conduc a la paralizacién 0 1@ ler catasteatal de los
ceontrastes en tonsisn conjunta, Latigura de Arleqnin os «ke
trigica ambigtiedad, aunque su vestidura ostenta ya los si
bolos de las préximas fases evolutivas, evidentes para cl
cexperto. Es el héroe que ha de: atzavesur tos abisnnas del
itades. 21.0 logrard? No puedo responder a esta pres
Para mies siniestro, Arlequin, Y me reeuerda deinastadlo 3
aque! “sayo camarada, semejante a un buf” del Zarath
tra de Nietzsche, que salts sobre el aeribata (parilelo det
payaso) que nada present, matindole. Aguf pronincia Ze
rathustra aquellas palabras que se cumplicron en Nietzsche
con presicién espantable: “Tu alma morini antes que tu
cuerpo: jno temas ya nadal” Quign esel “bufin” nos lo dicen
tas palabras que dirige al fandmbulo, su debil alter exo: "(Te
ppones en el exmino de uno mejor que ti!” Es el mis grande:
ue saltarlacopa. Yaveceslacopaes... cleerebro.
6
SOBRE LA FORMACION
DE LA PERSONALIDAD
Se afirma eon frecuencia, modificando ligeramente tn
verso de Goethe, que “ki dicha suprema del ser hurmano
consiste en la personalidad” con lo que se expresa cl parecer
'{ de que la finalidad supreme y el anhelo mas fuerte de los
\._ hombres eonsiste en el desurollo dea totalidad del eardcter
To de formar ina personalidad, tiene hoy el valor.
tun ideal pedagéagico en contraste con el “standardizado”
| hombre eolectivoo normal, que, porlo general, satisface ala
| masa, Esa tendencia se funda en el acertado reconocimiento
del hecho historieo, y det cual surgen, en las grancles necio-
nes de la historia mundial, las personalidades dirigentes que
nunca brotan de la masa, que es siempre. sect
indolente y que necesita demtagogos para realizar ef menor
ttovimiento, El grito jubiloso de la nacién italiana se divige a
1a personalidad del Duce y otras naciones se lamentan de la
ausencia de grandes guias. El anhelo de personalidad se ha
transformado en un problema real que preacupa hoy a mu
chas inteligencias, contrastando com Io que sucedta en tiein-
pos pasados, cuando esta euestisn tinicamente preocps a tin
solo hombre, a Friedrich Schiller, que la presinceartas sobre la educaciin estética bas dy
us princess enean MMe Nude inpide
el sagrado co
le Frivdrich Schiller en
ado de la existen
coudicién de pedagogo. En cambio, el furor teuténico se
arrojé sobre la pedlagogia, sobre la educacién infa
decir, se dedicé ala psicolog Fouseando lo ne hay
dle inf lode esta
iL en ol herabre
vid yl destino, que els
Ge la existencia posterior adulta pasan completamente a un
plano secundaria, Tuclaso se ha designaclo a muestra Cpoe
ta tono de exagerada Io, come kr epee del ain, Esta
dlesimedida aimpliacisn y extension det jardin de i
texquivale al olvide total de los problemas de la educacisn,
genialniente presentidas por Schiller. Nadie negari wi des-
preciaré la iinportancia de la edad infantil; sow demasiado
tevidentes los perjuicios graves ia ecueacin
daficiente en el hogar 0 en ba ese
tora kt vide y es demasis
aMloptar métodos pecdagigicns raznnables. Pero si en verdad
he pretende combatir de raiz ese mal, hay qve pregwntarse
seriamente e6ino fe y edmo sigue sienda posible que se
npliquen métodos de educacidn absurdos, AI parecer eso se
debe rinica y exclusivarnentea estipidos edueadores, ye n0
son hombres sino autématas del método. Qu
ar debe ser, en primer lugar, un, hombre
ica que alin Fige en nuestros dlas- de aprender de
memoria, as{ coma li aplicacién mecinica de determinados
métodos, no constituyen wna ed el nif ni
para el edueador. Se habla contin sich de
teducar la personalidad del nifio. Desde luego admiry tan
tlevado ideal pedagegico. ¢Bero quién educa en el sentido
