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PATOLOGIAS DEL MIEBRO SUPERIOR E INFERIOR EN ADULTO MAYOR

INTRODUCCION
La inmovilidad en las personas mayores de 65 años, consiste en la disminución de la
capacidad para desempeñar o realizar las actividades básicas de la vida diaria debido
a un deterioro de las funciones motoras que a su vez puede deberse a múltiples
causas.
El síndrome de inmovilidad es uno de los síndromes geriátricos más frecuentes,
originado por cambios fisiopatológicos en múltiples sistemas condicionados por el
envejecimiento y el desuso. Se manifiesta con deterioro funcional, limitación de la
capacidad de movilización y es, potencialmente reversible en función de su etiología.
Su tratamiento es realizado por un equipo multidisciplinar, al que pertenece el
fisioterapeuta. Es por lo que los objetivos de este trabajo son: conocer lo publicado
sobre el síndrome de inmovilidad y su tratamiento, identificar las estrategias de
tratamiento fisioterápicas utilizadas en el síndrome de inmovilidad y analizar las
intervenciones utilizadas por la fisioterapia en el síndrome de inmovilidad del paciente
geriátrico.
Durante la edad adulta hay ciertas lesiones traumatológicas que se dan con una
frecuencia lo suficientemente considerable para realizar un abordaje terapéutico desde
el ámbito de la ortoprotésica. Entre este tipo de lesiones que forman parte de las
dolencias en las personas mayores, en esta asignatura se abordarán los siguientes:
Las fracturas osteoporóticas, la hipercifosis osteoporótica, el síndrome de Cabeza
Caída, las fracturas por estrés, la escoliosis del adulto y las amputaciones. A
continuación se desarrollan las características de las alteraciones traumatológicas y
las pautas fisioterapéuticas a seguir
DESARROLLO
Esta rama de la fisioterapia se encarga de, trabajar con lesiones y patologías que se
presentan en los huesos y articulaciones de hombro, codo y mano; así como en los
músculos, ligamentos y tendones que unen estos segmentos entre sí.

Recibimos pacientes con gran variedad de diagnósticos, los hemos dividido según el
segmento corporal, encontrando entre otros:

En el hombro:

 Hombro congelado
 Tendinitis de bíceps
 Rotura parcial del manguito rotador
 Pinzamiento del supraespinoso
 Fractura de húmero, clavícula 
 Luxación de hombro
 Rehabilitación post cirugía de manguito rotador

En el codo:

 Codo de Tenista o Epicondilitis


 Codo de golfista o Epitrocleitis
 Compresión nerviosa del nervio cubital o radial
 Fractura en los huesos cubitoy radio
 Fractura de codo
En la mano:

 Fractura de la muñeca, huesos de la mano o los dedos


 Síndrome del túnel carpiano
 Dolor al llevar el dedo gordo al centro de la mano (D´Quervain)
 Artrosis del dedo pulgar(Rizartrosis)
 Dedos en ojal (Boutonier)
 Contractura de la palma de la mano (Dupuytren)
 Rehabilitación post cirugía de lesión en tendones flexores o extensores

