You are on page 1of 13
conduc a la paralizacién 0 1@ ler catasteatal de los ceontrastes en tonsisn conjunta, Latigura de Arleqnin os «ke trigica ambigtiedad, aunque su vestidura ostenta ya los si bolos de las préximas fases evolutivas, evidentes para cl cexperto. Es el héroe que ha de: atzavesur tos abisnnas del itades. 21.0 logrard? No puedo responder a esta pres Para mies siniestro, Arlequin, Y me reeuerda deinastadlo 3 aque! “sayo camarada, semejante a un buf” del Zarath tra de Nietzsche, que salts sobre el aeribata (parilelo det payaso) que nada present, matindole. Aguf pronincia Ze rathustra aquellas palabras que se cumplicron en Nietzsche con presicién espantable: “Tu alma morini antes que tu cuerpo: jno temas ya nadal” Quign esel “bufin” nos lo dicen tas palabras que dirige al fandmbulo, su debil alter exo: "(Te ppones en el exmino de uno mejor que ti!” Es el mis grande: ue saltarlacopa. Yaveceslacopaes... cleerebro. 6 SOBRE LA FORMACION DE LA PERSONALIDAD Se afirma eon frecuencia, modificando ligeramente tn verso de Goethe, que “ki dicha suprema del ser hurmano consiste en la personalidad” con lo que se expresa cl parecer '{ de que la finalidad supreme y el anhelo mas fuerte de los \._ hombres eonsiste en el desurollo dea totalidad del eardcter To de formar ina personalidad, tiene hoy el valor. tun ideal pedagéagico en contraste con el “standardizado” | hombre eolectivoo normal, que, porlo general, satisface ala | masa, Esa tendencia se funda en el acertado reconocimiento del hecho historieo, y det cual surgen, en las grancles necio- nes de la historia mundial, las personalidades dirigentes que nunca brotan de la masa, que es siempre. sect indolente y que necesita demtagogos para realizar ef menor ttovimiento, El grito jubiloso de la nacién italiana se divige a 1a personalidad del Duce y otras naciones se lamentan de la ausencia de grandes guias. El anhelo de personalidad se ha transformado en un problema real que preacupa hoy a mu chas inteligencias, contrastando com Io que sucedta en tiein- pos pasados, cuando esta euestisn tinicamente preocps a tin solo hombre, a Friedrich Schiller, que la presin ceartas sobre la educaciin estética bas dy us princess enean MMe Nude inpide el sagrado co le Frivdrich Schiller en ado de la existen coudicién de pedagogo. En cambio, el furor teuténico se arrojé sobre la pedlagogia, sobre la educacién infa decir, se dedicé ala psicolog Fouseando lo ne hay dle inf lode esta iL en ol herabre vid yl destino, que els Ge la existencia posterior adulta pasan completamente a un plano secundaria, Tuclaso se ha designaclo a muestra Cpoe ta tono de exagerada Io, come kr epee del ain, Esta dlesimedida aimpliacisn y extension det jardin de i texquivale al olvide total de los problemas de la educacisn, genialniente presentidas por Schiller. Nadie negari wi des- preciaré la iinportancia de la edad infantil; sow demasiado tevidentes los perjuicios graves ia ecueacin daficiente en el hogar 0 en ba ese tora kt vide y es demasis aMloptar métodos pecdagigicns raznnables. Pero si en verdad he pretende combatir de raiz ese mal, hay qve pregwntarse seriamente e6ino fe y edmo sigue sienda posible que se npliquen métodos de educacidn absurdos, AI parecer eso se debe rinica y exclusivarnentea estipidos edueadores, ye n0 son hombres sino autématas del método. Qu ar debe ser, en primer lugar, un, hombre ica que alin Fige en nuestros dlas- de aprender de memoria, as{ coma li aplicacién mecinica de determinados métodos, no constituyen wna ed el nif ni para el edueador. Se habla contin sich de teducar la personalidad del nifio. Desde luego admiry tan tlevado ideal pedagegico. ¢Bero quién educa en el sentido {de desarrollar la personalidad? En primero y mis importante Igar los padres son freewentomente ineompetentes, vd La a0s 0 nitios completes, as, «que todas los padres sean “persomalidades” y ai lo janis en inventar mc todos apropiados para ensesbara los padres eso que se Ihima "personalidad"? Es por lo mismo natural que se exija det pedagogo, del perito, a quien se ensefiaron, mal que bien, nyeiones de