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“Misantropía y arrepentimiento”

En el siglo XVII se comienza a desarrollar una nueva manera de entender el mundo y con
ello se sientan las bases de la sociedad como la conocemos hoy en dia; aparecen
diferentes autores y pensamientos. El conocimiento a partir del uso de razón toma gran
fuerza, sin embargo, con ello, surgen movimientos que cuestionan este modelo y
proponen ver la realidad desde otras dimensiones relacionadas a las emociones, la
sensibilidad, y por sobre todo al sujeto. Bajo esta lógica es que surge el Romanticismo,
motivando a diversos autores a escribir obras que se alejaran de la lógica de la razón y se
pensaran desde la sensibilidad. Este es el caso de “Misantropía y arrepentimiento”, obra
en la que ahondaremos hoy día, analizando que elementos hacen que se considere una
obra “Romántica” y a su vez por qué pertenece al “proyecto moderno”

“Misantropía y arrepentimiento” relata la historia de una mujer destrozada que, por la


culpa que siente al haber engañado a su marido, se ha apartado de él y de sus hijos. Aquel
único error, destruyó el alma de Eulalia que, sintiéndose indigna de su marido, y se fue,
bajo el nombre de señora Miler, al castillo del Conde, donde lleva una vida caritativa,
escondiendo su real identidad. Su marido, el Baron, después de la traición y desaparición
de su mujer, se ha aislado completamente de la sociedad y vive buscando en obras de
caridad el consuelo a sus penas. En el X ACTO aparece en el castillo el conde XX, hermano
de la condesa que acoge a Eulalia, quien va a visitar a su amigo de antaño, el Baron. Y
finalmente lo convence para salir al exterior provocando el reencuentro y luego el perdón
y reconciliación entre Eulalia y su marido.
Si hablamos en términos formales la obra está escrita en verso, lo cual es un recurso que
se utilizó en el Romanticismo. Para Hegel no es posible razonar lúcidamente si falta el
sentido estético. “La poesía recibirá con ello una mayor dignidad y de esta manera
finalmente llegaría a ser de nuevo lo que era en un principio: maestra de la humanidad“.

La obra mas allá de ser una lección de moral, busca la sensibilidad humana y la expresión
de las emociones. En términos generales, nos permite adentrarnos en los sentires
individuales de los personajes y, más que desarrollar el conflicto del engaño y abandono,
nos da a conocer como se siente cada personaje debido a dicho conflicto pasando este
último a tercer plano; es decir la historia se vuelca al sujeto y su subjetividad. Se exalta al
individuo y su mundo interno. Lo cual se relaciona directamente con el Romanticismo,
movimiento que buscaba revalorizar la expresión de la subjetividad, de los sentimientos y
la pasión, inspirándose en el dolor, la soledad, la tristeza, la melancolía. Esto lo podemos
observar en el personaje del Baron, quién a través de monólogos y diálogos nos manifiesta
su profunda desdicha e insatisfacción con el mundo, debido al engaño de su mujer.
Pero nada; en su tristeza
sumergido, calla y lee,
o si alguna vez despliega
sus labios es detestando
de su mísera existencia,
y maldiciendo a los hombres
artífices de su pena.

Tanto es el dolor que siente el Baron luego del engaño y con ello la partida de Eulalia, que
decide aislarse de los demás, para volcarse a si mismo y vivir una vida en soledad e
introspección. Estos dos estados corresponden a otras de las características del
Romanticismo, puesto que impulsan a las personas a buscar un sentido propio a sus vidas
a través de ellos, sin que eso significara la incomunicación o la indiferencia. El baron a
pesar de su dolor se comunica constantemente con Frantz, su sirviente y si se dirigen
hacia él en busca de ayuda, él no duda en brindarla.
Por otra parte el personaje de Eulalia constantemente está comunicándo al espectador
sus sentires, lamentándose por traicionar a tan buen hombre y, sumida en la culpa nos
muestra, a través de monólogos, su sincero arrepentimiento.

¡Oh, yo necia
y desgraciada mujer!
En el claustro y en las selvas te seguirá tu dolor, clavado como una flecha, Eulalia en el
corazón. [...]
Yo lloraba sin dar cuenta
a nadie del llanto mío,
y errante, triste e inquieta por los campos del castillo ninguno formó la idea
de que mi alma obedecía
a la irresistible fuerza
de una conciencia culpable
En ella nuevamente la acción se vuelca al sujeto SUBJETIVIDAD.

Se trataba de un intento de analizar en las personas aquellos rasgos que las convierten en
algo más que un yo pensante y racional.
Yo no puede ser entendido bajo las lógicas del conocimiento. Responde a otras
necesidades, relacionados a lo inconciente
Yo inconmesurable para la propia realidad.
Antes de la razon viene la sensibilidad. No es posible
Cita HEGEL
“El ilustrado y el que no lo es, deberan darse la mano, y la mitologia debera hacerse
filosofica para que el pueblo se convierta en racional al tiempo que la filosofia debera
hacerse mitologica para que los filosofos se hagan sensibles. Entonces dominará la unidad
eterna entre nosotros. La union de razon y sentimiento, de ilustración y romanticismo.”

