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TRABAJO PRACTICO

“Reseña literaria”

Profesor: Fernández Diego

Alumna: Gutiérrez Raquel

Año: 5TO

División: 2DA

Ciclo Superior Químico

2022
RESEÑA DE “EL GATO NEGRO”

Sobre el autor
Edgar Allan Poe fue un escritor, poeta, crítico y
periodista romántico estadounidense,
generalmente reconocido como uno de los
maestros universales del relato corto, del cual
fue uno de los primeros practicantes en su
país, recordado especialmente por sus cuentos
de terror. Entre ellas “El gato negro” cuento
publicado en el periódico Saturday Evening
Post de Filadelfia en su número del 19 de
agosto de 1843.
Uno de los rasgos característicos de Edgar Allan Poe en su tratamiento del
terror consiste en la mezcla de elementos terroríficos en sí mismos con otros que
producen el mismo efecto por vía indirecta. El comportamiento humano y las
fuerzas de la naturaleza se encuentran aquí para, una vez más, relatar una historia
increíblemente atrapante.
Muestra el carácter humano llevado hasta las máximas consecuencias y las
casualidades y los pocos elementos circundantes, todo, funcionando como piezas
de un rompecabezas para lograr esta increíble historia.

Sinopsis
El cuento es protagonizado por un hombre que, aunque amaba tanto a su
esposa como a sus animales, comenzó a volverse agresivo por culpa del alcohol.
Una noche que volvía ebrio se enfureció con su gato negro y le arrancó un ojo.
Luego de ese episodio su odio fue aumentando hasta que, un día, colgó al animal
de una horca. Esa misma noche su casa se incendió y, misteriosamente, una
silueta de un gato ahorcado apareció en una pared.
Tiempo después el hombre, que seguía frecuentando los bares, encontró un
nuevo gato negro que decidió llevarse a su casa. Este se parecía mucho a su
antigua mascota y por ello fue despertando de nuevo el odio de su amo. Un día
que el gato se le había atravesado y lo había hecho tropezar, quiso matarlo de un
hachazo, pero su mujer se interpuso. Aún más furioso, el hombre repitió el golpe y
mató a su esposa con arma.
Decidió ocultar el cadáver en la pared, tapándolo nuevamente con
ladrillos. El engaño casi funcionó cuando los policías vinieron a inspeccionar,
pero antes de que estos se fueran, el protagonista con aires de triunfo sintió la
necesidad de hablar y regocijarse de su victoria prematura, hablando así de la
buena estructura de la casa, golpeando la pared con un bastón. Seguidamente un
sonido horrible salió de la pared. Los oficiales destruyeron la pared y encontraron
allí no solo el cadáver, sino también al gato negro, que era quién había emitido
aquél maullido con el que había delatado el crimen.

El texto comienza con un


estilo tipo biografía, donde
un narrador sin nombre nos
cuenta su
oscura historia. Siendo él
muy pequeño gozaba de una
estrepitosa pureza, su
corazón y
El texto comienza con un estilo tipo biografía, donde un narrador sin
nombre nos cuenta su oscura historia. Siendo él muy pequeño gozaba de una
estrepitosa pureza, su corazón y alma “incorruptibles” se divertían y reían con la
presencia de pequeños animales. Su etérea luz lo convertía en blanco de muchas
burlas, sin embargo, su espíritu puro permanecía intacto. Casado desde muy joven
tuvo el placer de que su esposa compartiera ese mismo amor por los animales,
llegando a tener varios animales entre ellos un gato negro. Este último denotaba
cierta sagacidad y elegancia, convirtiéndose en el favorito de nuestro narrador
¿Quién diría que aquel desmesurado cariño por el animal se convertiría en algo
tan retorcido como el odio? Con el paso de los años el hastío por el animal se
descarriló sumando una violencia vehemente y alocada contra su amada esposa y
demás animales, cabe añadir que el narrador preso de su desmedida locura es un
alcohólico, esto lo relata claro y preciso, comparándolo incluso con una
enfermedad. “Pero mi enfermedad empeoraba, pues, ¿Qué enfermedad se puede
comparar con el alcohol?” (Poe, 1843, 2) Poco a poco esa violencia va dirigida
hacia Plutón, el gato negro, que ya anciano es víctima del narrador que en un
arrebato de psicopatía le arranca un ojo, para momentos después ahorcarlo
colgándolo de un árbol. Este acto calificado como algo imperdonable, retrata la
clara locura del hombre y su intento de convencerse a sí mismo e inclusive al
lector, de que su perturbada alma se siente aliviada ante tal espeluznante acción,
así mismo nos hace reencarnar al mismísimo narrador, casi como si estuviéramos
bajo su piel. “No obstante, tan seguro como que existe mi alma, creo que la
perversidad es uno de los primitivos impulsos del corazón humano, una de esas
indivisibles primeras facultades o sentimientos que dirigen el carácter del
hombre… ¿Quién no se ha sorprendido numerosas veces cometiendo una acción
necia o vil, por la única razón de que sabía que no debía cometerla?” (Poe, 1843,
2). Continuamos con una inaudita y rara casualidad, justo después de matar al
pobre animal el hombre se acuesta con el pecado en el pensamiento y el alivio en
el alma, “Lo ahorqué con mis ojos llenos de lágrimas, con el corazón desbordante
del más amargo remordimiento. Lo ahorqué porque sabía que él me había amado,
y porque reconocía que no me había dado motivo alguno para encolerizarme con
él” (Poe, 1843, 3), es precisamente estos Solangee Jiménez López claro y preciso,
comparándolo incluso con una enfermedad. “Pero mi enfermedad empeoraba,
pues, ¿Qué enfermedad se puede comparar con el alcohol?” (Poe, 1843, 2). Poco a
poco esa violencia va dirigida hacia Plutón, el gato negro, que ya anciano es
víctima del narrador que en un arrebato de psicopatía le arranca un ojo, para
momentos después ahorcarlo colgándolo de un árbol. Este acto calificado como
algo imperdonable, retrata la clara locura del hombre y su intento de convencerse
a sí mismo e inclusive al lector, de que su perturbada alma se siente aliviada ante
tal espeluznante acción, así mismo nos hace reencarnar al mismísimo narrador,
casi como si estuviéramos bajo su piel. “No obstante, tan seguro como que existe
mi alma, creo que la perversidad es uno de los primitivos impulsos del corazón
humano, una de esas indivisibles primeras facultades o sentimientos que dirigen el
carácter del hombre… ¿Quién no se ha sorprendido numerosas veces cometiendo
una acción necia o vil, por la única razón de que sabía que no debía cometerla?”
(Poe, 1843, 2). Continuamos con una inaudita y rara casualidad, justo después de
matar al pobre animal el hombre se acuesta con el pecado en el pensamiento y el
alivio en el alma, “Lo ahorqué con mis ojos llenos de lágrimas, con el corazón
desbordante del más amargo remordimiento. Lo ahorqué porque sabía que él me
había amado, y porque reconocía que no me había dado motivo alguno para
encolerizarme con él” (Poe, 1843, 3), es precisamente estos sentimientos
precipitados lo que nos hace engancharnos tanto a Poe, y a su desquiciado pero
profundo personaje. Como secuencia de dominó le siguió una tragedia tras la
muerte de su adorado animal, su casa sin explicación alguna, envuelta en llamas
se encontraba, apresurado con el temblor y el miedo encima apenas pudo salir con
su esposa y criado. Ante sus ojos su hogar sé su sumía en un rojizo ardor,
quedando tan solo cenizas.

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