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A i7-¥ CLL ___\¥ PSIEOTERAPIA SUSE ERLVE ’ i 5 Capitulo 3 EL CONCEPTO DE CICLO DE VIDA FAMILIAR «El tiempo de la vida es, en efecto, a la vez el tiempo de los nacimientos, el tiempo de los desarrollos, el tiempo de los declives, el tiempo de las muertes y ei tiempo de los ciclos. Y, sin parar, el azar, los eventos, los accidentes acuchillan los hilos del tiempo ciclico, rompen el devenir del tiempo del desarrollo: unos, irrecuperables, entraiian la desintegracién mortal; otros, al contrario, estimulan una evolucién». E. Morin. El Método I, 1986, pg. 249. Aproximaci6n histérica al concepto de ciclo vital En la primera mitad del siglo veinte se desperté especial interés por el concepto de ciclo de vida, tanto en la sociologfa como en la psicologia. Freud propuso las etapas del desarrollo psicosexual, A. Gesell y H. Wallon describieron las del desarrollo normal en el iifio, J. Piaget planted su teoria sobre los estadios de la inteligencia y Spock se encargé de inter- pretar la conducta infantil para el grueso ptiblico. Erik Erickson planteé un esquema gradual de maduracién individual, como una sucesi6n de cambios en la furmacién del yo, dentro de un gran plan de crecimiento en ocho etapas, cada una de las cuales surge en un momento especifico. Daniel Levinson y Roger Gould estuvieron entre los primeros estudio- sos del desarrollo psicoldgico del adulto y su trabajo fue base para el betseller que Gail Sheehy public en 1976, titulado «Passages: 31 Predictable Crises of Adult Life». La obra de Levinson «The Season of a Man's Life» (1978), reports los resultados de un estudio longitudinal a lo largo de diez afios sobre la vida de cuarenta hombres norteamerica- nos, recogiendo influencias de S. Freud, C. Jung, E. Erickson, O. Rank, A. Adler, W. Reich y de varios psicélogos sociales. Gould (1972) hizo su mayor contribucién con un estudio que intentd definir las fases de la vida adulta; aunque trabajé desde un punto de vista individual mas que familiar, destacé la importancia de los cambios interpersonales de los adultos, mostrando su extrafieza sobre cémo has- ta ese momento los investigadores habfan hecho de cuenta que el tiem- po del desarrollo se detenia con la mayoria de edad; por el contrario, subray6 que los cambios bioldgicos, psicolégicos y relacionales conti- nuan a lo largo de toda la vida. Bernice Neugarten\(1976), en numerosos estudios sobre los patrones del desarrollo adulto, ha afianzado la idea de que al trazar el curso del ciclo vital, debemos considerar el entrelazamiento del tiempo histérico y de! tiempo bioldégico, en el contexto de una tercera dimension que seria la del tiempo social. Seguin ella, toda sociedad tiene un sistema de expectativas sobre las con- ductas que corresponden a cada etapa de la vida, de forma tal que el individuo pasa desde el nacimiento hasta su muerte por un ciclo social- mente regulado, en una sucesi6n de status asociados a la edad y a una serie de derechos, deberes y obligaciones especific , el ingreso formal a la escuela, el matrimonio, la paternidad, Ia iniciacién laboral, etc., son puntuaciones en el ciclo de vida que implican cambios en el autoconcepto y en el sentido de la identidad, pues sefalan la asuncién de nuevos roles sociales y emocionales que requieren nuevas adaptacio- nes. Considera que ciertos eventos del ciclo vital seran quiz4 traumatico ocurren fuera del perfodo esperado, de la misme manera que los princi- pales estresores serfan aquellos eventos que alteran la secuencia y el ritmo de dicho ciclo, como son ta prematura muerte de uno de los pa dres durante la infancia de los hijos, la llegada tardfa o demasiado tem- prana de los hijos, la lenta realizacién profesional, etc. Aclara sin em- .bargo que la psicologia del ciclo de vida no es la psicologia de la cri: sino la de la sincronfa en el transcurrir del tiempo. 