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CONTESTA EXPRESIÓN DE AGRAVIOS

CUESTIÓN CONSTITUCIONAL

Excma. Sala:

CARLOS MARÍA GAMBONI, abogado, en la participación


conferida en autos “IGPJ C/ CLUB ATLÉTICO ROSARIO CENTRAL S/
RESOL.ADMIN (REG.CIVIL.INSPEC.PER.JUR)” - CUIJ 21-05017636-0,
con el patrocinio letrado del Dr. LUCAS EZEQUIEL AQUINO, a V.E.
respetuosamente digo:

I- CONTESTA TRASLADO:
Que siguiendo precisas instrucciones de mi representada,
vengo por el presente a contestar en legales tiempo y forma el traslado
corrido mediante providencia de fecha 24 de Octubre de 2022, solicitando
desde ya el rechazo con expresa imposición de costas de los agravios
expresados por el Sr. José Criscenti; ello, a tenor de los argumentos de
hecho y Derecho desarrollados a continuación.
a) Negativa
En primera aproximación y por imperativo de rito, niego
todas y cada una de las consideraciones fácticas y jurídicas formuladas
por el Asociado recurrente, excepción hecha de aquellas que sean materia
de reconocimiento expreso en este escrito. En particular:
Niego con especial énfasis que el padrón electoral del
Club Atlético Rosario Central no cumpla con ninguno, o aún que
incumpla uno solo, de los requisitos necesarios para que se lleve a cabo
un proceso electoral transparente, extremo que la parte recurrente
afirma con total liviandad y –como objetivamente surge de la simple
lectura de su libelo-, sin fundamento probatorio en hecho concreto de
ningún tipo.
Niego que las irregularidades supuestamente verificadas
(EL ESCRITO QUE CONTESTO NO INDIVIDUALIZA NINGUNA) fueran
consecuencia de un ataque informático extorsivo (hackeo) que sufrió el
sistema informático del club; ni de ello ni de ninguna otra causa, ya que
insisto:
-ni el registro de asociados,
-ni el padrón consolidado a los fines de la celebración de los
comicios de elección de autoridades de mi representada,
adolecen de vicio mínimamente trascendente alguno, y en
lo específico, que deba inevitablemente ser subsanado por la presente o
por cualquier otra vía extra asociacional.
Es falso que como consecuencia del hackeo sufrido en el
año 2021 los datos obrantes en los registros de la Institución se hayan
visto modificados en relevante sustancia de fidelidad. Para ser
definitivamente específico, niego de manera terminante que se haya
verificado agregación o supresión de Asociados, o modificación de
datos consignados, particularmente los de antigüedad.
Niego que la Asociación Civil Club Atlético Rosario Central
haya reconocido con los alcances pretendidos en el escrito que respondo
la existencia del hackeo denunciado y las consecuencias que el recurrente
pretende absurdamente atribuirle.
Niego que la autoridad de aplicación no haya actuado
conforme se lo exige la legislación vigente, al menos en cuanto el Sr.
Criscenti pretende endilgarle.
Es cierto que mi conferente interpuso Recursos de
Revocatoria y Apelación en subsidio contra la Resolución 1469 dictada
por la Inspección General de Personas Jurídicas, conforme surge del
expediente administrativo agregado a los presentes, ello en tanto aquella
endilgaba al Club un proceder antijurídico, aseveración totalmente
contraria a la realidad.
Niego que la Resolución 1522 dictada por la IGPJ haya
incurrido en autocontradicción descalificante. Niego que la misma no
reúna las condiciones mínimas necesarias de un acto administrativo
válido. Especialmente niego que el acto administrativo impugnado
incumpla el recaudo de expresar la “causa” o “motivo”, y por tanto, niego
que la validad de aquél luzca afectada.
Niego que la Resolución en crisis haya impedido la
subsanación del Registro de Asociados (¡afirmación manifiestamente
voluntarista!). Niego que haya arbitrariedad o ilegalidad, palmarias o no,
en la Resolución impugnada.
Niego que en éstas condiciones se prive al recurrente de
ejercitar su derecho cívico de participar en un proceso electoral regular y
transparente.
Niego que las presuntas irregularidades (que reitero, solo
existen en la imaginación del recurrente, y tal vez ni en ese ámbito, toda
vez que de no ser así serían mínimamente identificadas) no puedan
ser subsanados por la Comisión Electoral, autoridad regularmente
constituida de la Institución en Asamblea convocada el efecto; y
niego que los miembros de la misma puedan ser calificados como juez y
parte interesada.
Niego que el artículo 189 del Estatuto Asociacional
(sancionado en Asamblea Soberana y aprobado por la Autoridad de
Aplicación) infrinja el principio democrático de independencia e
imparcialidad del máximo órgano electoral establecidos en los artículos
14 y 33 de la C.N. y los arts. 1, 6 y 16 de la Constitución Provincial y en los
Tratados Internacionales aplicables, o cualquier otra norma de jerarquía
superior a aquél.
Niego una vez más -obligado por las reiteraciones del
impugnante- que el padrón electoral de la Institución contenga