psicolog,rayoresconacimients y concepts icidn del nifio y que los j6venes rante toda sue 2Quién expe ings amplies acerca de la probable conforn del cue lise. Se spon aque han clegido ls exrrera peda e fe afirma que al mismo tiempo tenga qu ser al hat reid x mistna foe thos exincavidn que Tos nifios que fan de eduear y por lo conn estn tan lejos de sor personalidades com sis diseipt Jos, Nuestro problema pedagéxico peca, generalmente, de trnilaterl, tanto por lo que se zefiereal niio, como por loque onciemne al edueador. Talo el que ha ternninado unaeaerers ‘um estudio se considera ya compfetamente edueado 0, cot At palabra, udulto, Y es foraoso que asf lo erea y que est firmemente eonvencide de su conpetencia para poder sub- sistiven la lucha por a esistencia, Las dudas ylasensacion de insequridad constituirian un grave obstéculo, soeavando la tan necesaria fe en la propia autoridad y convietiendo al hombre en un ser inservible para la vida profesional. La gente quiere oirle decie que sabe esto 0 aquello, que tiene fe Ens, y 00 que dude de sf misino y de si competencia, El ‘specialists esti indefeetiblemente eondemde a la compe “personalidades”. En gen teneia. “Todo el mundo sabe que esta situaciso no es precisa ineate fa ideal, Pero en ls cizcunstancias presentes cum igrano salis es la mejor. Inchuso resultaria imposible imagi- fharse que pudiera set de otra manera. Del educator me iano no hay que esperar mis que de los padres medianos. Hay que darse por satisfeebo cuando son buenos especial Lay wor que sabe Serta preferile wo aplicara los nis el alto ideal de he educacién, en el sentido del desarrollo de la personalidad, pues To que por lo comin se entiende por “personalidad”, es decir, un conjunto espiritual determinado, coherente y do- tado de fuerzas, constituye un ideal del adulto, que no se on en a épaca en Tena el iv cvindet esta alto o, Ta qe es poor dehe infimdir en Tos dan a Gene eon la esquiva concientente toxka te. Sospeeho que miesteo ‘actual entusiasmno peclagsgica y psieoldxico por el nif ene bre un propésito desleal: se habla del nifio, pero habia ce aludir al nifio que hay en el adulto. En efecto, en ef adulto existe un nif, un niio eterno que sigue formindose, que nea estard terminade y que necesita eonstante cuidado, atencton y educacién, Esta parte de la personalidad humana es kx que quisiera desarrollarse en su totalidad, poro el hombre de nuestro tiempo esti infnitamente lejds de esa totalidad, Sospechando vagamente ese defecto se apodera dle fa educaetéin del nifio y se entusiasma con la psicolo infintl, teniendo en en Igo debe hah fillado e sw propia eduenei iyo que dcbe ccorreginse en la genericiéin siguiente, Este propssit, bien louble, se estrella, sin embargo, contract hecho psicoldgieo de que no se puede eorregir en el nifio una falta que uno mismo sigue cometiendo. Los ninos. desde luego, noson tan tontos como ereemos. Perciben perfectamente lo que es aténtico y To que es filso, El evento de-Andexsen sobre lostra encierrauna verdad imperceedk iCudntos padres me han manifestado su honrado propdsito de ahorrar a sus hijos la experiencia que ellos mismos tuvie- yon que hacer en su infancial ¥ cuando les preguntaba, gestin ustedes seguros de haber superado esas fltas?, solfan ‘mostrase completamente convencidos de haberse corregido de sus defectos hacia ya mucho tiempo. En realidad no era 150 | | I b nuestro entusiasmo pedagogico. Quiad esto se is Ca Ios A tai so das con eeesvo tor vieiabaw a sis propios hijos con ana toleraneke raya fen cl inal gusto; sien su juventud les habian oeultado ciertos aspectos de In vida, lo revelaban a sus hijos de modo tan pedante como falsamente enciclopedista. Quiere decir que fabian cafdo en el extremo opuesto, lo que es prucba feha- ante de que conservaban trigicamente el antigo pecado, clase sta de ello, eberianios, pritwero, someter sat 9h tudo lo que nos proponenos modificar en nnestras hijos para averiguar sino se trata, tal vez, de algo que serfa preferible que modificiramos en nosotros mismos, asf, por ejemplo, mis ade- cuado. Es posible que desconozeamos