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TEMA: A2B2.

Flujo de Materia y Energía

Definición del flujo de materia y energía en los


ecosistemas
Todos los seres vivos que habitan en un ecosistema necesitan materia y energía
para ejecutar sus funciones vitales y, así, desarrollar sus ciclos de vida. Los seres
vivos de un ecosistema se agrupan en niveles tróficos según la forma en la que
obtienen materia y energía, distinguiendo los siguientes niveles:

Productores: formado por organismos autótrofos encargados de captar y usar la


energía solar para transformar la materia inorgánica en orgánica.
Consumidores: son los organismos heterótrofos que se alimentan de los
productores obteniendo así la materia y energía necesarias. Estos se dividen
en consumidores primarios, consumidores secundarios y consumidores terciarios,
según su relación de depredación.
Descomponedores: el grupo de los organismos descomponedores incluye las
bacterias y hongos que descomponen y transforman los restos orgánicos e
inorgánicos en materia que será posteriormente usada para los productores.

De esta manera, la energía fluye en un ecosistema al ser captada y fijada en


forma de materia por los productores e irse transfiriendo a niveles tróficos
superiores, siempre a través de relaciones de depredación, dando lugar al flujo de
materia y energía de los ecosistemas.

Cómo es el movimiento de energía dentro de un


ecosistema
El sol es la principal fuente de energía para la mayoría de los ecosistemas del
planeta Tierra. Pero, si el sol da la energía necesaria. Este es el proceso:
1. La energía solar es absorbida y fijada en materia mediante fotosíntesis por
los productores, componentes de la base de la cadena trófica; la energía
fijada mediante el proceso de fotosíntesis equivale solo el 1% de la
cantidad total de energía solar que llega a la superficie terrestre.
2. Esta energía, junto con la materia en forma de biomasa, es transferida en
los siguientes niveles tróficos hasta llegar a niveles superiores con una
eficacia de entre 10-20% entre un nivel y otro, dando lugar al flujo de
materia y energía del ecosistema.
3. La energía dentro de un ecosistema se va disipando a medida que avanza
por el ecosistema, es decir, es poco a poco liberada al medio en cada
nivele trófico en forma de calor a través del proceso de respiración celular.
Estas pérdidas de energía entre los diferentes niveles tróficos limitan la
longitud de las cadenas tróficas y la biomasa que alcanzará los niveles
tróficos superiores. De esta manera, el flujo de energía en un ecosistema
es unidireccional, es decir, avanza en dirección única desde los
productores hasta los niveles tróficos superiores.
4. Por el contrario, la materia que resulta de cada nivel trófico (cadáveres de
seres vivos, restos de sus organismos, excrementos, ramas, hojas secas)
se va acumulando en el suelo y queda a disposición de los organismos
descomponedores que, a su vez, también liberan la energía en forma de
calor al medio.
5. Estos descomponedores se encargan de transformar esta materia orgánica
y devolverla al medio en forma de materia inorgánica, la cual será otra vez
utilizada por los organismos autótrofos para entrar en la red trófica. Por lo
tanto, se distingue un ciclo de materia cerrado y flujo de energía
unidireccional.

Unas de las características del flujo de energía en los ecosistemas más


importantes es que, por un lado, la energía no se crea ni se destruye, solo se
transforma y que, por otro lado, este cambio de forma conlleva una pérdida de la
energía en forma de calor.

Ejemplos del flujo de energía en los ecosistemas

La estructuración de los ecosistemas en niveles tróficos y su flujo de energía


ocurre de manera parecida tanto en ecosistemas terrestres como marinos, con la
excepción de algunos organismos marinos que no usan el sol como fuente de
energía. Para dejar claro el concepto tratado en este artículo nos centraremos en
el sistema terrestre y, específicamente, en el ejemplo de red trófica del bosque.
Por lo general, en un bosque se pueden identificar los siguientes componentes de
la red trófica:
 Productores: los árboles, los arbustos y las plantas.
 Consumidores primarios: los conejos, los ratones y las ardillas.
 Consumidores secundarios: desde el zorro al halcón.
 Carroñeros: los zorros y los buitres.
 Descomponedores: los insectos, los hongos y las bacterias, entre otros
microorganismos varios.

