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NuEVA HISTORIA GENERAL DE MEXICO pik VELASQUEZ Garcia « ENRIQUE Nata Pato ESCALANTE GONZALBO * BERNARDO GARCIA MARTINEZ Beeb Haussercer « Oscar Mazin Dorota TANCK DE ESTRADA * CARLOS MARICHAL ALFREDO AVILA + LUIS JAUREGUL ‘JOSE ANTONIO SERRANO ORTEGA « JOSEFINA ZORAIDA VAZQUEZ ANDRES LiRA « ANNE STAPLES + SANDRA KUNTZ FICKER ELISA SPECKMAN GUERRA « JAVIER GARCIADIEGO » Luis Asorres ENGRACIA Lovo + SOLEDAD Loaeza + ARIEL RODRIGUEZ KURL RENATO GONZALEZ MELLO + GRACIELA MARQUEZ © LORENZO MEER “Bblioteca Bartel Cosio Wega & ELCOLEGIO DE MEXICOA.C. EL COLEGIO DE MEXICO 972 N9644 ¢/-4 Nueva historia general de México / Erik Velasquez Garcia ... [et al]. ~ Ia. ed. - México, DF. : El Colegio de México, 2010 (tercera reimpresién, 2014), 818 p. 523 em, ISBN 978-607-462-179-2 1. México — Historia. I, Velésquez Garcia, Erik ppe-22 Cubiertas: murales de Diego Rivera en la escalinata del Palacio Nacional DR. © 2010 Banco de México, Fiduciario en el Fideicomiso relativo a los ‘Museos Diego Rivera y Frida Kahlo. Av. Cinco de Mayo No. 2, col Centro, Del. Cuauhtémoc, 06059 México, D. F. El Colegio de México agradece a la Fundacién Diego Rivera su valioso apoyo. Tercera reimpresién, 2014 Segunda reimpresién, 2013 Primera reimpresién, 2011 Primera edicién, 2010, ? ue D.R. © Et Coecio ne MExico, A.C. ‘Camino al Ajusco 20 Pedregal de Santa Teresa 10740 México, D.F. www.colmex.mx ISBN 978-607-462-179-2 Impreso en M ico InpICE Nota introductoria, 13 1Los habitantes mas antiguos del actual territorio mexicano Enix VetAsque7 Garcia El poblamiento de América, 17 La Frapa Litica (33000-5000 a.C.), 19 El Protoneolitico (5000-2500 a.C.), 29 El periodo Preclasico en Mesoamérica (2500 a.C.-200 d.C.), 31 Bibliografla, 65 EI Clasico en el México antiguo Enrique NALDAT Introduccion, 71 EI Clasico como periodo de florecimiento cultural, 74 El Clasico como proceso de concentracién de la poblacion y de colonizacion de territories nortenos, 79 El Clasico y los procesos de urbanizacion, 8¢ El Clasico como periodo de intensificacién del intercambio de bienes, 93 El Clisico como petiodo de aparicion de formas de organizacion mas complejas, 99 Colapsos del Clisico, 105 Reacomodo: la aparicién de nuevos centros de poblacién, nuevos dominios y recuperacion del nivel de complejidad social, 110 Lecturas sugeridas, 117 EL Posclasico en Mesoamérica apo ESCALANTE GONZALEO El Poselasico temprano (900-1168), 119 El Posclasico tardio (1168-1521), 135 Las sociedades del Posclisico, 154 Epilogo, 164 Lecturas sugeridas, 166 i woe 9 8 voice Los aitos de la conquista La disolucion de la monarquia hispanica BeRwaRDo Gakcla MARTINEZ y el proceso de independencia ee ‘ALFREDO AviLa y LUIS JAUREGUT Pueblos, conquistas y dominio indrecto, 172 La otima Nueva Espatia, 355, Sociedad conquistada y sociedad incrustada, 193 - Criss de legitimidad, 358 ‘Lecturas sugeridas, 215 "Nueva Espatia entre el constitucionalismo y a restauracién, 363, El camino insurgente, 371 Los aftos de la expansién 1a comonia novos en ger, 378 vate Sociedad y cultura, BeRWaRDO GaRcla Marine? eae ee Inwroduecién, 217 Lecturas suger, 394 Personajes nuevas y proyectos agotades, 219 ee ee El nuevo orden, 1821-1848 Maus sug 202 Jost Avonto Semao Orreca : yy JOSEFINA ZoRAIDA Vazquez ‘Nueva Espaha: los afios de autonomia Introduccion, 397 ‘Bern HAUsBERGER y OSCAR MAZIN Para hacerse un hugar en el mundo, 398 Del mperioa la Republica federal, 1821-1824, 401 ‘Una crisis desmentida, 263 La Repablica federal desde los estados, 1824-1828, 407 La monarquia espatiola a mediados del siglo xw, 264 La vida pbica en el escenario nacional, 409 las Indias Occidentale, 265 ‘Un muy Iento crecimiento: poblacin y economia, 411 Nueva Espana en el contexto de a monarquia, 267 ‘a crs dl ederalisdio, 416 La organizacton econémica de Nueva Espana, 272 ‘La cuestion de Texas, 421 La expansion al norte, 283 ‘Texas y Zacatecas, 1835, 423 Elorden socal de Nueva Espafa, 289 Los sistemas politicos centalisias, 1836-1843, 425 La cultura y las ames, 293 México ante elexpansionismo estadounidense, 431 Conclusions, 304 ‘Cultura mexicana, 1821-1850, 437 Lecturas sugeridss, 305, TLecturas sugeridas, 441 gReino o colonia? Nueva Espaia, 1750-1804 Del desastre a la reconstruccion republicana, 1848-1876 Doromiy TANCK DE ESTRADA y CARLOS MARICHAt “ANDRES Lita y ANNE STAPLES Lavisién erilla del reino, 307, 1949-1857, 443 La vision imperial del reino, 31] 1858-1867, 464 Las reformas fiscales en el México borbdnico, 321 1867-1670. 478 Carga fiscal, finanzas y guerras imperiales a fines de siglo xvi, 325 Lectura sugerias, 486 La economfa de Nueva Espata en la segunda mitad del siglo vit, 327 El gobierno y los pueblos de indios, 333, Los indios proponen cambios, 337 La educacion a fines del siglo xv1, 340 Lasociedad, 346 Leccuras sugeridas, 353, 468 avnrEsuina + anne srantes Plan de Tacubaya, Con otros representantes y dignidades disimulé para no agravar la situacion, Enfrento a quienes en el Congreso exigian la entrega inmediata del poder y logr6 ser elegido presidente constitucional y tener las facultades extraordinarias que exigian las condiciones criticas del gobierno, La reaccion seguia activa: bandas de guerrilleros recorrian el interior del pais y asolaban los caminos. En junio de 1861, las fuerzas de Marquez fusilaron a Melchor Ocampo, a Santos Degollado y a Leandro Valle. Habia que responder a los gastos mas urgentes, como el pago al ejército activo y a los empleados. En julio de 1861 el gobierno declaré una moratoria disponiendo que se quedaria con los ingresos de las aduanas destinados al pago de la deuda extranjera. Los representantes de Francia e Inglaterra pidie- ron sus pasaportes, dando por terminadas las relaciones diplomaticas. A fi- nes de octubre, Francia, Espatia ¢ Inglaterra celebraron Ia convencién de Londres, de la que results un plan de ocupacién para asegurar los derechos de sus ciudadanos residentes en México y el pago de las deudas contraidas por el gobierno de México. Las tropas enviadas para tal efecto llegaton a las costas mexicanas en diciembre: Espatia envio 6 000 hombres, Inglaterra slo 700 y Francia 7 000, que desembarcaron en Veracruz sin encontrar resisten- cia, El gobierno mexicano expidis la ley del 25 de enero de 1862, en la que se declaraba enemigos a los invasores y traidores a quienes secundaran sus acciones. Al mismo tiempo, el gobierno se dispuso a negociar y envié al se- cretario de Relaciones, Manuel Doblado, para tratar con la comisién tiparti- ta que presidia el general espariol Juan Prim, liberal, casado con una mexica- na sobrina del secretario de Hacienda, José Gonzilez Echeverria, y con