32 Tee lala tl Los primeros pasos hacia el estudio del ciclo de vida familiar fueron dados en la sociologfa por Reuben Hill y Evelyn Duvall, quienes pre- sentaron sus trabajos en mayo de 1948 en el Congreso Nacional sobre Vida Familiar en Estados Unidos. A pesar de que atin se concebia la familia como una suma de vidas individuales, estos autores destacaron su cardcter interdependiente, haciendo notar que si bien cada uno de los miembros tenia diferentes tareas segtin su etapa de desarrollo, el logro de dichas tareas dependia y a la vez contribuia al logro de las de los demas, dada la complementareidad de sus roles. En 1950, Duvall expuso en un taller sobre investigacién en familia y matrimonio, su propuesta sobre el ciclo de vida-familiar dividido en ocho etapas, con tareas especificas para cada una y ya bajo la considera- _cion de la familia como un todo con funciones evolutivas. Su obra «Marriage and Family Development» aparecié publicada en 1957 y atin se sigue considerando un texto basico-en esta area. Sus concepciones fueron al comienzo eclécticas e integrativas, conjugando conceptos de sociologia rural, desarrollo infantil y sociologia del trabajo, lo mismo que el estructural-funcionalismo y el interaccionismo simbélico como posiciones fundamentales de la sociologia de la época. En 1971, Hill propuso examinar el ciclo de vida familiar a la luz de la teoria general de sistemas y resumié en cuatro categorias las nociones mas relevantes para este andlisis: 1) la familia como un sistema social adaptativo, relativamente cerrado, que mantiene sus fronteras y busca el equilibrio; 2) los aspectos estructurales de jerarquia, normas y roles; 3) la orientacién hacia metas y la direccionalidad de la accién; 4) los con- ceptos relativos a secuencias ordenadas o-regularidades secuenciales, como etapas del desarrollo. Hiil reconocié ademas que el grado de interdependencia entre los miem- bros varia a través del ciciw vital, al igual que el grado de permeabilidad de los limites del sistema familiar hacia el exterior. A finaies de la década del cincuenta, los pioneros de Ia terapia familiar -Murray Bowen, Nathan Ackerman, Don Jackson, Virginia Satir, Carl Whitaker-, empezaron también a considerar a la fainilia como una uni- dad en evolucién y debieron interesarse por los aspectos «normativos» del ciclo de vida, porque tenfan que empezar a diferenciar los procesos de cambio en las familias disfuncionales de aquellas que no lo eran. Sin embargo, dicen Carter y McGoldrick (1980), que el ciclo de vida familiar como una estructura util para los clinicos, no comenzé6 a apare- ceren la literatura sino hasta la década del setenta, gracias a la confluen- cia de las tres tendencias descritas en los parrafos anteriores: el estudio psicoevolutivo del adulto; la conceptualizacién sociolégica de los pro- cesos del desarrollo familiar y la inquietud de los terapeutas de familia por conocer Ia incidencia del ciclo vital sobre sus intervenciones. No obstante, el ciclo vital era desde antes una premisa implicita de la evaluacién en fa iniciacién del- proceso de terapia familiar. Bowen, por ejemplo, lo consideraba al elaborar los genogramas de tres- generacio- nes; Satir, lo indagaba en su «Cronologia de la Vida Familiar» como parte central de la primera entrevista, y Nathan Epstein (1978), en la formulacién de su modelo sobre el funcionamiento familiar, afirmaba que la primera funci6n de la familia es apoyar el desarrollo de sus miem- bros. En 1973, Jay Haley publicé Terapia No Convencional, donde usé el ciclo de vida familiar para conceptualizar el trabajo clinico de Milton Erickson, introduciendo ademas la idea de que los sintomas individua- les representan un estancamiento en los puntos de transicién de dicho ciclo. En ese mismo afio M. Solomon escribié su articulo sobre la con- cepcién evolutiva como una premisa para la terapia familiar. Desde entonces, el concepto de ciclo vital de la familia y sus etapas han sido objeto de multiples investigaciones y son uno de los factores fun- damentales para el abordaje y comprensién de la dindmica de las fami- lias funcionales y disfuncionales, con base en modelos inspirados en su mayor parte en aportes del paradigma sistémico-cibernético de las cien- cias, cuyas pre! is Con 1especto a los procesos evolutivos de los siste- mas complejos se presentan a continuaciéi. Principios del desarrollo de los sistemas complejos 1. La dimensién temporal de tos sistemas A partir de ia metafora de Herdclito sobre la imposibilidad de baiiarnos dos veces en el mismo rio, diversos autores muestran cémo, por natura- leza, todo sistema vivo esta situado en el devenir y en el tiempo (Jantsch & Waddington, 1976; Morin, 1977; Luhmann, 1990, entre otros). 