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PENSAR LA UNIVERSIDAD Presente y futuro Maria Isabel Larrauri Carlos Daniel Lasa Pier Paolo Ottonello Héctor Jorge Padrén Compilador: Carlos Daniel Lasa UNIVERSIDAD NACIONAL DE VILLA MARIA Ediciones del IAPCH Copyright © 2007, C. D. Las PP Ottonello, H. J. Padrén, a (ed.), M. I. Larrauri, De esta edicién: Copyright © 2007, Ediciones del IAPCH to Académico-Pedagégico de Ciencias Humanas Universidad Nacional de Villa Maria Campus Universitario, Ruta Nac. N° 9, Km 563, Villa Maria oe 7 Tel. (0353) 453-9134 / 135 / 104 / 129 — e-mail: secinves@ich.unvm.edu. Institut IMPRESO EN LA ARGENTINA Queda hecho el depésito que prevé la ley 11.723 ISBN: 978-987-1330-08-9 LA UNIVERSIDAD COMO FRUTO DEL ESPIRITU Carlos Daniel Lasa La idea de Universidad parece encontrarse bastante es- fumada en la mayoria de las mentes contempordneas, in- cluso de aquellas pertenecientes al propio mundo universi- tario. Lamentablemente, el principio de utilidad que campea la realidad, obviamente también ha teftido a las Universidades. A propésito Jorge E. Dotti sefiala: “Por su parte, una universidad es consecuente con esta hegemonia de lo mercantil cuando desarrolla una politica de los sabe- res que privilegia las disciplinas y 4mbitos tematicos que mejor responden a la impronta instrumental y utilitaria pro- pia del intercambio con vistas al beneficio individual. En la actualidad, esta adecuacién de la universidad al clima epocal vigente sigue el carril del economicismo y del cien- tificismo. La manera como lo mercantil determina la poli- tica de los saberes consiste en expandir a paradigma dis- cursivo (es decir, a modelo de todo el cuerpo de estudios universitarios en sus diversos niveles) la légica de aquellas disciplinas y/o Ambitos tematicos cuya especificidad radica en los criterios instrumentales y utilitaristas, en conformi- dad a una racionalidad ajena a la profundidad del pensar —=—aj 62 CARLOS DANIEL LASA critico”'. La influencia de esta logica utilitarista es 4 magnitud que, incluso, algunos estudiosos llegan a tal que el mismo progresismo se ha legitimado ?, Nuesiig tento, en el presente escrito, no es el de situarnos a I turas dialécticas opositivas (conservadores-progresistas na recha-izquierda, etc.). Nuestro propésito busca situarse mas alla de estas categorias que son producto del no recone, miento de la dialéctica propia del pensar, esto es, la pies ctica de la implicancia y de la copresencia. Pretendemos, en consecuencia, pensar la Universidad, con todas las limi, taciones que puedan acompajiarnos pero con todo el humil. de empefio que nos sea posible. El dinamismo del pensar constituido por los dos momentos de la pregunta y de la respuesta, admite diversas perspectivas, segtin sea la inser. cién de la pregunta en el objeto interrogado. Nosotros que- remos trascender aquellos interrogantes que se indagan por el objeto —en nuestro caso, la Universidad— hic et nune para preguntarnos acerca del origen, forma y fin de la Uni- versidad. Podria objetarsenos que este discurso colocado sub specie aeternitatis ha perdido vigencia dentro de una cultura que reniega de todo fundamento. Sin embargo cree- mos que, incluso aquellos que asumen dicha premisa, no pueden escapar a la necesidad que la inteligencia humana tiene de reconocer en la realidad, mas alla de los cambios que la misma sufre debido a la contingencia, constantes que permiten reconocer la identidad de una realidad a lo "Jorge E. Dorti, “Filosofia politica y universidad: una aproxi- macién” en AA.VV., Filosofias de la Universidad y conflicto de racionalidades, Editorial Colihue, Bs. As., 2001, pp. 36-37. 2f F. NatsuTat; A. M. Garcia RAGGIO y S. VILLAVICENCIO, “La Universidad hoy: crisis de «esa buena idea»” en Filosofias de la Universidad y conflicto de racionalidades, op. cit., p. 30. 63 aL E: U LA UNIVERSIDAD como FRUTO DEE gespinit lexion que bus- 4 de guia para de las bus- e una refll os servir de la situacion ormular un ade a formersidad en la actualidad ¥ poder, de este modo, i adecuadas a SUS problemas. lel tiempo- Consideramos qu constantes n jagnostico 1. El término «yniversitas” latin universitas, 0 universus-a-um de unus-a-um para procede del bre el adjetiv su vez “Universidad” formado so ersal), derivado 4 iversitas Se empleaba ya en latin la totalidad de una cosa: era la totalidad del barco; universitas ora- d del discurso; universitas generis humani, humano. En el latin medieval, univer- sitas se empleo originariamente para designar cualquier co- munidad 0 corporacion considerada en su aspecto colectivo. Cuando se usaba en su sentido moderno denotando un cuer- po dedicado a la ensefianza y ia la adi- a la educaci6n, requer! cion de un complemento para redondear su significado “Uni- versitas magistrorum et sc! holarum”. En este sentido, el Rey Alfonso el Sabio, en las Siete Partidas, se expresa en estos términos: “Ayuntamiento de maestros, e de escolares, que es fecho en algun lugar, con voluntad e entendimiento de apren- oer es saberes”*. El término universitas, a juicio de Emile ue see i sentido eminentemente juridico. Expresa : _ re temino, en efecto, esta tomado del lengua- ee ne unicamente el sentido de una asociacion una cierta unidad, de corporacion. Es sinoni . imo de La palabra nombre abstracto (todo, entero, univ (uno). El término um designar al conjunto de unidades 0 @ universitas navis tionis, la totalida el conjunto del género * Partid. Il, titulo XXXI, ley 1 CARLOS DANIEL LASA este término no tenia modo alguno. Durante este significado especial, habia que determinarla Por ot expresiones. Se decia Universitas magistrorum et scolar, 7 0 incluso Universitas studii; la palabra 5; tudium, en Cfecto, se Z fees e 2 0, empleaba mas para indicar la vida Pedagégica que se de. a trollaba en el seno de la Corporacién”*, En un Paragrafo ae terior al que acabamos de citar, Durkheim se encarga de ad. vertir al lector que hay que evitar utilizar a Palabra Universitas como si la misma hiciera refi erencia a la ensefian- za de naturaleza enciclopédica que brindaban log Maestros . abarcando, la misma, el Conjunto de todas las disciplinas hu- manas *, En definitiva, concluye Durkheim, la Universidad comenzo siendo una agrupacion de individuos Y No una agru- pacién de ensefianzas, expres6 primero la Solidaridad de los maestros mucho mas que la solidaridad de las enseiianzas, Estas dltimas fueron, en definitiva, la consecuencia de la union entre los maestros °. > Por sf mismo Y¥ Pedagogicg en ndo queria darsele un sentido escolar mucho tiempo, cual *Emile DURKHEIM, Historia de la Educacién y de las Doctri- nas