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SANANDO EL CUERPO, las 7

ZAMBULLIDAS de Naaman
Las siete zambullidas de Naaman nos revelan 7 cosas a las que debemos renunciar
para ser sanos en cuerpo y alma.

"En aquellos días, Naamán, general del ejército del rey sirio, era un hombre que gozaba de la estima y
del favor de su señor, pues por su edio el Señor había dado la victoria a Siria. Era un hombre muy
valiente, pero estaba enfermo de lepra. En una incursión, una banda de sirios llevó de Israel a una
muchacha, que quedó como criada de la mujer de Naamán, y dijo a su señora: «Ojalá mi señor fuera a
ver al profeta de Samaria: él lo libraría de su enfermedad.» Naamán fue a informar a su señor: «La
muchacha israelita ha dicho esto y esto.» El rey de Siria le dijo: «Ven, que te doy una carta para el rey
de Israel.» Naamán se puso en camino, llevando tres quintales de plata, seis mil monedas de oro y diez
trajes. Presentó al rey de Israel la carta, que decía así: «Cuando recibas esta carta, verás que te envío
a mi ministro Naamán para que lo libres de su enfermedad.» Cuando el rey de Israel leyó la carta, se
rasgó las vestiduras, exclamando: «¿Soy yo un dios capaz de dar muerte o vida, para que éste me
encargue de librar a un hombre de su enfermedad? Fijaos bien, y veréis cómo está buscando un pretexto
contra mí.» El profeta Eliseo se enteró de que el rey de Israel se había rasgado las vestiduras y le envió
este recado: «¿Por qué te has rasgado las vestiduras? Que venga a mí y verá que hay un profeta en
Israel.» Naamán llegó con sus caballos y su carroza y se detuvo ante la puerta de Eliseo. Eliseo le mandó
uno a decirle: «Ve a bañarte siete veces en el Jordán, y tu carne quedará limpia.» Naamán se enfadó y
decidió irse, comentando: «Yo me imaginaba que saldría en persona a verme, y que, puesto en pie,
invocaría al Señor, su Dios, pasaría la mano sobre la parte enferma y me libraría de mi enfermedad.
¿Es que los ríos de Damasco, el Abana y el Farfar, no valen más que toda el agua de Israel? ¿No puedo
bañarme en ellos y quedar limpio?» Dio media vuelta y se marchaba furioso. Pero sus siervos se le
acercaron y le dijeron: «Señor, si el profeta te hubiera prescrito algo difícil, lo harías. Cuanto más si lo
que te prescribe para quedar limpio es simplemente que te bañes.» Entonces Naamán bajó al Jordán y
se bañó siete veces, como había ordenado el profeta, y su carne quedó limpia como la de un niño. Volvió
con su comitiva y se presentó al profeta, diciendo: «Ahora reconozco que no hay dios en toda la tierra
más que el de Israel.» Lectura, 2 de Reyes 5: 1- 14 "El entonces descendió, y se zambulló siete veces en
el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y
quedó limpio". La mayoría de las enfermedades físicas tienen una relación directa con problemas
emocionales, el 90% de las enfermedades son producto de alguna situación emocional que todavía no
has resuelto. Dios quiere sanarte de la enfermedad física y emocional. Hay muchas emociones dentro de
los seres humanos que están sin resolver, recuerdos del pasado, enojos y broncas acumuladas que han
creado situaciones negativas que hacen que nos sintamos enfermos. Toda emoción negativa que no es
expresada tiende a enfermar a alguno de los órganos de nuestro cuerpo, las emociones no expresadas
afectan nuestras vidas de manera significativa. Dios quiere sanar tus emociones para también sanar tu
cuerpo. Hay una estadística hecha por científicos en una empresa que dice que de 200 personas que
aparentemente estaban sanas, encontraron que el 43,5% sufría de Trastornos generales, 37,5% Dolores
de estómago, 26,5% Estados de ansiedad, 22% faringitis recurrente, 17,5% mareos, 17,5% insomnio,
15% diarrea, 15% dolor de cabeza, 6% reumatismo. Es evidente que las presiones laborales son un
ejemplo de cómo se ve afectado el cuerpo. También se ha descubierto que una persona en promedio antes
de los 25 años ha tenido 200 enfermedades. Cuando nos preguntamos porque las cosas pasan, porque la
enfermedad nos ataca, nos damos cuenta que es muy probable que en nuestro interior haya cosas sin
resolver.
Las siete zambullidas de Naamán, el general sirio.
Naamán era un hombre muy importante, pero el tenia lepra y en ese tiempo la lepra no se podía tratar,
no tenía cura. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo, la piel es el reflejo de nuestro interior,
cuando estamos enfermos muchos de los síntomas se manifiestan en la piel, por ejemplo: la persona que
tiene problemas en el hígado su piel se pone amarilla, una persona con alergia también se ve en su piel,
etc. Investigaciones nos dicen que la piel se ve afectada también cuando la gente en su niñez no recibe
amor y cariño, abrazos y caricias es decir la piel se ve afectada por la falta de esas personas que nos
tenían que haber amado, abrazado, contenido, entonces aquí descubrimos que Naamán estaba pasando
por esta situación. Ahora la pregunta que me hice al leer esta historia es ¿por qué siete veces tenía que
meterse en el río, porque no una, dos o tres? Naamán tenía que resolver y sanar siete cosas en su interior,
siete situaciones internas para poder recibir la sanidad en su cuerpo. Hay siete situaciones que Naamán
necesitaba solucionar, situaciones internas que lo enfermaban, en cada zambullida una de ellas era
sanada, quizás estés pasando por lo mismo, siete situaciones que no te permiten recibir la sanidad
completa de parte de Dios, y hoy quiero hablarte de estas siete zambullidas que tuvo que hacer Naamán
para ser sano, y que tendrás que vencer en tu vida para que la sanidad interna y externa venga a ti.