irregularidades; niego que se hubieran incluido en el mismo,
subrepticiamente (o de cualquier otra forma) Asociados con derecho a
voto (¿?) o con mayor antigüedad a los efectos de postularse como
candidatos a ocupar cargos electivos (¡¿?!).
Niego que la Resolución recurrida haya asignado a la
Comisión Electoral funciones que son propias o privativas de la Autoridad
de Aplicación.
Niego que la resolución 1522 haya infringido de manera
flagrante (o de cualquier otra manera) los principios que rigen el
procedimiento administrativo.
No es cierto que se haya incurrido en infracción del
principio de tutela administrativa efectiva de los derechos cívicos de los
Asociados; niego que el resolutorio en crisis se haya dictado de espaldas a
hecho alguno administrativamente comprobado; niego asimismo que
represente una solución de compromiso, claramente ilegal; niego de igual
manera que evidencie una claudicación de la autoridad administrativa a
las presiones ejercidas por ciertas agrupaciones políticas de la Institución,
sea lo que sea que el Sr. Criscenti pretenda significar con ello.
Niego que la Resolución arroje un resultado irrazonable e
inicuo.
b) Cuestión de insuficiencia técnica
Como cuestión previa es inevitable señalar, con respeto por
el trabajo del curial patrocinante, que el escrito que aquí respondo no
cumplimenta esencialmente los requisitos para superar el umbral de una
mera queja y constituirse en eficaz expresión de agravios; lejos de ello, el
indudable denominador común de la impugnación es una pura y simple
disconformidad con lo dictaminado por la I.G.P.J. Y ello obedece a que,
como abundaré luego, la contraparte no ha dispuesto de elementos
valederos de impugnación, porque no cuenta con pruebas de lo que
sostiene. Un escollo que no puede ser sorteado ni por el más calificado y
diligente profesional del Derecho.
Así, inevitablemente, en lugar de expresar agravios
fundados contra la sustancia de la Resolución administrativa en crisis –la
declaración de validez de los padrones y registros del Club, y la fijación de
cronograma electoral-, lo que imponía exponer de manera clara las
motivos en virtud de los cuales la quejosa considera que con tales
fundadas decisiones el Acto Administrativo sería a su entender injusto o
inválido-, el impugnante abundó en transcripciones de normas, doctrina y
jurisprudencia para intentar darle aparente carnadura a una opinión
divergente de lo dispuesto por el ente administrativo, expresando
también nada más que una simple discrepancia sobre lo dispuesto. De tal
suerte, la impugnación corre por fuera de los carriles de una apelación
efectiva, que exigen demostrar a la Alzada que el Decisorio atacado no se
ajusta a Derecho o equidad, o incluso recae en un apartamiento arbitrario
de las pruebas producidas, o de la ley, o del Estatuto Asociacional, y en su
caso por qué entiende el apelante que ello es así, expresado con claridad y
precisión.
Todo, en una tarea de disección particularizada de los
basamentos de lo resuelto por el órgano administrativo tendiente a
desvirtuar los mismos, siendo en puridad ajeno a este remedio procesal el
criterio adoptado por aquél para haber dictaminado en uno u otro
sentido, siempre que se esté en presencia de una resolución regular y
motivada como es del caso.
Por este solo motivo corresponde el rechazo del recurso
interpuesto.
c) Realidad de los hechos. De la improcedencia del
recurso interpuesto
Sin perjuicio de cuanto antecede, Excma. Sala: la
impugnación que aquí contesto es de una improcedencia y endeblez
argumentativa tales que no amerita otra decisión que el total rechazo ya
solicitado.
Enfatizo que a lo largo de todo el proceso electoral (tanto el
nulificado por I.G.P.J., como el que se encuentra en curso al momento de
este cargo), la Asociación Civil Club Atlético Rosario Central ha ajustado
su proceder a lo reglado por el Estatuto Asociacional y la ley.
Así, el recurso en tratamiento no es más que un nuevo
intento del Sr. Criscenti (y de los intereses y/o personas que
eventualmente lo aúpan) por desquiciar el normal funcionamiento de los
órganos de gobierno de mi instituyente, en aras de un objetivo final que
sólo la parte impugnante conoce pero que busca ni más ni menos que
impedir que la Asociación Civil más multitudinaria y popular de la
Provincia de Santa Fe pueda elegir sus autoridades libre y
democráticamente.
Nada puede concluirse en contrario V.E., porque si la
realidad asistiera al recurrente al menos en una ínfima proporción de la
andanada de acusaciones que formula, hubiera sido diligente y coherente
con lo denunciado, honrando la carga procesal que de manera
indiscutible generan sus propias afirmaciones, habiendo debido
para ello ofrecer, producir o ¡al menos señalar! medios
confirmatorios concretos en respaldo de su discurso.
Note en cambio esta Excma. Sala que el recurrente no trae
a conocimiento del Tribunal ni un solo caso identificado de
