Professional Documents
Culture Documents
Capítulo I
Capítulo I
Y pienso, ¿Cómo es posible que el sujeto llegue a ese punto, de quemarse a sí mismo? Lo
ameritaré al exceso de positividad y al estilo de vida que llevamos en esta sociedad de control
por rendimiento, donde si no puede manejar la presión impuesta, el sujeto es considerado un
fracasado. Sin embargo, retomaré esta conclusión luego.
Ahora bien, en el siglo XXI este síndrome es muy frecuente en los individuos, lo
experimentaron figuras públicas como el papa Benedicto XVI o la cantante Mariah Carey.
Un relevamiento llevado a cabo con médicos alemanes reveló que el 50% de los
profesionales de la salud estaba sufriendo de burnout, cuyos síntomas incluyen fatiga crónica e
ineficiencia laboral. Los individuos manifestaron sentirse agotados durante todo el día, y el
sólo hecho de pensar en el trabajo al levantarse a la mañana los dejaba agotados. Los hombres
y mujeres parecen lidiar con el burnout de maneras distintas: en una encuesta realizada en
Finlandia, se descubrió que era más común que empleados varones que padecían este
síndrome se tomaran una licencia por enfermedad más prolongada que sus colegas femeninas.
También se ven rasgos autoagresivos dentro de este síndrome, donde uno ejerce la violencia
sobre sí mismo y se autoexplota. Hablamos entonces, de una violencia autogenerada, que
resulta peor que aquella infligida por otro, porque en la autogenerada la victima de la violencia
constituye una figura libre.1
1
Chul Han, “La sociedad del cansancio” Ed. Herder, página 97.
Es imprescindible aclarar que el burnout, a diferencia de lo que muchos creen, no es otra
simple forma de llamar a la depresión. Tampoco debería confundirse con el síndrome de fatiga
crónica (SFC). Para esclarecer este aspecto, citaré la conclusión de la doctora Anna Katharina
Schaffner, profesora de la Universidad de Kent, en el Reino Unido y quien fue víctima de esta
enfermedad también; "Los teóricos concuerdan en que la depresión conlleva una pérdida de la
autoestima, o incluso odio o desprecio a sí mismo, lo que no ocurre durante un burnout, donde
la imagen de uno mismo en general permanece intacta", explicó Schaffner. "El enojo en el
burnout está dirigido hacia la empresa o la organización para la que uno trabaja, o hacia los
clientes para los que uno trabaja, o hacia el más amplio sistema económico y sociopolítico".2
Según una teoría, el cerebro del ser humano no está lo suficientemente evolucionado como
para lidiar con un ambiente de trabajo moderno. La creciente productividad -y la necesidad
emocional de probar que uno es merecedor del éxito- deja a los trabajadores en un estado
permanente de "lucha o huida", una respuesta fisiológica ante la percepción de ataque o
amenaza a la supervivencia. Pero si uno se enfrenta a ese tipo de presión a diario, se debe
soportar una oleada constante de hormonas de estrés, que conducen inevitablemente al
agotamiento desolador.
Como si esto fuera poco, para muchos, la presión no termina con el trabajo. Las ciudades -y
los dispositivos móviles- no paran de estar activas durante las veinticuatro horas del día. Esta
cultura de "siempre en movimiento" hace que sea difícil descansar tanto durante el día como
durante la noche. Sin oportunidades para recargar la mente y el cuerpo, las baterías del ser
humano están siempre bajas.
Schaffner cree que el estrés de la vida moderna proviene, en parte, de la mayor autonomía
del ser humano, ya que cada vez más los trabajos proveen más libertad para que uno se maneje
sus propias actividades. Sin límites que se encuentren marcados, la gente suele agotarse de
más. "Manifiesta una sensación de no sentirse merecedor o miedo a no cumplir con las
expectativas", aclaró la doctora. También aseguró que la tecnología es otro factor de estrés, ya
que gracias a ella hoy es casi imposible dejar el trabajo en el ámbito laboral.
2
Informe disponible en https://www.infobae.com/salud/2016/07/28/sindrome-del-burnout-la-nueva-
depresion-del-siglo-xxi/
I.2: Sociedad disciplinaria vs sociedad de control por rendimiento.
