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7 Grupos de encuentro Carl R. Rogers Amorrortu editores Buenos Aires de la biblioteca de psicologia, Jorge Colapinto Rogerson Encounter Groups, Carl R. Rogers ‘Carl R. Rogers, 1970 mera edicidn en castellano, 1973; primera reimpresién, 74; segunda reimpresidn, 1976; tercera teimpresidn, 1978; ita reimpresién, 1979 ‘Ana Payré de Bonfanti Tareas edicién en castellano autorizada por Harper & Row, ishers, Inc., Nueva. York, y debidamente protegida en los pafses.” Queda hecho el depésito que previene la ley 11,723. © Todos los derechos de la edicin castellana re- por Amorrortu editores S.A., Icalma 2001, Buenos reproduccién total o parcial de este libro en forma idén- ‘© modificada, escrita a méquina por el sistema multigrapb, impreso, etc., no autorizada por los editores, 10s reservados. Cualquier utilizacién debe ser pre- nt solicitada. ria argentina, Made in Argenti 84-610-4012.0 res0 en los Talleres Graficos Didot S. A., Icalma 2001, jos Aires, en marzo de 1979. de esta edicién: 3.000 ejemplares. Prdlogo Durante més de treinta y cinco afios mi vida profesional se centré fundamentalmente en torno del asesoramiento psico- ligico y la psicoterapia individuales; no obstante, en la época Inia de mi acivded profesional ‘adverti también que den- tro de un grupo era posible logtar cambios importantes en las actitudes y la conducta. Desde entonces, el tema me in- teresé permanentemente, aunque hasta siete u ocho afios atras no sc habia constituido en uno de los dos niicleos cen- tales de mi. actividad —siendo el otro la decisiva necesidad de una mayor libertad en nuestras instituciones educativas. En estos siete u ocho afios he escrito articalos y pronun- ciado conferencias sobre diversas facctas del incipiente mo- vimiento hacia los grupos de encuentro. Continuamente se ‘me formulan preguntas acerca de lo que ocurre en el, sen0 de los grupos y acerca de mi manera de trabajar y de las pposibles implicaciones del movimiento en su conjunto. Es por ello que decidi reunir en un volumen tales articulos y ee eee Prtitimente pera este oporaunidad, en Ia erpetansa de que obra promueva un andlisis concienzudo de esta —que esté experimentando un auge increfole— y contri bya a elocidar las scepancias que este con respecto Del, mismo modo que otros libros mfos mas recientes, este es decididamente un documento personal. No pretende cons- tituir una resefia erudita de este campo ai un anilisis psico- 1igico © sociolégico profundo de los grupos de encuentro. Ni siquiera me entrego en él a muchas especulaciones sobre el {uiuro de esos grupo, pues cteo gue ein dotados de fuerza sufcente como pare por sf solos su camino futuro Este libro es fruto de mi experiencia personal; las historias ‘que en él se describen, asf como las citas que contiene, per- tenecen a personas vivas que luchan por Ia existencia. fen que con él podré trasmitir mi propia impresién acerca de vuno de los avances més interesantes y apasionantes de nues- ‘za época, la experiencia intensiva de grupo, y que su lectura habed'de familiatizar a quien tecorta sus paginas con lo que 5 un grupo de encuentso y habré de interiorizarlo de lo que | | 1. Origen y alcance de la tendencia hacia los grupos Este titulo puede parecer raro. Es evidente que Ihubo ‘grupos y siempre los habré, mientras el hombre habite este planeta; pero aqu{ empleo Ta palabra en un sentido especial, aludir a una experiencia grupal planeada e intensiva, A mi juicio, esta es la invencién social del siglo que se difunde con ‘mayor rapidez, y, quizé, la més importante —una invencién e recibe muchos nombres, siendo los mis comunes: «grupo ‘>, agrupo de encuentro», «grupo de sensibilizacién»—. A’'veces, cx0s grupos se conocen como laboratotios de rela ciones humanas, © seminarios de liderazgo, educacién 0 ase- soramiento psicol6gico. Cuando se ocupa de Jos problemas de los drogadictos, el grupo se denomina con frecuencia «Syna- non», nombre que deriva de la organizacién Synanon y sus cones, El hecho de gue este fendmeno se haya desarollado en for ma completa fuera del «orden establecido» lo hace merecedor de un estudio psicolégico. La mayorfa de las universidades lo ‘mitan atin con desdén, Hasta los tiltimos dos o tres afios, las fundaciones y otganismos gubernamentales se resistieron a subyencionar pr is de investigacién en este campo; las rofesiones establecidas de psicologia clinica y a se fin mentenido a distancia, en tanto que part la politica de derecha representa sin duda alguna un complot comunista de hondo arraigo. Conozco pocas sias que hayan con tanta claridad las necesidades y de personas més queéde instituciones. A pesar de esas presiones adversas, el movimiento ha florecido y crecido, hasta el punto de penetrar en todos los rincones del pafs y en casi todos los tipos de or- ‘gunizatién moder. Ea Ghwic’ que Hene seperensiones sociales Significativas, El propésito de este capitulo serd, en parte, ‘examinar al de las razones de este desarrollo sorprenden- femente velox y xpontineo, Los grupos intensivos a que hacemos referencia han funcions do en medios diversos: en industrias, universidades, Ambitos eclesidsticos; en organismos oficiales, instituciones educacio- rales y penitenciatias, Se trata de und experiencia grupal que 9 barcé una amplia gama de individuos. Hubo grupos