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Ee 7 Eaf
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En una breve comparación entre el texto anterior del Código Procesal Civil y
Comercial de la Nación, vigente hasta el 21 de mayo de 2002 y el actual por imperio
de la ley 25.488 desde el día siguiente, apreciamos más funciones para los
secretarios, entre las cuales se encuentra en el art.38 inc. 4) en forma
imperativa: firmar en la etapa probatoria todas las providencias simples que no
impliquen pronunciarse sobre la admisibilidad o caducidad de la prueba
Como la devolución de los escritos presentados fuera de plazo está reservada a los
secretarios conforme el art. 38 inc. 6) vemos que nuevamente se ha inadvertido
prever la devolución de los documentos cuyas copias no se haya presentado y los
escritos presentados sin firma de letrado sin que se haya subsanado la omisión
según lo imponen los arts. 120, párrafo 2º y 57 del código ritual.
Por esta norma dentro del plazo de tres días, las partes podrán requerir al juez que
deje sin efecto lo dispuesto por el secretario, el prosecretario administrativo o el
jefe de despacho. Este pedido se resolverá sin substanciación. La resolución será
inapelable.
Con el avance de la informática y la utilización de Internet para acceder a las
respuestas judiciales podemos encontrarnos con algunos problemas y
eventualmente vencimiento de plazos o elección de una vía equivocada.
En efecto, sabemos que recién aparece en Internet en los juzgados civiles y en los
comerciales que tengan conexión las providencias y demás resoluciones, una vez
que el personal ha recibido el expediente firmado por la autoridad respectiva y
pasado la carátula por la lectora del código de barras. De ahí pueden pasar horas y
en algunos casos días.
En un artículo anterior “ Diferencia entre los artículos 38 y 238 del Código Procesal”
H. Eduardo Sirkin (Doctrina Judicial 1996-2-1973) dije que a mi juicio “no es
casual que los legisladores conciente o inconcientemente apliquen en la numeración
de las leyes y articulado reglas mnemotécnicas que faciliten su ubicación y retención
posterior, sin perjuicio de las causales lúdicas que pudieren haber hecho que se
dieran situaciones específicas, incluidos los números llamados “capicúas” y la
importancia que revistan según diferentes puntos de vistas.”
O que el aún llamado por su denominación de origen: decreto ley 3003/56 que
estableció el Registro de Juicios Universales en la Justicia Nacional lleve ese
número; que en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación el recurso de
apelación comience en el art. 242; que el recurso de queja por denegación de la
apelación comience en el art. 282; que la obligatoriedad de los fallos plenarios está
regulada en el art. 303; que las diligencias preliminares comiencen en el art. 323;
que la agregación de la prueba documental y ofrecimiento del resto de las pruebas
esté regulada en el art. 333; que la prueba de confesión – otrora: “probatio
probatísima”- comience en el art. 404; que la citación de venta en la ejecución de
sentencia donde está prevista como condición la traba del embargo esté en el art.
505; que la preparación de la vía ejecutiva esté prevista en el art. 525; las
ejecuciones especiales en el art. 595; los interdictos en el art. 606; etc.
Por eso no nos llamó la atención que en el art. 38 estén regulados los deberes del
Secretario y oficiales primeros (el título se ha mantenido en la reforma) ahora:
“secretarios, prosecretarios administrativos, jefes de despacho o quien desempeñe
cargo equivalente” aún con la incorporación de los arts. 38bis y 38 ter,
especialmente en este último permita a las partes requerir dentro del plazo de
tres días que el juez deje sin efecto lo dispuesto por aquellos.
Volviendo al tema, existen diferencias entre el pedido del art. 38 ter y el art.
238 del CPCCN ambos contra providencias simples, según quien sea el firmante.
En el caso del art. 38 ter no importa qué parte dio origen a la providencia simple.
Basta con que cualquiera de las partes requiera al juez que deje sin efecto lo
dispuesto por los funcionarios indicados para que el mismo resuelva.
En el caso del art. 238 el recurso de reposición habrá de interponerse contra las
providencias simples dictadas y firmadas por el mismo juez, debiendo resolver sin
substanciación sólo si la providencia recurrida ha sido dictada de oficio o a pedido
de la misma parte que la motivó.
No obstante que puede llevar a error a más de uno, atento a que el plazo es el
mismo de tres días y su cómputo idéntico desde la notificación por ministerio de la
ley de la providencia respectiva, situaciones de apuro se presentan a diario lo que
lleva a un desgaste jurisdiccional inútil para llegar a una solución diferente a la que
podía haber tenido de saber procesalmente qué pedir.
El art. 38 ter del CPCCN tiene previsto conforme al texto vigente por ley 25.488,
que la resolución del juez ante el pedido de dejar sin efecto la providencia del
secretario u oficial primero o jefe de despacho (o prosecretario) es inapelable, no
obstante ello, según se trate la decisión en cuestión, la jurisprudencia ha admitido
el recurso a pesar de lo que dispone la ley ritual.
Al respecto hago referencia a otro artículo mío donde además de referirme a este
tema, clasifiqué las formas y efectos de concesión del recurso de apelación, -aunque
hoy parcialmente modificado por la reforma de la ley 25.488-. (“Recurso de
apelación. Formas y efectos de concesión. Sinopsis” H. Eduardo Sirkin, en
Doctrina Judicial 1996-2- 319.)
Reitero que hay que estar atento, ya que podemos enterarnos tarde de la decisión
tomada y no poder ejercer el derecho en término, como por ejemplo que un
expediente remitido en vista al Defensor de Menores al retornar sea nuevamente
enviado por inadvertencia o equivocación y cuando tomamos conocimiento, la causa
ya está fuera del juzgado en nueva vista al mismo funcionario.
Esta norma –hoy art. 38 ter- es el tope a esas trabas ya que no existe otra
salida que la respuesta del magistrado resolviendo el pedido.