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; as El origende los _ ~.= primeros Estados - La “revolucioén urbana” en América precolombina Marcelo Campagno Cuicuileo, el competidor de Teotihuacan) habrian impedido la consolidacién de : distintos nticleas estatales. En cambio, en.las tierras mayas, cualesquiera que hayan sido las razones iniciales que estimularon el proceso entre las que se-ha sugerido cierta:competencia intercomunal por los bienes exdticos o por tos recarsos prodictivos, que podrfan haber desencadenade coniflictos—,. una vez comenzado, los diversos nicleos urbanos mayas habrian devenids estatales:de : forma paralela, fortaléciendo sus similitudes socioculturalés y, a la vez, profitn- dizando sus diferencias politicas. Volveremos sobre estas cusstiones en el cap’ tulo final de este volumen, . 66 5, El mundo andino ‘La regién que gentricamenite recibe e] nombre de “Area Andina” abarca las porciones central y imeridional dé Iw Cordillera de los Andes, un vasto espacio demas de un millén y medio de km? que se extiende alo largo de Ecuador, Perg, Bolivia y él norte de Chile y de la Argentina. Como sucede con.Mesoamérica, se trata de una regién en sentido cultural més que-natural. Y aun asi, camo ha planteado el arqueéloga Charles Stanish,.es. probable que esa unidad cultural sé advierta mas en los tardios tiempos inkas ~cyando toda el drea quedarfa unifica- da en un mistno Estado~ que en las.épocas mas tempranas. Desde el pimto de vista geogrifico, si bien la Cordillera de los Andés recorre todo ef tetritorio de norté a Sur (con estribaciones que alcanzen los6.700-m), la macro regién com- prende una notable variedad de reas naturales. En especial, se destaca la-re~ gién Atida de la costa del Océano Pacifico, que se encuentra surcada por una serie de rios que forman fértiles valles en su porcién septentrional, y que es extremadamente atida haciael sur; la region de Jas tierras altas, que articula una. gran diversidad de pisos altitudinales en funci én del encadenamiento. entre cotdones montafiosés y cuencas fluviales y lacustres, lo que: determina una notable variabilidad ecoidgica, y laregién de la selva, en la ladera exterior dela cordillera oriental, En términos altitudinales, se advierten cuatro grandes zonas: la de yunga(500-2300 sn), de elima tropical, en la que principalmente se practica- ‘pa él cultive de la coca; la de guechua (2300-3500 m), mas templada y la de mayor aprovechamiento agyi¢ola, especialmente maiceroyla de svi (3300-4000 m), més drida y utilizada para la plantacién de tubsrculos’y Ja cria de llamas y alpacas, ¥ Ja de puna (4000-4800 m), que constituye una faja de pastos natutales, destinada al pastoreo de eamélidos, Fig. 19. Et Area Andina. (Diseao: A, En cuanto’a la periodizacion histéri¢a, fa gpoca anterior a la conquilita éspa- fiola se suele dividir en siete grandes segmentos temporales. La seciencia se - inigia con el periodo Preceramico.o Arcaico, subdividido en las fases Inicial (ca. 11,680-6600 a.C.,) en el que se registra la presencia de.los primeros cazadores- recolectores,; Media (6000-3000 4.0), en fa que apareven testimonios de sedentarismo y domesticacién de plantasy animaies, y fardia (3000-1800a.C., cuando aparecen las evidencias mas temprands. acerca de construcciones de gran porte. Luego siguen-el perfodo Inicial o Formative (1800-800 a.C.), conla introducciéa de-la.cerdmnica, de formas de itrigacién artificial y edificios de mayeres dimensionés; el Horizonte Temprano (800-200 a.C.), cuando singe y se expande la 48 fiamada cultura Chavin; el.perloce Jntemnedio Temprano {200 4.C,-600.d.C.), an et que stirgen fos grandes centros de Moche y Tiwanaku; ¢! Horizonte Medio (600-1000 d.C.), que marca la mayor expansion de Tiwanaku y de Wari; el period: Intermedio Tardfo (1000-1470 d,C.), caracterizado por centros regionales énitre Jos que sobresale el Estado de Chima y el Horizonte Tardio (1470-1532 d:C,), cuando los inkas unifican politicamente todo el territorio. Aqui nos centraremos especialmente en ei perlode Interracdio Temprano, cuando suceden Jas-transfor- maciones més decisivas, sin descuidar los cambios que ocurren desde el perio- do Precerdmico Tardio, asi como los efectos de los primeros grandes Estados durante e! Horizonte Medi . Sise comiienza el anélisis hacia finales del periodo Preceramico Medio, unos 3000 afios a.C., ¢ niundo ‘anding aparece basicamente caracterizado por una notoria variedad de modos de subsisiencia, En,los valles costeros, existe un tipo de comunidades sedentarias Ja principal deygllas es La Paloma) fuertemente especializadas en la obtencién de recursos marines. En las zonas de yunga y quechua comienza a extenderse el ctiltivo de hortalizas, tubércdlos, raices, fru- tas 'y granos; en el sitio de Asana, de hecho, se advierte-una fase de ocupacion con arquitectura residencial, que implica practicas asociadas a cierto sedentarismo, probablemente-estacional. En las dreas-de puna, en cambio, el. _ patrén de subsistencia parece haber estado principalmente centrado'en la caza y ladomesticacion de camélidos. Es probable quelos habitantes.de estas distin- tas zonas ecolégicas hayan estado en contacto entre sf, en busca de obtener une mayor garna.de productos de subsistencia que la disponible localmente. ‘También debid haber cierta circulacién de otro tipo de‘bienes, como indica ia aparicidn de obsidiana en La Paloma, ards de 400 km de sus fuentes. Con ja informacion dispouible, especialmente la procedente de los contextos furiera- tios, tode indica que no existia una diferenciation social acentuada en las comu- nidades de esta época. En ja fase final dei perfodo Preceramico, sin embargo, sucederia una serie. de istiportantes transformaciones, que alterarfan sensible- _ mente fas formas dé orgahizacién social preexistentes, y que-estan-actualmente “en el centro del debate entre diverses investigadores. §.1 Del Precerdmico Tardio al Horizonte Temprano ~ A partir de comienzos del III milenio a.C., tanto la region costera que se extiende especialmente al norte de la actual ciudad de Lima por mos 500 km, como ia adyacenteregién cordillerana, suftirian una-serie de notables cambios sociales, En efecto, en ambas regiones se registra la presencia de una gran 69 cantidad de. sitios con. grandes edificaciones de piedra y barro, que exceden largamente los asos asociados 4 jas practicas domésticad. En Ja region costera, ge destacan especialmente.tos sities de Aspero, en el valle del rio Supe, de alrededor de-0,15 km? de ocupacién, con una pirdmide trunca (Auaca de los. 4 {doles} dé 1.500 m?, con numierosas cérmaras sepultadas bajo Jos niveles de construceién mAs yetiéntes; Caral, en las cercan(as-del mismo valle, con una: ooupaeién de 0,66 km? y un conjunto de edificaciones piramidales, la mayor de las cuales alcanza 170m deancho x 150m de largo y 29,9 mrde altura y El Paraiso, eel valle de Chillén, con casi0,60 km* de ocupacién y na enorme construccién: A en forma de U, en tomo de una Vasia plaza central, que incluyé un templo d : cuatro niveles, dieciséis camaras y dos escalinatas. En las tierras altas, por su parte, sobresalen principalmente Jos sitios de Kotosh, sobre el valle del rio Higneras, con una serie de estracturas superpuestas' de hasta 14 m de altura, entre Jas que scbresale el llamado. ‘Templo de las Manos Cruzadas y La Galgada, ane valle del rio Tablachaca, en donde se registra la presencia de una serie de.” grandes monticulos y un, recintorcircular hundidode 17 avde didmetro. _ Fig. 28 Area Andina septentrional, del Precerdmico al Horizente Temprano. e (Disco: AG) 16 Dos cuiestiones acerca de estos nucleos:y. otros asentamfentos de jas mis- mes regiones resultan de interés aqui. Pof un fade, la base de subsistensiade los sitios costeros y los cordilleranos permanecia como en épocas anteriores: fuertemente divergente, orientada en los primeros a la utilizacién de recursos -marinos (aunque recurtiendo, en mener escala, alcultive de tubéreulos y frutos) yen los segundos ala explotacién de plantas domésticas (incluyendo irrigacién, en-pequefia escala) y camélidos, Mas alld. de que se advierte la profundizacion de los contacts enire’ ambas regiones, Jo.que iniplica clerta circulacién de bie~ ries e ideas, estas divergencias en las formas de:subsistencia indiean que los _comienzos de laarquitectura monumental én el mundo andino no se relacionan con.un tinico tipo de base. productiva. ¥ por otro lado, es importante notar que Ja construccién de estos grandes recintos ~invarlablemente initerpretados corno. templos por los especialistas~- 10 viene acompaniada de‘otras transformaciones significativas ea €] registro arqueolégico, enenateria de estructuras, residencia- jes o practicas funerarias. En efecto, si bien se advierte cierta poblacién en las cercanias de las graides: edificaciones, ntinca parece superar una cifrade paces miles de habitantes. Ett cuanto a jas:practioas fumerarias, se aprecian tambas con ajuares bAsicamente integrados por objetos de us cotidiano, en mayores can- tidades que en épocas anteriores, pero sin que se registren grandes disparidades, Jo que sugiere una diferenciacién social poco ‘acentuada, ucéme es. posible interpretar la aparicién de estos ‘primeres testimonios.de arquitectura monumental en el periodo Preceramico Tardio? Algunos espécialis- tas, como Rath Shady Solfs, destacan especialmente la capacidad para movilizar grandes contingentes de trabajadores para construir las edificaciones, y en minoria— concliryen que Ja organizacin de estos asentamientos debié ser de tipo estatal. La mayor parte de los investigadores, sin embargo, tiende a subra- yar, como lo hace Richard Burget, la.ausencia de indicadores taxatives de una fuerte diferenciacion:social, y proponta que Ya organizacién social durante esta época debid orbitar en tome de comunidades aldeanas,, estracturadas a través de lazos parentales, y con ciertas figuras de liderazgo, encargadas de coordinar Jas obras. En este sentido, es ‘nécesario notar que —desde. les construcciones megaliticas de las, sociedades prehistéricas europeas hasta las grandes platafor- mas de-las jefaturas hawaianas— existe wna-vasta gama de. sociedades que han emprendids obras de gran ports sin estar organizadas ai modo estatal. Es cierto que las edificaciones de} Precerémico Tardfo son sorprenderites por su tamafio, pero es posible ver en ello un rasge que caracteriza 2 estas sociedades én stu especificidad =si se quiere, por su excepciondlidad~mas que una confirmacién de su condicién estatal. De hecho, esas construcciones pudieron ser Nevadasa Gabo a io largo dé gencraciones, sin involucrar of esfuerzo. intensive de una, ‘ . 7 Es dificil tomar partido entre estas posiciones. Es cierto, por uri lado, que los indicadores del periodo iniciai superan, en ef plano cuantitativo, 2 los conoci- dos para el periodo previo (especialmente en materia de construcejanes) y abar: can elementos muy poco visibles con anterioridad, como las evidencias de alma-, ef cenamiento, las tumbas.suatuarias y las representaciones.de conflictos. Tam- bién es cierto, por otto lado, que la totalidad de los indicadores no se advierte en un solo sitio sino considerando él conjurite y que, si se compara las évidencias dé este petiods con las que se dispone para époeas pasteriores; el cuadro “general que emerge de las sociedades andinas de} If milenio a‘. es menos complejo, Pero, comose advertia respecto det Ambito olmeca en Mesoamérica, noes posible determinar la aspecificidad de una sociedad en“fincién de lo que. habria de suceder en ios siguientes periodos, Con los testimontos actualinente disponibles, no.es imposible pensar en la aparicién ~—siquieta por breves perio- dos~'de- pequeiios Estados en Jos valles costeros, principalmente en. los de Casmay Moxeke, capaces de concentrar excedentes y organizar a la poblacién circundanité en Tareas colectivas como las construcciones monumentales y fa guerra. Pero no-hay modo de afinmar taxativamente tal posibilidad. Tal vez la. continuada labor arqueolégica aporte en el futuro mas evidencias a partir de las cuales se pueda inclinar ia balanza en una u otra direccién..Por lo.pronto, ambas _ alternativas resultan verosimiles: por. ello, ambas permanecen; licitamente, en el terreno de lo posible, de lo. que pudo.haber sucedido. Qué sucede, entonces, durarite el siguiente periodo, ¢] llamado Horizonte Temprano. (800-200 a.C.)