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LA FORMACIÓN DEL DELINCUENTE

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de dicho ejercicio se deriven.

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LA FORMACIÓN DEL DELINCUENTE

Índice

Presentación 4

El delincuente: el concepto legalista y la explicación sociológica 5

El delincuente: la conducta desviada 7

Factores explicativos de la conducta desviada en los ámbitos de socialización


primaria I 9

Factores explicativos de la conducta desviada en los ámbitos de socialización


primaria II 12

El entorno sociofamiliar 13

La ruptura familiar 15

La familia y los futuros comportamientos desviados 17

Escuela y grupo de iguales I 20

Escuela y grupo de iguales II 22

Factores socioeconómicos 24

Factores biológicos y psiquiátricos. La personalidad criminal 26

Resumen 28

Referencias bibliográficas 29

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LA FORMACIÓN DEL DELINCUENTE

Presentación
Presentación
En las sociedades democráticas parece existir un consenso alrededor de la idea de la necesidad de
prevención de los comportamientos delictivos. La aplicación en exclusiva de políticas punitivas se
ha demostrado insuficiente para atajar tales comportamientos, que son vistos por el conjunto del
cuerpo social como peligrosos para la estabilidad de la sociedad. Por ello, parece necesario
implementar políticas de actuación sobre el entorno temprano del niño, ámbito en el que se
modulan los comportamientos desviados, que son el germen de futuros comportamientos
delincuenciales.

Los objetivos de este tema son:

Analizar la figura del delincuente y los procesos sociales por los que adquiere pautas de lo que
denominamos "comportamiento desviado".
Conocer los distintos paradigmas bajo los cuales se ha abordado el estudio de la cuestión de la
delincuencia.
Estudiar la evolución del estudio de la figura del delincuente bajo los distintos paradigmas.
Abordar la cuestión de la discusión acerca de la determinación biológica de la personalidad
criminal.

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El delincuente: el concepto legalista y la explicación sociológica


El delincuente: el concepto legalista y la explicación sociológica

Desde el punto de vista jurídico, "delincuente" es aquel que delinque, es decir, que comete un
delito. Cuáles sean las razones que empujan a un individuo a cometer un delito quedan, por
tanto, fuera del foco del análisis legal.

Cierto es que en los textos legales están previstos algunos supuestos que exoneran la condena, o
al menos la atenúan, al individuo que delinque motivado o influenciado por aquellos, siempre y
cuando hayan podido ser probados y demostrados en el proceso judicial previo a la sentencia. Sin
embargo, como ya hemos señalado, este enfoque "legalista" obvia las circunstancias y el contexto
del sujeto que delinque. Actúa sobre aquel, castigando o perdonando, según unos supuestos
tasados y recogidos en textos normativos, y aplicando unos criterios éticos, morales y políticos,
variables en el tiempo, conforme a la ideología de la clase dominante en un determinado momento
histórico y conforme a un contexto sociocultural.

Pero como sabemos, la Sociología centra sus estudios en los factores que inciden e impactan, de
manera determinante, en la conducta social del individuo, que en un primer nivel será solo
desviada, y que posteriormente puede conducir al delito. Veamos en la siguiente figura la evolución
que se producen entre el individuo normalizado y el delictivo.

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Individuo normativizado

Aquel que actúa normalmente conforme a la norma social y a la norma jurídica. Actúa
conforme a lo que la sociedad espera de él.

Individuo desviado

Aquel que decide actuar conforme a la normal jurídica, pero no siempre según la norma
jurídica.

Por ejemplo, un punk sería un desviado al no responder de las normas de vestimentas


establecidas como "correctas" socialmente.

Individuo delictivo

Aquel que rompe tanto la norma social y la jurídica.

Por ejemplo, un skinhead no solo se separa de la sociedad en cuanto a la estética, sino


que atenta contra ella al querer imponer sus ideas.

Debe quedar claro que todo delito conlleva desviación.