El Romanticismo se propuso encontrar un equilibrio entre la sensibilidad y el


entendimiento, entre lo interior y lo exterior. En ese sentido, esta obra cumple con los
preceptos básicos del género, pues Eulalia está constantemente transitando entre su yo
interno y su realidad e interacción con los demás personajes. Asimismo se nos presenta
como un personaje que a pesar de su adulterio se rectifica a través del virtuosismo y
consigue, al mismo tiempo que el Baron sobreponerse a las adversidades y ofrecer al
espectador un desenlace feliz. Se plantea la resolución de un conflicto en una sociedad
culturalmente avanzada capaz de razonar sin atenerse a los prejuicios sociales e
instalando la capacidad crítica de un espíritu sensible.

LO QUE BUSCA EN EL ESPECTADOR: CONMOVER. OBRA QUE HACE QUE EL ESPECTADOR


EMPATICE CON AMBOS PERSONAJES, Y AL EMPATIZAR LOGRA CONMOVER La visión de la
desgracia de un personaje bueno y honesto, víctima de una situación injusta, debe llegar
al corazón del espectador, conmoverlo, abrirlo y hacerle reflexionar sobre sí mismo. El
paso siguiente a la reflexión es el arrepentimiento y el deseo de corregirse y reformar su
conducta.
a conmoverse poniéndose en el lugar, tanto de Eulalia como del Barón.

Es posible decir que la Ilustración cifra su percepción de la felicidad en un valor superficial


que puede estar al alcance de todo aquel que haya adquirido posesiones materiales de las
que pueda hacer acopio.
Asimismo, puso especial atención en el sentimiento religioso (más allá de lo institucional),
mostrando su preferencia por el misterio, lo sugestivo, lo velado de la realidad, y su
predilección por el pasado, especialmente, la Edad Media, donde el romántico buscó la
posibilidad de encontrar elementos de una sociedad justa y nociones universalmente
válidas sobre el bien y el conocimiento verdadero.

El Romanticismo surgió como un movimiento que impulsaba a las personas a buscar un


sentido propio a sus vidas a través de la soledad, la quietud de ánimo y la ensoñación, sin
que ello significara la incomunicación o la indiferencia a todo lo que no era uno mismo,
pues se trataba de una reflexión sobre nuestra propia condición humana que es en el
fondo toda filosofía; es decir, un empeño de estar mejor con nosotros mismos, con los
demás y, por consiguiente, con el entorno que nos rodea. Se trataba de un intento de
analizar en las personas aquellos rasgos que las convierten en algo más que un yo
pensante y racional.
Romanticismo representa la exaltación de lo infinito, lo indefinido, lo trágico y lo
inconmensurable; sólo las ciencias del espíritu se abrogan su estudio, porque son capaces
de comprender y analizar los sentimientos, las pasiones, la intuición y la libertad humana.
En consecuencia, el Romanticismo significa el enaltecimiento de lo fáustico y lo dionisiaco,
frente a lo racional y lo apolíneo; además, expresa una disposición del alma humana hacia
la angustia y la nostalgia. Se encuentra también en el Romanticismo un interés por ciertos
momentos históricos pasados, especialmente, el medioevo, donde se puede acentuar lo
misterioso, lo vedado, la sugestivo y la melancolía; así mismo, lo negativo, la ironía, el
demonche y lo demoníaco.
En todo caso el Romanticismo le abrirá nuevas posibilidades al espíritu humano, elevando
el significado de la emoción y del arte; alentando el anhelo, especialmente entre jóvenes
creadores, por la estética y la imaginación lo cual impulsará a la literatura hacia lugares
insospechados. Inglaterra, Alemania y Francia se ponen a la vanguardia de la poesía
romántica como una reacción frente a la desmesura de la razón ilustrada. Inglaterra que
se había iniciado en la construcción de una sociedad "aparentemente basada en el control
y la razón, por la vía de la industrialización y el capitalismo salvaje" (Ballesteros, 2000), no
tardará en comenzar a ilusionarse por los efectos de la reacción del nuevo sentir del
espíritu humano: Blake, Wordsworth y Keats, buscaron en sus creaciones poéticas la,
libertad en todos los contextos de vida de las personas y encontraron en la naturaleza y en
la historia los motivos para su creación artística
El romanticismo es un movimiento artístico y literario que surgió entre finales del siglo
XVIII y comienzos del siglo XIX en Alemania e Inglaterra. Desde allí se extendió a toda
Europa y América. El movimiento romántico está basado en la expresión de la subjetividad
y la libertad creadora en oposición al academicismo y el racionalismo del arte neoclásico.

Tiene su origen en la influencia del movimiento germánico Sturm und Drang (que significa
‘tormenta e ímpetu’), desarrollado entre 1767 y 1785, el cual reaccionaba contra el
racionalismo ilustrado. Impulsado por el Sturm und Drang, el romanticismo rechazó la
rigidez académica del neoclasicismo que, para entonces, había ganado la reputación de
frío y servil al poder político.

y otros tantos que la idea


de un suicidio fatal
me hace estremecer. Si fuera
posible al menos, que amase
la sociedad... Si quisiera
cultivar algunas flores...
Pero nada; en su tristeza
sumergido, calla y lee,
o si alguna vez despliega
sus labios es detestando
de su mísera existencia,
y maldiciendo a los hombres
artífices de su pena.

subjetividad

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