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Robles Garrote 2017 Interaccinenelaula ELE
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All content following this page was uploaded by Pilar Robles Garrote on 25 July 2020.
1. Introducción
Es obvio que el uso del lenguaje es una tarea siempre cooperativa y que no hay
otra forma de adquirirlo que a través de la interacción con la comunidad. En
el día a día, este planteamiento se traduce en la dinámica de clase: se prohíbe
(casi) trabajar solo en clase, se anima a los aprendices a colaborar siempre con
sus compañeros (también en las tareas de lectura o de escritura, que tradicional-
mente se han concebido de manera individualista), se enseña a los aprendices a
colaborar con sus compañeros, etc. (Cassany, 2009: 25).
2. La competencia interaccional
lo que ocurre en el aula, puesto que cada grupo tiene unas característi-
cas diferentes y, por lo tanto, interactúa de un modo distinto. La obser-
vación activa nos permite detectar las características individuales de los
alumnos y su relación con los otros miembros de la clase, así como del
funcionamiento del grupo en su conjunto. De este modo, podemos ir
modificando y ajustando el desarrollo de las interacciones en función de
las necesidades que van surgiendo en cada momento y diseñar estra-
tegias didácticas de actuación e interacción adaptadas a la realidad de
nuestra aula. Por ejemplo, los estudiantes más tímidos suelen ponerse
nerviosos a la hora de hablar ante la clase y pueden sufrir mucho siendo
el centro de atención, de modo que generalmente son mucho más parti-
cipativos cuando se les propone trabajar en pequeños grupos donde no
se sienten observados por todos sus compañeros.
Si el profesor quiere desarrollar una interacción con los alumnos con la idea
de fomentar la habilidad lingüística tal y como se produce fuera del aula
deberá mantener una interacción con los alumnos que cumpla con los máximos
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Así pues, en manos del docente queda la decisión de convertir la lengua materna
en un instrumento del que sacar el máximo partido durante la clase de idiomas,
sin olvidar nunca que el objetivo en el aula de ELE es siempre el aprendizaje
de español, y que eso únicamente se consigue haciendo de la lengua meta el
principal vehículo de comunicación (Galindo, 2013: 25).
– Usar circunloquios.
– Usar términos o expresiones aproximados.
– Usar palabras con significado muy amplio.
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comunicación que les permitan una autonomía mínima para poder expre-
sarse en la lengua meta, incluso cuando no tienen apenas conocimientos
de la misma. Así, se deben plantear algunas estructuras simples de refe-
rencia para poder pedir ayuda cuando surge alguna dificultad de com-
prensión —No entiendo; No lo sé; ¿Puedes repetir? ¿Puedes hablar más
despacio / alto?—, cuando necesitan información —¿Cómo se dice /
escribe / pronuncia en español? ¿Qué significa?—, para expresar algunas
fórmulas básicas de cortesía —Por favor; Gracias; De nada— y recursos
para llamar la atención del interlocutor —Disculpa / Perdona / Oye—.
Estas estructuras se repiten continuamente desde el principio y
se aprenden de manera automatizada, por eso, el alumno debe tenerlas
siempre a mano hasta que su uso sea mecánico. Para facilitar un uso
espontáneo y evitar que el alumno tenga que rebuscar entre sus apuntes
cada vez que las necesita, pueden pegarse en la pared en algún lugar
visible desde cualquier punto de la clase. A modo de estrategia didác-
tica, el profesor puede provocar deliberadamente situaciones que susci-
ten alguna necesidad con el fin de obligarles a pedir la información que
necesitan para poder comunicarse en la lengua que están estudiando.
Por ejemplo, el primer día de clase pueden trabajarse las presentaciones
sin proporcionar todo el vocabulario, sino solo el estrictamente nece-
sario para que el profesor se presente y los alumnos puedan cumplir el
objetivo comunicativo de presentarse también. Cuando se les pide que
interactúen con el compañero para preguntarles sus datos personales,
todavía no conocen los números, ni las profesiones, ni las nacionalida-
des, de modo que para poder hablar de su edad, trabajo o procedencia,
están obligados a preguntarle al profesor cómo se dice en español la
palabra que no conocen en cada momento. Este modo de actuar influye
positivamente en la autoestima del alumno, pues resulta gratificante
salir de clase desde el primer día con la sensación de que se es capaz de
hacer algo nuevo en la lengua meta.
3.4.3. Debates
A medida que van avanzando en el nivel de competencia lingüística, los
alumnos pueden participar en interacciones cada vez más complejas, en
las que han de saber hacer más cosas con sus conocimientos lingüísticos.
El debate es una actividad de interacción de elaboración previa, basada
en la argumentación y la contraargumentación, en la que se plantean
cuestiones que se deben discutir en grupo. Otra posibilidad es combinar
la actividad de debate con la de juego de roles, haciendo que el debate
se base en la interpretación de varios personajes que defienden argu-
mentos distintos. Antes de comenzar la tarea conviene recordar algunas
estrategias de interacción para intervenir, tomar la palabra, expresar la
opinión, mostrar acuerdo o desacuerdo, etc. Cuando el grupo es nume-
roso, este tipo de actividad puede limitar bastante las posibilidades de
interacción de la clase, pues no es posible que en un mismo debate
hablen varias personas al mismo tiempo. De hecho, a menudo intervie-
nen solo unos pocos (o se asigna un portavoz por grupo), que suelen ser
los más lanzados o elocuentes, mientras el resto participa poco o nada.
Una estrategia para maximizar la participación es crear varios grupos
de debate simultáneos, de no más de cuatro participantes, en los que
cada integrante representa un rol y debe defender una posición a favor
o en contra del tema de debate (Por ejemplo, tema: el uso de las redes
La interacción en el aula de español como lengua extranjera 245
5. Conclusiones
Referencias bibliográficas