intereses comerciales en México. En Espatia habia manifiesta simpatia por la intervencion politica para apoyar el establecitiento de uma monarquia con principe espariol, pero Prim se mantuvo firme contra la invasién. Lleg6 a un acuerdo con Doblado, por el cual se permitia a las tropas tasladarse de la costa a Orizaba y Cordoba para evitar los estragos del “vomito prieto” (fiebre amarilla), con el compromiso de que se retirarian en caso de no pactarse el anreglo del conflicto, Doblado convenci6 a los comisionados de la dispost- cion del gobierno para pagar la deuda una vez superadas las urgencias que hhabian levado a la moratoria. Inglaterra y Espana respetaron el acuerdo y retiraron sus tropas, no as{ Francia, que hizo Hegar refuerzos con animo de ‘ocupar el pats, pues el emperador Napoleén Il deseaba establecer en MExi- co una monarquia con un pritcipe catdlico, siguiendo planes que de tiempo atras venian fraguéndose aqui y alla, El emperador de los franceses se sentia llamado a salvar a la raza latina frente al expansionismo angloamericano y la ‘oportunidad se oftecia ahora que Estados Unidos entraba en una gran guerra DEL DESASTRE ALA RECONSTRLICCION REFUBLCANA, 164.1876 469 civil. En 1861, 13 estados surettos se confederaron para independizarse de la Unién, La lucha prometia ser protongada, lo que dejaba libre el camino a las fuerzas europeas para intervenir en el continente americano. Los mexicanos que animaban la intervencién monarquista aseguraban en Francia que las tropas francesas serian aclamadas como libertadoras de la nacion, Las cosas no resultarian tan faciles. En 1862, con el control del camino que unia la costa con el Altiplano, los franceses atacaron la ciudad de Puebla, de donde fueron obligados a retirarse el 5 de mayo por las tropas comanda- das por el general Ignacio Zaragoza. La derrota no implicé mayores pérdidas, pero si fue un serio contratiempo para el mejor ejército del mundo, que se vio obligado a esperar refuerzos. Al ano siguiente, cerca de 30 000 franceses y contingentes mexicanos avanzaron sobre Puebla, defendida por el general jestis Gonzalez Ortega, gobernador de Zacatecas y militar improvisado, como tantos otros de la guerza civil. La ciudad cay6 despues de dos meses de sitio, cl 17 de mayo de 1863, La derrota suftida por los franceses el afto anterior habia sido, en realidad, una retirada, y su poderoso ejército volvio imponien- do su superioridad en wn pais que quince aftos atrés habia mostrado debili- dad y anarquia, La situacidn eta distinta ahora: existia el espiritu nacional que, como antes se dijo, faltaba en 1847. Pero Io habia no solo del lado cons- titucional republicano, sino también entre quienes con el auxilio extranjero trataban de establecer una monarquia. Asf, en aquella intervencion que llevo al establecimiento del Segundo Imperio se prolongatia, agravandose, la gue- rra civil que consumia al pats desde 1858. EI Segundo Imperio, 1863-1867 Los franceses ocuparon los principales puertos del Golfo y del Pacifico. Jua- rez abandoned la capital a fines de mayo de 1863 y establecis el gobierno de la Repiiblica en San Luis Potost, desde donde llamo a organizar la guerrilla El comandante Forey y sus aliados mexicanos entraron el 10 de junio a la ciudad de Mexico y organizaron el gobierno provisional, La Asamblea de Notables, de 235 personas, votd por la monarquia moderada, hereditaria, con un principe catolico, y la ofrecié a Maximiliano de Habsburgo, archidu- que de Austria. Mientras, gobernaria la regencia formada por tres notables: el recién nombrado arzobispo de México, Antonio Pelagio Labastida y Davalos, quien se encontraba en Roma y cuyo lugar ocupé el obispo de Tulancingo, Juan Bautista Omachea, y los generales Juan Nepomuceno Almonte y Maria~ no Salas, 470 aoats una + avestaries Entte los partidaios de la monarquia habia gente de distintas posicio- hes: reaccionarios, santanistas convencidos de la necesidad de una dictadura military liberales moderados, para quienes la monarquta era una forma de realizar los principios de libertad, propiedad y seguridad. Esa diversdad sa. lio ala luz cuando Forey hizo saber que se respetarian los derechos de quie. nes habian adquirido bienes dle la Iglesia, lo que ratiic6 su sucesor en el mando, el mariscal Francisco Aquiles Bazaine. El arzobispo Labastida se puso, mientras que Almonte y Salas estuvieron de acuerdo. El desconcierto ta grande. Habla que esperar a que el soberano decidiera, Maximiiano, hermano del emperador Francisco Jose, nacio en 1832, Era un hombre ilustrado, partdario de los principios liberales. Casado con Ia hija del ey Leopoldo de Belgica, Carlota Amalia, vvia en el castillo de Mi- amar, dedicado a sus afanes cientficos y artstcos. Ali recibio ala comision ape fei ton y condo su seep lana de a acon mexicana manifesto en testimonios 1o que no fue difcil conseguir, 10 de abril de 1864, acepts. Este paso fue acordado con meee me EL DESASTREA 1A RECONSTRUCCION REPURLICANA, 16481875. 471 proceso de reorganizacién episcopal. Desde el siglo xvtt se sefalé la necesi- dad de dividir los obispados de Nueva Espafta pero no se hizo entonces. En 1855 se desprendio del obispado de Michoacan el de San Luis Potosf, en 1863 se cre6 el de Veracruz, y en 1864, con el apoyo de los obispos mexica- ‘nos exiliados en Roma, se hizo una division y se erigieron los arzobispados de Guadalajara y de Michoacan con nuevos obispados sufragéneos ‘Todo parecia favorable a la restauracion del orden tradicional y en di- ciembre de 1864 llego a la capital del nuevo Imperio el nuncio Pedro Fran- cisco Meglia, portador de una carta de Pio IX, en la que pedia Ia intolerancia de cultos y Ia restitucién de los bienes nacionalizados como condicién para la firma de un concordato. Por su parte, Maximiliano pretendia el patronato y exigia la proteccion del culto, cuyos gastos debian correr por cuenta del erario, afirmaba la libertad religiosa y el respeto a los derechos legalmente adquiridos sobre los bienes nacionalizados, considerando que las reclama- ciones debian ser revisadas por el Supremo Tribunal del Imperio. Esto pro- vyocé la renuincia de varios magistrados que se negaron a conocer de sos quien habia confiado el proyecto liberal de su gobierno. “No es con la liber- tad parlamentaria con la que se regenera un pais —contesté el emperador de los franceses a Maximiliano—. Lo que falta en México es una dictadura libe- ral, és decir, un poder fuerte que proclame los grandes principios de la civ zacion moderna, tales como la igualdad, la libertad civil y religiosa, la probi- asuntos y, finalmente, la salida det nuncio en mayo de 1865. Ese afto se dio a conocer la legislacion del