Flujo de energía en la red trófica del bosque

1. El agua y las sales minerales presentes en el suelo son absorbidas por las
raíces de los árboles y plantas, para ser transportadas hasta las hojas
donde, junto con el CO2 y la energía capturada del sol, se fabrica la
materia orgánica por el proceso de fotosíntesis.
2. Estas plantas serán consumidas por los consumidores primarios.
3. Estos, a su vez, serán consumidos por sus depredadores, los consumidores
secundarios y terciarios que depredan a los niveles inferiores.
4. También, las hojas que se desprenden de los árboles y plantas, las ramas,
los frutos, etc., se van acumulando en el suelo del bosque y, los
descomponedores, serán los encargados de transformar la materia
orgánica en nutrientes inorgánicos. Estos nutrientes, serán nuevamente
absorbidos por las raíces de plantas y árboles, empezando de nuevo el
ciclo.

La energía que se pierde a lo largo de la cadena trófica,


¿a dónde va a parar?

Los ecosistemas pierden energía en forma de calor, ya que los organismos vivos
no pueden convertir el calor en otras formas de energía. El calor derivado del
proceso de respiración celular da lugar a un aumento de la temperatura de los
organismos, fenómeno que puede ser muy favorable para organismos de sangre
fría, ayudándoles a ser más activos. Aun así, y según las leyes físicas de la
termodinámica, el calor se transmite de cuerpos más fríos a más calientes. De
esta manera, con el tiempo, el calor producido por los organismos será disipado
en el medio o entorno. Esta puede restar cierto tiempo dentro del ecosistema, pero
al final, se acabará perdiendo.

Qué son los ciclos biogeoquímicos

Los ciclos biogeoquímicos o ciclos BGQ son procesos que garantizan el constante


reciclado, a mayor o menor velocidad, de aquellos elementos que son
estrictamente necesarios para la vida y nuestra supervivencia (nutrientes),
mediante la conversión del estado orgánico al mineral y viceversa.

En estos ciclos de la naturaleza, macronutrientes y micronutrientes que


constituyen la materia inorgánica presente en nuestro entorno (aire, agua o suelo),
son incorporados a los organismos como materia orgánica, a través de los
procesos metabólicos y, posteriormente vuelven al medio natural, en su forma
inorgánica.
Los macronutrientes (C, H, O, N, P, S) constituyen más del 95% de la biomasa del
conjunto de seres vivos y son aquellos elementos que nuestro cuerpo requiere en
grandes cantidades para su desarrollo, mantenimiento y reproducción.

Aunque también son esenciales, a diferencia de los macronutrientes, los


micronutrientes tienen una presencia menor en el organismo. Algunos ejemplos de
ciclos biogeoquímicos en micronutrientes son: el hierro (Fe), el cobre (Cu), el zinc
(Zn), el cloro (Cl) y el yodo (I).

Tipos de ciclos biogeoquímicos más importantes

Los ciclos biogeoquímicos más importantes son el ciclo hidrológico, el ciclo del
nitrógeno, el ciclo del carbono, el ciclo del oxígeno, el ciclo del azufre y el ciclo del
fósforo.

En la naturaleza hay recursos que son limitados, por lo que estos deben ser
reciclados para evitar que se agoten y que desaparezca la vida en la Tierra.

Por esta razón, es necesario que estos ciclos sucedan para que cuando un
organismo vivo muera, los elementos o sustancias químicas que se generan
durante su descomposición puedan ser aprovechados y depositados en la tierra a
fin de que después otros organismos puedan aprovecharlos.
En consecuencia, los ciclos biogeoquímicos son muy importantes para el
desarrollo y continuación de la vida en el planeta.
No obstante, la actividad del ser humano puede intervenir, por diferentes razones,
en estos ciclos, y acelerar o retrasar el uso de estos recursos.

Cabe destacar que los ciclos biogeoquímicos se realizan gracias a la energía que
fluye abiertamente en el ecosistema, y que se obtiene de manera directa o
indirecta del sol.

Ciclo hidrológico o del agua

El ciclo del agua, también conocido como ciclo hidrológico, es el proceso de


transformación y circulación del agua en la Tierra.

