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Historia de los Derechos


Humanos.
Suele pensarse que los Derechos Humanos son una invención moderna occidental,
pero lo cierto es que poseen una historia con numerosos antecedentes antiguos y
medievales. Por eso existe cierto margen de debate respecto a su origen histórico.
Sin embargo, nadie duda que fue en Occidente en donde surgió la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, y en donde comenzó a jugar un papel
importante en la filosofía política, a partir de la Edad Moderna.

Antecedentes de los Derechos Humanos.


Hubo importantes gestos políticos y jurídicos en la Antigüedad que uno puede
pensar hoy en día como un antecedente de los Derechos Humanos. El primer caso
es el del Código de Hammurabi del siglo XVIII a. C., surgido en Babilonia durante
el reinado de Hammurabi, en el que figuraban los delitos posibles y su forma de
castigarse. Así, el pueblo babilónico podía ejercer una justicia imparcial, justa,
ajena a los caprichos del monarca. Algo similar ocurrió, siglos después, tras la
conquista de Babilonia por el emperador Ciro el Grande, aproximadamente en el
siglo V a. C. Los persas conquistadores otorgaron la libertad a los esclavos y la
libertad de culto a todos los ciudadanos recién anexados al imperio, gracias a un
decreto del emperador cuyas palabras estaban grabadas en un cilindro ceremonial,
el “cilindro de Ciro”. De modo que ya en la Antigüedad se entendía la importancia
de leyes justas que defendieran un sentido de igualdad. A esas leyes, más adelante,
el Derecho romano las llamó “derechos naturales”: aquellos que poseían todos los
ciudadanos romanos por nacimiento, a pesar de que en ese entonces no todo el
mundo era considerado un “ciudadano”. Los esclavos, los extranjeros y los
enemigos, por ejemplo, no estaban nunca amparados en esos derechos. Esto se debe
en buena medida a que las sociedades antiguas estaban basadas en el honor, en las
que el nacimiento determinaba las condiciones de vida: la aristocracia era noble por
haber nacido noble, y no tenía por qué tener los mismos derechos que los plebeyos.
Pero eso empezó a cambiar en Occidente gracias al auge de la religión cristiana,
cuyo dogma profesaba la igualdad ante los ojos de Dios, pues al final de la vida
todos tendríamos que ser juzgados con la misma vara, sin importar nuestro origen,
sino únicamente nuestros actos. Este nuevo modo de comprender a la sociedad fue
clave para que siglos después pudieran surgir los Derechos Humanos
fundamentales, ya que el cristianismo profesaba el perdón incluso por aquellos que
fueran nuestros enemigos. Sin embargo, la Edad Media, durante la cual el
cristianismo y su iglesia imperaron sobre Europa, no fue precisamente la era más
respetuosa de los derechos humanos de la historia humana. La quema de brujas, la
persecución de la herejía y muchos otros cruentos episodios así lo atestiguan. Sin
embargo, en esa época hubo iniciativas importantes en otras latitudes, como fue la
Carta de Mandén (el Kukuran Fuga) del Imperio de Malí (1235-1670), que
contemplaba las leyes de esta nación africana, y en la que se plasmaba ya en 1222
una idea de “dignidad humana” similar a la que hoy asociamos con los Derechos
Humanos. Al mismo tiempo, pensadores occidentales como Guillermo de Ockham
(1288-1349) defendían el concepto de “derecho subjetivo”, lo cual allanó el camino
para el resurgimiento del “derecho natural” en Occidente con el Renacimiento.

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Los Derechos Humanos en la Edad Moderna.
La Edad Moderna trajo consigo el triunfo de una nueva clase social, la burguesía
adinerada pero plebeya, que a través de distintas revoluciones fue imponiendo una
visión liberal de la sociedad. La burguesía buscaba mayor igualdad de
oportunidades, sin importar el origen de las personas, ni los mandatos del monarca.
Pensadores como Voltaire (1694-1778), John Locke (1632-1704), Thomas Hobbes
(1588-1679) y Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), entre muchos otros, cimentaron
una nueva visión de mundo. Su momento principal de manifestación fue la
Revolución Francesa de 1789, en la que se puso fin violentamente a la monarquía y
se instauró un orden republicano que aspiraba a tres grandes cosas: libertad,
igualdad y fraternidad. De hecho, fueron los Revolucionarios Franceses, inmersos
en su sed de cambios y de refundar el sistema, quienes por primera vez en la
historia hablaron de Derechos Humanos Universales. Para ello, la Asamblea
Nacional recién constituida llevó adelante la Proclamación de los Derechos del
Hombre en Sociedad, retomando un concepto expuesto antes por Thomas Paine en
su obra The Rights of Man (“Los derechos del hombre”) de 1792. A pesar del
fracaso de la Revolución Francesa, las cosas nunca volvieron a ser como antes. La
idea de los Derechos Humanos fue recogida por los movimientos políticos
obreristas, sindicalistas y socialistas del siglo XVIII y XIX que, frente al sistema
capitalista industrial, pujaban por cambios y nuevas libertades, tal y como lo había
hecho en los siglos anteriores la burguesía.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos.


El siglo XX estuvo caracterizado por guerras crueles y prolongadas, como la
Primera y Segunda Guerras Mundiales, en las que el conflicto militar estuvo por
primera vez ayudado por tecnologías industriales, y horrores nunca antes vistos se
cometieron: el uso bélico de gases y químicos, los campos de exterminio del
nazismo, las bombas atómicas estadounidenses sobre Japón, etcétera. El trauma
social y cultural de este último conflicto fue tal, que en 1945 nació la Organización
de las Naciones Unidas para procurar que nada similar volviera a producirse. La
Asamblea General de este organismo adoptó, el 10 de diciembre de 1948, la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Fue el primero de muchos
tratados internacionales en la materia, como son la Convención Europea de
Derechos Humanos de 1950, los Pactos Internacionales de Derechos Humanos de
1966 o la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969. Estos
numerosos acuerdos en materia de Derechos Humanos, por desgracia, no
impidieron ni impiden en tiempos recientes que se sigan violentando los derechos
fundamentales de la humanidad. Sin embargo, hoy son entendidos como universales
(sin discriminación alguna por ningún tipo de criterio social, político, étnico o
religioso), inalienables e irrenunciables, es decir, comunes a cualquier ser humano
en cualquier lugar del mundo. Pero incluso así, es cierto que por primera vez en la
historia el concepto de dignidad humana tiene quien lo defienda. Además, es
importante que hoy la violación a los Derechos Humanos de una persona es tenida
como un delito punible en cualquier lugar del planeta y que no prescribe sin
importar cuánto tiempo haya pasado.
EXTRAIDO DE: https://concepto.de/historia-de-los-derechos-humanos/

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