para identes de importantes sociedades anénimas, para adoles ates delincuentes y predelincuences. Otros estuvieron com- stos por estudiantes universitarios y miembros del claustro profesores, por consejeros psicol6gicos y psicoterapeutas; or desertores escolares, matrimonios © grupos familiares com: por drogadictos confirmados y eximinales que cumplian entencias; por enfermeras, educadores, maestros, administra- lores de escuelas, gerentes industriales, embajadores del De- artamento de Estado, jhasta por miembros del Servicio de entas Internas! = adi % Este movimiento, en rpida expansién, se extendié geogritica- ente desde Bethel, en el estado de Maine, hasta San Diego, California, y desde Seattle hasta Palm Beach. También en tros paises —p. ¢j., Inglaterra, Francia, Holanda, Australia 'y Japén— actuaton grupos intensives antes de 1947, Kurt Lewin, famoso psicdlogo que tra- en el Instituto Tecnolégico de Massachusetts (MIT) a un equipo de expertos estudiosos, promovié la idea ‘que la formacién en relaciones humanas constitafa un o de educacién importante peto descuidado en la sociedad oderna. El primer grupo T (T por training: capacitacién) eben Bethel, Maine; en 1947, poco despucs de la muerte ‘Lewin. Las personas que trabajaron con él continuaron eando estos grupos de capacitacién, no solo mientras estu- Bm got MIT spo més ade i Universidad de Bi ? grupos de verano de’ Bethel liegaron a ser muy onocidos. Se fundé una organizacién, la de los National Train- “ing Laboratories (NTL), con sede central en la ciudad de ington, que ha tenido desde entonces un desarrollo cons- te a lo largo de mas de dos décadas. Los grupos de los shan concentrado sus esfuerzos en el campo de la indus- indo hasta los administradores y ejecutivos. Esta in pudo desarrolarse, ante todo, porque la industria ‘en condiciones de costear el gasto de esa experiencia spo pata su personal de alto nivel. Principio, los grupos se ajustaron a la eT» con que se los Eran grupos de capacitacsn en habilidades vine con las relaciones humanas, donde se ensefiaba a los individuos a abservar la indole del proceso grupal y sus inter- acciones con otras personas, Se entendia que, a partir de esto, estarian mejor preparados para comprender cSmo funciona ban ellos mismos dentro de un grupo ¥ en el desempefio de sus tareas, y la influencia que ejercfan en otros, adquiriendo asi mayor ompetencin para encarar sitacionesinterpersonales cies. En los grupos que los NTL, organizaron pera la industria —y, ‘manera gradual, en muchas esferas ajenas a esta—, se com: ptobs que los individuos tenfan, a menudo, experiencias de cambio may profundas gracias a la relacién de confianza y estima que se creaba entre los participantes ‘Mas o menos por la misma época, se desarrollaba en la Uni- versidad de otra fase del’ movimiento hacia la expe- rlencia grupdl intensiva. Inmediatamente después de la Segun- da Guerra Mundial, en 1946 y 1947, mis eolegas del Centro de Asesoramiento Psicolégico de Ia Universidad de Chicago ¥y yo nos dedicamos a Ja capacitacién de consejeros psicolégicos pata la Direccién de Veteranos de Guerra. Se nos habia pedido ‘que credsemos un curso intensivo pero breve que preparara a «esios hombres —todos los cuales eran por lo menos licencia- dos universitarios— para convertirse en eficaces consejeros Psicolégicos, que supieran encarar los problemas de los sol- ddados que regresaban del campo de batalla, El cuerpo de ex: pertos con el que contébamos consider que ninguna forma- 6a de tipo cogntivg astra, de manera que easeyames tuna experiencia grupal intensiva, con reuniones diarias de vatias horas de duracién, en las cuales todos los dias los inte- grantestrataban de comprendetse mejor, tomar conciencia de las actitudes que podrian resultar autodestructivas en la te- lacidn de asesoramiento psicoldgico, y establecer entre sf un vinculo productivo, que pudieran trasferir luego a su labor como consejeros. Este fue un intento de ligar el aprendizaje cognitivo con el que eta fruto de la experiencia, en un proceso {que tuviese valor terapéutico para el individuo. Oftecié una cantidad de experiencias profundas y significativas a los edu- conden, sp tanto Gxt con una sete de grupos de cop sejetos’ psicoldgicos que nuestro equipo continud aplicando después el procedimiento en seminarios de verano. Nuestro grupo de Chicago no intents ampliar este enfoque, y le a pena mencionarlo tinicamente porque el énfasis algo jstinto que entraé esa experiencia se ha incorporado en forma graduel a todo el movimiento de las experiencias gru- pales intensivas. Los grupos de Chicago se orientaron so n todo hacia cl desarrollo personal y el aumento y mejora siento de la comunicacién y las relaciones interpersonales, « vyea de considerar que estas eran finalidades secundarias. Ade- amis, tuvieron una orientacién més experiencial y terapéutica gue los upor nacids en Bethe: Con el core de lok fos, esta orientacién hacia el desarrollo personal y terapéutico se fusioné con Ia cortespondiente a la formacién en relaciones umanas, y la combinacién de ambos caminos constituye lo esencial de la tendencia que se difunde hey en Estados Unidos ‘on tanta rapide Asi, pues, las bases conceptuales de todo este movimiento fueron, al principio, el pensamiento lewinigno y la psicologis, de la guestalt, por un lado, y la terapia