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Análisis - El Cuento de La Criada
Análisis - El Cuento de La Criada
Grado en educación infantil, 1º año.
Universidad de Valladolid.
ÍNDICE:
- Introducción. (Página 3-5)
- Contextualización. (Página 6)
- Análisis. (Página 7-10)
- Conclusión.(Página 10 )
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1.- INTRODUCCIÓN.
A lo largo de este comentario, analizaré la trama de la serie producida por el canal HBO “El cuento
de la criada”. Creada por el americano Bruce Miller, que saltó a la fama con la serie “Los 100”:
emitida en el mismo canal, se encuentra basada en la novela distópica con tinte feminista del mismo
título, escrita por la canadiense Margaret Atwood y publicada en 1985. Se desarrolla a través de una
narración en primera persona que ofrece la protagonista, una criada que trata de sobrevivir dentro
de la monstruosa República de Gilead, lo que antes fueron los Estados Unidos, gobernada por un
partido teócrata que ha implantado un nuevo modelo de jerarquía social en el que las mujeres se
ven relegadas a papeles como esposa, martha (las mujeres de más edad, ejercen la función de ama de
llaves), tías (aquellas que se encargan de reeducar a las criadas, vigilar sus embarazos y castigar los
comportamientos que consideran inadecuados) y criadas (mujeres fértiles, que son entregadas a los
comandantes con el fin de que sean las gestantes de sus vástagos y reciben como nombre el del
mismo comandante al que están sometidas, como símbolo de pertenencia). Tanto el libro como la
serie, combinan fragmentos en los que Defred nos cuenta tanto su pasado, y las circunstancias que
la llevaron hasta allí, como su día a día.
La serie consta de dos temporadas, la primera estrenada en abril de 2017, y la segunda en abril de
2018, compuestas por diez y trece episodios, respectivamente, que rondan una duración de unos
cuarenta minutos. Ha renovado además, por una tercera temporada, que saldrá a la luz en abril del
año 2019.
Comienza presentando a la protagonista, quien trataba de escapar de la República de Gilead con su
marido y su hija para encontrar asilo en Canadá, y ahora se encuentra retenida como criada del
comandante Fred Waterford. Junto con su compañera de compras, Deglen, recuerda el proceso de
adoctrinamiento en al que se vieron sometidas al ser capturadas y revela su deseo por encontrar a su
hija, Hannah, quien ha sido entregada en adopción a una familia en otro estado. La serie prosigue
mostrándonos la vida de Defred día a día, y su tensa convivencia con la mujer del comandante,
Serena, al mismo tiempo que numerosos flashbacks con los que presenta a su familia, y a su mejor
amiga, Moira, que también fue capturada, y cree muerta. También revela que su verdadero nombre
es June.
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El comandante pretende mantener una relación cordial con Defred, al mismo tiempo que vemos
como una vez al mes, se realiza una violación ritual, en la que el comandante mantiene relaciones
sexuales con la criada mientras la esposa le sujeta, tras leer un pasaje de la Biblia. Pero tras varios
meses, Defred no ha logrado concebir, y Serena, ansiosa de poder tener un hijo, y conociendo que
su esposo es estéril, organiza una serie de encuentros entre la primera y Nick, el chofer del
comandante, que además, realiza las labores de espía para el estado, delatando a aquello que son
contrarios al orden establecido por la República.. Al mismo tiempo, se presencia el nacimiento de
una niña, hija del comandante Puttnam con una criada, que da lugar a una historia que casi
termina en tragedia; debido a que la criada, Dewarren se encariña con su hija durante el periodo de
lactancia y no desea separarse de ella, y la detención de Deglen, tras ser descubierta su orientación
sexual por culpa de la relación que mantenía con una martha. Cabe destacar que el castigo para
esta, es ser sometida a la mutilación genital. También somos testigos de los acuerdos que lleva a
cabo Gilead con el fin de aumentar la capacidad de comercio con países como México, y Defred
consigue hablar con la embajadora, y deja la tarea de decir a su marido que sigue viva a su asistente.
Al mismo tiempo, vemos como Defred y Nick entablan una especie de relación romántica y
cuando esta queda embarazada; no solo mejora el trato que recibe, si no que también, la relación
con Serena mejora, compartiendo algunos momentos de algo similar a la cordialidad. Además,
descubre que Moira sigue viva y planea escapar a Canadá, cuando el comandante Waterford la lleva
a un burdel a escondidas de su esposa. También conocemos la vida de Luke, marido de Defred,
quien consiguió llegar a Canadá y recibe con éxito el mensaje de Defred.
