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A ) “matrimonio” 

es una palabra procedente del latín, que toma el término del Indoeuropeo, en


el que el lexema “mater” no significa sólo “madre” sino que también significa “materia”. Por un
lado, “matrimonio” además de traducirse como “de una sola madre”, bien puede traducirse como
“de una sola materia”, traducción más coherente, por otro lado. Claro está que, absolutamente
todos los animales de la faz de la tierra, nacen de una sola madre, pero el matrimonio es un
concepto exclusivo de la especie o “materia” humana.

El enlace matrimonial, a pesar de adoptar diferentes formas en función de la cultura en la que se


lleve a cabo, es un rito propio del ser humano, que tiene una serie de pautas comunes para todos
los individuos, indistintamente de la edad, sexo, raza o religión.

Los primeros datos que existen sobre el matrimonio, nos los proporciona la cultura
de Mesopotamia. En el 4.000 a.C., en una tablilla, se deja constancia del pacto entre un hombre y
una mujer, definiéndose los derechos y deberes de la esposa, el dinero que esta obtendría en caso
de ser rechazada y el castigo en caso de ser infiel. En la Edad Antigua, el enlace matrimonial no es
otra cosa que un contrato privado entre el suegro y el yerno, en el que se definen los intereses
de los cónyuges y sus deudos.

Es increíble que, algo tan simple como uno mero contrato grabado en tablillas de arcilla, esté al
origen de las bases de un concepto tan complejo, y que su legado, no sólo haya permanecido, sino
que se haya transmitido durante muchos siglos.

Durante cientos de años, en la unión conyugal, se va a dar por supuesta la supremacía masculina,
y se van a establecer los roles de cada miembro de la pareja: la esposa será la “la ama de
casa” que se va a encargar de las tareas domésticas y del cuidado de los hijos, sirviendo y
subordinándose a su marido, el “proveedor” que será quien proporcione todos los medios
necesarios para la subsistencia familiar.

El matrimonio va a suponer un trabajo en equipo para crear una familia y con ello mejorar las
condiciones de vida, a la vez que se crean y se mantienen relaciones de cooperación con otras
familias y comunidades. Y es que, la familia, ha sido desde siempre, el grupo humano que mejor
expresa la naturaleza social del hombre.

El matrimonio es un ritual propio del ser humano, en el que se institucionaliza la relación entre
personas y se legitima frente a la familia y los seres queridos, desde una perspectiva civil o
religiosa, para que dicho vínculo sea reconocido socialmente. Se fundamenta en una decisión
voluntaria por parte de los individuos, basada en el amor, la protección y el respeto recíprocos, sin
jamás atentar contra los derechos humanos. Su propósito expreso es el de integrar una familia,
indistintamente de la edad, sexo, raza o religión de los integrantes, en el que la eventual
perpetuación de la especie no es un deber, sino un derecho de libre elección.

E) El vínculo matrimonial se disuelve: 1º)  Por la muerte de uno de los esposos;  2º) Por el
matrimonio que contrajere el cónyuge del declarado ausente con presunción de fallecimiento;  3º)
Por sentencia de divorcio vincular.

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