centrada en el cliente, Fer oto, Bn los sitios afos, muchas otras teorias © in- luencias han pesado a desempefar alain papel Variedades de forma y de énfasis 4 medida que fue crciendo, difundéndose y muliplicéndose interés por Ia experiencia grupal intensiva y por su aplica , surgié una amplia diversidad de énfasis. Por cierto que Ja lista ‘que damos continuacién simplifica en exceso la situacién; puede, no obstante, ofrecer una idea del vasto espec- tro abarcado Grupo T. Como ya dijimos, tendi6 al principio acento en las habilidades para las relaciones hum: ue se ha ampliado de manera considerable. Grupo de encuentro (0 grupo de encuentro bisico). Tiende 4 hacer hincapié en el desarrollo personal y en el aumento y ‘mejoramiento de la comunicacién y las relaciones interperso- ‘sales, merced a un proceso basado en la experiencia Grupo de sensibilizacion (sensitivity training). Puede pate- cerse a cualquiera de los dos que acabamos de citar, Grupo centrado en la tarea, De aplicacién muy difundida en Js industria, Se centta en la tarea del grupo, dentro de su ‘ontexto interpersonal Grupos de conciencia sensorial, grupos de conciencia corporal, grupos de movimiento corporal. Como sus nombres indican, fienden a poner de relieve la conciencia fisica y la exptesién, er intermedio del movimiento, la danza esponties, eters rtorios de expresién creativa. En este caso, se enfoca de 2 leno la expresién cteativa a través de diversos medios artis- ticos; su finalidad es la espontaneided y la libertad de ex- presién individuales. Grupo de Lelie ree La meta primordial es me- Joma le capacidad pare dsigir personas, Grupa de tatepracon de egspcn, Se wtlla en ly inet prt creat equ de tube ebcaces ligtdos en forma mt estrechs Grupo guestiltico, El énfasis recae en un enfoque terapéutico fueiliee, en cl que un tespeuts exper dedi por Entero a un individuo por vez, pero desde un punto de vista diagnéstico y terapéatico. a Grupo 0 «juego» Synaron. Desarrollado por la organizacién Synanon pata él tratamiento de drogadictos. Tiene como obje- tivo principal atacar de manera casi violenta las defensas de Jos participantes. ‘Ademés de esta lista, eabria mencionar algunas de las diferen- tes formas que pueden adoptar estos grupos. Existen «grupos de extrafios>, compuestos por individuos que no se conocen entte sf, Hay grupos formados por el personal de una orga nizaci6n, gente relacionada diariamente en la industria, a edu- caciéa, 6 en cualquier medio ocupacional. Hay grandes labo. ratorios en los que se manejan varios grupos pequetios al ‘mismo tiempo, manteniendo cada uno de ellos su propia con- tinuidad, en tanto que el laboratorio en su conjunto se congre- ga a menudo para realizar una expetiencia comtin (p. ej, una charla-u otta sesién cognitiva). Se pueden encontrar grupos de parejas, donde los matrimonios se retinen con la espe ranza de ayudarse en mutua a mejorar sus relaciones conyugeles, En los dimes tiempos aparecié el grupo familiar, constituido por Ja teunién de varias familias en un grupo unio, donde lox progenitores exten enseRanzas de ss hijos y_de los hijos ajenos, y viceversa ‘También existen diferencias en el elemento temporal. La mayoria de los grupos tienen sesiones intensivas durante un fin de semang, o a lo largo de una o varias semanas. En deter- minados casos, las sesiones del grupo se realizan una o dos veces por semana. Hay, ademds, grupos maratén, que se retinen sin interrupcién por espacio de veinticuatto horas o més.? daa gare paste des de aot ope, a ato tho, cules pate spojase de opm, hans ‘puchlima publiddad, ange contituyen, por certo, menos dl 09 de las experiencias grupales intensivas. 3 comunes “El meto hecho de describir la diversidad que existe en este ‘campo planica el muy apropiado interrogante de si estos dis- ‘intos desarrollos estin unidos realmente pot alguna relaciGn, ae entteiejen hilos comunes en estos énfasis y actividades ‘tan divergentes? A mi juicio, exist, sin duda, ese vinculo, va todos pueden clasificarse en Ia categoria de actividades sen la experiencia grupalintensiva,y tienden a poseer as caracteristicas externas similares. Casi sin excepcién, ‘atupo es pequeiio (de ocho a dieciacho miembros), carece “fasta cierto punto de estructura, y elige sus propias metas “diectivas personales. A menudo ~aungue no stempre-—, la iencia incluye algtn insumo cogaitivo, algiin contenido se oftece como material al grupo, En casi todos los casos, Prion] sesponsabiidd del cogrnador efit alos 1 grupo la expresidn de sus seatimientos y pen- samientos, Tanto el coordinador como los miembros se een. tran de Ileno en el proceso y la dindmica de las interseciones personales inmediatas, Ami juicio, estas son algunas de las carats, btn fe de feconces, que iden ;pos. Asimismo, todos ellos tienden a sustentar en comin detrminadas hipbtesispeaceas cus pedi fase larse de muy diferente manera, como por ejemplo El facilitndor de un je se rede en forma intensiva puede deorolr un ie pacaliio da sage, Bonk se en forma ge ad de expresion y_ dismi Hes ctdes defense wero 7 einen En un clima psicol6gico semejante, tienden a expresarse mu- ‘chas teacciones de sentimiento intediato de cada miembro Tos dems y hacia si mismo. esta libertad mutua para expresar los sentimientos reales, itivos y negativos, nace un clima de confianza reciproca, miembro