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Implice de la fisica moderna ciones teolégicas © Ci ario en nuestra cul El dislogo ia y Fe es paricularmente vances de las ciencias y sus consecuencias te imeate de los dos dtimos sigs, ico y en su estructura social por los nol6gieas, En este panoram fe los avances espe ncia es Ia Fisica, con su extensiGn a Ia Astronomia en el materia en el mundo modem, que c fmbito grandioso del Universo y a la intimidad de tomo. En cierto modo, todas las otras cin: cas de la materia derivan de la Fisica, en el estudio d nica 0 en la increfble complejidad nismos vivientes, Tal ve res del dmbito de In Quimica in Biofisica, Bioquimica y todo el estudio de los or para la Ciencia de nuestro tiempo sea el rostro de Einstein, cuyo genio marc6 el ca no del desarrollo mas audaz e inesperado en nuestro conocimiento de Tidad material EL HOMBRE, BUSCADOR DE LA VERDAD el ser humano, «animal racional», apunta direc niveles. Esta b Pusvtes pp Coxociaenn dds 0 con la ayuda de instrumentos; el racioc conocimientos previos: la aceptacién de conocimientos re un intercambio cultural en la familia, la escuela, la palabra escrita. Enel pri et caso se obtiene un conocimiento vivo y de gran impacto subjetivo, pero epto bisico de imbito altura, N ntar directamente, Algo seme eneraciones de pensadores de ber mos ripidamente En esta aceptacién de su altura profesional fio hasta los cienificos de mayor pr x, No es un concepto © hhumanidad ha logrado durante siglos, spensable para el desarrollo huma Dentro dé absolut, Tendremos ent planes pura noso Baronio, reptiendo @ Si Agusti de Galileo, «la Biblia no nos dic Nivetes be Conocisexto hechos ya pasados y sin comprobacié idad. La inmensa mayorfa de nuestros mos a un entomo cultural en que se acepta la labor de tayos esfuerzos particular de las ramas més especializadas de todas las cien su hontadea, desde los p El conocimiento experimental nos prop prejuic to de estud alquieeafirmacién que sé hay una Fisica distinta par inte debe deci o contribuye muy limit .quellos que son dignos de er para el nifio peq ula campo, encontramos el con En las palabras del Ca muy limitado, pues es muy poco lo que cada uno de nosotros pu del propio racioci y lugares, de ta posible, Una -onocer por testimonio, por fe, puede darse, conocimiento recibide de Dios, le verdad y bajo que vive de garantia de si io, No ‘de buscar el ca de Dios, su ese bajo fmprobo de reinventar cuanto la jonado con el fuente de la is, ademés de serlo total mente cuando hablamos de la Historia que es, por definicién, el estudio de aie al Hombre mis, el Papa es de problema histérico tifcos de diversas nacionalidades, de condici per En el comportamiento de la materia se descubr regularidades que per- constatacién de tales x miten intuir un orden, més 0 menos profundo, L Tavidades. permit portamiento abservado en la realidad. Porque hay regularidad —orden Ta ciencia es posible. Con las palabras de Einstein, «Toda cen le fe, no demostrable cienfficamente: que el mundo existe objeivamente, y que ex cognoscib no es absurdo», Diversos ho notar que Ia actitud subjerivista, que iden Ia razén més plausible del hecho historico de que nin las grandes culturas orientales produjo ciencia del mundo material, sunque compilaron gran cantidad de datos astrondmicos y desarrollaron la matemética y la tecnologia en formas sorprendent ldgico, pues no son sino afirmaciones generalizadas de un com historiadores de la ciencia han b tifiea sujeto y obje Pero este entender, y aun el gen eralizar las observaciones c una nveva labor, un nivel ms amplio que la experimentacién, No hay larfa en mero catélogo de datos. La abstraccién 1 proceder de lo conereto se funda finalmente en una razén profunda ia materia se atrbuye a su esencia: las cosas hacen lo que to nos da la experiencia, de forma que se intuyen y expresan ativas y cuantiativas (que se pueden expresar en lenguaje hacen porque son lo que son. Es el conocer filosfico el que pe cidn de ui ~ados. De esta forma podemos sistematizar el conocimiento segin Fisica (en sentido amplio): estudio de relaciones de la act de la materi lad expe ~ Matematica: estudio de relaciones puramente cu elaciones entzaivas, esenciales o accidentales, Teolog(a: est itaivas en el nivel de lo sobn ral conocido por Revelacién Por raciocinio 2s relaciones pueden ‘obtenerse que extienden la comprensién de los datos y sugieren nuevos car ko y predicciGn. De esta manera el conocimiento avanza. El varios autores, independien ‘ubierto simulténeamente por Newton y Leibniz) no exige postular un mundo de Is idea, existiendo independientemente al modo Platénico y esperando que varios exploradores lo descubran. La misma base de datos y conocimientos M6 MARVEL M. CARREIRA 6gico a varios estudiosos de un naturalmente su habilidad e inuici6n pes nivel comparable CCrrreios be Crreza de la racionalidad humana es la apicacién universal de ciertos, abstracto, filoséfico, sin los cuales es imposible Hdentidad, principios bésicos de orde’ eonocer, aun en el nivel tifco, filos6fieo o teolégico neces an de Ta misma naturaleza de la realidad, desde la grandeza de mental. Tales son: el Pi ny el Principio de Re ita seguir estas leyes I6gi icine. Todo el Principi cas, que ma Dios hasta ¢ Ia Fisi- Pero la ciencia en el sentido éenico de la palabra, y especial mis. El eriterio titimo por el que se acepta una hipétesis o teoria y no se concede valor imposible verif cientfico a ninguna elucubracién, aun muy atrayente, si Carla en un experimento, Incluso si hay limitaciones tecnolbgicas que hacen i, por 1o menos éste debe ser imposible actualmente el posible en principio. Por este cri jo queda reducida a mera ciencia flecién toda hip6tesis de «otras Universos» (por definicisn, incognoscibles y sin int faceisn alguna con el Universo en que existimos), 0 de parimetros con valo- res esisictamente infinitos: todo instrumento de medida es siempre limitado en fu rango de actuaciGn, y no puede nunca dar una medida de infinitud real Esta ex define a las ciencias de la materia como hoy las entendemos, en cuanto dis fin ala comprobacién experimental puede decirse que es la que tintas de un conocimiento flos6fico, Incluso la Matematica es mis exacta de sus argumentos La Filosofia, en todas sus ramas, tiene como tinico criterio de certeza el igor de sus deducciones. El argumento més definitive contra una posicién Teva necesariamente a un absurdo, en contra del Principio filoséfica es ah de no-contradiceién es la Revelacién, con En el campo de la Teologia, ef criterio de cert el respaldo de infnito valor de la Ineligencia y Santidad de Dios. Sus des furollos, estudiando el contenido de la fe, deben ser de esticta Iogica, pero si Hlevan a conclusiones que desafian nuestra comprensién, no por eso deben rechazarse, con tal de que no terminen en un absurdo, No es de esperar que lad suprema de Dios s la real ca perfectam pues ni lo es la materia ni nuestra propia persona idad RELACIONES Fisica-TeoLota Una ver deserto el eampo