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Análisis de características de los Cursos en Línea Masivos y Abiertos (MOOCs):


propuesta de aplicación en escenarios de aprendizaje en el área de
Documentación.

Conference Paper · November 2010

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4 authors, including:

Gonzalo Marco Cuenca Rosario Arquero-Avilés


University of Zaragoza Complutense University of Madrid
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Luis Fernando Ramos Simón


Complutense University of Madrid
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I Congreso Virtual de Innovación Didáctica al Servicio del Docente y Profesional de Ciencias Documentales.

Análisis de características de los Cursos en Línea Masivos y Abiertos (MOOCs):


propuesta de aplicación en escenarios de aprendizaje en el área de Documentación.

Analysis of characteristics of Massive Online Open Courses (MOOCs):


proposal for application in learning settings in Documentation area.

Prof. Gonzalo Marco Cuenca

gmarco@pdi.ucm.es

Prof. Dra. Rosario Arquero Avilés

carquero@ucm.es

Prof. Dr. L. Fernando Ramos Simón


lframoss@ucm.es

Lic. Silvia Cobo Serrano

s.cobo@ucm.es

Departamento de Biblioteconomía y Documentación,


Facultad de Ciencias de la Documentación,
Universidad Complutense de Madrid, España.

Resumen.

Un MOOC, acrónimo en inglés de Massive Online Open Course que podríamos traducir al
español como Curso en Línea Masivo y Abierto, es una modalidad formativa que debe
cumplir unos requisitos para ser considerado como tal. Más allá del fenómeno que ha
supuesto una alternativa al aprendizaje convencional en entornos educativos, los MOOCs se
pueden constituir como plataformas de innovación, reciclaje e intercambio de conocimientos
y resultar un recurso estratégico y de calidad para el área de Documentación. El estudio
analiza y sistematiza las características básicas que un MOOC debe cumplir, a partir de la
revisión bibliográfica realizada y del examen de las principales plataformas online que
distribuyen este tipo de cursos, y presenta una propuesta de aplicación en el área de interés,
desde la perspectiva de concepción de este tipo de cursos como proyectos.

Palabras clave: MOOC; Massive Online Open Course; Curso en Línea Masivo y Abierto;
entornos educativos; formación; e-learning; planificación; gestión de proyectos;
Documentación.

1
Abstract.

A MOOC, acronym for Massive Online Open Course, is a type of training that must meet
certain requirements. Beyond the phenomenon which represents an alternative to
conventional learning in educational settings, MOOCs can be constituted as innovation
platforms, recycling and exchange of knowledge and they can be a strategic resource and
quality for the Documentation area.

The study analyzes and systematizes the basic features a MOOC must meet, from the
literature review and the analysis of major online platforms that distribute this type of course.
We present a proposal for the application in the area of interest from the perspective of
conception of these courses as projects.

Keywords: MOOC; Massive Online Open Course; educational environments; e-learning;


training; e-learning; planning; project management; Documentation.

1. Introducción.

Haciendo un breve repaso a la historia de los Cursos en línea Masivos y Abiertos, Massive
Online Open Course (MOOC) en inglés, podemos observar que son “una de las más rápidas
adopciones de innovación educativa de la historia” (Donalson, y otros 2013).

El primer curso que se considera de este tipo, aparece en el año 2008 –denominado
Connectivism and Connective Knowledge (CCK08)1– y fue organizado por George Siemens
y Stephen Downes, ambos profesores de la Universidad de Manitoba en Canadá (Downes
2011; Mackness, y otros 2010; Yuan y Powell, 2013). Fue un curso de apoyo diseñado para
24 estudiantes que, de un modo experimental, se abrió en la Web como un curso online
gratuito. El éxito fue sorprendente y, en el plazo de unos pocos días, se matricularon más de
2.200 alumnos de diferentes partes del mundo, de los que, aproximadamente 150,
interactuaron de forma habitual (Downes 2011; Mackness, y otros 2010).

El concepto se acuña en ese mismo año y se atribuye a Dave Comier2 que lo utiliza por
primera vez en una conversación de chat por Skype con los autores del curso CCKO8,
buscando definir el fenómeno (Cormier 2008).