El ciclo del agua consiste en el traslado del agua de un lugar a otro y sus cambios
de estado físico, líquido, gaseoso y sólido, según las condiciones ambientales.

El agua se encuentra distribuida en los mares, ríos o lagos en estado líquido; en


los glaciares de los polos y las montañas en estado sólido, y en las nubes, en
estado gaseoso.
Ciclo del nitrógeno:

Se denomina como ciclo del nitrógeno a cada uno de los procesos biológicos (de
plantas, animales y microorganismos) y abióticos (de la luz, pH, características del
suelo, entre otros) en que se basa el suministro de este elemento en los seres
vivos.
El nitrógeno es un elemento químico que se desplaza lentamente a través de un
ciclo mediante el cual puede ser absorbido tanto por los seres vivos (animales y
plantas), como por el aire, el agua o la tierra.

Por ello, el ciclo del nitrógeno es uno de los ciclos biogeoquímicos más
importantes para mantener el equilibrio de la biósfera terrestre.
Cabe resaltar que el nitrógeno es el elemento químico de mayor abundancia en la
atmósfera y un elemento básico para los seres vivos porque permite elaborar
aminoácidos, ADN y proteínas.
Sin embargo, un buen porcentaje de los seres vivos no lo pueden aprovechar sin
haber realizado el ciclo, excepto microorganismos especializados, como las algas
o las bacterias.

En consecuencia, para que el nitrógeno pueda ser absorbido por los seres vivos,
deben intervenir los vegetales y las bacterias que se encargan de fijar el nitrógeno
para incorporarlo al suelo para que así pueda ser aprovechado por los animales y
plantas antes de que se convierta en nitrógeno gaseoso y regrese a la atmósfera.

El ciclo del nitrógeno consta de varios procesos que deben realizarse para que
el nitrógeno pueda ser aprovechado por los seres vivos.

Ciclo del carbono:


El ciclo del carbono es la forma en que el carbono circula a través de la
atmósfera, los océanos y de la superficie e interior de la Tierra a través de
procesos químicos, físicos, geológicos y biológicos llamado ciclo
biogeoquímico.
El carbono está presente en todos los elementos en la Tierra, por lo tanto su
ciclo es vital para la renovación, recomposición, alimentación y sobrevivencia
de todos los seres y materias no vivas en la Tierra.

En el ciclo del carbono, el carbono se transfiere o se mueve entre los cuatro


reservorios donde se encuentra en diferentes estados:
 Atmósfera, donde se encuentra en forma de dióxido de carbono (CO2)
al juntarse con el oxígeno en forma de gas.
 Biósfera terrestre, se encuentra en los elementos que componen los
ecosistemas terrestres y costeros, en la materia orgánica no viva, y en el
suelo.
 Océanos, forma parte de la hidrósfera, se encuentra en el carbono
orgánico disuelto, en los organismos marinos y en las materias no vivas.
 Sedimentos: forma parte de la geósfera, se encuentra en los fósiles y
los combustibles fósiles.

Un ejemplo del ciclo del carbono comienza con el dióxido de carbono en la


atmósfera, el cual es absorbido junto con la luz solar por las plantas en el
proceso de fotosíntesis para su crecimiento y alimentación.

Cuando las plantas mueren son absorbidas por el suelo que, después de
millones de años, transforma el carbono en fósiles y combustibles fósiles
como el carbón, el petróleo, el gas natural y el gas licuado.

Cuando usamos estos combustibles fósiles, el carbono es nuevamente


transformado, entrando en la atmósfera como dióxido de carbono.

Las plantas también mueren al ser comidas por los animales. Los animales
transforman el carbono de las plantas en azúcares. La respiración del animal
devuelve el carbono a la atmósfera también en forma de dióxido de carbono.

El ciclo del carbono repite este intercambio con todos los seres y reservorios
donde se divide en un ciclo rápido o biológico y un ciclo lento y geológico.
Vea también Carbonización.
El dióxido de carbono es el gas que ayuda a crear el efecto invernadero,
reteniendo el calor en la atmósfera y evitando que la Tierra sea un planeta
congelado. Lamentablemente, las emisiones han aumentado en más de 30%
de lo necesario por el uso indiscriminado de los combustibles fósiles y las
emisiones de las industrias.