se orients hacia una mayor aceptacién de !a alidad de su ser —emocional, intelectual y fisico— tal cual incluidas sus potencialidades. individuos menos inhibidos por la rigidez defensiva, se Aaeeep eae ees an re en las es y el comportanieato personales, en los meiodos pro. 8,3 en lon procedimientosy elacionesacministetivos ‘Al disminuir Ja rigidez defensiva, los individuos pueden, en ‘mayor grado, escucharse mutuamente y aprender 1inos de otros. Se crea realimentaciSn de una persona a otra, en forma tal ‘que cada individuo Hega a saber cmo aparece ante los demés, ¥ qué huella deja en las relaciones interpezsonales. Con esta libertad acrecentada y mejor comunicaién, su nuevas ideas, conceptos y directivas. La innovacién puede dejar Ge set un peligro para convertirse en una postbilidad deseable. Estas ensefanzas aportadas por la experiencia grupal tienden ‘traomitrse, de modo temporatio o| permanente, a las rele iones con el cSnyuge, 10s hijos, alurnnos, subordinados, pares, ‘yun con los superiores, luego de esa experiencia de grupo. Esta escripcidn, de los aspectos,bisicos de la experiencia quizd se none ala peta! Jos grupos, aunque ae — licable a la terapia guestiltica y ottos grupos en los que ‘hondinsdor se hae cago en mayor medida de la stuadign y ‘manipula més a los sujet. Gabe destacar que el estilo del coordinador y sus conceptos, acerca del proceso grapal producen grandes diferencias en Si mmaneo } ln experiencia del. grupo, No obstanc, se, ba Seseublerto que en los grupos que earecen de_coordinador, ‘onde los individaos se fednen simplemente de manera con: ‘tinua y en los cuales nadie ha sido designado facilitador o Iider, se crea un proceso similar al descrito. De ahi que se pueda Gecit que las veriaciones respecto de él dependen a menudo del estilo o punto de vista coordinador o facilitador. El proceso grupal En el préximo capitulo trataré de proporcionar una ima fle alld dl prc arpa, per seo convenient et tt un esquema breve y general. Bebide ' ‘phere no rca del gap, problems rincipal de los patticipantes es cémo utilizar juntos su vorga ee tiate de dieciocho hotas de un fin de semana, de Guarenta’o més horas en un grupo semanal. Al prinepio, nite con frecuencia un estado de constemaci6n, snsiedad ¢ invitacion, que obedece sobre todo a la falta de estructura, Selo en fonin gradual se pone de manifesto que Is fnalidad més importante de casi todos los miembros es hallar maneras 15 de relacionarse con otros integrantes del grupo y consigo mis mos. Luego, al explorar paulatina, tentativa y temerosamente sus sentimientos y actitudes reefprocos y hacia sf mismos, cada yer les resulta mAs claro que Jo que manifestaron primers eran fachacas, mscaras, Con mucha cautela van surgiendo los sentimientos y personas reales. A medida que las horas tras curren, se agudize ei contraste entre la caparazén externa y la personalidad interna. Lentamente se genera un sentido de auténtica comunicacién, y la persona que se ha ocultado con cuidado de las demiés muestra, en alguna medida, parte de sus sentimientos genuinos. Por lo general, hasta entonces alber- ‘aba Ja creencia de que estos serfan inaceptables pata los otzos miembros del grupo; ante su gran sorpresa, compruebe que se Je acepta més cuanto més real se vuelve. Los més temidos, habitualmente son los sentimientos negativos, pues cada indi: Viduo tiene Ja certeza de que sus celos o su ita no pueden ser aceptados de ninguna manera por otro. Asf, pues, es muy comin que comience @ surgit, poco a poco, una sensacién de confianza, y también de cotdialidad y simpatia, hacia los dems integrantes. Una mujer dice, en la tarde del domingo 4 han sido las ‘brujas, los espiritus demoniacos, los comunistas ( ¢recuerdan 1 Joe McCarthy?), y ahora le educacién sexual, la sensibi- lizacién, «el humanismo irreligioso» y otros demonios actuales. Mi propia explicacién concuends mis con la segunda conclo- sin de Harmon, Dicho con mis popis plabas: los prupos encuentro permiten mayor lencia personal, menor ‘ccultamiento de las emociones, mayor voluntad de innovar, mayor oposicién a las rigideces institucionales. Por consi iente, si una persona teme el cambio en cualquiera de sus formas, temer, lisa y lanamente, los grupos de encuentro, Es- tos generan cambios constractiwes, como se demostrard en los sselalaone see, Salem, omer asucon a oponen a las trasformaciones se opondrin firmemente, incluso de modo violento, a la experiencia grupal intensiva Conclusiones He intentado ubicar en. sa pesspectiva histérica el creciente desutll y tiiacén de ln empesecia up intensva, bos dquejando algunas formas y éafssss que se observan en Ia actua- Iidad. He tratado de indicar los elementos humanizadores que suelen caracterizar a tales grepos: ademés, suger! una expli- cacién posible de la ripida expansisn de esia tepdencia, y por Goé le'temen tanto quienes a eponen al cembio. Quizi po- damos ahora examinar qué scontece en tales grupos, 2 James E. Harmon,” Ideological Aspects of Right Wing Criticism of ‘the Intensive Group Experience, mabape inédito presetado en Un Sem patio sobre condocta homana e= sme de 1969, 20 2. El proceso del grupo de encuentro* Qué ooue realmente en un grupo de encuentro? Este eb une pregunta que se formulan muchas veces las personas que tienen Ja intencién de participar en alguno de ellos, o que se