34 Porque el tiempo forma parte de la definicidn interna de toda organiza- cidn activa, y la actividad, como fendmeno inherente al cambio, s6lo ocurre en el tiempo. Ademas, el cambio es una de las condiciones nece- sarias para la supervivencia de los sistemas. Pero una vez entra en la organizaci6n activa, el tiempo se disocia en dos: el tiempo secuencial 0 cronolégico que atraviesa y recorre el el tiempo del bucle, que se vuelve a cerrar sobre si mismo; es decir, el tiempo forma doblemente parte de la definicién de la organizacién acti- va, puesto que es a la vez tiempo irreversible y tiempo circular (de Rosnay, 1975, pag. 212). Los conceptos de reversibilidad e irreversibilidad tienen sentido solo en relaci6n con los cambios, aceptando que algo reversible supone un cier- to grado de irreversibilidad y que la presencia de estas dos condiciones corresponde no solo a una abstraccién del contexto espacio-temporal, sino a un hecho del orden macroscépico de !a naturaleza, el cual se mueve en estos diferentes niveles de complejidad para garantizar el pro- ceso evolutivo. El tiempo irreversible es desintegrador, en cuanto implica cambiar y abandonar patrones; pero permaneciendo irreversible y desintegrador, se transforma en el tiempo del recomenzamiento, la regeneracién, la reorganizacion y la reintegracién, y permite apreciar el presente como diferente del pasado y del futuro. Este proceso de diferenciacién facilita la conexién de nuevas adquisiciones cvolutivas, a través de un proceso simultaneo de cambio y de constancia. La movilidad de los anteriores mecanismos se realiza gracias d dos dis- positivos con los que cuenta todo sistema: estructura y proceso. Como dice Luhmann (op. cit., p. 113), ambos se superponen, pues la estructuraci6n es un proceso y los procesos tienen estructuras; los dos se distinguen precisamente por su relacidn con el tiempo, aunque seria erréneo concebir las estructuras como atemporales y los procesos como temporzles, u oponerlos como estaticas las unas y dindmicos los otros. Las estructuras detienen el tiempo de manera reversible, ya que dejan abierto un repertorio restringido de alternativas de seleccion y de actua- cin del sistema. Los procesos, por el contrario, estan formados por acontecimientos irreversibles y concretos. En su relacién con el entorno, procesos y estructuras acttian como fil- tros selectivos para preservar la identidad del sistema y para regular su propia(autopoiesis) en el sentido de que el sistema tiene una relativa autonomia para utilizar la dimensién temporal como medio de adapta- cidn a las secuencias. Es decir, un sistema sera mas adaptativo si capaz de introducir cambios en sus patrones de relacién segtin las exi gencias externas e internas, como parte de una dindmica producida endogenamente, que lo obliga a aprender estructuras compatibles con ella. Porque un sistema estable, consta de elementos inestables, cam- biantes en el tiempo, y por lo tanto debe su estabili a sus elementos, en la medida en que es autopoiético. 2. Autopoiesis, autorregulacion y resiliencia Para Maturana (1980),la autopoiesis)es la capacidad de los sistemas vivientes para desarrollar y mantener su propia organizacién. Asi, la autopoiesis identifica procesos interactivos especificos entre los com- ponentes del sistema, los cuales producen a su vez el sustrato constituti- vo de sf mismos. De hecho, el término autopoies gnifica en griego, «algo que se hace a si Los sistemas autopoiéticos son auténomos, determinan sus propias ope- raciones, son autorregulados y si fallan en ello se desintegran y mueren. De esta forma, autonomia, autopoiesis y responsabilidad van juntas. Esta perspectiva evolutiva de los sistemas, es evidentemente contraria a aquella que pretende comprender el mundo de los hombres en términos del equilibrio perfecto, la predeterminacién, el control jerarquico, la permanencia y la predictibilidad estructurales. Implica el reconocimient9 de la imperfeccién, la inestabilidad, la incertidumbre, la diferenciacién y la ecodependencia como condiciones de los procesos y de las estruc- turas transitorias que surgen de las incesantes interacciones entre com- plejidades. La flexibilidad en la adaptacién y en la accidn es otro principic basico e inhereniic a la evulucidn, tanto a nivel de los componentes como del sistema total, sabiendu como ya se ha dicho, que la vida expresa su continuidad a través del cambio y de la progresiva complejizacién (Glandsdorff y Prigogine, 1971). 