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CAPITULO VI LA EDUCACION EN LOS SIGLOS XIV Y XV Hemos hablado hasta ahora de la escuela y de la instruccién con relacién al papado y al imperio, re- cordando Jas escuelas parroquiales, episcopales y ce- nobiales, asi como las universidades; y hemos encon- trado también a los primeros maestros libres, a los cuales se les’ debe en gran parte el surgimiento de las universidades, a pesar de su subordinacién al anti- guo y nuevo derecho eclesidstico e imperial. Pero la actividad de’estos maestros libres se ha_ de ver m4s'de cerca, y puesta m4s estrechamente.en relacién con ‘el nuevo surgimiento de una. sociedad de riercaderes y artesanos, que tienen sus centros de vida en las citidades organizadas en municipios, -y sus expresiones culturales mds caracteristicas y visi- blemente nuevas en las literaturas en lengua vulgar. El nacimiento de estas literaturas es el-signo del na- cimiento del mundo moderno; y si éstas contintian en parte reproduciendo contenidos y formas, de la vieja literatura en latin, también es cierto que intro- ducen contenidos y formas nuevas, en los cuales se reflejan.las necesidades y los intereses. de los nuevos grupos emergentes. Los protagonistas de estas nue- - vas literaturas, de la nueva cultura, de los nuevos modos de instruccién, ya no son los clérigos de antes, o sea los hombres del clero regular y secular, sino los nuevos “clérigos”, con los que la misma palabra que [263] “i ; 26+ TA mDUCACIEN EN LOS stoLOS xIV ¥ XV los define pierde su viejo significado de hombre de iglesia y toma el de intelectual. Incluso uno de los octo auctores de la instruccién tradicional, el Facetus, nos da en sus versos latinos fl teitimonio del florecimiento de nuevos grupos con su nueva demanda de instruccién. Oigimoslo: “Si un nifio se ha puesto a estudiar espontineamente coms clérigo, baje Ia cabeza y no sea renuente a la disciplina, no se junte con los tontos y los més gran- des, aprenda a mover lentamente sus tiernos pies. Es necesario que aprenda cudl es Ia doctrina de la sal- vacién, para poderla ensefiar bien cuando él mismo sea sacerdote. Si un nifio es laico, el tutor decida a qué arte se ha de inscribir, cuando falte el padre. Si le gustan las letras para ser clérigo, o si per~ maneciendo laico quiere ser md culto, juez 0 mé- dico, doctor o escribano o poeta, en los afios tiernos aprenda a amar los libros. Pero si el nifio se dirige fa la vida de las armas, aprenda a conducir los ca- ballos con las espuelas y con las manos” [GM, II, 168), ‘Tenemos aqui en sintesis el cuadro de las carre~ as sociales y educativas (excluido naturalmente el ‘aprendizaje para el trabajo): ‘que debe amar las sagradas escrituras, el laico que debe aiaar Jos libros y prepararse para las profesiones liberales Ces Hamann, ives noes esi mis el ars dictandi y la poesia), y el miles 0 ‘que debe ejercitarse (podriamos decir more jrancorum) como los-hijos de Carlomagno. Tenemos aqui Ios dos grupos dominan a dieval gués, en resumen, el tercer estado. 265 conviene a estos maestros, en lugar de citar edictos imperiales o bulas papales u otros documentos: s0- Jemnes, citaré modestos documentos privados: con tratos, inemorias, testamentos; y para dar el sentido de Ia difusién y de la definicién de las nuevas ten- dencias, saltaremos de siglo ei siglo, del 1200 al 1400, ‘He aqui un primer contrato para una ensefianza de notaria, firmado en Génova en 1221; con él Gio- vanni de Cogorno coloca a su hijo Enrichetto bajo Ja tutela del maestro Bartolomé notario, y éstos son los pactos: “Yo, Giovanni de Cogorno, me compro- meto a hacer permanecer contigo a mi hijo Enri- chetto durante los préximos cinco afios, a que te inva y escuche tu ensefianza, que instruya lo mejor que pueda a tus escolares, que escriba las escrituras qtic le ordenes hacrr; y yo te prometo que haré y Procuraré que esté contigo hasta el término estableci- do, que conserve y custodie con buena fe las cosas que tienes eh tu casa y que no huya y no te abandones y si huyera, lo haré volver a tu ensefianza y a dart sus servicios, y a escribir para til it "4 ple, bir pas las escrituras que quisieres, y a ensefiar libros que ta le habris fmiciado y cl saterio que aprendié: a fue Geto Ademés te prometo darte scion ae Ja ensefianza impartida a para la instruccién y para 5 + a mi hijo 1 libra y 11 sueldos Por tres afios, 0 sea diez sueldos al afio. Redactado en Génova, en lesia renzo” Toncnov’s e” 8 Tplesia de San Lorenzo” [GM, 1, ‘A'decir verdad, si por una parte este acto Fecuer- | 266 EA EOUGAGISN EN LOS SICLOS XIV ¥ XV la instruccién, por sholares y doc- tores en los Studia, con las correspondientes collec- tae, nos habian ya habituado a esta relacién mercan- tio bu ue i otra parte contrayent s6lo un maestro de oficio, sino un notario, que organi- za un tirocinio profesional de su propio oficio, como haria cualquier otro “artesano”. Segdn una antigua tradicién artesana, el muchacho aprendiz convive con el patrén maestro, y sirve y aprende al mismo tiempo, y lo ayudar4 a medida que ir aprendiendo el oficio, a instruir a otros aprendices més jévenes. Ciertamente, también Ja formacién del clero ha- bia sido durante siglos una formacién que~hemos catalogado de “profesional”, refiriéndonos a Ia pro- fesion especial del dominio del “decir” (del épea): aqui, en cambio, nos encontramos ante un documen- to acerca de una =a Se Pree subaleornes, que ertan surgiendo fica cumple fanciones de poder. Y pars compres: Bm a (jue conte eta nvces ca sh pina es ce Sena tge cast un igo, un documento re eae 319, que nos muestra al joven Gio- vanni di Sklimbene estudiando junto al maestro fannl Of Sdurondes a tlogere ef senbere omnes Tit Bette Pate eereris o sea precaamaente gramica 1A INSTRUCCION DEL TERCER ESTADO 267 face y cuando tea neceraio “ad standum én apo- BSGe Zafer o'sea, para estar en una nda Se iNccane feat, 1.147% Fe dau’ eine afios después, otro documento private, siaiiin forertine, ure mesons de Dooats Bae see habia' kat de ie imtracsion y del see Rilonat desu hijor amcide en Ha" “Les ee ere eulay hablenso aprenaido » leery to Sas vues iagetion mnmeda's inulin thea re eae cn gramftcos lo puss on el Sbace Fe Sot epee: ino bees despots Lula ale ylo pone ane ode n cade ces ate P'y'nabiéadcle puesto en lat mmanes el libfo del debely del haber, guiabs y dir Gacomo af tuviera euaronta.afoe” [OA0, F149) “ajel eanbitn in preparncion exclesistcs so hace en vbtas‘a a profesion’ Ia gramatien y ln ltrs de Jas que