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TRIBUNAL : 1° JUZGADO CIVIL DE VIÑA DEL MAR

CARATULADOS : LIPPI/CARRASCO
ROL : C-5771-2019
CUADERNO : PRINCIPAL

Apela fundadamente

S.J.L. en lo Civil de Viña del Mar (1º).

DIEGO YÁÑEZ PÉREZ, abogado, en representación de SERGIO ENRIQUE


CARRASCO HURTADO, en los autos Rol C-5771-2019, caratulados “LIPPI con
CARRASCO”, a S.S. respetuosamente digo:
Que, encontrándome dentro de plazo, vengo en interponer fundado recurso de
apelación en contra de la sentencia definitiva de fecha 28 de mayo de 2020, notificada a
esta parte con fecha 12 de junio de 2020, mediante la cual se acoge la demanda de precario
interpuesta por don Sebastián Esteban Lippi González en contra de Sergio Carrasco
Hurtado, y se ordena a mi representado a restituir la propiedad ubicada en calle Bogotá
número 234 y calle Río de Janeiro número 391, Población Vista al Mar, Viña del Mar a la
parte demandante, con costas.
La referida resolución causa perjuicio a mi parte, por cuanto no se encuentra
ajustada a derecho ni al mérito de autos, en virtud de las consideraciones de hecho y de
derecho que enseguida paso a exponer:
Al dar lectura del fallo, se puede apreciar que el sentenciador a arribado a una
conclusión errónea en cuanto a la apreciación de los antecedentes que rolan en autos en
relación con los elementos que configuran la acción de precario.
En el considerando noveno del fallo, se hace una relación de los presupuestos
facticos de la acción de precario incoada por el demandante, a saber: 1.- Que la parte
demandante sea dueña del bien cuya restitución solicita; 2.- Que la demandada ocupe dicho
bien, y; 3.-Que tal ocupación sea sin previo contrato y por ignorancia o mera tolerancia de
su dueña.
Del mérito de autos, no queda duda que la parte demandante cumple debidamente
con los presupuestos señalados en los puntos 1º y 2º antes indicados, sin embargo, al
analizar el presupuesto tercero, esto es, al dilucidar si mi representado ocupa el inmueble
sin previo contrato y por la ignorancia o mera tolerancia del dueño, el sentenciador yerra
absolutamente en sus conclusiones.
Señala la sentencia apelada en su considerando décimo tercero:
“Decimotercero: Sobre la oponibilidad del contrato de precario al actor. Que el contrato
de comodato, invocado por el demandado para justificar la tenencia, ocupación del
inmueble, cuya restitución se demanda, fue celebrado con una persona distinta al dueño
actual, con el antecesor de este y según lo señalado por la Corte Suprema, se debe
determinar si dicho contrato es o no oponible al tercero, esto es, al nuevo dueño.
Que, al respecto, en el artículo 1545 del Código Civil se contempla el efecto
relativo de los contratos, señalando que todo contrato legalmente celebrado es ley para los
contratantes, ya que estos voluntariamente se obligaron con dicho acto jurídico, es lógico
que sus obligaciones y derechos no le empece a un tercero que no concurrió con su
voluntad, ni quiso obligarse con dicho negocio jurídico. Sin embargo, la duda surge
respecto del causahabiente, como en el caso concreto, el demandante es causahabiente por
acto entre vivo, ¿queda sujeto a los efectos del contrato celebrado por su sucesor?
Que, no es menos importante considerar a la hora de determinar si le es oponible el
contrato, que el comodato o préstamo de uso, en este caso recae sobre un inmueble, y que,
al contrario de lo afirmado por el demandante al objetar el documento, no existe exigencia
legal que ordene la inscripción del comodato en el Conservador de Bienes Raíces como
formalidad de publicidad de este, lo que se desprende del artículo 52 del Reglamento del
Registro Conservatorio de Bienes Raíces.
De manera que no se le puede exigir al nuevo dueño, que tenía que estar en
conocimiento de dicha situación, y suponer que compró la propiedad sabiendo del
préstamo de uso que le afectaba.
Además, consta de dicho contrato de comodato, que, en la poca de su celebración,
en el año 2005, que quien representaba legalmente la sociedad comodante era Mónica
González Adonis, quien falleció en el año 2016, tal como se acredita con el certificado de
defunción agregados en la causa tenida a la vista, Rol C-2539-2019 del Tercer Juzgado
Civil de Viña del Mar. Y de la escritura pública de compraventa celebrada por la sociedad
en comento y el demandante, detallada en el número 3 letra A del considerando sexto,
consta que, en el año 2017, la representante legal era Myriam González Adonis, lo que
puede dar indicio del motivo por el cual el actor desconocía la existencia y naturaleza de
la ocupación de la propiedad.
Asimismo, de la causa tenida a la vista, también se desprende que el actor estaba en
desconocimiento de la naturaleza del acto jurídico que originó la ocupación del inmueble
por parte del demandado, ya que, en la audiencia de estilo de dicha causa, el demandante
se desiste de su demanda de restitución del inmueble por extinción del derecho del
arrendador, motivado en que el demandado acompañó un contrato de comodato celebrado
con el antiguo dueño del bien raíz.
De modo que si bien, en un principio la ocupación de parte del demandado tiene un
sustento jurídico, esta sentenciadora estima de justicia que dicho sustento no puede ser
oponible al actual dueño, ya este no concurrió con su voluntad a limitar su derecho de
