Buenas noches pastor, hermanos, esperando que todo lo que vaya a expresar esta noche

sea para gloria y honra de nuestro señor Jesucristo, les invito a que abramos…
EN EL NUEVO TESTAMENTO
LIBRO DE MATEO
Capítulo 26, Versículo 41
“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto,
pero la carne es débil”.
Bien se sabe que la existencia de las adicciones proviene desde hace muchos años atrás.
Pero vale recalcar que las adicciones son una tentación, no impuestas por Dios, sino que
desafortunadamente estas se encuentran de forma normalizada en nuestra sociedad.
En la actualidad existen drogas muy fuertes que producen daños en nuestra juventud, por
lo que, como padres de familia, debemos de estar muy atentos con el comportamiento de
nuestros hijos y buscar siempre por medio de la comunicación lo que les esté afectando.
Sin olvidarnos de que esta comunicación debe de ir de la mano con la palabra de Dios, es
por eso que se recalca la importancia de la oración en este versículo, como escudo ante
toda tentación.
EN EL NUEVO TESTAMENTO
LIBRO DE SANTIAGO
Capítulo 1, Versículo 12
Que habla sobre “Soportar las Pruebas”
“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la
prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.
Recordemos hermanos que nuestro cuerpo es un templo, y como tal debe de ser cuidado y
mantenerse libre de toda adicción, para poder recibir de forma correcta a Dios.
Si hacemos referencia al tema de las adicciones, estas se caracterizan por ser enfermedades
crónicas que provocan un impulso hacia una actividad o consumo en específico.
Con respecto a las causas de una adicción, podríamos enumerar varias, pero considero que
las más notorias son los conflictos familiares que motivan separación y abandono, violencia
familiar y depresión; no nos olvidemos de la pobreza en sus diversas formas, cuando el
problema ya está presente, o sea la adicción, esta es notoria, el individuo necesita de la
ayuda oportuna de la familia en el caso de tenerla o de persona alguna que se lo proponga.
La adicción es una enfermedad y no un problema delincuencial, es necesario primero que la
persona acepte que tiene un problema y que se puede tratar como toda enfermedad, para
eso existen especialistas que lo pueden hacer, pero eso no basta, a mi forma de ver y por
experiencia propia recomendaría adicionalmente la búsqueda de un despertar espiritual, a
través de algunas formas, como leer la biblia, retiros espirituales, orar, meditar, o
congregarse en el templo de la comunidad.
“Y si una casa está dividida contra si misma, tal casa no puede permanecer” Marcos,
capítulo 3, versículo 25
Tengamos presente que, a través del consumo de drogas, también se enferma el alma, y
solo buscando a Dios se logrará la recuperación. Sin olvidar que la familia juega un papel
importante, es decir que después de Dios, nuestra familia es lo primordial, no es el trabajo,
ni el dinero, ni el estudio, ni los negocios, ni las cosas materiales; al final de la vida todo se
acaba, pero la familia se mantiene unida.