la necesidad pedago- stica porque nos recordarfa de un modo molesto que todavia somos, en cierto modo, nifios altos de educacis Esta duda me parece, de todos modos, justficada, cuando se pretende educar a los nifios para hacer de ellos * personalidades”, La personalidad es un germen en el ni aque sélo se desarrolht paukatinamente por y en la vida, Sin doterminacién, totalidad y madurez no se manihesta win- um personalidad, Estas tres condiciones 0 pu eben ser propias del nifio ya que defraudarian su nifiee, Se convertiria en un adulto antinatural y prematuro, y la mo- derna educacién ha producido, en efecto, semejantes mons- truos, particularmente en aquellos casos en que los padres se dedicahan con verdadero fanatismo a hacer "lo mejor” en Teneliio de sis nits y "vive slo para ellos”. Uste kel tan frecuentemente preconizado impide a los padres evolucio- ‘ar ellos mismos de un modo eficaz.y los impulsaa imponer a sus hijos lo que los padres tienen de “mejor”. Ese “mejor” ¢s, sin duda, aquello que los padres han descuidado también cen ellos mismos. De este modo se incita alos nifios a realizar tesfuerzos que los padres jamés han realizado y sees inculexn ambiciones que sus progenitores nunca lograron. Semejan: 151 tes métodos “ideales” dan lugar a ino, idades en inate- ria de educacién. e Nadie que netenga-personalidad puede-educar-en-el sentido de que otro la adquiera. Y no es el niiio, sino sélo el Aalto quien puede aleazar la personal con frit naduro de un esfacrzo vital orientado hacia tal sentido. EL logro de la personalidad consiste, nada menos, que en eb Faaips desartle posible de bala le fndvidvla sible medir Ta infinita cantidad de condiciones que han de: rene part eve fn. Es necesarto attain exe Cenc hurana,con todos sus aspects bielogtos, soles 7 cso lal ete : eine ee macién absoluta del ser individual y la triunfante adapta- cidn a los hechos universales con simultanea libertad de la propia determinacidn, Educar a alguien en ese sentido no 2 prop isdn peligrosa, enye peli, ni siquiera Schiller sospeché, aunque fue el primero en atre- verse proféticamente a sondear esos problemas. Es tan peli ‘grosa como la empresa atrevida y desconsiderada de la natu~ raleza de hacer parir a las mujeres. ¢Pero no ser siento insolente, digno de Promet tun superhombre osase producir en su retorts Js, que en el transcurso de su desarrollo leyaria a ser wi inte? ¥ sin embargo, 2no harfa lo mismo que lanaturaleza hace dia tras dia? No existe anormalidad ni horror hia ‘que nw haya descansaclo en ol regazo amnante de na Justos y peeadores, y tal como las os hijos de Bins y del posibles, asi noso- que Ast como el sol ilum madres atienden eon diablo, sin importarte las consecuencia tros también somos parte de esa naturalez extrat ‘egino ella lleva en st lo inconmensurable. ine La personalidad : gua rolla en el transeurso de la vid como una germinacti Mio toporible de expiry so iestraaccidin pone en evideneia e6mo somos. Somos como el Sol que aliments la vida de a tierra, que produce cosas Therma, ras y’ malas, somos como las madrex que Hevan cen su regaro dichas y penas ignoradas. No sabemas al prine- tos, destino, qu contenemos de buen y de pio, a alo y s6lo el otofio demostraré lo que la primaver enzendradlo y solo en Ii tarde quedara patente to que d rante la mafiana se inieié. La personalidad, como realizackin hsoluta de ta totaidad de nuestra ser, constituye un ideal inasequible. Esa Mt ets jesarrollarse para poder ser_ ene que desplegnrse la personalidad Y aqui eomienza el ceducado, asf tami sabcanos em y 61 4 peesonal- ddl on formacion, y hinaturatera y la realidad del wnado nos han ensefado lo Suficiente para que, con riz6n, seamos un tanto desconfiados. El dogma cristiano, incluso, nos ha edu- cado en la creencia de la primitiva maldad de la naturaleza humana. Mas aun, aquellos que ya io se atienen a la ense- Aanza eristiana son en sf desconfiados y temerosos con res pecto a posibililades mis profandas. asta psiedlogos tam ilustrados y materialistas como Frewd nos dan wna idea muy desagraduble de los ndormecides fonds y