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CEP - 282-2005 ‘USTEDES TODOS SON HERMANOS (Mr 23,8) La IGLesi EN SAN Mate0 ‘© Manuel Diaz Mateos, Ira. edicién: 2005 ISBN:9972-816-85-0, Registro de proyecto editorial: 31501 130500063 Depésito legal: 1501132005-0618 Céxdigo de barras: 9789972816857 Lima, febrero del 2005 Tirgje: 1000 Disefio de carta y diagramacién: CEP UNIVERSIDAD ANTONIO RUIZ DE MONTOYA. Jesuistas ‘Av. Paso de los Andes N° 970 Pueblo Libre ‘Apdo. 21-0132 Lima 21-Peri ‘Teléfono 424-5322 - 423-5697 Telefax 423-1126 hitp://onww.varm.edu.pe CENTRO DE ESTUDIOS ¥ PUBLICACIONES (CEP) Casnilo Carrillo 479, Jess Maria ‘Apdo. 11-0107, Lima 11, Pers “Tel: 433-6453 Fax: 433-1078 E-mail: cepu@amautarep.net pe Inttp:/Avww.cep.com.pe Febrero 2005 USTEDES TODOS SON HERMANOS GLESIA EN SAN MATEO MANUEL D/AZ MATEOS Capitulo 6 La iglesia de las bienaventuranzas a iglesia es una comunidad de hermanos, reunida en tomo al Padre y al deseo sincero de hacer su voluntad, cada por Cristo como modelo tinico (maestro). Por eso el “discurso sobre la montafia”, aunque no aparezca en él la palabra iglesia, es también un discurso eclesial porque en él se exponen las exigencias de la voluntad del Padre y se pre- senta el estilo de vida de la comunidad que Jestis sofi6, Para la iglesia, sobre todo, vale la advertencia final de este dis- curso: “todo el que escuche estas palabras mfas y las ponga por obra se parece al hombre sensato que edificd su casa sobre roca” (Mt 7,24). Las Bienaventuranzas que encon- tramos en este discurso son una buena introduccién y sin- tesis de todo el discurso. Una iglesia que vive las Biena- venturanzas, vive la vida del reino y es realmente la iglesia de Jestis. Nosotros nos fijaremos principalmente en ellas, 139 LA JGLESIA, LUZ DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE aunque haremos primero una breve presentacién del discur- so de la montafia®’. 1. La carta magna del reino En este discurso que abarca los capitulos 5-7, san Mateo reine material que encontramos disperso en Lucas y Mar- cos, pero él fo organiza de tal forma que constituye una cate- quesis armoniosa para ensefiarnos qué significa “cumplir toda 5) o vivir“la buena noticia del que esa voluntad se descubria en la Ley de Moisés, pero estamos ante alguien que es mayor que Moisés y se consti- intérprete de la voluntad de de presentar las exigencias de una vida segin el reino de Dios que se acerca a nosotros. Por eso, en abierto contraste con los auténticos intérpretes y cumplidores de la ley, Jesus puede decir a sus disefpulos: “si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entrardn en el reino de los cielos” (5,20). {En qué sentido es mayor? El discurso de la montafia nos lo dird. Como ya hemos dicho, el trasfondo judio es manifiesto en este evangelio y en este discurso™, Por eso, si tenemos en cuenta los esfuerzos del judaismo farisaico en Jamnia por Para una buena sintesis de la problematica del discurso y lo que se dice sullar W, Catter, What Are They Saying About Matthew s ‘New York, Paulist Press, 1994, Justicia mayor” se veri mas adelante. 7-23; 23,23, 40 LA IGLESIA DE LAS BIENAVENTURANZAS reorganizar a Israel después de la catdstrofe del afio 70, Je- siis aparece como un nuevo Moisés que da una nueva ley a tun pueblo nuevo, el pueblo al que se le da el reino para que dé sus frutos (21,43). El discurso abarca tres largos cap: los y menciona muchos temas por lo que no resulta fé capiar la estructura o el principio ordenador de todo embargo ¢s facil descubrir que el eje central es el reino. El reino “Ilega”, “se acerca” (3,1 y 4,17), comienza a tomar cuerpo en Jestis (su palabra y su obra) y en los que estn en tomo a Jestis. El es el mejor testigo del reino presente entre os hombres, él es su mejor intérprete y el que puede presen- tar las exigencias del reino a los hombres. El reino, presente ya entre los hombres, es un tema unificador del discurso™ Lo mismo se diga del término “justicia”®, como sintesis de Ja forma de vivir en el reino. Por eso podemos pedir al Padre que lo realice ya (6,10) entre nosotros y que nosotros tenga- mos la disponibilidad absoluta para buscar “primero el rei no y su justicia” (6,33), porque todo lo demas se nos dard por afiadidura. En Jesits, proclamar el reino no es slo predicar, es tam- bién hacer las obras del reino, “curar toda dolencia y enfer- medad del pueblo” (4,23). Palabra y obra se armonizan ad- mirablemente en él. Eso vale también para su comunidad ‘como testigo y servidora del reino. Por eso, por la necesaria unidad entre el predicar y el obrar, dice U. Luz, “el sermén de Ja montafia no presupone el evangelio del reino, sino que Joes”; “el reino de los cielos planea sobre todo el sermén de la montatia” y “Ia justicia del reino” es tema central del dis- MI La IGLEsta, LUZ DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE curso™., Para este autor, la oracién del “Padre nuestro” est en el centro del discurso como eje estructurante de todo él. 2. La estructura del discurso Creemos que entre 5,17 y 7,12 se da una inclusién, En 5,17 Jestis comienza a hablar de si mismo (antes ha estado hablando a los discipulos y a la multitud) y dice expresa- mente que no ha venido a abolir la ley y Jos profeta dar plenitud’” a la ley y los profetas. Eso es lo que explica lo que viene a continuacién y que se extiende hasta 7,12 (la regla de oro) que tiene un carécter marcadamente conclusi- vo. También aqui aparecen de nuevo “la ley y los profetas’ Entre estas dos declaraciones de 5,17 y 7,12 se encuentra el micleo de todo el sermén de 1a montafia en el que Jestis ex- a qué se entiende por justicia mayor y cémo vivir en el mundo como hijos del Padre de los cielos. La plenitud de la ley y de los profetas se entiende a la luz del reino “porque hasta Juan, los profetas todos y la ley fueron profecia” (11,12- 13), pero la plenitud y la razén de ser de todo eso est ya presente en la buena noticia del reino, Esta parte central se puede, a su vez, dividir en tres secciones que son tres formas ia mayor. De 7,13 hasta el final seria la conclusién de todo el discurso, resultando este esquema del discurso sobre la montaffa. 