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El Museo del Convento de los Descalzos, ubicado en el distrito del Rímac, en

Lima se asemeja a una ciudad con distintos ambiente, un lugar histórico con
crónicas monacales en cuyos claustros aún se puede percibir ese ambiente de
misticismo de los misioneros y predicadores.

Fue construido en 1595 y en pleno siglo XVII represento la modernidad.


Pertenece a la orden de los Franciscanos. Tenía como propósito acoger a los
jóvenes religiosos con vocación franciscana que deseaban llevar una vida más
austera, de oración y penitencia.

Su arquitectura es sencilla, sin adornos, con corredores largos y silenciosos,


ubicado al pie del cerro San Cristóbal, por lo que debido a la inclinación del
cerro, algunos ambientes han sido hechos más altos que otros conectándose
por escaleras.

Allí vive el guardián que según San Francisco Solano (fue primer guardián), es
el superior, el encargado de la casa, que cuida a los frailes, comento el Rvdo.
Padre Severino Esteban en una entrevista a Tv Perú.
El recorrido por el museo

El visitante ingresa por el portón original y pasa al vestíbulo. A partir de ahí


inicia el recorrido por todos los claustros que han servido como habitación a los
padres.

La imprenta: es un espacio funciono durante todo el siglo XX, la técnica


predilecta era el grabado.

La celda de la enfermería estaba distribuida en dos niveles, en el inferior se


ubica el enfermo y el superior el enfermero que lo atendía.

La Botica: Se encuentra prácticamente en el mismo estado desde el siglo XIX,


aún conserva los frascos y botellas con el contenido original. Cuadernos con
anotaciones de las medicinas naturales. Detrás de la Botica se encuentra la
Rebotica donde se hacían los preparados o elaboraban las recetas.

Alrededor se encuentran las celdas donde se ubicaban a los enfermos y una


puerta que comunica al coro de la capilla.
La Capilla de la Virgen del Carmen: No es una iglesia. Su construcción fue en
1733 con una portada de estilo barroco, de color azul y blanco, de planta
ornamental, en la hornacina central se encuentra Nuestra Señora del Carmen.
Hoy en día se oficia misas allí.

Los libros corales que acompaña a la misa están escritos en latín forrado de
cuero de vaca y cada una de sus hojas hecha en pergamino, pesa como 25
kilos y su colección es de 40 tomos, de los cuales se puede consultar 32.

Actualmente toda la parte antigua del convento constituye un importante museo


de arte religioso, Son aproximadamente 500 obras expuestas y que forman
parte de las colecciones de la pinacoteca están esparcidas en todo el museo.

La sala Nuestra Señora de los Ángeles: Patrona del convento, hay un lienzo
atribuido a Angelino Medoro. Esta capilla fue visitada por el Almirante Miguel
Grau antes que saliera a su última misión en la Guerra del Pacífico, vino a
confesarse y a despedirse de la virgen.
El patio ayacuchano o de Vía Crucis. Perteneciente al siglo XIX, es llamado
de esa manera actualmente por la abundante decoración vegetal que hace
recordar motivos de la sierra del Perú.

El Refertorio es el lugar donde se come que tras el toquido de las campanas


los religiosos llegaban a este lugar.

La antigua bodega, donde se conservan los toneles utilizados hasta el siglo


XX para el almacenamiento de vino de misa y de mesa. Se consideraba que el
Convento de los Descalzos era el proveedor de todos los demás conventos.

En el siglo XVIII y XIX se acostumbraba a enterrar en los atrios de las iglesias,


por lo que es posible que María Micaela Villegas Hurtado de Mendoza “La
Perricholi” haya sido enterrada en este lugar como consta en su testamento.

En 1972 el Convento fue declarado Monumento Histórico Nacional y en 1979


es convertido en museo, cuya inauguración fue en diciembre de 1981.

Actualmente el convento se encuentra a cargo de la Fundación Descalzos del


Rímac, una institución que se ha creado hace poco para proteger el patrimonio
histórico cultural y religioso.

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