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LA COMPETICIÓN POR SOBREVIVIR

Darwin aplicó esa idea a la naturaleza: las criaturas se multiplican y, en una competición por
sobrevivir y reproducirse, salen adelante los que mejor se adaptan, los que nacen con alguna
ventaja, como un pico algo más duro. Sus hijos lo heredan y poco a poco se hace más común y
se convierte en un pico robusto con el que unos sinsontes se especializan en triturar semillas. Y
siguen prosperando y cambiando durante miles de generaciones hasta ser una especie distinta,
que ya no se puede aparear con el sinsonte primitivo ni con otro que se ha especializado en
comer insHabía descubierto el motor de la evolución, la selección natural, agitando un cóctel de
ideas que estaban al alcance de muchas personas. Así que mientras Darwin dejó evolucionar su
teoría más de veinte años, Alfred Wallace llegó a la misma conclusión con un solo golpe de
intuición, aunque a Darwin se le reconoce la primicia y su esfuerzo por reunir pruebas y analizar
pros y contras con todo cuidado.

Aún así, cometió algunos errores y precisamente lo que nunca explicó fue el origen de las
especies: no llegó a entender qué es lo que mueve el motor de la evolución, en general
lentísimo. Hoy sabemos que la causa son las mutaciones genéticas, conocemos casos de
evolución a cámara rápida, como el de las bacterias que en pocos años se vuelven resistentes a
los antibióticos, y además los genomas nos confirman los parentescos entre especies.

Gracias a esas nuevas pruebas la teoría de Darwin sigue prosperando. Nació con muchas
ventajas sobre las explicaciones no científicas, que son sólo hipótesis imposibles de demostrar.
Como en una selección natural, en la ciencia las ideas van, vienen y, al final, sobreviven las que
mejor se adaptan a la realidad. En 2017 una encuesta en EEUU indicaba que un 38% de los
adultos sigue creyendo que Dios creó al hombre tal y como es hace unos 10.000 años, el menor
porcentaje desde que los estudios de opinión pública comenzaron a hacer esta pregunta con
regularidad.
EL ORIGEN DEL HOMBRE EN AMERICA

La posición autoctonista fue propuesta y defendida por el científico argentino Florentino


Ameghino quien la formuló a finales del siglo XIX. Sin embargo, tuvo poca acogida y
muchísima discusión en los medios académicos de la época.

La teoría de la inmigración sostiene que grupos de hombres llegaron desde el subcontinente


asiático al americano a través del mar de Bering, congelado durante la última glaciación,
ocurrida hace unos diez mil años, consolidando una franja de hielo de unos 90 kilómetros que
unió los continentes y a través de la cual pasaron poblaciones itinerantes que en su deambular
fueron ocupando el territorio americano de norte a sur. Hasta ahí, perfecto. Eso quiere decir que
cualquier vestigio del hombre en el continente americano desde el norte hasta el extremo sur
debería tener edades inferiores a los diez mil años.

El problema radica en que cada vez es más frecuente que en las excavaciones arqueológicas
realizadas en diversos puntos del continente se hallen fechas que superan en mucho los diez mil
años de la última glaciación. En efecto, varias de las excavaciones realizadas en las costas del
pacífico Peruano, en las cercanías de la capital Limeña, han logrado establecer datos de
existencia de sociedades, hombres y complejos de habitación con más de 22.000 años de
existencia. Entonces ¿estuvo el hombre en el continente americano antes de la glaciación de los
diez mil años?. Al parecer sí. Según, Reichel-Dolmatoff:

"Por lo menos en dos ocasiones, una vez hace 40.000 o 50.000 años y otra vez hace 28.000 o
10.000 años aproximadamente, el nivel del mar descendió de tal modo, que la zona de Beringia
formó un amplio puente entre Asia y América y fue quizás durante estos periodos cuando
pasaron, de un continente al otro, la mayoría de los primeros pobladores. Una fecha
conservadora sería de 30.000 años, pero algunos arqueólogos consideran la posibilidad de un
poblamiento inicial con magnitud de unos 100.000 años."

