Professional Documents
Culture Documents
Resumen 100 Alos de Soledad
Resumen 100 Alos de Soledad
Como el único contacto con las novedades del mundo llega con
Melquíades, José Arcadio convence a los hombres de Macondo
para que lo ayuden a desmontar un camino hacia el norte y
conectar a la aldea con el resto del mundo. Luego de varios días
atravesando bosques, pantanos y sierras, el grupo desemboca en
un claro donde encuentra un viejo galeón español encallado, en
cuyo interior “no había más que un apretado bosque de flores”
(21). Días después, llegan al mar. Esto enfurece a José Arcadio
quien, habiendo tomado conciencia del aislamiento de Macondo,
decide mudarla a un lugar más propicio. Pese a ello, Úrsula se
anticipa a los deseos de su marido y convence a las mujeres de
Macondo de que frustren los planes de sus maridos.
Sin nadie que lo apoye, José Arcadio pretende irse solo con su
familia, pero Úrsula lo enfrenta y le dice que en lugar de fantasear
se ocupe de sus hijos. A partir de entonces, José Arcadio comienza
compartir con los niños en el laboratorio, aunque solo el pequeño
Aureliano parece tener un don natural para la alquimia.
Capítulo 2
La fundación de Macondo se produce a partir de una disputa que
tuvo José Arcadio Buendía en el poblado donde vivía, Riohacha. En
ese sitio, los antepasados de Úrsula y José Arcadio vienen
casándose entre sí desde el siglo XVI. Esto lleva a que una tía de
Úrsula emparentada con un tío de José Arcadio haya parido a un
hijo con una cola de cerdo. Dicho antecedente, sumado al hecho
de que Úrsula y José Arcadio sean primos, hace que ella no quiera
consumar el matrimonio por miedo a engendrar un hijo deforme
producto del incesto. Con el correr de los meses, el rumor de que
Úrsula continúa virgen empieza a circular en Riohacha, asociado a
una presunta impotencia de José Arcadio.
Un domingo, José Arcadio, quien entonces cría gallos de pelea, le
gana en una de estas contiendas a un hombre llamado Prudencio
Aguilar. Resentido, Prudencio lo provoca: “A ver si por fin ese gallo
le hace el favor a tu mujer” (31). Como resultado, José Arcadio lo
mata en un duelo al arrojarle una lanza que le perfora la garganta.
Cuando vuelve al hogar, presiona a su mujer para consumar el
matrimonio y así acallar los rumores en el pueblo.
Días después, el alma en pena de Prudencio Aguilar comienza a
presentarse en distintos lugares de la casa en busca de agua para
lavar la herida de su garganta. Apenado y con culpa, el
matrimonio decide irse del lugar, no sin antes matar a todos los
gallos y enterrar la lanza en el patio del hogar.
Capítulo 3
Pese a la ausencia de José Arcadio hijo, los Buendía reciben a su
hijo engendrado con Pilar Ternera, ya que su abuelo no puede
tolerar “que un retoño de su sangre quede navegando a la deriva”
(49). El niño recibe el nombre de su padre, pero lo llaman Arcadio
para evitar confusiones. Tanto él como Amaranta quedan al
cuidado de Visitación y su hermano, dos nativos guajira que
habían llegado a la casa de los Buendía a trabajar huyendo de una
peste de insomnio que azotaba sus tierras.
Impulsado por la llegada de los nuevos habitantes que
acompañaron a Úrsula a través de su viaje, Macondo se
transforma en un pueblo activo y próspero. Varias familias árabes
construyen talleres y negocios, se crea un hotel, algunos burdeles
y otros lugares de mala muerte. Las transformaciones de la aldea
provocan que Úrsula y su marido tengan que volverse más activos:
mientras ella comienza un negocio de venta de animalitos de
caramelo, José Arcadio se transforma en un referente en la
reestructuración de Macondo y la repartición de sus tierras.