36 Esta capacidad de los sistemas para persistir a través del cambio es lo que varios autores han Ilamado/resiliencia, para referirse a la posibili- dad de absorber el cambio cualitativo y mantener la integridad estructu- ral a lo largo del proceso de desarrollo (Jantsch & Waddington, 1976; McCubbin, 1987). La estabilidad, por el contrario, es la capacidad para volver al estado de equilibrio después de una perturbacién transitoria. Esto significa que, detido al rico acople de los subsistemas, en sistemas humanos como la familia, es esperable que su vida se caracterice por un estado de ametaestabilidad», donde se asimilan las grandes fluctuaciones de sus componentes, sin estar forzados al régimen de la estabilidad, sino al de la alta resiliencia. 3. Epigénesis y desarrollo por etapas Dice Bateson (1979) quel epigénesis’es la palabra preferida por el em- bridlogo Waddington para referirse a que cada paso evolutivo es un acto de «llegar a ser», que debe ser construido sobre el statu quo inmediata- mente anterior. La esencia de la epigénesis es entonces la repeticién predecible, en tan- to que la del aprendizaje y la evolucién es el cambio como proceso que se alimenta del azar, Es decir, Ja epigénesis no sdlo no necesita de nueva informacién 0 cambio de plan, sino que en su mayor parte, debe prote- gerse de la inclusién de nueva informacion. Evolucién y aprendizaje son necesariamente divergentes e impredecibles, en tanto que la epigénesis debe ser convergente y predecible. En los procesos epigenéticos se requiere poca informacién, mientras que cn los procesos del desarrollo ia ausencia o la pérdida de informa- cidn llevan a graves distorsiones; no obstante, la epigénesis no puede empezar a actuar hasta tanto no aparezca un indicador que marque la diferencia con las etapas anteriores, condicién que explica la funcion del hito y det rito ca la evolucién de los sistemas humanos complejos. Los procesos evolutivos contienen en consecuencia dos tipos de compo- nentes o de fendmenos contrastantes, necesarios para lograr una accion adaptativa, porque la evolucién debe enfrentarse a movimientos en dos direcciones: hacia el interior, en relaci6n con las regularidades evoluti- vas 0 epigenéticas de lo viviente, y hacia el exterior, para afrontar las sorpresas y demandas del ambiente. Asi, contrastan el desarrollo interno, conservador y condi jonado a que cada nueva informacién sea compatible con las regularidades del statu quo anterior, y el mundo exterior, siempre cambiante. La formula inter- na insiste en la compatibilidad, pero nunca es suficiente para mantener el desarrolio ni la vida del organismo. El sistema individual sufre el cambio adaptativo bajo la presiér externa, de forma que !a obsolescencia y la patologia surgen por la ruptura o por el desequilibrio de la relacion dialéctica entre estos dos procesos. Dentro del campo de la psicologia, las refereni mas conocidas al principio epigenético las hacen E. Erikson, H. Wallon y J. Piaget, para sustentar sus propuestas sobre el desarrollo individual por etapas 0 esta- dios secuenciales y graduales, que representan una progresiva diferen- ciacién de las partes a través del tiempo; para los dos primeros, diferen- ciacién de las partes de la personalidad y para Piaget de los procesos intelectuales. Recogiendo el pensamiento de todos estos autores, se diria que el con- cepto de estadio permite el corte del desarrollo en periodos, diferen- ciando cualidades cuya aparici6n sucesiva da la impresion de continui- dad. Para describir el crecimiento de un sistema en términos de estadios se requiere: 1) Que la sucesién de conductas y procesos sea constante, indepen- dientemente de las aceleraciones 0 de fos retardos que aparecen como desviaciones al promedio, en funcidn de la experiencia ad- quirida, el medio social y las aptitudes individuales. Esto significa que la diferenciacién por etapas se debe establecer a partir de com- paraciones externas e€ internas; las primeras, relativas a la con- trastaciOn con otros sistemas de la propia cultura y de otras fordneas, y las segundas a la comparacién con el mismo sistema en el trans- curso del tiempo. 