Pedagégicas. La evolucién pedagégica en Francia, Presenta- cion de Félix Ortega, trad. de Maria Luisa DELGADO y Félix Or- TEGA, Ediciones de La Piqueta, Madrid 1982, pp. 129-130. * Cf. ibidem, p. 129. ° Cf. ibidem, p BL LA UNIVERSIDAD COMO FRUTO DEL espiniru 65 cia fines del siglo XIV, el término empez6 a usarse nificado que tiene en la actualidad. Sin embargo, ablo mas antiguo —que continu6é usdndose durante el voe iempo- fue el de Studium o Studium Generale. En ee on el derecho romano, corporacion o “Collegium” fect idad de las personas que lo conformaban, con en- Ee ridica para ejercer actos —como poseer y contra- tidad a grupos de personas dedicadas al menester intelec- pated llamaban “Studium” 0 “Universitas”, antecediendo Studi a la palabra Universitas. Durante el Renacimiento, la palabra adquiere el sentido que hoy le otorgamos. Claro esta que el término universitas, formado por los elementos unus-a-um, Y yerto-ere-versum, ha denotado siempre una vie sin globalizadora de toda la realidad, aum cuando haya sido aplicado en sus origenes con un sentido juridico. En este sentido, Alberto Caturelli refiere que la Preposicién latina “yersus” pone de manifiesto el caracter dinamico ya que esta indicando la direccién y el rumbo de esa direccién es- taria sefialado por el unum. Asi, entonces, todo saber en la Universidad se encamina hacia la unidad del saber total ”. La denominacién de universidad aparece escrita por vez primera en un documento de Inocencio III dirigido en 1208 al Studium generale parisiense, en el cual se habla de uni- yersitas magistrorum et scholarium Parisius commoran- 5. El primer Estatuto organico universitario fue emitido Hai con el sig! tum 7 Alberto CATURELLI, La Universidad. Su esencia, su vida, su ambiente, Universidad Nacional de Cordoba, Cordoba 1964, p. 24. 8Cf. Guillermo FRAILE, Historia de la Filosofia. II. Filosofia judia y musulmana. Alta escolastica: desarrollo y decadencia, Bi- blioteca de Autores Cristianos, Madrid 1975, 3* edicion actualiza- da por Tedfilo Urdanoz, p. 143. Ash her “Ww A yA pAt 66 CARLOS DANIEL LASA t el legado papal Roberto Courgon & la Universidad de : P ra en 1215. Ba 1231 el sentido socioldgico corporative ot término “universitas” fue reconocido juridica y académy 4 camente por la Bula “Parens Scientiarum” del Papa Grego. a rio 1X; en 1261 aparece en la historia, como nombre conere " to, la expresion “Universitas Parisienses” —Universidad de paris— término ya proximo al sentido actual. A 2. Origen de la Universidad término Universidad se aplicé en sus una corporacion, gcual fue el origen ja? Emile Durkheim sefiala que la corporacion universitaria nacio, por evolucién esponta- nea, de la practica de la inceptio y de las ideas que traia 9 La inceptio era el grado maximo que se obte- ercer el magisterio. El grado anterior era la licencia. En este orden de cosas, era atribucién del canciller de la Catedral de Paris otorgar la licencia la cual permitia al candidato ser recibido en la inceptio, es decir, en la corpo- racién. Tal facultad del canciller de la Catedral de Paris era ejercida en su jurisdiccion territorial. Precisamente fue esta situacion la que origind el conflicto. Para otorgar la licencia, el canciller operaba discrecionalmente sin ningun tipo de in- tervencién de los maestros. O sea, uno que no pertenecia al cuerpo de los maestros como era el caso del canciller, se in- miscuia de modo determinante en los asuntos del cuerpo a punto tal de poder frenar la carrera docente de un candidato al que los maestros consideraban con excelentes dotes para ejercerla. Esta realidad produjo la unién de los maestros lo Ahora bien, si el origenes para designar un: de la corporacién universitar) aparejadas | nia para poder ej ° CE. ibidem, p. 120. illite. LA UNIVERSIDAD COMO PRUTO tet. esptary cual dio paso a una fuerte organizacién. Ry Papado los aper ya y, a través de diversas bulas, ac Tecientan su auton . mia Guillermo Fraile refiere que, con motivo de ciertas turbu lencias entre los estudiantes y el Preboste de la ciudad, en tre 1192 y 1200, maestros y estudiantes se trasladan a la ori Ma izquierda del Sena para sustraerse de ta Jurisdiccién refugiandose en la abadia exenta de la montafia de Santa Genoveva. Asi, pues, maestros y estudiantes se agruparon en una especie de corporacion gremial o Sindical, que fue re- conocida por Felipe Augusto en 1200 con el nombre de Stu- dium Generale Parisiense, y después por el Papa Inocencio UL, en 1208 ". Ahora bien, haciendo caso omiso de los hechos que die- ron origen, en un tiempo y en un espacio precisos a esta realidad que hoy denominamos Universidad, nuestra postura defiende la tesis siguiente: el origen de la Universidad se encuentra, mas alla de las situaciones contingentes, histéri- cas, en el hombre mismo. La Universidad no es sino expre- sion de las exigencias que brotan del mismisimo espiritu del hombre. Y la exigencia de saber es una con el hombre. Aristoteles abre el libro de la Metafisica expresando que to- dos los hombres desean, por naturaleza, saber. El Rey Al- fonso el Sabio, tal como lo sefialaramos, referia que los maestros y discipulos se reunian en pos del saber. Karl Jas- pers afirma igualmente que “la voluntad de saber originaria es el estimulo dominante en la vida de la universidad en do- centes y alumnos”"'. Esto significa que el saber es una con- "© Cf. Guillermo FRAILE, Historia de la Filosofia. Il. Fi ilosofia Jjudia y musulmana. Alta escolastica: desarrollo y decadencia, op. cit., p. 144. " Kart JASPERS, La idea de la Universidad. Traduccion del aleman a cargo de Agustina SCHROEDER de CASTELLI en La idea Ou os CARLOS DANIEL LASA 68 hombre, un acto que lo distingue de} onsar. El acto de pensar es siempre cia el objeto de su busqueda: fq ue exige, del es: el pe | saber, ha! nuestra tesis sostiene que la Universi. quista 4 resto de Jos ser tension hacia e| ente, precisamente, nue — jad Ja expresion del pensar. Sucede que el espiri es unidad en la diversidad, y verd os sino dad no es 5 humano, el pensar mismo, a tu nizacion universitaria no ¢s sino la plasmacién de la orga' igencia que surge del mismisimo espiritu humano. ex! Gare consecuencia, Ja tarea que se impone para entender |a azon de ser de la Universidad, es la de pensar el pensar, rr a. El pensar Maria Adelaide Raschini afirma que el pensar es el signo mas distintivo de nuestra finitud "2. Y este acto, cual es el pensar, solo se da por y con la asuncion de cualquier enti- dad por parte de la mente misma. Expresa Raschini: “...Ja entidad, sea de orden fisico o de otro orden, como puede ser un numero, que no sea asumida por la mente, no puede