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Evolución de la administración publica en Venezuela

La Administración Pública en Venezuela ha recorrido un ciclo de vida interesante, con


pasos hacia adelante y hacia atrás, que se ha visto influido por diversas tendencias, en algunos
casos divergentes entre ellas.

La declaración de Venezuela como un Estado federal en la Constitución de 1999 configura


de entrada la Administración Pública venezolana, al menos en teoría, puesto que las últimas
acciones del gobierno de turno van en contra del modelo descentralizado que ellos mismos
promovieron cuando iniciaron su gestión de gobierno en 1998.

Córdova (2006) diferencia tres modelos de administración pública en Venezuela a partir de


1958, con la caída de la dictadura de Pérez Jiménez y la instauración de la democracia. A esos
tres modelos los denomina: de administración burocrática populista centralizada, de
administración descentralizada, y de administración burocrática populista centralizada con base
militar. Utilizaremos esta estructura para describir el caso venezolano, describiendo el contexto
donde se desarrolla cada modelo de administración pública y desarrollando una breve evaluación
de cada uno de ellos.

Administración Pública Centralizada

Desde el año 1958 hasta 1990 predominó en Venezuela un modelo de administración


centralizada y burocrática, a partir del desarrollo de la democracia representativa planteada en la
Constitución de 1961 y que estuvo vigente hasta 1999. En este modelo, la administración pública
estaba alineada al desarrollo del Estado del Bienestar a través del gasto público financiado con la
renta petrolera, no con impuestos internos, lo cual hace una diferencia notable no solamente en
términos económicos, sino también en términos socio-culturales, pues el Estado es percibido por
la sociedad como un benefactor.

En este período se crea a Comisión de la Administración Pública, que buscaba modernizar


el manejo operativo de la administración pública, y que terminó redactando un proyecto de Ley
de Carrera Administrativa, aprobada en 1970 (Gaceta N° 1.428 Extraordinario del 4 de
septiembre de 1970) y luego reformada en 1975 a través de Decreto-Ley (Gaceta N° 1.475
Extraordinario del 23 de mayo de 1975), donde se incorporaron cambios que le permitían a los
técnicos asumir posiciones de decisión en las empresas públicas (Ochoa, 1997). Esta Ley estuvo
muy influida por el sistema francés, creando entre otras figuras, una Oficina Central de Personal,
adscrita directamente a la Presidencia de la República (De Pedro, 2005)

Durante este período el empleo del sector público tuvo un crecimiento considerable,
producto en primer lugar de la estructuración del funcionariado público y en segundo lugar de la
creación de nuevas instituciones y empresas públicas que buscaban el desarrollo de la producción
nacional, en el marco del modelo de sustitución de importaciones planteado por la Comisión
Económica para América Latina (CEPAL)

El modelo predominante es de tipo centralizado. Si bien algunas de las empresas y


corporaciones públicas se crearon para promover polos de desarrollo regionales, todo ello estaba
planificado y dirigido desde el poder nacional. Los gobernadores de estado eran designados por el
Presidente de la República y actuaban como agentes del poder ejecutivo.

Administración Pública Descentralizada

A partir del año 1990 la administración pública implementó un modelo descentralizado,


con miras a la consecución de los llamados planes regionales y programas sectoriales de
desarrollo, buscando acercar la acción de gobierno a los ciudadanos con miras a fortalecer el
sistema democrático. Para ello se aprobó en 1989 la elección de gobernadores y alcaldes a través
del sufragio.

Las discusiones previas a la aprobación de la elección de gobernadores y alcaldes estaba


centrada en si el proceso de descentralización debía concentrarse en los estados o en los
municipios, no sólo porque ya éstos últimos de alguna manera ya tenían algunas competencias
fiscales, sino porque el Municipio es una herencia de la época colonial española, que ya para esa
época, en la Ordenanzas Reales y los Códigos de Leyes de Indias, a los ayuntamientos se le
asignaban funciones muy cercanas a los ciudadanos, que luego fueron recogidas en la
Constitución Federal de Venezuela de 1811 bajo la figura de las Municipalidades (Becerra, 2009)

En 1984 se creó la Comisión Presidencial Para la Reforma del Estado (COPRE),


conformada por dirigentes de los principales partidos políticos y por independientes. En el marco
de esa comisión, algunos dirigentes, como el Presidente Lusinchi, se pronunciaron por la elección
de gobernadores, mientras que el secretario general de su partido (Acción Democrática), el
sindicalista Manuel Peñalver consideraba que se debía rescatar el Municipio como la instancia
donde los ciudadanos ejercen sus derechos democráticos, lo que de alguna manera da muestra de
la discusión interna acerca del modelo a seguir (Mascareño, 2004)

Durante este período se aplicaron un conjunto de medidas de carácter macroeconómico que


buscaban darle más competitividad a la economía, y que implicaban ajustes severos a un conjunto
de variables económicas que estaban rezagadas de la dinámica económica internacional. Este
proceso de liberalización de la economía estuvo acompañado en el sector público de un conjunto
de reformas fundamentadas en el New Management, lideradas por Ministros que no provenían
del funcionariado público, pero tampoco de la política

Administración Pública Centralizada con base en el estamento militar

Uno de los fundamentos de este modelo es la participación ciudadana, entendida como lo


plantea Córdova (2006) como un mecanismo de profundización de la democracia enmarcado en
la esfera de lo público, pero no en lo estatal, aunque con el objetivo claro de control político de
las comunidades. Para este autor, la expansión del aparato público es un objetivo claro de la
administración del presidente Chávez, que ha significado además un retorno al modelo de
administración centralizada, con el argumento de estimular la participación ciudadana pero desde
el poder central, dejando de lado las gobernaciones y alcaldías.

Ya en 1996 el candidato Chávez, para ese entonces, había ofrecido reformar la Ley
Orgánica de la Administración Central, que la consideraba poco flexible. No es sino tres años
después de iniciado su gobierno cuando se aprueba la Ley Orgánica de la Administración Pública
(Gaceta Oficial N° 37.305 del 17 de octubre de 2001) y la Ley del Estatuto de la Función Pública
en el año 2002 (Gaceta Oficial N° 37.522 del 6 de septiembre de 2002), que sustituye la Ley de
Carrera Administrativa reformada en el año 1975. En ese mismo año 2002, se crea por decreto la
Comisión Presidencial para la Transformación de la Administración Pública Nacional (Decreto
1.980, Gaceta Oficial N° 37.530 del 18 de septiembre de 2002) y en año 2008 se publica vía
Decreto-Ley la Ley Orgánica de la Administración Pública (Gaceta Oficial N° 5.890
Extraordinaria del 31 de julio de 2008)
En este modelo de administración se ha realizado una flexibilización laboral del sector
pública encubierta, a través de la creación de una administración paralela que atiende los mismos
problemas que los órganos tradicionales establecidos en la legislación, en parte porque el
gobierno actual tiene una visión negativa de la burocracia, porque implica procesos más largos
para hacer efectivas las decisiones tomadas, pero implica también el cumplimiento de un
conjunto de normas de auditoría interna o de contraloría que permiten identificar de una mejor
manera el manejo indebido de recursos, cuando fuere el caso.

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