de in y los criterios de certeza de las diversas formas de conocer, es obvio que la Fisica, limitada a la descripcién e la actividad de la materia en sus aspectos cuantitativos y experimentales, no puede directamente decir nada que afecte al contenido de la Teologia, que 1s habla de la realidad inmaterial de Dios y de sus planes para el Hombre. Ni siquiera puede la Fisica tratar de los aspectos artisticos o éticos de la act vidad humana: no hay instrumento alguno que mida el valor literario de un poema, la bondad o malicia de una accién, o Ia satisfaccién de una amistad o del deber cumplido, ni puede establecerse experimentalmente el contenido de werdad de un pensamiento, ni su existencia, La Fisica reconoce solamente ct to interacciones (fuereas) y de materia por su capacidad de actuar por alguna de ellas: la fuerza grav Ia electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil. Si hay una realidad {que no puede describirse en términos de estas interacciones (como son la cons- clencia, el pensamiento abstracto y la actividad libre), no entraré dentro del concepto de materia y la Fisica no tendré nada que de de ella Consecuentemente, es improcedente pre trar la existencia de Dios 0 negara: contestar a la pregunta. Lo mismo pus existencia después de la muerte guntas sobre la racén suficiente untar si la Fisica puede demos de decirse ede ldgicamente fel espiritu humano, o de la rampoco puede la Fisica responder a pr que exista el Universo, ni acerca de su idad: no son objeto de comprobacién experimental posible, ni tienen ‘expresin cuantitativa en una medida o formula matemétic, De modo correlative, no puede pedirse a la Teologia que nos aclare con: ceptos de la estructura y actividad de la materia a ningiin nivel. Ni la Biblia ni la ensefanca de la Iglesia nos diré cémo ni cu o caliente, Nada hay en el Cr ratélica que nos evite el estudio cientifico de al Hil, Ciencia y fe son dos maneras limitadas y complem realidad total de Dios, el Universo y el Hom de Juan Pablo I, dos alas con que el Hombr do comenz6 el mundo, fio ntarias de conocet la Son, repitiendo las palabras puede volar en bisqueda de la Verda, y que colaboran en el tnico esfuerzo de profundizar més y més en el Inisterio que es nuestra existencia y la del mundo que nos rodea y del que somos pare IMPLICACIONES TEOLOGICAS DE LA FISICA Pero la distineién de ambas formas de conocer no impide que la Fisica tos del contenido de la fe, propor cionando datos que nos permiten ver co iad algunos probl Je importancia trascendental, Creo que la Fisica nos ayuda a la comprensién teolégica de temas diversos que abarcan desde Ia totalidad de la creacién mate. rial hasta el mismo concep y del Hombre, En una presentacién necesariamente concisa se pueden indicar, como éreas de comin interés, el Origen y Finalidad del Universo, su actividad inteligible, el desarollo evolu 1d enitaiva humana, el futuro del Cosmos, y el concepto de materia en relacién a Ia Resureccién 10 de mat tivo hacia el Hombre, la reali En todos estos casos no se debe buscar un concordismo superficial, que trata de leer en relatos biblicos, mas 0 menos simbélicos, las ideas ficados para convertrios cerca de la realidad csmica, forzando nes cienificas © —menas ain— negando los datos de la ciencia que 108 encontrar satisfaccién en maciones teoldgicas que se presentan en dives evelacién judeo-eristiana 8) OniGEN pet. UniveRso De tod verso en su totalida cexistencia etema o limitada en el tiempo, No ha habido un coni jerdadera creacién (paso de la nada material a la existencia) dentro de nin. las preguntas relacionadas con Ia Cosmologia —estudio del Uni ninguna es més bisica que el problema de su posible pto cierto de n sistema filosstico 0 cientfico, desde los antiguos griegos hasta fines del xIX. Tan s6lo en el desarrollo teol6gico del Antiguo Testamento, en el abeos, se afirma que Dias ha cre libro segundo de los Ma esta nueva idea no se incor ente como parte de la Teologta Para Ni sobre 1a materia, finalmente identticadas con atributos divinos. El Universo ton, espacio y tiempo son realidades etemas, sin influjo fisico ne que ser también infinito en su contenido de materia, estético en cuanto la posicidn de sus estellas y sin un centro ni bordes, para conseguir que las vitaorias no. produzcan un colapso total hacia el centro de masa fuerzas Esta idea de infinitud y eternidad se considera tan obvia y necesaria que se IMPLICACIONES TEOLOGICAS DE LA HSICA MODERN M9 ‘Sin embargo son las consideraciones de onlen fisico las que cuestionar tales premisas. Un Universo de infinita masa en tod tended un potencial gravtatorio igualmenteinfinito en todos sus puntos, y sin diferencias de potencial no puede haber fuerzas gravitatorias. Un niémero inf nito de estrellas, brilando etemamente, darn como resultado un cielo tan bri lante como la superficie del Sol: no puede haber noche (paradoja de Olbers) Y cada estrella necesita consumir un combustible nuclear finto pera producit energfa, de modo que el hecho de que hoy brillan estrellas exige una de dos respuestas: 0 el Universo ha existido durante un tiempo relativamente. corto, dde modo que pocas estrellas han agotado sus fuentes de energia, o una conti- rua aparicién de materia, de la nada, permite la formacién de nuevas estr las cuando las ya existentes se apagan. En ambos casos se_lleg inevitablemente, al concepto de creacidn, bien en un tnico momento en un pasado calculable, o en forma de creacién continua Exte dite 1 puede resolverse a priori, ni por preferencias personal 4e tipo filos6tico, ni por aplicacién de leyes fisieas, que ni en un ‘otro pueden describir el paso de nada a algo, La ley ms bésica de todo pro ces0 fisico es la de conservacién del aceeve in pues la Fisica habla tan sélo de las rransformacio Xe, Para dirimir la cuestién hay que recurrie fa observacién experimental de las con secuencias ldgicas de ambas hip6tesis, para determinar cusl de ellas describe la realidad objetiva. Y podemos decir que los astrénomos se vieron forza dos, a pesar suyo, a aceptar la aparicin total inico momen. to de un pasado de alta densidad y temperatura, Los datos experimentales son inequivocos: hemos encontrado el resplan dor y las cenizas de aquelta hoguera primitiva tal como predecian ya los cal culos de Gamow en 1948 para la radiacién de fondo y los de Hoyle y otros gar abundancia de Helo y Deutro. No hay foma lc d ex os datos sin recurrir a la etapa de altisima densidad y temperatura que se des- cribe en el Big Bang, aunque quedan todavia muchos detalles sin resolver si ‘queremos encontrar una teoria completa de la formacién de galaxias o del tercambio de particulas y energ a la millonésima de segundo, Algunos autores, queriendo evitar el comienzo —inexplicable en la Fisi ca— han sugerido una etapa previa de contraccién, de posible duracin iimi- tada en el pasado. Pero tal supuesta etapa es incognoseible: cualquier cearacterfsticafisica que pudiese describirla queda destruida en la spre siones y temperaturas del Big Bang. Una