ser pensada, no puede ser conocida; si es asumida, y por lo tan- to pensada, deviene «objeto» ya no mas extrinseco sino pre- sencia objetiva” 3” Ahora bien, ,qué es aquello, que existe en el espiritu, que tiene el poder de constituir el objeto del pensar, aquello que puede ser comunicado? El elemento co- municable, condicién de posibilidad de toda comunicacién, ha asumido histéricamente el nombre de Jogos. El logos, en de la Universidad en Alemania, Editorial Sudamericana, Bs. As., 1959, p. 424. Maria Adelaide RASCHINI, Concretezza e astrazione, Marsi- lio, Venezia 2000, seconda edizione, p. 26. '. Ibidem, p. 27. Lo destacado nos corresponde. >. Sentence 8 UTO DEL ESPIRITU 69 LA UNIVERSIDAD COMO FR fa dimension estructurante del dis- isting ves Pad alabra, S© erige en I i i btisquedg canto Pala en cuanto tal. Bs logos &S el elemento de it Univers curse Maidad que es inkerente al discurso y la forma del Ie e] ee ae racias a su presencia resulta posible hablar coe Yersidag z i Siigo. El 10808 0 palabra es, pues, el ee ae estrut Macién a j ra e| discurso sobre la realidad. Para Raschini, ¢ Jogos es UuMano, | yivalente 4 Ja capacidad inicial de objetivaciin que tiene "ender 1 | rimeligencia jpumana, Ella refiere: “El poder del logos es, en Say. ] . poder mismo de la inteligencia en tanto puede intus : | : i en cuanto puede «leer, es decir, asumir bajo la for- ma del logos todo ente, cualquiera sea, incluso privado de dad; por ejemplo, la nada”, Asumir algo en la forma entdad Pg asumirlo de modo abstract, de forma univer- [ Signo Gi El pensar asume todo ente bajo su forma: la universali- es ef dad. De esta manera convierte a todo ce en objeto. Y es enti- en este momento en que hace su epifania el problema, pro- “da plema que Jlama a Ja solucién adecuada: la respuesta. El > Ser | pensat, entonces, resulta ser problemdtico. En efecto, pensar Ser supone plantear interrogantes y, consecuentemente, saberse = situado a distancia de las respuestas y tener conciencia de — esta lejania. Por eso el pensar humano es discursivo, dialéc- de de la potencia al acto, de lo conocido a lo te tico, y proce Y dado que hay distancia entre la pregunta y desconocido. posible el error (debido a la finitud de quien Ja respuesta, eS busca). Error es la respuesta que no responde, que no re- eS | '§ Cf, Maria Adelaide RASCHINI, Nietzsche e la crisi dell’Occi- dente, Marsilio, Venezia 2000, seconda edizione integrata, p. 19. Nietzsche y la crisis de Occidente. Traduccién, notas e introduc- cin a la edicién espafiola a cargo de Carlos Daniel Lasa. Revi- sién de la lengua castellana a cargo de Susana M. M. Broggi de Lasa, Folia Universitaria, Guadalajara, 2006. 'S Ibidem, p. 22. Suelve Ora bi: do gu Puesta tuye, para elh divi ara ta ta Onsti. Tecimiento St6ricg an} Wuisicig, ani 4, un todo aquello WE obliter, impide etdan Tad, 8reso de ‘Umanida, e FORTE so 7 To Pro. \storia, ¢ © Puede Avert; Puede i Tda Ll como Progreso y direce Onal Progres, . Cebidg ado que es Posible toparse, Dla b Meda, con tio El Pensar, Por otra Parte, eg Critico. Ta, | oe Como el do, Matismo eg ivalen Scaso, py bee Plantearse el probj Ma, config en Poderes ¢, seit Para Tesolverlos. Aunque la ver id aleanzada Patcig, ‘umilde en | COnciencia q, Sus limites, , barge og ven lad, a fin © cuentas. En esta bas, da, e| Pensar eg CTiticg 4 Critica eg un ‘oMento Indispe: Sable de la by Squeda) Puesto que SUS actos han Sido la at Nein, la Teflexign, al examen Cuidadoso, el acto de Juzgar, la Medida de la cette. Za de lo afirmad El Pensar, so Pena de anularse Como tal, NO puede ser Critico absolutamente ya que aqui no interesa conocer criticamente alguna Cosa sing Conocer (es la diferencia en bre en indmica pone al hom uesta, entonces esta et je concebible, de as Ja esp la condicién, lejanisima ae d de ponerse in- . 7 relacion inteligente que no tiene la necesi tel un ente in pin - aaa LA UNIVE RSIDAD COMO PRUTO DEL ESPIRITU vA rerrogantes porque posee eS si todas las ae debido a gu naturaleza perfecta. En consecuencia, el ente pensante no uede pensarse sin pensar a Dios. Todos los procesos espirituales que acontecen in interiore homine, germinan a partir de un semen metafisico que se nombra ser. La pregunta por el ser resume la historia del pensamicnto humano y, a la vez, es conciencia de la infinitud de la pregunta y del perenne caracter incompleto de la res- esta. El espiritu humano, pues, tiene conciencia de si y, a través de si, del ser que no es él. El conocimiento, que supo- ne esta dualidad sujeto—objeto, no es sino una relacién pues- ta por el ser y resuelta en su mismo seno. Expresa Raschini: «No es de un lado el conocer y del otro el ser, sino el cono- cer del ser, como su germinacién particularisima —participa- cion—, diria, del ser a si mismo en un acto transitivo que tie- ne por término el espiritu al cual el ser se dona como objeto. Asi, pues, es legitimo afirmar la prioridad del espiritu sobre el objeto de su reflexién, pero sdlo a condicién de que esta reflexion reconduzca al espiritu a la raiz de su existir como espiritu y, por lo tanto, al ser, condicién de su positividad” aS La dialéctica sujeto-objeto, dialéctica de la implicancia y de la copresencia, que es la dindmica propia del pensar humano, revela que el ser no es ni univoco ni equivoco sino analogo, es decir, expresa la unidad en la multiplicidad. b. Pensar y Universidad Hemos expresado que la Universidad no es sino una ex- presién del espiritu. El andlisis precedente nos ha puesto de '§ Maria Adelaide RASCHINI, Lettere all’Europa, Marsilio, Ve- nezia 1999, p. 105. wt nR CARLOS DANE Lana MANifieste la Multipli dad We el pe, Mane es Uniy, cidad. En CUO, 61 g¢ » 810 os, Partir de , que conticne tig, NCiende & la p,, ilnd | a idea del se, Partir de ali nado, Pero M2 de ta iinet et f » ' inteligencia Procede rave, “clon, 9 cién, a delimitar, de-Finiendo, “term, . ib strae. Modo, Puede distinguir Una cosa de la tat ‘ ae “ste finir Producto de la abstraccign de la int i an e Nera la diversi, + la mul ‘iplicidad a an + Se. indiferenciada (unidad be consignar H acting 8eneracid, NO es una Construccign de Ntenid, aa ‘s traido SINO el acto Por medio del cy, la int li "0 ee hende Io Universal de} Contenid NOcido, que ae is Por la actividad del Pensar Sino, Simpl Mente, « a Ahora bien, en cuanto la Matriz de |g nteligenci : a dad, la inteligencia, luego de definir e s Se ve obligada a re , los cual a partir de una unidad que De no existir dicha dialécti ca entre las ciencias y el saber de la unidad (que los clasicos llamaron sabiduria), el hombre se — v veria pr $ ue © ¢ wd, ente dad. humane La i va del del set Asin ocupa Por ¢ propic a par (unid telige parci versi sabe reun fisic cias elt Tres la po ta an a — 3 PIRITL iyeesipap COMO FRUTO DEL ES | de obtener una vision integral de la realidad ae ea la vez. La Universi- deta” i vyeria privade oe ina y multipl rdetermn que & - insite expresién del dinamismo del espiritu acién. 