abismos espiritus- Jes de la ninturaleza humana. Por lo mismo, significa casi wn atrevitniento el propiciar of desarrollo de la personalid Pero el esprit hismana esti pletérico de las contradiceiones salzanos he “sagen onatrrnidiad” y na se 1098 ‘cure hacerla responsable de todos los monstruos humans, Uno de los ejemplos més brillates del sentido dela personalidad que ofrece la historia es la vidi de Cristo. La> Fomana manta cesérea, que no silo era propia de loSeripera- 62 ores sino det QJ) romanos-civis Romanumsum-encone tr on el cristiamemo un contrincante, y hay que hacer presente que el crstianismo fue la inca religign que verda- dleramente persiguieron los romanos. Fl contraste era evi- dente donde quiera que chocaban el culto ecsireo y el eristinismo, pero por lo que nos informan los evangelios respecto a la formacién de la personalidad de Cristo, quel contraste también desempef6 un papel decisivo en el alma del fimdador de la religién erstiana. La historia de la tenta- cién nos muestra claramente que el poder pstquico con que choeé Jesis Fue el domonio del poder de la psicologfa de su tiempo, que en el desierto le tents gravemente. Fste demo- nio fae e objeto pstquico que tentabu a todos los pueblos del imperio romano y que también prometié a Jents todos los reinos de la tierra, como si hubiera pensado erigirle César. Fiel a su vor interior, a su destino y a su determinacién, Jestis se expuso voluntariamente a fa tentacién de fa mania imperialists que poset a todos, veneides y vencedores. Con clo reeana raleza del vjetivo pstquico, que sunt a todo el mundo en un estado doloroso y que engendré wn anhelo de salvacién, expresado también por los poetas pasa nos, Nooprimni ni se dej6 oprimie por esa preston pstquica a inquesesometisconcientemente, siroquelaasinile. Aste «Ss convirtié el poder del Césat, duefio del inundo, en un reino wv espiritual, y el imperium romanum en un reino universal de Dios, que no es de este mundo. Cuando todo el pueblo judo esperahaa un Mesias enérgico, tanto desde el puntode vista politics, como del impertilita, Cristo enmplis sn dest tmesiinico, menos para su nacién que para el mundozomano, sefialando a los hombres la viefa verdad de que no hay amor alld donde impera el poder, y que no hay fuerza abt donde Tree nligtndatountecccwseae | psicolégico del demon‘aco poder romano. El ejernplo del cristianismo es, seguramente, el que mejor ilustra mis precedentes consideraciones abstract. a ga Esa vida, aparentemente sin par, hal gga aser unsimbole Sora, porque representa et proto scslien de ‘inica vida sensata, es decir, una vida que tiende alla realiza~ cin individual, que es tanto como decir a la realizacion absoluta e incondieional de la ley que la caracteriza. En ese sentido puede exclamarse con Tertuliano: “Ania natural ter Christiana” La deificacion de Jests, Io mismo que la de Buda, no sorprende, pero compruebi terminantemente lx estimacin ‘enorme que Is humanidad tiene por esos héroes y, en conse- ‘cuencia, por el ideal de la formacién de Ia personalidad. $i actualmente parece que el ciexo y destruetor predominio de insensatas fuerzas colectivas relega a un segundo término el ideal de la personalidad, esto slo significa que ha estallido tuna rebelién momentinea contra la supremacta de la histo- ria, Tan pronto como la inelinacién revolucionariq antihisté- y por consiguiente también inculta, de la nueva genera- ci6n haya roto, en cierto grado, la tradicién, volverd a ella para buscar y encontrar héroes. Et propio bulcheviquisino, ‘que nada deja desear en mos, embalsarnd a Lenia y convirtié a Carlos Marx en un redentor. El ideal de Ja personalidad es una necesidad inestinguible del alma humana, que defiende con tanto mayor fanatismo cuanto ‘mis incémoda resulta, ES mismo eulto ceséreo fue un culto de la personalidad mal entendido, y el modermo protestan- tismo, cuya teologia critica menguaba paulatinanente la divinidad de Cristo, se ha cefugiad, al fin y al eabo, ex personalidad de Jests Lo que se llama “personalidad” es ciertamente algo muy grande y misterioso. Todo cuanto se diga al