se habla no son las del Ars dictandi (“los tmevendeves no Duscan el verDorums ornare deca Boncompagn de Florencia, mca el are diefandl porque ail todos lleven iu correspondence lene Fun vulgar); sino som precnanente la de Ia coves Fondontin comsereiay como también el taco 6 la Tevinario sone nee eyes nn cece aed Str con el compunay det que Alejandro de’ Villase Y"Bene de Signa deci que scrvin pra cl ealendaro Tcingicsy tanpoco ve rata‘do‘arlunfles com ln primers ae delcusd/foum, sino ia propia Por lo domi cia poco que habia ido fmplantads la numer cién Arabe, y precisamente en Italia Leonardo Fi- Sonace de’ Psa bia fandado Ta neva mntemiten Con tibet Abact (1202)"y su ‘Procticn geometca (i220) ; Pere Feamor otrd documento florenine, relative 2 ts sovenein anton eos an ray fa los principios del siglo siguiente, el xv: el Gomer tario de Ja vida de Giannozo Manetti, un comer ‘cual constituye hecho nuevo: “Giannomo Manetti nacié en el afio 1393 ... El padre ... Bernardo, siendo él de pocos afios, lo envié, segin Ia costumbre de Ia clu dad, a aprender'a Iter y a escribir y una vez que logré, en breve tiempo, saber todo lo que corres onde al mercader, lo puso en el Sbaco, y en pocos meses se convirtié en tan conocedor de aquella cien- cia, como cualquiera que se dedicara a tal ejercicio. ‘Ala edad de diez afios fue al banco, y al cabo de ppocos meses se le confié el control de la caja. Como = costumbre, después de algén tiempo de estar en la caja, le fueron entregados los libros, y se dedieé varios afios a este ejercicio, Una vez hecho esto, em- pezé a pensar en sf mismo, con el fin de adquitir fama o gloria para st y para su casa, y no la cono- ci6; pero por otro lado, juzg6 que no hay otro me- io sino el estudio de las letras? por esto se decidié absolutamente, posponiendo cualquier otra cosa, a Gedicarse a elias, teniendo ya veinticinco aifos. ‘Como se ve, Ia formacién escoléstica profesional es a misma que para ol hijo de Donato Velluti: apren- der lo més preciso y necesario de manera que el-nifio 2 los diez afios ya era capaz de estar en la caja, para pasar “después de algdn tiempo” evar Ios libros Contables, Pero hay algo nuevo en la reflexién sobre fl fin humano de aquel trabajo profesional: la bis- queda de una perspectiva de gloria y el-encontrarla, no en el ejercicio de una profesién, sino en el extudio de las letras. ¥ sabemos que Giannozo se dedica jnfatigablemente a estudios que, a través de In acos- tumbrada mediacién dé lai siete artes liberales, lo evan al conocimiento del griego, de 1a filosofia LA INSTAUCCION DEL TERCER ESTADO 269 moral y fisica y finalmente de la tgologia, Detris de 4 esté ya el espiritu del Humanismo. En estos mismos afios —estamos en 1420— pensa- ba Io mismo un médico veneciano, Simon Valenti nis, el cual sin embargo no renunciaba al comercio por las letras; en su. testamento asf expresaba sus Sereos sobre los estudio y la actividad profesional de los hijos: “Mis hijos Ios han de mandar a Ia escue- Ja, hasta que sepan hablar bien y escribir bien, lite- rariamente; después que los manden a aprender el ibaco, para que aprendan a ocuparse del comercio; y si fuera posible que aprendieran autores, Iégica y Tilesofia, me serfa muy grato; pero que no estudien para médico 0 jurista, sino s6lo para mereaderes” (OM, 1, 149), De nuevo la gramética (el hablar litteraliter, 0 sea “cegin la gramatica” 0 en latin, opuesto a vulga- iter, © sea en italiano, como resulta de los Estatu- fos de los notarios bolofieses de 1246, 0 en vene- iano) y el Abaco para el comercio (facere mercan- fias), y la cultura con base en los textos, la Filosofia (logica) y las ciencias (filesofia), o sea To antiguo Jo nuevo conjuntamente; también poraneos de san Francisco, de Dante, de Petrarca, y finalmente de Lorenzo Valla o de Leon Battista ‘Alberti. Nos queda por ver mejor quiénes fueron 3us maestros, siguiéndoles en la modernizacién de su ensefianza y de’su condicién social. ‘A finales del siglo xr, Bonvesin de Riva, il diversas profesiones ejercidas en Milan, cuya pobla- cign él caleulaba en cerca de doscientos mil habitan- tes, nos da estos datos sobre la instruccién: “23. Los proferores de gramitica son 8, ensefian- do cada uno a cierta cantidad de discipulos, expli- cando la gramatica con ahinco y diligencia; no con- tamos los ensefiantes que vienen de otras ciudades. 25, Los maestros elementales, que ensefian a leer y a escribir, son més de 70. 96. Los copistas, aunque no existe en la ciudad un estudio general, superan el némero de 40. Se pasan el dia copiando libros, y ast se ganan Ia vida” [Mag. Med. 86]. “Muchos progresés se hubieron de levar a cabo en medio siglo: las escuelas de estos maestros se difun= den répidamente. El historiador florentino Giovanni Villani nos da estas noticias sobre Florencia a Ja mitad del siglo x1v, antes de la peste de 1348, con Gna poblacién de cerca de 80000 habitantes, y con 5.800.600 nacimientos al afio: “Encontramos que Jos nifios y Jas nifias, que estaban aprendiendo a leer, ean entre ocho mil y diez mil. ¥ los nifios que esta- ban aprendiendo el Abaco y el Algebra en seis escue~ jas, eran entre mil y mil doscientos. ¥ los que estar baa aprendiendo Gramética y Légica en cuatro gran- des cecuclas, entre 550. y seiscientos” [Hist univ. xcun. ‘YFsta escuela es libre en las grandes ciudades y ges- tionada por el municipio en las pequefias ciudades, onde la escasez de alumnos no le permitia al macs- ro vivir con las cuotas de los mismos. Ast, por ejem- plo, en San Gimignano, en 1338, es el mismo muni- jos NUEVOS mAternos an cipio el que destina 50 liras anuales al maestro; por gue si no lo hiciera “nadie abritia una escuela, aul; pero sin un maestro que ensefic a los nifios de esta, Ciudad, no podriamos estar”. Y en Luca, en 1340, después de In famosa peste, el doctor puerorum Fix lippo se decide a pedir al municipio un estipendio, porque “por la pobreza de los ciudadanos y Ia esca- fez del nimero de nifios no puede vivir ni disponer de los alimentos necesarios Para estas escuelas municipales tenemos algunos datos ciertos a partir de la primera ‘mitad del si- glo x1v (1327 ‘Turin, 1332 Luca y Pistoya, etc....); Snientras que s6lo a finales de este siglo tenemos tes- timonios de la abolicién de las euotas de los. escola- yes (que eran diferentes para el primer grado de non Tatinantes y para el segundo de los latinantes), y de aqui arranca la gratuidad de la escuela, puesta final- mente a cargo del municipio. Estos maestros —como hemos visto— tenian