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El delincuente: la conducta desviada


El delincuente: la conducta desviada
La visión de Durkheim del delito, como estructural y funcional en una sociedad, contribuyó a
desechar las obsoletas teorías del determinismo biológico y a abandonar el análisis del delincuente
desde la excepcionalidad. La visión legalista del delincuente como persona adulta que a su merced
opta por delinquir, deja paso a la consideración del perfil socioeconómico y actitudinal del
delincuente. Se pone el énfasis en el estudio de los procesos de socialización del delincuente,
mediante los cuales ha adoptado una serie de patrones de conducta que colisionan con los
imperantes en una sociedad.

El enfoque de Durkheim subrayó la normalidad estadística de la conducta desviada, además del


carácter positivo y funcional de la misma para el cuerpo social, por cuanto le reporta, además de
los evidentes efectos perversos, otros análogos a los inmunológicos en un organismo vivo. Hoy en
día existe un evidente consenso entre los sociólogos acerca del hecho señalado por Durkheim de
que "la desviación está implícita en la misma organización social y moral". Por tanto, es necesario
abordar el estudio del hecho delincuencial y del delincuente desde las interacciones sociales.

El enfoque estructuralista ha permitido asentar una nueva perspectiva en el análisis del


delincuente y de la conducta desviada. Veamos las diferencias que presenta conforme a la visión
legalista.

Fuente: Matza, D. (1981). El proceso de desviación, (pp.21). Madrid: Taurus.

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Temas de Sociología Criminal: sociedad, delito, víctima y control social

Bordas, J. (2011). Temas de Sociología Criminal: sociedad, delito, víctima y control social
(pp. 40-41). Madrid: UNED. Colección Máster.

El proceso de desviación

Matza, D. (1981). El proceso de desviación (pp. 25). Madrid: Taurus.

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Factores explicativos de la conducta desviada en los ámbitos de


socialización primaria I
Factores explicativos de la conducta desviada en los ámbitos de
socialización primaria I
Los procesos de socialización configuran la personalidad y la conducta. Es por ello que resulta
vital analizarlos para comprender cómo se forma un delincuente.

Teoría del aprendizaje social

Para la teoría del aprendizaje social, la conducta humana es "una interacción recíproca y continua
entre los determinantes cognoscitivos, los comportamentales y los ambientales". Las variables
sociales son, por lo tanto, vitales para explicar el comportamiento del delincuente, en particular las
etapas de la niñez y la adolescencia, así como el entorno familiar, pues son esas etapas las que
influirán decisivamente en las pautas de conducta. Desde esta teoría se propone analizar el
proceso por el que se alcanza la socialización de la conducta, con un énfasis particular en la etapa
de la infancia.

Teoría de la asociación diferencial

En la misma dirección se encamina la teoría de la asociación diferencial de Sutherland, que parte


de una premisa básica: "El comportamiento desviado, al igual que el comportamiento normal o
social, es aprendido". Por tanto, el comportamiento criminal se aprende en interacción con otras
personas mediante un proceso de comunicación, sobre todo con personas del círculo más
cercano. Si una persona recibe más definiciones favorables a la violación de la ley que las que
recibe desfavorables, adopta un comportamiento desviado.

 Teoría de la asociación diferencial


Ejemplo

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Teoría de las subculturas

La teoría de las subculturas de Albert Cohen focaliza también la atención en una etapa temprana
del desarrollo del delincuente: la de la adolescencia. Para Cohen, el comportamiento desviado es el
resultado de continuos esfuerzos para superar problemas de adaptación, esto es, su falta de
reconocimiento por el grupo de referencia. "Las personas seleccionan, en un primer momento, las
soluciones que son compatibles con las expectativas de sus grupos de referencia corrientes; pero
cuando estas soluciones no son adecuadas, se buscan otros grupos cuya cultura proporcione
respuestas adecuadas".

Teoría de la asociación diferencial

Por ejemplo, eso es lo que sucede con niños que nacen en barrios que fundamentan su
subsistencia en la desviación o en la delincuencia. Verán esos comportamientos como
válidos y no tendrán problema en llevarlos a cabo.

