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Dirección General de Postgrado Especialización:

Ciencias del Delito.-


Cátedra: Oratoria y Argumentación. -
Docente: Ciro F. Camerlingo

LOS ARGUMENTOS DE JUICIO SIMPSON

El debate o juicio en el caso de O.J Simpson, es extraordinario, en relación a las estrategias


utilizadas por las partes, en especial por la defensa, y esto nada tiene que ver con la
culpabilidad o inocencia de Simpson, o con la ética de ninguna de las personalidades
implicadas, sino en el uso de la REPETICIÓN y la EMOCIÓN por parte del equipo de la
defensa para poder grabar y programar sus intenciones en la mente de los miembros del
jurado. Esto fue particularmente cierto para el argumento final en las conclusiones del abogado
Johnnie Cochran.
En primer lugar, se debe señalar algunos puntos importantes que ocurrieron durante el curso
del juicio, uno de ellos es qué a la mitad del debate, se le preguntó al acusado que si se podía
probar el guante ensangrentado que fue abandonado en el Sitio del Suceso, … esto fue
fundamental pues a los ojos de los observadores, incluyendo al jurado, el guante no le
quedaba…. el fiscal trató de explicar esto de varias maneras, incluyendo como una de las
razones que la humedad de la sangre provocó que el guante se encogiera; todas esas
explicaciones eran convincentes pero el hecho que prevalecía, a juicio de la mayor parte de
los observadores, era que la prenda no le quedaba.

Además de esto existían muchas otras inconsistencias en las evidencias físicas y, como era
de esperar, la defensa atacó estas debilidades. Asimismo, los defensores REPETIDAMENTE
usaron el término "prisa en el juicio" cuando se referían al caso sobre los elementos utilizados
por la Fiscalía para interponer la acusación, en donde la prisa y la celeridad podría haber
influido en la investigación y resultados de las experticias científicas; podría decirse que usaron
la frase más de 100 veces durante el curso del juicio, esto se convirtió en un eslogan repetido
de forma constante y que cumplió con convencer a todo el que lo escuchaba…. “Prisa en el
juicio…. Prisa en el juicio…. Prisa en el juicio”.

Entonces, llegó el momento del argumento final, las conclusiones; el abogado de la defensa
Johnnie Cochran, se dirigió al jurado y les recordó que su trabajo era el de absolver al señor
Simpson si tenían una "duda razonable" en cuanto a su culpabilidad; sin embargo, el abogado
defensor ideo reestructurar la frase "duda razonable" de una forma única para que le
permitiera usar en forma efectiva los principios de REPETICIÓN y EMOCIÓN y fijarlo en la
mente del jurado. Básicamente él redujo la noción completa de "duda razonable" y la convirtió
en un mantra simple, casi lirico: "Cuando evalúen la evidencia", dijo: "Ha de convencer, o
deben absolver".

"Cuando evalúen la evidencia", …


Ha de convencer, … o deben
absolver".

Esta frase aparentemente simple fue REPETIDA durante todo el argumento de cierre del
abogado defensor JOHNNIE COCHRAN, cada vez que realizaba un análisis de alguna
evidencia o un elemento probatorio por la que existía algún tipo de controversia, él concluía
diciendo: "Ha de convencer, o deben absolver". Es decir, que, al realizar un análisis de lo
debatido y referente a un elemento de prueba evacuado en el juicio, este debía ser
convincente, la duda razonable no podía superar la causa probable, de lo contrario se debía
absolver.

Esta frase la convirtió prácticamente en una especie de mantra que paulatinamente creó y tuvo
poder psicológico o espiritual en las personas; esto lo repetía con cadencia melódica, así como
pausa y ritmo, además al mismo tiempo le agregaba un ingrediente EMOCIONAL; cuando el
señor Cochran discutió las líneas de tiempo conflictivas que se referían a los asesinos, decía:
"Ha de convencer, o deben absolver".
Cuando él cotejó la evidencia suministrada por el detective de la policía de los Ángeles MARK
FUHRMAN, el cual tenía una tendencia racial más que evidente, dijo: "Ha de convencer, o
deben absolver".
Y más aún, cuando llegó a la parte en la cual señalo que el guante que era una de las pruebas
fundamentales de la fiscalía no le quedaba al acusado, él dijo: "Ha de convencer, o deben
absolver".
Al observar las conclusiones del abogado COCHRAN, se pierde la cuenta de las veces en que
el repitió esa frase, pero cada vez que lo hacía, la decía con un cierto ritmo que hipnotizaba
con una especie de tonada emocional, y fue con esto que el abogado defensor escribió esa
frase en la mente del jurado con REPETICIÓN y EMOCIÓN; y así lo hizo también con todo el
mundo que estaba presenciando el juicio, con el juez, los abogados, el público, troquelo
REPETICIÓN y EMOCIÓN en todos.
Su argumento fue directo a un punto en una forma metódica y simple: …….."Ha de convencer,
o deben absolver".

Esta práctica metódica continuó durante unas dos o tres horas y, después que concluyó, le
cedió la palabra a su colega de la defensa el abogado BARRY SCHECK. Este era el abogado
experto en ADN y evidencias físicas; dentro de su argumentación de cierre, llevó a colación
las partes controvertidas de la evidencia de ADN a los miembros del jurado, pero durante su
intervención jamás dijo la frase: "Ha de convencer, o deben absolver"; pues como era obvio
esta era la frase de COCHRAN y se hubiera oído mal en la boca de SCHECK.
En vez de eso, SCHECK hizo algo palmariamente enérgico que aumento la resonancia al
mantra de COCHRAN que había escrito en MAYÚSCULAS en la mente tanto del jurado como
de los allí presentes. Por ello, después de haber repasado las evidencias técnicas científicas
y las cuales se encontraban controvertidas se inclinó pausadamente sobre el pódium, miró
fijamente al jurado y de forma lenta dijo: "Como pueden ver… simplemente…. no
convence."

"Como pueden ver…


simplemente…no convence."

Ahora bien, en ese momento, cuando dijo eso, debe haber resonado inmediatamente el eco
en la mente de todos los allí presentes y los que seguían el debate lo que ya había escrito el
señor Cochran:
"…Ha de convencer, o deben absolver…". he inmediatamente la afirmación de, “…
Como pueden ver… simplemente…. no convence."
Esa estrategia fue increíble; esto tenía que estar implantado dentro de la mente de esos
miembros del jurado, la defensa lo escribió de forma magistral en la mente de cada uno de
ellos, y esto mediante el uso de la más simple de las técnicas: repetición y emoción.

Los Fiscales:

Marcia Clark y Christopher Darden, fiscales de distrito adjuntos, creían tener un caso fuerte
contra Simpson, siempre tuvieron la convicción de que sería una victoria fácil, pero Cochran
fue capaz de convencer a los miembros del jurado de que había una duda razonable respecto
a la evidencia físicas y específicamente la basada en ADN, pues su alegato de que la sangre
recolectada como evidencia había sido manejada de forma errónea por científicos y técnicos
laboratoristas, fue capaz que crear esa duda, a la cual la Fiscalía no tubo argumentos para
rebatir.- .

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