Ciclo del azufre:

El ciclo del azufre se refiere al ciclo biogeoquímico mediante el cual este


elemento químico se puede encontrar en la naturaleza en sus diversas formas,
como por ejemplo, el sulfato.

El ciclo del azufre es considerado uno de los ciclos químicos más complejos de
la naturaleza ya que en su recorrido, por los diferentes ecosistemas, el azufre
experimenta diferentes estados de oxidación (esto ocurre cuando el
componente químico se combina con el oxígeno).

El azufre, por su parte, es un elemento químico, no metal y el décimo más


abundante en la corteza terrestre, es de gran importancia y está identificado
con el símbolo S. Se caracteriza por ser de color amarillo pálido y tener un
aroma que resulta bastante desagradable.
También, el azufre es un nutriente de gran importancia en la naturaleza, en
especial para las plantas y los animales. Se puede encontrar en el suelo o agua,
formando sulfatos, o mezclado con otros elementos.

Proceso del ciclo del azufre

A continuación, se presenta cómo se desarrolla el ciclo del azufre:

1. En principio, las plantas absorben el azufre a través de las raíces, que se


encuentra en la corteza de la tierra o en el agua en forma de sulfato y
compone las sales o nutrientes necesarios para realizar sus funciones
vitales.
2. Por medio de este proceso, las plantas reducen los sulfatos en sulfuros.
3. Una vez en las plantas y en los vegetales, el azufre pasa al organismo de
los animales herbívoros cuando éstos se alimentan.
4. A continuación, los animales carnívoros se alimentan de animales
herbívoros, razón por la cual el azufre continúa su ciclo y contribuye con
sus nutrientes a estos consumidores.
5. Cuando los animales carnívoros mueren, sus cuerpos quedan en el
suelo y los organismos descomponedores (bacterias y hongos),
convierten sus restos animales nuevamente en sulfato a medida que los
desintegran y los reducen en partículas orgánicas.
6. El azufre presente en los aminoácidos de los cadáveres de los animales
pasa al suelo, que posteriormente se transforma en sulfuro de
hidrógeno gracias a las bacterias y, de esta manera, se enriquece y nutre
nuevamente el suelo.
7. En este proceso el azufre se oxida para producir el sulfato que será otra
vez absorbido por las plantas por medio de sus raíces. De esta manera
se inicia otra vez el ciclo.
El azufre también llega a los suelos a través de las heces de los animales, luego
de su descomposición.

Asimismo, el azufre llega a la atmósfera como compuesto gaseoso como


dióxido de azufre y sulfuro de hidrógeno, gases que son producidos por los
volcanes o incendios y por la descomposición de materia orgánica generada
por las bacterias, tanto en el suelo como en el agua.
En este caso, cuando el sulfuro de hidrógeno está en contacto con el oxígeno
se oxida, de esta manera se genera el sulfato que luego recae en el suelo y en
el agua por medio de las lluvias.

Por el contrario, el dióxido de azufre puede ser absorbido por las plantas
directamente de la atmósfera.

Ciclo del oxígeno

El ciclo del oxígeno es la circulación del elemento oxígeno en el interior y en la


superficie de la Tierra a través de procesos químicos, físicos, geológicos y
biológicos.

La importancia del ciclo del oxígeno radica en lo imprescindible que es este


elemento para la vida en el planeta.
El proceso de transformación de su recorrido se define como un ciclo
biogeoquímico. En este sentido, el oxígeno pasa por mutaciones físicas,
químicas, geológicas y biológicas en el proceso.

Características del ciclo del oxígeno

El oxígeno, como elemento químico, se encuentra en abundancia y en diversas


combinaciones químicas en la naturaleza. Como tal, su forma más común son
gas oxígeno (O2), gas carbónico (CO2) y agua (H2O). Como tal, el ciclo del
oxígeno se caracteriza por ser una combinación de los ciclos: del oxígeno
como gas oxígeno, del carbono como gas carbónico, y del agua en sus distintos
estados de agregación.