coatraccién etema supone densidad cero en su comienzo, pues cualquier valor no-cero que se le atribuya debe le- at Ia contracci6n final en un tiempo finito y calculable; una densidad cero 10 conduce a la contracciGn, Una vex més nos encontramos con la imposibi- a cuando la edad del Universo era inferior 150 MANUEL CARREIRA Tidad de hacer fisica con parimetrosinfinitos, y también con la falta de rigor metodolégico que supone el dar como explicacién algo que no puede tener ‘comprobacién experimental, Ala pregunta insintva acerca de zqué hubo antes?, la Teorfa de Ia Rela: tividad responde con un desconcertante «no /ubo antes». El tiempo y el espa cio son parimetros {ntimamente ligados a Ia materia, y no preguntar ni dénde ni cudndo aparece Ia materia. Se hace nece: Secuencia, aceptar un comienzo total de toda la realidad que estudia la Fis particulas, energia, vacfo fico, espacio y tiempo. Cualquier realidad légicamente previa —no temporalmente— seri de otro orden, independiente del marco espacio-temporaly de las actividades que definen a la materia: seré inmaterial —espiritual— y ia Fisica nada podré decir de ela Es en este contexto donde Ia pregunta filossfica —de la Metafisca, mis allé de la Fisica— acerca de la raz6n suficiente que explique la existencia de la materia, exige aceptar un Creador espritual de potencia infinita. Ninguna potencia limitada puede hacer que exista algo sin algin tipo de «materia prima» para construirlo. Con una comparacién tomada del lenguaje matemé- fico, so el infinito (que no es un nimero en sentido estrcto) actuando sobre el cero (tampoco nimero en sentido univoco, equivalent a la nada) puede dar lugar aun dmero, aunque sea éste indeterminado por el formalismo. Y esta actuacién creadora es necesariamente de actividad inteligente y libre, pues no se tata de un proceso necesario, emanativo 0 evolutivo, ya que tal desarrollo intemo nunca puede dar lugar a una nueva realidad de un orden esencialmente La conclusién a un Creador espisitual es de orden puramente racional, sin epender de un contexto religioso, y leva ya a la idea de un Ser infnito personal, superior a todo lo creado y tinica racén itima suficiente de exis fencia de cuanto existe. Su actividad creadora alcanza a todos los tiempos y 1 todos los niveles de la realidad finita: ex necesaria para la conservacién en cada instante y para la actividad més ftima de cada particua. Lo que no puede ‘comenzar a ser sin El, no puede nunca existir sin El; con una frase tradicio- nal, «la conservacién es una ereacién continuadan En Ia historia de la Filosoffa no aparece claramente Ia inferencia al acto creador, aunque hay autores que afirman su deduccién por Arist6teles. Sin ‘conocimientos fisicos adecuados no es de extrafiar que el concepto de una materia eterna, no evolutiva, se tomase como sinénimo de materia increada, y las concepeiones religisas no brblicas presentan a la materia como previa wacién inconsciente y reciclable de una tinica los niveles espirituales y corpéreos (ideas pan: habla de estructuracién en la lectura més proba 4 los dioses © como una en dad en que se confun fefsticas orientales). Sélo ble del Génesis: el autor nada dice sobre Ia procedencia del ca0s primitivo, ooéano tenebroso que cubre sin Iimites una tierra subyacente e informe. En el segundo libro de los Macabeos sf se afrma el paso de nada a algo, y esta idea se incorpora al Credo cristiano y a su elaboraciGn teolégica, que ineluye una edad Timitada para el Universo, aunque parezca posible en principio a Sto. Tomés una creacién ab aeterno, por no tener tampoco razones fisicas que 2 material sugieran la necesaria evolucién limitada de todo sist Es, pues, la afirmacién cientifica de un comienzo temporal una base cla ador y de la necesidad de un Ser inmaterial, causa suficiente de cuanto existe en el Universo, La Teologia recibiendo la relaciGn bibliea y elaborando su contenido en Ia fe, converge perfectamen: te con el diseurso cienifico-filossfico. Pero no es tan s6lo el tiempo limitado en el pasado lo que nos lleva ello. La ciencia actual, con pico, apunta a una razén més profund, lig 1 Principio Antré ida Ia finaidad del Universo y jar todas sus propiedades en el primer instante b) Macrorisica y Microrisica: PRuncinio ANTRéPIco La evolucién de la materia desde el Big Bang, la Gran Exposicién des cubierta y demostrada experimentalmente por la Cosmologfa moderna, leva a laxias, estrellas, plane nica material, al menos y, tlkimamente, seres inteligentes nel planeta Tierra. El proceso ha necesitado un tiempo del orden de 15 eones (miles de millones de atios) y depende de las propiedades de los elementos constitetivos de Ia materia y de sus leyes més bésicas, No conocemos en detalle muchos de los pasos evolu- de hecho fue. La pregunta no ha par- ido del mbito filoséfico o teol6gico sino del campo de la Fisica, y su res- tivos, pero podemos preguntarmos qué hubiese ocurrido de ser el cosmos, en su momento inicil, diverso de lo que puesta se basa en céleulos matemticos de procesos fisicos a diversas escalas, Primeras éugerencias de Ealdington acerca de coincidencias numéricas, independientes de sistemas de medida, elaboradas luego y ampliadas desde diversos puntos de vista por Dicke, Collins, Hawking, Carter, Barrow, Tipler, Wheeler y otras, desarollaron cada vez. con mayor detalle la idea bi ca de Uni el primer momento, La con aque la existencia de seres intligentes, aun en un iio lugar, exige yerso com un ajuste finisimo de dades d densacién en galaxias de la. nubé scente inicial no hubiese podido ocurtir de no ser la densidad del cosmos muy préxima al valor erftico (que Penmite una expansién hacia un volumen méximo al que mente) y la formacién de elementos necesarios para la vida exige un equl 132 [MANUEL M, CARREIRA IMPLICACIONES TEOLOGICAS DE LA FISICA MODERN 153, brio muy exacto de las intensidades de las cuatro fuerzas y los parimetros de sca, pues nuestras ecuaciones son me seus el amente un lenguaje simbélico para ctos cuantitatives de la realidad, pero no i Jas pa tales, representar asp Ni la Mes realiza No es posible calcular las consecuencias de cambiar simultdneamente ica Cuntica, interpretando la ecuacién de Schroedinger en pero pce demostar que ene eforo material en gu exsime, ca Giom de todas las probabilidades, pueden dar lugar a una comprobacion expe Gk fa vida hasta el Hombre (ntenio simplemente como Animal Racona), Ge laboratro; menos ain de los pretends eaniveros [Los argumentos detallados se basan en las interacciones necesarias para sin tesis nucleares en las estrellas y las exigencias de macrom: a la 2 Diseho odos evolutivos desde la vida mierosc6pica a la verse estos datos informacién genética, con pe humana que se ingieren del registro paleontol6gico. Puet y elaboraciones cientficas en referencias miles. El recurso al disefio, con su connotacién de una inteligencia y una deci si6n finalstica, es expresado muy sucintamente por el gran fsico John Archi bald Wheeler. Partiendo de un hecho obvio, base de li se constata Ia