irregularidad; no aporta, no ya una sola prueba; tampoco siquiera una
mera denuncia relativa a algún caso pretendidamente detectado.
Simplemente se limita a dar grandes voces sobre gravísimas
irregularidades hipotéticas, pero sin ninguna apoyatura fáctica.
No hace falta ilustrar a los Sres. Vocales sobre la
inconmensurable afectación al Derecho de Defensa de mi mandante y su
masa de Asociados y Asociadas (unas 35.000 personas en derecho de
sufragar), y al Debido Proceso legal, que implicaría acoger una
postulación tan desnudamente abstracta.
¿Cómo puede reconocerse procedencia a una vaporosa
denuncia sobre “irregularidades” en un padrón de electores formulada sin
adjuntar ni citar, reitero, un detalle de datos supuestamente incorrectos
del mismo? ¿sin referir ni un solitario caso relevado? Fácil es concluir
V.E., que de encontrarse ese instrumento electoral afectado por
asentamientos viciados, y muchísimo más con la entidad invocada por la
parte agraviada, los casos testigo o reclamos de miembros de la
Asociación obrarían de a puñados respaldando la impugnación; pero no.
No hay absolutamente nada.
Cabe agregar que esta determinante omisión no solo se
verifica en esta instancia y sede, sino en todas las demás en las que el
recurrente desplegó su fatigoso trajinar orientado a dejar a Rosario
Central sin elecciones. Es decir que tampoco en sus actuaciones ante la
Inspección General de Personas Jurídicas aportó la menor probanza.
Lo hasta aquí expuesto basta para sellar la suerte de la
pretensión impugnativa. Es sin embargo oportuno remarcar nuevamente
que mi mandante ajustó su proceder a Derecho de manera invariable,
tanto en lo referido a la confección del padrón como en todos los demás
actos preparatorios de las sucesivas Asambleas celebradas:
Es de conocimiento público y notorio, e incluso fue
reconocido y denunciado por la entidad en diferentes actuaciones ante la
I.G.P.J., que el Club sufrió el 27 de Enero de 2021 el ya referido hackeo en
sus sistemas informáticos, por el obrar delictivo de desconocidos que
exigían un pago de dinero a guisa de rescate, a lo que mi representada
naturalmente no accedió, procediendo a recuperar la información de su
dominio con mucho trabajo de sus empleados y la contratación de
terceros prestadores especializados en software. No sin tomar tiempo, la
situación fue normalizada, sin que se hayan producido sensibles pérdidas,
agregados o alteraciones de datos.
Fue por eso que mi parte, en el escrito que la misma
recurrente (en forma descontextualizada y tendenciosa) cita, aclaró e
informó textualmente que fruto de aquel ataque “el registro de
asociados y la base de datos tuvieron una serie de alteraciones que si
bien no fueron significativas (el resaltado me pertenece), requirieron
de la puesta a disposición de todos los recursos del Club a efectos de
proceder a la regularización, actividades que a la fecha se siguen
desplegando”.
De lo transcripto se desprenden con meridiana claridad dos
aseveraciones, no desvirtuadas por ningún dato fáctico, que lejos de
avalar, contrarían y desmienten por completo lo afirmado por la quejosa:
1) Que no hubo alteraciones significativas.
2) Que sin demoras se activaron los mecanismos de
subsanación.
Y agrego, ambas circunstancias se ven corroboradas en la
nula existencia de denuncias y/o reclamos, excepto las surgidas de la
prolífica ideación del agraviado y que lo llevaron a promover una tras
otra actividad ante la autoridad administrativa desembocadas en esta
presentación. En honor a la brevedad me abstengo de hacer un
compendio cronológico de aquellas, que constan en autos; es sin embargo
necesario aclarar algunas cuestiones para que el recurrente no vea
satisfecho su propósito de mover a error a esta Alzada tergiversando el
contenido de las intervenciones de mi instituyente en esos
procedimientos.
En este andarivel, inevitable es apuntar que el deliberado
desenfoque de la causa que el impugnante ejerce resulta inadmisible. En
efecto, muy lejos de soslayar la Resolución 1522 de I.G.P.J. los requisitos
de un acto administrativo válido, el decisorio que sí adolecía de ese
vicio era su precedente Resolución 1469 del 16 de Septiembre de
2022, constitutiva de una clamorosa ilegalidad por ausencia de
fundamentación ya que, en lo que aquí concierne, se limitaba meramente
a aludir haber verificado “deficiencias en la registración de asociados”,
pero sin enumerar ni detallar cuáles habrían sido esas presuntas
deficiencias. Obviamente, mi parte interpuso contra ello el pertinente
recurso administrativo.
Pero ni aún en la arbitrariedad que teñía aquel primigenio
dictamen la I.G.P.J. se ha referido a “graves irregularidades” como
sibilinamente pretende hacerle decir el quejoso.
No es un dato menor.
Ello así porque resulta esperable e incluso lógico, y me
animo a aventurar, hasta normal e inevitable, que un registro de
Asociados integrado por alrededor de 65.000 personas, y/o un padrón