? Esta es la época en que uno de jos sitios de las: tierras altas que habla surgidd en él perioda anterior, cobraré un decisive = protagonismio: Chayin de Huantar. En efecto, ubicado a ni4s-de 3.000 m de altura, en Ja conjuncién de los rios Mosna y Huachesca, y con unm acceso =! equidistante a la costay a la selva oriental, Chavin es un sitio importante por: Jag construccionies e iconografia que alli seregistran pero también por cousti+ tuir e] epiceniro del primer estilo art{stico pananding, extendido por las tierras altas y la costa centro-norte del Pert. En Ja primera fase de. ocinacién (fase ‘Urabarriu, 1000-500 a.C.), el sitio presenta una enorme edificacién.en forma de ‘3% ‘U con complejas galerfas interioresy estulturas de divinidades, que abarca = anos 70 x E10 m y délitita un reginto central en el que se halla una plaza circular hundida de 21 m de diametro. Ya para entonces, Chavin debla haberse constitnido coino un prestigioso centro de peregrinaje regional. Sin embargo, oi las dos fases siguientes (Chakinani, 300-400 a.C. y Janabarriu, 400-200 ac), el ceritYo conocerfa no séio una nueva fase de grandes construccionés y' elabo-.. raciones-artisticas sino también un decisivo.crecimiento poblacional pasando de'500:a unos 2.000 4 3.000 habitantes—, la consofidacién de un patrén de re subsistencia agroganadero—con la utilizacién de tecnologia. de regadio artifi- cial--y ef acceso a bienes de distantes regiones (caparazones de mojuscos, obsidiana) a través de caravanas de‘Hamas. Hacia ¢1.400.a.C., tode indica que Chayin se habla transformado én. el centré réligioso més importante de los Andes Centrales y su influencia cultural y.artfstica sé haria sentir amplianente por la cordiliera centro-norte tanto como por los valies costeros. Bs indudable que, hacia mediados de! J milenio a.C., Chavin de Huantar constittifa ith centro de unas magnitudes desconocidas con anterioridad én ef toundo andino. Ahora bien, gcdmo puede caracterizarse ese centro en términos da organizacion sociopolitica? Como en las:situaciones que venimos de consi- devar, se trata de un terreno en el que también sé hallan divididos los especialis- tas: las opiniones varian-desde las que proponen que Chavin debié ser el miicleo de una jefatura teocratica hasta Jas que conéideran que tal micleo debe’ser yeconocide como un Estado. En tren de dilucidar ia cuestién, 1 primer indicadar que salta a la vista es él referido a Jas edificaciones, que alcanzan enormes dimensiones y complejidad; sin embargo; como se ha-visto hastaaqui, la politica de‘construceiones monumentales no alcanza, por si sola, para.definir el tipo-de sociedad que las Hevaba a cabo. Gtros criterios, procedentes dela “lista de Childe”, pueden ser de ayuda en este punto. Lasapida acrecién poblacional, que -enunos sigios,.camo minimo cuadruplica la poblaci6n del asentamiento; indica que ial expansién no pudo. ser ‘efecto. del crecimiento, vegetativo-sino de Ja llegada de nuevos pobladores, que debid poner en contacto a grupos antes no empatentados entre si: aunque en pequefia escala, podrian haberse entablado Winculds. que'se sustrajeran a las normas.que'el parentesco impone. La existen- cia de especialistas a tiempo completo parece inferirse de Ja refinada preduccién de esculturas y de objetos de oro, y es dable pensar —dadas las caracteristicas de las edificacionds~en la presencia de una dlite asociata al culte a las divinidades. No se han encontrado enterramientos de.élite en e] centro de Chavin, aunque los que se han hallado en; sities influidos culturalmente por Chavin (Xuntur Wasi, valle-del Lanibayeque, Karwa) presentan ornamentos de oro, cerdmicas decora- das, textiles y cuentas que sugieren una importante estratificacidn social. Mas alld del centro, los-contactes entre Chaviny Jas 4reas circundantes pare- en haber sido.fiuidos, lo que se advierte tanto a partir de las evidencias de trafico éaravanero como de lasinfluencias culturales a la-escala regional. No hay indicadores que conecten directamente a Chavin con el Ambito-de la guerra, aunque los cercar nos vailes costeros de Santa, Nepefia y. Casma presentan una notable serie de _fortalezas: es dificil de saber si tales esfuerzbs defensives cbedecian a disputas puramente locales o si el gran centro cordillerano tenia alguna injerencia en los conflicts, Ciertamente, la ineidencia de Chavin en sus periferias no parece haber 75 sido especialmente politica sino cultural,-en funcion. del prestigio ritual del centro, fn todo caso, es én ese centro donde ias formas de. organizacién social podrfan haber ido mas alla de las que establecen las practicas de parentesco, Si ese presti. gio pando propulsar la rapida covcentiacion de poblacion en Chavin, Jo cierto que la élite local -egitimada’a través de’su roi religioso— pronto evidenciarla dotes.: suficientes como‘ para extraer excedentes de esa poblacién y'de los peregrinos, destindndolos a las grandes construcciones, a la manutencidu.de especialistas, los intercambios de. larga distancia y a su propio consumo. En este sentido, Ia opinién de Richard Burger no carece de verosimilitud, cuando plantea qué “la participacién diferencial de esta gente en actividades-no relacionadas con la sul sistencia ni basadas.en el parentesco, condujo-a 'a formacion de clases-y, con toda’ probabilidad, ala emergenicia dei Estado” (1992, 181). 5.2 Meche Silas caracteristicas de la organizacién séciopolftica en los valles dé la cost: centre-norte del Pert y las tierras alias adyacentes desde el Preceramico Tardi hasta el Horizonte Temprano son us terreno de controversias, existe cierto con senso entre los especialistas acerca del cardcter estatal de las sociedades que s constituirlan ea los valles costeros en el siguiente periodo Intermedio Temprano: (200a.C.-650 d.C.). Se trata de la experiencia social que levaelnombre de Moche; uno de-los'sitios del valle homoérimo, en las cercanias de [a actual ciudad de Trujillo, que-serfa el epicentro del dispositive politico regional. ‘Ya-desde tos. inicios del periedo, se registran. testimonios de residencids de élite, obras de: irrigation attificial y sistemas de.camitios en varios sitios de los-valles sosteros,:; especialmente entre los de Chicama y Casma, Tanto en este wiltimo valle como ei ‘el dé Vira, se lidllan, adenids, evitenciis de fortificaciones, lo que indica ima: época signada por los conflictos. En todo caso,-hacia fines del I milenio a.C., s! advierte la presencia de-cuatro estilos culturales correspondierites a cuatro Areas’ diferentes ~Salinar, Gallinazo, Moche y Vics, lo que sugiere el cardcter aut. nomo de las:sociedades de los diversos valies. Para entonces, Gallinazo y Moche,. con sus grandes plataformus de ladrilios de adobe y sus estructuras residencia- jes, parecen constituir los principales centros régionales. Hacia €1200.4.C., sin embargo, el niicleo de Mache inicia un proceso expansi vo sin parangéa, que se aprecia taiito en las transformacionés en el asentamiento come en Ja extension de su estilo artistico y.cultural, y desu probable presencia” politica mas alla del valle de Moche. Bn efecto, por un lado, eit ol centro dé Moche. tendria lugar la construccién devdos enormes piramiides de adobe. La mayor de is 16 ~ elias, la Huaca del Sol, constituye la pirdmido.de adobe mais grande de todo el _ Nuevo Mundo, disponiendo actualmente de.una base de 160 x 340 m yuna altura de 49 m (pero siendo estas medidas aproximadcamente un teroio de las originales, dado el proceso destructivo a que fue sometida Ja edificacign en el perlode colo- nial), y habiendo-utilizado, durante las ocho fases de suconstraccion, 143-millo- nes de ladrillos. La Huaca dela Luna, por su parte, es de menor tamaiio (se utiliza- ‘ron 50 millones de ladritlos durante sus cuatro:fases dé conStricsién), pera pre~ senta una gran cantidad de caémaras interiores con decoraciones murales policro- mas. Entre ambas pirdmides se hallaban las residencias de ja élite y sus areas sepulcrales, diferentes respecto de las de otros segmentos de Ja poblacién. Hacia ei 600 d.C., el nucleo urbano.de Moche se ballaba dotadc de calles; plazas, candles y areas para la produccién especializada del artesanado, que.cubre una superficie deaproximadamente 1 kint-y que contiene alrededor de 15.000 habitantes, todo lo oval hacla de Moche uho-de Jos centros urbanos mds grandes del mundo andine.’ Fig, 22. crea Moche. WDisebo: AG) Por otro lado, la expansion cultural mochése registra a lo largo de unos 606 km: decosta desde el valle de Huarmey, al sur, hasta e] valle de Piura, cerca dela 7 actual frontera entre Pert y Ecuador. La mayor homogeneidad-cultural que muestra. | ioda Ja vegién costera apartir del siglo IH 4.C., sarnada ala iconografia moche en. . ja que se enfatiza el cardcter guerrero de los personajes represevtados,.ayud6 a cimentar ja interpretacién tradicional acerca de una conquista militar de toda la regién.por el Estado moche. Sin embargo, actualmente; y tomando en cuenta. ciertas diferencias en materia.de constraccianes, y de cierta diversidad en mate-. tia de estilos artisticos y de ns0.de los metales, predomina entre los investigado~._ res la opinién de que los valles nortefios (Piura, Lambayeque, Jequetepeque), no formaban parte de una ‘entidad estatal mica, y que sdlo en Jos valles del sur’ - pudo haber cierta unificacién teriporaria con la hegemonfa de Moche. En todo“ caso, permanece claro cl hecho de que, entre los siglos Il y VI d.C., el dispasi- tivo estatal moche debié ser el primero que, en el Ambito regional, pudo ejercer' | un control politico de zonas.a una distancia de aigunos.cientos de. kilémetros respecto.del micleo politico central. En el Amnbito del territorio bajo control meche, no. s6lo se registra una produccién artesunal sumamente especializada en la. produccién de objetos ceramicos decorados y otras adormos de ora, plata, CO. bre, turquesa, conchilles, maderay-cuerd, sitio también ln construcci6n de cen- tros administrativos y ceremoniales (tales come Paflamarca, en el-vaile de Nepefia).- y obras hidraulicas (conto uri canal de'120 km en él valle de Chicama). Mésallade . esos territories, se registran contactos ~a través de Tos centros culturalmente: moche de jos valles septentrionales— hacia el norte, que permitian acceder aloro. © y el cobre procedente de Ecuador, y hacia el sur, hasta las islas de Chincha, desde las que sé extrafael guano utilizado como fertitizante. 7 De un interés particularresulta el hecho de que los ladrillos de adobe utiliza- dos para Ids grandes construcciones del Estado moche solieran Hevaruna serie de marcas-diferenciadas (se registra mds de ui centenar) y-que los ladrillos con las mismas marcas fueran colocados en los mismos sectores de las edificacio- nes! los arqueélogos. Micliael. Moséley y Charles Hastings han propuesto que tales marcas debian constituir identificaciones de las. diversas Cobvunidades que enviabati a sus integrantes para realizar la tributacién en trabajo. Si tal fuera et caso, esas marcas en los ladrillos serlan indicativas —al mismo tiempo- dela organizacién communal del eatnpésinado (a la manera de fos ayllusandinos), de las prdcticas de extraccion de tributo y de la disponibilidad de un dispositive de registro ¢ identificacién al servicio de] Estado moche. Mas alla de estos indicadores, otros criterios que componen la “lista de Childe” se verifican con pitidez: Ja existencia de cierto urbanismo-y de.obras monumentales, visible en Moche y en los ceatros:administratives regionales; ta existencia.de especialis~ tas atiempo compieto, tanto a siivel de Ja élite conectada~a juzgar por la icono- grafia~ con cl plano. ritual y guerrero, como de la. diversificada produccién, artesanal;. la existencia de una ¢lasé gobetnante, claramente distinguible de! grueso de la poblacién campesina y visible no solo en Jas residencias diferencia- das y en las representaciones iconogrdficas sino también en loz enterramientos , enitre los que sobrésalen Jas Bamadas tumbas reales dé Sipan, en ei valle de ‘Lambayeque: en tales timibas, no s6lo se documenta el uso de sareéfagos y méasca- * ras, collares, pendientes, cetrosy otros omamentos de oro, plata, cobre y.turquesa, sino también un tipo de indumentaria que coincide con-el de Jas representaciones iconograficas de la.escena ritual conacida como “Ceremonia del. Sacrificio”, lo quite indica una conexién directa entre la élite estatal y las pricticas rituales.. Fig, 24:Escona de sacrificio moche. {Por qué se constituyé un Estado en.el valle de Moche y por qué se expandié més allé de ese valle? La primera cuestién debe ser considerada en. elmarco de las 19. dinémicas ya en curso desde-el perfodo Inicial on el area, que impticaban la cons. fitucién de cetitros de oieria importancia en torn de estructuras monumentales: ae aigunas de las cuales pudieron constituir experiencias estatales, como se ha Visto. mas arriba..En este sentido, no.sdlo el valle de Moche sino otros vailes costerog vecitios, como el valle de Vira, pudieron ser escenatio para la emergencia inicial de! practicas de tipo estatal. De hecho, la temprana datacién de las tuiibas reales de Sipan (siglo Il d.C.