1. Introduccién: (5,1-2) + Las Bienaventuranzas (5,3-10) + Sal de la tierra y luz del mundo (5,13-16) * U, Luz, oc. 1, p. 256. 142 LA TGLESIA DE LAS BIENAVENTURANZAS 2. Vivir la justicia mayor, como hijos del Padre (5,17-7,12) + Introduccién: no abolir sino completar (5,17-19) a) La justicia mayor y el legalismo (5,20-48) b) La justicia mayor y el farisetsmo (6,1-18) 6) Lajusticia mayor y los discfpulos (6,19-7,11) + Conclusién: la regla de oro (7,12) 3. Conclusion: actitudes fundamentales (7,13-29) + La puerta estrecha (7,13-14) += Los falsos profetas (7,15-20) + No decir sino hacer (7,21-23) + Construir sobre roca (7,24-27) En conclusién podemos decir que, mas alla de Ja divisién - en versiculos que es siempre posterior, el discurso se centra enel reino y enel Padre y en su voluntad o justicia, palabra esta tiltima que concentra todas las exigencias de los que viven en el reino y deben ser testigos de la perfeccién del Padre (5,48). La introduccién al discurso también nos orienta en su comprensién, La mejor introduccién al discurso es toda la accién de Jestis narrada desde 4,12s eri la que Jesiis aparece como verdadera luz del mundo por su actuar que hace pre- sente el reino de Dios. Pero san Mateo ha puesto una intro- duccién més inmediata al comienzo del discurso cuando di “al ver Jestis el gentio subié a la montaiia y se sent6 y se le acercaron sus discs cerca pero ellos no Israel reunido, el co no al mismo maestro. Estin més cerca pero el discurso es para todos los que, desde ahora en adelante, pueden integrar 43 LA IGLESIA, LUZ DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRAST. el pueblo de Israel. El “gentio” sirve de testigo y enlace en toda la narracién (4,25 y 7,28). Hay gente que viene de re- giones paganas, como Transjordania o Decdpolis. El mensa- jede Jestis es abierto a todos y de esta forma rompe las fron- teras del viejo Israel. Esta nueva comunidad esta Hamada a ser “luz del mundo” (5,14), no un guetto cerrado. El texto dice que Jesis “subié a la mc teresa el lugar preciso (Lucas hablaré de porque mAs que informacién topografica es teol6gi vez alude a la montafia del Si épulos (28,16). Jestis “se sent6”, como buen maes- tro, 0 mejor dicho, como el tinico maestro que ensefia “con autoridad, no como sus letrados” (7,29). La autoridad de Jestis desautoriza a cualquier otro maestro (23,8). Y esa autoridad Ja va a demostrar cuando presente las seis antftesis en las que se cita expresamente la ley j ‘Ustedes han ofdo que »,en forma pasiva, sig- nifica que lo dijo vidor de la ley sino el Seffor (12,8). El que ahora habla es mayor que Moisés y ha sido presentado como “mi Hijo, a ctichenlo” (17,5). Una pregunta que se han hecho los especialistas a lo lar- 1g0 de la historia es para quién es este discurso y si es posible realizarlo. No sera Jestis un idealista utépico que no pisa tierra y que no conoce la realidad det hombre (cf Jn 2,25)? {0 es que nosotros somos tan conformistas que no nos atre- 144 LA IGLESIA DE LAS BIENAVENTURANZAS vemos a sofiar que “otro mundo es posil dice U. Luzque las diferentes respuestas que se han dado en ‘storia “son expresion de la autocomprensién de la en cada época™, es decir, tal interpretacion es la expre- del acomodo que hacemos del evangelio y el reconoci- miento de que las palabras de Jestis nos desconciertan y nos escandalizan siempre. Todos podemos hacer nuestras las palabras que el evangelio de san Juan pone en boca de algu- nos de los discipulos: “duro es este lenguaje, zquién puede tolerarlo?” (Jn 6,60). Por eso, como escapatoria a las exigencias del el campo catélico se ha introducido la diferencia consejo y precepto, el precepto seria para todos, el consejo es solo para “los perfectos”, mientras que en el campo pro- testante se reconoce la imposibilidad de cumplir la palabra de Jestis. El sermén es “ley” que pone al descubierto nuestro pecado radical y nuestra incapacidad de cumplir con las exi- gencias de Jesis, Pero lo que queda claro, en uno y otro campo, es nuestra tentacién constante de domesticar un tex- to que contradice radicalmente nuestra forma de pensar como iglesia y como sociedad. Sin embargo la intencién de Jests es clara, sobre todo si tenemos en cuenta lo que san Mateo ha dicho al comenzar Jesis su vida publica, citando a Isafas: “el pueblo que habitaba en las tinieblas vio una luz grande” (Mt 4,16). Esa luz que brilla para el mundo es Jestis, con su vida y con su ensefianza. Y esa luz es también el disefpulo 1 Véase las diferentes respaestas a esta pregunta cn J. Jeremias, “El sermén de la montaia” en su obra Abba. EI Mensaje central del NT, p-240s; U. Luz. 2685; G.Lohfink, El sermén dela Montafa para quién?, Hesder 1989, lan Lambrecht, Pero Yo os digo.., Sigueme 1994, 5° U. Lu, 268. 145 La t6Lesta, LUZ DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE que escucha a Jestis. Por eso termina el discurso advirtién- donos: “todo el que escucha estas palabras mias y las pone por obra se parece al hombre sensato que edificé su casa sobre roca” (7,24), Por tanto podemos decir que Jestis pro- pone el serm6n para que se viva. Es uma invitacién a la sen- satez de construir nuestras vidas y muestro mundo segiin la ogica del evangelio. Pero ese evangelio no puede quedarse en la interioridad del alma; debe hacerse luz. (obras) en la vida de la comunidad cristiana que es jay vive enel mundo. Como dicen las palabras atribuidas a Gandhi pretenda que la ye nada que ver con la politi- ca, no sabe qué es lar La utopia del reino irrumpe con fuerza en este mundo donde reina el anti-reino. 