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QACOP $ 29,00 U4. ae © Pedro Luis Barcia Las letras rioplatenses en el periodo de la Tlustracién: Juan Baltasar Maciel y el conflicto de dos sistemas literarios Al ticmpo que analiza las letras tioplatenses en el periodo de Ia Iustracisn, Pedro Luis Barcia procura demostrar que Juan Baltasar Maciel, a pesar de estar planamente identifieado con el modelo académico de su época, fue el precursor -posiblemento involmtario- de la literatura gauchesea, Con un solo poema «Canta un guaso», Maciel finda una viguisna hetencia que se expandi6 y erevié come imo de los aportes mis notables de esta pate del ras hispanoamericanas, El autor relata cémo, mn le apenas cuarenta lineas, Cuando nos enfientamos al concepto «ilustracién, nas ubicamos ante una palabra escueta pero harto compleja, En realidad, deberia hablarse de «ilustraciones»: la inglesa, la francesa, 1a alemana, la italiana, No son todas lo mismo. Hay, por ejemplo, uma clara distineién, que la bibliografia especifica ha sefialando entre la Dustracién inglesa, que es mis individualista que las dems y que ejerce una critica mas acerba que las otras y exhibe una declarada voluntad imperial; ya francesa que tiene una acepeién més universal, pedagégica y sistemndtica, Una atiende mds alas personalidades -42- y In otta, alos sistemas principistas. Ademés, claro, hay formas diferentes de enfocar los temas vinculados ala Tlustracién. Para ponernos de acuerdo, precisaré algunas acepeiones de témmninos que son sabidamente polisémicos para darles un uso monosemfntico conveneional. «La mayor dificultad en las discusioncs, decia Valéry, nace de creer los discutientes que ponen los mismos contenidos cn las mismas palabras, por esenciales e impuestas que dichas palabras sean. Llamaré (GETTUE TNS conc ce dea que arciona como marco de este término que nos convoca. ¥ entenderé que TalthatinaiGibes ic SEED (CASE PEAS MENSIOREX, por lo menos on l Rio de La Plata, Cada paradigma, decir que, En este siglo dela Iustracién, ef modelo literario qu: bod adecua al paradignna es el (@PRAEAETEIIBIB.¥ Nos pases quo nos ofecon al Plata dicho modeto son Franciay spehia. | CUEGLRGRTESATESHVMAEENERLD cs un mogasistema. A sn-vez, cada sistema se divide ‘en subsistemas, que varian de [guilos, y otros superan fos E] académico cambia de paradigma a paradigm; no asi el folelérico que se mantiene al margen de los cambios. Llamaré «sistema» a cada uno, a partir de ahora, en lugar de «subsisteras», Bl sistema académico de la Mustracisn se denomina «meoct ico», segin la éptica interna, meiorativa, que aproxima la prodaccién del siglo a las obras del momento cultural grecolatine, del eual se presenta como heredero legitimo y convalidado, En cambio, la Optica exterior al sistema, la de] romanticismo del siglo XIX descalificard al sistema neoclisico mentindolo como «seudoclisicon, con dptica peyorativa. Hacia el final de mi estudio proomaré demostrar ¢émo (4G SEEEEMEGED hombre identificado con el sistema neodldsico o académico, se polaente etetai on agi sca oi Sxanasi pens ps dente nanan wa mine ees ls pedagogla, que cifié en él todos los elementos de una nueva te es un cutioso hecho, no epis6dio, pS ESA AME AGNGMG RAIMA cs sock sototadicién, o tradicién callada, silenciada u ocalta, que se fe acnsando. Que tavo somos en ¢l teatro con El amor dela estanciera, luego asumida por ol urugnayo Bartolomé Hidalgo quien fue como Milton decta, ambidextro: con la dorecha escribié odas del sistema neoslisico y con la izquierda -aqui radica la revolucisn- cidlitos y didlogos gauchescos. La fuerza de Hidalgo de iniciador del sistema, que, en mi concepta, no Lo fue, sino Maciel. -43- no una, sino frente afa » afirmados en Francia y Espana, Ahora bien, propuesta