{de desarrollar la personalidad? En primero y mis importante
Igar los padres son freewentomente ineompetentes, vd
La
a0s 0 nitios completes,
as, «que todas los padres sean
“persomalidades” y ai lo janis en inventar mc
todos apropiados para ensesbara los padres eso que se Ihima
"personalidad"? Es por lo mismo natural que se exija det
pedagogo, del perito, a quien se ensefiaron, mal que bien,
nyeiones de psicolog,rayoresconacimients y concepts
icidn del nifio y
que los j6venes
rante toda sue
2Quién expe
ings amplies acerca de la probable conforn
del cue lise. Se spon
aque han clegido ls exrrera peda e
fe afirma que al mismo tiempo tenga qu ser
al hat reid x mistna foe
thos exincavidn que Tos nifios que fan de eduear y por lo
conn estn tan lejos de sor personalidades com sis diseipt
Jos, Nuestro problema pedagéxico peca, generalmente, de
trnilaterl, tanto por lo que se zefiereal niio, como por loque
onciemne al edueador. Talo el que ha ternninado unaeaerers
‘um estudio se considera ya compfetamente edueado 0, cot
At palabra, udulto, Y es foraoso que asf lo erea y que est
firmemente eonvencide de su conpetencia para poder sub-
sistiven la lucha por a esistencia, Las dudas ylasensacion de
insequridad constituirian un grave obstéculo, soeavando la
tan necesaria fe en la propia autoridad y convietiendo al
hombre en un ser inservible para la vida profesional. La
gente quiere oirle decie que sabe esto 0 aquello, que tiene fe
Ens, y 00 que dude de sf misino y de si competencia, El
‘specialists esti indefeetiblemente eondemde a la compe
“personalidades”. En gen
teneia.
“Todo el mundo sabe que esta situaciso no es precisa
ineate fa ideal, Pero en ls cizcunstancias presentes cum
igrano salis es la mejor. Inchuso resultaria imposible imagi-
fharse que pudiera set de otra manera. Del educator me
iano no hay que esperar mis que de los padres medianos.
Hay que darse por satisfeebo cuando son buenos especial
Laywor que sabe
Serta preferile wo aplicara los nis el alto ideal de he
educacién, en el sentido del desarrollo de la personalidad,
pues To que por lo comin se entiende por “personalidad”, es
decir, un conjunto espiritual determinado, coherente y do-
tado de fuerzas, constituye un ideal del adulto, que no se
on en a épaca en Tena el iv
cvindet esta alto o, Ta qe es poor
dehe infimdir en Tos
dan a Gene eon
la esquiva concientente
toxka te. Sospeeho que miesteo
‘actual entusiasmno peclagsgica y psieoldxico por el nif ene
bre un propésito desleal: se habla del nifio, pero habia ce
aludir al nifio que hay en el adulto. En efecto, en ef adulto
existe un nif, un niio eterno que sigue formindose, que
nea estard terminade y que necesita eonstante cuidado,
atencton y educacién, Esta parte de la personalidad humana
es kx que quisiera desarrollarse en su totalidad, poro el
hombre de nuestro tiempo esti infnitamente lejds de esa
totalidad, Sospechando vagamente ese defecto se apodera
dle fa educaetéin del nifio y se entusiasma con la psicolo
infintl, teniendo en en Igo debe hah fillado e
sw propia eduenei iyo que dcbe
ccorreginse en la genericiéin siguiente, Este propssit, bien
louble, se estrella, sin embargo, contract hecho psicoldgieo
de que no se puede eorregir en el nifio una falta que uno
mismo sigue cometiendo. Los ninos. desde luego, noson tan
tontos como ereemos. Perciben perfectamente lo que es
aténtico y To que es filso, El evento de-Andexsen sobre
lostra encierrauna verdad imperceedk
iCudntos padres me han manifestado su honrado propdsito
de ahorrar a sus hijos la experiencia que ellos mismos tuvie-
yon que hacer en su infancial ¥ cuando les preguntaba,
gestin ustedes seguros de haber superado esas fltas?, solfan