4 dad, entone’ busca integrar todos los conocimientos desde abstrac. human? 7 ue otorga sentido a los mismos; unidad, ésta, ae oa um eae ya que el pensamiento permanentemente Se ace a nfigurando a medida que va adquiriendo nuevos co- > va valida nocimientos. dad de a | la Universidad: saber enciclopédico y unitotalizador apre- “ 2Uesto _ jnteligencia, por medio de su capacidad abstractiva, ae itando espacios dentro de la infinitud de la idea * unj- ae enerando, de este modo, diversidad de saberes. tiple, del ae 9 enttO de la Universidad, las Facultades que se ae i ann estudiar una determinada region de la realidad. ae for ello, las facultades, teniendo a su resguardo un saber ae | propio que las configura como Laan 7 fondo comin Ista | a partir del cual se ee a see el ser m nita la | (unidad). Es este fondo comin e| que determina que la in- la teligencia humana se vea obligada a trascender eo saber on parcial de cada Facultad. En este sentido, el auténtico uni- versitario es aquél que enfoca su saber particular desde un = saber total. Demos un ejemplo: la Facultad de Economia reine aquellos saberes que tienen por objeto el bien comin fisico (v.g., la matematica aplicada, la estadistica, las cien- cias propiamente econdmicas, etc.); pero habida cuenta que el bien comin fisico es una parte del bien comun que co- rresponde al dominio de la politica, y éste, a su vez, al de | la moral, la economia se halla subordinada al ambito de lo politico-moral. Y como el ambito de lo politico-moral bro- ta de los actos libres del hombre, entonces ambos saberes, ciclopédnn ‘ ae a 7 la Universidad: cheat 8 Universidad se cuttie I diverse aE a ag ne eee 108 saberes aei® sentidg. yo 4 Unidad gue 1a a _ Unidad se ocupa fa pies 8a qmPensable wna Universitgn sin el cultive gg S48. es El filésofo alemén Karl Jaspers Concluye root La Idea de Universidad estableciendg estas ae He Mentales: que las Ciencias Particulares son tales ia buscan Ia verdad; que la Voluntad de nee Suyo, que todos Sas Ciencias, nos dice Jasp, ers, la totalidad de cae y se degenera, Es importante destacar que toda dialéctica opositiva, aut aut, destruye la esencia misma de la Universidad, como su- cede cuando se opone el saber al hacer, la filosofi fa ala ciencia, la ciencia al arte, etc. La Universidad se esi tructura ger ins Ibre 1po-~ e la les- Icia fica nos de no- 15 \VERSIDAD COMO FRUTO DEL EsPiRITU LA UNIVER® ir de una dialéctica integrativa, Sa ae los sabel «aléctica propia del pensar que incluye todos 0 ee a a partir de la unidad. Es que la con a ae aaa earn del saber responde a la exigencia ‘ aie ci i i6 r la rea- a i humana que tiene vocacion por el ser, po 1 eer idad en la diversidad. En este sentido, la i S un) eee es paideia, dadora de la forma hu- «versidad es cultura, : 1 Universioa’ ultiva todas las dimensiones de lo to cl mana total por cuan iva te di P ma 0. Para Fichte, la Universidad es viviente en tanto ex. humano. > plicacion organica de la libre actividad de la ane ee de ciencia como posesién y creacién de libres ieee del saber, capaces, éstos, de incrementar cada aa vida real. Como tal, la Universidad es la es- Seon arte del uso cientifico del intelecto, es la manifes- Cy _ de un proceso orginico de Ja cultura que culmina en as de la critica, 0 sea, en la capacidad de Juzgar objeti- vamente entre lo verdadero y lo falso, lo util y lo intl, lo mds importante y lo menos importante " La condicién fun- damental para el desarrollo de la universidad es la construc- cién del espiritu y de la técnica del ordenamiento organico de las ciencias; y la condicién del arte cientifico es el amor por la idea, por la libertad moviente creadora del espiritu: condicién que si bien es realizada por pocos, debe ser pro- puesta a todos, constituyendo el estimulo radical al cre- cimiento de la cultura. La universidad y las ciencias todas decaen aburguesandose, o sea volviéndose superficiales y cadticas, toda vez que no se alimentan del amor del arte, o sea del amor de la filosofia como arte o creatividad absolu- como tal a part " Cf. Pier Paolo OTTONELLO, Genesi e significato dell’univer- sita en Studi europei. Annali del Dipartimento di studi sulla Sto- ria del pensiero europeo “Michele Federico Sciacca”, I - 1993, Leo S. Olschki Editore, Firenze 1994, p. 65. CARLOS DANIEL LASA 76 ta, en tanto fundacién organica de todas las cienciag ¥ por : , in lo tanto, de la enciclopedia del saber d. El pluralismo de principio o la pardlisis det Pensar Si existe un dmbito en el cual el didlo; ciudadania es en la Universidad. El Pr Naishtat afirmaba, hace Poco tiempo, “tomas” a que era sometida, se dirigia al Suicidio y que el estado deliberativo, Propio del espiritu universitario, habia sido reemplazado por la légica de la guerra. Decia el Profe. sor Naishtat: “Hay un marco general en nuestra Sociedad de devaluacién de la deliberacién... Hoy, la deliberacion en nuestra cultura ha quedado devaluada. Lo que esta en e| centro es mas bien el decisionj fractura, la guerra” 19 BO tiene carta de ofesor Francisco que la UBA con las * Diario La Nacién, Seccion 7: Enfoques, aiio 2006, p. 6. 7 principal victima. Expresamos es el acto de la mente humana cién de cualquier entidad Por parte de la Mente mig realidad es pensada —dijimos— cuando sma. La objeto, ya no externo, sino real mos que, al objetivarse algo, ap: ge una respuesta. Por eso sefial, es problematico, Porque suponi berse a distancia de las respu esta distancia—. Ahora bien, ticismo el que ha generado que sostiene que frente al pr pacidad abstractiva de la int respuestas ofrecidas valen Io Precedentemente que pensar que se da por Y con la asun- _ © Convertida en Presencia objetiva, Recorde- ‘arece el problema y éste exi. ‘amos que el Pensar, de suyo, plantear interrogantes y sa- estas —y tener Conciencia de ha sido Precisamente e| escep- el pluralismo de Principio, ya ‘oblema que surge por la ca- eligencia humana—, todas las mismo. En esta postura subya- dado que, si todas las respues- tas valen de igual modo, ninguna tiene valor Porque ningu- na responde en definitiva al problema. Por lo tanto, no tiene sentido plantearse problemas Porque la respuesta jams pue- de encontrarse. Y, dado que la verdad de las cosas resulta inaccesible para la inteligencia humana, entonces sélo debe- mos interesarnos por la utilidad de las