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Oise i | BARRANQUIBLA - a2 (novEba) rt (1938), El del edi (1952)y Erp artin nies del Premio #580 en 1963, poblisx ¢d2cn 1965), Vii algun javentad Burangulla 2152 ‘ese Antonie Osorio izarazo CCleci Lagoa Fantrica © Prisena eerease an Lacuna L gots cetulne de 2041, Prostena ssc “pops Deg, Berean 1932 over tHANSCRIFCAN YO Laguna ibe Bouine sorroniat File Gonsile Irae ovat Sebasin Lapidus Serpe Escobar Taonzan rial Kipees Td Imreo tn Colonia Printed in Calombia [aeacba a pla com el comsarnieneny elapoye dels reer del are a ediin de et ir pli altar ajar minis de cee ipgrifco anlar el mando deaguaoesgnos de pancacin. Ea Soatele accion Barranquilla 2132 J. A. Osorio Lizarazo COLECCION LAGUNA FANTASTICA La ligera avionesa descendis casi vrticalmente sobre las rui- nas del edifcio que minutos antes de la explosién elevaba su mole sobre las aguas obscuras del Magdalena. Del diminuro aparato aéreo, detenidlo suavemente dentro del radio que la policia habia vedado al piblico, surgi el rostro conocido deJ. Gu, el zep6rter principal de El Sol —,Oera explosion misteriosa? Bl jefe dela polica, que dirigia el salvamento de los cada. weres se apresuré a responderle: Nadie sabe eémo se origins Fledificio se derrambé como sihubiera sido de arena. Gracias su situacién aislada no se pro- dlujeron mis desgracias, pero los Fragmentos de la consteucciSn hhan saltado.a gran diseancia. Yo creo que esto iene conexién con las explosiones ocurridas en Nueva York y en otras eapitales —Enronces,en su concepto, esto es un crimen? —Obramos de acuerco con la policia de otras ciudades, Nos agicamos frente a un misterio casi insoluble, Se escuchaban lamentaciones de los heridos. Las ambu- Jancias recorrfan répidamente el lugar del earaclismo y regre~ saban alas clinicasflotantes. Bl cielo se habia cubierco de avio- nnetas, situadas a gran altura, de acuerdo con las disposiciones de trifico, para no entrabar el movimiento de los vehiculos de emergencia. Algunos descendian a larga distancia del si- niestro y sus ocupantes venian a engrosar las filas de curiosos, atraidos de leianos lugares por el esteépito de la explosién. El edificio destruido tenia seis pisos, destinados a habita- ciones particulates. En aquella hora de incenso trabajo urbs- no, estaba casi vacio y apenas comenzaban a llegar los habi- antes, que, sin embargo, tarmpoco podian aproximarse para no obstaculizar su labor de salvamento, Sélo quedaban en pie algunas murallas ennegrecidas, que ostentaban sus osamen- tas de acero desarticuladas y retorcidas, J. Gu se dirigié de nuevo a su avioneta, Habia en ella un aparato semejantea las antiguas miquinas de escribir. Sincro- nnizé la honda que cortespondia a la imprenta de su periédico yempezs a redactar la informacién. Las teclas, al ser oprimi- das, iban moviendo otras tecas corresponclientes en los mo- desnos radio-tipos, por un procedimiento que tenia puntos de contacto con el sistema de telegrafia Hughes, que constituys una novedad a principios del siglo xx, En los talleres del dia- rio se eercia en aquel momento una complicada actividad me- cénica, En el instance en que el repértersincronizaba su onda, tun timbre colocado cerca a los radio-tipos anunciaba que las, miquinas comenzaban a trabajar. Se establecian aucomict famente contactos elécrricos y los lingotes iban saliendo con rapilez, se situaban en alineadores que al estar lenos se movi- lizaban hacia las mesas de armada, donde el tnico obrera que ‘tendia los talleres cooperaba en fa confeccién de las piginas Cuando estas estaban cerminadas, la simple opresion de un bocon elécctico las conducta por medio de eatriles la tocativa yy su contacto con la