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RAÚL EL ELFANTE

Raúl era un elefante igual que cualquier otro, pero el único de su


ciudad. En el colegio, todos los demás animales se burlaban de él
por tener trompa.
De todos estos días de infancia, uno se quedó grabado en su
memoria. Sucedió en la escuela cuando estaban en el recreo.
-¡Hola Raúl!- dijo una compañera suya llamada Lola. Era una gata y
a Raúl le gustaba.
-Ho...ho...hola Lola...¿Qu...¿Qué tal?-dijo él muy tímido.
-Venía a decirte que aunque casi todos se burlen de ti por ser
diferente no les prestes atención, lo hacen porque te tienen
envidia de que tu saques mejores notas que ellos y porque te ven
superior.- explicó Lola.
Ésta se marchó dejando a Raúl muy pensativo. ¿Y si tuviera
razón?¿Y si lo dice para burlarse más de mí?
Una lluvia de preguntas cayeron sobre su mente.

Llevara razón Lola o no, él siguió como siempre. Los demás se


reían y él no prestaba atención.
Llegó el momento de salir de la escuela para entrar en el instituto
y Raúl sacó sobresaliente en todo. Ahora os voy a contar lo que
sucedió en su cursado en el instituto.

-¡Raúl, Raúl! Despierta hoy es tu primer día en el nuevo instituto.-


dijo la Mamá Elefante.
-Ya voy mamá, un ratito más y me levanto.-respondió muy
soñoliento Raúl.

Nuestro protagonista llegó el primer día, y solo tenía compañeros


nuevos. Temía que volvieran a burlarse de él y cuando alguien le
hablaba evitaba responder. Pasó una semana y ya se conocían
casi todos, Raúl también fue haciendo algunos amigos aunque
seguía sin entender por qué no se reían de él.
Al día siguiente, vio a un elefante que era profesor de aquel
instituto. Reflexionó y entendió que no se metían con él porque ya
estaban acostumbrado a ver a elefantes.
Un día llegó un alumno nuevo a su clase, era una jirafa que se
llamaba Jorge.
-Bueno chicos, os tengo que presentar a un nuevo compañero- dijo
la profesora.
Todos se preguntaron por el compañero.
-Maestra,¿dónde está?-preguntó una alumna.
-Está en la puerta, no puede entrar porque es demasiado grande.-
explicó la profesora.
Todos salieron a verlo y algún que otro se burló de él por no caber
en la clase.
-Raúl mira,¡no cabe por la puerta ja, ja, ja, ja!- comentó un amigo
de Raúl.
Éste sin ánimo de ofender, sonrió sin pocas ganas.

Pasaban los días y Jorge daba clases en el pasillo, muy


incomodo. Raúl se ponía en su lugar y no sabía que era peor: que
se burlaran de él o que no pudiera dar bien las clases.

Un día la profesora mandó un trabajo y a Raúl lo pusieron con


Jorge. Quedaron en casa de Jorge para que pudieran caber los
dos.
Raúl se dio cuenta de que Jorge era muy listo pero que no
mostraba tanta atención en las clases porque no estaba dentro
del aula.
-En mi antigua escuela también se reían de mi por tener trompa-
contó Raúl- ahora no se burlan tanto, porque aquí hay más
elefantes.
-De mí se burlan siempre, no quepo en ningún lado normal, tengo
que tener mis propias medidas en el techo para no chocar-
lamentó Jorge- si se pudiera hacer una reforma en nuestro aula
todo cambiaría...-

Al llegar Raúl a su casa se quedó pensando en lo de hacer una


reforma y se puso manos a la obra.

Recogió firmas por todo el instituto para poder llevar acabo la


reforma, busco a los albañiles, a los arquitectos a todos un
equipo para poder hacer la reforma.
Sus amigos le decían que no le ayudaba porque quedaba en
ridículo, Raúl enfadado les dijo:
-¿Sabéis una cosa? ¡Los que quedáis en ridículo sois vosotros,
por burlarse de un compañero que por ser diferente no puede dar
clase normal, que seguramente es más inteligente que vosotros!-
dijo enfadado Raúl.

La dirección del centro aprobó lo de la reforma.


-Muchísimas gracias Raúl,¡eres la mejor persona que he conocido
nunca!¡Gracias, gracias!-dijo Jorge muy contento.
La reforma se llevó a cabo perfectamente. El techo de la clase se
subió tres metros, justo para que Jorge cupiera. Gracias a Raúl,
Jorge podía dar clases como cualquier otro alumno. Y es más, fue
aceptado por toda la clase al poder dar clases dentro y no en el
pasillo.
Raúl aprendió algo, y es que ser diferente no quita que puedas
ser mejor que el resto.

“ser diferente no es raro, raros son ellos que son todos iguales.”

FIN

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