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JOSÉ REVUELTAS MÉXICO 68

JUVENTUD Y REVOLUCIÓN

Andrea Chavira Gonzalez


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Prohibido prohibir la revolución

Dentro de los movimientos sociales de 1968 pueden localizarse,


países como1 Estados Unidos con protestas contra la Guerra de
Vietnam, especialmente las que tuvieron lugar durante la Convención
Nacional Demócrata de 1968, el Movimiento por los derechos civiles
—que concluyó ese mismo año con el asesinato de dos líderes
significativos: Martin Luther King y Robert Kennedy—, el Festival de
Woodstock2 —1969— y otros hechos y procesos relacionados.

Checoslovaquia, la Primavera de Praga inició con la propuesta


de socialismo de rostro humano, quizá el desencadenante o
precipitante3 del movimiento parisino, mientras que su represión por
los soviéticos significó una honda decepción en gran parte de la
opinión progresista occidental. En México tuvo lugar la masacre de
Tlatelolco, coincidente con la celebración de los Juegos Olímpicos de
México 1968. España se suscitaron algunos movimientos
universitarios de oposición al franquismo, de menor entidad. Mientras
que otros países europeos sufrieron notables sacudidas.

Un poco más tarde en Italia, en 1969 se presenta el movimiento


otoño caliente o las movilizaciones laborales de 1972-1973 en el país
de Reino Unido.4 Existe una similitud no tan evidente con la
Revolución Cultural china (estuvo dirigida desde el poder por el propio
Mao, que dirigió una gigantesca movilización juvenil —Libro Rojo—
contra sus enemigos dentro del aparato del Partido Comunista Chino)
ya que los grupos occidentales pretendían inspirarse en ella.
El deber de los revolucionarios es hacer la Revolución. Vosotros
la estáis haciendo con vuestras propias manos de obreros, de
estudiantes, de intelectuales, a despecho y contra los fetiches de los
partidos políticos y los sindicatos bajo el mando de la burocracia
insensible.

La independencia de vuestra clase obrera unida a los estudiantes,


a los intelectuales, a los campesinos, clase obrera cuyos sectores más
conscientes y revolucionarios se colocan, en virtud de su naturaleza
misma, a la cabeza de todo el movimiento.

La cual tendrá que renovarse o será rebasada por la clase obrera


en pie de combate. Ya habéis vencido con la desobediencia de los
militantes a ha directivas reformistas del PCF (Partido Comunista
Francés) y con el repudio de su burocracia por los comunistas
verdaderos y honrados.

Emancipar al marxismo, liberarlo de la estrecha prisión mental y


de la irrespirable atmósfera de los partidos comunistas, arrancar de la
teoría la camisa de fuerza de un "centralismo democrático" espurio,
constituye el requisito esencial de la Revolución.

La guerra total no es ya solamente la guerra entre todos los


miembros de una nación contra todos los miembros de otra: es además
total en el sentido de que probablemente llegue a no acabar con el
mundo entero.

Y no sólo porque el genocidio sea un crimen universalmente


condenado por el derecho internacional, sino porque, poco a poco, toda
la especie está siendo subyugada por este chantaje genocida, apilado
encima del chantaje atómico; esto es, la humanidad está siendo
condenada a la guerra absoluta, total. Este crimen, llevado a cabo
diariamente a los ojos del mundo, convierte en cómplices de quienes lo
realizan a todos quienes no lo denuncian, de modo que hoy se nos
degrada para preparar así nuestra futura esclavitud.

Todos los hombres de la tierra debemos luchar hasta el último


aliento contra la guerra nuclear, contra el genocidio y contra
cualesquiera clases de guerra de agresión.

Todos los pueblos de la tierra, sin excepción, luchan contra la


guerra nuclear y que ésta constituye su más grande angustia.

Debemos buscar formas nuevas de combate integral, a fondo y


que resulten necesariamente victoriosas. Para ello será preciso
despojarnos de las viejas ideas esquemáticas y de los supuestos
teóricos del pasado, que en las condiciones del presente han dejado ya
de tener la menor eficacia y, por el contrario, representan un obstáculo,
enajenan las voluntades a ilusiones jurídicas a política soviética de
repartirse el mundo en zonas de influencia con el imperialismo
anglosajón después de la victoria aliada sobre Hitler, impidió
traidoramente que los pueblos ya maduros para ello transformaran con
sus propias manos, mediante la acción armada revolucionaria, las
consecuencias imperialistas de la guerra en consecuencias favorables
para tomar las vías del socialismo, tarea que se planteaba como
impostergable al día siguiente de la victoria sobre los nazis.

