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Universidad Nacional

Autónoma de México
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
Sistema de Universidad Abierta y Educación a Distancia

Análisis Político y
Administrativo
Grupo 9122
Profra. María Guadalupe Peña González

Elliott Ruiz Hernández


Actividad 2.2. Cuestionario
Establecimiento de las relaciones de poder y las
relaciones intergubernamentales en las
instituciones públicas

Introducción

La separación de poderes y el equilibrio que se busca en los sistemas


democráticos, implica que la acción gubernamental esté condicionada
por una lucha de poderes y decisiones de alto impacto social (Arellano,
2010, p. 30). Esta lucha de poderes no solamente se da dentro de la
misma instancia gobierno sino que involucra a todas las instancias. A
continuación, se intenta dimensionar la importancia de esta lucha de
poderes y su impacto en la toma de decisiones, a través de tres
preguntas fundamentales:

1. ¿Qué son las relaciones intergubernamentales y por qué son


importantes en la gestión pública?

Pontifes define las relaciones intergubernamentales como “vínculos de


coordinación, cooperación, apoyo mutuo e intercambio de acciones que
se dan entre dos o más instancias de gobierno” (s.f., p. 43). Aunque
cada orden de gobierno tiene sus propias competencias que les
permiten actuar en un espacio territorial determinado, existen problemas
que requieren ser atendidos de manera conjunta, entre diferentes
órdenes de gobierno, entonces se dan las relaciones
intergubernamentales.

Las relaciones intergubernamentales son necesarias para compatibilizar


el esfuerzo administrativo y de acción gubernamental de los gobiernos,
fomentar la estrategia competitiva, resolver externalidades, intercambiar
información y buscar el equilibrio en los programas de desarrollo
regional (Pontifes, s.f., p. 47).

En México, el sistema federal de gobierno reconoce tres instancias de


gobierno: federal, estatal y municipal. Cada una de estas instancias
organiza sus funciones en tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
En este orden, muchas competencias se han concebido para
compartirse entre las tres instancias de gobierno (Pontifes, s.f., p. 44,
45).

2. ¿Qué papel juegan las relaciones de poder en el establecimiento


del régimen político y su adecuado funcionamiento?

Las ideas que van forjando la construcción del régimen político


dependen del poder de sus participantes y de su capacidad para
controlar las políticas públicas. Existen grupos privilegiados, quienes se
encuentran en una posición dominante, esto “les permite imponer y
ejecutar sus concepciones de la realidad” (Evans, 1998, p. 257).

Sin embargo, el sistema político solo puede lograr estabilidad a través


del feedback, esto es según Parsons, la capacidad de dar poder a
cambio de apoyos: “un subsistema político mantiene su potencial de
poder mediante continuos intercambios con su ambiente. Por una parte,
exporta poder en forma de oportunidad para eficacia y obtiene a cambio
poder en forma de compromiso de servicios; por la otra, exporta poder
en forma de decisiones políticas y lo recibe en forma de apoyo político”
(Ayala & Mora, 2010, p. 47).

La vinculación de la actividad política con el poder fue anticipada por el


mismo Maquiavelo, quien advirtió a los príncipes la necesidad de contar
de un lado con una “mano amiga” y del otro con el “porrazo”, mismas
que se alternan dependiendo de las circunstancias (Ayala & Mora, 2010,
p. 96).
El poder se define por la capacidad de un gobernante o de un grupo
político para fijar la agenda y llevarla a cabo (Merino, 2013, p. 221).

3. ¿Cómo se van incorporando los problemas públicos a las agendas


de gobierno y cómo se vincula la agenda con los distintos
subsistemas de gobierno?

Según el planteamiento de David Easton, los sistemas políticos


gestionan las demandas y tensiones que se originan en el medio
ambiente (input), y generan decisiones de autoridad, en un proceso
continuo de retroalimentación. Para que un problema público se
convierta en parte de la agenda es necesario que aquellos actores que
tienen la capacidad de tomar decisiones identifiquen el problema y lo
agreguen a la lista de prioridades (Merino, 2013, p. 220).

El sistema político procesa esas decisiones; sus normas marcan el


camino que se debe seguir para lograr que una propuesta política se
convierta en una política pública. “Las agendas políticas son la expresión
más acabada de los proyectos que las diferentes fuerzas políticas
someten a la consideración, por la vía electoral, de los ciudadanos”.
Finalmente, el desempeño de una democracia se mide con base en el
impacto de sus políticas públicas en el bienestar material, social o
simbólico de la población (Merino, 2013, p. 221).

La agenda no es más que un conjunto de cosas que han de llevarse a


cabo. La agenda política es definida por el conjunto de temas que
alcanzan prioridad en el debate y en la acción de los actores políticos.
La agenda gubernamental es el conjunto de prioridades que un gobierno
establece a manera de proyecto (Merino, 2013, p. 223).

Conclusión
Cada problema social tiene diferentes dimensiones a través de las cuáles
puede ser resuelto. Sin embargo, para que un problema social sea tomado en
cuenta por, cuando menos, una instancia de gobierno, este tiene que generar
el ruido suficiente para ser volteado a ver. Hay muchos problemas por resolver
en la sociedad, tantos que es humanamente imposible atenderlos todos. No
hay recurso que alcance. Es por eso que los gobiernos, en sus diferentes
niveles, seleccionan para su agenda aquellos temas que verdaderamente
ponen en riesgo la estabilidad del régimen, por ejemplo, aquellos que son
ventilados en los medios de comunicación.

Dependiendo del ruido que genere un problema social (de la fuerza del imput),
este problema puede ser atendido por una instancia o por varias instancias,
quienes, en este caso, se verán obligadas a establecer una relación
interbubernamental para actuar sobre el problema sin entorpecer el trabajo de
otra instancia o duplicar esfuerzos.

Sin embargo, por más ruido que genere un problema, finalmente existen
actores que tienen en sus manos la toma de decisiones. Hay quien tiene el
poder de actuar o no en razón de algún tema en específico. Sus decisiones
determinarán la aceptación que tenga la población de cierto gobierno y muy
probablemente su futuro político. En estas relaciones de poder, la diplomacia,
la negociación y, a veces, el uso de la fuerza, son herramientas para sacar
adelante el asunto.

Referencias:

Evans, Mark. (1998). Análisis de redes de políticas públicas: una perspectiva


británica, en Gestión y Política Pública. Vol. VII. Núm. 2.

Pontifes Martínez, Arturo. Relaciones intergubernamentales, en Gaceta


Mexicana de Administración Pública y Municipal. Núm. 65, UNAM, IIJ.

Arellano Gault, David (coordinador). (2010). Más allá de la reinvención del


gobierno. Fundamentos de la nueva gestión pública y presupuestos por
resultados en América Latina, México. CIDE y MAP, 2° edición.
Ayala Blanco, Fernando y Salvador Mora Velázquez (compiladores). (2010).
Grupos de Poder. La toma de decisiones en un modelo democrático, México,
UNAM.

Merino Huerta, Mauricio, et al (2013). Problemas, decisiones y soluciones.


Enfoques de política pública, México, CIDE y FCE, 1° reimpresión.

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