1
De este curso aún existe una copia disponible en Internet Archive (http://www.archive.org)
2
Dave Comier es gerente de comunicaciones Web e innovación de la Universidad de Prince Edward Island
(Canadá).

2
Sin embargo, el impulso definitivo a este tipo de cursos se produce en los Estados Unidos,
principalmente en la Universidad de Stanford, y sus precursores serán, por un lado,
Sebastian Thrun3 y Peter Norvig4 y, por otro, Andrew Ng y Daphne Koller. Thrun y Norvig se
encuentran, actualmente, entre los principales referentes en la investigación en el campo de
la Inteligencia Artificial. Ambos crean, a finales del año 2011, un MOOC denominado
Introduction to Artificial Intelligence al que se inscriben más de 160.000 alumnos de todo el
mundo. Este curso será la semilla que dará origen, en enero de 2012, a la fundación por
parte de ambos autores de la primera iniciativa privada para la distribución de MOOC:
Udacity. Por su parte, Andrew Ng y Daphne Koller, también profesores de la Universidad de
Stanford, crean el curso Introduction to Databases con un notable éxito, más de 100.000
estudiantes online. Dos meses después del nacimiento de Udacity estos profesores crearán
su principal competidor, la plataforma Coursera. Cabe destacar del lanzamiento de Coursera
que cuenta con un capital de inicio, procedente de la inversión privada, de 16 millones de
dólares (Reyes 2012). Nace de este modo un nuevo modelo de negocio en Internet, basado
en la educación y en la innovación, y del que aún no se sabe exactamente como reportará
beneficios.

Por otro lado, también hay que señalar la iniciativa de colaboración entre el Massachusetts
Institute of Technology (MIT) y la Universidad de Harvard que, en mayo del 2012, lanzan
edX, otra plataforma que ofrece cursos online en esta modalidad y que cuenta con una
inversión, nada desdeñable, de 60 millones de dólares (Reyes 2012).

En apenas 5 años, los MOOC se han convertido en un fenómemo en Internet y han tenido
un espectacular éxito de público, al menos en cuanto a lo que se refiere al registro de
usuarios y a la proliferación de nuevas plataformas. Y así lo confirma el New York Times que
declaró el año 2012 como el año de los MOOC y según informa “las más prestigiosas
universidades de los Estados Unidos se han sumando al fenómeno MOOC” (Pappano
2012).

Como dato significativo, Coursera –que, tal y como hemos señalado, inició su negocio en
marzo de 2012– alcanzó la cifra record de 1,7 millones de estudiantes en otoño de ese
mismo año, con un crecimiento, en menos de 11 meses, mucho mayor que el que tuvo
Facebook (Pappano 2012). Además, esta plataforma cuenta con la colaboración de 33

3
Sebastian Thrun ha sido profesor de Informática en la Universidad de Stanford (Estados Unidos), cofundador y
director ejecutivo de Udacity, miembro de Google y líder del proyecto Google Glass. Fue incluido en el Top 100
de los mejores pensadores mundiales del 2012, ocupando la cuarta posición.
4
Peter Norvig es Director de Investigación en Google. Antes de unirse a Google trabajó como Jefe de la División
de Ciencias de la Computación en un centro de investigación de la NASA.

3
universidades de élite entre las que están: Stanford, Pricenton, Columbia, Duke, Johns
Hopkins, etc.

En esta concisa revisión, y viniendo a ratificar la importancia del año 2012 para los MOOC,
hay que incluir también MiriadaX, una plataforma de MOOC en español que nació a finales
del 2012, promovida por Telefónica Learning Services y Universia (la mayor red de
universidades de habla hispana y portuguesa con más de 1.242 universidades
participantes). Mencionar también el caso de UniMooC-aemprende, proyecto creado por y
para emprendedores, en el que participan diversas universidades españolas (Alicante,
Murcia, UNED, Menéndez Pelayo, Universia, etc.).