Al día de hoy, en pleno siglo XXI, no hay una fecha clara sobre este tema. Baste decir que las
evidencias arqueológicas van aportando fechas cada vez más antiguas haciendo obsoletas las
teorías mencionadas. Nada más el Parque Nacional Natural de Chiribiquete, ubicado en la zona
amazónica entre Caquetá y Guaviare, Colombia, ha aportado a esta datación fechas de arte
rupestre cercanas a los 20.000 años de antigüedad.
JUAN GINES DE SEPUBELDA

Pozoblanco, España, h. 1490 - id., 1573) Historiador y eclesiástico español. Cursó estudios de
humanidades en la Universidad de Alcalá y posteriormente en la de Bolonia. Con cuarenta y
cinco años pasó a ser capellán y cronista del emperador Carlos V, a quien acompañó en algunos
de sus desplazamientos. En su crónica De rebus gestis Caroli Quinti, constituida por treinta
volúmenes, describió la vida que llevó el emperador y los hechos más destacados de su reinado.

En relación al proceso colonizador que siguió al descubrimiento de América, Juan Ginés De


Sepúlveda fue un destacado defensor de la conquista de las nuevas tierras y de la inferioridad de
los nativos frente a los españoles, lo que justificaba su empleo como esclavos en las
explotaciones imperiales. Tales ideas le enfrentaron con Fray Bartolomé De Las Casas, con
quien sostuvo varias polémicas en la Junta de Teólogos de Valladolid que convocó el monarca
en 1550 para definir los límites de la «guerra justa» y el trato que merecían los indígenas. Las
ideas de Sepúlveda quedan recogidas en su obra Democrates, secundus sive de justis belli
causis.

Aparte de ésta, su producción incluye numerosas obras, la mayoría de las cuales permanecieron
inéditas hasta 1870, que versaban sobre muy diversos campos: filosofía, teología, derecho y
también historia. En su libro Antapollogia puso en duda las doctrinas de Erasmo, y más tarde
tradujo algunas obras de Aristóteles, entre ellas la Política.

Sepúlveda, partidario de un consuetudinarismo aristotélico y de la razón de estado de Nicolás


Maquiavelo, defendió sus ideas sobre la justicia de la guerra contra los indios a causa de sus
costumbres caníbales y los sacrificios humanos, por su inferioridad cultural y para evitar guerras
entre ellos.
BARTOLOME DE LAS CASAS

Bartolomé de las Casas. Nacio el 24 de agosto de 1484, Sevilla. Y fallesio el

17 de julio de 1566, Madrid (81 años).

Bartolomé de las Casas fue un fraile dominico español, cronista, teólogo, obispo de Chiapas,
filósofo, jurista y apologista de los indígenas. Le fue otorgado el título de "Protector de los
indios" por el cardenal Cisneros. Su padre, Pedro de las Casas, era un comerciante proveniente
de una familia francesa de apellido Casaus que emigró a Sevilla.

Sus extensos escritos, el más famoso es Brevísima relación de la destrucción de las Indias y de
Historia de las Indias, la crónica de las primeras décadas de la colonización de las Indias
Occidentales y se centran sobre todo en las atrocidades cometidas por los colonizadores contra
los pueblos indígenas.

Al llegar como uno de los primeros colonos europeos en las Américas, participó en, y
finalmente fue obligado a oponerse a las atrocidades cometidas contra los nativos americanos
por los colonizadores españoles. En 1515, reformó sus puntos de vista, renunció a sus esclavos
y los indios de encomienda, y abogó, ante el rey Carlos V, emperador del Sacro Imperio
Romano, en nombre de los derechos de los indígenas.

Bartolomé de las Casas pasó 50 años de su vida combatiendo activamente la esclavitud y el


abuso colonial violento de los pueblos indígenas, especialmente al tratar de convencer a la corte
española a adoptar una política más humana. Y aunque él no pudo salvar a los pueblos
indígenas de las Indias occidentales, sus esfuerzos resultaron en una serie de mejoras en la
situación jurídica de los indígenas, y en un mayor enfoque sobre la ética del colonialismo. Las
Casas se ve a menudo como uno de los primeros defensores de los derechos humanos
universales.

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