Imperio, dictada por el empe- rador, sobre la base de un claro signo liberal. Se dividis el territorio en 50 departamentos, trazados por Manuel Orozco y Berra, siguiendo el proyecto esbozado por Lucas Alaman en 1852. En cuanto a las autoridades, serian i dad de la administracién, la equidad y la justicia", En esto muchos estaban de acuerdo, como se haria evidente una vez llegado Maximiliano al trono del Imperio mexicano. Maximniliano desembare6 en Veracruz el 29 de mayo de 1864, Tria el pro- yecto liberal de gobierno y obligaciones y deudas con las potencias europeas. En el Tatado de Miramar, Napoleon Ill prometia apoyarle con 25,000 solda- dos y 8 000 hombres de Ia Legion Extranjera y a otorgarle un préstamo de 184 millones de pesos, de los cuales Maximiliano solo recibiria ocho. Fl resto se dedicaria al gasto de las tropas Francesas y alas que se recutaran en el pals, y al pago de la deuda extranjera, En la inglesa, que era la mas considerable, se incluia la generada por el préstamo de Jecker a Miramén, En los acuerdos se- cretos, Napoleon Ill se comprometié a mantener 20.000 hombres en México hasta 1867, tiempo més que suficiente para la afirmacion del Imperio. ‘Antes de viajar, Maximiliano y Carlota vistaron a Pio IX, de quien rect- bieron la bendicion. El papa no ignoraba las inlinaciones liberales del prin- cipe, pero confiaba en que darta satsfaccion a las demandas del clero mexi- cano, reintegrindole los bienes nacionalizados y protegiendo el catoicismo como culto de Estado. En esa época la Iglesia mexicana se encontraba en un nombradas por el emperador. Sélo en los ayuntamientos municipales habia elecciones para renovar la mitad de sus miembros cada afto. En los otros am- bitos no habia organos representativos, pero se crearon cuerpos consultivos ‘que permitian el acercamiento a la sociedad y el conocimiento de sus proble- mas. Se establecié la Junta Protectora de las Clases Menesterosas, presidida por el jurisconsulto nahuatlato Faustino Galicia Chimalpopoca, para oft que- jas y elaborar dictamenes. La mayoria de los casos atendidos correspondie- ron a pueblos afectados por la desamortizacién y el despojo de sus tierras. La visita a los pueblos de indios, encabezada por el mismo Galicia Chimalpopo- a, buscaba resolver las injusticias. Se dictaron leyes sobre la reparacion de danos causados por los ganados en los sembradios de los pueblos; sobre el arreglo de conllictos por tierras; sobre la restitucion y respeto del fundo le- gal, y sobre los espacios de uso publico y recursos comunales. Por una ley de 1866, el reparto de tierras otorgaba la propiedad a los vecinos de los pue- bilos, tratando de armonizar el interés de las comunidades y la propiedad in- dividual. Esas disposiciones fueron publicadas en espafol y en nabuatl Esta fue una novedosa politica social para los indigenas, que no se habia dado en los regimenes republicanos. Por lo que hace a ordenamientos gene- 472 avots una ane stares rales, cabe mencionar la restauracion de la Ley para el Arreglo de lo Comten- cioso Administrative de 1853; del Codigo de Comercio de 1854; la promul- gacidn de la Ley sobre Instruccién Pablica, que recogia el plan comprensivo de 1854 al lado de disposiciones sobre museos, acaclemias y fomento de la cultura y la educacin mas allt de Tas escuela Esluerzo interesante fue el de la promulgacién de los primeros articulos del Codigo Civil con innovaciones como los derechos de la mujer sobre la patria potestad y el reconocimiento y legitimacion de los hijos habidos fuera de matrimonio, puntos en los que se advierte la contimuidad del proyecto li- eral, Otro emperio fue el de las comunicaciones, particularmente la cons- truccisn del ferrocarril México-Veracruz, obra iniciada por gobiernos anterio- res ¢ impulsada por el del Imperio hasta completar las dos terceras partes. Altiempo que se expresaba en la legislacion el proyecto de aquel imperio, ccuyo lema era “Equidad en la justicia’, se definia su futuro en el apoyo militar de Francia. Confiando en los deseos de la sociedad que buscaba la paz polit a, Maximiliano procuré evitarrivalidades entre militares ambiciosos y prota- onicos, Miramén fue enviado a Prusia y Marquez a Tarquia y Tierra Santa para cumplir comisiones que eran, en realidad, destierro, y para dejar el man- do al mariscal Bazaine. 30 000 franceses y 20000 mexicanos al servicio del Imperio fueron ocupando el territorio gracias a la superioridad de aquel ejér- cito profesional y bien provisto, auxiliado por cuerpos especializadas en el combate a la guettilla, como el que mandaba el corone] Charles Dupin, Ante el avance del enemigo, la Reptblica perdié los nueve estados que a principios de 1864 habian declarado su lealtad (Guerrero, Nuevo Leén- Coahuila, Tamaulipas, Chihuahua, Sinaloa, Sonora, Colima, Tabasco y Chia- pas), quedando reducida a los espacios que ocupaba en el norte y dependien- do de la buena voluntad de gobernadores, celosos de su autonomia y recursos. Juarez abandoné San Luis Potosi, llevando consigo el archivo nacional, para establecer el gobierno en Monterrey, pero se encontré con la mala disposicion de Santiago Vidaurri, cacique y gobernador de Nuevo Leén-Coahuila, Reac- cioné el Presidente sepatando Coahuila de Nuevo Leon, a mediados de agos- to, y disponiendo que los ingresos aduanales pasaran a la hacienda de la Re- publica. Vidaurti salié al extranjero de donde volveria para unirse al Imperio, con el que vio su fin en 1867, Mientras tanto, la suerte del gobierno republic cano se tba haciendo mas dificil. Las tropas comandadas por Jestis Gonzalez Ortega fueron derrotadas en Majoma; Juarez salio de Monterrey y estableci6 el gobierno en Chihuahua, donde fue bien recibido por el gobernador Luis Terrazas y donde permnanecis cerca de un afio, cuando tuvo que salir para refugiarse en la villa fronteriza de Paso del Norte, Se dijo entonces que Juarez DEL DESASTRE ALA RECONSTRUCCION REPUMLICANA, 18881876. 