De los MOOC se espera su consolidación definitiva en los próximos años. No obstante, aún
quedan muchas cuestiones por dilucidar alrededor de esta corriente. No existen unas
características explícitas de origen, más allá de las de su propio acrónimo, que profundicen
en lo que debe ser un MOOC y cómo debe funcionar. De lo que si podemos estar seguros
es del interés social que despiertan, del crecimiento exponencial que su oferta está teniendo
y de la existencia actual de planes estratégicos, ligados a universidades y entidades
privadas, para su desarrollo. Ello nos lleva a anticipar y sugerir que la calidad, ante una
oferta previsiblemente también masiva, será un elemento fundamental y distintivo para la
futura selección, por parte de su público objetivo, de este tipo de formación.

2. Análisis de las características de los MOOC.

Pero ¿qué es un MOOC? Los MOOC son una modalidad de educación en línea o por
Internet que, por lo general, se apoya para su gestión, creación y difusión en plataformas
educativas de aprendizaje online u online learning con una filosofía de liberación de
contenidos en abierto y sin limitaciones de acceso, lo que debe permitir su uso masivo. Los
MOOC surgen como una alternativa al aprendizaje convencional o tradicional de las
universidades y como una iniciativa basada en la innovación aplicada a la educación
superior. Además, se han convertido en un fenómeno social en Internet, similar al de las
redes sociales, y podemos considerarlos como una tendencia disruptiva e, incluso,
revolucionaria, lo que implica una nueva forma de ver y hacer las cosas.

Partiendo de la bibliografía consultada y de la observación de las principales plataformas de


difusión de MOOCs (Udacity, Coursera, eDX, Miriadax), se derivan una de características de
los mismos que hemos englobado en los siguientes subepígrafes.

4
2.1. Características asociadas al concepto.

Existen ciertos requisitos o características que son enunciadas como elementos del propio
concepto, como son: cursos, en línea, abiertos y masivos. Pero la definición de dichas
características, en el contexto de los MOOC, no son preceptos definidos de forma precisa en
origen y algunas consideraciones o rasgos no expresados han quedado asociados de forma
implícita al concepto. La consideración de ciertas características está siendo un tema de
discusión entre los precursores de este tipo de cursos y los docentes que participan en ellos
(Fundación Telefónica 2012).

Por ejemplo, podemos interpretar el rasgo “abierto” de los MOOC desde diferentes puntos
de vista:

o con un carácter de accesibilidad, entorno abierto, un MOOC debe ser accesible


desde cualquier lugar y momento;

o desde una perspectiva económica, pues a los MOOC y, casi de forma natural, se les
ha asociado la condición de gratuitos, sin cuotas por participación o por créditos y sin
costes de inscripción;

o o desde el enfoque de la participación, donde no existen requisitos previos que


impidan participar y su inscripción es libre.

En resumen, podríamos decir que un MOOC es abierto, más allá de que se ofrezca gratis,
porque todo lo que lo conforma (inscripción, contenidos, recursos, nuevos conocimientos,
etc.) está abierto y es accesible a cualquier usuario.

Desde este último punto de vista, también podemos considerar los MOOC como “masivos”
ya que, como indicamos, están abiertos a aquel receptor que quiera aprender. Dicha
característica se puede también relacionar con un objetivo primario de los MOOC que es el
de estar dirigidos al mayor número de personas posible, o dicho de otro modo, el número
posible de inscritos al curso debe ser ilimitado y tener un alcance global. Sin embargo, para
cumplir con esta característica se discute sobre cuáles deben ser los mínimos aceptables.
En cualquier caso, el número de participantes no puede ser conocido de antemano y dicha
característica se debe asumir con un carácter escalable, pudiendo aumentar de forma
flexible a medida de la demanda (Bond 2013).

Otro elemento importante en su acepción es la consideración de los MOOC como “cursos”,


en el sentido de cursos completos que son asumidos como un conjunto de actividades que
requieren de un seguimiento en un período temporal determinado y no como materiales
aislados o lecciones incompletas. Consecuentemente, de esta característica se deriva un
5
carácter temporal y un contenido coherente, estructurado y completo. No obstante, hay que
resaltar que existe, desde su origen, un especial énfasis en un proceso de aprendizaje
centrado en el propio hecho de aprender, más allá del proceso de evaluación o de
acreditación. Dicha característica puede vincularse de forma directa con ese carácter
masivo, de participación ilimitada, que abre las puertas a la generación y aportación de
nuevos conocimientos que pueden ser compartidos entre todos los participantes.