‘mostrase completamente convencidos de haberse corregido
de sus defectos hacia ya mucho tiempo. En realidad no era
150
|
|
I
b
nuestro entusiasmo pedagogico. Quiad esto se
is Ca Ios A tai so das con eeesvo
tor vieiabaw a sis propios hijos con ana toleraneke raya
fen cl inal gusto; sien su juventud les habian oeultado ciertos
aspectos de In vida, lo revelaban a sus hijos de modo tan
pedante como falsamente enciclopedista. Quiere decir que
fabian cafdo en el extremo opuesto, lo que es prucba feha-
ante de que conservaban trigicamente el antigo pecado,
clase sta de ello,
eberianios, pritwero, someter sat 9h
tudo lo que nos proponenos modificar en nnestras hijos para
averiguar sino se trata, tal vez, de algo que serfa preferible
que modificiramos en nosotros mismos, asf, por ejemplo,
mis ade-
cuado. Es posible que desconozeamos la necesidad pedago-
stica porque nos recordarfa de un modo molesto que todavia
somos, en cierto modo, nifios altos de educacis
Esta duda me parece, de todos modos, justficada,
cuando se pretende educar a los nifios para hacer de ellos
* personalidades”, La personalidad es un germen en el ni
aque sélo se desarrolht paukatinamente por y en la vida, Sin
doterminacién, totalidad y madurez no se manihesta win-
um personalidad, Estas tres condiciones 0 pu
eben ser propias del nifio ya que defraudarian su nifiee, Se
convertiria en un adulto antinatural y prematuro, y la mo-
derna educacién ha producido, en efecto, semejantes mons-
truos, particularmente en aquellos casos en que los padres se
dedicahan con verdadero fanatismo a hacer "lo mejor” en
Teneliio de sis nits y "vive slo para ellos”. Uste kel tan
frecuentemente preconizado impide a los padres evolucio-
‘ar ellos mismos de un modo eficaz.y los impulsaa imponer a
sus hijos lo que los padres tienen de “mejor”. Ese “mejor”
¢s, sin duda, aquello que los padres han descuidado también
cen ellos mismos. De este modo se incita alos nifios a realizar
tesfuerzos que los padres jamés han realizado y sees inculexn
ambiciones que sus progenitores nunca lograron. Semejan:
151tes métodos “ideales” dan lugar a ino, idades en inate-
ria de educacién. e
Nadie que netenga-personalidad puede-educar-en-el
sentido de que otro la adquiera. Y no es el niiio, sino sélo el
Aalto quien puede aleazar la personal con frit
naduro de un esfacrzo vital orientado hacia tal sentido. EL
logro de la personalidad consiste, nada menos, que en eb
Faaips desartle posible de bala le fndvidvla
sible medir Ta infinita cantidad de condiciones que han de:
rene part eve fn. Es necesarto attain exe
Cenc hurana,con todos sus aspects bielogtos, soles 7
cso lal ete :
eine ee
macién absoluta del ser individual y la triunfante adapta-
cidn a los hechos universales con simultanea libertad de la
propia determinacidn, Educar a alguien en ese sentido no
2 prop
isdn peligrosa, enye peli, ni
siquiera Schiller sospeché, aunque fue el primero en atre-
verse proféticamente a sondear esos problemas. Es tan peli
‘grosa como la empresa atrevida y desconsiderada de la natu~
raleza de hacer parir a las mujeres. ¢Pero no ser
siento insolente, digno de Promet
tun superhombre osase producir en su retorts
Js, que en el transcurso de su desarrollo leyaria a ser wi
inte? ¥ sin embargo, 2no harfa lo mismo que lanaturaleza
hace dia tras dia? No existe anormalidad ni horror hia
‘que nw haya descansaclo en ol regazo amnante de na
Justos y peeadores, y tal como las
os hijos de Bins y del
posibles, asi noso-
que
Ast como el sol ilum
madres atienden eon
diablo, sin importarte las consecuencia
tros también somos parte de esa naturalez extrat
‘egino ella lleva en st lo inconmensurable.