muabitidad —variabilidad— de és, rate jencia de la materia, toda interacein y Del conjunto de edleulos ¢ inferencia cientficas surge la pregunta gene ral: Por qué tiene el universo las propiedades que permiten su evolucién hasta la vida inteligente? Dos posibles respuestas tienen que contraponerse: 0 bien de todo cambio observable. La mutabilidad implica ajustbilidad: todo lo que puede exist de diversas maneras puede ser determinado exirinsecamente gcurre por azar 0 por diseio. ajustado— para que exista de una manera concreta, Més todavia: necesita xr ajustado para existir de una manera y no de otra, pues de otro modo no 1 Azar habria razén suficiente de su modo real de existir en preferencia a otros pos La respuesta que lo attibuye al azar no es inteligible sin un eéleulo de te probablidades en wun conjunto de muchos universos,simultineos 0 sucesivos, Consecuentemente, es necesario un ajuste del Universo y sus parémetros donde toda clase de parimetros variables producen combinaciones més 0 més intimos ya en el primer momento del Big Bang, que determine las carac menos adecuadas a la vida inteligente, No puede hablarse d un caso teristics iniciales de modo que Ia vida inteligente pueda florecer en su des- finico, y los que buscan esta solucién afirman explicitamente una infinitud de tuniversos que asegure que en uno de ellos se produciré un entorno donde I y i ida flotezca, pues en un nimero infnito deben realizarse todas las variacio maxima estructuracin de la materia, que restringe més estr idades de variacin. ollo futuro, Tal ajuste se relaciona con la vida inteligente no por u intropocentrsmo anticuado, sino porque para Ia vida inte amente las po @ de tal ajuste primitive, hace miles de millones de alos, se e viola la metodologia cien- Ex claro, sin embargo, que con esta hipétesis ‘que no concede validez explicativa a ninguna solucién que no ti 1d cognoscitiva actual, Recu je comprobacién experimental, directa ni indirecta, Si se habla de una rriendo al concepto de «obser » que hace real aquello que obser multtud coexistente, tampoco se da razén de su existencia, que exige para va, propone una causalidad circular hacia el pasado: al observar ahora el ceada uno de esos cosmos el recurso a una creacién no explicable por azar ni Universo, determinamos que haya tenido las propiedades necesarias para que v0, 0 56 podamos ahora exis, por proceso fisico alguno, Si se tata de un conjunto infinito suc modo que nuest id hace existir al Univer- supone un Universo etemamente bios de sus constantes fis so en forma adecuada ya antes de que se a ciclo, 0 se aribuye su exist tiv ciclado, con jaa Ia afirmacin arbitraria de que tiene que existr en la realidad. Muy nuestra propia existencia, Resulta asombroso que tal raciocinio se prese 0 alguno. Aun en las interpreta de la Mecénica Cuntica, en que se llega a negar able, ni en todo lo que es posible matems brevemente se puede enjuiciar valor de estas soluc tificas observacién condicione la cobservarse. Y no puede ‘ya mencionado por Einstein, vable en un experimento, nunca se afirma que t mentales y la aplicaciGn de leyes fisicas conocidas imi existencia del observador, sino s6lo de lo que pk ciclos eternos; y la segunda hipétesis es claramente il hacerse ciencia sin el presupuesto de objetvidad den a posbilidad d rr MANUEL M, CARREIRA Al llegar a este punto, es posible reexpresar el argumento en una senci nulacién filos6fica: todo lo conringente exige una determinacién de su modo de exist, que tiene, finalmente, que atribuirse a un agente necesarig no contingente. Asi nos enconiramos de nuevo ante la necesidad légica de un needor de todas las posibilidades de creaciéa, que ala realidad que erea, por referencia a un fin buscado y querido lib c, Siendo de pote a infinita ¢ independiente de la materia, su acto ere ativo no puede atribuirse a ninguna motivacién de propio crecimiento 0 provecho, La respuesta filoséfica y teoldgica es hermosa en su sencillez: Ia creacién es un acto de amor y de bondad desinteresada, que busca la relacién personal con seres eapaces de conocerle y de gozar de sit misma vida Como dice Pa mas fisicas, su nica formulacién coherente es la del Principio A. tico: el Universo parece hecho para el Hombre (animal racional) porque hecho para el Hombre. Como expresién de finalidad, no es ya un principio estrictamente cientfico, pues no afiema nada susceptible de experimento ni de medida cuanttativa, sino un principio flosdfico: una cons de los datos de las ciencias de la materia, que siempre det consideraciones més amplias para explicar la realidad total els, hablando del Principio Antrépico en sus diversas for tréipico Te in dar paso a otras Una vex. mis debemos insists en que no es la ciencia una fuente directa de informacin teoldgica pero no debemos olvidar nunce sus datos al tratar de Ja materia y sus parimetros y evolucién, Sin un conocimiento actualizado de estos conceptos se puede reducir la discusiéa a un nivel tan abstracto que no ene referencia a la realidad de un Universo que es también obra de Dios tempobreciendo as{ nuestra fe en su tendencia x racionalmente y con mayor precisin los datos de la Revelacién. Este esfuerzo por entender define a la Teologla y mantiene en un constante desarrollo de mayor prof izacion la ensefianza de los dogmas. ©) ACTIVIDAD DE LA MATERIA: REGULARIDAD Y AZAR Toda ciencia busca la descripeiGn de la realidad material en términos de iecién de estados futuros a partir de condiciones de etapas anteriores ado. Tales eyes son expresiones gener proceder que tienen como ba cleyes> que pecmiten la pr iniciales conocidas, o lain re expliquen el est adas de modos de do actual obse e iltima las propiedades mismas de la materia, En consecuencia, las leyes son universalmente vélidas en las condiciones en en aplicars, tal regularidad un en el caso de los plan En el mundo de lo macrofisico se admit jobvia, aunque se habla de sistemas cadticos IMPLICACIONES TEOLOGICAS DE LA SICA MODERNA 15, sistema solar 0 de otros conjuntos macrosc6picos. El significado de la palabra diverso del que st 3 solamente ind ‘ea una dependencia tan fuerte de pequetios cambios en las condiciones ini ciales del sistema que la prediccién de su estado a largo plazo no puede ser cierta. Ast puede verse que la posicién de Plutén, dentro de 100 millones de aos, puede cambiar en 180 grados en su Srbita, debido a perturbaciones de ‘otros planetas, si las condiciones iniciales varfan en unos pocos centimetros. Al no ser posible ese grado de exactitud (ni en posicién ni en valores de masas y velocidades), no es predictible Ia situacién futura sino con un margen de terror muy amplio, Como es obvio, esta incapacidad consecuencia de ningtin tipo de azar o indet a mate de pred ria, sino solamente dela imposibilidad préetica de conocer con suficiente exac- titud todos los factores a tener en cuenta en un sistema fisico complejo, No hay en esto dificultad teol6gica relacionada con la actividad de Ia mate- ria macroscépica o el concepto de indeterminacién