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1) ¿Cómo se argumenta un caso según GARCÍA AMADO?

En argumentar el autor hace una aportación enriquecedora al debate sobre la


ponderación en el ámbito del derecho, partiendo de que los desacuerdos cuando en
teoría del derecho (en el sentido más amplio de la expresión) debatimos sobre
ponderación se deben, a fin de cuentas, a diferencias fuertes en la concepción del
derecho que manejamos. Pero si los debates añaden han de tener sentido y ser útiles,
aunque sea para captar bien esa fuente de discrepancias, debemos tratar de ponernos
de acuerdo en el concepto de ponderación, en lo que ponderar significa, en el tipo de
operación a la que con tal término aludimos. En torno a la argumentación jurídica,
dependiendo del abordaje teórico correspondiente, pueden, por un lado, ser
considerados como dos tipos de razonamiento jurídico diferentes, que persiguen
propósitos también diversos. Así, la interpretación busca la solución jurídica con base
en la determinación de las fronteras del ámbito material de validez de las normas, el
cual, en gran medida, se encuentra preestablecido por el autor. Al respecto, habrá de
recordarse que la definición clásica de la interpretación jurídica destacaba que ella era
“desentrañamiento del sentido de la ley”, por lo que el juez debía identificar un cierto
y determinado “sentido” siguiendo los métodos preestablecidos, prescriptos por la
misma ley, y la argumentación es un tipo de razonamiento que construye soluciones a
partir de ponderaciones de los contenidos de las reglas y principios normativos, que
permite considerar las circunstancias que rodean a los hechos concretos y a las
específicas consecuencias jurídicas. Por otro lado, se sostiene que no es posible
separar la interpretación de la argumentación al ser una el presupuesto de la otra y, a
pesar de poder diferenciarse claramente la actividad argumentativa de la
interpretativa, existe una íntima relación entre ellas en cuanto toda interpretación
debe llevar aparejada siempre y, en cualquier caso, una argumentación.

2) Efectuar alguna observación o reflexión individual al respecto.

Estoy de acuerdo con el autor ya que la Constitución es la Norma Suprema que se alza
como paradigma fundamental al que deben someterse todas las otras normas, y no
puede sino estar como referente único e insuperable de toda legitimidad y legalidad
en el país; y que a ella debe ajustarse y someterse toda otra norma que se genere
dentro de su ámbito general de aplicación, pues de la Constitución deriva todo el
marco normativo, incluso, desde luego, los tratados internacionales, incluyendo los de
derechos humanos, y por ello la Constitución no puede en ningún caso perder su
preeminencia sobre cualquier otra norma. Toda decisión judicial debe estar basada,
fundada y motivada en una argumentación correcta y bien sustentada. La
interpretación y la argumentación, reflejadas claramente en las sentencias de los
jueces, abonan no solo al cumplimiento del derecho humano a la tutela judicial
efectiva, sino, de manera positiva, a la cultura de la transparencia y la rendición de
cuentas, lo que a su vez redunda en el fortalecimiento del Estado Democrático de
Derecho.

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