cosas. La persona es la primera victima de esta realidad por cuanto, si todo se valida en tanto y en cuanto es util, la persona humana pier- de su dignidad esencial, no siendo ya considerada como fin sino como medio. El pluralismo de principio priva al hombre, ab initio, de la posibilidad de encontrar la verdad, y por ello se traduce en un feroz pragmatismo que sélo tiene ojos para lo util. Y la valoracién de qué sea lo util depende, exclusivamente, de lo que la voluntad determine. De alli que la naturaleza de las cosas se vea sistematicamente violentada y alterada. La Universidad, entonces, dentro de este proceder anético del ego volo, se transforma en el ambito propicio para escalar 78 CARLOS DANIEL LASA politicamente, para obtener un medio de vida relajado, etc., etc. " Ca prefeririamos evitar el término pluralismo todo «jsmo” indica la absolut racion de lo sue ch trues designa y> en consecuencia, promueve la negacién ee aspectos de lo real que necesariamente deben ser peti en cuenta. Todo “jgsmo”’, Pues, supone la afirmacion mide momento de la inteligencia humana, cual es el a analitico, elencia del espiri- en detrimento del acto por exc tu, que es la sintesis. Asi, entonces, todo “ismo” absoluti- za la dimension analitica de la inteligencia (propiamente diriamos: analitismo), obliterando el dinamismo propio de la misma que es esencialmente dialéctico € integrativo. Por eso, en lugar de pluralismo prefeririamos hacer uso del vocablo «pluralidad”- De este la plurali dad, al des- xr la importancia fundamen ersona humana ensar, pone toda su energi asegurar que dicho acto pueda ejercerse> lo cual supo’ ejerci- cio. El respeto jrrestricto POF el libre ejercicio la afirmacion e lap tencias humanas sU (pluralida' pluralismo de princt- Es preciso, alidad ética, exigida, tal para la p a en ne su libre de las po- juralidad taca) del acto de P ana la cual pi ésta, por la debe desarro lejos de asegurar la contra 4 i lidad en 1 ncia de Jacques Maritain ™4 te sociedad democratica que se versal, no solo Sse condenaria a cion, si aria en uD proceso por el hecho mis: e ninguna ey LA UNIVERSIDAD COMO FRUTO DEL Espiritu 19 puede vivir sin una creencia practica en aquellas verdades que se Ilaman libertad, justicia, ley..., y Porque cualquier creencia inamoviblemente verdadera €N estas cosas, as{ como cualquier otra verdad, repugnarian a la supuesta ley del escepticismo universal” ”°, Dentro de la légica pragmatista derivada del pluralismo de principio, algunos han decretado, lisa y llanamente, la muerte de la Universidad. En este sentido, Luis Jalfen re- flexiona acerca de la posibilidad de una reforma universi- taria en la era tecnoldgica; reflexion ésta, que va a la zaga de los hechos. La misma no orienta los hechos; en reali- dad, el pensar ya nada puede orientar ya que “se ha vuelto evidente que la sociedad y el mundo no van a ninguna par- te”*!; en consecuencia, “la gran responsabilidad del pensa- miento filosdfico actual es la de forjar las categorias pro- pias del nuevo orden naciente”~. Asi, el autor concluye con toda la rigurosidad légica, dadas las premisas asenta- das, que seria conveniente abandonar el vocablo «universi- dad» y pensar mas en el concepto de multidiversidad 3. A propésito de esto, Friedrich Nietzsche reflexionaba: “(..) el verdadero tema de la cultura seria formar hombres los mas «courant» posible, en el sentido en que se llama «courant» a una moneda. Cuanto mas hombres de estos hubiese, mas feliz seria un pueblo; y justamente este debe ser el espiritu de los modernos institutos de ensefianza: es- *° Jacques MaRITAIN, On the Used of Philosophy, Princenton University Press, Princenton (New Jersey), 1961, p. 18. * Luis JALFEN, ¢Qué hacer con la universidad? Reflexiones sobre una reforma universitaria en la era tecnolégica, Ediciones Corregidor, Bs. As., 2001, p. 83. * Ibidem, p. 13. ® Ibidem, p. 113. 80 CARLOS DANIEL LASA timular a cada uno para que dé el mayor rendimiento Posi- ble a este hombre «courant», formar a los individuos para que, con esa mayor suma de conocimiento y de Ciencia, concurran a la tarea de sacar el mayor dinero posible y obtener el maximum de goces, Cada uno de nosotros debe- ra tasarse, debera saber cuanto es lo que exige de la vida, Esta alianza entre «la inteligencia y la riqueza», a que és- tos aspiran, es considerada como un imperativo moral. Es condenada toda cultura que nos hace solitarios, que aspira a fines mas alla del dinero y del logro (...) En esta inver- sién de los conceptos morales, en efecto, se pide una cul- tura «rdpida», para poder ser pronto un buen ganador de dinero, y al mismo tiempo, una cultura fundamental, para ser un ganador de «mucho dinero». Al hombre no le exigi- ra mas cultura que la necesaria para este fin; pero de este minimum no se rebajard un dpice. En suma: el hombre as- pira necesariamente a la felicidad terrena; para esto es ne- cesaria la cultura, pero para nada mas que para esto” 4, Lamentablemente, lo propuesto por Luis Jalfen respon- de a una exigencia ajena a la naturaleza humana. Es por ello que propone como pardmetro de la educacién la 16- gica de la produccién-consumo. Dentro de tonces, la “educacién” se ordena, toda ella, a insertar al hombre en areas de produccién. El dativo “para” esta in- dicando clara y precisamente que la vida humana se orde- na, toda ella, a la produccion y al consumo. A nuestro juicio, la jaula constituida por la circularidad produccidn- consumo mutila al hombre, le impide toda creatividad, y la misma, en- —___ 4 Ered Friedrich NIETZSCHE, E] Porvenir de nuestros establecimien- fos de ensefanza en La idea de la Universidad en Alemania, op. 959, pp. 239-240, Traduccién a cargo de Eduardo OVEIERO Y Maury sobre la 1* edicién de 1896, pono LA UNIVERSIDAD COMO FRUTO DEL Espiritu 81 ello porque la misma paraliza aquel dinamismo Productor de cultura: el espiritu. El discurso de Luis Jalfen, redactado durante el segun- do semestre del afio 1999 en cumplimiento a un encargo de la Secretaria de Planeamiento Estratégico de la Presi- dencia de la Nacién Argentina a cargo del Dr. Jorge Cas- tro, no puede ser leido sino a la luz de lo acontecido en Washington en 1989. En esa oportunidad, se elaboré un documento aprobado por académicos y economistas norte- americanos, funcionarios de EE.UU., del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Se denomind, al fruto de este encuentro, el “Consenso de Washington”. Los diez puntos del denominado Consenso fueron: establecer una disciplina fiscal; priorizar el gasto publico en educacién y salud; llevar a cabo una reforma tributaria; establecer tasas de interés positivas determinadas por el mercado; lograr ti- pos de cambio competitivos; desarrollar politicas comercia- les liberales; otorgar una mayor apertura a la inversion ex- tranjera; privatizar las empresas publicas; llevar a cabo una profunda desregulacion y, finalmente, garantizar la protec- cién de la propiedad privada**. Esta base programatica pretendia llevar adelante el objetivo del sistema capitalista mundial basado en la libertad de mercado para operar: alli donde predominan los mas “aptos”, la vida social se con- cibe como una estructura regida por las leyes de la compe- tencia y del conflicto, y en su seno se lleva a cabo una se- leccién natural tras la cual sobrevive el mds apto y se elimina el mas débil 0 el menos capacitado. En este Con- senso se definié el concepto de instituciones el cual ayuda * Cf. Shahid Javed BurKt y Guillermo E. PERRY, coordinado- tes, Mas alld del Consenso de Washington: La Hora de la Refor- ma Institucional (Banco Mundial, Washington D.C., 1998), p. 8. 