473 habia abandonado el territorio nacional y que, faltando el gobierno republi- cano, los cuerpos que luchaban en su nombre debfan ser tratadas como gavi- Ilas de bandidos y sus miembros como reos sometidos al fuero militar y, de encontrarseles culpables, debia apticarseles la pena de muerte. Tal fue el de- creto expedido por el Imperio el 3 de octubre de 1865, contraparte del que expidiera el gobierno de Juarez el 25 de enero de 1862, Con Ia rendicion de las fuerzas confederadas del sur, en abril de 1865 terminé la guerra civil de Estados Unidos. El gobierno de la Union quedaba en posibilidad de enfrentar la intervencion de Francia en América. La deci- sién la hizo publica el presidente Andrew Johnson en su informe inaugural al Congreso en diciembre, al declarar el retorno a la doctrina Monroe; el se- cretario de Estado William H. Seward presion6 para lograr el retiro de las tropas que ocupaban México y el ministro francés, tratando de sacar ventaja de lo que no admitia contradiccién, indics que su ejército saldria el otono de 1866 si Estados Unidos reconocia al Imperio, Peto Francia no estaba en po- sibilidad de imponer condiciones y menos lo estuvo después de la derrota ‘que sufrieron los austriacos en Sadowa, a manos de los prusianos en julio de ese afto, El cambio en el equilibrio de fuerzas dejaba a Francia frente a un ‘enemigo poderoso, por lo que decidi6 retirar sus tropas de México entre no- viembre de 1866 y febrero de 1867. Si bien el segundo semestre de 1865 parecia favorable al gobierno de la Repatlica en lo relativo al acomodo de fuerzas en el exterior, la situacion in- terna era muy dificil. El gobierno de Estados Unidos no autorizé la venta de armas y las que se consiguieron hubo que adquirirlas clandestinamente y a tunalto precio. El partido liberal daba muestras de agotamiento y de rivalida- des internas, Después de la derrota de Majoma, la relacién entre Gonzalez (Ortega y Juarez se deterioro; siendo aquel presidente de la Suprema Corte de Justicia y vicepresidente de la Reptblica, reclams el cargo de presidente al acercarse diciembre en 1864. Se le hizo ver que el periodo de Juarez se habia prorrogado dada la situacion de guerra y salio del pats para radicar en Nueva Orleans, alegando que procuraba recursos para continuar la lucha, EL 8 de noviembre de 1865, previendo un reclamo semejante al del ato anterior, Juarez expidi¢ un decreto en el que declaraba que sti mandato se prolongaria hhasta que se normalizara la situacién y fuera posible realizar elecciones. Gon- zalez Ortega intent6 regresar al pafs para reclamar la presidencia pero fue detenido en Brownsville. Juarez le senal6 como desertor, pues habia abando- nado el pais, sin previa licencia, teniendo el mando de las fuerzas armadas. Esta decision de Juirez dividio al partido liberal, Lo justficaron y quedaron. de su lado personajes clave en la defensa militar; se alejaron de él civiles que ATA ANDRES LRA + ane STABLES le habian seguido lealmente durante décadas, Lo cierto es que Juarez obré politicamente en una situacion de emergencia nacional. La salida de las tropas francesas se amumci6 en enero de 1866. En junio, Juarez establecié el gobierno de la Republica en Chihuahua y en diciembre ya estaba en Durango. El fin del Imperio era inevitable. En vano la empera- triz Carlota habia viajado a Francia para reclamar a Napoleén I el cumpli- miento de la promesa de apoyo militar. Visite a Pio IX cuando ya habia per- dido la razon y asi, retirada en Europa, sobrevivirfa a Maximiliano sesenta afios (murié en 1927). Vanos fueron tambien los proyectos de ayuda al des- valido emperador. Estados Unidos estaba dispuesto a impedir cualquier in- tervencion de las potencias europeas en América y, por lo demas, aquellas potencias tentan bastante en qué ocuparse ante el reacomodo de fuerzas al que llevaba la unificacién del Imperio aleman. En octubre de 1866 Maximiliano viajé a Orizaba, acompanado de ssu Consejo de Ministros. Querfa ver la matcha de los trabajos del ferrocarril Mexico-Veracruz y considerar la posibilidad de abdicar y regresar a Europa, dejando un gobierno provisional que, como otros, debfa convocar a un con- sg¥eso para reconstituir la nacién. Razones personales y el parecer del Conse- Jo reunido el 8 de noviembre (ocho votos contra 10), le obligaron a perma- necer en el pais y a defender el Imperio con su ejército mexicano. Miramén y ‘Marquez, ya de regreso, fueron los principales jefes de las fuerzas que en di- ciembre de aquel ao mantenian cuatro plazas fuertes: Veracruz, Puebla, Querétaro y Morelia, La primera y la ultima las perdieton en febrero de 1867, cuando Maximiliano se atrinchero en Queretaro para defender un territorio ‘que se limitaba solo a las ciudades de Puebla y México. Puebla cayé en poder de las tropas de Porfirio Diaz el 2 de abril; Querétaro, despues de tres meses de sitio por las tropas que comandaba Mariano Escobedo, cayé el 15 de mayo, y México el 21 de junio, dos dias despues de la ejecucion de Maximi- liano, Miramon y Mejfa en el Certo de las Campanas. Los tres fueron juzga- dos conforme a ia ley del 25 de enero de 1862. Esa ley era una espada de Damocles que se levantaba sobre los habitan- tes del pais que vivieron los artos de la guerra en los territorios ocupados por el enemigo, sin ofrecer resistencia, particularmente sobre los funcionarios que habian recibido nombramientos o que simplemente continuaron desem- Pefios que ya ejercian, bajo la autoridad del Imperio. Llegaba la hora de los Jnicios y de la dificil reconciliacion después de aquella guerra civil que se prolongs bajo la sombra y con el auxilio de la intervencion militar extranje- ra. De ella habfa salido un partido liberal triunfante y legitimado como na- ional, pues habia dado la batalla y cerrotado a la reaccion extranjerizante. DEL DESASTRE ALA ECONSTRLCCION REPUBLICANA,1048.1676 | 475 La vida cultural Ganar la guerra de Reforma significé, para los vencedores, la necesidad de evitar, por siempre, una mentalidad que propiciara el apego a principios de intolerancia e imposicién de politicas favorables a la Iglesia. Para lograrlo, habia que cambiar el sistema educativo. Si no se podia reeducar a la pobla- ign adulta, quedaba el remedio de instruir a los niios en tn sano escepticis- ‘mo respecto a la religion. Ignacio Ram{rez Ilev6 la delantera en este esfuerzo. ‘Como el primer ateo oficial mexicano (habia declarado su incredulidad en su discurso de ingreso a la Academia de Letrén en 1836), no le fue dificil decretar en el Distrito Federal y en los terrtorios, siendo ministro de Justicia Instruccién Pablica, que las clases de religion fueran ahora de moral, ast a secas, y de urbanidad. Al mismo tiempo se impuso el uso del sistema métri- co decimal (dejando atrés, oficialmente pero no en la prictica, cuattillos, arrobas, leguas, varas, etc.) y el catecismo politico de Nicolas Pizarro. Con esto, el proceso de secularizacién daba otro paso hacia adelante. Tambien se intent6 llevar a la practica las Leyes de Reforma ya mencionadas, mas otras ‘como la prohibicién de las procesiones y el uso de las vestimentas religiosas en la calle. Pronto llegarian los decretos de exclaustracion de frailes y mon- jas, la destruccidn de edificios eclesiasticos y de fondos culturales irreempla- zables. Pieza notable de estos afios fue el Plan de Estudios de diciembre de 1854, en el que se dispuso el orden, la atencién y los medios