3. La utopia del reino Después de la victoria de Jestis en el desierto sobre la propuesta del diablo de hacerle rey de todo el mundo (4,8 9), el evangelista nos hace tomar conciencia del significado de la presencia de Jesiis en medio del mundo con una cita de cumplimiento, es decir, con una cita de Isaias con la que jén en la historia de su pueblo. Por eso. plié Jo que habia dicho el profeta Isafas: el pueblo que habi- taba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombra de muerte, una luz les brillé” (Mt 4,16 e Is 9.1). * Citadas por F. Alt en Les Béatiudes, la politique selon le sermon sur la ‘montagne, Ed. O.E-LL, Paris 1983, introduccién, Ver también G. Lobfink, La Iglesia que rfa, DDB, Bilbao 1986. 146 LLAIGLESIA DE LAS BIENAVENTURANZAS Jesis es luz para un mundo a oscuras y amenazado de muerte esa presencia luminosa de Dios aparece en las obras yen las palabras de Jesiis. Las bienaventuranzas son esa luz, fuente de vida para el mundo en tinieblas. Pero {no patecen, mas bien, una locura?; porque a nadie en nuestra sociedad se le ocurre lamar felices a los pobres. {Estamos nosotros ena oscuridad y Jestis en la luz, o al revés? Las bienaventu- ranzas son esa luz que él ofrece a los suyos para que éstos, a su vez, la hagan brillar ante el mundo. Las bienaventuranzas son proclamacién del reino y no un cédigo de normas para entrar en el reino. Son, por eso, buena noticia. En abierto contraste con el juicio de Dios proclamado por Juan Bautis- ta (Mt 3,7-10), Jess ofrece el gozo y la fe Por nueve veces se repite la palabra “makarios” que se pue~ de traducir por bienaventurados, dichosos 0 felices. Es una frecuente en la literatura griega y en la biblia”, palabra sefialamos distinto camino pata la felicidad. El ca- mino de Jess va a contracorriente porque anuncia una for- ‘ma de ser feliz, captable solamente para los que se atreven a creer que el reino es un tesoro o una perla (13,44-46), es decir, riqueza que lena el corazén y la vida. No son palabras de un asceta o un moralista sino de un sofiador que expresa Ja utopia del reino de Dios, que entra en este mundo desa- fiando al reino de este mundo; desafiando sobre todo el dog- ma del consumismo reinante que no nos hace més humanos ni més generosos, ni més felices. Por eso las Bienaventuran- zas estén llamadas a tener resonancia mundial en la vida de los seres humanos, como lo expres6 admirablemente, yahace % “Dishoso” aparece en Belo 25,7s; Sal 1,1; 2.12; 33,12. 147 La tctasta, LU2 DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE aifos, el papa Pablo VI. Las Bienaventuranzas —decfa Pablo VI- “son uno de los textos mas sorprendentes y més positi- vamente revolucionarios: gquién se habria atrevido en el curso de la historia a proclamar ‘felices’ a los pobres de es- piritu, a los afligidos, a los mansos, a los hambrientos, a los sedientos de justicia, a los misericordiosos, a los puros de coraz6n, a los artifices de la paz, a los perseguidos, a los insultados...? Aquellas palabras, sembradas en una sociedad basada en la fuerza, en el poder, en la riqueza, en la violen- cia, en el atropello, podian interpretarse como un programa de vileza y abulia indignas del hombre; y en cambio eran proclamas de una nueva ‘civilizacién del amor”. Tenemos dos versiones de las Bienaventuranzas (Mt y Le) pero diferentes, aunque ambas versiones forman parte del discurso inaugural de Jestis, Mateo presenta ocho Biena- venturanzas mientras Lucas nos offece sélo cuatro (los po- bres, los que tienen hambre, los que lloran y los persegui- dos) a las que afiade cuatro “malaventuranzas” (los ricos, los hartos, los que rien y los aplaudidos por la gente). A pesar de las diferencias, exi getas de que Lucas es mas esmis directo pues dice “suyo es el reino” (6,20) y, al juntar Jas malaventuranzas, resalta mejor el contraste de la pro- puesta de Jestis con el mundo que le rodea. El texto ha sido muy comentado y discutido y, en la lectura, los eristianos hemos preferido el texto de Mateo por aquello de “los po- © Pablo VI, Homilia en a misa del 29 de enero de 1978, Belesta1874(1978), P. 198. Citado por Juan Pablo I en su dscurso alos jovenes del Peri ens visita 1 1985, en Discurscsy Homilias de Juan Pablo Hal Per, Cento de Proyeecon Cristiana 1985, p30-31 148 LA IGLESIA DE LAS BIENAVENTURANZAS. bres de espiritu®, afirmacién que es mds genérica y se presta a moralismos y escapatorias. Por eso conviene situarse en Ja perspeetiva correcta para entender lo que el texto quiere decimos. Lo primero que debemos decir es que Testis no esté “ca- nonizando” Ia pobreza, ni los pobres, ni el suftimiento. Al El anuncia la felicidad pero no por causa de la pobreza sino por causa del reino y por el Dios del reino, Los pobres son seres humanos como todos, ni mejores ni peores, pero el texto habla més de Dios que de los pobres. Dios y el reino son de los pobres y los pobres son preferidos de Dios. Como dice J. Dupont, “a pesar de lo que se ha dicho a veces del cristianismo, éste no contiene un ideal de pobreza. La pobreza es un mal contra el que hay que luchar, Sélo puede haber en el cristianismo un ideal: el del amor... Si uno pone sus bienes en comtin, no es para hacerse pobre, por amor a un ideal de pobreza, sino para que no haya pobres; el ideal que se