Durante este tiempo, deja de lado su obsesión por la alquimia y
libera a los pájaros del pueblo para instalar en su lugar un sinfín
de relojes traídos por los árabes que suenan sincronizados cada
media hora, oyéndose en todos lados.
Capítulo 4
Úrsula celebra la ampliación de la casa con un gran baile para el
que compra una pianola automática. Para instalar el aparato, la
compañía importadora les envía a Pietro Crespi, un extranjero
experto y “el hombre más bello y mejor educado que se había
visto en Macondo” (75). Pietro les enseña a bailar la música de
moda a Amaranta y Rebeca y en poco tiempo ambas jóvenes se
enamoran de él.
Cumplido su trabajo, Pietro Crespi vuelve a su tierra de origen y
los Buendía organizan una fiesta de despedida en su honor.
Cuando el hombre se retira, Rebeca corre a su cuarto a llorar y su
profunda tristeza la impulsa a retomar el viejo hábito de comer
tierra y cal de las paredes.
Sin contar con los cuidados de Úrsula, José Arcadio Buendía recae
en sus investigaciones obsesivas, esta vez con los muñecos a
cuerda de Pietro Crespi. Entre desvaríos, vuelve a encontrarse con
el fantasma de Prudencio Aguilar, el hombre al que asesinó antes
de fundar Macondo. Prudencio afirma que lo estuvo buscando
pero no pudo encontrarlo porque no había muertos en Macondo
que pudieran darle su ubicación. Fue gracias al recientemente
muerto Melquíades que pudo encontrarlo. Sin embargo, su
presencia no es hostil hacia la familia: únicamente quiere
compañía, porque se siente solo.
Finalmente, la obsesión con las máquinas lleva a José Arcadio a
asegurar que la máquina que hace correr los días se ha roto. En un
rapto de locura irascible, comienza a destruir toda la casa hasta
que Aureliano consigue amarrarlo junto a un castaño del patio.
Días después, Úrsula regresa de su viaje y le construye allí “un
cobertizo de palma para protegerlo del sol y la lluvia” (97).
Capítulo 5
Aureliano y Remedios se casan un domingo en un altar
improvisado por el padre Nicanor Reyna. Ese día, todos la pasan
bien salvo Rebeca. El casamiento estaba pactado para ella y Pietro
Crespi, pero fue frustrado cuando recibieron una carta diciendo
que la madre de Pietro había muerto. Por ese motivo, Pietro tuvo
que viajar de imprevisto a su tierra natal. Aunque Amaranta lo
niegue, Úrsula le echa la culpa del incidente.
El padre Nicanor llega a Macondo para la boda invitado por don
Apolinar Moscote, pero decide quedarse a construir un templo
cuando descubre la falta de fe en el pueblo. Para juntar el dinero
necesario para su faena, comienza a realizar misas improvisadas
en las que levita, luego de tomar una taza de chocolate caliente, a
cambio de diezmos. En una de esas misas, celebrada en la casa de
los Buendía, conoce a José Arcadio en el castaño y comienzan una
breve amistad en la que ambos intentan convencerse mutuamente
de adoptar sus intereses espirituales. Es tal la afinidad entre ellos
que, cuando el padre descubre que José Arcadio está loco, se
preocupa por su propia cordura y deja de visitarlo.
Un último obstáculo termina por frustrar el casamiento de Rebeca
y causa un profundo sentimiento de culpa en Amaranta: la
pequeña Remedios, de tan solo catorce años y encinta, muere
desangrada a causa del embarazo. Su muerte sume a la familia
Buendía y a los Moscote en la tristeza y el duelo. Todos estaban
encariñados con la niña y el matrimonio había hecho posible la
amistad entre ambas familias. Además, pensar ahora en una fecha
para la boda de Rebeca resulta inapropiado, lo cual desgasta la
pasión entre los novios y provoca la desmoralización de ella, que
vuelve a comer tierra.