det modelo neoclasico y del sistema literario acadéinico, ss easier eu RD ee en la que mayo es puro otofio. Esto ceumni6 con algunos poetnas de nuestro primer poeta Luis de Tejeda y Guzmin, y atin, ocasionalmente, como furcios, naturalmente inqueridos, en los poetas de la Independencia, Esta actitud comienza a ser timidamente epighnica, Fl epigono es la fotocopia de au modelo det maestro par iriamos atencidn, porque @en su ambito lecir, iscipular y no segiin su propia condlicién. Decfa la moraleja de la fabula que «Cada cual toma aquello para le que iene pico uhocico» Eto QE TSMR. Después, es qué cos hhace eon Lo que toma; aqui ¢s donde se consuma apropiamiento. A lo tornado se lo asimila, se lo hace similar a st. Los grados del apropiamiento también son muchos y cada ejemplo podria ilustrar una posibilidad, Pero el espacio es inicuo. El segundo movimiento del prismtico es el distanciamiento, El receptor comionza a tomar distancia, lo que supone una base de perspectiva critica, por elemental que sea, y se separa del modelo, en detalles, gradualmente, en un proceso que puede llegar muy lejos: hasta la plena cxiginalidad. Una de las formas del distanciamiento es la del uso. A qué fin destina el receptor determinada formas culturales? ,Cémo se sirve de elas? ;,Qné contenidos carga en ol molde? Nunca se enfatizard lo suficiente para que los investigadores presten atencidn a estos deslizamientos, que por nimios que sean son reveladores. Son la clave dela gestacién de la cultura hispanoamericana, Una teroora actitud por ver si puedo enlazar jaa astas de este novillo, Aqui me pongo a eantar ala sombra de la hina por ver si puedo aleanzar de las dos hermanas, una, Aqui me pongo a cantar sin pedir licencia 2 nadie... Aqui me pongo a eantar con alegriay sin miedo... ‘asos rioplatenses, recogidos por Jorge Furt en su Cancionoro popular tioplatense, Litica gauchesca: : Agni me pongo a cantar con la caja y la guitarra, . al ver la cosa tan finda y la duefia tan bizana. Aqui me pongo a cantar antes de tomar un pan, atiendan, sefiores mios, Jo que dice Villagrén, (TI, p. 431) (TT, p. 244) Seria ocioso seguir las presencias del verso, consagrado por la apertura del Martin Fierro. Baste con lo sefialado de su origen. Fl poemita propone su propia escenogralia: «dlebajo de aquostas talasy, reparese en el arcaismo caquestas», propio del conservadurismo del medio rural. «Del mayor guaina del mando». Coherenie con el rescate de la fonética rural, Maciel esctibe: «anaiory, «aia; peto «playan, v. 34. El poemita incorpora voluntatios indigenismos: «gnaina», «guampas», «ampas», . El aporte de Maciel es revolucionatio y fundacional, Lo primero, porque se planta frente al sistoma imperante en lo literario, lo deja delado y asume otro, existente en la tradicién oral. Pero no recoge una pieza de la cultura folk, es decir, parte del folelore literario, sino que hace literatura folclérica, segiin lanitida distineién que estableciera Augusto Rail Cortazar Es el primer letrado que asume Is imitacién de la voz popular en Ia literatura argentina para plasmar un posta compuesto y celebrar una hazafia politico militar, Y es fandacional porque, hacia 1777 Maciel se sacé de la manga tn nuevo sistema literario: ol gauchesco y, ‘con «Canta un geso», fimd6 una literatura de notable vitalidad y descendencia, Fue definiendo el nuevo sistema, en parte, en contraposicién con el néoelésico, El eonjunto de elementos de diversos niveles que muné en sa poemita convierte ol texto en el punto de oxigen teal de la poesia gauchesca, jmitadora, en parte, dela poesia gaucha o folelériea; solo en parte. Se trata de un poemita noticioso, como los viejos romances noticiosos de hechos de guerra en la Pspafia de origen, Fl poema polariza lo argentino y lo portugués. Bl