Como cursos, también deberían contar con unos objetivos docentes y una evaluación o
pruebas que acrediten los conocimientos adquiridos. En este sentido, la evaluación debería
ser considerada como un aspecto integrado desde el inicio del diseño del curso (Sandeen
2013). Sin embargo, las evaluaciones, como ya hemos indicado, no han sido un
prerrequisito de los MOOC, aunque han sido consideradas como un complemento necesario
para que el alumno interactue y pueda autoevaluar el conocimiento alcanzado. La
evaluación unida, a la acreditación o certificación, como elementos diferenciadores y de
garantía de la calidad, son dos de los temas que mayor debate están suscitando en la
actualidad entre los expertos (Davidson 2013). A modo de ejemplo, algunas plataformas
están resolviendo la cuestión relativa a la evaluación no sólo por medio de test, que son
analizados de forma automática, sino también, cuando la materia así lo requiere, ofreciendo
una evaluación del tipo “peer assessments” y que podríamos traducir o interpretar como una
evaluación o revisión entre iguales, basada en la revisión por pares, donde los propios
estudiantes pueden evaluar y proporcionar información al resto sobre su trabajo (Coursera,
2013).

Por último, el requisito “en línea” convierte estos cursos en cursos a distancia, cuyo canal es
Internet, lo que facilita el acceso y participación a cualquier persona que tenga una
conexión. Internet es, por tanto, su medio de difusión y propagación. Además, se apoyan en
una diversidad de herramientas de comunicación social que, unidas al resto de
características estudiadas en conjunto, permiten asociar este fenómeno con el de las
propias redes sociales. Hablamos de un colectivo compuesto por personas conectadas en
un entorno abierto y participativo y vinculadas por un tipo de relación o interés común, pero
con un importante nivel de autonomía para su aprendizaje. Por tanto, podríamos hablar de
comunidades virtuales de aprendizaje que aprovechan las tecnologías y herramientas de la
Web 2.0 en un entorno educativo, en un entorno que se acerca a la Universidad 2.0.

6
Imagen 1. Características principales asociadas al concepto MOOC (Elaboración propia).

2.2. Características técnicas o materiales de los contenidos.

Desde una perspectiva técnica o material de los contenidos, nos encontramos ante un
modelo de cursos multimedia que se apoya, fundamentalmente, en materiales
audiovisuales, con un uso destacado de las grabaciones de vídeo. Estas lecciones en vídeo
se han convertido en un recurso imprescindible para la distribución de contenidos, a las que
adicionalmente se añaden materiales complementarios en otros formatos (archivos pdf,
fotografías, audios, páginas html, etc). Como productos deberíamos pensar en un conjunto
de contenidos educativos que son estructurados en unidades o módulos. En cualquier caso,
este material debe asociarse a un entorno de aprendizaje colaborativo, en el que los
estudiantes no son meros observadores y han de participar y contribuir de forma activa,
expresando lo que piensan mientras aprenden, para lo que se utilizan herramientas de la
web 2.0 como son: foros, chat, wikis, blogs, hangouts, etc.

7
Imagen 2. Captura de un fotograma del video de presentación de un curso de la plataforma Coursera.

2.3. Características relacionadas con los recursos humanos y materiales para su


producción.

En cuanto a características más estratégicas que nos permitan planificar la inversión


necesaria, atendiendo a los recursos humanos y materiales necesarios para la producción
de este tipo de cursos, podemos decir que aún no existen muchos estudios que aborden
esta cuestión. Nos estamos refiriendo al hecho de porder dar respuesta a preguntas como
las siguientes: ¿cuánto puede costar la elaboración de uno de estos cursos?, ¿cuál es
cómputo total de horas que se necesita para realizar un MOOC?, ¿cuántas personas, entre
docentes y personal técnico y de apoyo, son necesarias para producir uno de estos cursos?
Son muchas las preguntas que nos podemos hacer desde el enfoque de “detrás de la
cámara”, pero las respuestas no son fáciles. Un estudio de la Universidad de Duke, basado
en la experiencia adquirida de su primer MOOC publicado en Coursera –Bioelectricity: a
quatitative approach–, llega a las siguientes conclusiones, a modo de lecciones aprendidas
(Belanger y Thornton 2013):

• Se han requerido más de 600 horas para desarrollar y entregar el curso, incluyendo
las más de 420 horas de dedicación por parte del tutor o instructor del curso. El
material producido se correspondía con un período de duración de 8 semanas, con
11,3 horas de video terminadas y 97 segmentos de video publicados (12 por semana
a nivel de contenidos, más el video promocional de la página de inicio).

