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Actividad 2: Ensayo: La importancia de la ética empresarial

Información: En el libro de texto, leer de la página 104 a la 110 y de la 114 a la 117.


Habiendo leído y asimilado la información ahí contenida, redactar un ensayo
valorativo de máximo 3 páginas sobre la importancia de la ética en la empresa.
Ponderación: 15%
Fecha de entrega: 05 de noviembre, en formato PDF en la plataforma.
¿De qué pasta están hechos los ejecutivos?

El comprador descubre que la empresa adquirida está en banca rota, ante este hecho
guarda silencio, pero su abogado, que también conoce la situación de la empresa
comprada, está inquieto, y transmite dicha inquietud al comprador, el cual procede como
si la empresa estuviera en las condiciones más óptimas, entiende que realizó una mala
compra, sin embargo, sólo le quedan dos alternativas, o sacar a flote una empresa en
quiebra, o hacer exactamente lo mismo que le hicieron a él con otro comprador
incauto. Lo primero que debe tener presente es que sobre sus hombros recae la viabilidad
económica de la empresa, ¿puede echar a andar la empresa en este mercado? es la
pregunta sobre la que debe tener absoluta claridad. También es responsabilidad del
ejecutivo asegurar la supervivencia de la empresa. Camacho apunta que «sólo tratando a
los miembros de la organización y al resto de los stakeholders con ética –con
justicia, rectitud, respeto- se puede generar en ellos la credibilidad, la confianza necesaria
para que brote el compromiso para la cooperación y la innovación». Desde esta
perspectiva, la cooperación efectiva se funda en la ética.
Por ejemplo, nuestra universidad en tanto empresa educativa tiene en sí una dimensión
ética, esa dimensión transcurre a través de los valores de integridad, innovación
permanente, compromiso agresivo, etc., que funcionan como sus cauces éticos. Y ya en
estos cauces, desde aquella dimensión ética es deseable que los rasgos de un directivo
sean la «creatividad, iniciativa, tenacidad, tolerancia a la incertidumbre, autoestima,
flexibilidad, visión estratégica, capacidad de autocrítica, habilidad para comunicarse y
relacionarse con los demás y en culturas distintas, y, sobre todo honradez y respeto a los
valores éticos».
Lo primero que hay que decir es que el mundo empresarial tiene que hacer frente a una
constante y renovada innovación tecnológica. La innovación ha cumplido, al menos, dos
funciones, en el momento más agudo de la crisis de los setenta, fue justamente la
innovación tecnológica la que libró a las empresas de dicha situación. Camacho apunta
que «el conocimiento y la innovación generados a partir de la información constituyen, el
factor decisivo de crecimiento económico y también de innovación social y cultural». Las
empresas pudieron competir efectivamente entre ellas en la medida en la que adoptaron
la tecnología como medio para una mejor productividad. Lo segundo que hay que afirmar
es que, una vez montada la productividad sobre la innovación tecnológica, tiene que
ponerse a la par de unos cambios que son vertiginosos, porque si no lo hace están
condenadas al fracaso, las empresas o se tecnifican o no tienen futuro. Camacho «¿qué
tipo de persona y que tipo de empresa es adecuada para responder a estos desafíos?,
¿Cómo responder a esta presión competitiva global, a esta continua innovación? ¿Cómo
desarrollar las nuevas cualidades personales y organizativas que este tipo de entorno
necesita y cómo hacerlo de manera que no perjudique a la calidad humana de las
personas ni destruya el sentido social de las empresas?».
Es justamente en esta relación entre empresa y realidad que se va forjando la imagen que
se quiere tener y a partir de aquella imagen podemos ir espigando cuales son los valores
que realiza dicha institución. Justamente de los valores que le dan la identidad a la
empresa. Partiendo de aquí se entiende enseguida que la responsabilidad no trata de que
los estudiantes en una materia lleven piñatas y regalos a los niños pobres, la
responsabilidad tiene que ver con la realización de los valores que identifican la empresa,
desde esta perspectiva, la empresa está obligada a escuchar todas aquellas voces que
experimenta las consecuencias de lo que hace dicha empresa, en este sentido, la
responsabilidad está vinculada con todos sus stakeholders, la empresa tiene que tener
presente el poder que ejerce en la vida económica, en la vida social, en la cultura de la
sociedad, por lo tanto, la responsabilidad tiene que tener presente todas esas zonas de
influencia. En definitiva, la idea de empresa como organización no sólo es capaz de
responder a los desafíos tecnológicos, sino que está constituida por un conjunto de
personas comprometidas con su buen funcionamiento lo que compromete a la empresa a
responsabilizarse por la sociedad en la que está situada.
Pero para que todo esto no se quede en una consideración muy bonita de la vida
empresarial es inexorable que se positivicen en lo que en el seno de las empresas se
conoce como código de la empresa. Es evidente que, al contar la empresa con ambos
tipos de códigos, es necesario que parta de un código deontológico, con la idea de que
tenga claro cuáles son aquellos limites que no es dable traspasar en el ámbito de la ética,