Capítulo 6
Antes de irse, el coronel Aureliano Buendía deja a Arcadio a cargo
del gobierno, ahora liberal, de Macondo. El muchacho se convierte
rápidamente en un déspota, instaura el servicio militar obligatorio,
recluye al padre Nicanor y le prohíbe realizar la misa, y hasta
manda a fusilar a un trompetista que se ríe de él en la tienda
de Catarino. Cuando don Apolinar Moscote se entera de ello,
difunde comentarios en su contra, lo que provoca que Arcadio lo
encarcele y ordene su ejecución. En el preciso momento en que
están por fusilarlo, Úrsula se presenta, detiene la orden y comienza
a azotar con furia a Arcadio hasta llevarlo a la casa de los Buendía.
A partir de entonces, Úrsula empieza a ser una referente en el
pueblo, aunque sufre en secreto la soledad y el vacío que hay en
la casa. Durante ese tiempo vuelve a visitar al viejo José Arcadio,
que sigue atado en el castaño. Finalmente termina por desatarlo,
pero él no ingresa a la casa ya que está cómodo viviendo en la
naturaleza.
Capítulo 7
En mayo finaliza la guerra y gana la facción conservadora. El
coronel Aureliano y su amigo Gerineldo Márquez son capturados y
llevados a Macondo a cumplir una sentencia de muerte. Úrsula se
entera gracias a que escucha la voz de su hijo, como un presagio,
mientras cocina en la casa. Cuando llegan a Macondo, Úrsula va a
la prisión y le exige a los centinelas que la dejen ingresar para ver
a su hijo. Una vez allí, se sorprende por el “resplandor de
autoridad que irradia la piel” (148) de su hijo. Luego de conversar
un rato, se retira conteniendo las ganas de llorar.
Aunque la sentencia parece inminente, Aureliano está
acostumbrado a anticipar la fatalidad gracias a sus premoniciones,
y se pregunta el motivo por el cual no advirtió nada respecto a su
muerte. De cualquier modo, en el momento de su captura, cuando
le pidieron que exprese su última voluntad, una fuerza interior lo
llevó a pedir que la sentencia se cumpliera en Macondo.
Capítulo 8
Mientras observa a Aureliano José afeitarse por primera vez,
Amaranta nota que se ha transformado en un hombre. Desde que
Pilar Ternera se lo entregó para que termine de criarlo, ella tiene la
costumbre bañarse junto con al niño. Sin embargo, lo que al
principio parecía algo inofensivo, ahora perturba mucho a
Aureliano José, quien se obsesiona con la belleza de su tía.
Capítulo 9
Otra vez en el exterior, el coronel Aureliano Buendía se mantiene
al tanto de la situación política de Macondo mediante
conversaciones telegráficas que sostiene con Gerineldo Márquez,
ahora jefe civil y militar del lugar. Mientras prosigue con sus
actividades para una guerra en la que ya no cree, Gerineldo pasa
su tiempo libre en compañía de Amaranta, a quien se le sigue
proponiendo una y otra vez, pese a sus rechazos.
Antes de emprender el regreso, Aureliano convoca una asamblea
de rebeldes para tratar la organización de la guerra, en la que un
general llamado Teófilo Vargas demuestra tener ideas que hacen
peligrar su poder. En ese momento, un capitán sugiere que deben
matarlo para evitarse problemas, y Aureliano permite una
emboscada en la que lo ejecutan. Después del suceso, “un frío
interior que le raya los huesos y lo mortifica incluso a pleno sol”
(194) comienza a aquejar al coronel y no lo deja hasta el día de su
muerte.
Cuando por fin vuelve a Macondo, a todos le cuesta reconocerlo:
completamente tapado por mantas, no solo el interés por la
guerra sino también el sentido de la vida parecen haberlo
abandonado. Además, tiene tantos enemigos que se hace trazar
un círculo de tiza alrededor, en todo momento, para que nadie se
le acerque. La soledad lo domina por completo.