2) Que cada estadio sea definido, no por una simple propiedad domi- nante, sino por una estructura de conjunto que caracterice a todas las conductas nuevas propias de ese estadio. Esto implica que si bien es posible y necesario identificar multiples factores para abor- dar los sistemas complejos en cada una de sus etapas. ellos deben integrarse con base en algun principio que permita ver su totali- dad, en lugar de privilegiar uno sélo de tales factores, pues ello conduce a distorsionar la comprensi6n de los fenémenos tipicos de cada etapa. Es lo que ocurriria por ejemplo, si se pretendiera com- prender a la familia del adolescente nicamente a través del Ilama- do conflicto generacional. 3) Que estas estructuras presenten un proceso de integracién tal, que cada una sea preparada por la precedente e integrada en la siguiente. Lyman Wynne (1965) comenz6 a proponer la aplicacién del principio epigenético a los sistemas relacionales, redefiniéndolo al decir.que, «los intercambios y transacciones de cada fase del desarrollo se estructuran sobre los resultados de las transacciones anteriores. Esto significa que las influencias constitucionales y experienciales se recombinan en cada etapa, para crear nuevas posibilidades biolégicas y comportamentales, las cuales a su vez contribuyen a la determinacion de la siguiente fase. Si las transacciones de una etapa se omiten 0 se distorsionan, todas las fuses siguientes se verdn alteradas porque estaran basadas sobre un sustrato inadecuado. La hipotesis es que para la apropiada evolucién, es necesario que el ambiente familiar provea cierta clase de influencias en cada fase de la maduracién individual». Para hacer esta transferencia de lo individual a lo familiar, hay que re- cordar el concepto de niveles de organizacién de la ieoria general de sistemas, segiin el cual la naturaleza puede ser vista Como un continuo Jerarquicamente organizado, donde los sistemas mas complejos subor- dinan a los mas simples. Sin embargo, cada nivel requiere set conside- rado como un todo organizado, con propiedzdes y caracteristicas parti- culares que se alterar en el intercambio con los otros, pero que sen isreductibles a los niveles mas simples. Asi, los érganos son mas que un sencillo agregado de célulzs. las perscnas son mds que un simple agre- gado de 6rganos y la familia. es mas que un simple agregado de perso- nas. En esta jerarquia de organizaciones, cada nivel tiene cualidades distintivas y tinicas. Wynne advierte ciertas limitaciones para aplicar el concepto de epigenésis al ciclo de vida familiar, porque con frecuencia ocurren transiciones cuando los miembros de la familia no estén preparados para afrontarlas anivel psicoldgico ni relacional, de modo que no podria afirmarse siem- 39 pre, que cada etapa se consolida sobre la precedente en forma predecible. Por el contrario, la mayorfa de los cambios de la familia ocurren inexo- rablemente, sin contemplar la calidad de la relacién de los participantes, ya que algunos cambios relacionales son inherentes a ciertas modifica- ciones en la composici6n familiar, pero otros tienen iugar en forma in- esperada, prematura o demorada. Todo esto, teniendo en cuenta que en los procesos transaccionales la persona sufre también cambios internos durante el intercambio. Lo dicho hasta el momento conduce a detallar una serie de caracteris cas interdependientes, propias de la familia como sistema complejo, histérico y evolutivo, Caracteristicas de la familia como sistema evolutivo Conforme a los planteamientos de Morin en las dos primeras versiones del «Método» y de Jantsch y Waddington (op. cit.), las siguientes son | caracteristicas de todos los sistemas evolutives, aplicables por le tanto a la familia como tal. Se diria entonces que jas fasuilias: 1) Mantienen un alto grado de desequilibrio, tanto hacia dentro de ellas como en sus relaciones con el ambiente. 2) Su estructura y su funcionamiento se determinan mutuamente y son complementarios. 