Finalmente, tras negarse a apedrear a su compañera Dewarren por el incidente ocurrido con su hija,
Defred es recogida por una furgoneta negra, pero esto es solo una artimaña de Nick para sacarla de
la casa del comandante.
Tras pasar varios meses escondida en unos almacenes abandonados, y tener un intento de fuga para
huir a Canadá, Defred es capturada de nuevo, al mismo tiempo que sus compañeras, Deglen; que
realmente se llama Emily y Dewarren; que realmente se llama Jeanine, son enviadas a las colonias,
donde las mujeres que no son fértiles o se han rebelado contra la República de Gilead deben retirar
residuos tóxicos que las llevan a la muerte en pocos meses. Defred sufre una hemorragia que pone
en peligro su embarazo, al mismo tiempo que Serena recuerda su pasado, revelando que tenía un
cargo político alto, y que ayudó a su esposo a llegar a ser uno de los comandantes de la República,
habiendo sufrido un atentado por culpa de sus ideas. Nick, por su parte, se ve obligado a contraer
matrimonio con una mujer mucho más joven que él.
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La criada que ahora ocupa el lugar que antes ocupaba Emily, provoca un atentado estrellando un
coche contra un auditorio, matando a varios comandantes y a varias criadas. Motivo de esto, Emily
y Jeanine vuelven a ser llevadas a la República para volver a ser criadas, al tiempo que Fred
Waterford es encarcelado. Para liberarle, Serena se encarga de redactar varios documentos, que
Defred corrige, mientras comparten un momento de complicidad. Ambas también mueven los
hilos necesarios para que Jeanine pueda cuidar de su hija; el bebé del comandante Putnam, después
de que una mujer que anteriormente ejerció el cargo de doctora diga que no le queda mucho
tiempo de vida y se encuentra en el hospital. Fred castiga a Serena por esto, pero a las pocas horas, la
niña parece estarse recuperando. Posteriormente, los Waterford van a la embajada de Canadá en
una misión comercial, y Nick entrega una serie de cartas de distintas criadas que Defred recopiló al
marido de la misma, Luke. Serena es tentada por un agente con el fin de que revele información
sobre lo que realmente ocurre dentro de la República, pero se mantiene firme.
A su regreso, el comandante viola a Defred, con ayuda de su esposa, con el fin de tratar de adelantar
el parto. Pero Fred se arrepiente de esto y en un intento vano de compensación realiza un acuerdo
que le permite ver a su hija. Nick lleva a Defred a una casa situada en otro estado, que será el punto
de encuentro para esta reunión secreta, pero una vez se quedan solos de nuevo son descubiertos, y
mientras que Nick es capturado por unos agentes, Defred se esconde en la casa, donde se pone de
parto una vez llega la noche y se ve obligada a pedir ayuda, siendo capturada otra vez. Los
Waterford le mantienen separada de su hija, al tiempo que ejecutan a la esposa de Nick por fugarse
con un hombre. Este hecho lleva a Serena a reflexionar, y teme por el futuro de la niña si se crea en
Gilead. June planea otro intento de fuga, ayudada por las marthas, al tiempo que Emily, ubicada en
una nueva casa, asesina a la tía Lydia, la mujer que trató de adoctrinarles a todas ellas. Serena ayuda
a Defred a huir con la niña, y las dos criadas terminan en el mismo punto. Pero finalmente, la
misma deja a la bebé con Emily, que la llevará hasta Canadá, mientras ella trata de recuperar a su
hija mayor.
Los aspectos que trataré de destacar dentro de este comentario son tanto la nueva jerarquía en lo
que respecta a la formación de las familias como el uso de la religión y el adoctrinamiento, seguido
de la opresión a la que se ven sometidas las mujeres, además del conflicto moral que provoca la
maternidad subrogada o vientre de alquiler y su relación con la sociedad, tanto en la que vivimos
actualmente como en la que se desarrolla esta ficción.
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2.- CONTEXTUALIZACIÓN.