respecte es siempre poco satisfictorio e inadecuado al par que entraiia ‘el peligro de que la discusién se pierda en charlatanisimo, tan ‘vacfo como excesivo, El mismo concepto de la personalidad cs, dentro del uso corriente del idioma, una palabra tan vaga ‘y mal definida que resulta dificil encontrar dos inteligencias i6iy \ que la interpreter signal modo, Si aqme propor wt Jel, 0 se ag la isn de haber pronunciado la labra sobre la cuestion, Quisiera considerar todo cuanto aqut digo, como un ensayo para aproximarme al problema de la personalidad, sin la preten- sién de solucionarlo. Mas concretamente, quisiera conside- rar mi tentativa como una exposicion del problema psieols ‘gico de la personalidad. Los recursos psicolbgicos ordinarios fFracasan, mis o menos, frente ese problema, ly misino que ante el del hombre genial o creador. No cuaja la explicacion {que quiere hacerlo derivar de ta herencia familiar y del ambiente: e} romanticismo infantil, hoy tan en bogs, se pierde en lo irreal la interpretacion de que se touta de una consecnencia de penurtas, enfermedad, earencia de dinero, etc., no pasa de ser superficial. Siempre se agreya un ele- ‘mento irracional no racionalizable, un deus ex machina o.un asylum ignorantiae, ese conocido sobrenombre de Dios. El problema parece penetrar en una esfera extralumana que siempre ha sido reemplazada por uno otto nombre de Dios. Sexzin ha podido verse ya, también hube de mencionar el destino, la vocacién, la voz interior, caracterizndolos ‘como algo poderoso y objetivo, psiquico, tal como se pre senta en la personalidad en formacién y que a veces se aparece también subjetivamente. Mefistofeles no ha sido personificado en Fausto, porque desde el punto de vista ramitico o de la técnica teatral resulta de mejor efecto un Fansto que se moraliza a si mismo y se imagina st propio demonio, Las primeras palabras de dedicatoria De nuevo 0 cers, guns wllantes. «ign del diablo, una conces cia psfquica, una confesién en voz baja, de que, sin embargo, asi ha sido no en virtud de deseos, temores o parceeres subjetivos, sino por causas intrinsecas, Es verdad que s6lo tun tonto podria pensar en fantasmas, pero algo asi como un 165 tonto prinitivo pareceacecharen MQ partes, bayota super ficie del conocimionto razonador del dia, He aquf la causa de Ia eterna duda sobre si lo rente objetivo psiquico sord en verdad objetivo y no tl vez ginario. Pero inmediatamente se presenta el problema @Me he formado yo esta idea 0 me la han impuesto? Es wn problema andlogo al del neurético que sufre de un carcinoma imaginario, Mil veces se le ha repetido que se trata de unt mania, pero a pesar de ello me pregunta atemorizado: "Si epero a qué se debe que yo me lo imagine si no quiero ‘imagindrmelo?”. A esta hay que contestarle que la idea de) carcinoma se ha formado en él sin su previo conocimiento y sin pedirle permiso, La causa de este proceso es un creci= miento psiquico, una proliferacién que tiene lugar en su subconsciente y de la que no logra tener conciencia. Teme a esaactivided inferior, pero como esté totalmente convencido de que en su propia alma no puede haber nada de que él no tenga conocimiento, se ve obligado a relacionar ese temor cea ef eareinoma real, det cnal sabe que #fo existe. ¥'si no obstunte le infunde temor, cien médicos le confirmaran qiie ‘ese micdo no tiene justifies alguna. De este modo la neurosis consituye una proteceién conta la actividad obje tiva interior del alma, o una tentativa pagada aun alto precio, de substraerse de la voz interior y, por tanto, a la vocacion al destino, Aquella formacién de proliferaciones es la actividad Alina objetivay dependiente de una coneentearbitrarie- ‘ud que quisiera hablar com se vor interior al eonoeieniente para orfentar af enformo y Hewarlo a su integridad, ‘sus desplazamiento neurético queda el destino, el futuro y la formacién de la personalidad, la realizacién total de la volun- ta dividuo. EThombre sin ainar Jatt he ‘quo so dentine a ante sei cov Nacsa! "4 ste- Trevarle todavia su destino’. 