82 CARLOS DANIEL LASA a comprender el significado de “cambio institucional” oa tendido como el conjunto de “normas que configuran el comportamiento de organismos e individuos dentro de una sociedad” **, Las leyes a las que se hace referencia podian ser de caracter formal, como constituciones, leyes, Tegla- mentos, contratos, 0 informales, como los valores. En el marco de las reformas institucionales planteadas por el Consenso, se consideré que habia aumentado la de- manda por parte del sector privado, el cual ahora compite en un mercado globalizado que ha advertido que sus utili- dades —o competitividad— se ven afectadas por la calidad y eficiencia de la prestacién de los servicios financieros y publicos, la calidad de la educaci6n y la eficacia del siste- ma judicial. La idea es, entonces, “operar” una reforma en estos sectores para mejorar la competitividad en el sector privado, lo que a su vez —el Consenso presume— redun- daria en un crecimiento a largo plazo. El rapido crecimien- to de flujos inestables de capital requeria, también, de re- formas institucionales que debian contribuir a mitigar los riesgos que conlleva esta tendencia. Era preciso contar con instituciones financieras nuevas o mas eficientes (naciona- les e internacionales) para disminuir la vulnerabilidad. Era preciso que la mayoria de los paises periféricos decidieran abrir sus economias al comercio, las inversiones y los flu- jos financieros para aprovechar las oportunidades de una creciente globalizacion. De acuerdo a lo sefialado por Pa- blo Gentili, el papel ejercido por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en el disefio e implementa- cién de las politicas sociales se ha caracterizado por dos tendencias asociadas: el instrumentalismo de las propuestas sectoriales, expresado en la subordinacion de la politica °° Cf. ibidem, p. 2. LA UNIVERSIDAD COMO FRUTO DEL EsPiRITU 83 social a la dindmica mas amplia de la logica econémica, y el condicionamiento de los limites y del contenido que ta- les politicas pueden tener en el contexto del complejo pro- ceso de reestructuracién promovido por estos organis- mos 7’. Como puede apreciarse, las “politicas sociales” resultan componentes indisolubles de los procesos de Tees- tructuracién econdmica y son disefiadas desde la Optica de un exacerbado reduccionismo tecnocratico, La Escuela y la Universidad, en este Panorama, eran instituciones fundamentales para difundir esta nueva men- talidad que, segtin el Consenso de Washington, el mundo requeria. El discurso instaurado por la reforma educativa en América Latina sostenia (jy ain sostiene!) que los sis- temas educativos latinoamericanos enfrentaban basicamen- te una crisis de eficiencia, eficacia y productividad, antes que una crisis de universalizacién y extensidn de los servi- cios ofrecidos. La propuesta de transformacion educativa, al igual que en otros paises de América Latina, combinaba dos légicas: por un lado, la centralizacién concentrada en el desarrollo de programas nacionales de evaluacién de los sistemas educativos en lo referido a su disefio e implemen- tacién, el disefio de reformas curriculares a partir de las cuales establecer los contenidos basicos comunes naciona- les y la puesta en vigencia de programas nacionales de for- macién de docentes; por otro lado, pero al mismo tiempo, la descentralizacion de las funciones y responsabilidades **. Recordemos que el fildsofo francés Gilles Deleuze habia "Cf. Pablo GeNTILI, El Consenso de Washington y la crisis de la educacién en América Latina en A falsificagdom do consen- So. Simulacro e imposigéo na reforma educacional do liberalis- mo, Vozes, Petropolis 1998, p. 1. * CE. ibidem, p. 9. 84 CARLOS DANIEL LASA advertido, hace ya mas de una década, acerca de la trans- formacién social fundamental a la cual describiéd como la transicion de las sociedades tradicionales disciplinarias ha- cia las nuevas «sociedades del control». Se trataba, pues, de reemplazar sutilmente al poder visible por un poder in- visible. En las dos logicas aplicadas a la transformacién educativa, la advertencia de Deleuze se verifica plenamen- te. Se procura, como se advierte, que no sea el timonel quien reme sino los remadores (esto es, descentralizacion de funciones y actividades), pero la direccién de la nave sigue siendo impuesta por el timonel (evaluaciones, pro- gramas de formacién docente, acreditaciones de carreras, etc.). Asi entonces, en la educaci6n rige una centralizacion en lo referido al control pedagdgico y una descentraliza- cién de los mecanismos de financiamiento y gestién del sistema ”. Era preciso, por un lado, controlar la estructura mental de los ciudadanos y, por el otro, delegar o transfe- rir la educacion de la esfera de la politica a la esfera del mercado, negando su condicién de derecho social y trans- formandola en una posibilidad de consumo individual. Dentro de esta légica se observa el franco avance sobre la autonomia universitaria a través de la ley 24.195 referida a la Educacién Superior. La ley en cuestién no sdlo legisla toda la educacién superior sino que, ademas, es concebida como un instrumento para impulsar la transformacion de esa instancia. Anota Sanchez Martinez: “...la ley es parte de un proceso de transformacion mds amplio, como el que se intenté por esos afios en la estructura socio-econdmica, en el escenario politico, en la insercién del pais en el contexto 10- temacional, y mas especificamente, en la estructura y conte- . sacion, el 2 Cf. el escrito de José Luis CoRAGGIO, Descentralizacion, dia después..., UBA, Bs. As. 1997. ee LA UNIVERSIDAD COMO FRUTO DEL ESPiRITU 85 nidos de la educacién en