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Historia de la Arquitectura II B
LA TRADICIÓN AMERICANA
DE LA ARQUITECTURA FUNDACIONAL A
LA ESCUELA DE CHICAGO

Taller Vertical de Historia ‘T’-

PROFESORA ADJUNTA AUXILIARES DOCENTES


Arq. Ana Zagorodny Arq. Rosana Álvarez
JEFA DE T.P. Arq. Sofía Cuenca
Arq. Rosana Álvarez Arq. Mariana Fernández Olivera.
Arq. Eleonora Acin
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EE.UU. 1860-1900 -

Compilado de textos de: Literatura Universal - Capítulo Universal. Fascículos Del Centro Editor de América
Latina. Historia del Arte. Ed. Salvat.

Contexto:

→ Bajo la presidencia de Abraham Lincoln, la cuestión esclavista y la Guerra de Secesión (1861-1865) que
daría la victoria a los estados del norte sobre los del sur, la abolición definitiva de la esclavitud (1865) que
arruina a los cultivadores del sur y plantea el problema negro (derecho de voto concedido a los negros en
1868) apenas retrasaron el enorme progreso económico de los EE.UU. La importantísima inmigración
europea (escandinavos, irlandeses, italianos), el rápido crecimiento de las ciudades – Chicago pasará de
30.000 habitantes en 1850 a 2.000.000 en 1910 - y la organización práctica de los americanos que ponen
todo su esfuerzo en desarrollar sus vías férreas, superiores a las de Europa para 1860 (El Central Pacific,
primero de los transcontinentales, se construyó entre 1862 y 1869), sitúan a EE.UU. en la cabeza de las
grandes naciones.
La expansión americana parece milagrosa:
• la riqueza del subsuelo que le brinda superioridad en el terreno de la metalurgia,
• el maquinismo cada vez más importante en la agricultura y
• la “Concentración Bancaria”, que hace posible el crecimiento de las grandes empresas, son sus
principales causas.

→ Los americanos van a desarrollara una civilización “materialista” que será el correlato del positivismo
europeo. La exposición universal de Chicago de 1893, con motivo del cuarto centenario del descubrimiento
de América por Colón, señala el triunfo del joven país.

→ En su búsqueda de salidas comerciales, América se vuelve hacia Extremo Oriente y descubre a Japón y
su arte que tanta importancia estética habría de tener sobre algunos de sus más importantes artistas.

→ El desplazamiento de la población hacia el Oeste, la marcha hacia el oro y el petróleo, (Rockefeller funda
en 1879 la Standard Oil Company) no impiden el progreso material y cultural de las grandes ciudades del
Este: New York, que llega a ser el foco artístico, centro de intercambios comerciales y culturales entre el
norte y el sur, el oeste y Europa (4.000.000 de habitantes en 1860 y 7.000.000 en 1900) ; Boston que
acentúa su prestigio de ciudad intelectual y refinada, Filadelfia, Chicago, San Louis etc.

Cultura:

En literatura, habrá una oposición manifiesta entre los poetas Longfellow, Holmes y Lowell, profesores de
Harvard y representantes del ambiente burgués, culto, moral y enojoso y una segunda generación
romántica, que mezclaría los problemas religiosos y morales con las nuevas teorías literarias.

El trascendentalismo, en Nueva Inglaterra, arranca de un despertar calvinista. Es importante aquí el papel


de la mujer: ejemplo de ello es la novela de Beecher –Stowe “La Cabaña del tío Tom”.
Fue un movimiento filosófico, político y literario estadounidense que floreció aproximadamente entre 1836 y
1860. Comenzó como un movimiento de reforma dentro de la Iglesia Unitaria que procuraba extender la
aplicación del pensamiento de William Ellery Channing sobre el Dios interior y la significación
del pensamiento intuitivo
Para los trascendentalistas, el alma de cada individuo es idéntica al alma del mundo y contiene lo que el
mundo contiene. Los trascendentalistas trabajaron con la sensación de que el advenimiento de una nueva
era estaba al alcance de la mano. Fueron críticos de su sociedad contemporánea por su conformidad
irreflexiva, y urgieron a que cada individuo buscara, en palabras de Ralph Waldo Emerson, «una relación
original con el universo».

