1- Hoy el Señor Jesús hace un gesto de humidad inmenso que debe resonar en tu corazón y

en el mío también, con gran amor él se agacha, toma una jarra, una toalla y lava los pies a
sus discípulos; él quiere dar una lección muy importante y es esta, debemos ser
conscientes de la persona que está a nuestro lado, debemos comprender su miseria, sus
sufrimientos y ayudarles, amarlos y sin importar que tan sucios estén sus pies, limpiarlos.
La humildad es un don maravilloso de Dios que nos abre las puertas para cumplir así con
nuestro compromiso de amar al otro, no podemos buscar honores o reconocimientos,
pues, el mayor reconocimiento es la satisfacción de haber obrado bien. Hoy comienza el
camino de sufrimiento para nuestro Señor Jesús, camino que nos debe llevar a servir al
hermano y sirviendo a quien más lo necesita, le estamos sirviendo al amor de los amores.

2- Hoy se instaura un camino de misión, estamos llamados a vivir sin temor, ni vergüenza
nuestra fe, en este jueves santo, debemos abrir nuestro corazón, debemos mirar al mundo
cargado de sufrimientos y extender nuestra mano, anunciar la buena noticia del reino de
Dios que llega nuestros corazones, reflejar a Dios con nuestras obras, hoy permitamos que
Jesús avive nuestro ser, lo llene con su amor y transforme nuestro camino, tomemos
conciencia de algo muy importante, estamos en el mundo pero no somos del mundo.
Jesús se compara con la vid y nos dice ustedes son los sarmientos el que permanece en mí
y yo en el ese da fruto abundante. Por tal motivo no nos alejemos de Dios y si estás lejos
de él, es el momento de volver a él, nunca es tarde para ello, Dios te bendiga.

3- Cae la tarde y comienza la agonía, Jesús nos deja ver su humanidad, tiene miedo a la
muerte, pero no le huye, solo se entrega a la voluntad del Padre y dispone su corazón para
el sufrimiento, ya se acerca el tropel de gente cargada de ira injustificada y toman preso a
Jesús, se aproxima la hora de retornar a la casa del Padre y luego del bullicio, la violencia y
el dolor, el huerto de Getsemaní se torna en silencio y soledad. Dispón tu espíritu, tu
corazón, todos tus sentidos y acompaña en silencio a Jesús camino a la cruz, adormila las
preocupaciones y centra tu pensamiento en él, ese hombre cargado de dolor que viene a
tu encuentro. Que el silencio de esta noche acompañe tu búsqueda del buen Jesús
sufriente.

4- Sin modular, sin refutar, ni contradecir, Jesús camina hacia la muerte, nuestros pecados y
como oveja en manos del esquilador no opone resistencia. En esta noche el divino
maestro, viene a tu encuentro y en tu silencio espiritual enciende la llama del amor, ese
amor que rompe la dureza del corazón y lo ablanda para mirar un mundo sufriente, herido
y sobrecargado, un mundo que no busca más que una luz de esperanza en medio de su
oscuridad, en esta noche surge se manifiesta al mundo la entrega de amor más grande,
Jesús se entrega por nosotros pero no se queda en la muerte, vuelve a la vida, resucita,
con la esperanza de la resurrección y en el silencio de esta noche acompañemos a Jesús y
en familia contemplemos al que fue traspasado, al ultrajado por amor a su pueblo.