todos sus niveles. En ese contexto, la ley aparece como el marco normativo especifico destina- do a impulsar la transformacion de la educacién superior”. y Sanchez Martinez afiade estas palabras de la ex ministra de Fducacién Susana Decibe: “(El propésito de la transfor- macién no era otro que el de) avanzar hacia la conforma- cién de un sistema con creciente capacidad de autorregula- cién, integrado por instituciones autonomas y autarquicas con capacidad de gestionar su propio desarrollo, que acepta- ran como contrapartida incorporarse a procesos de evalua- cion externa y acreditacion destinados a estimular su preo- cupacién por la calidad y dar cuenta de los resultados de su accionar”®'. Las palabras de la ex ministra que hemos destacado son una muestra elocuente de la estrategia perse- guida mediante la ley, esto es, el hecho de determinar una clara direccin en materia educativa a través de los estanda- res evaluativos, los cuales aparecen “legitimados” por la promisoria “calidad” perseguida y pretendida. El Estado, entonces, se pone, a través de todas las insti- tuciones que lo integran, al servicio de una Iégica de merca- do que se presenta como la panacea para todos los paises emergentes. Segiin lo expresado en Educacién y conocimiento: eje para la transformacion productiva con equidad, documen- to de la CEPAL que se erigié en la plataforma de lanza- % Informe preparado para IESALC/UNESCO intitulado La le- gislacién sobre Educacién Superior en Argentina. Entre rupturas, continuidades y transformaciones, p. 22. Cursivas nuestras. ; *' Susana DeciBE, La transformacion de la educacién supe- rior en La educacién superior en la Argentina: transformacio- nes, debates, desafios, MCE/SPU, Bs. As.1999, p. 18. Cursivas nuestras. aerr“e® 5 SA ' 86 CARLOS DANIEL LASA 0 de esta etapa de transformaci6n de la educacién en Argentina, la productividad basada en la competitividad y el dominio de los procesos tecnolégicos ocupan un lugar de protagonismo absoluto *. En la Revista Zona Educativa del Ministerio de Cultura y Educacién de la Nacién se po- dia leer: “(...) es necesario educar en base a una sdlida for- macion general, a una capacidad de pensamiento teérico- abstracto y a una comprensién global del proceso tecnoldgico, fortalecida por una sdlida formacion logico- matematica, estadistica e informatica (...) Por otra parte, las nuevas formas de organizacién del trabajo avanzan ha- cia una mayor versatilidad de las tareas especificas, hacia la desaparicion de los puestos fijos de trabajo y de las ocu- 99 33 mient paciones estables (...) 3. El fundamento de la necesidad de la autonomia universitaria Asumimos una concepci6n de cultura entendida como for- macién del hombre (paideia), como actualizacién de sus po- tencialidades, gracias a las cuales aquél se despliega de acuerdo a un «deber ser»: el deber ser es, precisamente, el fin de la cultura misma. Dentro de esta visién, la cultura se presenta no tanto como la via que conduce al hombre al goce de los instrumentos de la “vida del bienestar”, como el cami- no que promueve, conforme a la idea de una “formacién hu- mana”, aquello que es evento interior y continuo. Se atiende, entonces, a lo que “da forma” a la persona humana misma, ® Cf ONU-CEPAL, Educacién y conocimiento - Eje de la transformacién productiva con equidad. Santiago de Chile, 1992. “N° 1, afio 1, Bs. As., marzo 1996, p. 38. (COMO FRUTO DEL ESPiRITU 87 A UNIVERSIDAD a su equilibrio, a su cultivo interior. Es orienta al hombre hacia lo y de la voluntad. Con- e se coloca sobre la * tiene presente la realidad “efectual” Ciertamente, ningan hombre puede donde se encuentra historicamente, ueve coyunturalmente; | objetivo, sino que se acion integral. ciona con su for- descubrir el su orden, cepcion de cultura que ee Jano de la inteligencia ne advertir que la cultura formativa qu “deber set” dicion de base. hacer recorridos sin saber d hacia donde se dirige y como se mi pero sabe que estas instancias no son hallan en funcién de un fin cual es su form: Ahora bien, si el fin del hombre se rela‘ macion integral, sera menester interrogarlo para nucleo fundante de una educacion auténtica que suponga un desarrollo verdadero y pleno. Asi, entonces, una podra prescindir del analisis del mbre) y de una eleccion me- da la realidad vie linea del como con para él cultura del humanismo no “ente inteligente finito” (el ho todologica que tenga como punto de parti esencial del hombre y que s¢ ocupe de determinar las razo- nes profundas de su “ser vocado”, llamado, a pensar. Se tra- ta, en consecuencia y como ya lo adelantaramos, de guiar la reflexion a la raiz misma del “pensar”. A partir de este hu- mus nutricio sera posible concebir la auténtica cultura del humanismo. Como qued6 expresado, el andlisis del ente in- en su estructura metodologica y en su prin- cipio metafisico, constituira la base sobre la cual fundar la posibilidad de una comunicaci6n entre los entes pensantes. Para comprender en su profunda realidad el estatuto me- tafisico del hombre, del ente inteligente finito —que, como expresa Maria Adelaide Raschini, es el “nico subsistente que piensa” *—, es preciso guiar la reflexién, entonces, a la teligente finito, Mat M . p27 aria Adelaide RASCHINI, Concretezza e astrazione, op. Cit., 88 CARLOS DANIEL LASA raiz misma del pensar. Y, fundados en lo que hemos desa- rrollado precedentemente acerca de la naturaleza del Pensar, no podemos concluir sino afirmando que la cultura es Posi- ble si existe una condicién de posibilidad de la comunica- cién cual es el principio formal del saber, el logos. Decir Io- gos —ya lo adelantamos— equivale a decir capacidad inicial de objetivacion. El objeto es la forma universal de discurso gracias a la cual aquél resulta comunicable. La cul- tura s6lo es posible porque existe un ente inteligente finito el cual tiene la tarea de expresarse historicamente al nive| de si mismo y, en consecuencia, con plena autonomia en el ejercicio de sus poderes. Aqui radica, precisamente, la razon de ser de la autonomia universitaria. El auténtico Progreso comprende a toda la persona humana y se ejecuta Tespetan- do cuidadosamente la estructura ontoldégica de la misma: respetando su inteligencia y su libertad. La exigencia de au- tonomia brota del espiritu el cual, siendo dialéctico, necesi- ta de la misma para desarrollarse como tal. De lo dicho, una de las consecuencias que se despren- den es que el espiritu no puede quedar prisionero de estan- dares que, respondiendo a epistemologias a-dialécticas, lo contradigan en su mismisima esencia. Y precisamente para evitar esta manipulacién manifiesta o disfrazada