• Han sido necesarios 22 GB de datos para un total de 1.052 archivos, de los que 18
son archivos de ejercicios con tareas y un examen final.
8
• La carga principal de trabajo recae sobre el tutor, que se ocupa del guión, rodaje de
los videos, pruebas de evaluación, seguimiento y revision final. El personal de apoyo
de la universidad dedicó más de 25 horas a la edición de los vídeos.

• Con relación a los datos de inscripciones, se alcanzó la cifra 12.775 alumnos de más
de 100 nacionalidades. En la primera semana de publicación hubo más de 8.000
inscripciones, lo que supone aproximadamente un 63% del total del curso.

• En cuanto a resultados, un total de 7.761 alumnos vieron al menos 1 video


(aproximadamente el 61% de los alumnos registrados), 3.658 realizaron algún
ejercicio de los propuestos (el 29%), 346 llegaron a realizar el examen final (el
2,71%), 313 finalizaron obteniendo un certificado (el 2,45%), de los que 261 lograron
un certificado con distinción al alcanzar como promedio el 70% de aciertos en las
pruebas realizadas (el 2,04%).

• Como elementos clave para el desarrollo e implementación del curso reflejan los
siguientes: la paciencia, la flexibilidad y la resistencia por parte del tutor o instructor,
el interés de los propios estudiantes y el apoyo del personal del Centro de
Tecnología Educativa (CIT) y de la Oficina de Tecnologías de la Información de la
Universidad de Duke.

Este tipo de estudios son un buen reflejo de experiencias y buenas prácticas a tener en
cuenta en la planificación, producción e implementación de un MOOC, pero también para
obtener información sobre resultados reales que, en muchas ocasiones, no son
exactamente los esperados. Por un lado, podemos observar un alto porcentaje de
participación, lo que suele ser realmente gratificante en este tipo de formación, ya que se
cumple con el objetivo de llegar a superar las barreras de la educación presencial. Por otro
lado, resulta inquientante la alta tasa de abandono, pues solamente un 2,71% de los
alumnos llegaron al examen final o, dicho de otro modo, llegaron a finalizar el curso.

Es importante también considerar que en los estudios manejados no se aborda el enfoque


económico o de coste de producción, así como el retorno en beneficios tangibles o
intangibles esperados por el productor o inversor. Tampoco se menciona el papel que
juegan algunas plataformas, principalmente aquellas entidades privadas con ánimo de lucro,
más allá de su apoyo en la difusión del curso o como escaparate para algunas
organizaciones.

9
3. Propuesta para aplicación en escenarios de aprendizaje en el área de la
Documentación.

La puesta en marcha de un MOOC implica gran número de actividades que hay que
coordinar, todas ellas necesarias para el buen cumplimiento de los objetivos que se
propongan en su planteamiento de partida. En este sentido, un MOOC debe basarse en
buenos contenidos, en una buena interacción y en una garantía de acreditación de sus
logros, sobre la base de la utilización de una plataforma tecnológica, capaz de integrar
herramientas de gestión, de seguimiento, de interactividad, de validación de contenidos, de
certificación, etc. (Vizoso 2013).

El análisis y sistematización de características que hemos presentado en el epígrafe anterior


sustenta nuestra propuesta que va unida a la asimilación de este tipo de cursos como
proyectos, entendiendo el concepto proyecto como una secuencia de eventos que pone a su
disposición medios humanos y materiales con el fin de obtener unos objetivos determinados,
en un plazo de tiempo delimitado y a un coste estimado. Por consiguiente, asumimos que el
uso de un modelo de trabajo basado en la disciplina de la gestión de proyectos puede ser
realmente útil para el desarrollo e implementación de este tipo de cursos. La gestión de
proyectos va a permitirnos planificar, dinamizar, organizar y administrar los recursos
necesarios, en unos tiempos definidos y con la finalidad primordial de alcanzar los objetivos
propuestos.