y azar, Pero en la micro- tal comportamiento es intrnseco a la materia y no consecuet Timitaciones cognoscitivas. De ahi se infiere Ia imposibiligad de conocimien to cierto del futuro, aun para Dios mismo, porque tal conocimiento serfa con: tradictorio con la interpre describe un sistema eusntico, a se afirma que los fenémenos ocurren «sin caus, aleatoriamente, y que fa de nuestras tacién probabilistica de la ecuacién de onda que Sin entrar en detalles de interpretaciones en términos de parmetros obj vos y no probabilistcos (por ejemplo, de Bohm) es suficiente subrayar la ddependenci el momento al de lo creado y contingente con respecto al Creador, tanto en cial 5 existencia como en Ia conservacién y actividad sub- siguiente. No puede menos de conocer lo que ocurre quien hace posible el que ocurra, en los detalles mas minimos,e indica una falta de I6gica filo6. ica el suponer que la actividad de la materia ya ereada se da con indepen de quien la mantiene en la existencia El azar no es tampoco una ra26n explicativa de un fenémeno fisico, pues ni pardmetro medible de la materia. El azar s6lo a alg cexpresa la falta de relacién ldgica entre propiedades © hechos que considera mos simultineamente. Puedo encontrarme con un amigo al que no he visto en mucho tiempo, y tal encu iro ocurre por azar si no hemos hecho planes de acudir all, Un met no hay ley fisica que n 3, aunque cada uno tenga sus razones para ito puede caer por azar sobre una casa concteta, pues acione su trayectoria con la existencia de ese edi cio. Ni hay ley que permita, a priori, predecir tal encuentro, que supone la actividad libre humana de haber construido la casa en tal lugar 156 ‘MANUEL CARREIRA En ese sentido, el azar ¢s una realidad continua en nuestra experiencia pero no presenta un problema teol6gico: para Dios no hay jamés azar, ya que su omnisciencia conace desde el primer momento toda la actividad de cada partcula de materia en toda la historia del Universo. Mis atin: al legir crear la totalidad oSsmica, el Creador elige las condiciones iniciales previendo en todos sus detalles més nimios el proceder de cuanto crea; nada puede ocurrir por sonpresa para w sarrlla en ¢ Ni tal conocimi orden y cognoscibilidad, ni deja de ser posible la ciencia por la actividad libre del ser humano, to diving es obsticulo para la ciencia, sino garantia de Es, pues, la Fisica moderna un punto de partida vilido para encontrar orden en el Universo, compatible con el de \6gica de un Dios inteligente, para el que no hay azar y que no actia arbi traria y caprichosamente al mado de los dioses paganos. Es también una base correcta para admitr la existencia de un principio de actividad libre en el Hom: bre, que no contradice a las leyes de la materia, porque esa actividad no es de orden material, aunque se realice en el mbito de un ser que pertenece tam. bign al mundo de la materia, arollo cientifico y con la visién Queda, incluso, abierta la posibilidad de una intervencién extraordinay del Creador en su mundo (milagro), no para derrocar sus leyes © hacer impo- sible la ciencia, sino para dar un nuevo elemento de conocimiento o relacién personal del Hombre al Creador. Como obra excepeional tiene un fin sobre natural y no destruye Ta actuacién normal de la materia que es Ia base de la ciencia. Es posible también —en principio— Ia Revelacién, que no cambia ningtin pargmetro fisico sino que comunica conocimiento, Tal comunicacién se da en el Ambito humano, y ai ese intercambio de informacién ni las act Vidades libres subs ‘ven como incompatibles con Ia Ciencia, 4) EVOLUCION BioLOcIca HACIA EL HOMBRE 1 Hecho de la Evolucién No es cometido de Ia Fisica el establecer Ios pasos por los que la. mate- ria inanimada da origen a la vida, ni describir las etapas de Ia evolucién de especies hasta legar al Hombre. Aunque la est complejisima debe utilizar las fuerzas fisicas para su cohesién Y actividad, y deben ser cambios materiales en la programacin genética los {que dan lugar @ nuevas formas, la Fisica modema no contribuye directamen- te a solucionar los problemas mis profundos: la actividad de senc cidn y desarrollo de cada organismo, el pas. ad de ta eél ion de drganos enorme ente espe- cializados, el paso de vida no-inteligente a la vida inteligente del Hombre EI hecho de la aparicién de la vida en la Tierra primitiva de hace unos 3.500 millones de ats, y el hecho de su evolucién, estin bien establecidos y no pueden negarse como datos. Pero seguimos sin conocer dénde ni cténdo ai c6mo apareci6 el primer ser viviente, y es imposible por ningin anélisis ‘quimico 0 elasifieaciGn de fésiles establecer si todo el proceso vital es expl table en términos de puro azar o si debemos aceptar una direccionalidad fina Tistica. Es aqui donde un estudio l6gico de conceptos puede dar luz que aclare onflicos entre Fisica y Teologia, supuestos Si la Fisica comienza su trabajo con la aceptacién de cualidades activas en Ia materia —fuerzas— que sirven como base explicativa de su estructura: cin a diversos niveles, también la Teologfa admite que Dios dio a toda li da por El, capacidades de actuar: ya en el Génesis se describen Jas plantas como destinadas a producir frato segin su especie, y esta activi dad cuasi-vtal es la que sugiere ala nedieval un influjo de la Tierra y los astos en la formacién de metales e incluso en las caractersticas de cada persona. Durante siglos se acept la realidad de una generacin esponténea de organismos macroseépicos bien dliferenciados, de tal modo que Ia materia, ddotada por el Creador de estas capncidades, daria lugar a formas vivientes siempre que se encontrase en las circunstancias adecuadas, Si desde el punto de vista humano tal evolucién puede deciese que ocurre al azar en cuanto a oneretas de tiempo y lugar, sigue en pie la afin eador las eircunstancias| cidn de fen y causalidad querida por el Ci Se aceptaba un influjo del ambiente en caracterstiodas de tipo secunda ‘Asi se suponia una cierta evolucién intra-espectfica que ue tenfa el mismo caricteraleatoro, aunque podria ser manipulada por por ejemplo para mejorar el ganado. Sin datos de observacién directa, no era I6gico hablar de evolucién de especies, y el relato del Génesis vatiedad de vida existente, variedad que nunca traspasa los limites especifi en tiempos asequibles a nuestra comprobacién direct rio de Tos vivient 2. Explicaciones propuestas ‘Como consecuencia de los trabajos de Darwin y Ws alternativa que se mantiene hasta hoy en ambientes de materialism reduccio- nista © de fundamentalismo biblico: se contrapone una evolucién de azar ciego ‘una finalidad dirigid téticas de expli ho: la diferenciacién p vida & 10 la por el Creador, como dos mi esiva de las fo 158 MANUEL CARREIRA largo de la historia de la Tierra, Este dilema alcanza su méxima acritud a intentar explicar el Gltimo paso evolutivo, de los antropoides primitivos. al Hombre, inteligente y libre. Es la disyuntiva vulgar entre (1 Cor 15, 17-19) rables de los homb NNo tiene sentido la palabra misma resurreccién si