} sugiere le posibilidad de que también hayasurgido-en el valle. de Lambayeque un nucleo estatal auténomo, genéricamente contemporaneo dei . quest habia fermado en el valle de Moche y que pronto iniciarfa una dindmica mag’: expansiva, Habida cuenta de ta importancia’de los temples y los ritialés, todd indica que la élite moche basé su jegitimidaden su importancia en el plano religi so. Esa importancia pude trascender el-valle de Moche e iradiar las précticag culturales.tocales por toda la region, parangonando, en cierto modo, la situaci 1 de Chavin de Huantar en el periodo previo. Sin embargo, ese despliegue parec haber sido acompafiado de.un militarismo que se halla ausente ~o-al menos, no? visible-en el anterior centro cerdillerano, EJ cardcter ritual pero también guerrero: de'las representaciones iconograficas del ambito moche puede propercionar wi clave para comprender una expanisién que no s6lo serfa cultural sino también, los vailes veditios, pol{tica, Si esa expansién hubiera involucrado cierta dosis de: coercion, también podiia haber implicado una capacidad mayor ‘para extraér exce: dentes destinados a las construcciones en gran escala y al abastécimiento de Ia. élite moche y de los especialistas a su servicio, retroalimentando asi el prestigi simb6Glico y la capacidad militar del centro moche. En todo caso, a mediados del periodo Intermedic Tempranio, los valles costera’. del norte peruano serfam un escenario para las primeras practicas estatales® expausivas del mumdo andino, Un escenario, pero no el Gnico; ex la cuenca del lago Titicaca, en la actual frontera entre Pera y Bolivia, estaba teniendo lugar ut proceso similar de transformaciones. En ese proceso, harfa su apariciés’ uno de. lds gigantes' del mundo andino: el Estado twanakota. $3 Tiwanaka Si durante el Ty al Imilenio ac. séadvierte tina sérieide sensibles transfor maciones sociales en la porcién septentrional de los Andes Centrales, tanto en. Ja costa como en Jas tierras altas, también en el 4rea meridional sucederia un’ conjunto de significativos cambios. Ex Ja costa, en una zona extraordinariamen te;seca, ¢] principal exponente de esos cambios seria el que sa registra en Paracas, : abartand® unos 200 kin dé costa entre los-valles de Caiiete y Nazca, que. se: 80 reconoce especialmente por'sus sofisticados textiles, ceramicas y otros bienes de prestigio, que'sugicren Ja oxistencla de-socivdades de jefatura basadaseh la explotacién deecurses marinas, entis los sigios VI-y Il a.C. Ya en el periodo Intermedio Temprano, el espacio sociocultural asociado a Paracas desemboca- ria-en la constitucion de Ja sociedad nasca, continuadora de aquel en materia de textiles y cerdmica, aunque mas conocida ‘por sus famosos geoglifos y lineas (probabies senderos rituaies). Si bien el ambito.de Nasca conté.con wi centro ceremonial de gran envergadura en Cahuachi,.con algunos centros de hasta 2 kun? (Ventilla) y con obras de itrigacién artificial para los sembradios a partir de] uso de aguas subterraneas, la ausencia de indicadores.acerca de una élite domi- nante en el plano residencial y el funerario, a3{ como de dispositivos de tipo administrative y de cualquier indicio acerca de'practicas coercitivas, parecen indicar‘que las sociedades del Ambito nasca podrian haber continuado las for- mas‘de organizacion sociopolitica de las jefaturas del época previa. A difertncia de allo; en. “st theives aitas de la.cor diltera caitro-suh los pots sos dé canibio conducirfan a ‘la configuracién ds modos dé organizacién socidpolitica sin, precedentes a la escaia regiorial. El epicsistro de tales ‘procesos estaria en la cuerica del lago Titicaca, un enorme cuerpo de agua de urids 8.500 81, kr?, enclavado a masde 3 800'th de altura, lo que lo-convierte en el lagonavegar ble mas.alto def mundo, Desde temprano, las sociedades del altiplano produje- - ron tnangdo-de subsistencia agroganadero, centrado-en el cultivo de tubércu- losy el pastaree decamélidos. A comienzos del If milenioa.C., existla al sudeste del lago Titicaca una sociedad. Hamada Wankarani, que practicaba la agricultura y la gannderfa, asi como también elaboraba cbjetos de cobre y practicaba inter- carnbiog por medio de caravanas de Mamas hacia regiones distantes; la organtiza- didn de las viviendas de formato circular, agrapadas dentro‘de snures también circulares, ha sugeride que cada agrupamiento: debia representar un Ambito. socialartioulado por practicas de parentesco. . 4 Con posterioridad al 1300 a.C., surge en el sudeste, pero.rhds cerca de Ia costa del lago, una nueva organizacién soc ial en temo del nicleo de Chiripa. S bien, en lineas generales, ef ambito chiripa continuaria las principales dindmicas * sociales establecidas en la ‘fase Wankarani, aparecen dos inmovaciones signifi: gativas. Por un lado, la sociedad chitipa integra la explotacién intensiva de los recursos lacustres (pesca, caza y recoleccién) al patron agroganadero, expar diendo y fortaleciendo elnodelo basico de swbsistencia. Al mismo tiempo, #s probable que, para esta época, se iniciara la constraccién de los primeros cam- pos elevados para ja practica de la agricultura. Y por otro lado, comienza a. registrarse {a.edificacién de pequefios recintos rectangulares, que incluyen pro- bables templos, residencias de élite'y depdsitos.de almacenamiento.en tomo dé utia plaza hundida, que sugieren [a existencia de ciertas formas de diferencia- ‘cidh, y que plantean problemas de interpretacién similares'a los que han sido. considerados para el norte costero ¥ éiirdilierano en los perfodes precedentes. Porlo demas, las transformaciones no adicanzan solo a la margen sur del laga: Te presencia de otros sitios hacia él norte (Qaluyn)y al oeste (Sillimecco) podria. indicat, segtin algunos autores, un posible mosai¢o de jefaturas-en conflicto por el control de la region., ~ Hacia él 400 a.C., tienen lugar Jos primeros teétimonios de lo.que seran los dog principales centres de la cuenca, Gel Titicaca por los siguientes 500 aflos: Pukara, et la costa noroeste, ¥ Tiwanakn, en la costa. sudeste. ‘Ba el sitio de ~ Bukara, situado a unos 60 km del lago, se advierte una serie de plataformas escaloniadas y recintos hundidos de formato rectangular, rodeados por proba- : bles residencias-de élite y estructuras, para almacenamiento, en-un drea de unos : 4 vro?. A través deltréfice caravanero, Pukara parece haber ejercido una notable influencia sobre ¢l cuadrante occidental del lage, desde Cuzco hasta el norte de Chile, Lia evidencia no parece suficiente-para determinar con precisiés las’ caracteristi¢as de la organizacién sociopolitica de Pukara, pero es razonable. pensar que debié existir une élite diferenciada del resto de ta poblaciéa, a2 gentrada especialmente en las actividades rituates Hevadas a cabo en los princi- pales reeintos del centre.Del otro lado de ja cuenca, Tiwanaku, a tinos 15 kin de! lago-y en el valle del rio homénimo, emergeria comé wna aldea.cuyo nucleo original debid quedar sepultado por las giandés construcciones que sé edifica- yfan alli en las fases signientes, El arquedlogo Alan Colata sefiala que, en ésos tiempos iniciales, es posible reconocer dos estilos cerémicos en el sur.de la cuenca distribiiidos en espacios diferenciados y asociados a Chiripa, a lo fargo ‘ de la costa sur del ago, ya Tiwanaku, en las zonas interiores 0 cerca dela planicie aluvial det rfo Tiwanaku, Esos astilos diferenctados podrian implicar 1a existencia de grupos socioétnicos diferentes, quizé especializados en la explota- cid de distintas zovas ecolégicas. Con posterioridad, especialmente.a partir del 100 4.C., el sitio do Tiwanaku conoce una sib itd expansién quéno séle implicara Ja expansién del territorio urbano'y de. la. poblacién alli concentrada, sino ¢ control politico de las zonas circundantes y unainfluencia econdmicay cultural, ‘en una escala atin:mucha més vasia. . Hig. 26 Tiwanatui Kalosasuyte Voto: M. C3) En efecto, a partir de la fase local Tiwanaku I (.00-400'd.C.