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Capital Social y Contable
Capital Social y Contable
Capital social, es el importe monetario, o el valor de los bienes que los socios de una
sociedad (entendida esta como una empresa, conjunto de bienes, sea sociedad limitada,
anónima o comanditaria en sus diferentes versiones) le ceden a ésta sin derecho de
devolución y que queda contabilizado en una partida contable del mismo nombre. Lo
que identifica los derechos de los socios según su participación y, asimismo, cumple
una función de garantía frente a terceros dado que constituye punto de referencia para
exigir la efectiva aportación patrimonial a la sociedad y la retención del patrimonio
existente hasta cubrir la cifra del capital social repartiendo entre los socios la diferencia
restante de los beneficios de la sociedad. Es una cifra estable, a diferencia del
patrimonio social, cuya cifra variará según el buen funcionamiento de la compañía
mercantil. En caso de sucesivos resultados negativos puede que se vea afectada,
considerando excepcionalmente la quiebra, cuando el patrimonio social es negativo y
por lo tanto no hay recursos suficientes en la empresa para poder atender sus
obligaciones ante terceros.
El capital social es un recurso, pasivo que representa una deuda de la sociedad frente a
los socios originados por los aportes que éstos realizaron para el desarrollo de las
actividades económicas contempladas en el objeto social. Esta cifra permanece
invariable, salvo que se cumplan los procedimientos jurídicos establecidos para
aumentar esta cifra o disminuirla.
Sin embargo, en términos jurídicos, capital social es una cifra del pasivo de la sociedad
que indica una deuda de la sociedad frente a los socios. Desde el punto de vista
societario el capital debe ser devuelto, algún día por la sociedad a los socios.
Por otro lado, Patrimonio Social es el conjunto de todos los activos y pasivos de la
sociedad, que varían constantemente durante la vida social.
Asimismo, se entiende al Patrimonio neto o Patrimonio Líquido como la diferencia
efectiva entre el valor de los activos y el de los pasivos a una fecha determinada.
No obstante, la cifra de capital también tiene gran relevancia desde una óptica jurídica,
puesto que ésta garantiza a los acreedores que cobrarán las deudas que la empresa
contrajo con ellos aun en condiciones desfavorables para la entidad, puesto que, en
principio, la cuantía de capital se hallará materializada en activos.
A fin de que así sea, nuestra legislación mercantil trata de mantener la integridad del
capital de las sociedades; sin embargo, si la empresa ha atravesado por ciertas
situaciones que la han descapitalizado, intenta que la cifra de capital sea lo más acorde
posible a la realidad, es decir, a los activos con los que efectivamente cuenta.
Para analizar la problemática contable de las cuentas de capital, como regla general se
hará referencia a las sociedades anónimas, ya que éstas constituyen la organización más
completa y son el prototipo de sociedades mercantiles, sin perjuicio de las referencias
necesarias que se hagan a: las empresas individuales, las sociedades colectivas, de
responsabilidad limitada, etc.
En las sociedades anónimas, el capital social está dividido en una serie de partes
alícuotas que se denominan acciones, «Inversiones Financieras (I)» , si todas las
acciones tuviesen el mismo nominal:
En la tercera parte del Plan se señala en relación a la cuenta 100, «Capital social»:
«Tratándose de sociedades anónimas y comanditarias por acciones se registrarán en la
forma que las mismas tengan por conveniente, mientras se encuentren en período de
suscripción y no se haya procedido a la inscripción en el Registro Mercantil».
Por lo tanto, en la constitución de este tipo de sociedades se pueden distinguir tres fases:
• Los desembolsos efectuados por los accionistas:
Tesorería (57)
Los asientos anteriores se podrían haber refundido en un único asiento, que tendría la
siguiente estructura:
Tesorería (57)
Nuestra legislación exige desembolsar como mínimo la cuarta parte del valor nominal
de cada acción en el momento de la suscripción, por lo que es necesario la utilización de
unas cuentas de activo para registrar el derecho que la empresa tiene sobre los
accionistas por la parte no desembolsada.