casi siempre un monitor o repetidor (con antiguo nombre latino: proscholu:), que habitaba con ellos para en- sefiar a los nifios, como se lee en un.contrato vene- Giano de 1313. Por ejemplo, el notario y poeta Lay Gianni, en 1299 extableca tin coutrato entre milestro 7 repetiden Etc doje sapescar taavesoida crgeaicnde de una manera algo més compleja que la simple for- tad'del manne ailade! que da leeclones al mimo, tiempo a escolares dé diversa edad y de diverso nivel cultural (0 més bien van tomando alternativamente a unos u otros, dejando a los demés vagando 0 ha- ciendo ruido). : " Desile un principio, aparte los doctores puerorutil, © sea los maestros elementales, suvensefianza es oca~ sional y vinculada ala profesién, ‘un tirocinio como cl del notario genovés de 1221: Después, poco @ poco; m2 LA EDUCACIEN BN Lo# SIGLOS AVY XY pany seaaaaeserereaes an ine invaden el campo resrvado tradicionalmente | que paga a un macro pars Jot hos de sus socios. snes ‘clériges, y algunos de ellos, hombres de gran f ws, maestros con proscholus, maestros mio, Hegan & sf famonos: basta recordar a Cons» inGrmvole de Prato, maestro de Petrarca entre 1915 4 $1319; ya Rinaldo de Villafranca, muerto en 186%, 2, que Petrarca invité a transferirie a Népoles, donde i etka encontrado més alumnos y més fama, » quien jedies una epistola en latin y envié para estudiar a seaiajo Giovanni, Su proscholus Moggio de’ Mogsi wea 1a describe, alegre,y respetuoso a la vez, alternan~ se con sus alumnos en paseos por el campo, bromas J juegos: con disputas cultas y lecturas de los poets Yleguee, Se trata de un antecedente de los grandes Fedayogos del Humanismo. Por lo demés, més de un empez6 asi su frumanista, como Poggio Bracciol de Génova, ‘Con esto estamos ya en la época de las sefiorias y en el Ambito cultural del humanismo. fen la Regola SY porque ya he mencionado la escritura, a los varones sin falta se les enseRard a leer lo més hones- tamente posible, Y estando el mundo como esti, se les pone en gran peligro si se envian a aprender con religiosos 0 elérigos; son como son y poco aprenderin. ‘Antiguamente los buenos hijos se educaban con ellos y se hacian buenos hombres; ahora esta educacién est por tierra. Si los mandas a la escuela municipal, donde se reine multitud de “desenfrenados, tristes, proclives al mal, dificiles y contrarios al bien, temo que no pierda en un afo el esfuerzo de siete. ¥ te- niendo maestro en casa hay muchas dudas y contra- icciones” [Ed. Garin, 71), peeererereerrerr7e7 Florencia, encontrames lo que en el Ienguaje moder fo amnaznos “cooperativas escolisticas de consumo”, ce jas cuales es el cliente o beneficiario de I escue- Tn, en este caso el Arte de Ia lana de Florencia, Ie “ A 4 274 a epvonciSit 2 £0! ‘Los ejemplos excelsos de los Giovanni de Cogore, Gionnocro Manet, Donato Velluti, y Simon Valenti ihis, no son demasiado frecuentes, y sus conductas so% » art individuales, simples biografias que raramente © ca i a a wee sine ae echo 2 ) in SN ader florentino socio de Ia gran compafia de | Iie Bardi, y por ello experto en comercio y conoce | aide gentes y paises, Francesco Balducei Pegolott: tad del siglo xv, excribi 2 ee que vivi6 en la primera mit nfs conocido por el titulo gn el cual se empieza con una especie de SJonario plurilinge de los términos relatives. al 6o- sercio, y después se dan noticias geogrificas sobre Giverses paises, sobre puertos, sobre ronedas y alr ice, 7 en fin, sobre toda In priictica del comersio. OF Finates de siglo, en el afio 1494, salfa en Venecia el primer libro impreso de matemdticasy Je Swine Se rthmetica de otro toscano, Luca Pacioli de Bor 35 & Sepolcro, en la cual se registran y siteratnat so ueves descubrimientos, dela contabilidad mcr” cantil, diarios y libros mayores con. escritura simple 1 bros mayor Soule Eka eral | y después con esc ey : ae jos no. al : —E Contemporineamente a esta escucla y a esta cultura ont eein por la, burguesia municipal, que ae en Cuieata. de las cecuclas eplicopales-par sy cenobiales, ae deiarrlla. otto movimien- det don pero de, signo aristocratic, el huma- one eieteado, por al redescubrimiento del va- nism0 Gama de: las humanae litterae en contraste set aitttovas dioinae, y por tanto por et retorno ala sasnien eton eldsicon latinos y gegos, mas alld de etiituscige’ imedievel como. purce paradigmas gra- wstcalcs y eatllgticos, tiles para Ia comprensign de una verdad ya dads ‘Ei humanism nace arstocrktico y, aunque quisds pinginoteo movimiento cultural hays dedicado tanta sete Tor problemas del hombre y por ello a su aang, sin embargo el renovado contacto con Tos for nuevos intelectuales un profundo een ee Lines erage nner ee 5 ee eee Saale ection Se ee ee aan oe eee ee fees eee amet ee Creer pda eae See nee Se ees perder, para usar sus palabras, toda la vida en las re- ee ce ee ee ——=d 276 ta xoveacion ex Los sioL08 Xt ¥ XY sas, si no quieres cerrarte a ti mismo, te debes a una eupacién mas grande y més insigne; ensefiar a nifios Sudo ser tu suerte, pero ciertamente Ia naturaleza, BiGarte luz, pensaba otra cost para ti... Que en- defen a los nifios los que no pueden hacer otra cosa SSejon diligentes en el trabajo, de mente un poco atra- Mas, ‘cerebro héimedo, ingenio sin alas, sangre géli- Se Cuerpo tolerante para las fatigas, Animo que des- precia Ia gloria y desea pequefias ganancias, no aman Bisel esfucrzo; puedes ver cuin lejos de tus costum- fires estan estas cosas. Observen Ias manos inestables Ge Ics nifios, Ios ojot vagos y su murmurar confutc, Sguelios que aman aquel trabajo, el polvo, ell es” Tcipito y gritos junto con lagrimas de quien gime bajo iy fusta, aquellos que les gusta anifiarse, que se aver- gienzan de estar en medio de los hombres, que les Biblesta vivir entre coeténeos, a quienes les gusta Mandar a menores, tener siempre a quién aterrori- Zan, atormentar, afligir, ser odiados con tal de ser Temidos, Bsta es una voluntad de tiranos... Pero ti, hombre modestisimo, vela por objetivos_ mejor deja que ensefien hoy @ la javentud los que son igua- les a aquellos que nos ensefiaban cuando éramos ni- Hos; como fueron con nosotros los que nos clevaron ‘al nimo con los més bellos ejemplos, tal hemos de Ser para los posteriores. O quizs, pudiendo seguir Simp gular de la elocuencia romana a Cicerén y a Virgilio, gpreferiras seguit al siniestro Orbilio? Afa- Giré que Ai In gramética ni ninguna de las siete artes fibercles merece que un noble ingenio envejezca, en elias: son un paso, no una meta... Un niiio vivaz ts un bello espectéculo, pero no hay nada més torpe que un viejo que se ha quedado en el abecedario. .