electoral extractado de aquél con 35.000 habilitados al voto
aproximadamente puedan contener algunas inexactitudes en la carga
y/o transferencia de datos.
Pero cosa muy diferente es que uno u otro listado
posea graves irregularidades obstativas de la celebración de
elección de las autoridades, tal como el recurrente introduce sin tan
siquiera molestarse en probar. Esa suerte de tesis de la “grave
irregularidad presunta” que oblicuamente propone el agraviado,
REDUNDARÍA EN LA LISA Y LLANA IMPOSIBILIDAD DE CELEBRAR
COMICIOS VÁLIDOS PARA CONSTITUIR AUTORIDADES EN
CUALQUIER ENTE PÚBLICO O PRIVADO.
Retomando; la Revocatoria interpuesta por mi conferente
contra la postergación sin fecha del proceso electoral que resultaba de la
infundada Resolución 1469, fue dictada el 23 de Septiembre de 2022
originó la decisión administrativa en crisis, que si bien no acogió el
planteo recursivo, otorga la certeza de fijar un nuevo cronograma
electoral, el mismo que la aquí recurrente propugna desbaratar, con el
inconfesable propósito de evitar a cualquier costo que en Club haya
elecciones.
Es importante puntualizar una vez más que la Institución,
en obrar diametralmente opuesto, siempre fue diligente y apegada a
Derecho, llegando incluso frente a la infundada alegación no detallada de
supuestas deficiencias en la registración de asociados que contenía la
primera Resolución, a ponerse a disposición para efectuar un
reempadronamiento general, medida tendiente a extremar las
debidas claridad y certeza, y a purgar y/o erradicar las más mínimas
e irrelevantes inconsistencias que pudiesen detectarse en los
registros.
La I.G.P.J. desechó esa alternativa propuesta por mi parte,
lo que habla a las claras de que, no considerándola necesaria,
tampoco advertía irregularidades de registro justificantes de tal
remedio.
Pero aún así mi poderdante llevó a fondo su diligencia, y
desde el mes de Agosto del corriente año viene trabajando a través de su
Área de Socios y con las sucesivas Comisiones Electorales (integradas
tanto por agrupaciones del oficialismo como de la oposición) designadas
por Asamblea, a fin de recibir consultas de los Asociados o Asociadas que
corroboren en el padrón (que se encuentra a disposición pública)
cualquier inconsistencia de datos. Y de esa forma se resolvieron varios
problemas menores y perfectamente habituales, principalmente en lo que
hace a errores materiales o de tipeo en datos de identidad, falta de baja de
Asociados/as Vitalicios fallecidos por falta de oportuna información del
deceso por parte de sus familiares (al no devengar cuota los Vitalicios no
son suceptibles de baja automática por mora), etc..
Cabe adicionar para información del recurrente que, si bien
un reempadronamiento hubiera zanjado de manera relativamente
definitiva cualquier inexactitud de un registro de aproximadamente
65.000 Asociados y Asociadas, las diligencias realizadas en el marco
descripto han permitido a estas alturas del proceso descartar casi
totalmente posibles inconsistencias de datos. Y si aún así, algunas
persistieran y se detectaran con ulterioridad, queda fuera de controversia
que de ninguna manera podrían revistar entidad tal como para abortar la
prosecución del cronograma electoral fijado y en curso de normal
ejecución, impidiendo votar, repito, a los Asociados y Asociadas de la
entidad civil y deportiva más grande de la Provincia de Santa Fe merced a
una pretensión antojadiza.
Ninguna decisión de esta Excma. Sala puede convalidar
actitudes como la descripta, que no constituyen más que el intento de
utilizar el Poder Judicial y abusar del derecho a postular para evadir las
vías institucionales y el debate democrático en el correspondiente marco
intra asociacional.
V.E., el Sr. Criscenti NUNCA se presentó en el Club ni
personalmente, ni por apoderado, ni mediante una nota, ni ante la
Comisión Directiva, ni ante las Comisiones electorales, ni ante
ninguna otra autoridad de la entidad, para articular queja alguna o
formular denuncia de ninguna especie en relación a (reitero a riesgo
de hartar) ningún caso concreto de alteración de antigüedad,
identidad, baja indebida o alta indebida de ningún Asociado ni
Asociada. Pero llega a estos estrados en búsqueda de comprometer
la impartialidad e imparcialidad de los Sres. Jueces pretendiendo sin
más el acogimiento de una postulación recursiva de severísimas
consecuencias materiales, institucionales, administrativas,
deportivas, etc., para mi conferente y su enorme masa de Asociados,
Asociadas y Simpatizantes, en base a sus meras afirmaciones y
presunciones unilaterales.
LOS ASOCIADOS Y ASOCIADAS DEL CLUB ATLÉTICO
ROSARIO CENTRAL SON SUS ÚNICOS DUEÑOS Y DUEÑAS. NECESITAN
VOTAR Y TIENEN DERECHO A VOTAR CONFORME ESTÁ ESTIPULADO,
EXPRESAR SU VOLUNTAD POLÍTICA EN LAS URNAS, RECIBIR
CERTIDUMBRE RESPECTO DEL CRONOGRAMA ELECTORAL Y ERIGIR
SUS LEGÍTIMAS AUTORIDADES. NO PUEDEN VERSE ATROPELLADOS
POR UN INTERÉS MEZQUINO.