El hombre ha muerto. Esto es lo que nos plantea Michael Foucault3 mediante su teoría
estructuralista, es decir, que busca salir del sujeto. Según este autor, el sujeto no está en el
centro ni domina la realidad, sino que es un sujeto constituido por relaciones históricas. Y este
sujeto se encuentra inserto en una sociedad disciplinaria.
Este modelo de vigilancia social parte de una metáfora de la sociedad que la denomina
Panóptico: "forma arquitectónica que permite un tipo de poder del espíritu sobre el espíritu,
3
Paul-Michel Foucault (Poitiers, Francia, 15 de octubre de 1926-París, 25 de junio de 1984) fue un filósofo,
historiador de las ideas, psicólogo y teórico social francés.
4
Ensayo disponible en: https://foucault.idoneos.com/296540/
una especie de institución que vale tanto para las escuelas como para los hospitales, las
prisiones, los reformatorios, los hospicios o las fábricas. El panóptico era un sitio en forma de
anillo en medio del cual había un patio con una torre en el centro. El anillo estaba dividido en
pequeñas celdas que daban al interior y al exterior y en cada una de las celdas había, según los
objetivos de la institución, un niño aprendiendo a escribir, un obrero trabajando, un prisionero
expiando sus culpas, un loco actualizando sus locuras, etcétera. En la torre central había un
vigilante y como cada celda daba al mismo tiempo al exterior como al interior, la mirada del
vigilante podía atravesar toda la celda, sin embargo no podían ser nunca conscientes de si eran
vigilados o no, dado que dicha torre estaba construida de forma que desde fuera era vista como
opaca, no sabiendo donde estaba o que hacia el vigilante... "5.
La vigilancia, dentro del panoptismo desempeña un rol destacado, dado que la misma sobre
los individuos no se ejerce al nivel de lo que se hace sino de lo que se es o de lo que se puede
hacer. En este sentido, Foucault habla de la arquitectura de la vigilancia "...que haga posible
que una única mirada pueda recorrer el mayor número de rostros, cuerpos, actitudes la mayor
cantidad posible de las celdas"; así la tarea principal que le compete a la vigilancia es "vigilar
a los individuos antes de que la infracción sea cometida" por eso se la simboliza por un ojo
siempre abierto.
El hecho de que la vigilancia sea invisible, es decir que las personas observadas no puedan
determinar si están siendo observadas o no, hace que el comportamiento individual sea
controlado incluso cuando no se vigila. El sujeto en posible observación intentará obedecer las
normas impuestas con el fin de no ser sancionado.
Por otro lado, esta vigilancia constante puede suponer, en muchos casos el nacimiento de
reacciones de estrés e incluso episodios de ansiedad en personas que terminan inhibiéndose en
exceso, siendo pues un control excesivo promotor de rigideces conductuales y malestar
psíquico.
[…] Sin embargo, el poder no anula el deber. El sujeto de rendimiento sigue disciplinado. Ya
ha pasado por la fase disciplinaria. El poder eleva el nivel de productividad obtenida por la
técnica disciplinaria, esto es, por el imperativo del deber.6
Al finalizar este capítulo, espero que mi objetivo de aclarar los conceptos de los que partiré
haya sido cumplido. Se demuestra cómo junto con la llegada de la posmodernidad, nos
embarcamos en una nueva sociedad de rendimiento, dejando atrás la sociedad disciplinaria
descripta por Foucault. Y junto con esta nueva sociedad, llega el nuevo sujeto neoliberal de
rendimiento, que caracterizare en el siguiente capítulo.
6
“La sociedad del cansancio”, Chul Han, Ed. Herder, páginas 26 y 27.
7
“La sociedad de la transparencia”, Byung-Chul Han, Ed. Herder. Fragmento disponible en
https://www.pagina12.com.ar/16621-el-alquimista
8
“Psicopolítica”, Byung-Chul Han, Ed. Herder. Párrafo extraído de http://eldesafilador.com/2015/05/06/la-
psicopolitica-de-byung-chul-han/