Capítulo 10
Para Úrsula, la repetición de los nombres en los hombres Buendía
se corresponde con un tipo de personalidad definida: mientras
que “los Aurelianos eran retraídos pero de una mentalidad lúcida,
los José Arcadio eran impulsivos y emprendedores, pero estaban
marcados por un signo trágico” (211). Pese a ello, le cuesta
diferenciar a los gemelos Aureliano Segundo y José Arcadio
Segundo, quienes desde pequeños juegan a confundir a los
demás, imitándose en sus ademanes e intercambiándose las
vestimentas. De hecho, Úrsula sostiene que en uno de estos
juegos terminaron ellos mismos por confundirse de personalidad,
adoptando así la de su hermano. Esta similitud entre los gemelos
comienza a perderse a medida que crecen.
A los doce años, Aureliano Segundo visita la antigua habitación
de Melquíades y cuando ingresa se encuentra con que, a pesar de
los años, el lugar está impoluto y el fantasma del gitano aún
permanece en él. Aunque nunca lo conoció, reconoce quién es al
instante debido a que su recuerdo se había transmitido de
generación en generación a través de la familia. Desde entonces,
comienza a pasar el tiempo leyendo las antiguas escrituras en su
compañía. Un día, descubre los manuscritos indescifrables de
Melquíades, pero este le dice que nadie debe descifrarlos
“mientras no se hayan cumplido cien años” (214).
Mientras tanto, José Arcadio Segundo comienza a colaborar en las
misas con el nuevo padre del pueblo, Antonio Isabel, y se instruye
con él en el arte de las peleas de gallos. Cuando intenta llevar
gallos a la casa, Úrsula se escandaliza al recordar el historial de su
marido y le dice que se vaya con los animales a otro lado. Así, el
joven comienza a visitar a su otra abuela, Pilar Ternera, quien le
permite hacer sus negocios con los animales sin problemas.
Un día, Petra Cotes, una joven que vende rifas en el pueblo,
confunde a Aureliano Segundo con su gemelo. La mujer lo lleva a
su cuarto y se acuestan. A partir de ese momento, pasa un periodo
de tiempo en el que ella se acuesta, sin saberlo, con ambos los
gemelos. Con el tiempo, Aureliano Segundo confiesa su trampa y
ella opta quedarse con él en lugar de su hermano.
Desde entonces, Aureliano Segundo comienza a criar animales de
granja con Petra Cotes, que luego venden a través de las rifas. Con
el tiempo, la pareja advierte que los animales se reproducen a una
velocidad inusitada. La proliferación de animales, según Aureliano,
se vincula principalmente a la influencia sexual de su concubina.
En pocos meses, las rifas llevan a la pareja a volverse las personas
más ricas de Macondo.
Capítulo 11
Petra Cotes no demuestra preocupación por el matrimonio de
Aureliano Segundo. Ella es consciente de que era un muchacho
tímido y retraído hasta el día en que la conoció y aprendió junto a
ella a disfrutar tanto de la vida como del arte del despilfarro. Ella
lo hizo un hombre y sabe que en cualquier momento va a volver a
buscarla. En efecto, Aureliano Segundo vuelve a verla cuando
termina su luna de miel y Petra intuye que las cosas en el lecho
nupcial no andan bien entre los recién casados.
Fernanda del Carpio fue criada en una ciudad aislada y perdida en el
tiempo, donde aún viven como en los tiempos de la colonia. Sus
padres provienen de una familia que se enriqueció vendiendo
coronas fúnebres y su bisabuela había sido reina. Aunque su
familia estaba cayendo en la miseria, a ella se lo ocultaron y, desde
chica, la convencieron de que su destino era ser reina como la
abuela. Fernanda recibió una educación católica severa y no la
dejaron tener amistades debido a las expectativas depositadas
sobre su nobleza. Salió por primera vez de la ciudad el día en que
unos militares llegaron a su casa y convencieron a su padre de que
iban a coronarla reina, sin informarle que iba a ser en un carnaval.