Teoría del aprendizaje social

Bandura, A. (1987). Teoría del aprendizaje social (pp. 10). Madrid: Espasa-Calpe.

Delincuencia juvenil. Consideraciones penales y criminologías

Vázquez, C. (2003). Delincuencia juvenil. Consideraciones penales y criminología. (pp. 63-


119, cap: 4) Madrid: UNED.

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Principles of criminology

Sutherland, E. (1947). Principles of criminology (4ª edición). Filadelfia: J.B. Lippincot.

Sociología criminal juvenil

Citado por David, P. (1979). Sociología criminal juvenil (5ª edición). Buenos Aires:
Depalma.

Delincuencia juvenil. Consideraciones penales y criminologías

Vázquez, C. (2003). Delincuencia juvenil. Consideraciones penales y criminologías (Cap: 4).


Madrid: UNED.

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Factores explicativos de la conducta desviada en los ámbitos de


socialización primaria II
Factores explicativos de la conducta desviada en los ámbitos de
socialización primaria II
Las tres teorías citadas anteriormente coinciden en el carácter vital de los procesos de
socialización y en el estudio pormenorizado de las etapas tempranas del desarrollo social de la
persona. Los ámbitos de socialización temprana han de ser analizados con detenimiento, en
especial el de la familia.

Pero antes de continuar recordemos que denominamos como "proceso de socialización" a las
diferentes etapas por las que pasa el individuo desde su nacimiento, y que le permiten estar
integrado plenamente en su sociedad, socializarse y culturizarse, pasando a convertirse en un
individuo normalizado y que responde a la sociedad de la manera que esta lo desea. Veamos el
siguiente gráfico.

Debemos tener muy claro que un fallo en alguna de las etapas puede tener consecuencias para el
individuo y, por defecto, para la sociedad si este se decide a ir en contra de ella porque carezca de
opciones. Por tanto, el hecho delincuencial es multifactorial. Los factores endógenos son poco
relevantes al lado de los sociales, de ahí que se identifiquen tres núcleos sociales básicos.
Veámoslos en la siguiente figura.

Fuente: Conclusiones del Primer Congreso Internacional Infancia y Sociedad, citadas por Urra, Javier (1995). Justicia con
Menores y Jóvenes (pp.16-17). Madrid: C. de Estudios Jurídicos del Ministerio de Justicia.

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El entorno sociofamiliar
El entorno sociofamiliar
Los estudios sobre el entorno sociofamiliar del delincuente comenzaron analizando las
necesidades afectivas del niño hasta los cinco años de vida, y fueron extendiéndose tratando la
relación afectiva padre-hijo y la etapa de la adolescencia.

 Carencias afectivas
Reflexión

Desde el punto de vista de la relación afectiva, surgen cuatro estilos de relación:

Tipo de estilo Relación entre el menor y sus padres

Autoritativo Aceptación y demanda hacia el niño.

Indulgente Aceptación, pero no hay demanda hacia el


niño.

Autoritario Rechazo, demanda hacia el niño.

Negligente Rechazo y ausencia de demanda.

Fuente: Soria Verde, M. A. (2006). Psicología criminal (pp. 49. Cap: II). Madrid: Prentice Hall Ibérica.

Sería el estilo autoritativo el que mejor promovería la capacidad de autocontrol y autoconfianza,


mientras que el estilo negligente provocaría una socialización deficiente.

Por ejemplo, estudios sobre las familias de delincuentes arrojan una mayor tasa de rechazo mutuo
(delincuente-familia y a la inversa) que las familias de no delincuentes (ejemplo dentro del ejemplo:
también se han estudiado las relaciones de disciplina en el seno de las familias de delincuentes y
se estimaron que estas eran: "Duras, punitivas, laxas, erráticas y con un desarrollo muy pobre de
las habilidades sociales").

Carencias afectivas

En este sentido, se estima que las carencias afectivas llevan al individuo, luego adulto, a
tener una actitud más hostil hacia el entorno.