La no transformación de los resultados imperialistas de la segunda


guerra en resultados socialistas, bajo la forma de revoluciones obreros
populares en todos o la mayor parte de los países beligerantes, trajo
como consecuencia la carrera armamentista entre las potencias
victoriosas, por un lado, y por el otro el desarrollo de las premisas para
el desencadenamiento de la tercera guerra mundial, ya iniciada en la
esfera imperialista con la guerra genocida de Vietnam, y en la esfera
socialista con “la guerra fría" entre la Unión Soviética y la República
Popular China.

Las formas genocidas de la guerra imperialista, que preceden al


empleo de las armas atómicas, muy nucleares y termonucleares,
despliegan el problema de la revolución socialista en términos nuevos,
más audaces y más radicales. Los pueblos que se enfrentan, o han de
enfrentarse más tarde o más temprano, al genocidio imperialista, no
tienen ninguna otra opción, como Vietnam, que la lucha a muerte por su
supervivencia en la simple condición de comunidades humanas.

La única forma de impedir la guerra nuclear y toda clase de


guerras, es la destrucción de los arsenales atómicos, así sea un solo
país el que la lleve a cabo en forma unilateral.

Los intereses nacionales abiertamente geopolíticos y en pugna


con el internacionalismo proletario de las potencias socialistas, impiden
que estas asuman el problema de impedir la guerra en otra forma que
no sea del acrecimiento del poderío nuclear propio y el chantaje, en
idéntica respuesta a la actitud nuclear pueda evitarse, sino que ninguna
de las potencias nucleares (socialistas e imperialistas), en conjunto e
individualmente tomadas, esta ya en condiciones de poder liberarse de
la enajenación atómica que las conduce, de paso en paso, en la
catástrofe.
En 1912 la Dinastía Qing había sido derrocada, naciendo así la
República de China cuyos primeros años se caracterizaron por las
luchas internas, en lo que se conocería como la era de los señores de
la guerra, y por la sumisión del país a Occidente y al Imperio Japonés,
un problema heredado del imperio. El Partido Comunista de China
reivindica sus orígenes en el Movimiento del Cuatro de Mayo de 1919,
una oleada de protestas contra la cada vez mayor influencia japonesa
en China.

En el Movimiento del Cuatro de Mayo las ideologías occidentales


radicales como el marxismo y el anarquismo ganaron terreno entre los
intelectuales chinos. Chen Duxiu y Li Dazhao estuvieron entre los
primeros intelectuales chinos destacados que apoyaron públicamente
el leninismo y la revolución mundial. Ambos intelectuales consideraron
la Revolución de Octubre en Rusia como un ejemplo a seguir. La teoría
de Vladimir Lenin de un partido de vanguardia tendría especial
influencia dentro del movimiento comunista chino.

En el verano de 1919, el Partido Comunista de la Unión Soviética


pone en marcha una política centrada en el Lejano Oriente y en abril de
1920, la División de Asuntos Exteriores designa a Grigori Voitinsky
encargado de difundir las ideas marxistas en la República de China y el
Imperio de Japón. Shanghái acabaría por convertirse en la sede del
Komintern en el Lejano Oriente. El Congreso Fundacional del PCCh se
celebró del 23 al 31 de julio de 1921.19 Ni Li ni Chen pudieran asistir al
primer congreso, lo que no evitó que Chen se convirtiera en el primer
secretario general del partido.
En el contexto de la Guerra civil rusa, los bolcheviques buscaban
aliados en Oriente para hacer frente a Japón, la principal fuerza
anticomunista en el este de Rusia. Por ello, además de fomentar la
creación del Partido Comunista Chino, los bolcheviques entablaron
relaciones con el Kuomintang, un partido fundado por Sun Yat-sen, el
hombre detrás de la Revolución de Xinhai de 1911 que provocó el
derrocamiento de la Dinastía Qing.

