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Mi objetivo en el presente escrito es analizar bajo los conceptos kantianos de conforme al

deber y por deber al largometraje A clockwork orange (La naranja mecánica), película
estrenada en el año de 1971, dirigida y escrita por Stanley Kubrick. Lo que pretendemos
mostrar es cómo funcionan estos conceptos en contraposición a los eventos que suceden en
la película, en donde consideramos que ambos conceptos, conforme al deber y por deber,
dependen de una manera vital de la voluntad, y cuando esta voluntad es suprimida, no se
puede actuar ni conforme al deber, ni por deber. Nos concentraremos mayoritariamente en
el personaje de Alex DeLarge, a quien llamaremos Alex por el resto de nuestra
ponderación.

La película nos plantea una interpretación de un “futuro” para el momento en que


fue estrenada la cinta, en donde Alex y sus amigos conforman una banda llamada “Los
drugos”, ellos se dedican a realizar actividades que ellos llaman “ultraviolencia”; violencia
desmedida, injustificada y sin sentido alguno. En esta “ultraviolencia” se encuentran actos
como violencia física, robo y abuso sexual por el simple hecho de hacerlo, sin motivación
en particular por parte de quienes agreden. En la película podemos ver cómo los drugos
realizan estos actos y cómo después de que Alex asesine a una mujer, es traicionado por los
drugos, arrestado y condenado a catorce años de prisión. Ya en prisión Alex termina
accediendo a ser sujeto de un experimento llamado “Ludovico” en donde el gobierno
planea eliminar la maldad de los sujetos de prueba para volver a insertarlos en la sociedad y
así acabar con el crimen. En dicho experimento, Alex es sometido por largos períodos de
tiempo a mirar escenas violentas o de guerra, así como violaciones y demás imágenes que
podrían considerarse inmorales. Esto en logra provocar en Alex, a largo plazo, que se harte
de ver aquellas imágenes y logre que sus instintos “ultraviolentos” queden mermados,
debido a que el experimento logra que al intentar agredir a otro ser humano, este acto le
provoque náuseas a Alex, por lo que está impedido a usar su voluntad para volver a la
“ultraviolencia”.

Los conceptos que trataremos son conforme al deber y por deber. Kant no expresa
en su Fundamentación a la metafísica de las costumbres de manera clara estos conceptos,
sólo se limita a ejemplificarlos para dejarlos en claro, lo que nos interesa es que estos
conceptos están unidos a un tercero que les da sentido, hablamosi de la voluntad buena,
pues Kant nos expresa que “el concepto de deber, que contiene el de una voluntad buena” 1,
esto nos dice que sin una voluntad no hay deber, pero necesariamente debe darse en una. El
motivo se nos aclara con el ejemplo que escogimos, el personaje de Alex. Al estar sujeto a
suprimir sus instintos ultraviolentos, logra realizar acciones que consideraríamos de una
voluntad buena, como, por ejemplo, no golpear o abusar sexualmente a sus semejantes, lo
que Alex no lo logra por voluntad propia, sino que es debido al experimento al que fue
sujeto debido al cual ahora realiza acciones propias de una voluntad buena. Al respecto,
Kant nos dice que no podemos estimar nada por “bueno”, lo único estimable en ese modo
es una voluntad buena2, y tampoco es claro en principio, pero intuimos que no se refiere a
cosas que podamos llamar “buenas” en sí mismas, sino a un tipo muy particular de acciones
humanas en donde podemos encontrar lo más semejante a lo que llamamos bien. Más
adelante Kant expresa que “La buena voluntad es buena no por lo que efectúe o realice, no
por su aptitud para alcanzar algún fin propuesto, sino únicamente por el querer, esto es, es
buena en sí”3, esto quiere decir, que si hay una consideración por parte del sujeto que actúe,
con un motivo suficiente por sí mismo para hacerlo, debe ser sin influencia de otras
razones, como deseos o temores del sujeto. En ambos casos los resultados serían los
mismos, la única diferencia sería que, actuando por un fin en sí, podríamos llegar al estatuto
moral de la buena voluntad, en el otro caso no. De aquí podemos derivar nuestros
conceptos, pues actuar por dicho fin en sí mismo sería actuar por deber, y en otras
situaciones que no sean motivadas por el fin en sí, simplemente serán acciones conforme al
deber. Lo único que tendrán en común, podemos estimar, es que acciones que
consideremos propias de una buena voluntad se dan en ambas, pero sólo una, la motivada
por el fin en sí, será verdaderamente la buena voluntad. Nuestro caso a analizar no pretende
desestimar a Kant, pues él mismo menciona que:

Paso aquí por alto todas las acciones que ya son conocidas como contrarias al deber, aunque
puedan ser útiles en este o en aquel respecto, pues en ellas ni siquiera se plantea la cuestión
de si pudieran haber sucedido por deber, puesto que incluso contradicen a éste. También
dejo de lado las acciones que son realmente conformes al deber y a las que los hombres no
tienen inmediatamente inclinación, pero sin embargo las ejecutan porque son inclinados a
ello por otra inclinación. 4

1
Kant, Immanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, trad. José Mardomingo, Ariel,
Barcelona, 1999, p. 125.
2
Cfr. Kant, op. cit., p. 117.
3
Kant, op. cit., p. 119.
4
Kant, op. cit., p. 125.
Kant se limita a tratar los actos que llegamos a considerar propios de una buena
voluntad, pero pasa y resulta que nuestro análisis de Alex se queda inmerso en esta última
cita. Alex no poseía una buena voluntad antes de ser sometido al experimento, pues sus
actos en contra de otros de sus semejantes humanos, pues contradicen al deber y además, ni
siquiera se plantean deber alguno, pues como ya mencionamos, la ultraviolencia
característica en Alex es una violencia por el simple hecho de hacer violencia. Alex
después del experimento tampoco posee una buena voluntad, sino que encaja perfectamente
con lo último que citamos de Kant, ni siquiera podríamos considerar que actúe conforme al
deber, porque aunque lo parezca, Alex esta impedido a hacer mal a otros, y por eso sus
acciones resultan parecidas a las que podemos llamar “conforme al deber”, porque no
matar, golpear, o lastimar a otros humanos, incluso por los motivos personales que no sean
un fin en sí, llegan al sujeto a través de una reflexión que impulsa a los actos. Alex no tiene
esa reflexión, su interior sigue siendo ultraviolento. Lo que sea que le sucedió a Alex en el
experimento, hizo que dejara de tener voluntad. Si consideramos que la voluntad es una
parte vital de la concepción kantiana de humanidad, entonces podemos decir que Alex
perdió su humanidad en cuanto a que se le quitó su voluntad, una de ir contraria al deber,
por supuesto, pero una que le arrebataron.

Ese parece ser uno de los mensajes que el director nos quiere dar con la película.
Alex, siendo violentado por todos aquellos a quienes una vez hizo daño, sufre un accidente
que lo deja malherido. La supuesta sociedad que nos presenta la película, se escandaliza
ante el descubrimiento de los resultados del experimento Ludovico y hay una gran presión
social. El jefe de dicho gobierno acude a Alex para pedirle una alianza, él dirá que apoya al
gobierno y a cambio, el gobierno le dará trabajo, prestaciones y una vida por la cual no
tendrá que preocuparse. Alex acepta y en dicho momento llega una multitud de periodistas
a fotografiar al jefe de Estado con Alex, mientras Alex piensa en abusar sexualmente de
una mujer mientras un séquito de gente vestida de manera muy elegante lo observa,
aplaudiendo. Lo que podría decirnos Kubrick con esto, es que él cree que, de ser posible,
ningún organismo gubernamental se lo pensaría mucho si tuviera la oportunidad de lograr
un control de semejante calibre como lo que propone el largometraje con el experimento
Ludovico, sólo que debido a que el arrebato de la voluntad es deshumanizante, considera
que la sociedad prefiere tener a una persona ultraviolenta, que a lo que sea que fuese
aquello en lo que Alex se convirtió después del experimento, algo no humano ¿Es humano
entonces realizar acciones contrarias al deber?, eso es algo que podríamos responder en
futuros trabajos, pero de momento, concluimos nuestra ponderación, pues ya hemos visto
que los conceptos de por deber y conforme al deber, necesariamente requieren de la
voluntad, y el bien, es decir, la buena voluntad, sólo puede darse ahí.

Bibliografía

KANT, Immanuel, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, edición


bilingüe y trad. José Mardomingo, Ariel, Barcelona, 1999, 280 pp.

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