no se aplica a lo que an situaciGn destructiva ferto, es el cuerpo material el que ha sufrido es mente en el contexto de la cultura hebrea, tan de su actividad vital. Espec lo terreno y a lo t ble, no puede concebirse que una existencia fantasmal se considere suficiente resarcimiento de Ia muerte mis atroz. Por e necesaria la comprobacién casi grosera de que Cristo vive: nin samento es suficiente para Sto. Tomés. La centalidad de la Rest reccién se afirma como el resultado de la experiencia dire Apéstoles, que comieron y bebieron con el Sefor después de st: muerte en la de e505 Cruz, y que por esa exper aton de cobardes incrédulos en testigos sinceros y valientes hasta la muer No hay puede reducirse a ningin tipo de « plicacin posible smo en ninguna otra hipétsis, ni tiva, individual comunita Fia, lo que se alestigua como hee tivo, Tal historiidad es explicitamente subrayada en el nuevo Catecismo de la tra toda interpretacién simbdlica 0 cussi-mitolégica, tan dfundida entre intr Jesia Catslia, con jstantes-modernos. No se justifica el hablar de un hecho sometachistbrico» para rebajar su objtividad: la constatacién de la muerte de 166 MANUEL ME CARREIRA es estrictamente una prueba de su resurrec- isto y de su vide subsiguiente cin, aunque el momento mismo en que acaecié no tuviese testigos presen- ciales. Como nadie pone en duda la historicidad del nacimiento de una persona viva, aunque no haya testigos presenciales del hecho inicial Las caracteristicas de Cristo Resucitado pueden resumirse en dos palabras El mismo, transformado. Al mostrarse a sus diseipulos, subraya Ja identi: dad, especialmente corporal: no es un fantasma, sino que tiene came y hue- Sos; es el mismo Cuerpo, sefalado por las huellas de los clavos y la lanza tiene la capacidad de comer, y lo hace ante ellos, con gestos propios que lle- van a su reconocimiento en Emats. Y es la misma Persona, que recuerda lo aque les ha dicho, que les conoce como amigos, que se dirige por su nombre a cada uno de ellos. La fuerza de conviccién es total, y 1a maravilla de su nueva vida Hega hasta la confesién de divinidad més explicta en el caso de Sto, Toms Pero siendo el mismo Maestro de su previa experiencia de tres aflos, es también un nuevo «Sefior» que muestra —sin alardes— su total dominio sobre a realidad material, incluido su propio Cuerpo. Las paredes del Cenéculo no son barrera para su entrar o salir, ni se Je puede ver 0 encontrar sino cuando y como El quiere. Puede ser desconocido aun para sus fntimos, como si su ‘Cuerpo fuese totalmente pléstico bajo el control de su Espiritu. Y cuando, final- ‘mente, tas cuarenta dias de asombro, el SeRor se despide de ellos en la Ascen- sin, Ven e6mo se eleva al cielo espontineament, sin que peso o fuerza alguna pueda impedir su vuelo, La Teologia de sigls, en su esfuerzo para expresarrealidades tan nuevas, da nombres a este proceder inusitado de la materia: el Cuerpo de Cristo goza de asutl -arruptiblidad», «inmortalidad». Con la conc sin de $, Pablo: es un cuerpo eespirinual» (1 Cor 15, 44), libre de las limi- taciones fisicas propias de la materia ordinara, pero todavia «Cuerpo». ¥ esta palabra no tiene sentido alguno sino como estructura material, bésicamente compuesta de las particulas y enerpfas que describe la Fisica, Cualquier otra interpretaciGn iamaterial es arbtraria y contradictoria. Consecuentemente, se plantea un desaffo a nuestro entendimiento: jes lo que afirmamos compatible con la idea de materia de la Fisica moderna zza», «agilidad>, « EI modo en que la experiencia macrosc6pi ria lleva a afirmar como sus caracterfsticas inevitables la extensiOn, masa, impenetrabildad y localizacin necesariay tnica. A estas propiedades pasivas se unen otras de cardcter activo, razén suficiente de las intracciones que acep- tamos en los érdenes fisico-quimico y biolégico; es fic ver a éstos procede- ultado de «energias» que se conciben como menos materiales ¥ de caricter accidental. Finalmente se supone que particulas y energia se dis a vulgar nos presenta ala mate IMPLICACIONES TEOLBGICAS DELA FISICA MODERNA 167 tinguen claramente entre sf y del marco espacio-temporal en que la n acti, sin que su actividad influya sobre el espacio o tiempo, ni sea afectada por ellos. Ast se concibe el mundo fisico dentro del paradigma Newtoniano A pattir dels. xix se establece 1a multiplicidad de 92 elementos quimi- camente ireductibles, que forman el Sistema Peri6dico. Y con los datos de la desintegraciGn radioactiva y los experimentos de Rutherford, muy pronto se lego a la conclusin de que todos esos elementos estin formados por tres par las solamente: protén y neutrén en el nicleo (nucleones) y electrones en Ia periferia del stomo. Hay dos nuevas fuerzas nucleares, fuerte y debi; la primera explica Ia cohesién de los protones y neutrones a pesar de la rept si6n elécrica de aquellos, mientras la fuerza débil da raz6n de las transfor- maciones de particulas observadus en la radioactividad. Para explicar la establidad del Stomo se requiere afirmar, contra las leyes del electromagnetismo, que un electrin acelerado (en érbita) no emite ener sia: de lo contrat, se precipitaria sobre el nicleo casi instantineamente. El estudio del espectro de luz emitido por cada Stomo exige aceptar que los trones sélo pueden existiren Srbitas a distancias precsas del nicleo, ped do energia o absorbigndola solamente en cambios de Grbita, Para dar razén de este modo de proceder discontinuo es preciso incluir en la imagen del elec trdn un aspeeto nuevo: una «onda» euya interferencia seleceiona las érbitas permitidas. Las particulas clementales dejan de ser pequefios perdigones con radio medible y localizacién precisa; parece que se convierten en algo ireal Y que la misma nocién de materia se desdibuja Otras muchas particulas, de existencia effmera y propiedades extrafas, tempezaron a proliferar en choques violent. Algunas, hipotéticas al principio, dotadas de nuevas «cargas» de indole desconacida —ecolors y «sabor»— tet minaron por ser consideradas reales, pero sin posibilidad de existencia inde- pendiente (quarks). Todas las particulas son convertibles en pura energia, y pueden sintetizarse de Ia bruta energia de un chogue. No hay distincidn clara entre lo que considerdbamos mds basico, la partcula, algo que parecta acci dental a ella, la energia. Pero la energia no puede localizarse exactamente, ni es impenetrable, ni esti individualizada, ni forma estructuras estables; ya no pueden afiemarse tales caracterfstcas como esencialmente necesarias tampoco para las particulas que de ella se sintetizan La Teorfa General de la Relatividad establece una interaceién entre la masa y el espacio vacio: el vacto fisco es una realidad material con propiedades electromagnéticas y geométricas medibes. Incluso en la ausencia total de par ticulas y energta perceptible ese espacio es algo real, aectado por una curva tura que la masa causa y que roba enerpia a un astro que se mueve en drbita sin rozamiento alguno (produccién de ondas gravitatoras), 