Zambullida 1 "El orgullo" Lo primero que dice la Biblia sobre Naamán es que era un varón grande
delante de su señor. Era un hombre orgulloso, las personas que son orgullosas terminan enfermándose,
se sienten superiores a los demás y quieren demostrarlo todo el tiempo, es gente que se afirma en sus
logros, en su propia fuerza para demostrar que son alguien, necesitan mantener una apariencia que
terminan enfermándolos. Una de las principales cosas que Dios tiene que sanar es el orgullo. Tienes que
renunciar al orgullo. El orgullo te enferma, este hombre hasta el día que conoció a la niña que le sugirió
ir al profeta, siguió enfermo, él se consideraba una persona importante, estaba orgulloso de estar al lado
del Rey, cuando estas en esa actitud le pones una traba al Señor. Quitar el orgullo de tu vida hará que el
poder de Dios pueda actuar en ti y puedas recibir la sanidad que estas necesitando.

Zambullida 2 "El materialismo" Cuando Naamán se enteró que alguien lo podía sanar de una manera
sobrenatural, llevo ¡340 kilos de plata 60 kilos de oro y 10 mudas de vestido, sin duda era una gran
riqueza!. Tomo ese dinero y se fue a presentar delante del hombre que lo iba a sanar, él pensaba que
podía comprar su sanidad a través del dinero. Pero no funciona de esa manera. Dios no necesita tu dinero
para sanarte, cuando le ofrendas a Dios le ofrendas para que el reino de Dios se extienda, no para comprar
tu sanidad, la sanidad no se compra, el amor de Dios no se compra. Sino solo los que tienen dinero se
sanarían. El problema de Naamán era la mala conexión con el dinero, como esas personas que creen que
porque tienen dinero son más que los demás. El dinero no sirve solo para comprar bienes y servicios, al
dinero a veces, se puede usar como una mala conexión, las personas lo utilizan para tener amigos, gente
que compra amistades, invitan a cenar y dicen "Ven que te compro esto, ven que te regalo lo otro". Eso
es una mala conexión porque si no fuese por el dinero estarían solos. El dinero es una bendición de Dios,
pero la biblia dice que "raíz de todos los males es el amor al dinero" lo malo no es tener dinero sino
adorar al dinero, en vez de adorar a Dios que te da el dinero. Lo que Dios quiere hacer es sanar tu conexión
con el dinero. Desde que Jesús vino a la tierra todas las bendiciones que recibimos son por gracia, antes
de conocer a Jesús nosotros merecíamos la enfermedad, porque no habíamos recibido la gracia de Él. Lo
que tu recibes no es por tener mucho o poco dinero sino porque Dios es bueno y aunque no lo merezcamos
él nos lo da igual.

Zambullida 3 "La autosuficiencia" ¡El creía que sabía todo! Esas personas que creen que saben más
que todos, cuando les explicas algo, ellos ya lo sabían. Hay que levantarse todos los días con una
mentalidad de aprendiz. Este hombre creía que sabía todo, cuando la niña le dice: "En Israel hay un
profeta" no le dijo que fuera a ver al Rey, sino al profeta. Pero este hombre en vez de ir a ver al profeta
quiso ir a ver al rey. A veces por creer que sabemos todo, recurrimos a la gente equivocada. Tenemos
que levantarnos pensando y preguntándole a Dios cual es el paso que tengo que dar, Dios te está mirando
y para sanarte quiere que saques la actitud de "lo sé todo", y la reemplaces por una actitud de aprendiz.
Cada día hay algo nuevo por aprender.

Zambullida 4 "La vanidad" Cuando Naamán llega a la casa del profeta, este estaba adentro. Llega a la
puerta de Eliseo en un carro de guerra y rodeado de soldados a caballo, intento meterle presión al profeta,
demostrar quién era. Tu no puedes presionar a Dios para que te sane, no puedes impresionar a Dios con
lo que tienes para que te sane. Cuando este hombre llega con todo su ejército y Eliseo en vez de salir a
la puerta y atenderlo, le manda un empleado diciéndole que tenía que: "irse a bañar". Esto nos enseña
que de ninguna manera podemos intimidar con lo que tenemos a Dios, Dios actúa por gracia, no por
presión. Dios busca corazones humildes y sinceros para poder bendecirlos. Un Naaman moderno llegaría
a la puerta de nuestros templos, en una limusina, con diez vehículos Mercedes Benz de compañía,
alardeando, tratando de impresionar y poniendo presión. Diciendo, "soy importante, sáname".