La serie se ubica en un posible futuro distópico en EEUU. Se puede definir distopía como el marco
que han usado muchos autores, como G. Orwell 1 o la propia Margaret Atwood2, para centrar sus
novelas. Este se caracteriza por presentar o bien un mundo fantástico o un posible futuro de este en
el que vivimos, en el que una ideología determinada, llevada a un extremo, ha llegado al poder, y
plantea unas circunstancias de represión social en las cuales se desarrolla la historia. Podemos
considerar así distopía como antónimo de utopía, ya que ambas son ideas que podrían llevarse a la
práctica en un futuro lejano, al contrario que la quimera y la entelequia, consideradas ideas
irrealizables, debido a su complejidad y a que es imposible que llegue a existir algo perfecto,
especialmente si hablamos de un modelo social. En este contexto surge un personaje principal, o
grupo protagonista, que suele ser contrario a la ideología de esta distopía, y hacen que la historia
avance.
La serie se sitúa tras el asesinato del presidente, en un clima que delata el inconformismo de los
ciudadanos, así como su preocupación por la baja natalidad, debida a la contaminación y la
propagación de enfermedades de transmisión sexual. EEUU se ha transformado en la República de
Gilead, un estado de ideales extremadamente religiosos, cubierto de puritanismo. Podemos valorar
que la sociedad, a pesar de pertenecer a un tiempo futuro debido a la categoría de distopía que
enmarca la historia, se comporta como lo hizo en un pasado no tan lejano. El hombre trabaja en el
exterior del hogar, ya sea un empleo corriente como por ejemplo, jardinero o chofer, o un cargo a
nivel político, los comandantes; mientras que las mujeres se ven limitadas a funciones que implican
una fuerte vinculación al hogar y a la maternidad, poniéndose de manifiesto la sumisión ante el
hombre. Las mujeres tampoco pueden votar, leer, escribir, conducir, o salir del hogar sin la previa
autorización del marido. La distribución de la vivienda también implica esta especie de retroceso,
debido a que no existen espacios comunes y estos se encuentran jerarquizados; al mismo tiempo
que se puede tener en cuenta una desaparición de la tecnología, al menos la orientada al ocio.
Pero al mismo tiempo, observamos que esto solo es observable en Gilead, ya que Canadá mantiene
un sistema como el actual, moderno.
1
George Orwell, prestigioso escritor británico que destaca por sus novelas distópicas “Un mundo feliz” y “1984”,
pudiendo considerarle así uno de los pioneros del género.
2
Margaret Atwood, ya nombrada en la introducción, es la autora de origen británico de la novela homónima en la que
se basa la serie.
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3.- ANÁLISIS.
Podemos comenzar el análisis hablando de la estructuración de las familias en la República de
Gilead. La familia nuclear se forma a partir de la unión de un hombre y una mujer, y el posterior
proceso que lleva a que la criada geste un hijo que luego ambos criarán como suyo; separándole de
forma violenta de la criada tras el periodo de lactancia, en el caso de que ambos pertenezcan a una
clase social elevada. En caso de pertenecer a una clase más humilde, la familia nuclear se compone
de un matrimonio y los hijos que logren concebir.
En ambos casos, mientras que el hombre realiza un trabajo en el exterior del hogar, la mujer se ve
encerrada en este, no teniendo permitido ni siquiera leer y escribir, siendo el castigo por hacerlo
perder un dedo. Podemos relacionar esto con el modelo ecológico de Bronfrenbrenner3, ya que
mientras que el hombre se mueve tanto dentro del microsistema de la familia, ocupa un puesto en
el mesosistema y en el exosistema, al contrario de la mujer, que ha sido expulsada y privada de estos,
viéndose obligada a vivir en sí misma, poniendo al servicio del hombre su trabajo y su cuerpo.
Esto nos lleva a hablar de un modelo familiar puramente patriarcal, en el que la familia se organiza
en torno al hombre de la casa, es decir, aquel que aporta el sustento. Este se convierte en la máxima
autoridad dentro de la familia, y tanto la esposa como los hijos en el caso de haberlos deben
obedecerle, ya que también tiene la potestad de castigar a quien desafíe las normas, ya sean
impuestas por él mismo, o por la propia República. Por ejemplo, el comandante Waterford no
duda en azotar a Serena, ni trata de impedir que la castiguen por haber escrito.