busca es el de Ia caridad, el del amor verdadero a los pobres™., En segundo lugar, hay un consenso en que I turanzas forman una unidad y hay que leerlas relacionando unas con otras y no aislarlas. La primera bienaventuranza es comentada en Jas siguientes, pero siempre estariamos ante la misma clase de personas. Son distintas maneras de ser pobre, insignificante, marginado y excluido, pero cautivado por el reino. ique dans les Evangiles et les Actes” en La 71, p37, citado en su obra El mensaje de 51° 24, Ed. Verbo Divino 1988, p. 15. as Bienaventuranzas, Cuadernos 149 LAIGLESIA, 102 DEL. MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE Es por eso conveniente sefialar algunas claves de lectu- ras que nos permitan entrar en este texto tan rico. Ya hemos dicho que las Bienaventuranzas no son un cédigo de virtu- des que deben tener los hombres para entrar en el reino, por- que entonces estariamos de nuevo ante una ley y no ante la gracia del reino. Pero nosotros estamos siempre tentados de leetlas de este modo. Es un texto que habla al hombre, no del hombre, y habla principalmente sobre Dios, sobre el rei- no y sobre Cristo, Por eso la primera clave es cristolégica, no antropol6gica. Hablan de Cristo y son como su retrato, al mismo tiempo que expresan el suefio que movié su vida. Expresan la fe dad de quien vive en el reino y quiere contagiarla a otros sofiadores como Ei. Cristo proclama las Bienaventuranzas porque las vive. Cristo “es el verdadero protagonista de las ocho Bienaventuranzas: no es s6lo el que las ha ensefiado 0 enunciado, sino que es, sobre todo, el que las ha realizado del modo més perfecto durante y con toda su vida". Escu- chemos al gran especialista de las Bienaventuranzas J. Du- pont: “Las Bienaventuranzas de Mateo no son programa de vida cristiana més que por ser reflejo de la imagen que nos da de Jestis el evangelio de Mateo. Mateo refuerza el vincu- lo que unia, desde el comienzo, a las Bienaventuranzas con el que las pronuncié. Mateo comprende las Bienaventuran- zas como una exigencia divina para con los cristianos. Pero las entiende al mismo tiempo como una revelaci6n que hace Jesiis de sus propias disposiciones interiores. La relectura de Mateo no es simplemente la de un moralista, sino la de 9 Juan Pablo Il alos jovenes en el PerG, Diseursas y Hlomilias de Juan Pablo Hal Peri, p. 36. 150 LLAJGLESIA DE LAS BIENAVENTURANZAS un creyente que reconoce en Jesiis el modelo de toda vida ctistiana. Todas las exigencias del evangelio se reducen fi- nalmente a ésta: conformar nuestros sentimientos a los de Cristo Jests’”*, Otra clave importante es la feoldgica, es decir, las Biena- venturanzas hablan de Dios, Padre amoroso, voleado sobre sus hijos que sufren y con los que quiere construir otro mun- do diferente. Frente a nuestra fécil tendencia moralizante a ver la pobreza como exigencia moral para “merecer” el rei- tio, Jestis nos invita a descubrir en las Bienaventuranzas una imagen de Dios diferente: “Tenemos que salir de una actitud demasiado estrechamente moralizadora, a la que le gustaria absolutamente fundamentar los privilegios de los pobres en sus méritos morales. Lo que esté en discusién no son las jones espitituales de los pobres, su psicol las disposiciones reales de Dios. Lo que esté en discusi6n, realmente, es la idea que nos hacemos de Dios... E] Dios de Jesucristo es un Dios que se caracteriza pot su predileccién para con los pobres y los mas débiles, Los mas desvalidos y os més pequefios. Es un Dios que pone su pundonor en ha- cer felices a los que estén privados de toda dicha humana. Un Dios que se pone de parte de los pobres y de los débiles y no a favor de los ricos y de los poderosos. Si es ése pre- cisamente nuestro Dios, se nos plantea un interrogante: gde qué parte estamos nosotros, los cristianos? No es posible es- tar del lado de Dios sin encontrarse al mismo tiempo del lado de los mas desheredados de este mundo”, Por ser el Dios de la gracia, es el Dios del reino y el Dios de los pobres, cercano % J, Dupont, EI Mensaje de las Bienaventuranzas, p. 37 % 3, Dupont, £I mensaje, p18. LA GLESIA, LUZ DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE. a todos los que tienen el coraz6n afligido. E] mundo los re- chaza pero Dios los hace herederos del reino (Sant 2,5). Por eso mismo descubrimos también una clave eclesio- Iégica, porque en las Bienaventuranzas descubrimos los ras- gos de esta comunidad que llamamos iglesia y que esté lla- madaa ser transparencia del reino, de tal manera que el Dios del reino se transparente en sus obras (5,16). Presentah una forma de vivir que demuestra que el reino ha entrado ya en nuestras vidas. Finalmente est la clave antropolégica porque, siendo Jesiis el modelo de Hombre y el Hombre de las Bienaventu- ranzas, revela al ser humano lo que esta llamado a ser delan- te de su Dios y el camino de su plena felicidad, al mismo tiempo que se pronuncia un juicio sobre un mundo al que le falta la sal y la luz. Las palabras de Jestis en el monte y, en conereto, las Bie- naventuranzas, son luz que ilumina nuestra historia y m¢ cina que sana nuestros males porque indican la forma de ser hijos y de ser hermanos, como el Dios del reino lo quiere. Su iglesia debe ser sacramento de nueva humanidad y el ser- mén de la montatia asi Jo propone. Para una mejor comprensién del mensaje de las Biena- venturanzas puede ayudar el esquema siguiente: 1° Bienaventurados los pobres: el reino es de ellos 2° Bienaventurados los mansos 3° Bienaventurados los que Horan 152 + mera Bienaventuranza donde especifica LLATGLESIA DELAS BENAVENTURANZAS 4° Bienaventurados los que tienen hambre 5° Bienaventurados los