- Zs mejor morir nifio que vivir envejeciendo entre cosas infantiles... Ensefiarén mejor a los nifios los ee MUMANiSsIO aw {que son similares a ellos..." [Farm XIT, 3, passim): Mea elocuente exhortaciéa, en la cual Ios Tuga res comuncs de la retérica se mezclan con los re- Wrdes reales de la infancia, el buen Zenobio hizo caergin adquirir sin embargo 1a gloria literaria que femarca le auspiciaba: “Te aconsejé dejar las es Eftlas de gramatica, has obedecido a mis palabras: fara mi no eres un gramatico, sino un poeta” (XII, eed]; pere esto no resulta para la posteridad. Que- Ga constancia solamente de este pasaje literario de Petrrea, cuyo ongullo de haber redescubierto a Cix €l ccuparse de la infan Gntre los humanistas el mismo desprecio por la es- ucla existente, por los maestros y sus modos, pero dificilmente encontraremos desprecio por la ense- “El Husnanisme surge en declarada polémica contra 1a cultura de los cenobios y de las universidades, €o#- (ya mE nada por el lamado “conflict entre Tas, artes"y Ie cha distintas facultad i ae les por la primacta’ del re Sean ee tambien, ¥ no solo con Petrarca” ae una experiencia de 2 No so puede enten Ger sin el precedente de lov maestros Mbrea, a lon que 270 ta noweacib EN Los sioLos XIV ¥ AY ya hemos mencionado, y que son también los prota. | Zonistar de este movimiento; pero al mismo tiempo fe da la espalda al intento de innovar legando cultu- de crear una cultura no s6lo Iaica, Sino también productiva, capaz de cambiar inmedia- tamente el rostro de Ia sociedad: "Matteo Palmnier! exaltaba ast 1a nueva cultura ante la wudesn de In tradicién medieval: “De las Tetras Fo ioe eotudion Iberales sera mojor callar que de- Zoe algo. Estas conductoras principalisimas y eras “macsteas de cualquier otro arte, por mis de eefotientor affos han sido tan olvidadas del mundo, Qhevnunea se ha encontrado quien tenga de ellas wn GSocimicnto verdadero, ni quien las haya adomado “mientras que todo To que se encuentra Indemoles sobre la gramética en este Tene merece Mamarse letra ruda; finalmente hoy emp me como. padre y ornamento de las letras Mio’ nuestro Leonardo Aretino, ba fico lcndida Tus de la clegancia latina, para ere Te hombres la dulzura de Ia lengua latina”, [Vita civite) Es initil decir que, de Ta escuela y de ta men fay tenaz, y no faltaron las PAY Soncecnen atinitatis: en ta univeridad de Pov 8 eee eeandes humanistas, Lorenzo Valla y Gaspa- vis, dos Sima, fueron obligados a dejar Ia, cStedra, y "Walla sufrié incluso agresiones; minimamente, en papeles 0 de todos modos, In-resistencia talidad tradicional fue 4spe- comendaba “escoger algtin autor nuevo, no lefdo Ghtes, como las Metamorforis de Ovidio, © Valerio Flaco, 0 ambos” [Um., 944]; el cardenal Dominici, hombre de origen popular, no carenie de ingenio y de humanidad, pero quizés el més coherente repreten~ {ante de una mentalidad cultural y pedagégicamente reaceionaria, casi como respuesta, expresa su condena- Gién de la cultura cldsica: “Ahora crecen ast los hhijos de esta Epoca ..., ensefiéndoles todos los vitu- perios y males imaginables, en el estudio de Ovi Ge sus epistolas, de arte amandi, sus libros propios de meretrices y sus carnales escrituras” [Um., 72). £ ‘De una manera similar se expresaba un espfritu benévolo como san Bernardino de Siena o, ms tar- de, un intransigente como Gerolamo Savonarola, gran fenemigo de toda mundanidad, y por tanto de los es- tuudios cldsicos y de la poesfa, el cual arremete contra las insidias diabélicas excondidas en los versos de los ‘poctas paganos, que en sus fabulas mendaces sobre los dioses y los hombres, narrando cosas libidinosas, y torpes amores, “someten a la servidumbre del de- monio al hombre entero, alma (© personas pias como Vittorino de Feltre: in », por una parte, y por Ia otra, la aspira- cién ala yue enc lo y el ex timulo en el y en Ia relectura de la literatura latina. El riesgo, y Ia contradiccién, del’ humanismo ha sido siempre 280 EA EDUCAGION EN sues wav ¥ x0 este tender al futuro pero refiriéndose al pasado; en Proponer una lectura libre de los autores, pero ha~ cigndose el modelo de un nuevo pedantismo. “Mientras nacian las nuevas ciencias “profesiona- les” vinculadas a las actividades productivas, Ia Giencia y la cultura oficiales estaban todavia enfras- cadas en viejas disputas; y tampoco los humanistas sabrin liberarse de los viejo planteamientos. Per- manece en ellos la vieja actitud de desconfianza y de desprecio hacia las artes. reales: Coluccio Salutati ‘pina que mientras que la gramética no se contra- dice con Ia fe, en las ciencias en cambio puede en- contrarse alguna mentira; Leonardo Bruni opina que fen las ciencias no conviene ser del todo incultos, pero tampoco conviene adquirir una especial com- petencia; y Pico de la Mirandola, quizés de una ma- era més equilibrads, opinaré que toda ciencia © conocimiento, buena per se, puede convertine ch mala ex accidenti, En el conjunto el humanismo se wresenta, usando palabras de Maffeo Vegio, como ‘“Gnstitucién de toda la vida del hombre nacido noble en una ciudad libre”, una frase que revela una ten- dencia al mismo tiempo aristocratica y liberadora. Gemia platénica, que surgié en Florencia bajo Lo- Senso el Magnifico, gracias horibres como Marsilio Ficino 0 Pico de la Mirandola, asi-como otras que 1A Pepacoots HUMAN surgen en Roma, Népoles;-Milény otras ciudades ‘menores. 4.18 repacooin mUMANISTICA 1a pedagosia-humanistica, sobre todo italiana, ‘vo for uataton y su creuclay Guiads ninguna otra €0- co y ninguna ous cultura fue tan sonable a ior problemas de la formacion del homiee. ‘Todo el si Bio xv er una continua sucesién ae textos que ™mat~ fan un cambio de rambo detisivo en la concepeion dela formacién del hombre, y que serdn el modclo para lon Iewades de toda Europa, Baste recordar a Fier Paolo Vergerio, con su De ingenais moribus ot Seuss (do 1402), Leonardo Brunt con su De sudife ot liters (1432-20) Gedicado tuna noble denim, Maifeo Vegio com mu De educa. tions Uberoruon tlartigue ora moribas (alrededor de 1450), Francesco Barbaro y Enea, Silvio Piece- adel coe oe conden Sr Ugescne suelo f Batdrta Guarino, que intra la obra educativa, del padre, Guarino de Verona, en su De modo et ordine docende ae studendi (en, 1485). ‘Un motivo recurrente de erta pedagogia huma- ninica (y también de la antihumantotes) es la fsto en el doble sentido de_tener en cuenta por