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Etapa de la adolescencia

Soria, M. A. (2006): Psicología criminal (pp. 48). Madrid: Prentice Hall Ibérica.

Habilidades sociales

Soria, M. A. (2006). Psicología criminal (pp. 48). Madrid: Prentice Hall Ibérica.

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La ruptura familiar
La ruptura familiar
Otra circunstancia importante contratada en la mayoría de los estudios hace referencia a la
ruptura de la familia como un factor decisivo, a la hora de configurarse un perfil delincuencial. Si
bien debemos distinguir entre lo que sería una situación conflictiva y otra donde predomina la
ausencia de supervisión. Veámoslo en la siguiente tabla de ruptura familiar:

Tipos de
Consecuencias en el menor
situación

Situación Precedida por enfrentamientos previos, con el menor como observador activo
conflictiva (genera nerviosismo, irritabilidad, traumas e inseguridades).

Ausencia de La no presencia de madre o padre provoca falta de control del menor.


supervisión

Fuente: Soria Verde, M. A. (2006). Psicología criminal (pp. 50. Cap: II). Madrid: Prentice Hall Ibérica.

El matrimonio Glueck ha estudiado los efectos criminógenos de los broken homes (hogares
desestructurados): una investigación realizada en 1950 demostró que el 60% de los delincuentes
provenían de hogares desestructurados; la cifra en los no delincuentes era del 34%.

Especialmente relevante resulta el factor económico, que puede generar situaciones


particularmente estresantes que debiliten el liderazgo de los padres o su capacidad de
disciplinar al menor.

No obstante, hay que señalar que no hay evidencia empírica de que la pobreza en las familias, por
sí misma, conduzca al menor por el camino de la criminalidad. Son más bien los factores de falta
de liderazgo y malas prácticas educativas los que alientan o inducen comportamientos desviados.

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Delincuencia juvenil. Consideraciones penales y criminologías

Vázquez, C. (2003). Delincuencia juvenil. Consideraciones penales y criminologías (Cap: 4).


Madrid: UNED.

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La familia y los futuros comportamientos desviados


La familia y los futuros comportamientos desviados
Existen una serie de factores relacionales entre la familia y el menor que predisponen al mismo a
desarrollar comportamientos desviados a lo largo de su vida.

Factores de interrelación de la familia con comportamientos desviados

Falta de supervisión o control de los padres

Por ejemplo, no controlar las horas de llegada del hijo a casa, las tareas que deben
desarrollar en la escuela o sus amistades.

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Actitudes crueles, pasivas y negligentes. Violencia padres contra hijos

Por ejemplo, toda educación basada en el refuerzo negativo hacia el menor con la
intención de que crezca como individuo le hace desarrollar problemáticas relacionadas
con la autoestima en el futuro.

Disciplina férrea

Por ejemplo, un exceso de control de su vida, no permitirle que tenga intimidad, etc.,
genera un alejamiento de la familia que hace que el menor deposite la confianza en un
grupo que puede ser desviado.

Familia numerosa

Explicación: por no poder prestarles la atención que se merecen cada uno de los hijos, o
por no tener suficientes recursos.

Malos ejemplos conductuales

Por ejemplo, que los progenitores consuman drogan delante de sus hijos, se dediquen a
robar, etc., predispone negativamente al menor a eso.

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Carencias afectivas

Consecuencia: poca autoestima, ciertas inseguridades personales, en ocasiones


personas dependientes, o por el contrario desmotivadas, desencantadas o frías.

Falta de enseñanza de valores prosociales

Consecuencia: hace que los menores en el futuro sean más vulnerables socialmente a
cualquier otro tipo de valor más vinculado con lo económico, por ejemplo.

En suma: la familia juega un papel fundamental en la socialización de los niños y jóvenes. Las
disfunciones en el seno familiar tienen una influencia decisiva en el posterior comportamiento de
aquellos. El análisis estadístico ha demostrado que, en una proporción relativamente elevada, los
futuros adultos reproducen los comportamientos patológicos de los que han sido víctimas.