misericordiosos 6° Bienaventurados los limpios de corazén 7° Bienaventurados los que obran la paz 8° Bienaventurados los perseguidos: el reino es de ellos Todas las Bienaventuranzas son invi La primera y Ia ultima forman una inclusion con Ja met del reino en ambas. El reino se hace presente en la vida de Jos que las aceptan, pero el anti-reino los margina, los exclu- ye y los persigue. El primer grupo de tres representa situa- ciones 0 estados de miseria y dolor de los que el hombre va a ser liberado, las tres siguientes (que son propias de Mateo), enuncian una actividad o tarea del hombre (la misericordia, la transparencia y la paz) como forma de relacionarse con los otros. Asf se expresa la liberacién que el reino aporta y el com- promiso con el reino para que esa fuerza liberadora siga acti- vaen la historia, El reino debe crecer y llegar a su plenitud. La labor redaccional de Mateo se ve sobre todo en la tu”, en la cuaria que habla de hambre y sed la octava en que se refiere a los perse; dad” (usticia). Para algunos autores, las cuatro primeras Bienaventuranzas representarian la oferta de la gracia, mien- tras que las cuatro siguientes se orientan a Ja vida que emana de la gracia. La Bienaventuranza de la paz considera la situacién de la comunidad, porque en medio del conflicto % U. Luz, 06.1, p.284, 153 LA IGLESIA, LUZ DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE con un mundo que los persigue (Mt 10,16-22; 24,9-12) es- tan llamados a ser creadores de la paz y testigos de la gracia, porque son hijos de Dios. 4, La comunidad de las bienaventuranzas mos al piblico que le rodea, son la multitud y los disefpulos, aunque éstos estén més cerca. Pero los discipulos y Ja multi- ‘ud representan una comunidad abierta, los discipulos de to- dos los tiempos. Una conmnidad en la que, porque el reino llega, las cosas comienzan a cambiar para felicidad de todos. Bienaventurados los pobres en elespiritu, porque de ellos, es el reino de los cielos, Notemos que no se habla de la ino de los pobres. Y esta palabra alude no sblo a mn de carencia material, sino a una situacién so- cial de insignificancia, de marginacién, de no valoracién porque los pobres “no cuentan” ni son importantes. Su po- breza les afecta no sOlo en lo externo (las cosas) sino en lo més hondo de su ser, porque los humilla y los hace sentirse nada y nadie. Por el contrario, para el Dios de la biblia y del reino, los pobres son sus predilectos por ser fos més necesi- tados. Por eso, de una experiencia material y social se pasa a una experiencia espiritual, Creen en ese Dios de los pobres Se puede consulta, al especto, Carlos Bravo G, “Mateo: Buenas Nuevas pera fos pobres-perseguidos’ en RIBLA 13(1992) 29-44 y“Las Bienaventurancas ‘come contracultura” en Christus, MExi "© Enrique Sanz! Terrae, enero (2003) 63-73. LAJOLESIA DE LAS BIENAVENTURANZAS. y se abren a Dios ya a riqueza del reino, todos los que estin libres del dios riqueza. Dios reina sobre ellos, no el dios riqueza. (6,24). Como dice acertadamente P. Bonnard, “el texto no alude a una ley espiritual que conduzca al reino por la pobreza” pues el reino es pura gracia que se recibe como regalo y no se conquista con nada. La Bienaventuranza ha- bla de “pobres en espiritu”, es decir, en lo més profundo y en Jo mas concreto de su condicién delante de Dios y delante de los hombres”, Jesis propone una forma de vivir ante Dios y ante los demés. Se trata de un creyente y de una igle- sia cetcana a los pobres, en un mundo que produce pobres, para ser testigo del Dios del reino. Consciente de que “no se puede servir a Dios y al dinero” (6,24), toda la comunidad puede hacer suya la invitacién que Jesis hace al joven rico: “Dios serd tu riqueza” (19,21) que es, quiz4s, una buena tra- duccién de “tendrds un tesoro en el ». La primera Bien- aventuranza nos invita a todos a vivir a Dios como riqueza y como gracia. Pero esa experiencia tendré como consecuen- cia la liberacién de nuestras ataduras a los bienes de la tierra y Ia solidaridad con los pobres'. Bienaventurados los que Horan, porque ellos serén con- solados". Las siguientes Bienaventuranzas no expresan di- ferentes categorias de personas sino maneras diferentes de ser pobres. Los que Iloran son los que sufren y el texto pare- ** P.Bonnard op. 91y note 12.0, Clément comentando “los pobres de ow iu", Est es su explicacién: “son fos que han dejado de’ver en su yo el °© Rafael Again Bienavetuades fos slgidos porque srénconslados” en Sal Terrae, febrero (2003) 153-163. 158 LA JOLESIA, LUz DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRAST. ce inspirarse en Is 61,1s donde los que sufren forman parte de los cautivos y prisioneros a los que se anuncia la buena iberaci6n. “El consuelo significa el fin de la anto no es por los pecados (como alguna en que se encuentran. Los pobres cién profunda que a veces se exterioriza en el llanto. Dios es su consolador'® y esta presente en Jesis, que llora sobre Jerusalén, para ofrecer el gozo y la paz del reino (Le 19,41). La comunidad de las Bienaventuranzas se sabe portadora del gozo del reino y espera la “consolacién de Israel” (Le 2,25), por eso es sensible a todo Ilanto o pena y es capaz de compartir el consuelo de Dios eon los affigidos, sanando, enfermedad del pueblo” (4,23). Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerdn la tierra", Son los no violentos a los que la suavidad, la dul- zara y la mansedumbre los caracteriza. La ausencia de esta Bienaventuranza en Lucas se debe, tal vez, a que ha sido afiadida por Meteo, como una forma de explicitar la dimen- i nar demasiado el tex- to hebreo subyacente. Es copia casi literal del salmo 37,11 enel que se dice que los que confian en el Seffor “poseerén . Pero hace referen- por la violencia sino por el don de su vida, En El, que es “manso y humilde de corazén” (11,29; 12,17-21), se refleja Mateos. 