méquina cerraba el circuito de los moto Fes, que echaban a andar. Al propio tiempo una sitena, tam- bign aucomética, anunciaba al pico la aparicién de la nueva tdicidn, que era vendida por medio de tubos neuméticos que pareian de las oficinas y terminaban en diferentes sectores de Ja ciudad. Habia sido abandonado todo el siscema primisive dd los antiguos periddicos que tequerian gran cantidad de co- Iaboradores, que s6lo podian publicar sus informaciones dos o tres horas después de ocurrido el sucese. El repérter obruvo ademis numerosas forografias. El milacién debe inctducieseme 4 Tos pulmnones una Fuerte cantidad de ate caliente El doctor Var prorrarspié en una exclamacién emocionadas Vive! Los periodistas se precpitaron hacia la mesa de matmol El suetpo, que anzes presentaba una lividez de maril omen- aba a adquiti renues coloraciones. La sangre parecta dilutse bujo el influjo dl aire célido que penetraba a los pulmones. Uno de los ayudantes comaba el pulso y bajo sus dedos se agi- taba una tenue palptacién de vida —iElcorazén empieza a late! La expecracin de los testigos de este acontecimiento adquirfa contornes de angustia. Los ojos se clavaban con tuna curiosidad enfermiza sobre el rosero inmévil, cada vez sas sonrorado, El doctor suspendis la inyeceién de aire caliente y con un paie &spero se puso a Friccionar fuette- mente los miembros inméviles. Las articulaciones se ha- ‘ian flexbles y poco a poco, ance el asombro de los crcuns- tantes, aquel cuerpo rornabsa a la vida, El doctor coments con voz exaltada: —Debemos a la explosiéa este descubrimiento que des- virutia rodas as conclasiones de [a biologa. Alabemas los or genes de aquel siniesto, que nos ha puesto en contacto con la tikxima posiilidad cientffica de los ileimos tempos. El primer movimiento espontineo seefeezas en los pirpa- clos. Se agiraron levemente, se oprimnieron con Fusr2a, se entte- abrieron ya través de as pstafas pudo verse la popla brillant. Por fn seabrieron por completo y ls ojs efectuaron un ligero ‘movimiento de roracion, que patecié fatigue al revivido, TranscursiS ot media hora durante la eval el hombre de co siglo parecia dormido. La emocién habia paralizado todas las _pagantasy nadie se atrevéa a pronunciar una palabra, Fra reali- ‘acién de un milagro inverasimil que superaba rodas la perspec tras y que habla sido considerado hasta entonces como una fan- ‘asia iteatizable, Un hombre habla regres del precio y ra consigo las sensaciones, los principio, los conocimiensos de una edad extinguida, Por fin el doctor habl6 con vor estrangulad: —Sile inyectiramos un poco de suero... Bajo la influencia del liquido nuericivo que penetré a ka sangre ya en ciculaci6n, la vida se presenté definicivamente El hombre abeié del todo los ojos, los fj6 con mirada incierta en aquellos que lo rodeaban y agité los miembros con leves rmovimientos canteictils, —No ha tornado ain la actividad mental— concepeus ldoctor Var. En efecto, el resucitado parecta no darse cuenea de nada, [Neo hizo ninguna intencién de hablar, ni uno solo de sus mo- vimicntos indicaba que comprendia su retorno ala vida. — Pero lograré recuperar la razén?— pregunsé con ane a uno de les periodiseas, —Debemos esperar. Es posible que actualmente se esté jundo una reaccign ansiosaen as ideas, Tal vez el milagro spermanezca inconchaso, Pero la actividad vegetativa y ain la animal pareefan haber rgd por complete. Los movimentas se hacan ms preisos indicaba que en las eontracciones musculates presi el 9, cuando no a voluntad. ELhombee se mpi los oj, res ruidosamence, movié ls peenas y tat de incoeporarse. Sa permanecia perdida ene vaio, como la de los ciegos. = :Quicten ustedes mantener en reserva todavia el ex mento que acaba de realizarse?