de un sistema que abarcaba desde la educacién primaria hasta la que debia impartirse en. escuelas superiores, y Io relativo al ejercicio de las profesiones, pasando por los estudios secundarios y los prepatatorios, todos ubicados en el Distrito Federal. En escala menor, se retomnaba la estructura académica estipulada en 1843 durante los afios del centralismo para toda la Repiblica, Los acontecimientos de la década propiciaron la publicacion de obras, ‘que reflejaban las angustias politicas y tambien los gustos romanticos. A pe- sar de las facciones en guerra, ent 1858 sali6 a la luz el Atlas geografico, estadis- tico ¢hist6rico de Antonio Garcia Cuibas, seguido poco después por el primer tomo de los Documentos para la historia de Mexico de Joaquin Garcia Ieazbal- eta, Circularon impresos los poemas de Manuel Carpio y el libro de Manuel Ramirez Aparicio, Los conventos suprimidos en México, que se referia a uno de Jos momentos que més repercutié en la imaginacién popular. Ademas de las novelas costumbristas que aparecian pata deleite del publico lector y del au- ditorio que escuchaba la lectura en vor alta, siguié en aumento el namero de periédicos, tanto del centro como de algunas ciudades de provincia, Los afios setenta verian publicadas las obras historicas de Niceto de Zamacois. | 1 | i i | 476. axnésuina + anne sarues Estuvieron en el poder, durante esta década, hombres que hicieron caso comiso de las piadosas ensefianzas de su juventud, Era una generacién que todavia habia nacido bajo el antiguo articulo tercero de la Constitucin de 1824, que declaraba como religion oficial el catolicismo, mismo que el Esta- do protegeria con leyes justas y sabias. En lugar de esto, para 1860, se sepa- raron los asuntos de Estado e Iglesia y se le quitaron a ésta, por lo menos en el papel, los privilegios legales de que habia disfrutado. Los actores de esta generacion, abogados y militares sobre todo, se aferraban a una vision nos- talgica del pasado o se apasionaban por una visién utopica del futuro. Nin- guno fue capaz, con la posible excepcion de Juarez, de navegar entre los dos y lograr un progreso material que redundara en mejores condiciones de vida y de trabajo para la gran mayoria de la poblacién. Las continuas revuelias, los ataques de gavillas y la intervencién francesa significaron una década de guerra, inseguridad, robos, asesinatos, destruccion de la infraestructura del pais y obstaculos pata estudiar con calma, construir caminos y fabricas, sem- brar, transportar mercancias, elevar la produccién minera y llevar a cabo las actividades econémicas que dieran de comer a la poblacién y fueran un sos- ten viable para el gobierno, Maximiliano hizo posible, gracias ala fotograffa, vender la imagen de un gobemnante que necesitaba ganar la voluntad popular. El emperador también. recurri6a la pintura, alas litografias y a la prensa periodica para dar a cono- cer su imagen, como ninguno lo habia hecho anteriormente en México. Los habitantes de las ciudades, sobre todo la de México, siguieron la tradicion de levantar arcos de triunfo para el paso de los emperadores, que fueron disefia- dos por los artistas o arquitectos del momento. Durante el Imperio se funds una Comision Cientifca, Literaria y Artistica, con uma seccion dedicada a las bellas artes. Esta Comision publicé, posteriormente, trabajos de importancia pata la investigacion cientifica. Maximiliano promovis el mejoramiento de la infraestructura de la ciudad, el empedrado de las calles, el alumbrado de gas, los relojes eléctricos, la reparacion de canerias y acequias, y la construccién de metcados y mataderos. El retrato alcanzé un gran desarrollo en la ciudad de Mexico y también. en provincia. En Veracruz el pintor José Justo Montiel y otto andnimo, en Xalapa, legaron retratos de la burguesfa local que forman parte, actualmente, del tesoro artistico del estado. En Puebla trabajo Agustin Arrieta, pintando escenas costumbristas, bodegones y retratos, Perteneciente a la “Escuela de Guadalajara”, José Marfa Estrada hizo una enorme cantidad de retratos, ba tante sombrios, con algunos datos del personaje retratado en el cuadro mis mo, al estilo virreinal. El guanajuatense Juan Nepomuceno Herrera pintaba DEL DECASTRE ALA RECONSTRUCCION REPUBLICANA, 16481876. 477 retratos romanticos, con mas escuela que los de Estrada. Y un pintor que gus- ta mucho hoy dia, de una ingenuidad encantadora, fue Hermenegildo Bustos, “un hombre renacentista en pleno siglo xix"; él logro democratizar el retrato, ya que lo sacé de los grandes salones y To instal en la humilde sala del pe- queno comerciante. La gente le encargaba a Bustos algan retrato para adornar su casa, sin invertit mas que si hubiera sido una fotografia. Son representa- ciones de gran realismo, hechas de materiales economicos, que incluyen gran cantidad de retratos tanto de nifios vivos como de muertos. Otros medios pata expresar el arte se fueron desarrollando durante la segunda mitad del siglo. La litografia, en manos de extranjeros y después de ‘mexicanas, se perfeccion6 después de su introduecion en los aos de 1820. Se agrego al arsenal reproductor de imagenes el daguertotipo, antecesor de la fotografia. Se supone que una de las primeras cémaras fotograficas a trajo Frances Calderén de la Barca, en 1839, cuando llegé acompaiando a su ma- rido, el primer ministro plenipotenciario de Espana en Mexico. El teatro siguié siendo una pasion de los mexicanos citadinos, sobre todo los de la capital. El Teatto Nacional tenia su propio pintor de escenografias y perspectivas, el francés Eduardo Riviere. Tanto él como sus compatriotas y otros pintores europeos que trabajaban en México en esa época solian expo- ner en la Academia de San Carlos cuadros de escenas nacionales y los soco- rridos temas religiosos y tradicionales, Eduardo Pingret, Pelegrin Clave y Juan Cordero fueton nombres que sonaban en el universo de las exposicio- nes artistcas La actividad economica El comportamiento de la economia fue muy disparejo. Después de una lenta recuperacion, que en 1856 permitié a las compafias mineras producir casi tanto como en el afio culminante de 1810 (26 millones de pesos frente a los 27 millones al comenzar la guerra de Independencia), la mineria sulrio un. estancamiento que se prolongé durante dos décadas, debido a la inestabili- dad politica. El mayor grado de bienestar que se habfa logrado en los aftos de 1850 también se perdi6, al bajar el rs per cApita a los niveles de princi- pios de siglo. La agricultura, sobre todo la de subsistencia, signio casi el mis- mo ciclo, asi como el valor de las propiedades rurales, que estuvo a la baja entre 1860 y 1875. Sin embargo, se