Debido a su pasado de aislamiento y educación moralista y
conservadora, la presencia de Fernanda en la casa de los Buendía
se vuelve tensa para todos. Cuando se entera de que la relación
entre Petra y Aureliano aún perdura, Fernanda intenta volver a su
ciudad natal, pero Aureliano la intercepta y ella accede a volver.
Con el tiempo, además, logra convencerla de que lo deje
continuar con Petra Cotes, con la excusa de que la presencia de
Petra impulsa la proliferación de animales de granja con la que se
gana la vida. Ella accede, pero con la condición de que el día de su
muerte no lo encuentre en la casa de la amante.
Capítulo 12
La llegada del ferrocarril cambia por completo la realidad de
Macondo. La gente descubre el cine, el gramófono y el teléfono, y
un sinfín de nuevos empresarios, extranjeros y comerciantes llegan
cada miércoles en el tren con novedades para vender.
Capítulo 13
Mientras prepara a Meme para que vaya a la escuela de monjas y
al pequeño José Arcadio para enviarlo al seminario religioso donde
finalizará su formación papal, Úrsula comienza a notar un
“progresivo desgaste del tiempo” (281) que hace que no le
alcancen las horas como lo hacían cuando era joven. Para
entonces, Úrsula se resiste a envejecer pese a que ya perdió la
cuenta de sus años y a que está casi ciega, cosa que no le confiesa
a nadie para no quedar como una inútil. Para que no la descubran,
entrena sus otros cuatro sentidos y con ellos adquiere tanto
conocimiento sobre el orden de la casa que hasta ella misma
olvida su ceguera. También descubre en esos días que todos los
miembros de la familia realizan una y otra vez las mismas
acciones, por lo que le resulta fácil anticipar las actividades de la
casa.
Más aún, la oscuridad de la ceguera trae consigo una increíble
claridad a la hora de analizar a su familia. Así descubre que el
coronel Aureliano no le había perdido el cariño a todos a causa de
la guerra, sino que desde siempre había sido un hombre
incapacitado para el amor. En cuanto a Amaranta, aunque siempre
la había tenido por una mujer amarga y de corazón frío, ahora
descubre que es la mujer más tierna que haya existido jamás,
aunque con una cobardía invencible. Los tormentos a Pietro
Crespi y Gerineldo Márquez fueron el resultado de una batalla entre
su infinita capacidad de dar amor y el propio miedo a su
atormentado corazón. Pese a su nueva claridad, Úrsula se siente
sola y cansada de tantos esfuerzos y recuerdos acumulados en el
cuerpo a través del tiempo. Un día, el enojo la lleva a gritar
“¡Carajo!” (288) a viva voz, lo que sorprende a Amaranta, que
nunca la había oído insultar en su vida.
Tres meses después del establecimiento de Meme en la escuela de
monjas, la casa queda a merced de las decisiones de Fernanda,
quien aprovecha la vejez de Úrsula para terminar de imponerse.
Para entonces, le prohíbe a José Arcadio Segundo visitar el lugar,
debido a que este comienza a trabajar en la compañía bananera.
En esos días, Amaranta empieza a confeccionar su propia mortaja
fúnebre, luego de que la muerte se le presente y le diga que, al
finalizarla, morirá.
Capítulo 14
El luto por el coronel coincide con las últimas vacaciones de
Meme. Cuando llega, se entera que sus padres tuvieron otra hija,
bautizada contra la voluntad de su madre como Amaranta Úrsula.