ine
La personalidad : gua rolla en el transeurso de la vid
como una germinacti Mio toporible de expiry so
iestraaccidin pone en evideneia e6mo somos. Somos como
el Sol que aliments la vida de a tierra, que produce cosas
Therma, ras y’ malas, somos como las madrex que Hevan
cen su regaro dichas y penas ignoradas. No sabemas al prine-
tos, destino, qu contenemos de buen y de
pio, a
alo y s6lo el otofio demostraré lo que la primaver
enzendradlo y solo en Ii tarde quedara patente to que d
rante la mafiana se inieié. La personalidad, como realizackin
hsoluta de ta totaidad de nuestra ser, constituye un ideal
inasequible. Esa Mt
ets
jesarrollarse para poder ser_
ene que desplegnrse la personalidad
Y aqui eomienza el
ceducado, asf tami
sabcanos em y 61 4 peesonal-
ddl on formacion, y hinaturatera y la realidad del wnado nos
han ensefado lo Suficiente para que, con riz6n, seamos un
tanto desconfiados. El dogma cristiano, incluso, nos ha edu-
cado en la creencia de la primitiva maldad de la naturaleza
humana. Mas aun, aquellos que ya io se atienen a la ense-
Aanza eristiana son en sf desconfiados y temerosos con res
pecto a posibililades mis profandas. asta psiedlogos tam
ilustrados y materialistas como Frewd nos dan wna idea muy
desagraduble de los ndormecides fonds y abismos espiritus-
Jes de la ninturaleza humana. Por lo mismo, significa casi wn
atrevitniento el propiciar of desarrollo de la personalid
Pero el esprit hismana esti pletérico de las contradiceiones
salzanos he “sagen onatrrnidiad” y na se 1098
‘cure hacerla responsable de todos los monstruos humans,
Uno de los ejemplos més brillates del sentido dela
personalidad que ofrece la historia es la vidi de Cristo. La>
Fomana manta cesérea, que no silo era propia de loSeripera-
62
ores sino det QJ) romanos-civis Romanumsum-encone
tr on el cristiamemo un contrincante, y hay que hacer
presente que el crstianismo fue la inca religign que verda-
dleramente persiguieron los romanos. Fl contraste era evi-
dente donde quiera que chocaban el culto ecsireo y el
eristinismo, pero por lo que nos informan los evangelios
respecto a la formacién de la personalidad de Cristo, quel
contraste también desempef6 un papel decisivo en el alma
del fimdador de la religién erstiana. La historia de la tenta-
cién nos muestra claramente que el poder pstquico con que
choeé Jesis Fue el domonio del poder de la psicologfa de su
tiempo, que en el desierto le tents gravemente. Fste demo-
nio fae e objeto pstquico que tentabu a todos los pueblos del
imperio romano y que también prometié a Jents todos los
reinos de la tierra, como si hubiera pensado erigirle César.
Fiel a su vor interior, a su destino y a su determinacién,
Jestis se expuso voluntariamente a fa tentacién de fa mania
imperialists que poset a todos, veneides y vencedores. Con
clo reeana raleza del vjetivo pstquico, que sunt
a todo el mundo en un estado doloroso y que engendré wn
anhelo de salvacién, expresado también por los poetas pasa
nos, Nooprimni ni se dej6 oprimie por esa preston pstquica a
inquesesometisconcientemente, siroquelaasinile. Aste «Ss
convirtié el poder del Césat, duefio del inundo, en un reino wv
espiritual, y el imperium romanum en un reino universal de
Dios, que no es de este mundo. Cuando todo el pueblo judo
esperahaa un Mesias enérgico, tanto desde el puntode vista
politics, como del impertilita, Cristo enmplis sn dest
tmesiinico, menos para su nacién que para el mundozomano,
sefialando a los hombres la viefa verdad de que no hay amor
alld donde impera el poder, y que no hay fuerza abt donde
Tree nligtndatountecccwseae |
psicolégico del demon‘aco poder romano.
El ejernplo del cristianismo es, seguramente, el que
mejor ilustra mis precedentes consideraciones abstract.
a
gaEsa vida, aparentemente sin par, hal gga aser unsimbole
Sora, porque representa et proto scslien de
‘inica vida sensata, es decir, una vida que tiende alla realiza~
cin individual, que es tanto como decir a la realizacion
absoluta e incondieional de la ley que la caracteriza. En ese
sentido puede exclamarse con Tertuliano: “Ania natural
ter Christiana”
La deificacion de Jests, Io mismo que la de Buda, no
sorprende, pero compruebi terminantemente lx estimacin
‘enorme que Is humanidad tiene por esos héroes y, en conse-
‘cuencia, por el ideal de la formacién de Ia personalidad. $i
actualmente parece que el ciexo y destruetor predominio de
insensatas fuerzas colectivas relega a un segundo término el
ideal de la personalidad, esto slo significa que ha estallido
tuna rebelién momentinea contra la supremacta de la histo-
ria, Tan pronto como la inelinacién revolucionariq antihisté-
y por consiguiente también inculta, de la nueva genera-