encuen- tran confundidas por las declaraciones de quienes han reali zado la experiencia, También para mf revisti6 gran interés ese interrogante, al plantearme cudles son los elementos comunes dela experiencia grupal. He llegedo a intuit, al menos vaga- ‘mente, algunas de las pautas o etapas por las que parece atra- vesar tun grupo, y las describiré como mejor pueda. Mi formulacién es simple y de corte naturalista. No intento construir una teoria abstracia de alto nivel,® ni efectuar inter- pretaciones profundas de motivos inconscientes 0 de cierta psique grupal en desarrollo. No hablaré de mitos colectivos, © de dependencia y contradependencia. No me siento cSmodo con tales inferenciss, por correctas gue sean. A esta altura de rnuestro saber, solo deseo desctibir los hechos observables y el modo como, a mi entender, estos parecen agruparse, Al ba- cetlo, extraigo datos de mi propia experiencia y de la de otras 1 Gran parte del material de este capftulo se publics en forma resumisa Sue canine ef FT Beata ed Challenger of Humane Prychology, Nueva Yorks McGraw Hill Bock Company, 1967, 9 ass smo en Piychology Today, vol 3, n° 7, diciembre de 1969. 2 Hace tiempo que Jack y Lateaie’ Gibb tabajan en el aniliss del ‘desrzollo de a confianes como teorfa esencial del erupal. Oras personas que han conteibuido sgniicativamente a la teoela el proceso [Erupal son: Chris Argyris, Kenneth Benne, Warten Bennis, Robert Sake, ‘Dorwin Cartwright, Matihew Miles. En los libros que citamos 2 coo tinuacidn, es posible hallarexpresiones del pensamicnto de estos y ues autores: Bradford, Gibb y Benne, eds, T-Group Theory and Labore ‘ory Method, Nueva York: Joho Wiley and Sone, 1964; Beanis, Benoe 9 Chin, eds. The Planning of Change, Noeea York: Holt, Riser, and Winston, 1961; Bennis, Schein, Betlew y Stecle, eds” Inierser {nel Dynamics, Homewood, Ti: The Dorsey Press, 1964" Hay, p=, Imihes paua Gromit pr a consi de una teria Que ‘que un grado de anstraccin considerable. El propésito de este ca ‘es mucho mis elemental: ofrecer un informe relists » descriptive de) proceso, au personas con quienes trabsjé, del material publicado en este campo, de las reacciones que muchos individuos que partici- pparon en esos grupos dieron a conocer por escrito y, en clerta medida, de los registtos de sesiones grupales de esta indole, ue apenas hemos comenzado a sondear y analizar. Cuando examino las interacciones terriblemente complejas ‘que surgen en 20, 40, 60 0 mis horas de sesiones intensivas, reo ver algunos hilos que configuran la trama de una paut Algunas de estas tendencias suelen apatecer pronto en | sesiones grupales, otras mas tarde, peto no hay una secuencia definida que permita establecer dénde termina una y en qué punto comienza la otra. A mi juicio, es mejor considerer que fst nteraccdn es un eo yvarad pi qu fee de grupo en grupo, pero que, en la mayoria de estos encuentros inten- sivos, pone de manifesto con clatidad certa clase de inclina ciones y determinados esquemas, predominantes en algunos ‘esos, secundarios en otros. A continuacién pasaré revista a las pautas del proceso que veo dessrrollarse; las describiré de manera breve y sencilla ilustrandolas con trascripciones de cin- tas grabadas e informes personales, y presentindolas aproxima- damente en Ja secuencia en que se producen, 1, Btape de rodeos. Cundo, desde el comienz, el coording dor 0 facilitedor aclara que se trata de un grupo que gozand de tun grado desacostumbrado de libertad, y no de uno donde él asumiré la responsabilidad de Ia direccién, tiende a producirse un perfodo de confusién iniial, de silencio embarazoso, con tuna interaccién de superficial cortesia, «charla de cocktail arty», frusteacién y gran discontinuidad. Los individuos en: entan el hecho de que «aqui no existe estructura, excepto Ia que nosotros creamos. Ignoramos nuestros propésitos, ni yuieta nos conocemos muruamente, y nos hemos comprome tido a permanccer juntos durante un lapso considerable». En ‘estas condiciones, es natural que existan confusién y frustr ida, A los ojos del observador, se destaca en particular Ia falta de continuidad entre las expresiones personales, El indi viduo A sugeriré algo, 0 manifestari una inquietud, buscando de modo evidente una respuesta del grupo. El individuo B, quien a todas Juces estuvo esperando su turno, se pone a hablar de algo distinto, como si no hubiese ofdo a A. Uno de Tos presents supiere elgo tan simple como: «Plenso qu debe- sos presentarnose, y esto puede provocar una larga e intensa discusién, en la cual pareceria que las cuestiones subyacentes, ‘que deben resolverse son: equién nos indicaré lo que hay que 2 hhacer?, zquién es responsable de nosotros?, gcuil es el pro pésito ‘del grupo? 2. Resistencia a la expresién 0 exploracién personal. En el Trascuso del period de todos, es probable ge algunos inde viduos revelen actitudes bastante personales, Esto tiende a provocar una reaccién muy ambivalente en los demés micm- bros, Uno de ellos, al esciibir més tarde acerca de su expe- rlencia, expresa ‘«Existe un yo que muestro al mundo, y otra que conozco en forma més intima. Ante los demds trato de parecer hébil, ex petto, sereno, sin problemas. Con el fin de corroborat sts Imagen, actuaré de una manera que, en ese momento 0 més adelante, parece falsa o artificial, “‘no mi yo verdadero”. O bien no’ dé a conocer pensamientos que, expresados, reve larian un yo imperfect. 