cosecho lo suficiente para que el pais no sufriera hambrunas de la magnitud de las virreinales. La escasa produccion de bienes como la cafia confirma la recesion en algunos sectores entre 1851 478 avones ea wwe stares y 1875, Reflejo del mismo fenomeno es el hecho de haber reducido el niime- ro de ingenios azucareros de 46 en 1851 a 26 en 1870. Y sin embargo, una regiGn del pats, Yucatan, vivié el incipiente crecimiento de su industria hene- quenera, lo que beneficis a grandes propietarios, al tiempo que agrave la si- tuacion de las comunidades indigenas, golpeadas por la guerra de castas, La industria textil crecié poco durante la recesién, despues de avances irregula- res a partir de la década de los cuatenta, El problema de la deuda publica externa no tuvo solucién. Los gobier- nos de Gran Bretafa, Francia y Espafa insistieron en afejas reclamaciones y en 1867, al asumir nuevamente la presidencia Benito Juarez, se rompieton las relaciones diplomaticas con los tres paises y se volvid a suspender el pago de la deuda, No se alcanzaria a resolver este espinoso asunto hasta los go- biernos de Diaz y de Manuel Gonzélez Sin embargo, hubo logros. El Ministerio de Fomento, durante el reinado de Maximiliano, procuré reparar los datios producidos por la guerra. Nueva- mente se intentaron componer caminos y puentes, dedicandoles 60% del Dresupuesto, 0 sea 1 200 000 pesos. Si no se ejercié esta cantidad, por no tener las recaudaciones proyectadas, por lo menos se construyé el ferrocarril hhasta Orizaba y el de la Villa de Guadalupe. Se program6 continuar el tendi- do de lineas telegraficas y vias de ferrocartile introducir el agua potable a las. ciudades, pero no fue posible debido al continuo estado de guerra durante los tres artos del Segundo Imperio. 1867-1876 Lapoblacion crecié ininterrumpidamente a partir de esta década. De 8 800 000 hrabitantes, lego a los 9 400 000 en 1880 y rebasé los 12 millones a fines del siglo xx. Para entonces se habia logtado restablecer el orden interior y nor- tmalizar las relaciones exteriotes del pats. La década que ahora nos ocupa fue el tramo mas dificil en ese camino. Constitucion y gobernabilidad: hacia el liberalismo conservador El presidente Juarez entr6 a la ciudad de México el 15 de julio de 1867. A mediados de agosto convoc6 a elecciones para renovar los supremos poderes de la Union, dando por terminada la itregularidad de los tiempos de guerra. DEL DESASTRE ALA RECONSTHUCCION REFUBLICANA, 168.1876. 479 En la convocatoria llamaba a la reconciliacion, levantaba sanciones previstas en la ley para quienes habian desempefiado cargos ordinarios al servicio del Imperio, no asi a los altos funcionarios. También restableci6 los derechos ciudadanos para los miembros del clero, quienes podian votar y ser votados ‘como diputados pero no desempenar cargos como funcionarios. Consciente de las limitaciones que imponia la Constitucién de 1857 al gobierno, Juarez convocs a los ciudadanos para que en el mismo acto de la eleccién manifestaran su aceptacién 0 rechazo a la reforma de esa-carta sin pasar por las legislaturas estatales, como exigia el articulo 127 de la misma. Las propuestas eran: 1) el Legislativo federal integrado por dos camaras (el restablecimiento de! Senado); 2) el veto presidencial; 3) que las relaciones enute el Ejecutivo y el Legislativo fueran por escrito y no verbales y sin obli- gacion de comparecencia; 4) restricciones a la Comision Permanente del ‘Congreso para convocar a sesiones extraordinarias, y 5) sobre el modo de prever la sustitucion del presidente, en caso de su falta y de ausencia del pre- sidente de la Suprema Cone de Justicia, Eran medidas planteadas desde tiempo atras como inaplazables y que, en ese momento de competencia elec- toral, provocaron el rechazo y se usaton como bandera de lucha por parte del rival de Juarez, el general Porfirio Diaz, quien perdi la eleccién. Juarez fue elegido para el periodo 1867-1871 por amplio margen, pero twvo que valerse de facultades extraordinarias para atender los brotes proimperialistas surgidos en Yucatan y la inseguridad de los caminos asolados por gavillas de bandoleros. Se postergaba ast la plena vigencia de la Constitucion, En el campo legal hubo avances significativos. En diciembre de 1870 se promulg6 el Codigo Civil y un ano después el Codigo Penal para el Distrito y “Territorios Federales, en los que se inspiraron los de los estados. Fue un paso notable en la modernizacién institucional, cuyos frutos se verlan posterior- mente, en tiempos de paz, bajo el gobierno de Porfirio Diaz, cuando esos cédigos fueron reformades y seguidos con abundante y renovadora legisla- ci6n, Cabe destacar el Codigo de Comercio y el nuevo Codigo Civil en 1884, asi como la Ley Minera del mismo afi. ‘Mientras esa era llegaba, el problema presidencial volvié a plantearse en. 1871. Judrez fue reelegido con menos votos que la vez anterior. En esta oca- sion tuvo como rivales a quien fuera su secretario de Relaciones, Sebastién Lerdo de Tejada, y a Porfirio Diaz, quien se levanté con el Plan de La Noria, en Oaxaca, y que tras su derrota en el norte del pats salié al exilio. Juarez insistié en la necesidad de reformar la Constitucién y mantuvo ese empeno hasta el dia de su muerte ocurtida el 18 de julio de 1872, Le sucedié Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte de Justicia y vicepresidente de la 480 vores una annestartes Republica, Lerdo fue elegido presidente constitucional en octubre de ese afto para el periode que debia concluir en diciembre de 1876. Porfirio Diaz se presents como candidato a presidente de la Suprema Corte, pero fue derro- tado por José Maria Iglesias, reconocido por su preparacin y mesura. En Lerdo se vefa a un hombre apegado a principios moderados pero su gobierno result6 mas radical de lo esperado. En noviembre de 1873 eleve las Leyes de Reforma a rango consticucional, con disposiciones especificas sobre la extincion de las comunidades religiosas, la abolicion del juramento, la prohibicion del uso de habitos y del traje talar, es decir medidas que hacian efectivo el programa de secularizacion de la sociedad y de separacion de la Iglesia y del Estado propuesto en la ley de nacionalizacion de bienes eclesits- ticos de 1859. Esto provoed protestas y movimientos armados, como el de los “religioneros” en Jalisco y Michoacén, De la misma manera que Juarez, Lerdo se vio en la necesidad de solicitar al Congreso facultades extraordina- rias y suspender las garantias individuales. Lerdo tuvo éxito en el establecimiento del Senado, logré la reforma cons- titucional que se promulg6 en noviembre de 1874 y que entré en vigor al afo siguiente, Tambien