68 MANUEL M, CARRE EI comportamiento de las particulas, 11 presencia simultdneamente en varios entornos, pues la trayectoria que sigen se ve influida por rendijas 1 obs culos enormemente distantes en compara- '6n con su «tamafio» (dfracciGn e interferencia de electrones, neutrones, etc) ttl de gran impoanca en elena aca, se exp de las partculas se pierde también, hasta el extremo que el lida correcto de resultados experimentales. Incluso la idea de impenetrabilidad deja de ser aplicable, aun en escalas macroseépicas, cuan do est o, verdadero pozo sin fondo capas. de aceptar masas sin Y en esa situacién se describe a la materia como «fuera del espe po accesible a nuestros Ya no lerpo de Cristo resee las enteras pueden desaparecer en el pequefio volumen de un aguje do porque aparece dentro de wn recinto cerrado, o porque parece ir de un sitio 1 otto en forma invisible, ni porque se sust iga 8 comprobaci nentales a nuestro arbiteo, Todas esas exigencias «de en una concepeién primitiva de la Fisica, [Nuevas teorias de wnificacién de fuerzas proponen espacios multi-dim sionales, aunque solamente sean directamente dete espaciales de nuestra experiencia vulgar. Distorsiones varias del vacio esas direcciones inimaginables explica bles de las enerfas y par Casi puede su id material bdsica es se que la tnica Yea mes exper ntido comin» se basan tables las tres dimensiones Tas diversas fuerzas, que, 8 su vez, ulas que las actualizan en cada caso, po del vacto fisco, arrugado levemente en campos de fuerza, ¢ intensamente ‘deformado en remolinos invisibles que apar aduceién espontinea y continua de pares «vir Lam). que modifican Finalmente, lo Gnico que parece salvarse de nuestra concepcién original, cs la capacidad de actuar por medio de alguna de las ct tro das por la Fisica, Tal actividad puede no ejercerse, pero existe la posibilidad de hacerlo como la caracter en nuestro cuerpo, © c mente la posibilidad de que, po ‘el mismo espaci rtamente es dificil entender a Ia materia, y no dé ‘concesién divina, se comporte en niv iesiros laboratorios al nivel de macrosespicos como vemos lo hace en blemente pequefio, Esto es aplicable al cuerpo resucitado, EICa ismo de la Iplesia Catsica, es 644, insiste en el carcter histdrico y objetivo del hecho de la Resurreccén Cristo, Y en el n.° 645 apunta a la tansformacién que cambia et mod: ente en los nimeros 638 existir del Cuerpo del Seftor: «no ests do en el espacio ni en el tues soberanamente libre de aparecer como quieren (diversos. aspectos). sa del estado de muerte a otra vida m pero puede hacerse pres del tiempo y del espaciow de su gloria», tanto que 8. Pablo ipa de la vida divina en el esta decir de Cristo que es los nimeros 988 y siguientes, se habla de nuestra resureccida: «Et amacién de la resurreccién La ‘resurreccidn de la came ign ‘camo contraposicién, leemos en el 1.° 996: « de ta muy conuinmente q ia de una fo La respuesta a esta pregunta, en 10s ni asimilacién a Cristo, y afirma la universalidad de de estado definitivo, al fin de los tiempos, pero con premio o cas 1 proceder individual durante la vida rn la Terra. ¥ se admite que jnacién y entendimiento: «no es accesible és que en la fen (n° 1000). Nuestros eonceptos ein proceder se fundan sobre experiencias sensorales unidi temporal: no podemos comprender nes del cuerpo y st marco espacio. modo de vida (que siempre signitica actividad) si no hay un tiempo en que esa actividad se desarolle, Es el mismo problema que afrontamos al hablar de la vida inmutable de Dios en nid. ia actual Ia que subraya que el tiempo es un parémetro de tes», que el 0. Y tampoo materia; que antes de la g tiempo deja de tener sentido en el interior de un agujero n sabemos reament ntender lo que estas expresiones cienificas aque el formalismo matemético sea correeto, nos es imposible imaginar la rea idad que implican las frmulas Volviendo m se nos dice que el cuerpo resuctado d lo y fuerza activa para nuestra propia resurreccin) erste fuera @ espacio y tiempo, a piritu, Sin espacio y tiem Po no hay actividad fisica, ni puede haber desgaste 0 muerte. Tampoco puede ser la materia ordinaria barrera alguna g te, siempre posible por tratarse aiin de un ra ese hacerse espacialmente prese erdadero cuerpo. Los procederes 170 MANUEL M, CARREIRA antes deseritos de las particulas elementales desafian ya nuestra compe cientfica, aunque estén claramente comprobados y son reproducibles « volun: tad; mucho més debe superamnos lo que Dios tiene reservado para los suyos fen un modo de existir que no esté cefido por las leys fisicas. Tal vez. el Gnico punto que no parece tratarse explicitamente en el Cate- cismo sea el de la identidad corporal. En el caso de Cristo, es obvio que El {quiere probar tal identidad a sus disefpulos, con seiales inequivocas de las heridas. Pero El habia muerto en el pleno vigor de su Humanidad, y su ca ver no habfa suftido descomposicién ni alteracién dristca. No es lo mismo en el caso de quien muere antes de su pleno desarollo orgénico, con defor midades congénitas 0 adquiridas, en la decrepitud de la vejez, con un cuerpo destruido por el fuego o simplemente por el lento deshacerse en la tumba, Ni es tampoco claro el sentido de propiedad con respecto al cuerpo di ‘quienes han tenido trasplantes de drganos o han pasado —directa o indirecta Imente— a ser asimilados en parte por otros. Peo es claro que todos los cam- bios orgénicos en Ia vida humana, con la sustitucién constante de nuevas células y nuevo stomos en todos los érganos, no impide el que «mt cuerpo» sea identificado como el mismo desde la niiez hasta la vejez y la muerte. Es ‘cuerpo Ia estructura material hecha «a medida» para mi esplritu, y bajo su ‘contro & lo largo de toda la vida, El identificar como propio un cuerpo compartdo, tal vez ya en vida, sugie re problemas en que la Fisica puede también ayudarnos a aclarar ideas. Como {queda indicado, las particulas elementales son indistinguibles en nuestros expe Timentos: no puede decirse que tienen individualidad propia, Todas son inter- ‘cambiables con energfa, y esta energla permite rehacer particulas semejantes © distintas de la originales, Si aceptamos la idea de un substrato universal — vacio fisico— cuyas distorsiones aparecen como partculas 0 energfa,exigir su identficacin serfa tan impropio como hacerlo con respecto a idénticos remo- Tinos de las mismas gotas de agua en el mismo oeéano. Y si una eélula lle- vada de mi cuerpo al laboratories independiente de mf, pero vuelve a ser parte de mi cuerpo al reintegrarla al organismo, no hay realmente una objecién vélida si esa eélula o células han sido en algin momento parte de ‘otro euerpo humano. Las consideraciones sobre lo que es la materia y su inimaginable flexbi lidad de comportamiento, pueden también ayudar a nuestra comprensién teo- logica del misterio de Ia Eucaristia, Nada hay de cardcterfisico que pueda ccomprobarse directamente (por eso no es estricamente un milagro, en el sen tido teol6gico y apologético), pero Ia afirmacién de una presencia