El carácter divertido e infantil de Meme contrasta con la seriedad
con la que toca el clavicordio, estudio en el que se especializó con
el objetivo de que su madre, experta también en el instrumento, la
deje tranquila. Desde niña, a Meme le molesta la rectitud de
Fernanda y se siente más identificada con el carácter de su padre,
por eso intenta consentirla lo suficiente como para que no la
fastidie.
Capítulo 15
Luego del incidente en el baño, Fernanda obliga a Meme a
enclaustrarse en el mismo convento al que fue ella de chica, a
muchos kilómetros de Macondo. Las mariposas amarillas la
persiguen durante los largos días que dura el viaje. Desde que oyó
el disparo y el grito de agonía de Mauricio en el jardín, Meme no
vuelve a pronunciar palabra y sigue pensando en él hasta el día de
su muerte.
Una vez en Macondo, todas las personas con las que habla sobre
la masacre de los tres mil huelguistas descreen de su historia.
Piensan que los trabajadores simplemente se cansaron de la
situación y volvieron a sus pueblos. Al llegar a la casa de los
Buendía, José Arcadio Segundo se establece a escondidas de
Fernanda en la habitación de Melquíades, gracias a la ayuda de su
madre, Santa Sofía de la Piedad.
La versión oficial de los días subsiguientes es que los trabajadores
se marcharon en caravanas pacíficas. Por las noches, luego del
toque de queda, oficiales del ejército cazan a los subversivos que
lograron escapar y se los llevan a “un viaje sin regreso” (352). Un
día van a la casa de los Buendía y, luego de revisar toda la casa,
llegan al cuarto de Melquíades, donde se esconde José Arcadio
Segundo. Cuando ingresan a la habitación, no logran advertir la
presencia de José Arcadio en la cama, quien está protegido “por la
luz sobrenatural” (355) del ambiente. Desde entonces, José
Arcadio no vuelve a salir de la habitación. El diluvio sigue
arrasando con Macondo, mientras él se dedica a descifrar los
pergaminos de Melquíades y repite a toda hora, y aunque lo crean
un loco, que fueron tres mil los asesinados por el ejército.
Capítulo 16
El diluvio detiene toda actividad en Macondo, comenzando por la
compañía bananera. Aureliano Segundo, que se había quedado en
lo de Petra Cotes desde el enclaustramiento de Meme, se
encontraba por casualidad junto a su esposa cuando comenzó a
llover, y decide no moverse de allí hasta que escampe. La
humedad es tal que la casa entra en un periodo de deterioro
constante, lo que lleva a Aureliano a ocuparse por primera vez del
mantenimiento del lugar. Su dedicación lo lleva a perder los kilos
que había ganado a fuerza de juergas y banquetes en lo de Petra.
Fernanda, desconcertada por la presencia de su esposo, teme que
intente “deslizarse hasta su dormitorio” (360) y descubra allí que
se encuentra incapacitada para el amor, motivo que incrementa su
intercambio de cartas con los médicos.
Tres años después de la llegada de Aureliano Babilonia, Aureliano
Segundo se entera de la existencia de su nieto cuando lo
encuentra corriendo desnudo por un corredor, con una dotación
semejante a la del primer hijo de Úrsula, José Arcadio. Lejos de
enojarse, dedica su tiempo libre a contarles historias inventadas y
enseñarles a leer, a él y a Amaranta Úrsula.
Capítulo 17
Luego del diluvio, una árida sequía comienza a secar y a llenar de
polvo el ya bastante deteriorado Macondo. El fin de la lluvia
detiene por un tiempo los periodos de desvarío de Úrsula, quien
lamenta darse cuenta de que ha servido durante años como
juguete de Amaranta Úrsula y Aureliano Babilonia. Las termitas,
hormigas rojas y polillas empiezan a invadir la casa, y Úrsula
intenta detener con sus últimas fuerzas el avance de los insectos.