1, Madri 13 61,2; 40,1 Carmen Bernabé, “Bieraventurados los mansos porque elles heredarén la jetra” en Sal Terrae, marzo (2003) 235-248. El evangelio de Mateo. Lectura comentada, ed 156 LLAIOLESIA DE LAS BIENAVENTURANZAS. a paz del reino. El Dios del reino no vence por el poder o la fuerza, sino por la dulzura y la suavidad. Por eso B. Dre- wermann, resaltando la fuerza que viene de Dios, traduce “los mansos” por “los inermes””. Es el reverso de la men- Jas tinieblas, cada uno segiin su culpa en la venganza de Dios”, Los seguidores de Jesis ven en El un rey-siervo, manso y humilde, encaracién del ideal religioso de las Bienaventuranzas, que va delante abriendo camino a sus seguidores. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justi- cia, porque ellos serdn saciados. Las dos Bienaventuran- zas precedentes parecen condensarse en ésta o se entienden mejor a la luz de ella. La palabra justicia aparece en esta Bienaventuranza y en la iltima, En ésta se trata de la justicia, de Dios en cuando decisién de salvar (Sal 36,11; 40,11) que, asu-vez, genera una justicia del hombre como fidelidad (Mt 5,10). En san Lucas se dice “los que ahora tienen hambre” (6.21) porque se trata del hambre real (como expresién de todas las carencias), que Dios viene a saciar. Mate una perspectiva més cristologica porque ado que “no s6lo de pan vive el hombre” (4,4), sino de la Palabra en la que Dios expresa su voluntal, es decir, su de- signio salvifico. Por eso encuadra esta Bienaventuranza den- tro del proyecto del Padre, su voluntad 0 su justicia, y la ilumina con el “busquen primero el reino y su justicia, que '@ B. Drewermann, 1! dscorso della montagna, Quesiniana 1997, p. 56 Textos de Qumrén, “Regla de la Comunidad” y Regla de 49y p. 145 ©” Maria Tabuyo, “Hamby y sede justcia” en Sal Terrae, abril (2003) 327-338, 157 LLAJOLESIA, LU2 DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE, todo lo demas se les dard por afladidura” (6,33). Tener “ham- bre y sed de justicia” implica ajustar la propia vida a todas las exigencias de la voluntad del Padre que serdn presenta- das en este discurso de a montaiia. La metéfora del hambre y de la sed indica que se trata de algo fundamental para la vida, que nos hace vivir, como el alimento; tener hambre y sed de justicia como fuente de felicidad, Para Jestis, lo sabe~ ‘mos por san Juan, e! alimento es “hacer la voluntad del Pa- dre” (Jn 4,34). ¥ esa misma decisién es la que demostré a Juan Bautista cuando le dijo estar dispuesto a “cumplir toda 3,15), Se trata de tener hambre de la vida auténti- a, de la justicia que instaura el reino de Dios, porque “en la proyecto divino, ‘el reino de Dios’, 6, Jesis se hace pan para saciar nuestra hambre de vida y nos invita: “el que tenga sed, que venga a mi y beba” (In 7,37 y 6,35). Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcan- zarén misericordia!. Si el hambre de nuestra conducta ante Dios, la prictica de | expresa nuestra conducta ante el préj en necesidad. Con esta Bienaventuranza pasamos de pobres afligidos que ponen toda su confianza en Dios, a pobres ac- tivos, los que viven y obran, segiin la ética del reino, a favor del préjimo, de tal manera que los hijos del Padre puedan también poner toda su confianza en la compasidn de los her- manos que, por ser receptores y testigos de la bondad del Padre, munca cerrarin sus ojos 0 su corazén ante el dolor de "J, Mateos/F. Camacho, oc. pS. ‘Ana Rodriguez L., “Bieriaventurados los misericordiosos" en Sal Terrae, mayo (2003) 419-426. 158 LAIGLESIA DEAS BIENAVENTURANZAS Jos hermanos necesi futura (entre “ser” mis dia) aparece en san Mateo en la peticién de perdén del Padre nuestro (6,12 “perdénanos como nosotros perdonamos”) y en laconclusién de la parabola sobre el perdén (18,35). Qué ¢s primero, la accién humana del perd6n y de Ia misericor- dia o la accién divina? También aqui se pone como futuro, “alcanzardn”, lo que en realidad ya es presente, porque el reino es misericordia y don absoluto, ofrecidos gratuitamen- te por Dios. La actitud misericordiosa de Dios hacia noso- ‘ros marca la direccién de nuestra misericordia hacia el pré- jimo, pues es una exigencia de vida ala felici- dad por la practica de la misericordia, La misericordia del Padre muestra toda su eficacia cuando sus hijos nos hace- mos testigos de ella para con nuestros semejantes, El ser- mén de la montafia ampliard esta exigencia de testimoniar el perdén a Jos hermanos" para construir la fraternidad que el Padre espera de sus hijos. El don de Dios nos compromete a ser sus testigos, La misericordia no es sélo un sentimiento, es un concepto dinamico y, por lo tanto, es ejercer y practi- car la misericordia con los necesitados, entre los cuales est el Sefior (Mt 25,355). «dos. El juego entre realidad presentey Bienaventurados los limpios de corazén, porque ellos verdin a Dios", El corazén es el centro de la vida interior de donde brota lo més auténtico y sincero de la persona. “El corazén designa, en lenguaje judio, no una esfera interna del hombre, sino el centro del querer, pensar y sentir humano”™, NU, Luz, 0.8.1, 295. LA IGLESIA, LUZ DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE Lo que se hace se debe ajustar a lo que se es y se lleva den- tro. Por eso Dios puede denunciar, por medio de Isaias, el culto de todos los que “me honran con Jos labios, pero su coraz6n esta lejos de mi” (Mt 15,8 e Is 29,13). Debe haber una correspondencia entre lo interior y lo