3) Son sistemas complejos, entendiendo que el grado de complejidad se define por el ntimero de interacciones entre los componentes de! sistema y entre él y su entorno. 4) Estan sujetas a regulaciones dindmicas entre sus componentes es- tables y gracias a las modificaciones que ellos sufren, las familias como unidad conservan la capacidad para lograr cambios cualita- tivos. 5) La evolucién implica una sucesién ordenada de transiciones y el principal mecanismo para impulsar tal proceso es la autocatilisis, entendida como la aceleracién de reacciones por la presencia de] una estructura que permanece en apariencia intacta. 40 La resiliencia o persistencia (metaestabilidad) ¢s alta en las situa- ciones de maximo desequilibrio, donde hay grandes fluctuaciones y baja estabilidad; por el contrario, la excesiva estabilidad implica baja resiliencia, y en consecuencia mayores riesgos para la super- vivencia como sistema «saludable». EI proceso evolutivo parece fomentar la flexibilidad y la comple- jizacién en todos los niveles; esto implica que la supervivencia a largo plazo se facilita por la adaptabilidad a corto plazo, dada la capacidad del sistema familiar para afrontar lo inesperado en el tiempo irreversible de la cotidianidad. En virtud de esa flexibilidad, la familia avanza por medio de la experimentacion evolutiva en los diversos niveles de un aprendiza- je abierto, probando direcciones y no lugares, hallando confirma- cién a posteriori a través del efecto y no a priori a través de la certeza y la prediccién. El resultado de la evolucién es un ajuste progresivo entre la fami- lia’y su ambiente fisico, social y cultural, con adaptaci6n de cada familia en particular a un nivel especifico del ambiente en una pri- mera fase, y con adaptacién del ambiente a la familia en una se- gunda fase. Este ajuste progresivo se caracteriza por un énfasis del proceso epigenético (desarrollo por etapas, construido sobre el statu quo inmediatamente anterior), a través del intercambio entre siste- mas, propio del aspecto lineal del desarrollo humano. rogeneidad, entendida como |: convivencia equilibrada de deman- das numerosas y a veces opuestas; ésta trae consigo la evolucién como parte de una creciente armonia entre la familia y su entorno, sabiendo ademas que cada sistema evoluciona a su riumo y en una forma asincrénica con su ambiente. La alta resiliencia, a través del alto nivel de fluctuacién, implica una capacidad inherente 19 s6!o para la persistencia del sistema familiar dentro de un determinado régimen, sino‘tambicn para la supervivencia a largo plazo a través de la transformabilidad; por- que un sistema saludable resiste y afronta con éxito también los cambios cualitati 12) Los procesos evolutivos implican una apertura hacia la auto- trascendencia, y por lo tanto imperfeccié:, coraje e incertidum- bre, en lugar de perfeccidn determinista, seguridad estatica y cer- teza racional. Esto significa que la familia, como los demas siste- mas humanos, no puede prever su devenir ni planearlo en forma légica, pues siempre estard sujeta al interjuego entre lo palpable, irreversible e inmediato, y lo inasible, aunque recurrente, del tiem- pe circular. Procesos psicoafectivos y etapas del ciclo vital de la familia Como lo sefialan Terkelsen (1980) y Olson (1983), los diferentes auto- res han acudido a diversos criterios para dividir por etapas el ciclo vital de la famili. 1) ny 3) 4) 5) 6) 42 Los cambios en el tamafo de la familia, debidos usualmente a ia Ilegada, la salida o la pérdida de miembros. Los cambios en la composicién por edad, basados en la edad cronolégica del hijo mayor, desde su nacimiento hasta su edad adul- ta, porque se le considera como el primer catalizador de exigencias evolutivas para la familia. Los cambios en el status laboral del jefe de familia: ingreso 0 cam- bio de trabajo, jubilacién, retiro, etc. Los canubios en el contenido del rol y en las tareas de los miem- bros como individy:os, correspondientes al trdnsito de una estadio a otro: de nifio a adolescente, de adolescente a adulto, de adulto a anciano. La magnitud de la transicién, generalmente asociada con momen- tos equivales a hitos sociales, tales como el ingreso a la esctiela, la pubcrtad, la salidad