Un día, mientras se afana en la tarea, se cruza con José
Arcadio Segundo en el cuarto de Melquíades y lo nota tan parecido
al coronel Aureliano que confirma su certeza de que el tiempo no
avanza sino que da vueltas sobre sí mismo. Por su parte, José
Arcadio Segundo se obstina en no salir de la habitación porque
teme cruzarse al ferrocarril con sus tres mil muertos rumbo al mar.
En esos días, llega la noticia de que José Arcadio, el hijo de
Fernanda y Aureliano Segundo, volverá de Roma para visitarlos. La
buena nueva infunde fuerzas a Fernanda, quien empieza a hacer
arreglos en la casa y a revivir las plantas muertas del jardín y los
corredores. Aureliano Segundo vuelve a lo de Petra Cotes y juntos
renuevan su negocio de rifas, aunque ahora es mucho más
precario. Pese a ya no estar para las parrandas que hacían antes
del diluvio, el amor entre Petra y él se reinventa en la pobreza y la
vejez. Del poco dinero que sacan de las rifas, utilizan un mínimo
para ellos y el resto lo disponen para alimentar a Fernanda, ayudar
a Santa Sofía de la Piedad y prever los gastos que conllevará la
muerte de Úrsula, que presumen pronto.
Cuando llega a la edad de ir a la escuela, Fernanda envía a
Amaranta Úrsula a un instituto privado, pero le niega la
posibilidad de ir a estudiar a Aureliano Babilonia, quien queda al
cuidado de su bisabuela, Santa Sofía de la Piedad.
Capítulo 19
En diciembre, Amaranta Úrsula regresa a Macondo con su
marido Gastón, un elegante flamenco que la acompañó con la idea
de que volverán pronto. Lejos de eso, Amaranta tiene la idea de
quedarse a vivir allí, impulsada por los recuerdos felices de su
infancia. Al llegar, se sorprende del deterioro de la casa y
comienza a dedicar los días en restaurarla: revive las plantas,
consigue trabajadores para que restablezcan paredes y pisos, y
cambia el lúgubre mobiliario de su madre por muebles
importados y más agradables. También le regala prendas juveniles
a su sobrino y le enseña a bailar la música de moda en Europa.
Amaranta Úrsula tiene la personalidad activa e indomable de
Úrsula y su belleza compite con la de la propia Remedios, la bella.
Su presencia alegre y moderna le da un aire nuevo al hogar.
A un año de su llegada, Amaranta sigue igual de decidida a
permanecer en Macondo. Debido a ello, Gastón decide impulsar
un negocio de correspondencia por aeroplano en el pueblo. Lo
hace sobretodo para sortear el tedio porque ya se aburrió de la
fauna, los pocos entretenimientos locales y los intentos frustrados
de entablar vínculo con Aureliano, quien se muestra ensimismado
y poco conversador.
Capítulo 20
Una tarde, Aureliano se entera de la muerte de Pilar Ternera. Su
muerte coincide con el retorno del sabio catalán, el insuperable
maestro de Aureliano y sus cuatro amigos, a sus tierras de origen.
Tres meses después, reciben un sobre grande de él con decenas
de retratos y cartas escritas en altamar. En las últimas cartas, el
sabio catalán les recomienda que huyan de Macondo. Álvaro es el
primero en hacerle caso. Luego lo siguen Alfonso y Germán. Por
último se va Gabriel, luego de ganar un pasaje a París.
Sin más nadie cerca, Aureliano y Amaranta quedan “recluidos por
la soledad y el amor” (457) en la casa de los Buendía. Para su
mayor felicidad, Gastón viaja a Bruselas con el objetivo de volver a
Macondo volando, cansado de esperar un aeroplano que le
prometieron por correspondencia. Los amantes se hunden en una
pasión tan desenfrenada que se olvidan de la realidad, mientras la
casa vuelve a ser atacada por las alimañas, la naturaleza y las
hormigas coloradas. Ambos quedan “flotando en un universo
vacío donde la única realidad cotidiana y eterna es el amor” (460).