exterior de la per- sona. Si el texto se inspira en Sal 24,4, deben ir juntas las entregado a El, La pasién por hacer la “justicia” de Dios 0 iar ‘su misericordia en el mundo nace de lo hon- ta. La limpieza del coraz6n se manifiesta en la transparen- cia, 1a verdad, la fidelidad, la coherencia de la vida. No se entra en el juego de la corrupcién donde todo son céleulos 0 intereses fingidos, no confesados, que generan la descon- fianza entre las personas. Se nos invita a vivir la transparen- cia, la sinceridad y la lealtad, contrapuestas a la hipocresia que, con tanta vehemencia, va a ser condenada en este evan- gelio. Segiin los rabinos, se ve a Dios en los grandes intér- pretes de la ley o en el estudio de la Escritura y se encuentra su presencia en el templo. Para Jestis, la limpieza de cora- z6n y la coherencia de vida son transparencia de Dio: pureza o limpieza ante Dios no se consigue con ritos ni ob- servancias sino con la buena disposicién hacia los demés y la sinceridad de la conducta”", Jestis es modelo de sinceri- dad y de verdad, como lo reconocen sus mismos enemigos, cuando ensefia el camino de Dios (Mt 22,16). El hombre de corazén limpio encuentra a Dios en todo y lo pone en todo To que hace. Por eso el “verdn a Dios” de esta bienaventu- US”, Mateos/ F. Camacho, 0. p56. 160 LA IGLESIA DELAS BIENAVENTURANZAS ranza no es s6lo una promesa de la visién beatifica en el cielo. El corazén limpio, donde Dios habita, nos permitira abrimos a sus miltiples presencias en la historia de los seres humanos. Bienaventurados los que obran la paz, porque ellos se- én llamados (reconocidos) . Esta Bienaven- turanza no habla de los que de los que Ia . La pasion por la justicia y por la mi- sericordia genera la paz entre los seres humanos y Dios se trasparenta en los hombres de paz. porque paz no es sélo |. El profeta Isaias dice que “el fruto de la justicia seré la paz” (Is 32,17). Tampoco es una paz como la da el mundo. Pensemos en los esfuerzos de las Naciones Unidas y de Estados Unidos en “establecer la paz” en la ex-You- goslavia, Afgenistén o en Irak. Esaes unapaz que esté “man. 2 chada en sangre” como dijo Tacito de la paz romana”. Si esta Bienaventuranza concentra las dos que la preceden, podemos decir que el fruto de la misericordia y de la trans- parencia (corazé6n limpio) seré la paz, porque en una socie- dad en donde todos muestran un corazén miseria del hermano y estan dispuestos a se alcanza la paz. Cuando construimos una pazy en la justicia somos llamados y reconoci jos de Dios y nuestro Padre es glorificado (5,16). Tener la Ne” Juan M. Martin Moreno, “Dichosos los que construyen la paz” en Sa Terrae, ‘septiembre (2003) 691-700. 1 Taito, Anales , 10,4 161 LA IGLESIA, LUZ DEL MANDO SOCIEDAD DE CONTRASTE presencia de Dios en nuestra propia vida y ser reconocidos jos del Padre es Ia mejor garantia de felicidad para todos. “El fruto de la justicia se siembra en paz para los que obran la paz” (Sant 3,18). Bienaventurados los perseguidos por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos"*. Las Bienaventuranzas proponen una forma de vivir contraria a la del mundo, que se basa en el poder, la gloria y la riqueza (4,9), por eso todas ellas desembocan en esta iltima que Jestis amplia con los versos 11-12, afiadiendo otra Bienaventuranza, Quien vive Ia justicia, la verdad y la paz del reino, encuentra como ene~ migos a todos los que viven de la inj de la mentira o de la guerra. Por eso esta ultima Bienaventuranza es una advertencia a su comunidad (‘“serdn perseguidos”) y es una invitacién a la fidelidad a toda prueba: “bienaventurados los perseguidos por su fidelidad”. La persecucién es el precio de la fidelidad. Justicia significa aqu{ la respuesta fiel det hombre a la justicia del Dios que instaura su reino, Pero es una respuesta que le puede costar la vida, porque situarse solidariamente al lado de todas las victimas del sistema del reino de este mundo (como lo hace Cristo, 25,315), puede traer consecuencias funestas para el creyente, “Perseguidos por la justicia” o “por causa mia” (5,11) estén en paralelo, porque Cristo es el que vive las Bienaventuranzas. Los de- mAs intentamos ser sus discfpulos. Lasal de la tierray la luz del mundo, El reino de Dios va naciendo en este grupo de personas que se adhieren a Cristo, 1 lisa Estevez, “Bienaventurados los perseguidos por causa de la justci, porque de ellos ese! Reino” en Sal Terrae, octubre (2003) 773-785. 162 LAJOUESIA DEAS BIENAVENTURANZAS experimentan la liberacién de los idolos, sobre todo el de la iqueza, y Jo van construyerido'con su compromiso por la paz, la justicia y la transparencia, Dios los.técorioce como hijos porque se aceptan como hermanos. Las Bienaventuran- zasy.el sermén de la montafia son el estatuto que Cristo pro- clama para un nuevo pueblo que debe dar fruto en la historia Eneste momento Jests te dirigea los que estén presettes con:lenguaje mas directo.en:segiinda persoria. “Dichos uste- des euando los insulten, los persigan y los calumnien de-cual- do.por.causa mia” (5,11): Pero resulta patadgjica den la persecucién. La persecucién es un signo dela fidelidad a Cristo (5,11): Los perseguiidos “por la justi- cia’; (v.10) son perseguidos “por mi causa” (v.11), Como Jo explica Jestis en sain Juan, ‘si me han perseguido ami, tam- bign los perseguirén a ustedes” (In 15,10). Identidad con Jestis en la forma de-vivit, identidad con Jestis en la petsécu- ccidn,; pero ‘alegres y.contentos” porque han encontrado el tesoro del reino:-En la persecucién-a los cristianos se conti- nia Ja antigua persecucién a los profetas, porque también ellos-son profetas.viviendo las Bienaverituranzas. “De