el hogar, etc Los cambigs en la orientaci6n de las metas familiares, porque son diferentes los intereses, preocupaciones y objetivos de las familias en cada etapa. ee ——EE7E Cualquiera sea la categoria de cambio utilizada, el paso de una etapa a otra esta asociado a modificaciones en la satisfaccién de las necesidades de supervivencia y de crecimiento, las cuales, segtin Terkelsen (op. cit.) y Wynne (1986), se relacionan a su vez con la evolucién de la necesidad de apego emocional de los miembros, ai servicio de la cual estarfa la estructura familiar. La estructura de una familia en un momento dado de su historia, repre- senta la combinacién y la interaccién de las necesidades primarias de sus miembros en ese periodo, sujetas a la simultaneidad y la reciproci- dad con que se presenten. De ellas depende la posibilidad de que se satisfagan o se interfieran tales necesidades, segtin patrones particulares de interaccién que pueden persistir o evolucionar de acuerdo con el gra- do de flexibilidad de cada familia. Al integrarse nuevos miembros a la estructura familiar, se da un proceso en tres fases: una de insercién, durante la cual el nuevo miembro des- pliega conductas que dejan ver sus necesidades, las cuales son reconoci- das y validadas por los demas, en interacciones que permiten la activa- cidn de su satisfaccidn; la segunda, de desestabilizacidn, dado que por la inclusién de estos nuevos patrones se producen alteraciones en los preexistentes, lo cual implica una transitoria inestabilidad, y la tercera, de resolucion, en la cual la familia incorpora gradualmente el nuevo patron, utilizando ademas un mecanismo de suspensién de viejos meca- nismos que se van haciendo obsoletos con el paso del tiempo. Pero para que se logre ese proceso de reajuste en la estructura familiar, es necesario que se den tres condiciones: un adecuado acoplamiento para la satisfaccidn de la necesidad de avego de todos los miembros; maxima reciprocidad en el intercambio afectivo, y activacién del valor de supervivencia, en el sentido de que los mecanisinos de autorregulacién de la familia como sistema no permitiran que se estabilice un patron que constituya una amenaza para su existencia. Estos ajustes tienden a ocu- trir muy rapido, para que la familia esté preparada para cambios subsecuentes y para minimizar el riesgo de percibir el desarrollo como un proceso destructivo, pues como se sabe. perturbaciones estructurales persistentes son francamente peligrosas. Como sucede con otras formas de cambio. se dirfa que también hay dos tipos de desarrollo: el de primer orden, que implica incremento en las habilidades y en la adaptacion (una necesidad de hacer algo nuevo), 43 pero se mantienen la estructura familiar existente, asi como el status y el autoconcepto de los miembros, aunque se aumente su autoestima (cuando el nifio aprende a vestirse solo, por ejemplo). El desarrollo de segundo orden, implica transformaciones en el status de los miembros y en el ‘significado de las interacciones (una necesidad de ser algo nuevo), de modo que se ajustan las lealtades, los afectos, los roles, y por lo tanto la estructura familiar. Un desarrollo de primer orden requiere adiciones 0 sustracciones de la estructura, pero se mantiene la realidad consensual de la familia; uno de segundo orden, evoca una revision de !a realidad consensual, con las consecuentes reelaboraciones en la estructura. Los cambios de segundo orden son infrecuentes y generan la sensacién de inestabilidad, en tanto que los de primer orden pueden ser frecuentes pero permiten mantener la sensacién de constante fluir; asi mismo, abren el camino a los de segundo orden, cuya obstaculizacién puede desenca- denar la aparicion de sintomas. Los desarrollos de segundo orden movilizan transformaciones periddi- cas y sincr6nicas en la estructura y en la cosmovisi6n familiar, confor- mando la superestructura del ciclo de vida, compuesto entonces por una serie de €pocas, cada una de ias cuales incluye un perfodo de «r o de relativa estabilidad, y uno de «transicién» o de impredictibilidad estructural. Cada época Ileva el nombre del principal cambio de segundo orden que se evoca en ella, aunque en general se diferencian dos tipos de eventos que inician las