— sugiri el doctor Var periodisess. Si usted lo juzpa conveniente, fo haremos, Les proméco un informe documentado sobre todo Peto antes quiero ver si este hombre recupera la razn. 490 cle veinticuarro horas podré comunicatles codes mis vaciones. Seré este uno de los mis sensacionales aconte- tos de la Epoca. "Todavia los periodisras contemplaron largamenteal hom- ‘evo que incentaba ponerse en pie. Lo llevaremos a un lecho donde lo rararemos adecua- nse, Me consagraré de manera exclusiva ad Por fin, J. Gu y M. Ba partieron. Sus avioneras, que in quedado en Ia tetraza de [a clinica, marchaban a distancia y por fin se detuvieron sobre el décimo piso Vedificio de E! Sol. Descendieron por los répides ascensores, cuyo movi ‘iento se iniciaba con la simple presidn de los cuerpos que los ocupaban y se encontraron en Iz calle. Ahora las calles no constituian el peligro absurdo que entrahaban en la era del automévily s6lo transitaban por ellas los peatones que no encontraban ningin obsricula que pusiera en peligro sus vidas. Todo el réfico comercial e individual se hacia por el aire y las calles eran simples lugares destinados al paseo o al traslado a cortisimas distancias. El asombro del aconcecimiento que acabzban de presenciae los habia liecho enmadecer y cade uno meditaba en Is tealizacién de aquel verdadero milagro cientifico. La explosién habia pasado a un segundo lugat y habfan olvidado las sensacio- rales informaciones publicadas en las wlsimas ediciones de sos peribdicos. De vez en cuando llegaban a sus ofdos Ts sonidos metilicos de esos anticuados aparatos de ra: dio que fueron la delicia y el regocijo de la humanidad doscientos afios antes y que atin preeendfan sobrevivie al progteso como ocurriera antes con los cochecitos de ca- ballos los vigorosos animales cuya especie cooperé indu- dablemente en los siglos preeéritos al establecimienco de la civilizacin y que ahora se habian extinguido hasta el punto de que solo restaban algunos ejemplares en los jar- dines zool6gicos. Las estridencias musicales herian de cal manera los oidos ce fos paseantes que fue preciso cambiar de ruta. Como si deliberadamente se hubieran abstenido de ratar sobre la tcascendencal resurteccién, J. Gu procu- 16 desviar el pensamiento: — ;Cime podeian vivie las gentes de aquella época, ime aias de ruicos,prevendienda divertnse con estos soni- Tnsblivs y desgaeradoces? Y sin embaigo parece que el enloquectd de vanidad alos hombres que pensacon ha- hecho un gran descubrimieaco, Detesto por anaccéaicos aparatos y he pensado en sugerit que sean incinerados pocos que resan. ero un penssmiento primordial imperaba en sus men- Los formalS M. Ba = hogeaeérecuperar la razén? + iodiseas amigos descendieron al salén dle recibo del clinico. Hallsbase este en compatia del setornado a que parecia distruear del completo goce de sus faculea- speradas durante las veincicaacro horas que acababan Estoy soxprendido, amigos rsfos—les dj el doctor al =Bste hombre posee sus sentidos normales y nada de jomia ha padecido durante la prolongada suspension actividad vial desconocido cio su nombre: Juan Francisco Rogers. 