El Kuomintang, o KMT, estaba localizado en el sur de China. El


norte del país estaba en manos del Gobierno de Beiyang, fragmentado
en facciones rivales. El 6 de octubre de 1923, el Komintern envió a
Mikhail Borodin a Cantón. Eran muchos los que esperaban una fusión
entre el KMT y el PCCh. El Comité Central del partido,20 Stalin,21 y el
Komintern22 esperaban que los comunistas acabasen por convertirse
en la fuerza dominante dentro del KMT. Sun Yat-sen logró aliviar las
cada vez mayores tensiones entre izquierdistas y derechistas dentro del
KMT pero su prematura muerte en marzo de 1925 en un accidente
aéreo llevó al general Chiang Kai-shek, de ideología derechista, al
poder. No obstante, la alianza entre derechistas e izquierdistas, el que
se conocería como Primer Frente Unido continuó en el contexto de la
Expedición del Norte, una campaña iniciada en 1926 que buscaba echar
del poder al Gobierno de Beiyang y a los señores de la guerra.

En 1927, tras una serie de importantes victorias contra los señores


de la guerra del centro de China, Chiang Kai-shek centra su atención en
el Partido Comunista, que ya contaba con miles de miembros.23 En la
que pasaría a la historia como Masacre de Shanghái las facciones
derechistas del KMT atacan a los izquierdistas provocando más de
cinco mil muertes. Si bien muchas figuras importantes dentro del KMT,
incluyendo Soong Ching-ling, la viuda de Sun Yat-sen, criticaron a
Chiang por su desmedida violencia, el general continuó con su campaña
anticomunista que no tardaría en convertirse en una guerra civil en toda
regla.

l Partido Comunista de China siguió apoyando al gobierno del


Kuomintang, con sede en Wuhan, pese a las acciones de Chiang en
Shanghái. Sin embargo, el 15 de julio de 1927, el gobierno de Wuhan
expulsó a todos los comunistas del KMT. El PCCh reaccionó fundando
el Ejército Rojo de Trabajadores y Campesinos de China, el germen del
futuro Ejército Popular de Liberación, para luchar contra el KMT. Un
batallón dirigido por el general Zhu De recibió la orden de tomar la
ciudad de Nanchang el 1 de agosto de 1927 en lo que se conoció como
el Levantamiento de Nanchang, considerada la primera batalla de la
Guerra civil china.

Un joven Mao Zedong fue nombrado comandante en jefe del


Ejército, saltando a la fama con el Levantamiento de la Cosecha de
Otoño en Hunan. No obstante, las tropas de Mao se ven obligadas a
huir al este, donde en 1931 establecen la República Soviética de China,
más conocida como Sóviet de Jiangxi, en torno a la ciudad de Ruijin.

La Guerra de las Planicies Centrales entre facciones del KMT y


otros conflictos como la guerra sino-tibetana o los conflictos fronterizos
con la Unión Soviética dan tiempo a Mao. No obstante, para 1934 las
tropas del Ejército Nacional Revolucionario, nombre dado al ejército del
Kuomintang, está listo para atacar Jiangxi. Esto lleva al comienzo de la
Larga Marcha, un éxodo de miles de kilómetros a través del interior de
China en dirección a Shaanxi, el principal núcleo comunista después de
Jiangxi. En la Reunión de Zunyi, celebrada en Guizhou durante la huida,
se reconoce a Mao Zedong como líder del partido.

La destrucción de las células urbanas del PCCh llevó al auge de


las facciones rurales. El propio Mao defendía la idea de que el agente
revolucionario debía ser el campesinado y no el proletariado, idea que
acabaría por convertirse en el principal pilar del maoísmo. Igualmente
se adoptó una política de centralismo democrático24. Chen Duxiu sería
expulsado del partido y pasaría a liderar el débil movimiento trotskista
chino.

La Segunda Guerra Sino-japonesa marcó el final de la primera


etapa de la guerra civil china. Ante la existencia de un enemigo común,
Chiang Kai-shek se vio obligado, tras el Incidente de Xi'an, a colaborar
con el Partido Comunista. Las derrotas del Kuomintang en ciudades
como Pekín, Nankín o Wuhan contrastan con los éxitos de los
comunistas en el medio rural, como la Ofensiva de los Cien Regimientos
de 1940, al mando del general Peng Dehuai. Para finales de la guerra
los comunistas gozaban de un gran poder en el norte de China,
reforzado tras la invasión soviético-mongola de Manchuria de 1945. Ese
mismo año Mao Zedong recibe el cargo de Presidente del Comité
Central del Partido Comunista de China. Pese a los intentos del general
estadounidense George Marshall de conseguir una tregua entre el KMT
y los comunistas, para finales de 1945 la guerra civil se había
reanudado.