Además podemos ver un claro individualismo dentro de la familia. Los miembros de esta no
confían entre sí y no dudan en delatarse si uno traiciona las normas impuestas, como es el caso de
Eden, la esposa de Nick, quien es traicionada en su huida por sus propios padres, y retenida por los
mismos hasta su ejecución.
También encontramos el dilema de la maternidad, considerando según el punto de vista madre a la
mujer que da a luz a la criatura o a la que se encarga de su crianza. En la serie podemos ver que
mientras que la criada es la madre biológica del bebé, socialmente es la esposa a quien consideran
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El psicólogo estadounidense U. Bronfenbrenner, licenciado en Harvard, destaca por su aportación con la cual nos
habla e introduce un modelo ecológico, que divide los ámbitos de la vida de cada persona en una escala, según la
importancia y la cercanía de sus círculos. Así, encontramos microsistema, mesosistema, exosistema, macrosistema y
cronosistema, organizados jerárquicamente de menor a mayor.
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madre, sin que haya dudas o confusiones al respecto, pero en la sociedad actual, este dilema se
convierte en algo mucho más complejo.
Este modelo es aprobado socialmente debido al uso del adoctrinamiento, principalmente religioso,
que condiciona el desarrollo personal y lo limita, pudiendo decir que el ambiente influye en la
formación de la personalidad, y esto lleva a que el sistema se mantenga en una especie de feedback.
Esto lo podemos observar a lo largo de ambas temporadas, pudiendo poner como mayor ejemplo
de este adoctrinamiento religioso el centro rojo por el que pasan todas las criadas, el mismo en el
que son torturadas al mismo que aprenden las normas que rigen la República. Obviamente, la
educación familiar también tiene una gran importancia, sobre todo en el caso de las mujeres, que
tienen negada la escolaridad. Pero en riesgo de hacer referencia a algunas ideologías que en algún
momento de la historia pudieron ser vistas como una distopía, el problema viene de la ya nombrada
retroalimentación que mantiene el sistema. Las madres crían a sus hijas con las ideas que les han
sido inculcadas, mientras que los hijos crecen con el ejemplo del padre como amo y señor.
Aquí es donde entra la opresión a las mujeres, y donde podemos verla con mayor claridad. La
República de Gilead nos ofrece la visión de una dictadura totalitaria que basa sobre pilares
religiosos, que impulsa una sociedad patriarcal y clasista, en la que se viola el consenso de los
derechos humanos en el trato a la mujer, y se banaliza su vida, quitándoles la identidad y el
reconocimiento al que puedan aspirar, además de convertirlas en materia prima para este nuevo
tipo de mercado humano. Por esto podemos destacar que los empleos que hubiesen desempeñado
antes de la llegada de la República carecen de importancia, como si no fuesen válidos, teniendo
como ejemplo el caso de las marthas, mujeres que pierden por completo su identidad. En la
segunda temporada, encontramos una doctora experta en neanotología a la que se ha apartado
completamente de su trabajo y su vocación, siendo relegada forzosamente a las tareas de una
empleada del hogar.
También en este sistema es obligatoria la heterosexualidad, ya que la única finalidad que tiene la
sexualidad y el cuerpo femenino es la maternidad, no sólo buscada,si no que llega al extremo de ser
obligada.
Por otra parte, encontramos el tema de la maternidad subrogada, tan presente en nuestros días, que
se desarrolla trayendo consigo un importante conflicto moral, debido a que el llamado vientre de
alquiler no es simplemente el alquiler de un útero, si no un proceso fisiológico en el que no solo
media la biología, en vistas de que también existe una fuerte carga emocional. En la actualidad
podemos hablar de dos modelos básicos de gestación por sustitución. El primero es el que se puede
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ver en países como EEUU y Canadá, donde las mujeres que se someterán al proceso lo eligen
voluntariamente y no reciben una compensación económica a cambio, aunque los padres
biológicos de la criatura se encargan de los gastos médicos que traiga consigo el embarazo. El
segundo modelo podemos encontrarlo en países como la India, y en él las mujeres que acceden a ser
una gestante lo hacen por pura necesidad, viéndose obligadas a aceptar los acuerdos abusivos a los
que deseen someterlas, pudiendo establecer un paralelismo entre la maternidad subrogada y la
prostitución, ya que el cuerpo de la mujer se convierte en un objeto de consumo y pone su cuerpo a
disposición y servicio del hombre, siendo despersonalizada durante el proceso.