portugués es el enemigo, Bl rechazo del enemigo lo hace jovialmente con esa suerte de animo exultante y corajudo. Hay mencidn explicita de personajes histéricos: Cevallos y Pina Bandcira, conocido contrabandista portugus; y sitios histéricos: la isla Santa Catalina y Cabez6n del Rey, rogién de origen de los Cevallos. Claro, alguien sefialand la presencia de wn par de vasos ajenos aa cultura dgrafa del gaucho: «que las gemanas de Apolo / no habitan en las campafias», vv. 39-40, {Se trata de am desliz del autor este rasgo de mitologia intmasa? Digamos que hay un principio de apropiacién de lo letrado por Lo 4grafo al usar la forma fonética «germanasy, En segundo Iugar revela, en el huaso, un deseonocimiento de ld cuestién mitologica, dado que las Musas no eran, precisamente,dermanas de Apolo». Al gaucho pudo Lear, como tantas ‘otras hmellas 0 vestigios de lo mitol6gico a través de la prédica de los oradores en al temple. ‘Tal vez era una expresi6n foldlorizada, Tal vez quiera revelar que el canto popular quiere Incitse con menciones ajenas a su campo cultural. Tal voz, Maciel se -60- distrajo y algo sele filtr6 del otto sistema. Bs observable que, hiacia ol final, el romance denota ciertos tropiezos ritmicos y verbales que no se dicron cn Io anterior, de por si nmy fluido. Y, por fin, quiero recordar que mis de tres décadas después de «Canta un guaso», en. tuno de Los cielitos atribuidos a Hidalgo se lee: Cielito de los gallegos, 60, jay! Ciclito del dios Baco, que salgan al campo limpio y vexdn lo que ¢s tabaco, Y, para mostrar el persistente asomo de la oreja de Ia cultura lebada en los poemas gauchescos, en «El cielito del Rio Colorado», de hacia 1830 y tantos, tropezamos con: Esta faci6n encabezan hombres de gran opinién, pues son devotos de Baco a quien dan admiracién. loria el cantor quign eta el Baco que menciona? Maciel, un hombre de libros -su biblioteca contenia mAs de mil quinientos voltmenes-, un hombre de letras sacras y profanas, incorporado a las renovaciones de los esttdios universitarios, varén con inquictudes de actualizacién, de espirita critico, de reconocido saber enciclopédico, abierto a aportes de la Ilustacién, conocedor del sistema neoclAsico Lterario, el que practicé sin mucha felicidad y nnés que por facilidad, por disciplina y voluntad, supo sacar de la nada un nuevo sistema literario, el gauchesco, fundando con un pocma una riquisima herencia que se ird expandiendo y creciendo como uno de los aportes mis sefialables del Rio de la Plata a las letras hispanoamericanas, Lo notable es que un dia de 1777, luego de haber compuesto una veintena de poemas segiin los. teglados cénones de Ja postien neoclisica, supo ponerlo todo entre parénissis, dejarlo de lado y graciosa y jubilosamente practicar, con notable coherencia y constelacién de recurses acorides, una nueva postica, cifrar todo un sistema on un romance de apenas cuarenta Hineas. No saberpos si sélo lo considers un divertimento, un rasgo de tour de force que demostearia a los portefios su flexible complexién espiritual de un hijo del siglo de las Inces, que puede Juguetear, imitindola en sus frutos, con la cultura popular, 4grafa, tradicional, incivil y realista, sin contaminarse definitivamente de ella. Pero, al hacerlo, conforms el punto de partida de una forma de poesia con mayor vitalidad que La de sus caros neocldsicos Facilitado por Ja Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Stimese como voluntario o donante , para promover el crecimiento y la difusién de la Biblioteca Virtual Universal : Biblioteca Virtual Universal Si se advierte algiin tipo de error, o desea realizar alguna sugerencia le solicitamos visite el signiente enlace, editorial del cardo

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