4e aproximé a los periodistas extendiendo la mano, viejo ademin galance. Pero ellos lo miraron sonrien- lego murmuraren: | —Asies. Una cinica tance... Hldoctor me ha dicho algo: Pero doctor es demasiado silencioso..,. No lo digo como censu~ doctor. No. En absoluro. ;Quiere usted excusarme? No lo a incerpretar mal. Serna” pensaban lo peioies —sedsloshom- dle aquella Epocs? Qué enojaso su comportaniesto! Lego le explicaron con fases breve Toque era una clinica ne. Era un vasto edifcio de acer a ciera distancia de la a, rodeado de ardines artfcials yeapaz de soporcar sodas tormentas.Se habian descubierto raras cualidades curativas Jos ares salinos del mary el doceor Var traraba de compro- la vieja ceoria de que toda va habia surgido dl mat. Rogers pregunté el nombre de sus nuevos amigos. Ha- ‘labs un espaol antigo, de dificil intespretaciin, despojado Jos acentos guturales que entonces lo caraccerizaban y que “eran la manifesracién de una tendencia hacia la universali- facién del Iengusje, impuesta por la aproximacién de todos Ios pucbls. Peo ahaa esender baste bien, porgue lo cial del idioma perseveraba. ee apregunade Rogers de acuerdo con ls cores soca, ‘era de mal puso. Mas era imposible sustrarse a su curisidad, Debiatenere en cuenta que aquel hombre regresaba del pasado. —J.Gu. —M. Ba Ni le ofrecieron la mano, ni se pusieron a sus érdlenes. FEsvo causé sorpresa al recién venido.;Cémo habjan degene- rado las costambrest —Parece que en aquel tiempo se acostumbraba a dar mano pata solemnizar todo act. ensaron en el ridiculo que harfan dos hombres tominl dose la mano, sosteniéndola durante un rato, sacadiéndal quizis y quisieron probarlo. El hecho les parecié mis gr tesco ain. Rogers les sacudi vigorosamente la mano y, sn a menor precatcién higiéniea, efeceus el eanracto con los dos amigos. Al propio tiempo hacfa inclinaciones y venias y no Jograba mantener la seriedad reservada ysilenciosa, sin movi= ‘mientos superfluos, que imperaba enconces. —;Civinra agitacién!;Cuanta pérdida de fuer2a muse lay simplemente, para la realizacién de un hecho tan sencilla ‘como ¢s la pronunciacién de un nombre propio!— se decian. El mético no forrmulaba procesta interiores. Observabay, pposeido de una curiosidad que:no se habia amenguado, las cae tacteristicas de la gence que habieé a Barranquilla doscientos alos antes, Era indudable que existfan detalles, de apaciencia spenas visible, que consttuian wna lena evoluci6n hacia for mas de mayor relieve incelecrusl. —Bstos sefiores lo llevarin por la ciudad — dijo el médi- co. —Le mostrarin las reansformaciones de la civiizacin. Los periodistas oftecieron satisfacer ampliamente esta comisin. Tales palabras fueron objeto de oer serie de genu- flexiones de frases de ciida getieud por parte de Rogers, — Gracias, Machas gracias. Canto les voy a agradecer. tealidad, estoy desconectado de todo esto, Hasta ahota slo he visto del mundo el mar, El mar que puede aleanzarse por esta ventana, Segin entiendo, estamos en tna dinicaflotante. Incerroge: Pero esos apelldos son nuevos. En mi tiempo no exis- tian, Son ustedes, aaso, de ascendencia china? Dentro de ciccunstancias normals, al ineerogacs ubie- ‘a sido impercinence.;Cémo se lebana preguneae aun hombre antecedente familiares! Sin embargo dispuestos acepear en at ‘ecaidad as impertinenciasy las indiscreciones de la épocapre- tére.a que peetenecia aquel hombre, bre todo, preocupados por instruiro sobre las nuevas cosrumbres, le explicaron: ‘Vers usted. Si digramos nuestros nombres de hace un centenar de anos, este seior se llsmaria Jorge Gusiéeeez y yo Manuel Barreto. Podriamos agregar otros apellidos alos nues- tres, Pero ahora rendemos ala simplifcacin. Hemos abolido todo lo superfluo en ademanes, palabras y movimientos. Pata ruestras relaciones sociales somos simplemence J. Gu y M. Ba, Para los atos oficiales, Hevames el nimero de nuestra cé- lula de identidad, El sefor es 26543 y yo 38693. —Pero se presta a muchas confusiones.. —Por lo que hemos podido apreciar, ustedes complica- ban en exceso la vida... En las obras antiguas que conocemos existen curiosidades y forrmulismos sorprendentes. Es indu- cable que la civilizacién nos ha hecho ganar mucho.

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