ci6n haya roto, en cierto grado, la tradicién, volverd a ella
para buscar y encontrar héroes. Et propio bulcheviquisino,
‘que nada deja desear en mos, embalsarnd a
Lenia y convirtié a Carlos Marx en un redentor. El ideal de
Ja personalidad es una necesidad inestinguible del alma
humana, que defiende con tanto mayor fanatismo cuanto
‘mis incémoda resulta, ES mismo eulto ceséreo fue un culto
de la personalidad mal entendido, y el modermo protestan-
tismo, cuya teologia critica menguaba paulatinanente la
divinidad de Cristo, se ha cefugiad, al fin y al eabo, ex
personalidad de Jests
Lo que se llama “personalidad” es ciertamente algo muy
grande y misterioso. Todo cuanto se diga al respecte es
siempre poco satisfictorio e inadecuado al par que entraiia
‘el peligro de que la discusién se pierda en charlatanisimo, tan
‘vacfo como excesivo, El mismo concepto de la personalidad
cs, dentro del uso corriente del idioma, una palabra tan vaga
‘y mal definida que resulta dificil encontrar dos inteligencias
i6iy
\
que la interpreter signal modo, Si aqme propor wt
Jel, 0 se ag la isn de haber
pronunciado la labra sobre la cuestion, Quisiera
considerar todo cuanto aqut digo, como un ensayo para
aproximarme al problema de la personalidad, sin la preten-
sién de solucionarlo. Mas concretamente, quisiera conside-
rar mi tentativa como una exposicion del problema psieols
‘gico de la personalidad. Los recursos psicolbgicos ordinarios
fFracasan, mis o menos, frente ese problema, ly misino que
ante el del hombre genial o creador. No cuaja la explicacion
{que quiere hacerlo derivar de ta herencia familiar y del
ambiente: e} romanticismo infantil, hoy tan en bogs, se
pierde en lo irreal la interpretacion de que se touta de una
consecnencia de penurtas, enfermedad, earencia de dinero,
etc., no pasa de ser superficial. Siempre se agreya un ele-
‘mento irracional no racionalizable, un deus ex machina o.un
asylum ignorantiae, ese conocido sobrenombre de Dios. El
problema parece penetrar en una esfera extralumana que
siempre ha sido reemplazada por uno otto nombre de
Dios. Sexzin ha podido verse ya, también hube de mencionar
el destino, la vocacién, la voz interior, caracterizndolos
‘como algo poderoso y objetivo, psiquico, tal como se pre
senta en la personalidad en formacién y que a veces se
aparece también subjetivamente. Mefistofeles no ha sido
personificado en Fausto, porque desde el punto de vista
ramitico o de la técnica teatral resulta de mejor efecto un
Fansto que se moraliza a si mismo y se imagina st propio
demonio, Las primeras palabras de dedicatoria
De nuevo 0 cers, guns wllantes.
«ign del diablo, una conces
cia psfquica, una confesién en voz baja, de que, sin embargo,
asi ha sido no en virtud de deseos, temores o parceeres
subjetivos, sino por causas intrinsecas, Es verdad que s6lo
tun tonto podria pensar en fantasmas, pero algo asi como un
165tonto prinitivo pareceacecharen MQ partes, bayota super
ficie del conocimionto razonador del dia,
He aquf la causa de Ia eterna duda sobre si lo
rente objetivo psiquico sord en verdad objetivo y no tl vez
ginario. Pero inmediatamente se presenta el problema
@Me he formado yo esta idea 0 me la han impuesto? Es wn
problema andlogo al del neurético que sufre de un carcinoma
imaginario, Mil veces se le ha repetido que se trata de unt
mania, pero a pesar de ello me pregunta atemorizado: "Si
epero a qué se debe que yo me lo imagine si no quiero
‘imagindrmelo?”. A esta hay que contestarle que la idea de)
carcinoma se ha formado en él sin su previo conocimiento y
sin pedirle permiso, La causa de este proceso es un creci=
miento psiquico, una proliferacién que tiene lugar en su
subconsciente y de la que no logra tener conciencia. Teme a
esaactivided inferior, pero como esté totalmente convencido
de que en su propia alma no puede haber nada de que él no
tenga conocimiento, se ve obligado a relacionar ese temor
cea ef eareinoma real, det cnal sabe que #fo existe. ¥'si no
obstunte le infunde temor, cien médicos le confirmaran qiie
‘ese micdo no tiene justifies alguna. De este modo la
neurosis consituye una proteceién conta la actividad obje
tiva interior del alma, o una tentativa pagada aun alto precio,
de substraerse de la voz interior y, por tanto, a la vocacion al
destino, Aquella formacién de proliferaciones es la actividad
Alina objetivay dependiente de una coneentearbitrarie-
‘ud que quisiera hablar com se vor interior al eonoeieniente
para orfentar af enformo y Hewarlo a su integridad, ‘sus
desplazamiento neurético queda el destino, el futuro y la
formacién de la personalidad, la realizacién total de la volun-
ta dividuo. EThombre sin ainar Jatt he
‘quo so dentine a
ante sei cov Nacsa! "4
ste-
Trevarle todavia su destino’.