Para definir un proyecto hay que organizar y estructurar las diversas piezas que lo forman,
detallando las tareas a realizar, estableciendo un límite de tiempo para cada una de ellas y
fijando los recursos que serán necesarios para llevarlas a cabo. Estas tareas se pueden
agrupar en una serie de procesos o fases para su desarrollo. Las etapas que nosotros
consideramos fundamentales en la formulación de un MOOC concebido como proyecto son:
prospección, planificación, producción, publicación y difusión, desarrollo y seguimiento y
evaluación de resultados.

Imagen 3. Fases para la puesta en marcha de MOOC como proyecto (Elaboración propia).

10
3.1. Fase de prospección.

Los proyectos nacen de ideas o de necesidades específicas que se intentan satisfacer. El


primer paso, por tanto, es conocer qué necesidades de contenidos pueden ser útiles para
transformarlos en este nuevo formato de aprendizaje educativo. También hay que averiguar
si contamos con expertos que puedan desarrollar dichos contenidos con intención de atraer
al mayor número de usuarios posible, no sólo a los estudiantes, profesionales o
especialistas del área, sino también a un público más amplio, dado el carácter abierto de
estos cursos. Por lo tanto, para llegar a nuestra meta, es un requisito imprescindible el saber
con qué contamos en la salida y a dónde nos dirigimos. Igualmente, en esta fase, es una
exigencia indispensable investigar las experiencias de otras universidades, de otros equipos,
estudiar sus resultados y sus buenas prácticas.

A nuestro modo de ver, como ejemplo, los contenidos relacionados con las nuevas
tecnologías e Internet podrían ser un buen recurso a implementar como cursos MOOC en el
área de Documentación. Debido al continuo avance de las nuevas tecnologías, la dinámica
actualización de programas y el desarrollo de nuevas formas de gestión y organización del
conocimiento y la información en la Web, a los documentalistas nos toca en muchas
ocasiones buscar tiempo y recursos, de los que solemos carecer, para autoformarnos. Una
buena solución, por tanto, podría ser la oferta de este tipo de cursos. Hablamos de la
propuesta y desarrollo de MOOCs en líneas temáticas o escenarios de aprendizaje de
interés en el ámbito documental como pueden ser: gestión de comunidades y redes
sociales, administración y dinamización de contenidos en Internet, gestión de proyectos,
nuevas aplicaciones de gestión documental, marketing en Internet, desarrollo de productos
Web, posicionamiento en Internet, accesibilidad y usabilidad, normas de calidad, etc.,
concebidas como iniciativas de formación que se podrían sustentar en la búsqueda de
colaboración y patrocinio por parte de empresas privadas del sector de la Información y la
Documentación, que permitieran garantizar el carácter de gratuidad de los MOOCs en este
contexto.

3.2. Fase de planificación.

La planificación se concibe como un proceso mediante el cual los responsables de una


organización o proyecto, analizan y procesan información de su entorno interno y externo,
evaluando las consecuencias de diferentes situaciones alternativas y, en consecuencia,
deciden sobre su enfoque futuro (Arquero Avilés y García-Ochoa Roldán 2005).

11
Por medio de la planificación vamos a poder estimar las necesidades de recursos, tanto
humanos como materiales, tangibles e intangibles. Como recursos tangibles nos referimos
a: personas, medios materiales, tecnología, capital, infraestructura; y como recursos
intangibles nos referimos a: conocimiento, creatividad, experiencia, valores, propiedad
intelectual, etc. Por ejemplo, tenemos que poder determinar en nuestra planificación el
equipo docente necesario y el conocimiento experto que se les presupone para poder
diseñar y elaborar contenidos de calidad. También el apoyo o soporte que se requirirá para
la producción y edición de dichos contenidos. Y, evidentemente, se deberán valorar las
actividades, tecnología, infraestructura, plataformas, tiempo y dinero necesario.