Zambullida 5 "El Enojo" Dice la biblia que Naaman se fue enojado. Estadísticamente la gente que se
enoja muy seguido vive menos tiempo. El que se enoja mucho tiene problemas cardiacos, hepáticos y
gastrointestinales. No hay que enojarse más, hay que tomar con calma los problemas. El enojo te enferma
y también te aparta de tu sanidad. Hay maneras negativas de enojarse, por ejemplo podes expresar el
enojo con la otra persona: gritando, insultando, algunos hasta llegan al punto de golpear al otro. Hay
gente que expresa su enojo en forma interna, se traga la bronca, en vez de decir todo, se guarda. Cuando
guardas esa bronca se transforma en problemas internos. Una de las consecuencias más comunes que
encontré es que muchas de las personas con sobrepeso están así porque tienen problemas guardados,
enojos escondidos porque acumulan problemas en vez de resolverlos de la manera adecuada, también
hay otras personas que quieren tapar el enojo con la droga o con el alcohol. ¿Cómo sacamos el enojo?
Una manera seria entregárselo a Dios, de una manera sobrenatural. Al enojo hay que sacarlo de alguna
manera, una manera es encerrarte en tu habitación, no expresarlo en palabras a una persona, si no hablarlo
solo, gritarle a la nada, y sacarte la bronca. Otra manera es hacer ejercicio físico y gastar esa energía
negativa de forma sana. Tienes que sacar el enojo. Descargar todo lo que acumulaste durante tanto
tiempo, porque es posible que eso sea lo que haya traído enfermedad a tu vida.

Zambullida 6 "El ego" Naamán decía y trataba de enseñarle a Dios como tenía que hacer el milagro de
sanidad. El creía que todos tenían que hacer las cosas como a él le parecía, es esa gente que es estructurada
y que cree que se hace todo de cierta manera. Personas inflexibles, que tienen posturas rígidas que no
desean cambiar aunque saben que deberían hacerlo. La rigidez de pensamiento se ve reflejada en
enfermedades en las articulaciones, artritis y artrosis. Hay que abrir la mente a lo nuevo de Dios, hoy
Dios puede ser que te sane de una manera sobrenatural y sientas un fuego dentro tuyo, o que te unjan con
aceite, hay distintas maneras, porque Dios es multiforme, y no lo podemos encasillar.

Zambullida 7 "El menosprecio" Naamán decía "¿cómo me voy a meter y sanar en estos ríos, si en Siria
en la ciudad de Damasco son mejores que los que hay acá?". La última de las cosas que tenía este hombre
era que vivía de las comparaciones, esa gente que mira que ropa te pusiste hoy, que zapatos, que vehículo
tenés. Las comparaciones te llevan a la envidia y la envidia te enferma. Dios tiene que sanar ese espíritu
de comparación. No compitas, ni te compares con nadie, solo con tu mismo para superarte cada día. Estas
7 cosas que tenía este hombre fueron obstáculos que tenía para llegar a la bendición, pero Dios lo fue
sanando en un espacio de horas. Dios lo fue tratando, primero, le puso a una niña esclava que le dijo lo
que tenía que hacer, después fue a ver a un Rey que lo saco corriendo, luego le puso a un profeta que no
le dio interés, por otro lado lo atendió un sirviente que le dijo "anda a bañarte". Dios le fue rompiendo
todos los esquemas mentales, porque Dios sabe que si rompemos los esquemas mentales negativos nos
vamos a sanar, si rompemos los obstáculos que están en nuestro interior Dios puede sanarnos. A veces
Dios nos sana rápidamente y a veces en un proceso en el cual nos va rompiendo esquemas hasta llegar a
la sanidad. Dios quiere sanar esos obstáculos para que llegues a tu sanidad. Hoy es día de renunciar a
ellos. Lo bueno es que todo esto no lo merecíamos, si no que Dios a través de su misericordia y por medio
de su hijo Jesucristo nos regaló la vida eterna, por gracia, gracia es un regalo que no merecemos. La
biblia también nos enseña que Jesús nos da vida abundante. En lo físico, en lo espiritual, en lo emocional,
en lo material, Dios no solamente piensa en el "más allá" si no también en el "más acá". Sigue con el
tratamiento médico, confía y espera que llegue el milagro de Dios, y si un día vas al médico y no puedes
explicar como de una enfermedad incurable pasaste a ser una persona sana, y en ese momento podrás
decir: ¡¡Fue mi Dios, mi Dios sanó mi cuerpo, porque primero sanó mi interior!!

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