Ralph Waldo Emerson, haciendo uso del fundamento trascendental en su Ensayo sobre la
naturaleza sostuvo que la verdadera independencia del individuo se consigue con la intuición y la
observación directa de las leyes de la naturaleza. Para Emerson, el ser humano cuando se encuentra en
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contacto con la naturaleza, haciendo uso de la intuición y la observación, es capaz de entrar
en contacto con la energía cósmica, la fuente creadora de la vida, identificada como Dios —u orden— por
los deístas, y como «totalidad» por los panteístas.
Influido por la filosofía racionalista y romántica alemana que conoció a través de Carlyle y por
el hinduismo que le hizo estudiar su amigo Max Müller, Emerson proponía el trascendentalismo, una vía
intuitiva basada en la capacidad de la conciencia individual, sin necesidad de milagros, jerarquías religiosas
ni mediaciones. Propone también creer en una realidad superior que la adquirida mediante la experiencia
de los sentidos o una clase superior de conocimiento que el logrado por la razón.
El trascendentalismo empieza a provocar agudas críticas cuando se opuso al ritualismo estricto y a la
teología dogmática de todas las instituciones religiosas establecidas, rechazando las estrictas actitudes
religiosas puritanas procedentes de Nueva Inglaterra.
Junto a Emerson, figuraban como líderes del grupo la feminista y reformadora social Margaret Fullerr, el
pedagogo Bronson Alcott y el autor, naturalista y poeta Henry Thoreau.
Donde la teoría trascendentalista se volvía más personal, era en la participación asignada al individuo. La
virtud y la felicidad – decían – dependen de la autorrealización y ésta, a su vez, emana de una armónica
conciliación entre dos tendencias psicológicas universales: el impulso expansivo, de trascendencia del yo y
el impulso de autoafirmación personal, el anhelo por constituir una individualidad única e indivisa.
El 31 de agosto de 1837 pronunció un discurso, ahora famoso, en la sociedad Phi Beta Kappa, The
American Scholar (El estudiante americano), luego conocido como An Oration, Delivered before the Phi Beta
Kappa Society at Cambridge. Fue recogido para una colección de ensayos (que incluían la primera edición
de Naturaleza) en 1849. Los amigos lo incitaron a publicar la charla, y así lo hizo, por su propia cuenta, en
una edición de 500 copias que se agotaron en un mes. En este discurso, Emerson declaró la independencia
literaria en los Estados Unidos y llamó a los americanos a crear un estilo propio, independiente del europeo,
consigna que Walt Whitman tomaría como uno de sus principales propósitos literarios.

En 1855 Walt Whitman publicó su innovadora colección de poesía Leaves of Grass, Hojas de hierba, y envió
una copia a Emerson pidiéndole una opinión. Emerson respondió con una entusiasta carta de alabanza de
cinco páginas.

Posteriormente, Emerson participó con otros intelectuales en la fundación del “Trascendental Club” de la
revista The Dial, cuyo primer número salió en 1840 para ayudar a la propagación del Trascendentalismo, y
que se editaría ininterrumpidamente hasta 1844. Allí se convocaría a escritores, pastores y americanos de
buena voluntad, que abogarían por la multiplicación de los falansterios (“Brook Farm”, “Instituto de
Agricultura y Educación”, etc.) que pretendían formar moral e intelectualmente a sus adheridos.

Una mística común de la poesía y de la naturaleza americana unió a los trascendentalistas: se aprecia en
principio en la poesía de Emerson, pero también en la de Walt Whitmann (1919-92), cantor de la
democracia y del individualismo, también en el asombroso Herman Melville, desconocido en su tiempo, pero
cuyas novelas (Billy Bud, Moby Dick) poseen una grandeza pesimista que les da su éxito moderno. Igual
escepticismo se acusa en las novelas y poesías de Hawthorne.

La Guerra de Secesión marca un corte en el hermoso optimismo de la literatura americana. El poeta