una nr (propio de lor humanists, que etoman el lema de Juvenal:: mest ro reverentia, : eee fv en meee eta, ee we ay i eae ome eee 292 LA eowcaei6n BN Los sioLOS xv ¥ xv Repiblica de Platén y en muchos otros; y a menudo, contra las intenciones de quien lo invoca, se presta de hecho a una discriminacién y a una renuncia a eduear, 0 al menos a una subvaloracién de los pode- res de la educacién. Oigamos a un antihumanista, el conocido Dominici: “La comunidad universal re- quiere de diversos ejercicios, como zapadores, lefiado- res, albafiiles, escultores, pintores, sastres, armeros, tejedores, artesanos de la lana, cambistas, contables, mercaderes y mil especialidades que requieren macs ttia. Sean examinadas las inclinaciones de los nifios, para que de la que sigan se legue a algin provecho; de donde, haciendo lo contrario puede llevar a un fruto indtil; pues la naturaleza ayuda al arte, y el arte aprendido contra Ia naturaleza no se aprende bien. Si tiene disposiciones para ser tejedor no seré un buen barbero, y quien esti inclinado a esculpir © a pintar, no sera asiduo al estudio. Si no tiene una naturaleza especial, no aprender bien a herrar caba- los © a hacer colchones; y quien es apto para cai nicero seré un triste artesano...” [Gov., 36]. |e barbero: dos figuras sociales similares al “zapatero por naturaleza” de’ Platén, que es dificil imaginar en estado puro. Pero por otra parte, cuando Verge- tio dice que “los hijos de los nobles deben ser instrui- dos en las artes més excelentes, para demostrar que son dignos de Is. fortuna de que gozan y de la con- dicién en la que nacieron”, y Malfeo Vegio dice ‘que “‘conviene antes que todo, con suma prudencia y juicio sutil, conocer la naturaleza de los propios hijos y distinguir su indole”, © sea, que tenemos de nuevo un ‘noble “por naturaleza”, y Npapdeeeetoaraie tx proacooia uMaNisricn 203 mo no resolv ‘Otros-motives;-comunes-a-todos-estos. nuevos tra tados-de~la~pedagogia” hurantstica;-sonla-tectura directa de los textos, comprendidos los de la litera- qura griega, hasta entonces ignorada; el amor por la ia, una vida en comin entre docente y discipulos, en Ia cual los estudios y las discusiones doctas som acompafiados de paseos por el campo, recreaciones, juegos y otras actividades; una disciplina fundada este problema, ni las épocas poste- que va jos est Ia mésica, a Tas artes y a menudo a los ejercicios fi- sicos propios de Ia tradicién caballeresca. Volvemos ‘a encontrar a menudo en los textos de estos huma- tas los acentos conservadores y aristocraticos que, siguiendo las huellas de Aristételes y Cicer6n que ya conocemos, reproponen la tesis de la indignidad de las artes las a la vil ganancia, ya sean trabajos manuales o bellas artes. He aqui, por ejemplo, lo que escribe al respecto Vergerio: “Llamamos estu- dios liberales Ios que son dignos de un hombre li- bre...; asi como el ingenio no liberal se plantea como fin el lucro y el placer, el ingenio liberal la virtud y la gloria... A los ingenios liberales y a los que deben ocuparse de las cuestiones politica y so- ciales, son més convenientes el conocimiento de la historia y el estudio de la filosofia moral. ¥ las otras, artes se dicen liberales porque ensefian a los hom- bres libres, pero la filosofia es liberal porque su éstu- dio hace libres a los hombres... Y, si no me equivo- co, a ella debe afiadirse una tercera cosa, que es a elocuencia” [Ing., pp. 130-132]. Naturalmente, para 41 la gramitica, instrumento para todo otro estudio 7 204 LA EOUCAGION HN Los SIOLOE XIV ¥ XV liberal, tenfa que cor scientia paedagogica. lerarse casi una primordialis lad pura, co- ‘mS eth encuentra ahora-nuevas mo- ‘que repudia amenazas y golpes, epudio Be SIque la piedad cristiana y la fuersa_bérbara Garecen integrarse. Dice Maffeo Vegio: “Convicne Pilar que los nifios no sean asustados con amena- ses ni golpeados. Esto es un error de los padres, que Zenideran que las amenazas y los golpes son una Gran ayuda para la_mejor educacién de los bios Srunde por el contrario se Jes infunde tanto temor Ghe no se puede extirpar ffcilmente ni siquiera cua: SE gan a adultos... Por esto los padres han de ccucr ands ppradencia al corregir a los hijos: clertas fener Jon dignas de slerves y mo de hombres libres” (Ba. 1, 16). ‘Ei jemplo més insigne de esta pedagogia serena Y efent Tue clesto Vittorine de Feltre, preceptor eiseido de la familia Gonzaga, que sin embargo ai i fo a otros muchachos, mante- weckdlo por su cuenta a los mAs pobres. No ha deiaco sere Pride él sabemos s6lo 0 que han escrito ot Tiggrafor: ‘Sassolo de Prato, Francesco de, Castisho” biGerrancesco Prendilacqua, Bartolomeo Plating. Ts: ne cha Ia gramatica directamente con base en tudiaba, Js Si grandes autores,, Virgilio, Homer, © texgen oS méitenes, siguiendo fin embargo amin sre quenna y el orden del trivium y del quadrigivimy ta renacoota HUMANESTICA 208 wiro siempre buscando que el estudio se adecuara Bere al placer”; y quizés habia tomado la idea de Pltén, atribuida a los antiguos egipcies, del juego vate ‘método educativo, Su escuela, sin embargo, sermmerdié nunca el carécter aristocrético propio de we Pe humanismo: “Sélo acepté en su escuela. = (ce poces, a los que mostraban ingenio y modestia; BnGfpioos que no daban la medida en cuanto a inge- 2 eeigrcter, los regres6 sus padres, exhortindo- fet a disciplinar la vida de los hij lo demnds esto mismo hacia, segén Cicerén, Apo Perio de Alabanda: una inevitable seleccién por mé- ito. Por Io demas no debemos creer que todo fuera nuevo en la préctica educativa y en los instrumen- too didacticos de estos maestros del humanismo. En Guarino veronés, por ejemplo, el plan de estudios es una copia fiel de la Institutio oratoria de Quinti iano, redescubierta poco antes por Poggio Braccio- linis de ella deriva su subdivisi6n en tres cursos: de, Iectura y escritura, de gramética y finalmente de serériea, con la subdivisién de la gramética en una parte metédica y otra histérica, Pero después conti- Pia usando las graméticas medievales, como el Doc- Ininale de Villadel, el Catholicon de Balbi y la Janua, Yuu mima gramtica. (Regulae grammaticales) es Inds bien medieval, como medieval es su gusto por la Cnsefianza en versos, en los Carmina differentialic J eambién otro gran humanista, Niccold Perotti, en Jus Rudimenta grammaticae, en latin, conserya 1a antigua forma catequética: “Dime las letras. —A.b.. xy: mpime la salutacin de la bienaventurada Virgen. Ave Maria... Amén. al 206 LA npvoaciSn EN Los