} se inicia une activa politica de construcciones ‘¢monumentales, que transformarfan.a Tiwanaku _-ei un centro de altisimo prestigio ritual.y mete de las peregrinaciones macro regionales; Entre las grandes edificaciones, sobresalen principalinente dos gran- des estructura piramidales, la de Akapana (de 200 m? de base y 17 metros de ~ altura} y Ja mds tardia.de Puma Punky. (de'150 ni? de base.y 5 metros de altura), 83 dotadas de recintos centrales handidos y-sistemas:de drenaje. Tambitn so des. taca ¢l Templete Semisubterranco, con una gran estela antropomértica en sy ceutro’y una séric de cabezs de pjedia incrustadas ea sus parcdes perimetrales: eltempio de Kalasasaya, una enorme plataforma de 130 x 120m, con otra estala = antropomérfica’y la famosa Puerta del Sol (actualmente et an lugar excéntrico),49. |. que incluye la representacién de Ja principal divinidad tiwanakota, el Namado Dios dei Baculo y el adyacente recinto del Patuni, probable palacio de la élite, en el que se han hallado los enterramientos de algurros de sus integratites. Hacia al siglo V-4.C., el coujunto urbano abarcaba unos 6,5 km? y pudo albergar una" poblacién de 30.000-habitantes, quizé repartida en‘distintos sectores de acuerdg: con el Ingar de proveniencia de los pobladores: Mas alld de Ja. ciudad, existian” otros centres administrativos periféricos, tales como Lukurmata, Pajchiri, O} Hey. Khonke Wankané, todos dotados.de arquitectura ceremonial compatible con la de Tiwanaku, aunque en menor escala, que, en conjunto, debieron albergar a’ varias decenas de miles’ de habitantes mas.’ Por lo demas, ef paisaje raral se’ hallaba caracterizado por otro tipo.de construcciones,. los campos. elevados o cameilones, wa sistema que permitla cosechas mucho thés abundantes como consecuencia dela preparacién de franjas de tierra sobreelevadas (lo'que permi- tia una. mayor aireacién)’y rodeadas de canales, abastecidos a través de-diques y reseryorlos de agua (lo que protegia.a los, sembradios de las hieladas). a A partir dé la fase Tiwanaku IV (400-800-d.C,), el lproceso de profundas| trans. oe fornacionss que tenia Iugar-al.sur de'la cuerica del lago Titicaca se extenderfa ampliamente'y. de diversos modos. Poruna parte, todo ef Ambito circuntiticaca ys algunas zonas geogréfi icarmente més distantes: (por ejemplo, Oriro) oftecen-algu- nos testimonios de haber quedade bajo el control politico’ de: wanaku: ‘La unifi- cacién en materia de pautas arquitecténicas, simbolisme Ligioso’ yproducvién de objetos.cerémisos en relacién cox los cénones tiwanako ss drgumenitatl a favor de la fuerte gravitacién dei centro etsus. periferias ‘cercanas, Del mismomods, el probable traslado de huacas de-ias periferias a Tiwanaku —come parece haber sucedido-con una estela originaria de Arapa (en fas cercaniasde-Puno)y quizd con algunas cabezas de piedra del Templete Semisubterraned— sugieren ‘vierta-actitud coactiva de la élite tiwanakota sobre Jas poblaciones vecinas. Mas alld de las zonas cercanas-al lago Titicaca, la presencia de Tiwanaku se registra claramente en sitios tan distantes come el valle de Cochabamba al-este, el valie de Moquegua al’? oeste y-el valle. costero de Azapa,al sudoeste..No hay razones para.suponer un contrel: territorial continuo desde el centro hasta estas.regiones a varios cientos de kilometres y, en general, se admite que ta presencia tiwanakota en esas areas debié cobrar la forma de “enclaves” destinados a la obtencidn de materias primas no disponibles én tomo del Titicaca (maiz, coca, algodén, recursos marinas, basal- 84 to, lapislizuli). Eltritico caravancro que conectaba estas regioncs con el centro se extend{a a dreds alia mas lojanas, del misaio modo que lo hacia sl prestigio simbé- lico-de Tiwanaicy, y los objetos tiwanukotas 0 influidos por los estilos del centro se extenderian por una vasta macro rogién que abarcaria el sur de Peri, Bolivia ¥ el.norte de Argentina y.de Chile, Fig..27. Tiwanaku: Puerta del Sot. (Foto: MC.) , Si bien algunas perspectivas tradicionales han tendido a ver en Tiwanakuun -- centro ritual sin un estatus politico especifice, existe actualmente un amplic consenso entré los especialistas' acerca del cardcter estatal de la experiencia tiwanakota, En efecto, aunque algunos de los indicadores propuestos por Childe no se hallen presentes (la existencia de alguna forma de escritura) o:se halien -poco‘representados. en‘ la evidencia disponible (por ejemplo, en cuanto a los enterramientos de dlite), todos os testimonios convergen respecto de lapercep- cién-de-Tiwanaku come centro estatal: ef conglomerado poblacional en torno- “del nucleo central y de los centros menores; la capacidad para realizar -emprendimientos de gran envergadura.(los campos elevados, !as construccio- _ hes mionuimentales); le etistencia de un artesanado fuertemente especializado, ejecutor de trabajos, en piedra, en ceramica yen metal, a partir'de criterias estilisticos de una gran homogencidad; ja presencia de sectores residenciales para ja élite; las capacidades coercitivas que se infleren det referido traslado de. 85 huacas, de la existencia de armas y de la iconografla de Ciert’ indumentaria guerrera y de las llamadas “cabezas-trofeo”; la probable disponibilidad de un sistema de catendario (sugerido a partir de la iconografia de laestela Bennett}; 1a obtencién de materias primas de lejanasiregiones a través del irdfico caravancro. No es facil de establecer detalles especificos dentro de este cuadro, pero és claro. que Ja imagen general que emerge de todos estos indicadores es ia de una. sociedad de tipo estatal. & Ahora bieit, zcémo surgié: el Estado en la cuenca del lago Titicaca? Los Investigadores han ofrecido consideraciones.de diversa indole pero. en