pudiendo participar todos en las asambleas y en las deliberaciones porque uno de los principales objetivos de este tipo de democracia es la igualdad de las personas, intentando hacer desaparecer las diferencias económicas, sociales o culturales.
La concepción deliberativa de la política pretende
encontrar una manera de superar el impasse entre el liberalismo, que defiende la superioridad de los derechos humanos individuales, y el republicanismo igualitarista, que defiende la primacía de la soberanía popular.
Las democracias deliberativas hacen referencia a
alternativas que fomenten la deliberación y la justificación públicas en la toma de decisiones políticas, incentivando el crecimiento de las redes de conversación política entre representantes y representados para disminuir la distancia entre ambos.