stoLos : 7 , Paternoster. ) 5, UNA MAS CRASA MEENERVA ‘Hemos empezado buscando el nacimiento de un vincu- Jo entre cultura y profesién, como dirfamos hoy, en Jas escuelas de maestros libres 0 més bien de profe- sionales que organizan también el tirocinio de su pro- fesién; y hemos seguido ilustrando, en el humanismo, el ejemplo quizks més insigne en la historia de, una educacién. desinteresada del hombre “nacido noble } libre”. Quizds podsiamos-cecie-que-entre” est08 dos Juevos-modos.de-formacién-del-hombre (Gisnnozo ‘MManetti,primeromercader-y-después-lnimanista, es clei mero. de uno-y-después-del-otro) exis. “tia también le bGequede-de-una. texcera.via, (Simon Valentinis, que quiere que sus hice, sean oerenge: ges pero cultos, nos da alguna indicacién al respecto)- pero culto: is te) ‘Niberti=no es un literato humanista, aunque no podia declarar, como lo hard después Leonardo, ser hombre sin letras", pero usando una expresién de Horacio, Ovidio y Quintiliano, hablaré de “una més ‘rasa Minerva”. Es de todos modosun hombre LUNA MAS ORASA StENERVA 207 culto,-de-una..cultura. miltiple,-pero-dirigida“at-ha- cer: y “hard” sobre todo como arquitects. Pues bien, en sus Libri della famiglia (cra bastardo) hay antes que todo —cémo no— la inevitable defensa de las fetras: “g¥ quién no sabe que la primera cosa Gil deben ser las letras? y es la primera porque, por jnuy gentilhombre que uno sea de sangre, sin letras ferd considerado réstico, Y yo quisiera ver a los j6- venes nobles més a menudo con el libro en la mano que con la espada ... Y vosotros jévenes, en. todo To que hagéis, dad mucha importancia al estudio de las letras; sed asiduos, gustad en conocer las cosas pasadas y dignas de memoria... buscad de conocer fas cosas humanas y divinas, que con toda razén estin expresadas en letras... Seria demasiado largo yecitar todo lo que son las letras no sélo en cuanto fitiles, sino en cuanto necesarias a quien dirige y gobierna las cosas... Hagan pues los padres que los nifios se den a las letras con mucha asiduidad” [4 cargo de P. C. Pellegrini, 1911, I, p. 19]. Pero después, por boca de otros interlocutores del didlogo, la reflexién cambia un poco, y su ideal de hombre activo, “nacido para usufructuar las cosas, para ser feliz”, seré el fruto’ de una educacién dis- tinta. Es necesario, dice, “valorar lo que la natura- leza te ha dado a ti y a tu cuerpo, y lo que la for- tuna te concede”; y se ver que. las actividades de mayor valor, 0 como él dice, “los ejercicios mis meritorios, son aquellos en los cuales no cuenta la fortuna ni tiene ningtin poder”. Pero “los ejercicios de las letras se encuentran sometidos a mil impetus de Ia fortuna”, como la insensibilidad de los padres ola pobreza, mientras que existen ejercicios que dependen sélo del propio ingenio y de lo que hay en nosotros: entre éstos, los ejercicios pecuniarios, las fe eee eee 288 A mDUEAGISN EN LOB stoLOs xIY ¥ xv ganancias hechas con honestidad y que “ayuden a Jas necesidades de la patria”. Y prosigue: “Las ga- nancias proceden en parte de nosotros y en parte de las cosas fuera de nosotros. Entre nosotros son aptas para la ganancia las industrias, el ingenio y virtudes similares que adornan nuestros Animes, como éstas: ser argonauta, arquitecto, médico o algo similar, para lo cual se requiere juicio y buen dnimo. Son también aptes para la ganancia las operaciones del cuerpo, como todas las fabriles y mercenarias, como andar, trabajar con los brazos y similes ejercicios, fen los cuales los primeros premios se dan a la fatiga y al sudor del artifice. Y son también adecuados para la ganancia aquellos ejercicios en los cuales el 4nimo ¥y los miembros conjuntamente convergen en la obra J en el trabajo, en donde se sitéan los pintores, Escultores, citaristas y otros similares. Todos estos modos de ganancia, tal como se encuentran entre nos- otros, se Haman artes” [p. 262]. ‘Pues bien, esta exaltacién de las actividades pre~ sentes entre nosotros, contra las cuales Ia fortuna no puede nada, al contrario que con las letras 0 con las ‘tepeculaciones financieras no basadas en-las propias Capacidades, esta exaltacién de las artes productivas (ya no se habla de liberales) es el motivo caracte- rutico del hombre nuevo, como Leon Battista, de la familia de los Alberti qué fueron siempre “grandis mos y famosisimos, verdaderos y buenos ¢ integros [nercaderes. ¢Dénde estén ya el desprecio de los escolésticas y de los humanistas por Ias artes mec4- hnicas?, gdénde las distinciones de Aristételes y de Cicerén? ; Junto a Leon Battista Alberti cabe mencionar también a Nicolés Maquiavelo, que a la “continua leceién de los antiguas” (y en esto era humanista) « UNA MAS OMASA seneznvn 289) afiadia el estudio de Ia “realidad efectiva” (y en ‘esto era un hombre moderno); pero sobre todo, como exponente de una cultura y de una praxis antihuma- nista, Leonardo da Vinci, el “hombre sin letras”. No-diré ciertamente-que sus opiniones hayan contri- buido a. cambiar la escuela, pero si se_ubican en aquella.corsiente nueva-de-cultura escoldstica y-de vida social que-hemos-visto-nacer:en-aquelios doc- mentos-privados que, desde el siglo scm al xv, indica- ban un desplasamiento-de-los-intereses-de la. grams- tica y-de-lateologia-albaco y a 1a'“fisica” matural, yeque—aparectan como aspectos caracteristicos del surgimiento-de-nuevos'estratos"productores, patrones de Jas ciudades-y-organizades en-las corporaciones de. ‘artes.y-oficios: Laxculturay-para®€ly-no esti entlas Te- ‘tras, © en as disciplinasalejadas de las mateméticas yode_la.