Fracturas osteoporótica: La osteoporosis es la enfermedad ósea metabólica más


frecuente. Clínicamente se observa una reducción de la masa ósea hasta un umbral
bajo el cual es previsible la fractura (umbral de fractura).
La osteoporosis se puede clasificar en primaria y secundaria. Dentro de las primarias,
se encuentran:
- la osteoporosis idiopática juvenil
- la osteoporosis idiopática en adultos jóvenes
- la osteoporosis posmenopáusica, o tipo I de Riggs
- la osteoporosis senil, o tipo II de Riggs (objeto de estudio del presente tema), que se
manifiesta a partir de los 70 años de edad, existiendo una pérdida proporcional entre
hueso trabecular y hueso compacto, ya que durante el envejecimiento, la formación
ósea disminuye.
La consecuencia más frecuente de esta patología es la tendencia a las fracturas
óseas, siendo las localizaciones más frecuentes: la columna vertebral (que se tratará
en una sección aparte), el tercio proximal del húmero, el tercio distal del radio (fractura
de Colles), la cadera, siendo ésta última la complicación más grave y más frecuente.
Aunque también, con menor incidencia, podemos encontrar fracturas en las costillas,
pelvis, tobillos, y metatarsianos. Las osteoporosis secundarias se deben a diferentes
causas: fármacos, genética, trastornos metabólicos, embarazo, inmovilización, etc.
Fracturas de tercio proximal del húmero: Las fracturas del tercio proximal del
húmero son las fracturas humerales más frecuentes, representando el 45% de ellas,
pero si se consideran en los adultos de más de 40 años la incidencia aumenta hasta el
76%.
Se producen por un traumatismo directo, o en la caída sobre la mano con el brazo en
abducción, y más raramente por caída sobre la cara lateral del hombro. El traumatismo
necesario para producir la fractura puede ser mínimo o moderado en relación con el
grado de osteoporosis.
El paciente presenta un importante dolor y tumefacción del hombro, siendo necesario
el diagnóstico radiográfico y una cuidadosa evaluación neuro-vascular. El tratamiento
dependerá de los fragmentos de la fractura y su desplazamiento, precisando sólo de
inmovilización si el desplazamiento es mínimo o llegando a la sustitución protésica de
la cabeza humeral en las fracturas de cuatro fragmentos.
Fracturas de cadera: Se producen, típicamente, por una caída desde la posición de
pie, aunque también puede ocurrir espontáneamente. Usualmente es dolorosa y casi
siempre requiere hospitalización, lo que hace que sea la fractura más grave y severa,
en términos de morbi-mortalidad, incapacidad funcional y coste socio-sanitario.
Cuando las fracturas de cadera ocurren por la osteoporosis, tienen frecuentemente,
una mala consolidación, por lo que, habitualmente la opción más adecuada en este
tipo de pacientes es la sustitución protésica.
Fractura de Colles: El mecanismo lesional suele ser la caída sobre la mano
extendida. Esta fractura es en sí misma un indicador del grado de osteoporosis ya que
en diversos estudios, las pacientes con esta fractura tenían una menor densidad
mineral ósea comparada con la de controles equiparables, y también una mayor
frecuencia de otras fracturas osteoporóticas.
En este tipo de fractura el tratamiento ortoprotésico más adecuado sería utilizar una
ortesis de inmovilización para restringir el movimiento del miembro superior mientras
se esté produciendo el fenómeno de consolidación de la fractura.
Fracturas por estrés: La existencia de puentes intertrabeculares transversales
condiciona la resistencia de la estructura ósea. Por este motivo fuerzas repetitivas a
baja intensidad pueden producir rotura de algunas trabéculas. La fractura por estrés se
produce por la incapacidad intrínseca del hueso de soportar cargas no violentas,
repetidas, rítmicas y subumbrales, que provocan mayor reabsorción ósea que
formación. Aunque son más frecuentes en jóvenes, normalmente deportistas, ocurren
también en la persona mayor asociada a fenómenos como la osteoporosis, gonartrosis
y artritis reumatoide.
El tratamiento de este tipo de fracturas debe ser ortopédico-funcional, ya que la
inmovilización rígida puede empeorar el cuadro. Así aportarán solidez frente a las
cargas sin interferir en la función normal y proporcionará una movilidad precoz y
controlada.
CAUSAS Y FACTORES
Factores genéticos
La genética  desempeña un papel fundamental para explicar las diferencias entre
unos individuos y otros en lo que respecta tanto a masa como a fuerza muscular, de
forma que la mayor o menor fuerza muscular que se observa a nivel interindividual
estaría condicionada genéticamente.
Factores neurológicos
Los factores neurológicos tienen que ver con la pérdida de motoneuronas alfa de la
médula espinal; estas estructuras son fundamentales para conducir el impulso
nervioso a las fibras musculares.
Factores musculares
Se admite que a partir de los 30 años se inicia la pérdida de masa muscular, explicable
atendiendo a la pérdida de proteínas de contracción, lo que a largo plazo genera
atrofia y desaparición de la fibra muscular.

Factores hormonales
Con el paso del tiempo se produce una disminución en los niveles de diversas
hormonas, algunas de las cuales guardan una estrecha relación con el metabolismo
muscular (insulina, hormona de crecimiento, factor de crecimiento similar a la insulina,
vitamina D, cortisol, hormonas sexuales esteroideas).
Factores nutricionales
La anorexia ligada al envejecimiento supone una disminución en la ingesta de
alimentos, que en muchos casos causa un cuadro de importante desnutrición.
Se admite que la anorexia propia de la vejez, unida a otros factores que derivan en
una menor ingesta de alimentos ricos o altos en proteínas genera una pérdida de
masa muscular considerable.
Factores ligados al estilo de vida
Estilo de vida con una baja actividad física priva así al músculo de uno de sus
principales estímulos ambientales para mantener, tanto su masa, como su función. Se
ha comprobado que el ejercicio físico es capaz de revertir la sarcopenia, incluso en
personas con edades muy avanzadas y con un importante deterioro funcional.