detras de la determinacion de la fijacién de estandares u otros ins- trumentos, es que la Universidad desde su mismo naci- miento, reclamé para si y defendié la autonomia. La Uni- versidad debe ser libre en su dmbito: libre en tanto comunidad académica que se da sus propias normas y que desarrolla su actividad con independencia. Refiere Karl Jaspers: «La universidad debe su realidad a un mundo po- litico en el cual reina el deseo fundamental de que en él, de algin modo, tenga lugar una pura e independiente in- vestigacién de la verdad, libre de influencias. El Estado , aRt Gene Oo 1OR Ct =e AV I LA UNIVERSIDAD COMO FRUTO DEL EspiRITU 89 quiere la universidad porque sabe que su es fomentada cuando en él, en algun Sitio, se esta al puro servicio de la verdad. Por el contrario un Estado que no permitiera ninguna autolimitacion a su Poder, que mas bien tuviera temor a los resultados de la pura investigacién de la verdad respecto a su poder, nunca Permitiria la existen- cia de una auténtica universidad”*, Lamentablemente hoy, se Pretende configurar a la Univer- sidad a partir de un saber tecnocientifico, exclusivo y exclu- yente; con ello la Universidad deja de ser dadora de cultura, de paideia, de formacién integral del hombre, para convertir- se, solamente, en suministradora de titulos, métodos y técni- cas que habilitan a los jovenes para manipular y dominar un determinado campo de lo real. Cultivandose sélo el conoci- miento tecnocientifico, la Universidad pierde su cardcter en- ciclopédico a la vez que el necesario cultivo de la unitotali- dad del saber. Lo que acontece, como ya ha sido puesto de manifiesto, es que ya no interesa saber sino dominar. El hombre queda fuera de la preocupacién y ocupacion de la Universidad. Esta légica, sostenida por la dictadura de la produccin y el consumo, valida cada cosa por la utilidad que esa cosa preste. Y para asegurarse de que la Universidad camine por el sendero que se le ha sefialado, en la actualidad, el Estado disefia el dispositivo de control que se denomina “evaluacién”. Los criterios de la misma son fijados a partir de una visién tecnocientifica, destructora de la esencia de la Universidad. Ciertamente que dentro de esta légica opresiva ya no sera posible la libertad, esto es, “poder ser desigual entre iguales”, segan nos ensefié Platon. Afin a la vision tecnocientifica es el concepto absolutamente reductivo de la “investigacion” que se pretende llevar adelante. Jacques Propia existencia * Karl Jaspers, op. cit., p. 499. anv a hi CARLOS DANIEL LASA 90 “ i igacién «finalizada» (equiv: Derrida refiere que “una investig: (equivale a aplicada) se programa de manera one ia y esta orienta- da y organizada en vista de su utilizaci6n 7 Horacio Gonzé- lez, con absoluta claridad, expresa: “La meta-institucién uni- versitaria de la evaluacién, si se desarrolla conforme a las peores previsiones —lo que nadie desea— podra estar Prepa- rada para convertirse, todo lo involuntariamente que se quie- ra, en un sintoma de acoso a la propia vida intelectual uni- versitaria. Esta acida vision no esta propuesta como un ingenuo terrorismo de simposio, pero es una posibilidad cier- ta que germina en la auto-reproducci6n de las instituciones si no sabemos volver, en el trabajo comin, al mito creador de las tradiciones universitarias de la autonomia” *”. En sintesis: la autonomia es exigida en virtud de aquel principio a partir del cual se yergue la vida académica, cual es el espiritu. Cercenar la autonomia universitaria es cerce- nar el espiritu humano y con ello estandarizar la vida del hombre impidiendo toda creatividad y auténtico progreso. Asi, entonces: 1. La Universidad emerge del mismisimo espiritu del hombre y es al hombre, en consecuencia, a quien debe satis- facer en toda la linea de su ser. En consecuencia, el Estado debe ser respetuosisimo de este desarrollo del espiritu si es que quiere que todo ciudadano se plenifique para, a partir de alli, realizar el bien coman. En efecto, si un Estado persigue verdaderamente el bien comin no puede sino respetar y afir- . * Jacques DERRIDA, “Las pupilas de la Universidad...” en Gianni Vattimo comp., Hermenéutica y racionalidad, Editorial Norma, Bogota 1994, p. 186. ” . . as : Horacio GonzALEz, “La tradicién critica frente al pensa: miento como célculo” en Filosofias de la Universidad y conflicto de racionalidades, op. cit., p. 63. mar nes | mun confi unifo cante aport 2. es, Pl norm En ¢. 3. en ta cumr dea propi versi 4. la Us aport asegy dient Presi Jaspe ambi Mism Alli « Mas , que r diana Mita vale nta- nza- uni- 1 las epa- luie- uni- > un ier- S si r de quel cual rce- del del atis- ado ies r de afir- > en rial asa- icto or LA UNIVERSIDAD COMO FRUTO DEL ESPIRITU 91 ntermedias las cuales, alcanzando sus fi- habran de cimentar la existencia del bien co- dad politica. Y la unidad que el Estado debe politica no debe entenderse como una unidad llega a ser plenifi- ples riquezas que le mar 1as sociedades 1 nes propios» man de la socict P configurat ¢n la sociedad uniformidad; por el contrario, \ cante cuando acoge en su seno las multi aporta lo diverso. ". Considerando que 1 es, pues, libre en su ambito; a Universidad tiene fines propios esto significa: darse sus propias normas, desarrollando su actividad con real independencia. En esto consiste, precisamente, la autonomia universitaria. 3. La Universidad servira de mejor modo al bien comun en tanto cumpla con su fin propio, asi como una familia cumple mejor su subordinacién al bien comin cuando atien- de a su propia finalidad. Por ello, para atender a sus fines propios (cuales son la investigacion y la docencia), la Uni- versidad debe ser aut6noma en su Ambito. 4. Todo Estado debe velar por asegurar la autonomia de la Universidad; haciéndolo, posibilita que la Universidad aporte una realidad que sélo ella puede dar. El Estado debe asegurar un lugar en el que se cultive una pura e indepen- diente investigacién de la verdad, libre de toda influencia y presion. El Estado, nos dice el gran pensador aleman Karl Jaspers, debe permitir y proteger a la universidad como un ambito excluido de la influencia de su poder, ambito que el mismo Estado asegura contra la injerencia de otros poderes. Alli es donde, prosigue el filésofo, debe hacerse realidad la mas clara conciencia de la época. Alli deben vivir hombres que no tengan ninguna responsabilidad en la actividad coti- oars gel poe sélo tienen la tniea e ili- as a referente al devenir y a las exigen- “Es un ambito . pema su reflexion con estas palabras: que esta fuera del mundo de la accion, pero

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