georgiano Lanier muere a los 39 años, pero la leyenda del “sur” se prolongará hasta la literatura moderna.
El mal gusto de una época sedienta de dinero llega a desanimar al viejo Whitmann. La antigua hegemonía
intelectual de Nueva Inglaterra (Boston, Harvard) será sustituida por una literatura dispersa, local, que
reivindica su provincianismo, como se ve en Ambrose Bierce en San Francisco. El mejor escritor es Samuel
Clemens (“Mark Twain” es su seudónimo-1835-1910) que por su exageración, su realismo, su humor y
americanismo agresivo, inaugura la novela moderna. El fue quien llamó a ese período del fin de siglo “la
Edad Dorada”.
Hacia 1890, se evidencia una reacción en la novela que traduce la confusión de una sociedad cuyo
materialismo financiero no puede resolver todos los problemas. Surge un realismo que sin embargo no llega
a ser naturalismo en Crane o en Jack London (Colmillo Blanco).
Otra reacción “levantisca” fue protagonizada por los escritores cultos y aristocráticos, a través del abandono
del país: Henry James, refinado ensayista se naturaliza inglés, Stuart Merrill se hará simbolista francés.
Muchos repudian la América del maquinismo y el capital. Así, Henry Adams se deja impresionar por la
filosofía de Oriente, mientras William James y John Dewey son los creadores del “PRAGMATISMO” que se
opone al determinismo científico y al idealismo absoluto.
La ciencia americana, no será especulativa sino PRÁCTICA: (1876 – Teléfono – Graham Bell. 1877 –
Bulbo eléctrico – micrófono – fonógrafo. Thomas A. Edison)
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En el terreno estético, la notable influencia de J. Ruskin dará a los americanos un gusto
arqueológico por el “GOTHIC REVIVAL”.

El realismo se traduce también en la formación de las grandes “colecciones”. Es característica la de


Vanderbilt en New York, en su residencia de la Quinta Avenida. Pero en el ambiente de Boston, más
refinado, en torno al pintor W. Morris Hunt, las preferencias se orientan hacia la Escuela de Barbizón.
A principios de siglo, los grandes coleccionistas abren sus tesoros al público: Concord Art Gallery
(Washington 1869), Walter´s Art Gallery (1873), Museo de Boston (1870), Metropolitan Museum of Art (New
York -1871).

Viejo Oeste (Wikipedia)

El siux Toro Sentado (1831-1890) y el cazador


de bisontes Buffalo Bill (1845-1917),
reconocidos personajes del popularmente
llamado «Viejo Oeste» de los Estados Unidos.

El Viejo Oeste, Antiguo Oeste, Salvaje Oeste, Lejano


Oeste o la Frontera (en inglés Old West, Wild
West, Far West o The Frontier) son los términos con que
se denomina popularmente a los hechos históricos (con
sus personajes protagonistas) que tuvieron lugar en el
siglo XIX durante la expansión de la frontera de
los Estados Unidos de América hacia la costa
del océano Pacífico. Aunque la colonización del territorio
comenzó en el siglo XVI con la llegada de los europeos,
el objetivo de alcanzar la costa oeste se debió
principalmente a la iniciativa gubernamental del
presidente Thomas Jefferson, tras la Compra de la
Louisiana en 1803. La expansión de la frontera fue
considerada como una búsqueda de oportunidades y
progreso.
Esta incesante y prolongada migración de personas hacia el oeste desplazó culturas ancestrales y oprimió a
minorías étnicas de amerindios. En contraste, el período suscitó importantes avances en la industria,
las comunicaciones y la agricultura, a costa en muchos casos de una intensa explotación de los recursos
humanos y naturales.
Estos eventos históricos, origen de un mito nacional en los Estados Unidos (conocido como «Mito de la
Frontera»), han sido recreados por diversas manifestaciones del arte, agrupadas bajo el
género western. Este género narra historias de cowboys, pioneros, «nobles»amerindios, gambusinos,
empresarios, etc.; historias de gentes de variada condición que emprendieron la aventura del oeste con la
esperanza de alcanzar el éxito personal pero que acabaron, no pocas veces, enfrentadas a la justicia o a la
fatalidad del destino. Los estudios actuales consideran que detrás de esta mitificación se esconde una
realidad más compleja, por lo que se tiende a replantear el papel de todos los actores que participaron en
aquella coyuntura social, económica y cultural que fue la frontera estadounidense en el siglo XIX.

La frontera en la historia estadounidense

American Progress (1872), de John


Gant. Animales y nativos huyen ante el
avance de pioneros, ferrocarril,
agricultores, etc.; acompañados estos de
una diosa que cubre el territorio con
líneas telegráficas.