5 En contraste con la imagen que ofrezco al mundo, mi yo interior se caracteriza por muchas dudas. El valor que asigno a este yo interior esta sujeto a un importante grado de fluc: tuacién y depende, en gran medida, de la forma en que los ‘ottos reaccionan frente a mi. A veees, este yo privado puede sentirse carente de valor», Cada miembro tiende a mostrar a Jos otros el yo piblico, y solo de modo gradual, con temor y ambivalencia, se dispone a revelar parte de su yo privado. ‘Al comenzar un laboratorio intensivo, se solicité a los miem- bros que expresaran en forma escrita, y sin darse a conocer, el © los sentimientos que experimentaran y no desearan confesar en el grupo. Un hombre escribié: No me tesulta fécil relacionarme con las personas. Poseo una fachala casinpeactable, Nada, que pueda hetiome ens pero tampoco sale nadia. He reprimido tantas emociones que me encuentro préximo a la esterlidad emocional. Esta situa cidn no me hace feliz, pero no sé eémo obrar al respectom. Es evidente que este hombre vive dentto de una celda privads ¥ que, salvo en esta forma encubierta, ni siquiera se atreve @ lanzer un pedido de ausilio En un laboratorio reciente, cuando un sujeto empeas a expre- sat su preocupacién pot la crisis conyapal que estaba atrave- sando, otro miembro Io interrumpié, diciendo: 2 4cEstis convencido de que quieres seguit hablando de esto, 0 Ja seduccién que el grupo ¢jerce en ti te impulsa a ir més Jejos que lo que deseas? ¢Cémo sabes que puedes confiar en el grepor eQué pensarfs del asunto cumdo regreses a tu casa y He digas a es sa, gue cabas de cotaros, 9 cuando lecidas ocultérselo? Quiero decirte simplemente que es peli- iroso seguir adelante con el anton =e Era obvio que, al hacer esta advertencia, el segundo miembro expresaba también su propio temor de revelatse a sf mismo ¥ su propia falta de confianea en el grupo. 3. Descripcién de sentimientos del pasado. A pesar de la ambi- valencia en cuanto a la confianza que merece el grupo y del peligro de descnmascerarse uno mismo, la expresion de senti- ientos es cada vez mayor en las conversaciones. El ejecutivo seficre cudnta frustracién le producen determinadas situaciones fen su trabajo; el ama de casa relata los problemas que tiene on sus hijos. He auf una conversacién grabada, que se pro. dujo a poco de iniciado un laboratorio de una’ semana. Ha ‘do tomando el giro de una discusién més bien intelectual zada, acerca de la ira, y participa en ella una monja catdlice: , pro- eso que es a menudo muy doloroso. Ejemplo de ello es la siguiente afirmacién hecha por Sam, ‘miembro de un laboratotio de una semana. Alguien, habia hablado de su fuerza. (La cita es de un registro grabado.) «Sam: Acaso yo no tenga conciencia de ella o no la haya experimentado en esa forma. (Pausa) Al pensarlo, creo que fue hablando contigo, Tom. «! ptimer dia, ane expresé la sorpresa genuiaa que sen! ia primera vex que ine dl cuenta de que podia asustar a alguien... Realmente, se trataba de tin descubrimiento que debla examinat, sear 9 llegar a cono ‘cet, pues la experiencia era muy nueva para m{. Estaba tan habituado a la sensacién de que me asustaban los otras, que jamés se me habla ocutido que algulen pudiera tener ticdo de mi... supongo que munca se me ocurrié... Y creo que quizd tenga algo que ver con lo que barrunto acerca de mi isto. Esa exploraciGn no siempre constituye un proceso fécil; tam- co el grupo, en conjunto, se muestra receptive ante seme fanve aotortevelacién, En th propo de adolescents zeluides fen_un reformatotio, todos los cuales se han visto en dificul- tades de uno u otto género, un muchacho saca a Juz un im- portante aspecto de si mismo y de inmediato es objeto, a la vver, de la aceptacién y el marcado rechazo de los dems. . Es indudable que cada uno de estos individuos trata, a su ‘manera, de ayudar o aliviar a Joe, de crear una relacidn asis- tencialéon dl para que se entinds con su esposa de'un modo més constructive y zeal 8. Aceptacin de st mismo y comienzo del combio. Muchas personas piensan que la aceptacién de sf mismo constituye un obsticulo para el cambio. En realidad, tanto en estas expe- Ffencis gropales como en psicoterapie, fepresena el comen2o Podiiamos dat ls siguientes ejemplos de Js actitudes expe sacas: «Soy una persona dominadora, me gusta controlar a los demés. Quicto moldear a estos ink conformatlos segia lo que creo apropiado», «En mi interfor, levo real- ‘mente un nifito herido y oprimido, que siente gean léstima por sf mismo, Soy ese nifito, ademas de ser un gerente responsable ¥ capazn. ienso en el caso de un funcionario del gobierno, hombre que ‘ocupaba un cargo de mucha responsabilidad y posefa una exce. lente formacién rnin como ingenier, En Ja primera reunién del grupo, tuve la impresién —y creo que otras personas pensaron To mismo— de que era un hombre frio, retaido, un tanto amatgo, resentido, cfnico. Cuando hablaba de la forma en que manejaba su oficina, parecia desprenderse de sus pals- ras que Ja ditigia , Este es un encaen En otto grupo, una mujer que tiene vatios hijos y se describe 42 s{ misma como «una persona vulgar, quisquillosa e hiperac- tivas, cuyo matrimonio ha fracasado’ y que ha sentido que no vale la pena vivir, escribe: «En jealidad, habe enterrado