lo tuvo en la politica exterior, al establecer relaciones con Gran Bretafia y atraer capital inglés para concluir la construecién del fe- rrocaril México-Veracruz; reafirmé las elaciones que # habian ido testable- ciendo con otros paises a partir del triunfo de la Reptblica, pero su éxito se vio frustrado cuando intent6 reelegitse para un periodo més en 1876. En esta ocasion se enftent6 a dos rivales, Porfirio Diaz y José Maria Iglesias, el primero como candidato a la presidencia y el segundo como vicepresidente. Lerdo logrd ser declatado triunfador en las elecciones, pero éstas fueron im- ugnadas debido a que habia suspension de garantias en distritos donde él resulto ganador, Porfirio Diaz triunfo con las armas imponiendo el Plan de ‘Tuxtepec; Iglesias fracas6 en su reclamo legal de la presidencia Porfirio Diaz inicio un periodo presidencial dificil. Como sus predeceso- res, hubo de echar mano de facultades extraordinarias. Pero con los aftos el animo de aceptacién se fue imponiendo. Era necesario “trasmutar la libertad cen orden” y dejar atris principios extremos que hacian imposible gobernat. Tal fue el programa de La Libertad, periodico liberal-conservador patrocina- do por el gobierno de Diaz desde fines de 1877. En este diario se propuso la paulatina reforma de la Constitucién para acercarla a la dictadura —esto no se dijo— liberal que se habia planteado coro necesaria desde la revolucion. de Ayutla, Ahora, en La Libertad, se hacian las propuestas sobre bases “cienti- ficas’ que habrian de dar el tono a los afios del llamado *Porfiriato”, que apenas empezaba, “renege aon operaeeen DELDESASTRE ALA RECONSTRUCCION REPUBLICAN, 16481876, 481 Un lado mas amable de la vida Los perisdicos, numerosos desde finales de la guerra contra Estados Unidos y mis todavia en los afios 1860, llegaron a altos grados de especializacion en los albores de la Republica Restaurada, Algunos ejemplos fueron El Renact- riento, dedicado a la literatura, junto con los de mas larga vida como El Mo- nitor Republicano y El Siglo XIX. El ambiente menos jacobino permitié la pu- blicacion de la Historia eclesiastica indiana de Geronimo de Mendieta; el Libro rojo de Vicente Riva Palacio y Manuel Payno, y posteriormente, una gran produccién de novelas costumbristas de ambos autores. Ignacio Manuel Al- tamirano e Ignacio Ramirez escribjan cuentos y novelas que publicaban en la revista Album de Navidad; Manuel Payno nos leg6 su novela El hombre de ta situacion de 1861 y posteriormente la mas famosa del siglo xix, Los bandidos de Rio Fro; Luis G. Inclan entreg6 a la imprenta Astucia, el jefe de los Herma- nos de la Hoja acerca del contrabando de tabaco en 1865 (el tnico aconteci- riento litetario de la epoca de Maximiliano), y José Tomés de Cuéllar La linterna magica, por mencionar s6lo algunas. El gusto por la historia en el ‘ilimo cuarto del siglo es evidente en la publicacion de los tes didlogos lati- nos de Francisco Cervantes de Salazar, que llevaba como titulo México en 1554. No faltaron impresos de importancia cientifica, como el relato de Fran- cisco Diaz Covarrubias, Vial de ta Comision Astronémica Mexicana al Japon, y el de José Diaz Covarrubias, La instruccion publica en México. La creacion de asociaciones de ayuda mutua, de artesanos y obreros, es caracteristica de la década de 1870, como el Gran Circulo de Obreros de ‘Mexico, fundado en 1872. Se establecieron cooperativas de produecién y, en respuesta a una naciente conciencia de clase, estallaron numerosas luelgas en las industrias minera y texti. El cambio mas radical en la orientacién educativa de todo el siglo se dio en 1867 con la introduccién del positivismo, que no legé a tiempo para for- mar a la generacion en el poder, pero si pata influir en la educacién de sus hijos. Gabino Barreda, médico tabasquetto, impresionado por las conferen- cias de Augusto Comte que escuché en Paris, propuso en un discurso civico orientar la educacién en México de acuerdo con los principios positivistas de ‘orden y progreso. El propésito era imponer una mentalidad ordenada a los ‘mexicanos. Cada quien actuaba y hacta lo que querfa, Habla que uniformar, estructurar, jerarquizar la ensefianza, de modo que los niftos aprendieran a pensar de manera metédica. Para eso, haba que ir de lo particular a lo gene- ral, de lo concreto a lo abstracto. Todo el conocimiento debia estar fundado en la experimentacién y la observacién, en lo sensible, en lo positive, Nada 482 axon IRA ANNE SALES de metafisica, de teologia ni de especulciones filossficas, Se cre6 la Escuela Nacional Preparatoria sobre esta base, con la esperanza de que los estados también adoptaran el positivismo, En el Distrito Federal y en los territories se declats gratuita, laica y obligatoria la educacién primaria y se aumemo como nunca antes su cobertura, Sin embargo, Ignacio Ramirez denuicio que México tenia unos 7 millones de habitantes en la mas completa ignoraneia apenas 500 000 sabfan leer y escribir, y tal vez otro medio millon tena un nivel mis alto de instruccién, pero era insuficente para sacar adelante al pals, Aumentaron el nimero y Ia especializacién de las escuelas profesiona- Jes que, en 1910, se convirtieron en Ia nueva Universidad de México (extin. ‘Manuel Serrano, £1 jarabe | | | | DPL DESASTREALARECONSTRUCCION REFLBLICANA, 1848-876 483 guida varias veces, la tltima por Maximiliano en 1866). Los liberales de la Repiiblica Restaurada, aunque nacidos en otra época, abrazaron el positivis- mo como tabla de salvacién. Escribieron y actuaron en su favor Ignacio Ra- rmirez, Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio Vallarta, jurists, legisladores y educadores. La teaccién clerical fue igualmente decidida: Labastida y otros obispos dedicaron sus esclarecidas plumas a defender una causa que para ellos era la nica posible, la del papel de la Tglesia como rectora de la vida social. La tensidn dentro de la sociedad, a pesar del resultado desfavorable a los conservadores en la guerra de Reforma (o tal vez por ¢50), hizo que los {grupos en contienda pintaran de blanco y negro la lucha en favor y en contra de la secularizacién y de la modemnizacién del pensamiento, del sistema po- Ittico, de la tenencia de la terra, de los derechos y obligaciones de todos los. habitantes, incluyendo mujeres e indigenas. En las tres décadas analizadas en este capftulo, los actores principales fueron de dos generaciones distintas. Como en los afios inmediatamente anteriores, abogados, militares y clérigos, en ese orden, compartieron el es- ccenario. Las diferencias entre una y otra generacién eran de matiz, Ambas habian sido educadas dentro de una cultura decididamente catolica, més