El ciclo del oxígeno se manifiesta en dos tipos de procesos: ciclo lento o


geológico y ciclo rápido o biológico.

Los ciclos lentos o geológicos son aquellos que forman parte del proceso
geológico de la Tierra como, por ejemplo, el ciclo hidrológico.

El ciclo hidrológico es el recorrido que hacen dos moléculas de oxígeno junto


con una molécula de hidrógeno por la superficie y el interior de la Tierra, a
través de las etapas de evaporación, condensación, precipitación, infiltración y
escorrentía.
Por otro lado, los ciclos rápidos o biológicos son aquellos que constituyen
parte de los procesos biológicos de los seres vivos.

Ejemplo de ciclos rápidos o biológicos del oxígeno son la respiración que se


manifiesta en dos pasos: la absorción del oxígeno y liberación del dióxido de
carbono. Asimismo, la fotosíntesis también forma parte de los ciclos biológicos
del oxígeno que se resume en los mismos dos pasos que la respiración, pero
absorbiendo dióxido de carbono y liberando oxígeno.

Ciclo del fósforo:

El ciclo del fósforo es un ciclo biogeoquímico de la naturaleza, fundamental


para la vida en el planeta.

Este ciclo describe el movimiento del fósforo a través de una serie de fases
dentro de los ecosistemas.

El fósforo es un elemento químico de la tabla periódica, también identificado


con el símbolo P. Es uno de los elementos más escasos e importantes para el
desarrollo de la vida.
Pasos del ciclo del fósforo

El fósforo es el elemento más escaso, de allí que su presencia sea fundamental


para el crecimiento de los ecosistemas, principalmente los acuáticos.

Se mueve a través de los ecosistemas terrestre y acuático a lo largo de una


serie de etapas.

Ciclo del fósforo en tierra firme

El fósforo es tomado en forma de fosfatos por los seres vivos, gracias al


proceso de meteorización de las rocas, ya que las rocas, al descomponerse,
liberan fosfatos.

Estos fosfatos pasan a través del suelo a los vegetales, y de estos a los
animales que se alimentan de las plantas o de otros animales que los hayan
obtenido, y son devueltos al suelo a través de sus excrecencias.

Ya en el suelo, los descomponedores actúan sobre los excrementos animales,


volviendo a producir fosfatos.

Asimismo, el fósforo también puede ser liberado durante la descomposición


de cadáveres. De allí, pasa a los organismos vegetales en forma de fosfato
orgánico.

El ser humano es también responsable de la movilización del fósforo cuando


explota rocas que contienen fosfatos.

Ciclo del fósforo en el mar

Una parte de los fosfatos llega al mar transportado por las corrientes hídricas
terrestres. Allí son tomados por las algas, los peces y las aves marinas; estas
últimas, al excretar, producen guano, un tipo de abono aprovechado por la
agricultura, rico en fosfato.

Por su parte, en el fondo del mar, los restos de los animales marinos dan lugar
a rocas fosfatadas. De las rocas, se libera fósforo en el suelo, que es a su vez
aprovechado por las plantas y los animales que se alimenten de estas.
El fósforo no toma forma de fluidos volátiles (como sí ocurre con el nitrógeno,
el carbono y el azufre), lo que le permitiría pasar del mar a la atmósfera y de
esta a la tierra.

Por eso, solo hay dos formas en que el fósforo que ha llegado al mar retorne a
los ecosistemas terrestres:

 Por acción de las aves marinas, que lo devuelven a tierra a través de sus
excrementos
 Mediante el levantamiento de los sedimentos del océano a tierra firme,
proceso geológico que puede llevar miles de años.

Importancia del ciclo del fósforo

El fósforo es esencial para la vida en el planeta. Es considerado el nutriente


limitante, pues, ya que es el más escaso, restringe el crecimiento en los
ecosistemas acuáticos.

El fósforo, además, se encuentra en los ácidos nucleicos (ADN), en las células,


en los huesos, en los dientes, en el adenosín trifosfato (ATP) y su rol es
fundamental en la fotosíntesis.

Asimismo, el fósforo es muy apreciado como abono en la agricultura.

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