simulténea de un Cuerpo en diversos lugares, de Ia compenetracién de todo el Cuerpo en ‘cada particula de ese «Pan» sacramental, de su independencia del entorno, no IMPLICACIONES TEOLOGICAS DELA FISICA MODERNA m es absurdamente incompatible con el concepro de materia, sino una actuliza- cidn misteriosa de sus ms profundas potencalidades, descubiertas por la Fisi- ca. Sino podemos entenderlo —imaginarlo— podemos aceptarlo con humildad, como aceptamos sin comprenderlo el comportamiento de las part- coulas en la Mecénica Cusntica, Lo mismo debe tenerse en cuenta al hablar de los milagros de Cristo en Ja Palestina de hace dos mil af‘os: hechos visibles, comprobados por testigos sinceros y ofrecidos por Cristo explicitamente como sus credenciales de envi do de Dios, dotado de autoridad y poder divino. La transformacién de agua en vino, la multplicacién de panes y peces, el caminar sobre las aguas, las curaciones instantineas, muestran que la realidad material es totalmente flen- ble en manos de su Creador, que tiene siempre libertad total para crear o trans formar sus estructuras o controlar la funcién de sus fuerzas. No puede limitarse al Creador y conservador de cada dtomo o electrén por una supuesta necesi dad determinfstica que exige, impliciamente, una materia independiente de El en su continuacién de existencia y en su actividad Tampoco es cientifico el decir que todo puede ocurrir por una indeterm nacién total que excluye un modo de proceder estable para la materi, negan: do asf toda posibilidad de que hecho alguno, por maravilloso que sea, pueda indicat la aceiGn directa de Dios, ademés de negar Ia posibilidad de verdade ra ciencia, que exige leyes fijas de proceder para poder predecir y calculr la ‘evolucién de un sistema dadas sus condiciones iniiales. Aun en la Mecénica Cusintica las probabilidades calculadas segin la ecuacién de Schroedinger se ‘btienen con exacta determinacién, si bien no puede predeciese el resultado de un experimento concreto. ADMIRABLE ES EL SENOR EN TODAS SUS OBRAS La totalidad de la obra de Dios forma un conjunto armonioso que refleja la perfecciGn del que es esencialmente Verdad, Belleza y Bien. El orden nat ral se dirige al sobrenatural en un tnico plan salvifico que eleva a las cratu ras al nivel de existencia y vida de su Creador. No hay mada que no pueda enaltecerse por esta transformacién, excepto la aberracién que consttuye el pecado y que es el rechazar consciente y libremente el plan de Dios. Ea EncamaciGn, se ennoblece lo més humilde, la ceniza de estrellas que se pre- paré durante eones para formar la Tierra y los seres vivientes en ella, En Hombre, Ia Imagen de Dios alcanza la identidad con El en la Persona diving de Cristo, y en El y por El se eleva al Padre el himno de admiracion y gra titud que resonaré etemamente en el coro de cuantos han sido incorporados @ Cristo como hijos en el Hijo. Vida se nos vivifica tan profundamente que ya la vida ‘er y amar de esa Trinidad En el Espiritu ard del modo de exi pero que Dios ha querido revelarnos como barrunto Tidad més intima, que es el Amor cliz de Dante, En el no-tiempo de esa nueva existencia nos gozaremos, Jo y admirando todo lo que el Creador ha hecho en todos hasta el final previsto por la Cos- que mueve el Sol y las est frase ‘como Dios, conoc Tos tiempos, desde el instante det Big Bs También en ese ahora eterno entenderemos a la materia y ala vida; podre- mos maravillars de su riqueza y de la unién fatima de dtomos y espiitu que fe da en nosotros. Con la frase arevida de S, Pablo, «conoceremos como somos ridos» (ICot 13,12). No es, por tanto, la historia evolutiva del Universo jos que con El y algo descartado como sin importancia, ni para Dios ni par en El exis Como dikima consecuencia de nuestra fe en la resurreccién y pervive de todo el Hombre fuera del espacio y del tiempo, encontramos ya una puesta hermosa y completa al sentido del Cosmos. Su existencia, con toda su complejidad y derroche de estrellas y galaxias, ha florecido en Ia materia pre parada para que Dios una a ella el espritu. El Hombre es Ia razén explicat va de que Dios cree: no por entretenerse en fuegos de arificio de stomos 0 encontrar en la creacién una respuesta personal de ador jonal puede dar. La infnita genero estrellas, sino p cién y amor, que solamente la criatura r sidad de Dios se extiende hasta la Encamacién y Redencién, de modo que mégenes de Dios siendo imégenes del Dios hecho Hombre, Cristo wr El y para El, y en El reside toda la plen ta a los Tests. «Todo ha sido creado el hermosisime himno de $. Pablo tudo, como leemos Colosenses (Col 1, 13 Todo nuestro conacimiento del mundo fisico, decfa Einstein, es incom- pleto y pueril, pero para él era mos». Desde ta 1u2 is previoso, pues este calificatvo debe reservarse para el conocimiento de Dios y d precio, Conover la obra de Dios en eualguier aspecto de su grandeza es una dos, Como de Ia Fe, i por ennoblecedora, y puede y debe hacerse sin prejucios nimi ha dicho Carl von Weiszacker, wel primer sorbo de a ciencia a ta de Dios, pero cuanto mas se bebe de ¢ tro del Creador», Podemos estar seguros de 4 obstéculo para nuestra Fe, y podemos confia ro esfuerzo de entender Io que ereemos —definiciGn clisica de Ia Teologia— cope nica (que ninguna verdad contrario, que nues ‘conocimiento més intimo de la realidad se ver’ estimulado y ayudado p El didlogo entre ciencia y religién en la actualidad 1. INTERES ACTUAL EN EL DIALOGO CIENCIA-RELIGION Uno de los fendmenos culturales més sin dedicados por entero a estos temas, las posibles implicaciones teolégicas de na. Ademés, el puiblico general se inteesa en estas cuestiones. También es te de instituciones y fund: ciones que contsibuyen a su sostenimiento y promocisi importante el apoyo que el dislogo recibe por p Como muestra del interés que suscitan estos temas se puede mencionar la creacién, en octubre de 1995, dentro de la American Association fo Science and Religion y, desde 1999, se titula Di on Science, Eth & Religion, que se propone tre ‘conocimiento del progreso en cienc eligioso, (2) propor ‘onar oportunidades para el dislogo entre miembros de las comunidades cic tfica y religio ¥ G) promover la colaboraciéa entre miembros d ‘esas comunidades en pro yectos que exploren las implicaciones éticas y religiosas del progreso cient fico. El programa ineluye la organizacién de Conferencias. En 1998 se celeb en el Mus 3 ajo el titulo The Epi de Historia Natural de Chicago una volution, En abril le 1999 se celebs en Was hi n otra Conferencia multi-dsciplinar sobre Cosmologia, de tres di siguientes: :Hubo un principio? Esti el universo planeado?, {Estamos solos? El segundo dia tuvo lugar premio Nobel de fisica por su trabajo en la teoria electrodéil, y Sit Job Polkinghorne, fis discusién piblica sobre el segundo tema, entre Steven Wein co de partculas que en la actualidad es ministro anglicano, El debate salts a las paginas del New York Times y de otros medios de comunicaciGn

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