Es también el momento de tratar el abordaje de temas como son: la metodología docente, el


diseño de los módulos y lecciones, la producción de contenidos, la definición de los
procedimientos de evaluación y/o autoevaluación, las tutorías online, la validación de los
usuarios, la acreditación o certificación, o las cuestiones relacionadas con los derechos de
autor. En relación con esta última cuestión, parece que lo más aconsejable es usar licencias
creative commons y, a nuestro parecer, la que más se podría ajustar a este tipo de entorno
es la denominada BY-NC-SA5, aunque también existen otro tipo de combinaciones posibles
(Creative Commons 2013).

Imagen 4. Logotipo de la licencia BY-NC-SA de Creative Commons.

3.3. Fase de producción.

La fase de ejecución o producción es una fase operativa en la que vamos a generar los
contenidos, o dicho de otro modo, vamos a crear nuestras unidades didácticas, lecciones y
tareas. Como ya hemos comentado, los MOOC utilizan como contenidos principales, no
exclusivos, los vídeos. Por tanto, debemos realizar estos contenidos con un guión
previamente establecido, un esquema de exposición y un título que los identifique de forma
precisa.

5
La licencia BY-NC-SA de Creative Commons implica las siguientes condiciones generales: no se permite un uso
comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe hacer con
una licencia igual a la que regula la obra original.

12
Como tutores, tendremos que conectar con nuestros alumnos, no se trata de actuar, sino de
transmitir con entusiasmo, de forma clara y pausada, mensajes que puedan atraer a nuestra
audiencia. Conviene que en nuestros vídeos incluyamos elementos de uso habitual en el
ámbito docente para ilustrar nuestras explicaciones como, por ejemplo, diapositivas o
fotografías. Resulta también interesante invitar a expertos, especialistas y profesionales que
puedan narrar, por medio de entrevistas o conferencias, su experiencia.

Otro tema a tener en cuenta es si todo el material será en diferido, es decir, grabado y
editado previamente, o si podremos incorporar vídeos que puedan ser grabados en directo.
En cualquier caso, los vídeos deben estar siempre accesibles para su consulta, hayan sido
producidos en directo o anteriormente.

También es práctico utilizar todas las posibilidades que los medios audiovisuales nos
ofrecen para la edición de los materiales, como por ejemplo: el uso de fundidos,
transiciones, pausas, filtros, subtítulos, etc. Resaltamos la relevancia de la utilización del
subtitulado para cumplir con los requisitos de accesibilidad. En este sentido, hay que cuidar
el color, tamaño y fuente para que este tipo de elementos puedan ser leídos de forma nítida.
Otro aspecto destacable sería la posibilidad del uso del doblaje o la inserción de subtítulos
en diferentes idiomas con objeto de facilitar el acceso a los contenidos al mayor número de
personas posible.

En esta fase va a resultar esencial el compromiso del equipo de apoyo o soporte, que tendrá
que generar el producto final a publicar y deberá incluir uno o varios especialistas en edición
de vídeo.

3.4. Fase de publicación y difusión.

Esta fase de publicación y difusión se centrará en selección de la plataforma o plataformas


que vamos a utilizar y la campaña de difusión del MOOC.

Destacar también en esta etapa lo importante que puede resultar una buena identificación
de los elementos básicos que definen el curso, como ayuda para una selección adecuada
por parte del alumno, un modo de fidelizarlos y evitar “deserciones” de forma preventiva.

Estos elementos básicos, a modo de ficha técnica, podrían resumirse en: título, autor o
autores, afiliación (universidad y departamento), vídeo de presentación o promocional,
resumen del curso, programa (módulos y lecciones), objetivos del curso, nivel del curso
(principiante, intermedio, avanzado), conocimientos previos necesarios o recomendados,
fecha de inicio y final, duración total del curso en dias, estimación aproximada de la carga de
13
trabajo (workload), evaluación, acreditación y certificación (si existe), idioma o idiomas,
existencia de subtítulos e información sobre colaboradores y/o patrocinadores.