bajo tina capa de bormigén Pei hice yy res cla areteeete ee ic ellos © los pisoteara; y esto, buelga decitlo, clase de situaciones infernales’en mi familia y en mi. Aguar- ddaba el laboratorio con mis iltimas migajas de esperanza. Se traabe, realmente, de una agja de confianaa en medio de un inmenso pajar de desesperacién. (Narre algunas de sus expe- riencias en el grupo, 9 aiade:) Para mi, el verdadero punto critico fue un simple gesto de tu parte, cuando una tarde me rodeaste los hombros con el braz0, después que yo hiciera tna broma diciendo que ti-a0 eras miembro del grupo, que nedie podfa llorar apoyado en tu hombro. Le noche anterior, habrfa escrito en mi de notas: "jNo hay en el mundo tun solo hombre que me quieral”. Ese dia, 14 pareciste inte- resarte en forma tan genuina por mi que me sent! a ae Recii el gesto como una dels primerss manifetaciones que hnubiese experimentado nunca de aceptacién de mi persona tal como soy, asi de estipida, con todas mis mafias... Me sent{ necesitada, amante, competente, furiosa, frenética, cual- gue cosa, pero sobre todo guerde,sencilanente. Bucs imaginar Ta ola de gratitud, humildsd y liberacién’ que me 40 invadi6, Escrib{ con enorme alegria: “Me senti querida de veras”. Dudo que este recuerdo me abandone por mucho tiempos. En estas sesiones grupales, se producen con cierta frecuencia relaciones Yo-T% (volviendo a utilizar el término de Buber) de esta indole, y casi siempre provocan las légrimas de los parlance : Un micmbro, al tratar de poner orden en sus experiencias inmediatamente después de un laboratorio, se refiere al fre- cuente «compromiso en Ia relaciény desarrollada entre dos individuos —no siempre aquellos que, desde el comienzo, simpatizaron entre si—. Dice luego: «...€l hecho increfble que experimentaron una y otra vez los miembros del grupo fue que, cuando un sentimiento neg tivo se expresaba a otra persona de modo cabal, la relacién se afirmaba y aquel sentimiento era reemplazado por una pro- funda aceptacién del otto (....) Por lo tanto, el cambio real patecia producirse cuando los sentimientos se experimentaban ¥ expresaban en el contexto de la relacién. {No puedo sopor tar tw manera de hablar!” se convertia en una verdaders comprensién y afecto por ti, tat como hablase. Este relato parece sintetizar algunos de los significados més compiejos de la expresién «encuentro bésico». 14. Expresin de sentimientos positivos y acercamiento mu- ‘uo, De acuerdo con lo indcado en la ima seein, dnt que, cuando los sentimientos se expresan y pueden aceptarse Gh una relacién, es parte inevitable del proceso grupal que se genere un gran acetcamiento y sentimientos positivos. As. pues, a medida que las sesiones se suceden, toma cuerpo ona cresente senatién de cordilided » confianza, 5 también un ‘espiritu de grupo, que no brotan solo de actitudes positivas, sino de una autenticidad que incluye, al mismo tiempo, los sentimientos positivos y negativos. Poco después de un labo- Tarrio, uno de su inegrantes ta de, sinttina eto por escrito, diciendo que «.. .habria que referisse a lo que Tlamo Confirmacién; una case de confirmacién de ml mismo, de la unicidad y universalidad de las cualidades humana: confirmacién de que puede surgir algo positivo cuando, es- tando juntos, podemos ser humanos». Una expresién particularmente aguda de estas actitudes posi 4a tivas se manifesté en un, grupo en el que Norma enfrent6 2 Alice con una explosién de enojo. Joan, la faciltadora, perdié Je serenidad y rompié a llorar. Las actitudes positivas’y curs tivas del grupo hacia su propio coordinedor constituyen un gjemplo desordo de In proximida y del crite personal de las telaciones. Joan (Iorando): Siento como si me resultara tan condena- famente facil colocatme . ..colocarme dentro de otra persona, y creo que puedo sentir eso... respecto de ti, John, y de uste: des, Alice y Norma. Alice: Y eres tii quien resulta herida. Joan: Quizi sea asf, en patte. Supongo que si (Ulorendo). “Alice: Ese es un don maravilloso, ;Cudnto daria por tenerlo! Joan: Lo posces en gran medida, Peter: En cierto modo, soporias. .. Pienso que, de una ma- nera especial, porque eres Ia facilitadora, es posible que hayas soportado por nosotros una carga harto pesada,... tanteamos, para tratar de aceptarnos unos a los otros tal como somos, y+. ere0 que cada uno de nosotros logra cosas, de. una manera u otta, y dice: por favor, acéptame; quiero abendonar esto aqui mismo, y. Norma: Después nosotros no aceptamos. Peter: ¥ es posible que te estemos trasladando esta carga; y puede rentarte demasiado pesado que It gente te pida or favor que la aceptes asi, si a ello se suman tus propios sent mientos. ¢Piensas qué puede ser eso? Joan: (ilorando todavia): Bueno, en realidad no culpo a los demés; creo que ese... ese es, en verdad, mi problema, el de echarme yo esa carga, 0 lo que fuerc. Quiero decir, 1a car- ‘no creo ‘garia exactamente igual si no fuera Ia facilitadora que sea por el rol. Peter: No, no, no es por el rol... Norma: Decididamente, no. George: No creo que se trate de lo que la cen In cabeza; creo que es esa fantéstica sensibilidad tuya, todo To que compartes, y entonces soportas la carga; creo que, para i, significas ahora mucho més que lo que significabas antes. ‘Hubo momentos en que dudé de ti, y me pregunté si te acer- ‘atlas a nosotros