166 \
\
leva a mayor altura que cuandovignora hacia dénde puede
‘do, ha dejado eseapar el sentido cle su
vida en fam cdida en que, infiel alaley propia, 0 hia
Tegaidoa convertise en personalidad. Porfortuna, lamutura-
{eza bondaclasa y magnénima no ha inducido a la mayoria de
los hombres a consultarse asf mismos acerea del sentido dela
vid, ¥ donde nadie pregunta nadie debe contestar._
El temor del neurstico por el carcinoma esti justificado,
no es imaginacién, sino la expresin consecuente de un
hecho psiquico que existe en la esfera extraconseiente in:
cesible a la voluntad y a la eomprensign. Si se dirigiera al
desiesto y en la soledad eseuchara a su ser intimo, posible
mente percibiria la voz interior y entenderia lo que dice.
Pero, gene e,elhombreculto, deformado, es absoli-
tamnente incapaz de pereibir esa vor no garantizada por
ninguna doctrina, Bn ese sentido, Tos hombres primitivos
son anticho mas aptos y los euranderos, por lo menos, pueden
hhablar con tos espiritus, érboles y animales, cosa que forma
prrte de los recursos profesionales. En ellos se presenta cl
objetivo ps nico NO-YO. Siendo laneurosisuna
perturhacién del desarrollo de la personalidad, los psiquin
{ras ns vemos obligidos, por necesidad profesional, a ocu-
parnios de problemas, al parecer apartados de la personali-
did y de la vor interior. En la psicoterapia esos fenémenos
psfquicos por lo comtin tan vagos y que muchas veces desge-
‘en mera fraseologia, surgen de las tinieblas del deseo
visthilidad, pero esto suede
Se ha dese
los Profetas del Antiguo Tes
ceausas psiquieas que determinan las perturbaciones deben
ser Hevadas trabajosamente a ln conciencia. Los contenidlos
que entonees se evidencian no eoinciden, sin embargo, de
tun niveo absolute con ki “vee interior” y signifies una
determinaeién fatal que, addmitida y egordenada por ke cone
Ciencia, provoca el desarrollo de la personalidad.
7‘As como Ia gran personalidad ar qu cialmente como
liberadon, sladora, temsformadora Scale, 86 to
ign el nacimiento de In propia personalidad surte elvctos
1 individuo, Es camo si un rio que se pierde
favorables para
arrays cenagosos volviera adeseubrit su
piedra que gravitase sobre una semilla
fuera removida repentinamente, y ésta pudiera iniciar sw
patural desarrollo.
La voz interior es la vor de una yida completa, de una
nto del héroe o el renseina
segs el sentido smitoldgico, com la sack del sol, porewe Ia
formacion de la personalidad exquivale a un anmento del
‘estado conciente, Por esa misma razén la mayoria de los
héroes son earacterizados por atributos solares y la hora del
rnacimiento de su gran personalidad se Hanna iluminact
EE] miedo que la voe interior inspira a la mayorta de los
hombres, no es tan infantil eorno pudiera parecer. Los ele-
rmentos que se enfrentan con la conciencia limitada, sept
demuestra el ejemplo clisicn de la vida de Cristo 0 o igual-
inente significative suceso de Mara de la leyenda de Bu
eesti en absoluto carentes de sign
sentan generalmente el peligro especifico respecte a
individuo. Lo que nos acerca a la voz interior suele ser algo
inalo; esto es as{ porque de ordinario se tiene mis conciencia
de las propias virtudes que de los vicios propios y, ademas,
porque se sufre menios por lo bueno que por lo mato. Repito
{que gracias a la vor interiar se Nlega.a tener conciencia de
{do lo que motiva os suftimientos. es decir, del pueblo-a
‘que se pertenece.o de lahumanidad de que formamos parte
ero representa aese male al, de modo que
primero se podia creer que se trata solamente de care
cas individuales. La Voz interior evoca lo malo-de modo tan
‘convincente como para conseguir que quede subyugaclo por
168
bir completamente, eta aparente
altad no Teg piQParv0s y entonces tampoco puede
producirse una renova y curicién. (Llomo aparente lo
malo le la vor interior que suera demasiado optimista:) $i el
go sneunibe totalmente a kt vox interior, sus elementes
‘tyra como si fuesen otros tantos deimonios, es deci. se.
produce una catistrofe. Perosi el yo silo sucumbe.en parte y.—
de Ia completa derrota por la propia afirma-_
entonces puede asimila la vor,-y-