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Escuela y grupo de iguales I


Escuela y grupo de iguales I
Para Hirschi, escuela y familia son dos ámbitos de control social: la lealtad y fidelidad de los hijos y
alumnos a estas instituciones primarias neutraliza la comisión de delitos.

La escuela es un factor de doble socialización: en lo que respecta a las materias que habrá de
estudiar y en lo que tiene que ver con su interacción con quienes le rodean. A la hora de
analizar la relación de las escuelas con las conductas delictivas, la evidencia empírica no
arroja una correlación significativa.

Estudios como el de Farrington (1972) en escuelas de Cambridge han concluido que las escuelas,
en sí mismas, tienen un limitado efecto sobre la delincuencia, resultando infinitamente más
importantes las características de los niños. Los procesos escolares tienen, según la evidencia
empírica, poca influencia sobre la marginalidad de ciertos alumnos; además, en ciertos casos
pueden inhibir el proceso de marginalización.

Sin embargo, para autores como Bandini y Gatti, el abandono escolar interrumpe una vertiente del
proceso de socialización del menor. Si la familia de este carece de las habilidades y aptitudes
necesarias para reconducir al menor y proporcionarle alternativas atractivas para él, puede
allanarse el camino para que el menor desarrolle una autoconciencia de fracaso y busque la
complicidad y refuerzo integrándose en un grupo subcultural criminal (pandillas).

Maguin y Loeber (1996) ponen de manifiesto, en un estudio experimental, la relación entre el pobre
rendimiento escolar y el nacimiento de comportamientos antisociales.

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Bandini y Gatti consideran a la escuela un importante factor criminógeno de la delincuencia infantil


y juvenil: la escuela, como factor socializador transmite un fuerte sentido de competitividad e
individualismo, provocando un sentimiento de frustración a aquellos alumnos que sean incapaces
de alcanzar los objetivos fijados, sentimiento que pueden llegar a canalizar mediante
comportamientos antisociales.

Proceso de marginalización

Soria, M. A. (2006): Psicología criminal (pp. 48. Cap: II). Madrid: Prentice Hall Ibérica.

Comportamientos antisociales

Vid. Howell, Juvenile Justice & Youth Violence, cit., en Vázquez, C. (2003). Delincuencia
juvenil. Consideraciones penales y criminologías, (pp. 142. Cap: 4). Madrid: UNED.

Comportamiento antisociales

Bandini y Gatti. (1990). Dinámica familiar y delincuencia juvenil. Nueva York: Cárdenas
editor y distribuidor.

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Escuela y grupo de iguales II


Escuela y grupo de iguales II
De esta forma, la escuela se constituirá como un agente de refuerzo de la inadaptación de aquellos
niños provenientes de ambientes marginales, en cuanto a difusora del sistema de valores
imperante, y en cuanto a que los niños pertenecientes a ambientes marginales no van a identificar
como válidos los valores de la escuela al no estar justificados para ellos desde su experiencia vital
y familiar.

Hoy en día es significativo el aumento de los niveles de violencia en la escuela. En este tipo de
violencia se centró el Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia, realizando un informe
bastante interesante recomendado.

Para el estudio del comportamiento desviado en las primeras etapas de socialización es


importante el estudio del grupo de iguales. La adolescencia y la juventud son etapas de
búsqueda de la identidad propia. La aceptación del grupo puede ser un aval para la
autoafirmación de independencia frente a los padres.

Algunas teorías mencionadas anteriormente responsabilizan al grupo de iguales del delincuente,


haciéndole responsable de iniciar al delincuente en el comportamiento delictivo, reforzando la
conducta delictiva.

 Compañías negativas
Ejemplo

Para Cohen, quien formuló la ya citada teoría de las subculturas, el joven en conflicto o inadaptado,
frustrado por no poder acceder a las metas socialmente establecidas (las cuales son dictadas por
la clase media, según Cohen), se encuentra ante la disyuntiva de incorporarse al ámbito cultural de
los jóvenes de la clase media o integrarse en un grupo subcultural delincuente, que goza de una
subcultura propia y en cuyo seno el joven se ve reconocido y apoyado por otros miembros del
grupo. Es decir, el joven busca en el grupo lo que la sociedad es incapaz de ofrecerle.