progresista en unos casos, menos en otros. algunos hombres fueron anticle~ ricales, pero pocos no fueron creyentes. Se dividian entre los que pensaban ‘que la Iglesia no debia desempefiar ningan papel ni en la politica ni en la ‘economfa, y quienes veian a la institucién eclesiéstica como necesaria rectora de todos los aspectos de la vida privada y piiblica. Ambas generaciones bus- caban mejorar las condiciones del pats, cambiar lo que andaba mal y conser var lo que si furcionaba bien. En la wiltima categoria estaba la familia, Se es- cuchaban pocas quejas acerca de los desvatios de las mujeres o de los jovenes (lendrian que esperar un futuro no muy lejano). Los hombres nacidos entre 1800 y 1820, la mayoria de ellos involucrados en la politica y en la cultura tuvieron mas en comtin que las generaciones venideras. El consenso que to- davia reinaba en cuanto a la importancia de la doctrina cristiana y aprender- se de memoria el catecismo del padre Ripalda creaba unos valores en comin que traté de reproducir, en cierta media, el positivismo. A pesar de haber estudiado distintas carreras en institutos, seminaries o universidades, los hombres que actuaron entre 1848 y 1878 tuvieron bases religiosas comunes. Y sin embargo, eran claras las versiones antagonicas de muchos Méxicos, de iniereses regionales, de odios raciales, de visiones seculares, de una apertura hacia el resto del mundo o de un obstinado enterrarse en los provincialis- mos. Después de décadas de pronunciamientos, invasiones, bancarrotas, malas comunicaciones, gobernantes irresponsables y sueMios irrealizables, 484 avonEs una arse startzs México estaba més que listo para la siguiente etapa de su historia, la de un hombre que se hizo indispensable para el orden y el progreso: Porfirio Diaz, Juarez hizo posible la sobrevivencia de la Reptblica. Le tocé a otra genera. ion dedicar los recursos a la construccién de un Estado moderno, de la in ustria, del transporte, de la seguridad pablica, de la miicha administracion ¥ poca politica. Los 30 atts anteriores resultaron ser, al fin y al cabo, la ante- sala de esa nueva época o, si se quiere, el ultimo capitulo en la historia de un pais que tardé casi 50 afios en salir de la destruecion y desorden que caus6 la guerra de Independencia. Vida economica En casi todos los renglones, la egada de la Republica Restaurada senal6 una recuperacién de la actividad econdmica y la expansion de los ferrocarriles, de la mineria y de la industria. La relativa tranquilidad politica, después de tan- tas turbulencias, permitio empezar a reparar los dafios ala infraestructura y facilitar la inversion extranjera, Se volvié a hablar de la necesidad de conectar los puertos con las principales ciudades, aunque no hubo muchos avances en este sentido, Se gastaban unos 800 000 pesos anuales en la reparacion y cons- tuccion de puertos y se proyectaron seis rutas que atravesarian las sierras Madre Oriental y Occidental; la Inspeccién General de Caminos tenia a su. cargo 4396 kilometros de caminos construidos y 2 740 kilometros més en proceso de construccidn. La importancia militar y comercial del telégrafo iba ala par con la de los caminos. Para principios de los aos 1870, habia 4 000 kil6metros de lineas en operacisn; cinco afios después habia 11 000; el fun- cionamiento del telégrafo daba trabajo a 323 empleados de la Secretaria de Fomento, Los ferrocarriles no se quedaban atris en los proyectos. El gobierno tenfa tres opciones: continuar con las Iineas financiadas por el Estado (como Puebla-Tehuacén); otorgar subsidios @ compantias privadas, como el Ferroca- rril Mexicano (que iba de Veracruz a México), y promover iniciativas de los estados, que podrian concesionar nuevas lineas o entrar en su construccién ‘como socios con la inversién privada. A pesar de tan grandiosos planes, poco se logro, Siempre falto dinero, Persistio el conflicto entre el gobierno federal y los estatales que impedia fortalecer y consolidar el Ejecutivo, ya que no les convenfa alas elites locales. No se habia ampliado la base fiscal, de modo que los ingresos puiblicos dependian en gran medida de los derechos de importa- ion, La constante lucha por eliminar las alcabalas, esa antigua ancla que arrastraba el comercio interestatal desde tiempos virreinales, no tendria éxito DL DESASTRE ALA RECONSTRUCCION REPUBLICANA, 18:17 485 ‘hasta, en algunos casos, el siglo XX, a pesar de su abolicion estipullada en la Constitucion de 1857. Se privilegiaba el individuo sobre el gremio, las socie~ dades anonimas sobre las cofradias, las relaciones impersonales sobre los an- tiguos lazos de clase y de familia. La justicia debia basarse en cédigos, con sentencias aplicables @ todo el mundo, sin excepciones, de acuerdo con linea- ‘mientos ya declarados, donde el crterio del juez y el peso de las costumbres y de la tradicion perdian cada vez més terreno, Se quiso acabar con las leyes ‘especificas de cada corporacion. En cambio, habria una ley para todos, la esencia misma de un moderno Estado de detecho, Apenas comenzaba la modemizacién industrial, con el establecimiento de plantas de beneficio para la mineria y con la agricultura comercial. En las ciudades, la modernizacion se habia convertido en tema obligatorio, Instruit, rmoralizar y obligar a levar una vida més higiénica se convirtis en politica de Estado. Los 200 000 habitantes de Ia ciudad de Mexico en 1858 duplicartan su niimero para 1880, pero el promedio de vida citadina se calculaba en 25.5 adios (casi la mitad que en Paris). El interés por la ciencia iba en aumen- to. En 1877 se publicaba El Mundo Cientifico, periédico semanal en el que Justo Sierra escrbia articulos denunciando la falta de higiene en la ciudad y de medidas para evitar una epicemia de tifo, Se empezaban a reunir estadis- ticas para tener una base firme sobre la cual tecomendar medidas de higiene al gobierno. La teorfa de los miasmas todavia dominaba, asi que se buscaba ubicar los camposantos y los basureros donde los vientos dominantes no llevaran los malos olores y las enfermedades a los centros de poblacion. Es- tos habian cambiado radicalmente su estructura: de una ciudad donde con- vivian ricos y pobres, espantoles ¢ indios, se cambio a una donde habia colo- nias ricas y colonias pobres. Entre 1858 y 1883 se ctearon cinco colonias al noreste del Zécalo, una al oeste y otra al noroeste. Hubo, a partir de estas fechas, una ciudad nueva y una vieja. Como hubo también un México nuevo y uno viejo. Convivieron incomodamente, su desarrollo no fue lineal, se pe- learon en la Revolucion y en la Cristiada y siguen existiendo hasta la fecha,

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