La «frontera» es un concepto que, en la historia de


los Estados Unidos, hace alusión al avance y la
búsqueda de oportunidades dentro de un territorio
desconocido. En palabras de un autor moderno:
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La frontera es aquel lugar donde la civilización puede avanzar a costa de lo salvaje. Es una
delgada línea geográfica donde lo viejo y lo nuevo, lo conocido y lo desconocido se encuentran y se ponen
límites.
A principios del siglo XIX, el Oeste era considerado un territorio salvaje e inhóspito, con escasas
posibilidades de ser habitado. En esta opinión no influía el hecho de que los pueblos amerindios llevaban
varios milenios viviendo en él. El avance del «Este civilizado» sobre el «Oeste salvaje» fue el encuentro y el
choque entre dos mundos excluyentes. La apropiación de territorios y el desplazamiento de los nativos se
justificaron con la doctrina del «destino manifiesto», una ideología que afirmaba que todos estos sucesos
eran parte de un plan divino previsto para Norteamérica y el mundo. En 1825, un político de Missouri
llamado Thomas Hart Benton defendió la colonización alegando que su propósito era llevar a todos los
pueblos «grandes y maravillosos beneficios a través de la ciencia, los principios liberales de gobierno y la
verdadera religión». En 1893, una vez pasado el período de expansión, Frederick Jackson Turner presentó
su tesis «Significado de la frontera en la historia de los Estados Unidos», más conocida como Tesis de la
Frontera (Frontier Thesis) o Tesis de Turner (Turner Thesis). En ella destacó la mezcla y fusión de razas, el
logro de la solidaridad entre las distintas regiones, la acción del gobierno al impulsar las comunicaciones y la
creación de una personalidad nacional. Lo más importante, sin embargo, fue:
…la promoción de la democracia aquí y en Europa (…) el individualismo desde el comienzo ha promovido la
democracia (…) significa el triunfo de la frontera con todos sus buenos y malos derroteros

Con el tiempo, la frontera se convirtió en un mito en los Estados Unidos. Todo lo acontecido en el oeste —
bueno o malo— sirvió para forjar la personalidad del país a través de valores como la búsqueda de
oportunidades, la aplicación de soluciones prácticas, la actitud enérgica ante las dificultades, la capacidad
de innovación y el esfuerzo orientado al progreso. En definitiva:
“…un escape y un lugar de esperanza para aquellos dispuestos y capaces de tomar el futuro en sus propias
manos…”

Pioneros:
La adquisición del territorio de Louisiana abrió un horizonte desconocido para los habitantes del este del
país. La escasez de tierras, las depresiones económicas y la necesidad de oportunidades animaron a
muchos a emigrar al Oeste. La presencia de los amerindios no inquietaba, pues muchos pensaban que no
eran más que salvajes. Los llamados «pioneros» se dirigían principalmente hacia la región de Texas, al sur,
o a la de Óregon al norte. El camino que llevaba a este último territorio se llamaba de hecho, la «Ruta de
Óregon» (Oregon Trail). Otra ruta que alcanzó gran prominencia por el intercambio comercial en la época
fue el camino de Santa Fe.
La mayoría de los pioneros comenzaba su viaje en San Luis. Era una travesía dura y llena de
contratiempos, expuesta a enfermedades como la disentería y el cólera, habitual en los emigrantes y que
mató a muchos durante el camino. El medio más habitual de transporte eran las conocidas carretas
o covered wagons, llamadas popularmente schooners, que eran tiradas por bueyes o mulas. Los trayectos
se realizaban en caravanas (wagon trains), formadas en ocasiones por más de 1000 personas. En general,
la migración no era un esfuerzo individual, sino comunitario.
En 1845, alrededor de 3000 personas atravesaron las rutas de Óregon y California. En los siguientes dos
años, más de 5000 pioneros mormones se dirigieron al territorio del Gran Lago Salado. Esta comunidad —a
diferencia de la gran mayoría de emigrantes—, logró fortalecerse económicamente por medio de una
autoridad centralizada y un fuerte sentido grupal. Hacia 1862, el congreso aprobó una ley por la cual
cualquier ciudadano podía adquirir 160 acres de tierra pública por 10 dólares (Homestead Act). Después de
la guerra civil, mucha gente se desplazó a las praderas (conocidas entonces como «el gran desierto
estadounidense») para convertirse en granjeros. Estos pobladores fueron conocidos como homesteaders.
Se estima que había entre ellos un cuarto de millón de viudas, solteras y gente de otras culturas. Con esta
colonización masiva, la región de las praderas cambió las altas hierbas por cultivos y granjas con animales.
Con el tiempo se convirtió en uno de las zonas agrícolas más importantes del mundo. En California y otras
partes del Oeste se desarrolló la agricultura a gran escala, conocida como agribusiness. En los años 1880,
el trigo era el cultivo más desarrollado. Al final de la década se comenzaron a utilizar tractores a vapor y
máquinas segadoras. Finalizando el siglo, este cultivo decayó, dando paso a las frutas de temporada donde
trabajaban gente de origen chino y luego de otras nacionalidades como japoneses, hindúes y/o
mexicanos. Entre los años 1889 y 1890, hubo una importante colonización en Oklahoma, con el
llamado Oklahoma land rush.
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Vista aérea de los terrenos y edificios de la Feria Mundial de Chicago de 1893, frente a los lagos

