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Centrales Nucleares
Centrales Nucleares
Una central térmica nuclear o planta nuclear es una instalación industrial empleada para
la generación de energía eléctrica a partir de energía nuclear. Se caracteriza por el empleo
de combustible nuclear fisionable que mediante reacciones
nucleares proporciona calor que a su vez es empleado, a través de un ciclo
termodinámico convencional, para producir el movimiento de alternadores que
transforman el trabajo mecánico en energía eléctrica. Estas centrales constan de uno o
más reactores.
Rodeando al núcleo de un reactor nuclear está el reflector cuya función consiste en devolver
al núcleo parte de los neutrones que se fugan de la reacción.
Las barras de control que se sumergen facultativamente en el reactor, sirven para moderar
o acelerar el factor de multiplicación del proceso de reacción en cadena del circuito nuclear.
La energía nuclear se caracteriza por producir, además de una gran cantidad de energía
eléctrica, residuos nucleares que hay que albergar en depósitos especializados. Por otra
parte, no produce contaminación atmosférica de gases derivados de la combustión que
producen el efecto invernadero, ya que no precisan del empleo de combustibles fósiles para
su operación.
Funcionamiento
El reactor nuclear es el encargado de realizar la fisión de los átomos del combustible nuclear,
como uranio, generando como residuo el plutonio, liberando una gran cantidad de energía
calorífica por unidad de masa de combustible.
Las centrales nucleares siempre están cercanas a un suministro de agua fría, como un río, un
lago o el mar, para el circuito de refrigeración, ya sea utilizando torres de refrigeración o no.
Seguridad
Como cualquier actividad humana, una central nuclear de fisión conlleva riesgos y beneficios.
Los riesgos deben preverse y analizarse para poder ser mitigados. A todos aquellos sistemas
diseñados para eliminar o al menos minimizar esos riesgos se les llama sistemas de
protección y control. En una central nuclear de uso civil se utiliza una aproximación
llamada defensa en profundidad. Esta aproximación sigue un diseño de múltiples barreras
para alcanzar ese propósito. Una primera aproximación a las distintas barreras utilizadas
(cada una de ellas múltiple), de fuera a dentro podría ser:
Además debe estar previsto qué hacer en caso de que todos o varios de esos niveles fallaran
por cualquier circunstancia. Todos los trabajadores, u otras personas que vivan en las
cercanías, deben poseer la información y formación necesaria. Deben existir planes de
emergencia que estén plenamente operativos. Para ello es necesario que sean
periódicamente probados mediante simulacros. Cada central nuclear posee dos planes de
emergencia: uno interior y uno exterior, comprendiendo el plan de emergencia exterior,
entre otras medidas, planes de evacuación de la población cercana por si todo lo demás
fallara.
Gráfica con los datos de los sucesos notificados al CSN por las centrales nucleares españolas
en el periodo 1997-2006.1
Aunque los niveles de seguridad de los reactores de tercera generación han aumentado
considerablemente con respecto a las generaciones anteriores, no es esperable que varíe la
estrategia de defensa en profundidad. Por su parte, los diseños de los futuros reactores de
cuarta generación se están centrando en que todas las barreras de seguridad sean infalibles,
basándose tanto como sea posible en sistemas pasivos y minimizando los activos. Del mismo
modo, probablemente la estrategia seguida será la de defensa en profundidad.
Cuando una parte de cualquiera de esos niveles, compuestos a su vez por múltiples sistemas
y barreras, falla (por defecto de fabricación, desgaste o cualquier otro motivo), se produce
un aviso a los controladores que a su vez se lo comunican a los inspectores residentes en la
central nuclear. Si los inspectores consideran que el fallo puede comprometer el nivel de
seguridad en cuestión elevan el aviso al organismo regulador (en España el Consejo de
Seguridad Nuclear (CSN). A estos avisos se les denomina sucesos notificables.56 En algunos
casos, cuando el fallo puede hacer que algún parámetro de funcionamiento de la central
supere las Especificaciones Técnicas de Funcionamiento (ETF) definidas en el diseño de la
central (con unos márgenes de seguridad), se produce un paro automático de la reacción en
cadena llamado SCRAM. En otros casos la reparación de esa parte en cuestión (una válvula,
un aspersor, una compuerta,...) puede llevarse a cabo sin detener el funcionamiento de la
central.
Existen muchos tipos de centrales nucleares cada una con sus propias ventajas e
inconvenientes. En primer lugar hay centrales basadas en fisión nuclear y en fusión nuclear,
aunque esta última se encuentran actualmente en fase experimental y son solo de muy baja
potencia.
Las centrales de fisión se dividen en dos grandes grupos: por un lado los reactores térmicos
y por otro los rápidos. La diferencia principal entre estos dos tipos de reactores es que los
primeros presentan moderador nuclear y los últimos no. Los reactores térmicos (los más
utilizados en la actualidad) necesitan para su correcto funcionamiento que los neutrones
emitidos en la fisión, de muy alta energía sean frenados por una sustancia a la que se llama
moderador, cuya función es precisamente esa. Los reactores rápidos (de muy alta
importancia en la generación III+ y IV) sin embargo no precisan de este material ya que
trabajan directamente con los neutrones de elevada energía sin una previa moderación.
Los reactores térmicos se clasifican según el tipo de moderador que utilizan, así tenemos:
Por otra parte tenemos los reactores rápidos, todos ellos avanzados, conocidos
como FBR (en inglés, fast breeder reactors):