dominio, ni estaba en conocimiento de dicha limitación al momento de adquirir el derecho
de propiedad, no pudiendo ser obligado a mantenerse sin poder exigir la restitución de su
inmueble, a fin de hacer uso de él, por un acto jurídico ajeno a su voluntad.
Por lo que, no habiendo podido acreditar el demandado que ocupa el inmueble por
otro título jurídico que lo une con el demandante, quien es el actual dueño del bien raíz, se
configura la hipótesis del precario contemplada en el artículo 2195 inciso segundo del
Código de Procedimiento Civil, entendiéndose que lo ocupa por su mera tolerancia y sin
vinculo jurídico entre ellos. Razón por la cual se acogerá la demanda.”
El sentenciador pese a reconocer la existencia del contrato de comodato
acompañado por esta parte, rechazando la objeción planteada por la contraria, decide
restarle todo valor como titulo fundante de la ocupación del inmueble objeto de la acción de
precario.
Debemos hacer presente que tal y como señala la propia sentencia apelada, el
contrato de comodato no es de aquellos contratos respecto de los cuales se exija su
inscripción como medida de publicidad, y por lo demás tal y como señala el artículo 2190
del Código Civil se trata de un contrato que no se extingue por la muerte del comodante, y
aun las obligaciones y derechos que nacen de dicho contrato pasan a los herederos como lo
establece el articulo 2186 del mismo Código.
Nos encontramos entonces frente a un contrato de efectos particulares en relación a
la mayoría de los contratos regulados en nuestra legislación, pero perfectamente válido y,
por tanto, existiendo dicho contrato, se derrumba absolutamente la acción de precario ya
que esta exige como requisito esencial, la ausencia de contrato.
Por lo demás la Corte Suprema, en contrario de lo afirmado en la sentencia ha
señalado lo siguiente:
“Que, además, como esta Corte lo ha señalado reiteradamente, la figura jurídica
del precario tiene su sustento en una cuestión de hecho y constituye un obstáculo a que se
configure que el tenedor tenga alguna clase de justificación para ocupar la cosa cuya
restitución se solicita, aparentemente seria o grave, sea que vincule al actual dueño con el
ocupante o a este último con la cosa, aunque sea de lo aparentemente ajeno; contexto que
autoriza afirmar que el título al que alude el inciso 2 del artículo 2195 del Código Civil es
uno que permita constatar la presencia de una determinada situación jurídica que descarte
que la ocupación de la cosa es simplemente sufrida o soportada por su actual dueño, y no a
que emane de aquel ni que se trate de uno que cumpla con la ritualidad que le sea
aplicable, por ende, es suficiente que permita desvirtuar que el origen de la ocupación de
la cosa se sustenta en una situación de hecho exclusivamente soportada por el dueño que
exige recuperarla (roles n mero 11.720-17, 34.172-17 y 37.898-17).”1 (Lo subrayado es
nuestro)
Así las cosas, en la presente causa esta parte ha acreditado fehacientemente la
existencia de un titulo que ampara la ocupación del inmueble objeto del litigio, lo cual lo
aleja absolutamente de la figura del precario cuyo requisito esencial es la ausencia de título.
A mayor abundamiento, es la propia sentencia quien reconoce que el contrato de comodato
ha sido pactado con el antecesor en dominio del actual dueño, por lo que es posible
establecer un vínculo de hecho suficiente entre el inmueble y su ocupante debiendo
inferirse que la ocupación no resulta de la mera tolerancia del dueño.
En conclusión, al revisar artículo 2195 del Código Civil se puede concluir que el
elemento inherente al precario es una situación de hecho, es decir, la absoluta y total
ausencia de todo vínculo jurídico entre el dueño y el tenedor de la cosa; y que el título que
justifica la ocupación no necesariamente debe emanar del actual propietario, sino que
también de algún otro del que sea sucesor por acto entre vivos o por causa de muerte, como
ocurre en el presente caso, tal y como lo ha reconocido la Excelentísima Corte Suprema de
manera reiterada, por lo que claramente S.S debió rechazar la demanda de precario
deducida por la contraria por no cumplir con los presupuestos básicos para el ejercicio de
dicha acción.

PETICIONES CONCRETAS

1
Corte Suprema, Rol N° 35.247-2017, considerando Quinto, 30 de mayo de 2019
Procede que el tribunal de alzada enmiende, con arreglo a derecho, la resolución
recurrida, revocándola y en su lugar declarar:
a) Que se rechaza en todas sus partes la demanda de precario interpuesta por don
Sebastián Esteban Lippi González en contra de Sergio Carrasco Hurtado.
b) Que se condena en costas a la parte demandante

Por tanto,
y en mérito de lo expuesto, y de lo dispuesto en las normas legales citadas, y demás
aplicables, ruego a S.S. tener por interpuesto recurso de apelación en contra de la sentencia
definitiva de 1° instancia, admitirlo a tramitación, elevando los antecedentes a la I. Corte de
Apelaciones de Valparaíso, a fin de que dicho tribunal enmiende con arreglo a derecho la
resolución recurrida, revocándola, de acuerdo al mérito de autos, teniendo presente los
fundamentos de hecho y de derecho alegados y las peticiones concretas formuladas.

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