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PREDICA DOMINICAL - LA MADUREZ ESPIRITUAL

LA MADUREZ ESPIRITUAL

Heb 5:14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para
los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien
y del mal.
INTRODUCCION
La iglesia está llena de personas que están en un proceso de crecimiento
espiritual, pero vemos con preocupación como muchos aún permanecen
inmaduros en la fe y necesitan de leche espiritual para permanecer y no
volverse atrás. Como todo proceso, toma su tiempo, pero no puede durar toda
la vida, quienes se quedan o estancan en su crecimiento espiritual se pierden
de vivir una vida transformada y de recibir las promesas que Dios ha dado
para quienes actúan y viven conforme a la voluntad de Dios.

Pero es más preocupante que muchos creyentes no muestran en sus vidas


evidencias de esa madurez y pasen los años y no haya mayores cambios en su
vida. La madurez no proviene del conocimiento teológico que tenemos, ni de
la gran cantidad de actividades que realizamos o participamos en la iglesia,
entonces no nos engañemos. Procuremos el alimento solido de la palabra de
modo que podamos ir hacia la madurez.

Hemos creído que la madurez viene con la edad, o con el conocimiento, o eso
es lo que el mundo nos ha hecho crecer, pero me encuentro con personas
mayores que no saben lidiar con su familia, su pareja, su trabajo o sus vicios y
me demuestran cuan inmaduros son. En la vida espiritual no es así, la madurez
no viene con el tiempo que llevas como creyente, ni viene por lo que conoces
de la biblia, descubrámoslo juntos.

DESARROLLO
La madurez espiritual solo es posible en la medida en que ponemos en
práctica con obediencia todo el consejo de la escritura, así que no se trata de
cuanto conocemos la biblia, sino más bien de cuanto de ella ponemos en
práctica, y es siendo obedientes a Dios que la madurez se hace evidente.
Los creyentes maduros según las escrituras son aquellos que se han ejercitado
en el discernir el bien y el mal, esto, ¿qué quiere decir? Que quienes han
madurado, lo han hecho al poner por ejercicio las disciplinas espirituales, orar,
ayunar, dar, leer y estudiar las escrituras, meditar en la biblia; además se han
ejercitado al poner por obra todo el consejo de las escrituras, participando de
la iglesia, obrando conforme a sus dones, haciendo discípulos, predicando,
enseñando, evangelizando y haciendo que la voluntad de Dios se cumpla sobre
la tierra. También han madurado al reconocer lo bueno y lo malo que hay en
ellos mismos, para luego evidenciarlo en el prójimo para ayudarle a crecer.

El discernimiento es una habilidad que se madura en la medida en que se


expone a la verdad y a la presencia de Dios en la práctica de la vida diaria,
entre mayor tiempo pasamos exponiéndonos a Dios y su verdad,
aprenderemos a reconocer lo bueno y lo que no lo es, aunque tenga apariencia
de serlo. Allí es donde muchos cristianos inmaduros han caído engañados. Se
dejan guiar por sus sentimientos o emociones pensando que obran bien, pero
se equivocan porque han obrado mal. Puede que lo que quieras hacer o estés
haciendo parezca a tus ojos normal, pero si tomas el consejo de alguien con
sabiduría puede que te encuentres descubriendo la verdad. Muchas veces he
querido hacer cosas, solo porque me parecen buenas y correctas, pero Dios me
ha hecho entender que no son buenas y que si la intensión de mi corazón no es
la correcta estoy obrando mal. El discernimiento del bien y el mal viene con el
ejercicio de nuestra decisión. Conforme decidamos y veamos los frutos, nos
daremos cuenta de si nos ejercitamos para bien o para mal.

Solo seremos capaces de tolerar el alimento solido de la escritura cuando


pongamos en práctica con obediencia lo que la palabra nos instruye. Nuestra
madurez se mide en la capacidad que tenemos de abandonar los vicios, amar a
nuestro cónyuge y al prójimo, en la forma en que resolvemos nuestros
problemas y en la forma en que lidiamos con la vida espiritual.

Dime que ves un hombre maduro espiritualmente hablando cuando le veas


orar con mucha frecuencia, ayunando, ayudando, dando, lidiando con sus
pasiones y dando fruto. No te engañes por el conocimiento, porque hay
muchos creyentes con gran conocimiento de las escrituras pero poca practica
de lo que saben.

CONCLUSION
Si vemos que nos cuesta aun poner por obra en obediencia lo que Dios
dispone a través de su palabra, entonces, no vas camino a la madurez. Existen
muchas personas con gran conocimiento y grandes títulos, pero que son
inmaduros en sus decisiones y forma de actuar. Mientras existen otros que no
tienen títulos, ni mucho conocimiento pero cada cosa que aprenden la ponen
por obra, estos van delante de los intelectuales y conocedores. La madurez se
nutre de la obediencia, ¿cuánto te cuesta obedecer?

Dios está buscando hombres y mujeres obedientes a su voluntad, que obren


conforme a sus enseñanzas y palabras, de modo que puedan llevar a cabo la
obra que les ha sido encomendada. No son los oidores los que maduran, son
los hacedores de la palabra, aquellos que ponen por obra lo aprendido los que
maduran con mayor rapidez y empeño.

Si Dios te hablado sobre algo y no le has obedecido, estas en desobediencia y


así no podrás crecer, mientras que si obras conforme a lo que Dios te está
diciendo, entonces crecerás y maduraras, podrás discernir lo bueno de lo malo.

Oremos, Señor queremos madurar conforme a la fe, ayúdanos para ser


obedientes a tu palabra, que cuando hables a nuestros corazones podamos
llevar a cabo con obediencia lo que pides. Puede que nos parezca difícil o
imposible, pero de tu mano Señor podemos ir creciendo conforme a tu
voluntad, amen.

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