PREVENCION
¿Qué necesita entrenar un adulto mayor?
Los ejercicios físicos adecuados para Adultos Mayores se dividen en cuatro aspectos
generales: resistencia, fuerza, equilibrio y flexibilidad.
Ejercicios de resistencia en el adulto mayor
Estos ejercicios mejoran la capacidad cardiaca y respiratoria, aumentando la energía
para llevar a cabo actividades cotidianas de la vida diaria como subir escaleras,
trasladarse, hacer compras, etc. Estos ejercicios también mejoran el estado de
ánimo y retardan y previenen la aparición de enfermedades asociadas al
envejecimiento (como por ejemplo diabetes, enfermedades del corazón, cáncer de
colon, accidentes vasculares y otros).  El mejor ejercicio para incrementar la
resistencia es el aeróbico, con marchas y caminatas o gimnasia aeróbica de bajo
impacto.
Ejercicios de fuerza en el adulto mayor
Los ejercicios de fortalecimiento mejoran el tono muscular y construyen sus músculos.
Contribuyen a darle mayor independencia al adulto mayor mediante la mayor fuerza
que adquiere con la realización constante de una rutina de fortalecimiento, para hacer
cosas por sí solo. Mejoran el metabolismo, de tal manera que contribuyen a mantener
el nivel de azúcar en la sangre y el peso y previenen también la osteoporosis.
Ejercicios de equilibrio en el adulto mayor
Los ejercicios de equilibrio son esenciales ya que evitan un problema muy
frecuente en los adultos mayores: las caídas. Se disminuyen los riesgos de accidentes
que puedan provocar lesiones importantes como fracturas de caderas y otras. Estos
ejercicios mejoran la propiocepción y algunos la fuerza en los músculos
estabilizadores, con tan solo realizar ejercicios tan simples como pararse en un solo
pie, pararse con apoyo solo de los talones (puntas arriba), pararse en puntillas de pie,
etc. O ejercicios más complicados como caminar sobre una línea con pesos livianos
sobre la cabeza y brazos diferentes posiciones, caminar manteniendo diferentes
materiales en equilibrio (sobre las palmas de las manos, una botella, una pelota), entre
otros.
Ejercicios de flexibilidad en el adulto mayor
Los ejercicios de flexibilidad también se conocen como ejercicios de elongación y
ayudan a mantener la elasticidad del cuerpo mediante la elongación de los tejidos y
músculos, ayudando de esta manera a mantener la estructura del cuerpo en su lugar.
También mejoran la independencia y autonomía del adulto mayor. Los ejercicios de
flexibilidad deben ser bien dirigidos y cuidar que la ejecución sea correcta para evitar
lesiones. 
El ejercicio físico es fundamental para mantener o mejorar las cualidades y habilidades
de nuestro cuerpo y organismo que se pierden con el paso del tiempo y aún más al
entrar a la etapa de adulto mayor. 
TRATAMIENTO FISIOTERAPEUTICO
Protocolo de fisioterapia
La fisioterapia juega un rol muy importante en todos los traumatismos del sistema
músculo-esquelético ya que gracias a sus amplias intervenciones y técnicas se puede
lograr la pronta recuperación así como mejorar las funciones afectadas.
En cuanto a los protocolos de fisioterapia, estos dependerán del paciente, si hubo o no
una intervención quirúrgica y de las complicaciones asociadas, por lo que no todos los
tratamientos van a ser iguales.
Sin embargo, las técnicas más usadas y empleadas incluyen:
1. Electroterapia y TENS. Usado para alivio del dolor y para evitar la atrofia
muscular.
2. Movilizaciones pasivas. Son empleadas al principio de la rehabilitación para
aumentar el rango articular.
3. Movilizaciones activas. Se van introduciendo a medida que el paciente
comienza a moverse de forma activa.
4. Ejercicios de fortalecimiento progresivo con contracciones isométricas,
concéntricas y luego excéntricas.
5. Reeducación de la postura y de la marcha. La actividad de caminar será una
de las funciones que más deben ser trabajadas, ya que la cadera es la
articulación que se encarga de realizarlo.
6. Aprender a realizar transferencias de sedestación a bipedestación.
7. Trabajo de la propiocepción. Así como en todas las demás lesiones
musculoesqueléticas, en las fracturas es necesario estimular a los receptores
propioceptivos.
8. Ejercicios para trabajar la coordinación y el equilibrio.
9. Estiramientos para aumentar la flexibilidad.
10. Existen además movimientos que deben ser evitados ya que pueden aumentar
el riesgo de lesión e imposibilitar la regeneración ósea. Estos deben ser
enseñados por el fisioterapeuta.