El Partido gana afiliados a la vez que el Ejército Popular de


Liberación gana reclutas. Mientras el Gobierno de Chiang mantenía el
control sobre los principales núcleos urbanos del país, los comunistas
consiguieron hacerse con el control del medio rural. Para finales de
1948, las ciudades del norte de China se habían convertido en islas
rodeadas de territorio comunista. La táctica de Mao Zedong de controlar
el campo había sido un éxito.

A lo largo de 1949, las grandes ciudades fueron cayendo una a un


bajo control comunista, y el Gobierno de Nankín hubo de replegarse
hacia el sur, hasta acabar en la isla de Taiwán. La victoria de los
comunistas en el continente chino llevó a la fundación, el 1 de octubre
de 1949 de la nueva República Popular Los primeros años de la
República Popular se caracterizaron por una estrecha colaboración con
la Unión Soviética y por el miedo a un posible ataque por parte del
estadounidense con el objetivo de reinstaurar a Chiang en el poder,
razón por la cual China intervino en la Guerra de Corea.

Eran muchos los que temían que los estadounidenses y sus


aliados no se detendrían en Corea del Norte y que entrarían en
Manchuria. En el ámbito político, en los primeros años de la República
popular se mostró cierta tolerancia hacia los grupos sociales
considerados burgueses, si bien cuando el vicepresidente Liu Shaoqi
visitó la Unión Soviética en 1952, Stalin le aconsejó establecer un
sistema unipartidista.25 La Constitución China de 1954 estableció el
unipartidismo de forma oficial.2627 A mediados de la década de 1950
tiene lugar la Campaña de las Cien Flores, en la que el partido pide a
los ciudadanos chinos que expresen críticas al funcionamiento de la
joven república. Sin embargo, a ojos del partido, las críticas acaban por
ser demasiado severas y la campaña es cancelada.

El VIII Congreso Nacional del Partido, celebrado en 1956, fue el


primer congreso nacional tras la victoria en la Guerra Civil, y en él se
aprobaron las directrices para los años siguientes. Sin embargo, la
aparente unidad en el seno del Partido comenzaría a entrar en crisis
poco después de este congreso.

El Gran Salto Adelante, una ambiciosa campaña que buscaba


modernizar y socializar la agricultura china promovida por Mao en contra
de las opiniones de los asesores soviéticos y de muchos dirigentes
comunistas chinos, resultó un fracaso económico, y enfrentó a Mao a
otros dirigentes del Partido, además de provocar el distanciamiento
respecto a la Unión Soviética, algo que ya había comenzado a
mediados de la década de 1950 cuando Mao Zedong criticó duramente
la política de desestalinización de Nikita Kruschev.

En el ámbito interior la oposición al Gran Salto Adelanto llevó a


que se pusiese en marcha el Movimiento antiderechista, aprobado por
el politburo en la Conferencia de Lushan de 1959. Fue la primera de las
múltiples purgas que viviría el PCCh durante las décadas de 1950 y
1960.
Tras el fracaso del Gran Salto Adelante, Mao se vio relegado en
el aparato del Estado, cediendo el puesto de presidente de la República
Popular China a Liu Shaoqi, y manteniendo sólo su cargo de presidente
del Partido. Desde esta posición, Mao, junto a su esposa Jiang Qing y
al líder del Ejército Lin Biao, pondría en marcha a finales de la década
de 1960 la Revolución Cultural, una campaña que buscaba recuperar la
ortodoxia ideológica del maoísmo, que según Mao y sus aliados se
había perdido debido a las disputas internas dentro del PCCh. Sin
embargo, las purgas no se limitarían a los altos cargos.

El Ejército y las Universidades también serían escenario de


violencia política ya que los protagonistas de esta Revolución serían los
estudiantes, organizados en grupos de Guardias rojos quienes incluso
llegarían a enfrentarse con el Ejército Popular de Liberación. Se atacó
a todo lo considerado burgués y reaccionario. La Revolución Cultural
tuvo como consecuencia la salida del poder, tanto del Partido como del
Estado, de dirigentes como Liu Shaoqi y Deng Xiaoping. Debido a los
enfrentamientos internos durante estos años, el IX Congreso Nacional
del Partido no se celebraría hasta septiembre de 1969.

El IX Congreso marcó la victoria de Mao y Lin Biao en la pugna


por el poder. La jefatura de Estado fue abolida y Mao, en su condición
de presidente del Partido, se convertía de nuevo en el máximo dirigente
del país.hina, bajo la dirección de Mao y el Partido Comunista.

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