166 \ \ leva a mayor altura que cuandovignora hacia dénde puede ‘do, ha dejado eseapar el sentido cle su vida en fam cdida en que, infiel alaley propia, 0 hia Tegaidoa convertise en personalidad. Porfortuna, lamutura- {eza bondaclasa y magnénima no ha inducido a la mayoria de los hombres a consultarse asf mismos acerea del sentido dela vid, ¥ donde nadie pregunta nadie debe contestar._ El temor del neurstico por el carcinoma esti justificado, no es imaginacién, sino la expresin consecuente de un hecho psiquico que existe en la esfera extraconseiente in: cesible a la voluntad y a la eomprensign. Si se dirigiera al desiesto y en la soledad eseuchara a su ser intimo, posible mente percibiria la voz interior y entenderia lo que dice. Pero, gene e,elhombreculto, deformado, es absoli- tamnente incapaz de pereibir esa vor no garantizada por ninguna doctrina, Bn ese sentido, Tos hombres primitivos son anticho mas aptos y los euranderos, por lo menos, pueden hhablar con tos espiritus, érboles y animales, cosa que forma prrte de los recursos profesionales. En ellos se presenta cl objetivo ps nico NO-YO. Siendo laneurosisuna perturhacién del desarrollo de la personalidad, los psiquin {ras ns vemos obligidos, por necesidad profesional, a ocu- parnios de problemas, al parecer apartados de la personali- did y de la vor interior. En la psicoterapia esos fenémenos psfquicos por lo comtin tan vagos y que muchas veces desge- ‘en mera fraseologia, surgen de las tinieblas del deseo visthilidad, pero esto suede Se ha dese los Profetas del Antiguo Tes ceausas psiquieas que determinan las perturbaciones deben ser Hevadas trabajosamente a ln conciencia. Los contenidlos que entonees se evidencian no eoinciden, sin embargo, de tun niveo absolute con ki “vee interior” y signifies una determinaeién fatal que, addmitida y egordenada por ke cone Ciencia, provoca el desarrollo de la personalidad. 7 ‘As como Ia gran personalidad ar qu cialmente como liberadon, sladora, temsformadora Scale, 86 to ign el nacimiento de In propia personalidad surte elvctos 1 individuo, Es camo si un rio que se pierde favorables para arrays cenagosos volviera adeseubrit su piedra que gravitase sobre una semilla fuera removida repentinamente, y ésta pudiera iniciar sw patural desarrollo. La voz interior es la vor de una yida completa, de una nto del héroe o el renseina segs el sentido smitoldgico, com la sack del sol, porewe Ia formacion de la personalidad exquivale a un anmento del ‘estado conciente, Por esa misma razén la mayoria de los héroes son earacterizados por atributos solares y la hora del rnacimiento de su gran personalidad se Hanna iluminact EE] miedo que la voe interior inspira a la mayorta de los hombres, no es tan infantil eorno pudiera parecer. Los ele- rmentos que se enfrentan con la conciencia limitada, sept demuestra el ejemplo clisicn de la vida de Cristo 0 o igual- inente significative suceso de Mara de la leyenda de Bu eesti en absoluto carentes de sign sentan generalmente el peligro especifico respecte a individuo. Lo que nos acerca a la voz interior suele ser algo inalo; esto es as{ porque de ordinario se tiene mis conciencia de las propias virtudes que de los vicios propios y, ademas, porque se sufre menios por lo bueno que por lo mato. Repito {que gracias a la vor interiar se Nlega.a tener conciencia de {do lo que motiva os suftimientos. es decir, del pueblo-a ‘que se pertenece.o de lahumanidad de que formamos parte ero representa aese male al, de modo que primero se podia creer que se trata solamente de care cas individuales. La Voz interior evoca lo malo-de modo tan ‘convincente como para conseguir que quede subyugaclo por 168 bir completamente, eta aparente altad no Teg piQParv0s y entonces tampoco puede producirse una renova y curicién. (Llomo aparente lo malo le la vor interior que suera demasiado optimista:) $i el go sneunibe totalmente a kt vox interior, sus elementes ‘tyra como si fuesen otros tantos deimonios, es deci. se. produce una catistrofe. Perosi el yo silo sucumbe.en parte y.— de Ia completa derrota por la propia afirma-_ entonces puede asimila la vor,-y-

You might also like