como personas o como clientes. Sin embargo (creo haberlo dicho una vez esta semana), tuve la sensacién de gue, sien alin momento se hacia necesro, bas a mostrar tu faz menos favorable. Asf eres de Aonesta con las cosas. ¥ pienso que esto indica... que In mostraste; la otra faz 42 ‘tuya que no vimos en toda la semana. Me siento mal por ser como soy, un miembo del grupo que note ayuda de inmediato a sentirte mejor» Quizfs alguien critique con dureza a un elider» tan compro- metido en el proceso y tan sensible que Hora por las teasiones del grupo, de las que se hace cargo. En cuanto a mf, esto representa solo una prucba més de que, cuando las personas, se muestran unas a otras tal cual son, poseen una habilidad pasmosa para sliviar a su préjimo, con un amor realy com- Brensvo, sin imporiar que esa persona sex epartipante> 15. Cambios de conducta en et grupo. De la observacién pa- rece deducitse que se operan en el grupo muchos cambios de condueta. Los gestos se modifican, como asi también el tono dela vor (que a vets se intensficay otras se yuelve mis suave, y en general es mds esponténeo, menos impostado, més emotivo). Los individuos manifiestan una asombrosa ca pacidad para brindarse mutua solicitud y asistencia. Empero, nuestro principal interés radica en los cambios de conducta que ocurren después de Ia experiencia grupal. Esto constituye el problema mas significative, acerca del cual es pieciso que realicemos un estudio e investigacién més profun- dos. Una persona enumera asi los cambios que advirtié. en sf misma (quizd su apreciacién parezca demasiado favorable, 2eto se sepitn palabra andar en multi de otras del raciones «Soy mas franca y esponténea, més comprensiva, empética ¥ tolerante. Me expreso con mayor soltura, Me siento més segu- ra. A mi manera, soy més religiosa que antes. Mis relaciones con mi familia, ‘mis amigos y colegas poseen un grado de sincerdad mis alto, y expreo en forma ms abjerta mis sim- patias y antipatias, y todos mis sentimientos. Estoy més dis- puesta a admitir mi ignorancia, Me muestro més jovial, y ha sumentado mi voluntad de ayudar a los demésy. Dice otra ers que mie ae he ei una nueva én con mis padres. Ha sido penoso y dificil para mf pero me he sentido mas libre al hablar con ellos, en especial con mn padre, Se dieton los pasos tendientes a lograr con mi madre 43 un acercamiento més estrecho que el que tuve en los iltimos cinco afios» Una tercera refiere: «Me ayudé a aclarat mis sentimientos con respecto al trabajo, desperts en mf un mayer enusiasmo pot,» me convert en tuna petsona més sincera y amable con mis colegas; asimismo, me RRL capaz de mostrar con mayor franqueza mi hostilidad hacia alguien, La relacién con mi esposa se torné més sincera y profunda, Nos sentimos mas libres para hablar de cualquier Cosa y ahora tenemos la certeza de que podremos ponernos de acuerdo en cualquier tema que txatemos» A veces, las trasformaciones que se describen son muy sutiles « produzca algiin tipo de’ movimiento procesal, y creo incluso < que puedo predecir algunas de las probables direcciones gene rales que tomard, aunque no una especifica, Para mf, esto repre. senta una diferencia importante. El grupo se moverd, de eso «estoy seguro, pera setia.presuntudso pensar que puedo o debo \ | dinigir ese movimiento hacia una meta especifica Por lo que puedo observar, este enfoguie no difiere en el plano filossfico del que durante afios adopté en la terapia individual. No obstante, mi comportamiento en un grupo es a menudo may dino ds fo que ert en una relacin bipetsonal Alrbuyo esto al desarrollo personal que se experimenta en los grupos De ordinario, no ororgo importancia alguna al problema de qué le parece a otra persona mi estilo de facilitacién. En ese sen- tido, lo habitual es que me sienta bastante competente y c6mo- do, Por otra parte, sé por experiencia que puedo, al menos durante un tiempo, sentir celos por un colider que aparenta ser mejor facilitador que yo. Mi esperanza es llegar a set en el grupo, en forma paulatina, un participante y un facilitador ala vez. Es difcil describir esto sin dar la impresion de que desempetio de modo consciente dos papeles disimiles. Si obser- vamos a un miembro de un grupo que actia en forma sincera, tal como es, veremos que, por momentos, express emociones, actirudes ¥ pensamicntos cuya finalidad principal es facilitar el desarrollo de otto miembro, Otras veces, con idéntica auten- ticidad, expresard sentimientos © preocupaciones cuya meta via es corzer el riesgo de tun mayor crecimiento, Esta cltima desctipcién se aplica también a mi caso, salvo que tiendo a set mds a menudo la segunda clase de persone —o sea, la que se arriesga— en las tltimas fases del grupo y no en’ primeras. Cada faceta constituye una parte mia real, de nin- guna manera un rol Tal ver sea stil presentar aqui otra breve analogia. Si estoy tratando de explicar algin fenémeno cientifico a un nifo de cinco afios, mi terminologla y hasta mi actitad serin muy diferentes de las que usaré si explico lo mismo a un joven espierto de dicciséisaflos. ¢Quiere decir esto que desempetio, ddos roles? Por supuesto que no; significa, simplemente, que han entrado en juego dos facetas o expresiones de mi perso- nalidad real. De modo similar, en un momento determinada 53

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