transformaciones: los eventos normativos, que ocurren en la gran mayoria de las familias en relaci6n directa con las funciones de crianza y procreacién, como son el matrimonio, el uacimiento del primer hijo, la entrada de este hijo a la escuela, la adolescencia, la edad adulta, el nacimiento del primer nieto, ia jubilacién, la vejez y la muer- te; los eventos-no-normativos, que pueden ocurrir con frecuencia, pero no universalmente y que modifican el momento normativo de la unidad familiar; estan mediados por conflictos, enfermedad, circunstancias ex- trinsecas, 0 combinaciones de todas ellas, como separacién conyugal, aborto, enfermedad cronica, cambios en el status socioeconémico, ca- tastrofes naturales, etc. Los eventos se asocian con dos tipos de efectos sobre el funcionamiento familiar: unos transversales 0 efectos de la interaccién evolutiva y otros longitudinales 0 efectos de la transmisin multigeneracional. Los trans- versales implican que el desarrollo de cada miembro se moldea y a la 44 yez es moldeado por las particularidades del desarrollo de los demas, pues el crecimiento de uno de los miembros es un estimulo presente para el de-los demas, mas alla de una mera influencia conductual, ya que reviste una invitaci6n a que surjan cambios en la estructura familiar. Los efectos longitudinales implican que la historia multigeneracional esta construfda por una interminable cadena de influencias, que vincula la experiencia evolutiva de cada generacion con la de sus ancestros in- mediatos y lejanos. Carter y McGoldrick (1980) y Olson (1983) sugieren una serie de pro- cesos emocionales y de cambios de segundo orden, propios de las gran- des etapas del ciclo de vida familiar, los cuales se sintetizan en la Tabla No. 1. Superposicién del ciclo de vida individual y familiar Combrinck-Graham (1985) sugiere que como el ciclo de vida familiar no es lineal, hay una superposicién de las tareas evolutivas de cada generacion. Por ejemplo la Hamada por E. Erickson etapa de «rege- neratividad» de los adultos es a su vez el momento mds apropiado para concepcién y la crianza de los hijos pequefios. Asi mismo, la denomina- da por Levinson (1978) «crisis de los cuarenta», durante la cual hay una reconsideracién de la situacién laboral, marital y social de los padres, coincide en muchos casos con la adolescencia de los hijos. Podrfa pensarse que los eventos evolutivos de una generacién «causan» los de la otra; es decir, la generatividad de los aduitos causaria la gesta-- cién de hijos y la adolescencia de los hijos, la tormenta en la vida de los padres. No obstante, dentro de una visidén ecosistémica y circular, se plantea una relacidn de reciprccidad y de complementareidad entre las generacivines, donde los ciclos de vida de los individuos son los hilos con los que se teje el contexto familiar, el cual a su vez le da forma a los cambios del curso de la vida individual. Conforme van cambiando las necesidades individuales, el sistema fa- miliar oscila entre perfodos de gran cercania y de gran distanciamiento, movilizados segtin Combrinck-Graham por fuerzas centrifugas y cen- tripetas respectivamente. Algunas de estas fuerzas son movilizadas des- de dentro de la familia, como la lealtad, y otras desde el contexto exte- rior, como las posibilidades de desarrollo profesional. vontfod eysuey vv sinjour eed sasnfy softy 9 souped Autua o1npe-oy|npe UgIDP]92 e} ap O|]oseS>q “epeyp owod [RIC PWasts Jap UOIIEID0BAUAy soaquiaiu ap sep: »prugionidaay ac (sour 0 © 61 ap sodew of) se oy [ap Softy so] ap pues “sojange so| 9p ugioe -osiad epta v] ap & jeuseu epia e] ap anbojua-ay cw 1S Jap e1ony £ onudp s1Uddsojope Jap pepl]iAoW! by squad (sour 81 EEL ap soxew oft) saiuaasajopr uoo myiue ‘seyyqwsey pepnuapt e| ap owarWId9yeu04 “q “eywey uaIa)Ip ap seuaUT SeULLOU ap arsnfy omjdwe spw je1d0s £ sejoose seuss $0] Uo9 UgIde|24 v] ap UOLoepI}osUo-> sojange & sauped ap sajou so] s1njout raed Bsuarxa PIMUEY e] UOD sauOIDE]aN se] UA saIsniy ‘sayeiuased sajo4 so] ap ugiounsy. “sofiy so] v o19edsa suge wed jeiwew aisnfy ewarsis [ap onuap sosquiatus soxanu soj ap upioeidaoy “a8nAugo je sinpour eed sods so] £ BsUaIXa EI[IWEJ PC] UOD S2UOILIA Se] Ua saisniy “q. 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