“experiencia”y.que-le-parecian-todas-ellas mentizosas: “Pero a mi me parece que aquellas cien- cia son vanas y Ilenas de errores, las cuales no han nacido de la experiencia, madre de toda certeza, 0 que no Ievan a una experiencia conocida, o sea que su origen o medio o fin no pasa por ninguno de los, cinco sentidos..." [4 cargo de G. Fumagalli]. ¥ des pués: “Ninguna investigacién humana puede pre- tender ser verdadera ciencia, si no pasa por las de- mostraciones matemiticas [p. 47]. Quien rechaza Ia suma certeza de las matemiticas, se lena de confu- sién, y munca pondré silencio a la confusin de las ciencias sofisticas... lo que no pueden hacer las mentirosas ciencias mentales, con las cuales se apren- de un eterno griterfo” [p. 48]. EI reivindica con ardor el cardcter “ de todo saber, y apela enérgicamente al hacer: “La cien- cia instrumental © mec4nica es nobilisima y més Gtil que cualquier otra... Todas las artes son mecini- Po eee DD? a eee Oe VOC CESS 290 La epveaciGy Hx Los stoL08 XIV ¥ XY cas... ¥ si ti dices que tales ciencias verdaderas y conocidas son de alguna manera mecanicas, entiendo que no se pueden Ilevar a cabo sino manualmente, J diré lo mismo de todas las artes que pasan por las Znanos de los escritores... Y la pintura como toda Ciencia esté antes en la mente de su creador, y no puede llegar a su perfeccién sin una operacién ma~ hual... Estudia primero la ciencia y después sigue con la préctica que nace de esta ciencia” [pp. 54, 58). ‘Mas que todas las exaltaciones de Ia dignidad del hombre, por lo demas muy nobles, contenidas en los tratados humanisticos, me parece que vale la defi- nicién de hombre dada por Leonardo: “El hombre, maximo instrumento de la naturaleza/ En estas paginas est el més valiente manifiesto de ja edad moderna. Pero zcudnto de este programa ideal, que asocia ciencia, téenica y trabajo, entraba fen las escuclas de la época? Aparte los ejemplos de Cultura y de instruceién laica y cudadana que hemos presentado al principio, la temética es més propia Be las corporaciones y de su sistema de aprendizaje. Pero estamos en un mundo que no se comunica sino a través de las artes nobles (Alberti, Leonardo) con G1 mundo escoldstico, tradicional o humanista. 6..nL HUMANISMO_EUROPEO ¥ LAS OFOSTOIONES, Ep elssigho xv1-elhumanismo" italiano se ‘hace euro= ‘peo, y-sobre todo-los hhumariistas europeos se:someten, een autvcriticande'sus aspectos pedantes y fosilizadosy inculados-at-culto-formal de*las:letras-y-de"tas pac Jabras, ab nuevo- conformismo-gramatical y estilista. Extienden laspropiavatencién=derlas»palabrasa:lan, ‘conaa,-debvmunde~antiguo"a la actualidady:oy-para, ones 201 repetir tas palabras de -Maquiavelo, devta ““leccién ee re ee ae ieee ea eae Se ee cect ae nae hate ay Se at rea Beit Pietro Ramo, franceses; Jacob Wimpfeling, Johan Sturm y Melancton, alemanes; Luis Vives, espafiol; Sr 2 Mean ee ee oe Or nt es oe ee heal ate a ete eae aoe ee ae oa tees tan, ca Se ere agen een Se a leaks teeta fe Se Se hes tos ete eee eee Par gan id ooh pl Sai fainted Sopot, sgl rr Seis create seni! ponents igi lee eee ae aa ie a ie aa dpa io ccpen Ix wre eae tal acento cae een eae joe te Tolar ae a ei Sine oo ea, “are ete cae ome ile opens om Scoop lt eat Se sda Ss elo en 292 TA EDUCAGION BN LoS SioLOS xv ¥ xv pero deberia decir pensatorios o lugares de trabajo forzado y de tortura), en medio de grupos de mucha- chos, envejecen en las fatigas, se hacen sordos a los gritos, se marchitan en el mal olor y en la suciedad; sin embargo, para mi beneficio, sucede que se creen os primeros de los hombres. Estin asi satisfechos de si mismos, mientras aterrorizan con amenazas del rostro y de la voz a la multitud atemorizada de los alumnos, mientras que golpean a aquellos miserables con fustas y pales, imitando a su capricho de todas las maneras al asno de Cuma. Mientras que aquella suciedad les parece algo refinado, el mal olor tiene para ellos el olor de rosas, la infeliz esclavitud se convierte para ellos en un reino, hasta el punto de que no quieren cambiar sus tiranias con las de Fala- Fides o de Dionisio. Se hace todavia mis feliz aque- la extrafia conviccién de ser doctos. En realidad, mientras inculean en los muchachos verdaderas y propias tonterias [mera deliramenta pueris inculcant], job bien Dios! gno Wegan a despreciar a Palemén ya Donato, comparandolos con ellos mismos? ¥ no é con’ cules sortilegios obtengan admirablemente el ‘objetivo de parecer tales, como aparentan ser, ante las estpidas madres y los padres idiotas” [Locura, XLIX), Estén presentes aqui todos los elementos de criti- ca de las escuelas que hemos ya encontrado en Pe- trarca y que volveremos a encontrar en muchos otros contemporfneos: del ambiente sucio y ruidoso a toda la instrumentalizacin de los ingredientes del sadismo pedagégico y a la inconsistencia verbalfsti- ca de la ensefianza. Sin embargo, en otro lugar, en la Ratio studi, Erasmo; muy distinto en esto de Pe- trarca, traza el programa positive de su educacién: “Apenas aprendidos los ‘primeros elementos, prefe- ——— —_—_ fifa au if fm igs tae un caren i die in ab El maestro alabe a los alu: uando dic algo eae a correcto, y corrijalos cuand * iia, eee Sh, Bertin Tl gt Rewind Froenan igen gens Teen ree Incr ped ger ng ee Pare a can es Se lon Hepatic pape Syngetenm, Ne sek tem ple sai i, ae cree iw Eales ere, Ss, on tec gue ee en aymeme a n italy Spice ror or rien iene y oe ores ne cette cnr te ag era nn ae Sis ont teas ey rie mtr cates PO separ Spud a nar tion epi mel auras Tig, ete 8 ah ra ee ae tet do proportion ins ab hc lo se equivocan. Asi los la mfxima atencién y cui Las mismas ideas, que hablan sido las de nuerto, Gustine y ue eat cuyo antigue orien se semonta a Quintana ag 2900 les otros que hemor mencionade antec aes as Gina button pr Siege en In culture nee or ol gringo haba side coe 294 La EDUCAGISN EN LOS SIOLOS'NIY ¥ XY de clérigos conservadores, ¢ incluso Campanella 4 rr& después “liberar a la juve i griega””; en Inglaterra se formaron precisamente dos Grupos opuestos de los “griegos” y de los “troyanos”)- Pero encontramos sobre.todo.proyectos-coneretos: Pars la institucién-de-escuclas-de-nuevo-tipo;-y-ia-aficma- Gou_de_la-finalidad.civil-de-la-edueacién-del-ciuds~ ao an rmsien directa o-inarectayentre- toe fates sae eamierao. y ostratorer de “otra cultura, = Soom proaucda> aivigiaa 3-Te practic : res Promccr caracteristicas de esta polémica indi- ce eect citar por una parte = Giovanni seca rodent ra olerminena, Oracion a Ue Re a aco, wren despues de la sevoluciin de Pace ae ee ocurida en los afi 1531-82, exala lescamisads Oo" Cguadioe, arremetiendo contra 18 ampulonamen ts vides de poscer, que aleja de aaue- avariciay 0 408 te no pieosa en in “avaricia” de los ec cle ar oe bx Semalelnctod: nobles glejand y coparard a oe otes Gel camino de f2Quign sleiere Y veriia, Quin mandard al ex se ete In dciplina? La avariia. Nadie mejor Ma Pec te onoee aquel noble sdado de farts, Gi'fual para seguir los estudios no quiso dedicarse al comercio. «.” (per. 161 er ai por una parte el “noble” que afronta el ae Te Watgo al dedicare a Tor estudion y por despre os ovzea los grupos burgueses emerge bn MUMANIEMO RUROPEO ¥ LAS OPOSICIONES 295 tos 7 tal ves los eatratos populares reprimidos, que Spleciaban toda cultura, ‘Tal ea In concepelén Sektrvadorn que leva consigo un humanism ya SEttndo, Sin embargo te dejan sentir otras voces, Pe Gimonte cn defensn de aquella “mereancia” 0 co- Garelo, tan desprecisdo por Guidiccioni. He agut Trrcutiose ejeraplo en Ia Litterarum ef mercaturae omparatin (Cormparacion entre lz lets J el comer- Gi) ‘de Celio Secondo Gurione (1503-1569), un re. formador plamontés, proferor de gramética y de re- teria primero en Pavia y después en Lausana y Bax Sica, que a menudo anim a los amigos al estudio de én, pero que implica al mismo terapo muchas otras cous “Por parte de los antiguos te dud6, © incluso nos- cn cxteme foro, Mah cine On See trae haya aportado los hombres y a las ciudades mals blen que mal; y ayo las aprucho cuando son Seuras tmbien por Herel, he de deaprobar. ar ateglontions ioomla tom. ociins 3 et Jadas..