En este sentido, el sentimiento de pertenencia hacia un grupo subcultural tiene un potente impacto
sobre la conciencia que sobre sí mismo tiene el delincuente; lo que Becker denomina "la subcultura
desviada", consistente en que los miembros del grupo subcultural comparten un "conjunto de
perspectivas y modos de entender el mundo y de cómo enfrentarse con él, y un conjunto de
actividades rutinarias basadas en esas perspectivas". La pertenencia a tal grupo cristaliza una
identidad desviada.

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Informe

<http://213.0.8.18/portal/Educantabria/RECURSOS/Materiales/Biblestinv/Informe_Viol
encia_entre_compa%C3%B1eros_en_la_escuela.pdf>

Compañías negativas

En este sentido, se afirma que unas compañías negativas en la época de la adolescencia


pueden generar un impacto negativo en él, muy elevado en cuanto que aún es muy
influenciable.

Identidad desviada

Becker, S. (1971). Los extraños: sociología de la desviación. Buenos Aires: Tiempo


Contemporáneo.

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Factores socioeconómicos
Factores socioeconómicos
No podemos afirmar que exista realmente una fórmula en la que se determine que bajos niveles
económicos es igual a delincuencia, pero sí podemos hacer unas aclaraciones:

La estadística afirma que los jóvenes de clase baja delinquen más que los de clase media y
alta. Pero esto tiene más que ver con una cuestión ambiental que económica.
Cuando nos referimos a clases desfavorecidas y su relación con el crimen debemos saber qué
factores propios de la teoría ecológica, como entornos deteriorados y sobrepoblados con
carencia de infraestructuras, favorecen más la aparición de la delincuencia y que suele darse
en ambientes propios de clases desfavorecidas.
Así mismo, las clases sociales bajas adolecen de una menor estimulación intelectual, mayor
disparidad entre oportunidades y aspiraciones, y una mayor probabilidad de asociaciones con
delincuentes, e intentan cubrir sus necesidades de otra forma.
Existe entre los grupos desfavorecidos un mayor nivel de etiquetamiento que dificulta
conocer otras realidades o generar nuevas oportunidades. En este sentido debemos ser
conscientes de lo difícil que es abandonar las clases bajas si el Estado o la sociedad no lo
favorece.
Además de que, según la teoría del labelling, el carácter selectivo del sistema penal y el
resultado de un proceso de selección y estigmatización penaliza a las clases desfavorecidas.
En este sentido, concluiríamos diciendo que más que la estructura de clases, lo que provoca o
fomenta la aparición de comportamientos delincuenciales son los altos índices de desigualdad
social. Es decir, poblaciones con una gran brecha social, donde la separación entre las mismas
es muy amplia, hace que los individuos busquen alternativas desviadas para poseer lo que
otras clases tienen.

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Garrido Genovés

Citado por Garrido Genovés en "La investigación actual en la delincuencia juvenil".

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Factores biológicos y psiquiátricos. La personalidad criminal


Factores biológicos y psiquiátricos. La personalidad criminal

Algunos estudios ponen de relieve que determinadas características biológicas que incrementan la
conducta delictiva pueden transmitirse genéticamente. La perspectiva biológica es insuficiente
para explicar la criminalidad en la inmensa mayoría de los casos.

Puede darse el caso de que el menor experimentara desarreglos emotivos como consecuencia de
un desarrollo físico respecto a parámetros anormales, lo que le impide alcanzar la madurez
emocional. La experiencia empírica demuestra que los factores biológicos, salvo en casos
extremos, si no actúan en combinación con otros factores ambientales, no son determinantes en
la adquisición de comportamientos antisociales.

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Algunos autores han desarrollado investigaciones que demuestran la existencia de una relación
entre delincuencia y la estructura psíquica. Investigadores como Sheldon afirman que la tendencia
a la criminalidad es hereditaria.