esa era: prociarhan un ruevo camirio-de vida, de luz y de felicidad, al mismo tiempo que denuncian los.caminios vie- jos dl poder, del dinero, de le mentiay de las injustcas para’ 3 Les pelabrs que sigue sirven de conclusion Ins Bieat- yenturanzas y de introduccién al resto del discurso: Aparece de nuevo:aqut la préocupacién eclesialide san Mateo, por- que a esta comunidad perseguida, en medio de un mundo que mata, Jestis no la saca del mundo sino que Ia coloca ‘como “sal de la tierra y luz del mundo” (vv.13.14). Eviden- 163 LA GLESTA, LUZ DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE temente estamos ante dos simbolos, pero ,ousl es el signifi- cado de tales simbolos? tantes en la vida, sobre todo en prescindir de ellas. Como decia Plinio el Viejo, “nada mas necesario que la sal y el sol”, La sal sirve para dar sabor, “alianza perpetua sellada con sal ante el Sefior”, leemos en el libro de los Numeros (18,19). Y la luz. es necesaria para que haya vida, para movernos y orientamos y para disfrutar dela beileza de la creacién. Los simbolos son elocuentes: en un mundo desabrido y sin sabor y que camina a oscuras (4.17), Ia comunidad cristiana esta llamada a dar sabor y sentido, ser luz y ser sal para el mundo; sal que desaparece al mezelarse y luz que se consume para iluminar, Tal vez podemos afiadir que la luz son las buenas obras (5,16) y la sal es el gozo de creer y de vivir el evangelio: peto ni la luz se esconde ni la sal se separa de lo que se quiere salar. La responsabilidad es grande y las palabras du- as porque una sal (una iglesia) que no da sabor ni atrae “no sitve més que para ser tirada a la calle y que la pise la gente” (5,13). En el contexto de todo el sermon del monte, es facil ver en estas palabras de Jestis una intencién polémica con el judaismo, segiin el cual la Ley era la que daba luz y sabor a la vida, (Sal 119,105.130). A los disefpulos se les dice: “us- tedes”, no la Ley, son la sal y la luz del mundo porque son una encarnacién viva de la Ley y de esta manera se anticipa in de las antitesis con la Ley (5,21-48) que viene a “Nihil esse wiles sale et sole”, en Historia Natural 31,102. 164 LAJOLESIA DE LAS BIEKAVENTURANZAS, Jesiis dice: “ustedes son”, no sélo cada uno en particular sino todos juntos porque compartimos una i es la luz y la comunidad debe oftecerla al mundo. Mateo resalta que la responsabilidad es ante Dios y ante los hom- bres. En contraste con la secta de Qumrdn que odiaba a los hijos de las tinieblas, mientras ellos se consideraban los “hi- esta luz se ofrece ahora a todo el mundo, mar- ersalidad de este nuevo pueblo. A ta luz.de Mt le vuestra Juz ante los hombres”, podemos decit que los disefpulos son luz no tanto porque predican sino porque realizan las buenas obras, que dan credibilidad a las, palabras, y ellos mismos son la mejor palabra, porque lo que cuenta en este evangelio no son “Ios que dicen, hacen” (7,21). Es decir, debemos dar sabo mundo por el testimonio de nuestras obras. Nuestras obras no son para ganar el reino, sino para testificar que vivimos ya en el reino, Se hacen, por eso, como expresién de la gracia gratuita de Dios (6,46s) y no con espiritu fariseo, pendiente del mérito y del premio. Se nos invita a hacer obras “ante los hombres” (5,16), pero no para ser vistos ni pagados por ellos (6,15) sino para que el Padre se haga trans- parente y crefble en nuestras vidas. Las buenas obras no son para ganar una recompensa sino para que el Padre sea glorificado. Para expresarlo con palabras de san Pablo: “en medio de una generacién depravada y corrompida, bri como lumbreras manteniendo un mensaje de vida” (Fil 2,15). A modo de sintesis podemos decit que las Bienaventu- ranzas expresan el suefio de Jestis, la utopia del reino que moviliz6 toda su vida. En ellas, Jests propone wn camino de 165 LA IGLESIA, LUZ DEL MUNDO SOCIEDAD DE CONTRASTE dicha y felicidad en abierto contraste con el camino que nues- tro mundo propone. Asi suefia Jestis su comunidad en medio del mundo: Felices los pobres hasta el fondo que viven el g0z0 y la libertad de tener a Dios como riqueza, abiertos a Dios y al mundo, se hacen don para los demés. Felices los que Horan con los que Horan y se solidarizan con todos los que suften, compartiendo el consuelo de Dios con todos los afligidos (2Cor 13-7). Su presencia en el mundo es prolongacién del consuelo de Dios. Felices los mansos, los no violentos, es decir, los que se atreven a conquistar el mundo con la dulzura, la suavidad y la no violencia. Forman parte de ese ejército de “voluntarios de la vi que van por el mundo “disparando mansedumbre” (C. Vallejo). Felices los que tienen hambre y sed de justicia, de dignidad y de fraternidad, en un mundo que fomenta el hambre y Ia avidez del tener que nos enfienia y nos divide. Felices los misericordiosos los que, frente a toda miseria, reaccionan con el corazén, con la compasi6n y la ternura. Como el Dios rico en misericordia, ellos son signo de su presencia, LAIGLESIA DE LAS BIENAVENTURANZAS Felices los limpios, los transparentes, los honestos que no entran en el juego de la corrupcién reinante, ‘Viven bajo la claridad de Dios que ilumina sus vidas. Felices los que construyen la paz, los son los hijos de Dios. Su pasién por la paz, os hace hermanos de los hombres e hijos del Dios de la paz. Felices los que arriesgan trabajo, honor y vida por sus convicciones, Su fidelidad a toda prueba hace presente el reino de los cielos. Felices los que se atreven a vivir la utopfa de un mundo diferente. Ellos son sal y luz de la tierra y de los hombres ios mismo se reconoce en sus rostros. 167

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