- at Gres que tu débil. constitucién flsica requiere ejercicio y actividad moJereds, qracias'a 1a cual. Sime se comvervn mde viens linea ms sano} as tambien ete comercio, qe preter sin ninguna dda "reas Ind orien y lan items; ooh para fa utd piblica que privada. * pe er vy al comerio es de tal suerte que puede sefor \guier cuerpo enflaquecido, dar gusto, ale- tar ysnlvae cualquier dont Wists con su vavedad (en ta cual la naturaleza parece haber puesto todo gusto y placer): tan honesto y liberal, que en lor tiempos antiguos hombres istres no se avergonza- yon de segito' ejeeeio... también en ncrra poca, ino es acaso ornament peculiar y delectacién 296 LA EoucaciSn aN Low stoLos RIV Y XY de hombres eminentes? zQué es lo que Mevé = tener Sito poder a los venecianos, genoveses, luquesesy Florentinos, nuremburgueses y augustanos? eQué Je vque Tev6 a tantas familias de Ttalin a los fastor wee nobleza? 2Qué es lo que les enriquecié de sus Cancias casi infinitas, sino el comercio? « May qué tienen de similar estas diseiplinas teéricas yuctieas que se ocupan solamente del conocimiento Mer alma y de la mente, y que estén siempre faméli- ce Nepultadas, invencién y alivio de hombres igno- ee asty sin mingtin valor? zQué necesidad tenfan Tor hombres de aquellas artes ociosas?” : ‘ge una concepeién irénicamente contraria al espi- rita humanista: la polémica no es s6lo contra Ins ier Tras j las artes liberales, sino también contra las dis; [iplitias tedricas que se ocupan del conocimiento del Sina y de la mente; nada més opuesto al esto} aime 2 Seneca y al misticismo de los monje, que me jenaban las artes liberales precisamente porque Sorgen para el conocimiento del alma; una con= Repcion que resuelve Ia incertidumbre de 1. B. Ate eG, obligado a admitir, aunque fuera formalmen- rei preminencia de las letras, y Heva adelante ts vedo de Leonardo a las mentirosas ciencias men- Slice "Esta vor menor es también un testimonio vivo Sel cambio de situacién y del cambio de las con ‘Por esto podemos entender bien que Curione con cluyera su carta rogando al amigo destinatario que So le tomara el pelo: “Vale et ne me efrona”. ’A estas dos voces tan totalmente discordes, pode- mos afiadir una tercera, de un vivaz ingenio floren- tino, Giambattista Gel Imenores (zapatero), partidario de la lengua vulgar Horentina, en contra del latin, En sus Caprice det « potteio exige una renovacién cultural antihumanis a En el diSlogo imaginario del botero con 1a. Pro- aq Sis alma, a ésta le toca el papel de sostener las nuce Bis doctsinas, aconsejando al botero dedicarse al Midio de las ciencias sin “descuidar sus obligaciones Sioa, tor un botero, pero culto, como era el caso de Jacopo guarnicionero de Bolonia y Matteo Palmieri In Florencia. En efecto, no era més f4cil hacer unas (4 botas que estudiar las letras, y Gelli deplora vivamente ‘os alardes que hacen los doctos, que desaniman de Grtudiar”, “la envidia maidita de los doctos” que “no © hacen mis que separar a los hombres de los estudios”. Bi propugna pues el ideal del trabajador culto, con ida a Ia prictica, que no sea ins- trumento de diseriminacién; y da’ algunos cjemplos SUITE, diac ee Statens’ que hen enretndo in: g Sluo a ton artesanes, y no usando et latin, sino 1a Q Tengua. vulgar ® “Todos los literatos que son de naturaleza buena... @ ven a un lefiador, lo induciran a estudiar las co- @ tas de mateméticas & otras; como ha hecho en nues- @ tros dias aquella lengua de Dios que es el ma Giaane del Onrmine +=. con al leader Gamerino, y lo ha hecho de tal manera experto en aquella fa- faltady que se jguala a cualquiera que se exprese en : Tengu Tati grisea Clenguse ue ne conocel tsforzindose en los mismo eatudios. Y nat animaréa a otto estudiar’ medicina..., fcomo] aquel sant timo y doctsimo anciano Francesco Verino, fildxofo... imo, que dejaba el latin y pasaba al vul cuando vefa ‘al capiti a v capitin Pepe entrar a sus lecciones sobre Artes” [195-4 tos Giuliano arm rancesso Sercoes pass i kari pe cee ar a la historia por su auténtica vocacién puingipinn Son ejemplos de means dpamsertece 208 LA eDvesei6n EN Los SIOLOS AIY ¥ XY bien diversos de la mayorfa de maestros de su época, de los cuales Gelli (con las palabras que el Alma ai- Figia a Giusto botero) decia que “su gramética es Ia de Ceccoribus, que acababa solamente las palabras fen letras consonantes”. Después, dejando las burlas, continuaba: “La gramética, o lo que es lo'mismo el Tatin, es una lengua, y las lenguas no son las que hacen a los hombres doctos, ‘sino los conceptos y las ‘ciencias... Som las cosas, y mo las lenguas, las que hhacen a los hombres doctos... Se puede ser sabio y docto sin saber Ia lengua griega y latina. .. No son las Tenguas las que hacen a los hombres doctos, sino, las cciencias” (195, 197, 208]. ‘Es notable esta insistencia contra las lenguas y 2 favor de las ciencias, esta advertencia sobre el valor general del estudio para todos, y ademés, la condena Polémica del trabajo-penitencia: “El estudio es na- tural y propio del hombre, y lo leva a su perfeccién, y el trabajo es una penitencia” [204]. Todos estos elementos nuevos vinculan al buen 2a- patero Gelli, convertido en académico culto y lector Piblico de Dante, a las experiencias de la reforma protestante. No por nada él era juez benigno de la | Ekperiencia religioso-popular de Savonarola, y decia, medio en broma, “no querer razonar de papas y de cardenales, ni de curas y menos de frailes, porque me ‘aplicabas en seguida el calificativo de luterano” [191]. > > . lating-eb y de las ciencias, el criticar In envidin de-los doctos— “que con su “gramética de Geccoribus! ope owen agape een er eel iabemectieaentieg fn eu ere maodswotapar Grae cineca therein AP ion inclocnalan eléigos y-consieaye iguatenenee

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