Los tres pilares de la fisioterapia en la tercera edad


 Fisioterapia preventiva: Es mejor prevenir una caída que tratar las fracturas
que puedan ocasionarse. Si conseguimos que nuestros pacientes tengan una
buena amplitud articular, fuerza y un buen equilibrio las posibilidades de tener
un accidente son mucho menores. Hemos de evitar por encima de todo que
pierdan sus capacidades motrices y prepararlos para que se acostumbren a
tener una buena vida que dependerá siempre de tener una independencia en el
mayor número de ámbitos posible. La fisioterapia preventiva se encarga
principalmente de que en la tercera edad nuestros pacientes sean capaces de
ser lo más independientes funcionalmente al mismo tiempo que se siguen
relacionando en su entorno físico con las mayores capacidades motoras y de
orientación.
 Fisioterapia diagnostica: este tipo de fisioterapia es usada para valorar la
lesión, un dolor o ante una caída, identificar la limitación de movilidad, ya que
cuando se tiene algún tipo de molestia  se debe recurrir al médico especialista
que determine el tipo de lesión, la gravedad de la misma para determinar qué
tipo de procedimiento se requiere.
 Fisioterapia tradicional, rehabilitación: esta es la categoría de fisioterapia
más conocida, en ella nos dedicamos al   tratamiento de una lesión o lesiones
de diversos grados, tratamientos tras una intervención quirúrgica etc.
 De esta manera, la fisioterapia en los pacientes de la tercera edad es similar a
cualquier otro tipo de tratamiento ordinario, haciendo la salvedad de que habremos de
adaptarnos a la psicología de estos pacientes y a sus necesidades específicas, ser
capaces de animarlos y apoyarles para que vean que tiene una buena expectativa de
recuperación es tan importante como el tratamiento en sí.

CONCLUSION
La detección precoz de estos problemas es esencial para lograr la curación completa,
ya que un especialista podrá aconsejar la realización de la terapia adecuada
(ejercicios correctivos, tratamientos ortopédicos, adaptaciones podológicas o
pequeñas intervenciones), para así mejorar la patología.
Uno de los mayores problemas es usar un calzado inadecuado, ya que el pie sigue un
eje longitudinal, pero la horma del calzado tiene un eje curvilíneo, por lo que la
patología puede empeorar si no se detecta lo antes posible.
En la mayoría de los casos si existe una detección temprana de la problemática la
realización de ejercicios correctivos de posición, propiocepción y tonificación muscular
del tren inferior y especialmente de la zona del pie puede resolver graves problemas
futuros.
ESCALA DE ANSIEDAD Y DEPRESIÓN DE GOLDBERG

SUBESCALA DE ANSIEDAD Sí
No
1. ¿Se ha sentido muy excitado, nervioso o en tensión?......................................... □ □
2. ¿Ha estado muy preocupado por algo?............................................................... □ □
3. ¿Se ha sentido muy irritable?............................................................................... □ □
4. ¿Ha tenido dificultad para relajarse?.................................................................... □ □
(Si hay 2 o más respuestas afirmativas, continuar preguntando)
Subtotal
Sí No
5. ¿Ha dormido mal, ha tenido dificultades para dormir?......................................... □ □
6. ¿Ha tenido dolores de cabeza o nuca?................................................................ □ □
7. ¿Ha tenido alguno de los siguientes síntomas: temblores, hormigueos, mareos,
sudores, diarrea? (síntomas vegetativos) ............................................................. □ □
8.¿Ha estado preocupado por su salud?................................................................... □

9. ¿Ha tenido alguna dificultad para conciliar el sueño, para quedarse dormido?...... □
SUBESCALA DE DEPRESIÓN
TOTAL, ANSIEDAD
Sí No
1. ¿Se ha sentido con poca energía?......................................................................... □

2. ¿Ha perdido Ud. su interés por las cosas?............................................................. □

3.¿Ha perdido la confianza en sí mismo?.................................................................. □

4.¿Se ha sentido Ud. desesperanzado, sin esperanzas?.......................................... □

Subtotal
(Si hay respuestas afirmativas a cualquiera de las preguntas anteriores, continuar)
5. ¿Ha tenido dificultades para concentrarse?............................................................
Sí No
6. ¿Ha perdido peso? (a causa de su falta de apetito). □

7. ¿Se ha estado despertando demasiado temprano? □

8. ¿Se ha sentido Ud. enlentecido? □

9¿Cree Ud. que ha tenido tendencia a encontrarse peor por las mañanas? □□
TOTAL, DEPRESIÓN

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