pero también es importante que cuente con un código ético para, incluso, poder ser
consciente de lo que podemos llamar progreso moral.
EMPRESA Y ECONOMIA
En mi comunidad hay una institución que se llama la Posada de Santa María, y se dedica
a darle de comer a los que no tienen como obsequiarse un desayuno, a dar becas a
estudiantes de bajos ingresos y a enseñarle a tocar guitarra a los jóvenes que está
interesados en este instrumento, pero que no tienen los fondos para pagarle a un maestro
de música, por eso el encargado de esta institución está cada mes apelando a la buena
voluntad de sus donantes para que la institución siga funcionando. Una institución como la
descrita no tiene que competir con ninguna otra, de hecho, el triunfo más significativo es
ver cómo crece mes con mes la cantidad de personas que recurren a ella por su
desayuno con una empresa, ocurre todo lo contrario, el contexto en el que tiene que
sobrevivir es en un contexto estrictamente económico, por lo tanto, lo primero que hay
que establecer es qué se entiende por actividad económica, y para ello hay que tomar en
cuenta la menos cuatro aspectos. En primer lugar, la empresa tendrá que hacer un uso
racional de unos recursos que son escasos. El hombre de empresa, si quiere tener éxito
en sus negocios, tendrá que entender que los recursos que tiene a su alcance no son
infinitos, y que, por lo tanto, no se trata de depredar, sino de fomentar una actividad
económica que sea sostenible, es decir, que diseñe procedimientos para que aquello que
explota pueda estar disponible durante mucho, mucho tiempo. Es decir, volviendo a
nuestro tema, se espera que la actividad empresarial sea sostenible y razonable. Esta
tarde visitando un centro comercial y contemplar a todos los seres humanos que se dan
citan en estos lugares, se me ocurrió pensar que existen seres humanos a los que le
resulta sumamente significativo y cómodo contar con un empleo que pueda
proporcionarles un salario para poder gastárselo.
LA EMPRESA Y LA ÉTICA
Con todo, lo que nos interesaba dejar sentado en la introducción de este tema es que
aquí vamos a referirnos a la moral empresarial, a la ética de la empresa y lo vamos a
hacer partiendo de la convicción de que dicha moral es una dimensión esencial de la
empresa, del mismo modo, que nos parece que el beneficio es dimensión esencial de
suya. Y es que, como lo vamos a ver detenidamente, al estar vinculada la empresa con el
ámbito de los negocios no resulta evidente ponerla en relación con la ética, de hecho,
más de algún economista ha dicho que pretender relacionar la economía con la ética es
similar a querer mezclar el agua con el aceite. Berzosa, por ejemplo, recuerda que «la
mayor parte de los economistas actuales no se plantean esta cuestión y la idea
predominante en la ciencia económica es que no son reconciliables, entre otras cosas,
porque se afirma que mientras la economía es una ciencia, la ética es un concepto
filosófico y hasta se considera que puede ser ideológico».
Que mueve la vida empresarial, y si el texto está dirigido a los ejecutivos, quiere
recordarles que la función para la que han sido contratados no es para que se lucren a
costas de la empresa, ni para que la utilicen en otras funciones que no sean propias de
ella, sino que están en función de su máximo beneficio. Acabo de ver la película «Walt
Disney, antes de Mickey» y quiero fijarme en un dato que me parece significativo,
independientemente de las peripecias por las que tuvo que pasar para que sus ideas
tuvieran alguna relevancia, la película quiere dejar en claro que sólo pudo ser posible por
el equipo con el que contaba, de repente únicamente la idea no es suficiente para que
una empresa tenga éxito, sino que es igualmente importante contar con un grupo de
personas que se comprometan en concretar dicha idea, desde este punto de vista tiene
razón I. Camacho cuando apunta que «no puede entenderse la empresa sólo desde su
relación con los propietarios, puesto que otras personas ponen algo muy importante de su
vida en ella». Evidentemente ambas posturas son unilaterales, porque sólo puede haber
empresa en la medida en la que confluyen ambas realidades, realidades que además son
simétricamente importantes, por lo tanto, la empresa, para que sea exitosa tendrá que
estar al servicio también de los trabajadores. Todo lo anterior significa que la idea de
gestión de la empresa ha cambiado.
Una empresa es una realidad constituida por una pluralidad de roles. Esto implica que
todos los que integran la empresa son, proporcionalmente, responsables por buen
funcionamiento, no sólo son los propietarios los responsables de su éxito, sino que lo son
cada uno de los stakeholders, desde el lugar que ocupan dentro de la empresa. Desde
esta perspectiva, se concibe a la empresa como un conglomerado de personas de tal
manera que, como lo señala I. Camacho, «lo que en primer término se contempla es el
conjunto de personas que la componen». Disney, el logro de una finalidad depende de un
grupo de personas, y si tenemos presente que se trata de personas, lo sano es tratarlas
como personas. Es decir, esencialmente, la empresa tiene como nota suya su dimensión
ética, la ética no es un agregado, una moda, etc., sino lo que da cuenta con ultimidad de
su realidad.

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