Aquí debemos plantear el tema del patriarcado nuevamente, ya que este es el que gestiona la
maternidad subrogada en lugar del altruismo, y vemos una clara falta de consentimiento, ya que
para este exista, debe haber un yo autónomo presente en la decisión, en lugar de un yo coaccionado
por las condiciones del entorno, que no consiente, si no que permite con tal de sobrevivir. Además,
socialmente, todo este proceso parece no solo estar bien visto, ya que nadie se opone ni trata de
ayudar, en el caso de la serie a las criadas, en la vida real a las mujeres que se ven atrapadas en este
tipo de situaciones, si no que también es algo común, perfectamente normal, que parece carecer de
importancia.
A estos tres temas se les puede añadir la relación entre los castigos y penas que ejecuta la República
de Gilead a sus víctimas y otros temas de actualidad, como el comercio que convierte a las mujeres
fértiles en criadas y la trata de blancas, la mutilación genital a las mujeres homosexuales y la ablación
genital femenina en muchos países del continente africano; e incluso, algunas recuerdan al antiguo
código de Hammurabi, llevando a medidas tales como sacar un ojo a una persona o cortarle un
dedo, por algo tan simple como rebelarse contra la autoridad o leer.
Y dentro de la dudosa moralidad, no podemos olvidar hacer mención a lo que sucede en las
colonias, donde las personas que han sido condenadas por algo tan poco penalizable en nuestros
días como ser infértiles ya conocen lo que les depara el destino en unos pocos meses, sin que nadie
trate de regular estas prácticas o acabar con ellas.
La serie te hace plantearte, al igual que todas las distopías, si esto podría llevarse a cabo, y si esto
podría suceder realmente. Aparte, en la serie vemos como ningún país toma cartas en el asunto,
aceptándolo quizás de forma inconsciente, señal de un marcado individualismo. Cada uno lucha
por sus propios intereses, demasiado ocupados arreglando su propia vida como para ver si el otro
necesita algo. En un país donde prima el temor, la solidaridad queda desbancada por el egoísmo,
hasta que surgen las primeras excepciones, que se contagian entre sí creando una cadena de favores.
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A este fenómeno le podríamos denominar como sororidad, ya que surge entre las distintas mujeres,
cuando son conscientes de la situación en la que viven y comprenden el verdadero valor de la ayuda
mutua.
Pero este individualismo es parte del magnetismo de la propia serie, sin embargo. Proponernos una
historia que aunque contenga elementos propios del género distópico y la ciencia ficción, pudiese
suceder en un futuro no tan lejano, hace que esta haya tenido tanto éxito en estos dos años de
emisión.
4.- CONCLUSIÓN.
Como todas las distopías, esta serie nos muestra un mundo en el que nadie querría vivir, pero
dentro de este, podemos analizar los elementos principales de la familia y ver las diferencias, al
tiempo que los paralelismos que se establecen con respecto a la sociedad actual. La importancia del
género distópico, en mi opinión, es que llega a mostrarnos las posibles consecuencias de nuestros
actos antes de que estos ocurran y sean irreversibles. Nos hacen valorar los aspectos positivos del
momento en el que vivimos, al tiempo que nos hacen alejarnos de este tipo de ideas, debido al
temor o a la propia repugnancia.
Por último, me gustaría hablar de otro debate moral que la serie nos plantea. ¿En qué mundo
queremos vivir? Y más importante aún, ¿qué precio estamos dispuestos a pagar por él?. En mi
opinión, una dictadura nunca logrará crear un futuro utópico, y es aquí donde surgen este tipo de
distopías. Porque sin libertad, el ser humano no puede desarrollar sus capacidades ni ser
plenamente feliz. Y porque un mundo en el que un género domine al otro y se fomente la
desigualdad, va en contra de los derechos humanos, y va en contra de los valores que todos los
niños deberían tener el derecho de conocer. Así, alejándonos de una visión más política, nos
centramos en una perspectiva más humana. Vivir con miedo, y venderse para asegurar la propia
supervivencia es algo que ningún ser humano debería padecer, y lo justo es que estas distopías, tan
lejanas pero al mismo tiempo tan realistas, nos sirvan de ejemplo para reconocer aquello que
queremos evitar, y aquello en lo que debemos centrarnos para lograr un progreso justo.
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