La primera Feria Mundial de los Estados Unidos tuvo lugar en Filadelfia en 1876 para celebrar el centenario
de la nación. Diecisiete años más tarde, Chicago prevaleció sobre Nueva York y Washington en la
competencia para auspiciar la Feria Mundial de Chicago, denominada la Exposición Colombina de 1893,
creada para conmemorar el viaje de Colón a América en 1492.Tomando como modelo la Exposición de
París de 1889, este espectáculo fomentaba el poderío industrial y la superioridad de los Estados Unidos y
sirvió como vehículo de propaganda para las corporaciones que participaron.
La Feria celebraba el progreso de los Estados Unidos y especialmente la estatura de Chicago.
La exposición cubrió más de 600 acres (2.4 km), destacándose cerca de 200 nuevas construcciones de
arquitectura clásica, canales y lagunas, y personas y cultura de todo el mundo. Más de 27 millones
(equivalente a la cuarta parte de la población estadounidense) de visitantes acudieron, y la exposición se
prolongó medio año. Su escala y esplendor excedieron por mucho otras exposiciones universales, y se
convirtió en un símbolo del entonces emergente sentimiento nacionalista americano, marcado por la
industrialización y el crecimiento demográfico, de la misma manera que la Gran Exposición fue un símbolo
de la era Victoriana en el Reino Unido.
El arquitecto del Edificio Flatiron de Nueva York y la Estación Union de Washington, Daniel H. Burnham,
instó a los arquitectos más notables del país, como George Post y Charles Mc Kim, y a los diseñadores de
parques como Frederick Law Olmsted, para que crearan los edificios y campos de la Feria. Al hacerlo,
superaron problemas de finanzas y diseño. La “Ciudad Blanca”, como se le dio a conocer por su alumbrado
eléctrico y arquitectura, se proclamó como una ciudad de estatura mundial. Con una población de 65
millones en todo el país, la asistencia a la Feria alcanzó los 27.5 millones.
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La Feria también introdujo una


serie de innovaciones a los
estadounidenses, tales como el
Juramento de Lealtad (Pledge of
Allegiance), el chicle Juicy Fruit y
la rueda Ferris.
La primera rueda de la fortuna fue
diseñada en 1893,
específicamente para la
Exposición Mundial de Chicago,
medía 80 metros, con cupo para
2160 persona. Fue construida
por George Washington Gale
Ferris, Jr, con el objeto de
competir con la Torre Eiffel, que
había sido el centro de atención
durante la Exposición
Internacional de1889 celebrada
en París.
En los siguientes años, las ruedas
de la fortuna fueron parte de la
atracción principal de las
exposiciones internacionales que
se celebraron a principios del
siglo XX. Las más famosas fueron
las de Chicago, Nueva Orléans,
Londres y la de París.

Todo cambia a partir de la


Exposición Colombina de Chicago
de 1893. En los inicios de la crisis
económica, la City Beautiful
(imagen del poder político y
económico) se hacía necesaria y
América entera necesitaba
autoafirmarse como nación. El
proyecto, diseñado por Frederick
Law Olmsted (1822-1903
y Burnham, fue concebido como
un todo: arquitectura y urbanismo.
Se puede decir que acaba con
esa semioficialidad del
funcionalismo de la Escuela de Chicago. El historicismo y el eclecticismo, es decir, la vuelta al conformismo
de los estilos históricos pedían hacerse un sitio, pues tenían una función simbólica que cumplir y una nueva
clase dirigente que lo aceptaba con agrado. Es el triunfo de la derivación del clasicismo de la École des
Beaux-Arts. Dice Sullivan: "Así murió la arquitectura en el país de la libertad y la intrepidez".
Louis H. Sullivan (1856-1924), discípulo de Le Baron Jenney, trabajará desde 1879 hasta 1895 con
Dankmar Adler. La influencia de Richardson es decisiva en lo que concierne a sus investigaciones
lingüísticas.
Para lograr el éxito de la Feria, los organizadores crearon el Midway Plaisance para atraer a las multitudes
con exposiciones al estilo de Barnum. El Midway también reflejaba el profundo racismo de la cultura
estadounidense de fines del siglo diecinueve, ya que los grupos nacionales se exhibían en un orden
jerárquico con los grupos “civilizados” de anglosajones, teutones y celtas más cercanos a la “Ciudad
Blanca”, los asiáticos en el centro y los afroamericanos e indios americanos en el extremo más remoto.
Tales nociones de superioridad caucásica justificaban el racismo en el país y el imperialismo en el
extranjero, temas que continuarían durante el siglo veinte.
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Textos extraídos de:

HISTORIA DE LA
ARQUITECTURA –

Arquitectura
Contemporánea.

FASCÍCULOS
VISCONTEA.

Tomo 8.
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LOS PABELLONES:

Pabellón de la Mujer:
Entre los edificios más sobresalientes destaca el “Edificio de la mujer” diseñado por Sophia T. Hayden.
Esta arquitecta nacida en Santiago de Chile en 1868, murió en EE.UU. en 1953. Fue la primera mujer
graduada en arquitectura del Instituto Tecnológico de Massachusetts. (MIT). Debido a los obstáculos
que encontró por el hecho de ser mujer, para ejercer su profesión, aceptaría un puesto como profesora
de dibujo técnico en una escuela secundaria de Boston.
A los 21 años presentó su proyecto para el Pabellón de la Mujer de la exposición de Chicago basado en
su proyecto de tesis: Museo renacentista de Bellas Artes.

Exposición colombina de Chicago


1893; Pabellón de la mujer
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El edificio, de estilo renacentista, constaba de tres pisos con profusión de arcos y terrazas
con columnas y todos los aspectos de la construcción fueron planeados y ejecutados por mujeres.
Algunos de los murales era obra de la pintora impresionista Mary Cassat.

“Mujeres modernas” de MARY CASSAT. Pabellón de la Mujer. Feria de Chicago. 1893

PABELLÓN DE LAS BELLAS ARTES:

La Feria fue el vehículo perfecto para explorar los cambios inmensos en la industria, la revolución
eléctrica, los cambios tecnológicos, el ensanchamiento de las fronteras a través del ferrocarril y el aporte
de la masa inmigratoria.
Chicago era entonces un lugar salvaje, vigoroso que ejercía gran fascinación en quien quisiera
desembarazarse de toda la agotada cultura y de todo cuanto existía en la envejecida Europa de aquella
época. Sin embargo América, que se consideraba líder en áreas como la tecnología y el comercio,
intento a través de la exposición, demostrar una paridad cultural con Europa copiando hasta la parodia
las formas de la Escuela de Beaux Arts. Así se planteó el pabellón de las Bellas Artes (Hoy Museo de
Bellas Artes), junto al lago Michigan, el más académico y riguroso de todos los edificios de los
americanos.
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PABELLÓN JAPONÉS. TEMPLO O-HO-DEN.

Kakuzo Okakura (1862-1913) fue el comisionado oficial del Pabellón Japonés de la Feria Mundial. Autor
de numerosos catálogos y ensayos sobre arte, arquitectura y costumbres japonesas, es reconocido por
su clásica obra de 1906 “El libro del té”. El libro despertó gran interés en Occidente, al punto de que el
Embajador de Estados Unidos en Japón le envió un ejemplar a Wright. Allí leyó una frase de Lao Tsé
que dice: “La realidad del edificio no consiste en las cuatro paredes y el techo sino en el espacio en el
que se habita”. Tiempo más tarde, Wright comentaría la cita a sus estudiantes:
“La leí varias veces. Estuve uno o dos días desilusionado con mi yo anterior. Me sentía como un velero
naufragando. Luego, me sentí bastante bien y resurgí. Empecé a pensar. Pensé, “Espera un momento,
Lao Tsé lo dijo, sí, pero además, yo lo construí”
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MEZQUITA EN UN PUEBLO
TURCO. PABELLÓN DE
TURQUÍA. 1893
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ENTRADA Y VISTA: PABELLÓN DE LOS TRANSPORTES.


L. SULLIVAN. F. L. WRIGHT

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