general, predominan aquellas que destacan principalmente las dinamiicas econémicas y las ideolégicas. Por un lado, aquellos autores que, como Alan Kolata, subrayan principalmente los aspectos écondmicos del proceso, tienden’a enfatizar el sur- gimiento de formas.de liderazgo capaces de articular las diferentes actividades’ de subsistencia (ganaderfa, ‘agricultura, caza, pesca y recoleccién) asi como; especialmente, de. liderar Jas tareas vinenladas‘con las construcciones iniciales de campos elévados para su utilizacién agricola. Aun dentro del Ambito econs- ynico, otros investigadores, como David Browman, han remarcado la importan- cia de Tiwanaku come centro de intercambios interregionailes, de manera tal que, en buena medida, Ja primacia politica de fos Ifderes locales procaderia de su csapacidad para regular el trafico caravanero y los intercarabios celebrades en el centro. Por-ei otro lado, oiros estudiosos —eritre ellos, Juan AJbarracin Jordén~ han privilegiado en sus anélisis Ja importancia de los aspectos ideolégicos ba- sandose especialmente en ef prestigio ritual del centro tiwanakota, incluso en épocas muy posteriores. En tai sentido, tienden a subrayar {a escasa evidencia disponible acerca de fa existencia de conflictos en relacién con-e! proceso en el gue surge el Estado, 'y enfatizan Ja posibilidad de que la ergariizacién politica tiwanakota haya sido el resultado dé una convergencia pacifica entre los diver- sos Segmentos que la componfan, en. funcién de creencias ideolégicas, compar- tidas mis que como resultado de Ja fuerza coereitiva. Bs posible que el predominio de. este tipo de, modelds consénsuales aceraa del surgimiento del Estado tiwanakota se deba mis a los azares de los testimo- nios preservados: {las evidencias de violencia suelen ser escasas, y en esta, sitvacidn lo son particularmente) que a una reflexion ted) riea en profundidad. Es: » qué, si log factores econdmicas @ ideologicos pueden haber jugado.um papel de relevancia en ia constitucisn de liderazgos {no necesariamente estatales) y en eu legitimacién, es dificil de suponer que el advenimiento de lo-estatal haya sido. esencialmente consensual-y no haya involucrado cierta dosis de violencia. En ‘particular, hay:dos escenariés én Toa:que podrian haberse entablado practicas divergentes dé las reguladas por e! parentesco: tno de ellos-corresponde a las 86 teldgioneg itercomumales enive los diversos grupos que poblaban Ja cuenca sur del lago Titicaca a fines del periodo: Intermedio Temprano, que, Segtin se yela mas artiba, podrfan haber practicade diversas formas de. subsistencia y haber pertenecido a diversos grupos sosiagtnicos; el otro es él que proporciona 2] propio medio urbano de Tiwanaku, cuya eoncentracién poblacional segure- mente se-debid més a la convergencia de grupos de-procedencia diversa que al simple crecimiento vegetative. En ambos contexts, podia haber espacio para el conflicto ¥ el predominio de uncs grupos sobre otros, Jo que, a su-vez, podia generar las condiciones para la aparicién del monopolic de la‘coereién. Estas posibilidades son dificilmente documentabies; sin embargo, no por ello resultan menos verosimiles, Como se sabe, ausencia de evidencia no es evidencia de augencia. Bn un plano hipotético, se trata de: posibilidades que proporcionan ua margen para pensar el lugar de la violencia en el proceso en el que surge el Estado en el lago Titicaca. s 5.4 Wari ‘By los comienzos de! Horizonte Medio (609-1000 d.C.}, ef Estado.de Tiwanalu se hallaba en su época mas expansiva: toda Ja zona circuntiticaca y algunas zonas aledailas se encontraban baje su control directo:y territories mucho mas extensos estaban bajo su influencia econémica y cultural. Sin embargo, Tiwanaku no sérfa fa Gnica experiencia estatal del periodo. En el valle de Ayacucho, en 14 porcién. centro-sur de los Andes Centrdles, tendrid su centro principal el otro gran Estado de laépoca: Wari. Al norte deta actual ciudad pervana de Ayacucho, entia tegién de Eluamanga, el sitio de Wari se constituyd hacia 41.600.d,C. como un vasto eenira urband —iine dé Jos més grandes de tede el mundo andino-, _con una pablaciiin que, un siglo después, Negarfa 2 unos 25.050 habitantes, octipando una superficie total de unos 15. lon, en torno de unos 2-km? de-recin- 10g ceréméniaies (que incluye temmplos, palacios y grandes camaras sepulcrales dela élite estatal) y de otros 3 km? de residencias domésticas. Si bien los recintos de la ciudad de Wari no tienen las dimensiones monumentales de las edificacio- nes en Tiwanaku, sé ofgenizan con una marcada regularidad en ‘torno de-un. patio central rodeade de tres o cuatro edificios delinsitados pot murosperimetraies de hasta 6m de altura. La ciudad contaba.ademés con tin sistema de irrigacion subterréneo y era abastecida a partir. de la produccién que se obtenta en los campos atetrazados de las periferias rurales. BT Fig, 28; Wari. (Diseto: A, G) Los grandes cambios que serian experimentados enel valle'de Ayacucho en’: los siglos VI y Vil 4.C., de hecho, tendrian repercusiones en regignes mucho més alejadas. En efecto; Ja ‘dindmica sociopolitica que tenfa su epiceatio en Wari pronto se expandiria a pattir de la fundacion de centros ‘de contro} administrati- vo fuera.del nticleo central wari—con-edificaciones arquitecténicamente simila- res alas de fa capital-y de una extensa red de-caminos que facilitaba la conexi6n: entre tales centros. Hacia el sur, el. dominio wari'se advierte* ‘en sitios tales como Pikiliacta, en el valle de Cuzco, enel.que se constituirfa tin céntro de 2km?*, ‘que Jncluys.edificaciones ceremeniales y residehtiales para los administraderes ¥ Jas guarniciones militares del nigleo wari; en Jincamocco, enel valle de Soridondo, donde {a poblacion aldeana local fue relocalizida en dreas altirudiuales nds bajas, para destinarlas al cultivo del maiz; ea Pacheco, ef laregién de'Nazea; enel valle de Moquegua, donde el dispositivo politico wari edificarfa un réciato fortificado.en la cima del Cerro Bail. Tal construccién implica cierta actividad militar wari, seguramente indicativa del hecho de que laregién se ballaba en dispu- 88 modo de “enclaves” en ta regiéy, Hacia el norte, la presencia wart se harla sentir ext ef gran centro ceremonial de Pachacamac, en la costa central; on Honce Parnpa, en e] Callen de Huaylas; y adn inids af noite, ent Viracochaparapa, en la region de Huamathiuco, en. donde es probable queta actividad wari se imitara al propio sitio, sin control dela poblacién- local, -quiza: replicanda asl el modelo de “enclaves” implementado por Tiwanaku. * Fig. 29. Cerdmica wart. (Foto: GEP-UABY {COmo s¢ origina todo esté proceso de transformaciones que conduce al " advenimiento del Estado de Wari y a su répida expansidn territorial?’ Si bien es poco Jo que se conoce de los comienzos del proceso, durante e} siglo VI d.C. parece haber existido un conjunto de aldeas en la zona.en la que posteriormente se-emplazaria la ciudad de Wari. Ba determinado momento, lapoblacién de tales -aldeas comenzaria areubicarse entorno de Ja m4s-oriental de ellas, la mas baja en términos altitudizales, y desde alli se daria ia gran éxpansién urbana, Los espe- -sialistas han propuesto-diversas hipétesis acerca de estos traslados de pobla- oién. Por an lado, sé ba séfialado.que fa aldea que concentraria ta poblacién se hallaba enclavada en un terreno mas facilroente defendible ante un ataque, lo que implica la posibilidad de considerar un contexto caracterizado por el conflicte. Por otro, se’ha sugerido que esa aldea habria sido, desde temprano, un importante 89 foco ceremonial de fa zona, lo que habria estimulado.un flujo crediente de nuevos © pobladores. Aun por otro, Se ha destacado que ef perfodo de concentracién © poblacional en et asentamiento de Wari corresponde a un perfodo de crisis climiatica “~. que habria impulsado ta necesidad de reorientar é! sistema productivo entorno de ~ - la agricultura de. irigacién.artificial y de. realizar obras de mayor envergaduraque Jas conocidas: hasta entonces, lo que, 4 su ve2, habrfa requerido la concentracién de la fuerza de trabajo y 1a aparicién de-nuevas jnstancias de organizacién y coordinacién. de las tareas hidréuticas. Cualesquiera que hayan sido las razones espécificas, vale Ta pena destacar que —como en otras situaciones ya considera- das— una condentracién de poblacion que to es et producto del mero crecimiento vegetative pondria én contacto a grapos 90 articulados por los mismos principios de parentesca, 1o que podia abrir las puertas al advenimiento de nuevas formas de interaccién:-social somo las que el Bstado.implica. Abora bien, @ posteriori de su. consolidacién en el valle de Ayacuche, ef Estado de Wari iniciaria un notable proceso expansive, por medio-del cual que- * darian integradas al centro régiones situadas a varios centenares de kilémetros de distancia. Lag razones de tal proceso no estan, suficientemente comprendi-.’* das. Por lo general, se ha apuntado amodelos- que destacan cierto componente religioso y tilitarista de la expansién, 0 2 otros que enfatizan el aspecto écond- mic, especialmente en relacién con la demanda de materias primas para ef cen~ | tro, y particularmente, de maiz para el consumo de las élites, delos tributaries en! trabajo y para las ofrendas rituales durante Jas féstividades, En cualquier caso, el proceso. de-expansién del Estado de Wartseria de unaescala sin precedentés para la épodd y sélo superada por laque alcanzarla el posterior Estado Inka, Algunos estudiosos préfierén caracterizar este, tipo de experiencias estatales expansivas ton el nombre'de “imperios”, entendiendo por tales & cletto tipo de Estados que’-a través de, variadas estrategias de dominio~ acceden al control politico-mititar y econémico de vastos territorios de.ama gran variedad ecoldgica -y poblados por sociedades de diversa taiganibre éiniea y-cultural, reorganizan- do las estructuras sociales preexistentes en fircion de los objetivos politicos, econémicos ¢ idecldgicos de Ja élite central, No tados Jos autores ceinciden, pero aquellos que recoriocen én Warlestas caracteristicas, consideran que se trata dé! primer imperio del mundo andino, y quiz4 de todo el Nuevo. Mundo. ‘Un parrafo aparte mereda 1a cuestion de los nexas que viriculan a Wari con | ‘Tiwanaku. Desde Ja época de los primeros hallazgos correspondientes al émbito - wati, los investigadores han destacado las telaciones entre ambos espacios socloculturales, particularmente en referencia a la definida presencia en fa ico- nografia wari de la principal divinidad tiwanakota, 8] denominado Dios del Bacu- Jo. Algunos autores, especialmente aquellos que han considerads que Tiwanaku oo éfatin centro ceremonial desprovisto de connotaciones esiatales, destacaban la procedenciasurefiade estas influencias cufturales, al tiempo que indiceban que las dindimicas estatales ligadas a la conquista eran especificas del Ambito wari. Otros especialistas han propuesic que, entre las inftuencias de Tiwanaku sobre Wari, no sélo habria que contar las culturales sino las especificaménte politicas, de manera que el Estado originado en ta cuenca del lago Titicaca habria operado como-inductor o como. modelo del Estado que surgirta en el valle de Ayacucho. Recientemente, la investigadora Anita Cook.ha planteado que las influencias tiwanakotas sobre Wari son tardias, quizd de Ja época en que ambos Estados confluirian en Je, region del valle de Moquegua; ha sugerido, en cambio, queen Tos comienzos del Estado de Wari debieron ser de mayor importancia jas influen- cias culturales procedentes del Ambito moche. Estas controversias resultan de interés aqui, en tanto implican diversas po- siciones sobre el estatus primario o-secundarjoalél Estado de Wari. En efecto, de acuerdo.con la distincién originalmente propuesta por el antropélogo Morton Fried, un Estado primario es aquel que surge en contextos donde no existe ninguna otra referencia estatal previa; un Estado secundario, por lo contraria, es aquel que surge en el marco de algin tipo de intefacclén con otros Estados preexistentes, En términos tedricos, se trata'de una distincién so menor: en los contextos secundarios, la idea de lo estatal precede a.su implementacitn efecti- ‘va; er: los primarios, fo estata! adviene como una novedad soctopolitica espect- fica, En Jos términos que plantea la situacién del Estado de. Wari,.sin embargo, tal distincién es dificil de establecer de modo taxativo. Tomando on cuenta el inten $0 trdfico caravanero que convergia en Tiwanaku y. el prestigio ritual de este centre on regionies sumaménte distanies, no-es imposible suponer que, los habi- tantes del valle de Ayacucho en el siglo VI'd.C. tuvieran.algim conocimiento de. las dindmicas sociapoliticas que tenfan lugar en torno-del Jago Titicaca, Pero no es posible ponderar con exactitud cudnte conocimiento tendrfan y cdma podria Ahaber ihfluido en la situacin sociopolitica local. Quiza convenga dejar abierta la ‘cuestién, La retomaremos brevemente en cl siguiente capitulo, sl

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