EJEMPLO 1
El día 1 de octubre del año X1 se constituye la sociedad anónima «CORTES DE
TAJUÑA, SA», con un capital social de 100.000 u.m. dividido en acciones de 10 u.m.
nominales. Los accionistas aportan en el momento de su constitución el 25 por 100 del
nominal de cada acción. Posteriormente, los administradores exigen un dividendo
pasivo del 75 por 100, que es atendido en su totalidad.
Se pide:
Por la emisión:
Por la suscripción:
Concepto Debe Haber
En este caso, la cuenta 190, «Accionistas por desembolsos no exigidos», tiene un saldo
deudor de 75.000 (10.000 x 10 x 75%), y si se elaborase el balance de esta empresa
figuraría en el activo por ese importe.
También es posible que la cuenta de «Capital social» esté financiada con aportaciones
en especie. Así, nuestra legislación mercantil prevé la posibilidad de hacer entrega de
aportaciones no dinerarias, exigiendo en este caso un informe de un experto
independiente designado por el Registrador Mercantil de la valoración de la aportación
no dineraria.
EJEMPLO 2
Se pide:
Concepto Debe Haber
En los ejemplos anteriores, el 75 por 100 del valor nominal pendiente de desembolso se
ha exigido y desembolsado totalmente, pero puede hacerse a través de varios
desembolsos parciales.
Tesorería (57)
Las acciones propias forman lo que, normalmente, se conoce como auto cartera. Por
ejemplo, se constituye una sociedad anónima que cumple todos los requisitos exigidos
legalmente, con un capital social formado por 10.000 acciones de 10 u.m. de valor
nominal cada una, emitidas a la par (al 100%), que son suscritas y desembolsadas al 100
por 100 en el momento de la constitución de la compañía. El asiento que se realizará
será:
Activo Pasivo
Bancos, c/c a la vista Capital 100.00
80.000
social 0
Acciones propias en situaciones
20.000
especiales 100.00
Total
0
100.00
Total
0
Se puede observar que, aunque el capital social sea de 100.000 u.m., su representación
real en el activo del balance asciende a 80.000 u.m. Es decir, que una auto cartera
elevada lleva a una situación peligrosa a la sociedad, pues en definitiva representa
fondos propios que han salido fuera de la sociedad. Nuestra legislación no prohíbe esta
situación, pero sí que la regula y establece unos límites para la misma. Así, el artículo
75 del TRLSA permite la adquisición de acciones propias si se reúnen los siguientes
requisitos:
EJEMPLO 3
La sociedad anónima «ANTI, SA» posee un capital social formado por 100.000
acciones de 5 u.m. nominales y reservas voluntarias por importe de 180.000 u.m. La
Junta General acuerda adquirir el número de acciones propias, máximo permitido
legalmente, al precio de 6 u.m./acción.
Se pide:
Registrar contablemente la compra de acciones propias.
Si «ANTI, SA» cotiza en Bolsa, el número máximo de acciones que podrá adquirir será:
Si la adquisición de las acciones propias hubiera infringido alguno de los tres requisitos
iniciales, la sociedad debería vender su autocartera o reducir capital social en el plazo de
un año. La inobservancia del cuarto requisito produciría la nulidad de la operación.
EJEMPLO 4
«ANTI, SA» infringió los términos convenidos en la Junta General para la compra de
las acciones propias. Ante esta situación, opta por:
Se pide:
A la vista de los hechos descritos, efectuar las anotaciones contables que procedan.
Caso 1
Concepto Debe Haber
Caso 2
CAPITAL SOCIAL:
Pero podemos expresar que el capital contable se usa precisamente en la sección del
balance general para distinguirla de la partida de capital social, la cual representa la
aportación efectuada por los accionistas de la empresa. Existen varios conceptos:
3. Otro concepto es lo que representa todos los recursos de que dispone una entidad para
la realización de sus operaciones y han sido aportados por fuentes internas de la entidad
(dueños o propietarios, socios o accionistas), por lo que surge la obligación de la entidad
para con ellos de retribuirles, en efectivo, en bienes, en servicios, en derechos, o bien,
sólo tienen un interés residual en la empresa.
Donaciones: son las contribuciones en efectivo o en especie que realizan los
accionistas. Las donaciones que reciba una entidad deberán formar parte del
capital contribuido y se expresará a su valor del mercado en el momento en que
se percibieron, más su actualización.