II- CUESTIÓN CONSTITUCIONAL:


Para el hipotético e improbable caso de que se haga lugar a
la denuncia formulada, dejo desde ya introducidas la Cuestión
Constitucional y el Caso Federal para en su caso ocurrir por ante la Corte
Suprema de la Provincia de Santa Fe y la Corte Suprema de Justicia de la
Nación por violación de los siguientes derechos y garantías
constitucionales: derecho de defensa (art. 18 C.N. y 9 C.P.); derecho de
igualdad ante la ley (art. 16 C.N. y 8 C.P.); y de las garantías
constitucionales innominadas de la razonabilidad de los actos y del debido
proceso ínsitas en nuestra Carta Magna; dejándose constancia de que en
la especie, una hipotética Resolución que acoja la vía impugnativa
planteada conllevaría sin lugar a dudas llevaría inscripta la ínsita
arbitrariedad por ausencia de fundamentación que implica toda
declaración de existencia de un derecho subjetivo no respaldado en
prueba alguna.

III- PETICIÓN:
Por todo lo expuesto a S.S. solicito
a) Tenga por contestados agravios en legal tiempo y forma
b) Por introducida cuestión constitucional
c) Oportunamente rechace el recurso introducido, con
expresa imposición de costas.
y SERÁ JUSTICIA.-
Firmado digitalmente por:
GAMBONI Carlos Maria
Fecha y hora: 31.10.2022 09:20:16

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