lege, si bien la Epoca moderna es un proceso en el que la sub- ipa mgs ppl erate en 2 pods eta ‘manifestacin de Ia subjeividad de los individuos, aunque también deba 9 necesariamente a través de ella. " Resimente en Hegel ses algunos deo elementos centres dn to- sfa contractual, como Ia racionalidad del Estado cate el clement de a eubjetvdad indi y el enero ex. Sin embargo, esa rac sues oo sg y ota esta rmisma forma que la relacin individuo-Estado deja de ser una relacin tan F Hsoet, Rechsphilosophie, cord por KH. ing, Statyat, Pommann- 74, $15, 50 Giuseppe Duso de las teorfas del contrao social. Su retomo ya no parece posible. Una casa uy distnia es el neocoractuationo contemporaine pues surged neo, pues surge dentro de ‘una realidad radicalmente distnt,y, ademas, ya no se refiee «esa conse. Jacidn conceptual que, segtin la teoria del Estado modemo, reunta a los conceptos de pac dos privados por ee at, superar as pares implcad lie poder polis, odo lov debe «gue hcl Coneo rico-poltico de i neva tera concn y a qu a forma Ena, torzaa por ame cies pitn, res efeaz pat ompendeg el conte contempories.= 102 CFG. Duso. A. Brasesuss, ignagso del conrao eplitcid del nguel, en {aborstra ple, 952,n° pp. 26Sicepeamene Sy BA ee ‘Hobbes: la sociedad sin gobierno Alessandro Biral la sombra de la guerra ci ‘menos, de eliminarla en sus conciudadanos fueran engafiados con falsas argut desde el exilio francés, modifica sw inicial programa de trabgjo, y se apresura ‘a redactar el borrador de la que posteriormente constituira la tercera y ttima parte de fos Elementa philasophiae; dejando para después Ia publicacién de las ‘que, segin la disposicin metédica, eran las dos primera secciones, ‘Ast, en 1642, entyega a In imprenta el De Cive. Mersenne, Gassen« acogen con entusiasmo. Mersenne, quien ya habia ‘do en su libro de 1644, Universae Geometriae Synopsis, el Trac de Hobbes, cuya primera edicién aparece en el prefacio de la Ballistica, tam- bign de 1644, invita al lector, después de una breve pero exacta exposicién de Ja teoria hobbesiana de las sensaciones, a que se solidarice con él para rogar 1 Hobbes que no demore més la publicacién “quod philosophiae genus si tibi arideat, precit sm urgeas tu corpus uuniversum posterit deat"! En una cara de 28 de abril de 1646, Gassendi exhorta édico ocupado de la reedicién del De Cive fen Holanda, a publicar ~aun arrebatindoselas~ todas las demés obras que Hobbes ya hubiera escrito (“utinam vero caeters etiam, quae ille versavit perinde extorsisses”), para satisfaccién de “todo el gremio de los que filoso- an con solidez; ya que no he conocido a nadie més libre de prejuicios al Tit por. Lenoate, Mersene oa naisance du méconisme, Pas, 1971. 307

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