3.5. Fase de desarrollo y seguimiento.

La fase de desarrollo del curso debe tener un seguimiento continuo que facilite la
participación activa y la interacción. Es esencial que el tutor asuma un rol de dinamizador,
pero sin coartar la autonomía e interacciones que se puedan producir por parte de los
participantes. Del mismo modo, tiene que asumir su condición de experto y resolver posibles
dudas en abierto para que todos los alumnos puedan beneficiarse.

Habrá que tener también un especial cuidado en controlar la gestión del tiempo de
producción y la fecha de publicación, de tal manera que no se produzcan retrasos en el
programa planificado y en su ejecución.

3.6. Fase de evaluación de resultados.

Por último, la fase de evaluación de resultados debe permitirnos obtener una visión de
conjunto del desarrollo de todas las fases previas. En este sentido, debemos ser capaces de
obtener datos sobre el cumplimiento de las expectivas en relación con las necesidades de
formación, el empleo y utilización de recursos y los costes, la producción de contenidos, los
materiales generados, el tiempo de dedicación, los alumnos inscritos, la usabilidad, las
evaluaciones, las certificaciones, etc., todo ello para poder analizar los resultados obtenidos,
el cumplimiento de objetivos y los beneficios derivados de cara a sucesivas ediciones del
MOOC planificado y/o de nuevos MOOCs a ofertar desde su concepción como proyectos en
líneas temáticas y escenarios formativos adicionales en el área de Documentación.

4. Conclusiones.

Podríamos pensar que los MOOC son tentativas filantrópicas que buscan enseñar a todo
aquel con afán por aprender o, por el contrario, hacer una lectura inversa donde podemos
situarlos como un nuevo modelo de negocio educativo en fase de desarrollo y encaminado a
romper con la educación universitaria más tradicional. En cualquier caso, no parece ser una
moda pasajera y, en tiempos de crisis, tanto universidades como empresas privadas,
planean grandes inversiones alrededor de este fenómeno.

14
¿Cómo validar a las personas que están siguiendo un curso?, ¿Cómo certificar?, ¿Qué valor
tendrán estas certificaciones?, ¿Quién debe certificar?, ¿Cúal es la mejor metodología
docente para aplicar?, ¿Cómo evaluar de forma masiva?, ¿Cómo reconocer el papel del
tutor en los MOOC?, ¿Qué licencias hay que utilizar? ¿Cuánto cuesta un MOOC?, ¿Quién lo
financia?, ¿Cómo obtendrán beneficios las plataformas privadas? Son muchos los
interrogantes que se pueden plantear y, de igual modo, muchas las lagunas por discernir
sobre esta tendencia y lo que el futuro puede deparar en torno a la misma.

Lo que sí parece claro es que su formato resulta atractivo para los usuarios. Lo que implica
que, tanto docentes como organizaciones, debemos estar muy alerta para saber cómo
extraer el máximo beneficio para alumnos, profesionales y sociedad en general. De igual
modo, resultan un buen escaparate para las universidades, permitiéndoles proyectar una
imagen más actual y acorde con los tiempos que corren, asociada a las nuevas tecnologías
y las redes sociales y que puede constituir un sello distintivo frente a competidores. Desde el
punto de vista de la empresa privada, también parecen ser un buen recurso para el
descubrimiento y la promoción de nuevos talentos.

Estos motivos parecen ser suficientes como para asumir riesgos en el desarrollo de este tipo
de cursos. Nuestra propuesta para aplicación de MOOCs en escenarios de aprendizaje para
el área de Documentación propone mitigar, todo lo posible, estos riesgos, concibiendo estos
cursos como proyectos sobre la base conceptual y metodológica de la disciplina de la
gestión de proyectos para su planificación, desarrollo, implementación y evaluación. En esta
línea, se proponen una serie de fases que permiten estructurar las actividades o tareas a
realizar para el desarrollo adecuado de estos proyectos. Las fases propuestas son:
prospección, planificación, producción, publicación y difusión, desarrollo y seguimiento y
evaluación de resultados. En relación con cada fase se han aportortado una serie
recomendaciones a seguir y se han facilitado una serie de claves basadas en la revisión
bibliográfica realizada, las experiencias analizadas y la observación de las principales
plataformas de difusión de MOOCs examinadas.

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5. Bibliografía y fuentes.

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