Ha sido Eysenck quien ha formulado la teoría más completa en este sentido, interrelacionando los
factores biológicos y genéticos con los ambientales, en particular con el ambiente familiar. En su
teoría de la condicionalidad del delincuente, desde un punto de vista neuropsicológico, defiende que
el comportamiento se adquiere por aprendizaje, mediante el sistema nervioso central, y por
condicionamiento, mediante el sistema nervioso autónomo. Un comportamiento delictivo responde
al deficiente aprendizaje de las normas sociales de forma condicionada. Distingue entre varios
tipos de personalidad, los cuales clasifica en función de su mayor o menor tendencia a cometer
delitos (personalidades introvertidas y extrovertidas; en función de la pertenencia a una de ellas, el
individuo será más o menos susceptible de ser condicionado), y los interrelaciona con el
condicionamiento recibido en su entorno familiar.

Transmisión genética

Estudios citados por Garrido Genovés en "La investigación actual en la delincuencia


juvenil" (pp.16).

Criminalidad hereditaria

Curran, D.; Renzetti, C. (2011). Theories of Crime (pp. 37). Boston: Allyn & Bacon.

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Resumen
Resumen
En el presente tema hemos analizado:

La figura del delincuente: resulta imprescindible analizar los procesos sociales que modulan
su comportamiento y le impelen a abrazar conductas antisociales.
E l enfoque estructuralista, construido sobre la base teórica de los trabajos de Durkheim, ha
contribuido a desechar la visión legalista que se tenía sobre el delincuente.
Hoy resulta imprescindible el análisis de las instituciones de socialización primaria del
delincuente, que son las de todos los individuos. Lo hemos abordado desde el paraguas teórico
de tres paradigmas fundamentales: la teoría del aprendizaje social y la teoría de la asociación
diferencial enfatizan la importancia capital de los primeros años de vida del delincuente y de la
influencia decisiva que sobre ellos ejercen las instituciones de socialización primaria; la teoría
de la subcultura focaliza el estudio sobre los grupos de iguales. Del estudio de tales factores
dependerá la capacidad de actuación de las sociedades para poder prevenir el
comportamiento criminal, por cuanto se ha demostrado la inoperancia de la aplicación de
políticas punitivas en exclusiva.
Por último, hemos recogido las teorías de la fundamentación biológico-psicológica de los
comportamientos delictivos, en general muy cuestionadas por la ciencia, si bien es cierto que
el punto de vista intermedio de Eysenck, que combina factores previos neuropsicológicos con
factores ambientales, es el más completo y sólido de entre todas las teorías que hacen
hincapié en los factores endógenos de la persona.

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Referencias bibliográficas
Referencias bibliográficas
Bandini; G. (1990). Dinámica familiar y delincuencia juvenil. Nueva York: Cárdenas editor y
distribuidor.
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Becker, S. (1971). Los extraños: sociología de la desviación. Buenos Aires: Tiempo
Contemporáneo.
Bordas, J. (2011) Temas de Sociología Criminal: Sociedad, delito, víctima y control social. Madrid:
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Curran, D.; Renzetti, C. (2011). Theories of Crime (pp. 37). Bostón: Allyn & Bacon.
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Durkheim, E. (1995). El suicidio. Madrid: Akal.
Garrido, G. (1986). "La investigación actual en la delincuencia juvenil: una perspectiva diferencial".
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Glueck, S.; Glueck, E. L. (1957). Unraveling Juvenile Delincuency. Cambridge: Harvard University
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Matza, D. (1981). El proceso de desviación. Madrid: Taurus.
Merton, R. (1987). Teoría y estructura sociales. México: F.C.E.
Soria, M. A. (2006). Psicología criminal. Madrid: Prentice Hall Ibérica.
Sutherland, E. (1947). Principles of criminology (4ª edición). Filadelfia: J.B. Lippincot.
Vázquez, C. (2003). Delincuencia juvenil. Consideraciones penales y criminologías (Cap: 4). Madrid:
UNED.

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